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Loza Chavez, María Isabel y Estrada, Carmen Rosa s/ impugnación Artículo 32 Ley Nº

24.521

Universidad. Cesantía en sus cargos de la decana y vicedecana de una Facultad de la


Universidad Nacional de Salta. Juicio Académico. Potestad disciplinaria.
Pronunciamiento interno. Alcance del control judicial. Procedencia del
recurso. Se deja sin efecto la sentencia.

S.C. L. 1084, L. XLII. "Loza Chavez, María Isabel y Estrada, Carmen Rosa s/
impugnación Artículo 32 Ley Nº 24.521".

Suprema Corte:

-I-

A fs. 145/151 la Cámara Federal de Apelaciones de Salta hizo lugar al recurso


interpuesto en los términos del Artículo. 32 de la Ley Nº 24.521 por las señoras María
Isabel Loza de Chávez y Carmen Rosa Estrada y, en consecuencia, declaró la nulidad de
las Resoluciones Nº 311/04 y 312/04 mediante las cuales el Consejo Superior de la
Universidad Nacional de Salta dispuso la cesantía en sus cargos de decana y vicedecana
de la Facultad de Ciencias de la Salud, respectivamente, como así también de la
resolución -CS- 652/04, que ratificó las anteriores. Tales medidas fueron adoptadas en el
marco del juicio académico sustanciado a los efectos de determinar la responsabilidad
de las autoridades universitarias intervinientes en la implementación y el desarrollo del
Programa de Profesionalización de Auxiliares en Enfermería (Expte. 2530/99).

Para así decidir, el tribunal se fundó en los siguientes argumentos: a) no se cumplió la


mayoría exigida por el Artículo 15 del Reglamento de Juicio Académico pues el
consejero Seggiaro no estaba habilitado para intervenir como tal en las sesiones del
Consejo Superior en las que se dispuso la cesantía de las actoras por encontrarse en uso
de licencia con goce de haberes; b) el Tribunal Universitario y el Consejo Superior
dieron por reproducidas las conclusiones vertidas en el informe final producido en el
sumario que se instruyó en el expediente 1.084/98, en el cual un órgano incompetente
valoró y calificó las conductas de las docentes; c) el Consejo Superior rechazó en forma
arbitraria los planteos formulados con relación a la falta de acusación válida, a su
incompetencia para decidir en instancia originaria la separación de las docentes, a los
vicios en la causa y en el objeto del acto; d) en razón de los vicios que privan de eficacia
a la actuación del Tribunal Universitario y del extenso tiempo transcurrido desde que se
convocó a juicio académico mediante la Resolución -CS- Nº 331/99, a la que también
atribuye graves falencias, sin que se dictaran actos administrativos válidos, se ha
extinguido la potestad disciplinaria de la Universidad.

-II-

Disconforme, la demandada interpuso el recurso extraordinario de fs. 154/172 que fue


concedido en forma parcial a fs. 183 y dio origen a la queja que tramita en expte. L.
1092, L. XLII por los aspectos denegados.
Sostiene, en lo sustancial, que la sentencia apelada viola el principio de autonomía
universitaria consagrado por el Artículo 75, inc. 19, de la Constitución Nacional al
cuestionar asuntos de naturaleza disciplinaria ajenos a la revisión judicial y reviste
trascendencia institucional, pues entiende que los jueces han sustituido a los órganos de
gobierno en el ejercicio de la jurisdicción universitaria. Añade que en el caso no se
verifica un supuesto de irrazonabilidad o arbitrariedad manifiesta que permita hacer
excepción a la regla de la irrevisibilidad judicial de las decisiones adoptadas en el
ámbito universitario y pone de resalto que el procedimiento administrativo aplicado
para dilucidar la cuestión disciplinaria, fue "legal, cristalino, razonable y ampliamente
participativo, por cuanto fue dispuesto por un órgano regular de esta Casa de Altos
Estudios, en uso de las facultades que le son propias".

