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LA PSICOLOGÍA Y LA IGLESIA EVANGÉLICA

(http://www.palabraparahoy.org/)

Autor: T.A. McMahon | Fecha: 3/1/2006

Nada en la historia de la iglesia moderna ha


persuadido a creyentes a abandonar su fe en la
suficiencia de la Palabra de Dios como la seudo-ciencia
llamada Consejería Sicológica.

Consideren lo siguiente: la iglesia evangélica se ha


convertido en un servicio de referencia para consejeros psicólogos y
psiquiatras. Muchas iglesias grandes tienen licenciados psicoterapistas en su
personal. Agencias de misiones requieren que sus candidatos sean
evaluados y aprobados por licenciados psicólogos profesionales antes de ser
considerados para servicio misionero. Los psicólogos y consejeros cristianos
son más conocidos y más respetados por evangélicos que predicadores y
maestros. ¿Quién no ha escuchado del psicólogo Dr. James Dobson?
La mayoría de evangélicos están convencidos que la psicoterapia es
científica y que es necesaria para suplir lo que falta o carece en la Biblia en
lo que respecta a la condición mental, emocional y el comportamiento
general del individuo. Cuando usamos el término “psicoterapia” nos
referimos a la consejería psicológica, psicología clínica y psiquiatría (que no
es biológica) También podemos usar el término “psicología” en general.
Reconocemos que existen áreas de psicología que son claramente distintas
de la psicoterapia y puede tener valor y mérito científico, como por ejemplo
el campo que estudia la percepción, el punto de contacto entre el hombre y
la máquina, ergonómica, alguna educación psicóloga, etc. Existe, sin
embargo, un porcentaje mínimo en toda la industria de psicología que
atestigua tener perspicacia científica de la mente del hombre.
¿Entonces cuál es el problema con psicoterapia? De acuerdo con numerosos
estudios científicos, muy raramente da resultado ( y si lo hace es solo de
manera superficial) y se sabe que es dañino y perjudicial al individuo. Desde
el punto de vista bíblico, es una religión falsificada y está en contra de los
principios bíblicos. Estas conclusiones se verán que son aparentes a medida
que continuemos con este estudio de la psicoterapia. Dada la significante
influencia que ha tenido en la iglesia, la psicoterapia comparada con los
principios bíblicos y su aplicación en nuestras vidas, debería ser un asunto
crucial y de importancia crítica para todos aquellos que creen que la Palabra
de Dios es su autoridad máxima y que es totalmente suficiente ya “que nos
ha dado todas las cosas que necesitamos para vivir como Dios manda”
( Pedro 1:3). ¿Cómo se puede comparar éstas dos formas, maneras y su
aplicación a la vida del creyente?
Para empezar, existe una gran diferencia entre ambas. Las teorías básicas
de la consejería psicoterapia contradicen lo que la Biblia enseña acerca de la
naturaleza del hombre y la solución de parte de Dios en lo que concierne a
sus problemas mentales, emocionales y comportamiento en general. Los
conceptos de la psicoterapia consideran la naturaleza de la humanidad
como básicamente buena. La Biblia, por el contrario, dice que aparte de
Jesucristo, el hombre no es bueno ya que nació con una naturaleza
pecaminosa “por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de
Dios” (Romanos 3:23)
La consejería psicológica promueve la creencia que los problemas que
afectan adversamente al estado mental y emocional de la persona es
determinada por circunstancias externas a la persona, como el abuso de
parte de los padres o el ambiente en el cual la persona ha crecido. La Biblia
nos dice que el corazón maligno del hombre y sus decisiones pecaminosas
causan sus problemas emocionales, mentales y de su comportamiento en
general. “Por que de adentro, del corazón humano, salen los malos
pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los
adulterios, la avaricia, la maldad, el engaño, el libertinaje, la envidia, la
calumnia, la arrogancia y la necedad. Todos estos males vienen de adentro
y contaminan a la persona” (Marcos 7:21-23).
La psicoterapia trata de mejorar al ser humano, a la persona, a través de
