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Iniciando por lo que corresponde entender como concepto de compensación económica, siendo
tal que las distintas Cortes de Apelaciones de nuestro país han analizado el concepto dando luces
de que se trata el término y a qué alude, de lo anterior podemos rescatar la siguiente afirmación:
“(…) la compensación económica se funda en el menoscabo, aquellos otros elementos deben servir
para medir la compensación” Corte de Apelaciones de Santiago seis de noviembre de dos mil seis,
Rol 2.863-2006.
De ésta forma, se debe entender que debe primar la existencia de un menoscabo, que por dicho
de la misma Corte de Apelaciones de Santiago, debe ser avaluable en dinero, determinando el
Quantum de ella, por razones accesorias al propio menoscabo, citados precisamente en el Artículo
62 de la Ley 19.947, que versa:
En virtud de lo anterior cabe analizar lo señalado por Carlos Garrido Chacana y Carlos López Díaz,
en su libro “La Compensación Económica en la Nulidad y el Divorcio” donde apuntan referente al
menoscabo económico, “(…) existe un menoscabo económico cuando se han experimentado una
serie de perjuicios tales como dejar de percibir o ganar dinero “ situación que aplica enteramente
al caso en virtud de los hechos señalados, dado que el trabajo de nuestra representada se trató de
una cuestión de subsistencia, toda vez que el demandado reconvencional no aportó en los gastos
del hogar, es más usaba el dinero en sus vicios y aportaba a la otra familia que mantenía, con
dinero generado por nuestra representada.
Es importante señalar que hoy en día existe una diferencia patrimonial abismal entre las partes,
producto en gran parte de nuestra representada no pudo generar utilidades de su trabajo y el
demandado reconvencional, aprovechando la oportunidad que recibió como herencia ha
generado buenas rentas producto de contratos de arrendamiento que hoy mantiene, que le
permiten vivir cómodamente, percibiendo una renta mensual de aproximadamente $9.000.000.-
millones de pesos mensuales, mientras que nuestra representada llega con esfuerzo a los
$800.000.-
Por último aludir que el divorcio no es culpa de nuestra representada, en virtud de lo señalado en
el Artículo 54 de la Ley 19.947.