Pone de resalto que fue estrictamente observada la mayoría que exige el reglamento
-dos tercios de votos- para disponer la sanción expulsiva contra las docentes, pues el
Loza Chávez, María Isabel y Estrada, Carmen Rosa s/ impugnación Artículo 32 Ley Nº
24.521.

Doctor Seggiaro no hizo uso de la segunda parte de la licencia otorgada y continuó


cumpliendo su actividad académica. En cuanto al vicio de incompetencia material
atribuido a las resoluciones impugnadas, aduce que el tribunal omitió considerar que las
disposiciones del Reglamento de Juicio Académico -aprobado por el Consejo Superior
mediante la Resolución Nº 57/99- son obligatorias en el ámbito de la Universidad
mientras no sean modificadas, derogadas por otras o se declare su nulidad en sede
judicial a pedido de parte interesada.

Finalmente, con respecto a la extinción de la potestad disciplinaria, sostiene que se trata


de un planteo improcedente puesto que para que opere la prescripción se requiere una
falta total de acción, situación que no habría ocurrido en la especie.

-III-

Considero que corresponde habilitar la instancia del Artículo 14 de la Ley Nº 48, toda
vez que en autos se discute la validez de actos emanados de una autoridad nacional con
fundamento en la interpretación y aplicación de normas de carácter federal y la decisión
de los jueces de la causa ha sido contraria a las pretensiones que el recurrente funda en
ellas (Fallos: 314:1234; 323:620).

Por otra parte, si bien el tribunal sólo concedió el recurso en lo atinente a la cuestión
federal planteada y lo denegó respecto de la gravedad institucional alegada -lo que
motivó la presentación de la queja que tramita en Expte. P. 1092, L. XLII- con el
propósito de preservar cierto orden y unidad en el tratamiento de los agravios, serán
examinadas en forma conjunta todas las cuestiones planteadas por el apelante.

-IV-

Ante todo, cabe recordar que V.E. tiene dicho que los pronunciamientos de la
universidad en el orden interno, disciplinario, administrativo y docente no podrían, en
principio, ser revisadas por juez alguno sin invadir atribuciones propias de sus
autoridades, y ello es así mientras se respeten en sustancia los derechos y garantías
establecidas en la Constitución Nacional y no constituyan un proceder manifiestamente
arbitrario (Fallos: 307:2106; 323:620; 325:999, entre otros).

A mi modo de ver, las circunstancias que se presentan en el sub lite no habilitan a


considerar que se halle configurado un supuesto de excepción a la regla aludida, tal
como señala la apelante, por los motivos que se exponen a continuación.

En primer lugar, en cuanto a la falta de cumplimiento de los requisitos exigidos por la


reglamentación respecto de la cantidad de votos necesarios para disponer una medida
segregativa en virtud de la licencia de la que habría gozado el consejero Seggiaro
cuando se dictaron los actos impugnados, entiendo que el tribunal omitió tener en
cuenta que aun cuando se le había concedido licencia a partir del 11 de agosto de 2004
mediante la Resolución Nº 152/04, dicho integrante del Consejo Superior no ejerció
efectivamente ese derecho, pues de las constancias de la causa -a las cuales corresponde
atender a fin de no producir un menoscabo de la verdad jurídica- surge que se reintegró
y continuó en el cumplimiento de sus funciones (v. documentación que acompañó la
demandada al con-testar el recurso).

Por otra parte, el hecho de que el Tribunal Universitario diera por reproducidas las
consideraciones efectuadas en el informe definitivo de la instrucción sumarial que
tramitó en el expte. 1084/98 por compartir las conclusiones que allí se expresaron (v.
dictamen 2/03, obrante a fs. 585/633 del expte. 2530/99), tampoco justifica la
declaración de nulidad de los actos impugnados, los cuales incorporaron, a su vez, el
texto del dictamen elaborado por el citado tribunal.

Ello es así, toda vez que el Reglamento de Juicio Académico sólo exige que se produzca
un "dictamen fundado que será elevado al Consejo Superior" en un plazo de treinta días
hábiles (v. Artículo 12 in fine) y nada impedía que el tribunal se valiera de lo actuado en
el sumario e hiciera propios los términos de aquel informe, en el cual quedó acreditada
la responsabilidad de las docentes por haber participado en actos que afectaron la
dignidad y la ética universitaria implementando una carrera de grado arancelada sin la
necesaria aprobación del Consejo Superior.