conceptos como el amor propio, el aprecio hacia uno mismo, el valor
personal, las apariencias personales, etc. La Biblia enseña que la persona en
sí, el hombre en sí, es el problema principal de la humanidad y obviamente
el hombre no es la solución a los problemas que afligen y atormentan a la
humanidad. La Biblia también ha identificado proféticamente la solución
principal de la consejería psicológica, que es el amor propio, como el
vehículo a una vida depravada. “También debes saber esto; que en los
postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres
amadores de sí mismos...” (2 Timoteo 3:1).
La Biblia enseña que la reconciliación con Dios a través de Jesucristo es el
único camino para que el hombre realmente pueda remediar sus problemas
pecaminosos ya sea mental, emocional o forma de conducta. “En otro
tiempo ustedes, por su actitud y sus males acciones, estaban alejados de
Dios y eran sus enemigos. Pero ahora Dios, a fin de presentarlos santos,
intachables e irreprochables delante de Él (Jesucristo), los ha reconciliado
en el cuerpo mortal de Cristo mediante Su muerte” (Colosenses 1:21,22).
La psicoterapia ha destruido la fe de muchos creyentes en lo que concierne
a la suficiencia de la Biblia. Los psicólogos afirman tener conocimiento
interno de la mente del hombre y la naturaleza de él, y también afirman
poseer métodos para producir cambios en la naturaleza y mente del hombre
que no se encuentran en la Biblia, consecuentemente pueden decir que la
Biblia no puede ser suficiente para aconsejar o resolver los problemas de los
creyentes, ya sean mentales, emocionales o de comportamiento en general.
La psicoterapia ha embaucado a la iglesia con la mentira que la psicología
puede ser integrada con la Biblia. La idea en sí debería ser un escándalo
para cualquier creyente bíblico. Desde el momento que la psicología y la
Biblia son fundamentalmente opuestas la una con la otra, debería ser obvio
que no puede haber una integración realista de ambas enseñanzas.
Además, si la Biblia, el manual del Creador, no es suficiente para solucionar
todas las cosas que conciernen a la vida y la bondad, entonces Sus seres
creados tienen que buscar otras fuentes de información para poder
encontrar soluciones para sus problemas mentales, emocionales y
comportamiento en general. Y si ellos van a otras fuentes, entonces la
afirmación de que la Biblia es autoritativa, inerrante y suficiente es también
falsa.
¿Cuál es la influencia que tiene la psicoterapia en la iglesia? Sería raro
encontrar un sermón sin influencias de psicología. Una típica iglesia de ésta
clase sería la iglesia de Willow Creek cerca de Chicago, cuya influencia es
nacional e internacional a través de sus 10,000 miembros y su asociación
con otras iglesias. Un investigador de los métodos utilizados para el
crecimiento de iglesias que dedicó un año observando la iglesia de Willow
Creek tuvo ésta observación. “El Pastor Bill Hybels no solamente enseña
principios psicológicos, pero muy a menudo usa éstos principios como guías
de interpretación para su explicación de las escrituras... como por
ejemplo... El Rey David tenía una crisis de identidad, el apóstol Pablo
recomendó a Timoteo a hacerse un análisis a sí mismo, y Pedro tenía un
problema con sus limitaciones. La intención y el resultado de todo esto son
que los principios psicológicos son por lo general integrados en las
enseñanzas de Hybels. El popular libro de Rick Warren llamado “La Vida con
un Propósito” contribuye a la aceptación de la psicología en la iglesia cuando
incluye ridículas afirmaciones como “Sansón tenía el problema de
dependencia” y “la debilidad de Gideón era que tenía un nivel inferior de
apreciación de su persona y también tenía profundas inseguridades.
¿Quiere decir esto que la psicología está influenciando al Cristianismo?
Puede que sea así ya que a la iglesia se le ha vendido tres ideas erróneas:
1) La psicoterapia es un procedimiento científico; 2) La consejería puede ser
dada sólo por profesionales; 3) La psicología cristiana reconcilia la ciencia y
la fe.
Tratemos de analizar cada uno de éstas ideas. Primero, la psicoterapia no
es un procedimiento científico. En el libro titulado “El Fin de la Sicología
Cristiana” los escritores Martín y Deidre Bobgan observaron lo siguiente:
“Tratando de evaluar la condición de la psicología, la Asociación Psicológica
Americana nombró al Dr. Sigmund Koch para que organice y dirija un
estudio que era financiado por la Fundación de Ciencias Naturales. Este
estudio involucraba ochenta eminentes intelectuales profesionales que
analizaron las realidades, teorías y métodos de la sicología. Los resultados
de este procedimiento intensivo fueron publicados en Siete Volúmenes
titulados “Psicología: El Estudio de una Ciencia” El Dr. Koch al ver los
resultados finales de éste grupo de profesionales llega a la siguiente
conclusión: “Yo creo que ya está todo bien claro y finalmente se puede decir
que la psicología no puede ser una ciencia coherente”.
El Dr. Karl Popper, considerado como uno de los más grandes filósofos de la
ciencia, después de haber finalizado un estudio completo de la psicoterapia
declaró: “aunque pasando por ciencia (la psicoterapia) tiene en realidad
más en común con mitos primitivos que con ciencia y se asemeja más a la
astrología que a la astronomía”.
Segundo, la consejería no es sólo para profesionales. La psicoterapia,
gracias a Freud y a algunos otros con conocimiento médico, tienen términos
y conceptos que falsamente dan la impresión de que está relacionado con
ciencia médica. El entendimiento, o la descripción, de la palabra
“enfermedad” es crucial para poder continuar entendiendo éste “laberinto
psicológico”.
La pregunta es ¿puede el proceso mental de una persona, es decir, su
manera de pensar y de comportarse, estar físicamente o orgánicamente
enfermo? Nuestros sesos, que son físicos, pueden estar enfermos o no
funcionando de la manera apropiada, pero nuestras mentes, que no son
físicas ¡no pueden estar enfermas! O sea que el término “enfermedad
mental” no es apropiado, es un mito. Además, con algunas excepciones en
el área de psiquiatría, los psicoterapistas no se refieren a los problemas
orgánicos ni físicos de sus pacientes o clientes.
O sea que ¿qué hacen los psicoterapistas? Bueno, la mayoría de ellos
hablan y escuchan. El investigador psiquiatra Dr. Thomas Szasz trata de
explicárnoslos en una manera simple; “En un lenguaje simple, ¿qué
realmente hace el paciente y el psicoterapista? Ellos se hablan y se
escuchan el uno al otro. ¿De qué hablan? Tratando de simplificar se puede
decir que el paciente habla acerca de sí mismo y el terapista habla acerca
del paciente... cada uno trata de dirigir a la otra persona para que vea o
haga las cosas en una manera determinada”.
Uno puede deducir que muchos evangélicos, ya sea en el púlpito o en el
asiento de la iglesia, puede ciertamente ser eficiente en el campo de
consejería, ¡lo cual es simplemente hablar y escuchar! Pero muy pocos de
nosotros somos profesionales entrenados en una universidad. No tenemos
el diploma que nos certifica académicamente él poder hablar y escuchar, ni
tampoco se habrá estudiado las teorías del comportamiento humano, que
no son nada más que opiniones y especulaciones de hombres impíos.
Además existe más de 500 sistemas (algunos de estos se contradicen y
otros son muy extraños) de terapia y miles de métodos y técnicas.
Así que no siendo profesionales no estamos al tanto de tal supuesto
conocimiento. Pero aún así, ¿no son los profesionales más eficientes que los
que no son profesionales en lo que se refiere a la ayuda de gente con sus
problemas? La respuesta es negativa.
Después de haber examinado los resultados de consejeros psicólogos
profesionales entrenados en instituciones de alto conocimiento y
aprendizaje y aquellos consejeros psicólogos que no fueron entrenados por
esas instituciones, los investigadores Truax y Mitchell publicaron un reporte
en que nos dicen: “No encontramos, o no hay tal evidencia que el programa
tradicional de entrenamiento les dé más capacitación a los terapistas
profesionales que a los que no son profesionales y que no han sido