En cuanto a los argumentos expresados por el a quo acerca de los graves vicios que
afectarían la legitimidad del juicio académico sustanciado y que, ante los planteos
efectuados oportunamente en sede administrativa, habrían dado origen al dictado de la
resolución -CS- 58/04, estimo que resultan inconducentes a los efectos de resolver la
cuestión en litigio. Si bien es cierto que mediante dicha disposición se solicitó la
revisión del Reglamento de Juicio Académico (Resolución -CS- Nº 57/99) en su
totalidad y la elaboración de un anteproyecto en el que se resguarden las garantías
constitucionales, tal circunstancia no con-duce por sí misma a la invalidez del
procedimiento llevado a cabo en el expte. 2530/99, pues los órganos universitarios no
pueden apartarse de lo dispuesto por dicho reglamento mientras no sea derogado o
reemplazado por otro ordenamiento, máxime cuando el a quo sustenta su postura
dogmáticamente en el supuesto prejuzgamiento en que habría incurrido el Consejo
Superior al dictar la Resolución 331/99 que dio origen al juicio académico, cuyos
miembros se limitaron a aplicar la citada Resolución 57/99, que establece el
procedimiento a seguir cuando el personal docente regular estuviera involucrado en
cuestiones ético-disciplinarias.
Habida cuenta de lo expuesto, no parece admisible concluir en que se hubiera
extinguido la potestad disciplinaria por el "extenso tiempo transcurrido sin que se
desarrollaran actos administrativos válidos en pos de una resolución final", en tanto
dicha aseveración del a quo presupone la invalidez de la citada resolución -CS- 331/99
que, tal como se expresó, no puede ser calificada como inválida.

-V-

Opino, por tanto, que corresponde hacer lugar al recurso extraordinario interpuesto y
revocar la sentencia apelada.

Buenos Aires, 28 de septiembre de 2007.

Laura M. Monti

S.C. L. 1092, L. XLII. "Loza Chávez, María Isabel y Estrada, Carmen Rosa s/
impugnación Artículo 32 Ley Nº 24.521.

Suprema Corte:

Toda vez que los agravios expresados en la presente queja han sido objeto de
tratamiento en el dictamen emitido en el día de la fecha in re L. 1084, L. XLII, me
remito a los fundamentos allí expuestos por razones de brevedad.

Opino, por tanto, que corresponde hacer lugar a la queja interpuesta y revocar el
pronunciamiento apelado en cuanto fue materia de recurso extraordinario.

Buenos Aires, 28 de septiembre de 2007.

Laura M. Monti

L. 1084. XLII. L. 1092. XLII. Recurso de Hecho. "Loza de Chávez, María Isabel y
Estrada, Carmen Rosa s/ impugnación Artículo 32 de la Ley Nº 24.521".

Buenos Aires, 24 de febrero de 2009

Vistos los autos: "Loza de Chávez, María Isabel y Estrada, Carmen Rosa s/
impugnación Artículo 32 de la Ley Nº 24.521".

Considerando:

Que los agravios del apelante han sido objeto de adecuado tratamiento en el dictamen de
la señora Procuradora Fiscal, cuyos fundamentos esta Corte comparte y a los cuales se
remite en razón de brevedad.
Por ello, se hace lugar a la queja, se declara procedente el recurso extraordinario y se
deja sin efecto la sentencia apelada. Vuelvan los autos al tribunal de origen a fin de que,
por quien corresponda, se dicte un nuevo pronunciamiento. Con costas (Artículo 68 del
Código Procesal Civil y Comercial de la Nación). Reintégrese el depósito de fs. 88.
Notifíquese, agréguese la queja al principal y remítase.

Elena I. Highton de Nolasco - Carlos S. Fayt - Enrique Santiago Petracchi - Juan Carlos
Maqueda - E. Raul Zaffaroni.

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