entrenados con este programa”.
Consideremos la conclusión de una extensa investigación conducida por el
Dr. Joseph Durlak: “En conclusión, resultados en estudios comparativos han
favorecido a los que no son profesionales en el campo de consejería. No
hubo diferencias significativas entre ambos grupos en 28 investigaciones,
pero los que no eran profesionales fueron significantemente más eficientes
que los profesionales en 12 estudios”.
Esta provocativa conclusión de estas investigaciones comparativas nos
demuestra que los llamados profesionales no poseen una capacidad
terapéutica superior comparado con los que no son profesionales. Además,
la educación profesional en lo que respecta a la salud mental no es un
requisito necesario para la eficacia de una persona que quiera dar
consejería.
El autor y psicólogo Dr. Bernie Zibergeld, escribe en su libro titulado “El
Retroceso de América: Los Mitos de Cambios Psicológicos” “. La mayoría de
problemas que las personas encaran en su vida diaria podrían ser resueltos
de una mejor manera si éstas personas hablaran con sus amigos, cónyuges,
parientes o cualquier otra persona que estuviera teniendo éxito en el área
de la vida en la que uno realmente no está progresando. Si yo tuviera un
problema con mi esposa y no pudiera resolver tal problema, no iría a ver a
un psiquiatra sino buscaría a un matrimonio que tuviera una relación que yo
realmente admirara e iría a pedirles consejo. Yo buscaría ayuda a la
persona que por la manera de vivir me pueda demostrar a mí que
realmente él tiene resuelto tal problema”
Eso es realmente sentido común de parte de una persona que entiende el
campo de la psicoterapia. Pero estamos viendo que en nuestro tiempo
actual, en éstos “tiempos peligrosos” muchos en nuestras iglesias han
abandonado no solamente el “sentido común” sino peor aún, han desechado
los mandatos bíblicos, como es ministrar el uno al otro a través de la
Palabra de Dios y el poder del Espíritu Santo. Han sido intimidados por
mitos y se han alejado de la verdad.
Finalmente, la Psicología Cristiana no puede reconciliarse con fe y con
ciencia. ¿Por qué no? Porque la psicología no es una ciencia, y tampoco
puede ser cristianizada o integrada con el cristianismo. Por supuesto hay
cristianos que son psicoterapistas profesionales licenciados, pero no existe
una rama, una extensión de la psicología identificada como cristiana.
Consideren éste párrafo que expresa el punto de vista de la Asociación
Cristiana de Estudios Psicológicos:
“Muy a menudo la gente nos pregunta si somos “psicólogos cristianos”...
Nosotros somos cristianos que al mismo tiempo somos sicólogos pero en el
tiempo presente no existe una aceptable psicología cristiana que sea
notablemente diferente de la psicología que no es cristiana o secular. Es
difícil insinuar que nosotros trabajamos o ejercemos nuestra profesión en
una manera que es fundamentalmente distinta de nuestros colegas
seculares... y aún así no hay una teoría aceptable, o tratamiento, o método
que sea distintivamente cristiano”.
¿Cómo entonces los licenciados psicoterapistas que son cristianos ejercen
su profesión? Ellos selectivamente escogen de entre los conceptos que
aprendieron durante su educación secular y entrenamiento y tratan de
integrar éstos conceptos en su sistema de creencia cristiana. Pero muchos o
todos éstos conceptos no son éticos y están en contra de los principios
bíblicos que se aplican cuando uno ministra a un creyente en lo que
respecta a sus problemas relacionados con el pecado y el vivir una vida que
es fructífera, productiva y agradable al Señor.
Uno realmente tiene que reflexionar y analizar la razón por la que un
cristiano quiera considerar y aceptar una manera de pensar, una “sabiduría”
que fue concebida por individuos que obviamente no eran cristianos y en
realidad eran enemigos del cristianismo. Freud consideró la religión como si
fuera una ilusión y era conocido por tener un odio hacia el cristianismo,
porque él creía que el cristianismo estaba lleno de enseñanzas anti-semitas.
Otros como Abraham Maslow y Carl Rogers, fueron descaradamente
partidarios de la Nueva Era y eran Ocultistas. Y aún así consideren esta cita
de un famoso psicólogo cristiano: “Bajo la influencia de los psicólogos
humanistas como Carl Rogers y Abraham Maslow, muchos de nosotros que
somos cristianos hemos empezado a ver nuestra necesidad por amor propio
y aprecio a uno mismo. Esto es un enfoque bueno y necesario”. ¡No de
acuerdo a la Escrituras!
El libro de Nehemías nos da una demostración de lo que está ocurriendo en
la iglesia. Nehemías (cuyo nombre significa ‘El Señor es nuestro
confortador’) es un tipo de Espíritu Santo. Dios lo manda a reconstruir
Jerusalén pero bajo la apariencia de ayudar a Nehemías, los enemigos de
Israel tratan de subvertir la restauración. Increíblemente el sacerdote
Eliasib le dio a Tobías (que era un adversario) una cámara en los atrios de
la casa de Dios, dándole acceso al cuarto donde se guardaban las
ofrendas... el diezmo del grano... y la ofrenda de los sacerdotes. Tobías, el
enemigo, fue dado un cuarto dentro del Templo del Señor (Nehemías 13:4-
7). Así también es con lo llamado psicología cristiana de hoy en día.
¿Qué tan seria es la corrupción de la iglesia por esta psicología? Aunque
ahora es realmente devastadora, las Escrituras nos advierten que va a ser
peor y va a exceder lo que nosotros nos podemos imaginar. El apóstol Pablo
fue enfático en su advertencia en 2 Timoteo 3:1-5 cuando dijo que en “los
últimos días” la condición del hombre será “peligrosa”. Esa advertencia
empieza con una característica que es la piedra angular de la psicología
humanista y que Pablo nos indica (versículos 2-5) que es la raíz de todo lo
maligno: el amor propio. En la próxima carta consideraremos los aspectos
proféticos de la psicología y la llamada “psicología cristiana” y en la manera
que contribuyen a la formación de la iglesia apóstata y a la religión del
Anticristo.
“La Psicología y la Iglesia Evangélica”
Título en inglés: “Psychology and the Evangelical Church” © Periódico
Publicado en marzo del 2006 escrito por T. A. McMahon Publicación: “The
Berean Call” - P.O. Box 7019, Bend, Oregon 97708-7019, Estados Unidos
“[Los Bereanos]…escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas
cosas eran así.” Hechos 17:11
Traducción: José Victor Delgado © Permiso de traducción por el
Departamento Editorial TBC, Abril 2003. Para más información o preguntas,
dirigirse por correo: Albert Gomez, 309-37th Street, Union City, New Jersey
07087 - USA. Fax: 201-864-1104, Correo Electrónico:
wordfortoday@earthkink.net
A menos que se indique de otra manera, las citas de las Escrituras en esta
circular se han tomado de la Nueva Versión Internacional, revisión de 1999.
The Berean Call es una organización benéfica 501[c] [3] corporación
exceptuada de impuestos, registrada en el Estado de Oregon, USA. La cual
está supervisada por un consejo independiente el cual tiene total y final
autoridad sobre todos los bienes en la corporación, personal y asuntos
varios.
Descripción de la editorial

(http://www.criticadelibros.org/)
Carl Rogers es el primer psicólogo y counselor creador de una manera de
comprender lo humano que trascendió el estrecho (aunque importante)
marco de la ayuda interpersonal, legándonos una modalidad de
relacionarnos que puede, si se extiende, facilitar que nuestro mundo sea
mejor, más "vivible". Para hablar o escribir sobre él, no sólo es necesario
conocer y entender sus teorías acerca del funcionamiento humano, sino que
es fundamental comprender vivencialmente su legado.

Sólo de esa manera se puede transmitir quién fue como persona y qué nos
dejó como profesional de las relaciones de ayuda (psicoterapia y
counseling). Desde sus inicios como psicoterapeuta, siendo uno de los
principales creadores del Movimiento Humanístico en la Psicología (la
tercera fuerza de la psicología contemporánea), amplió su campo de acción,
tanto profesional como teórico, hacia ámbitos sociológicos, laborales,
organizacionales, pastorales, educacionales y político-culturales.

Rogers escribió cerca de veinte libros, que han sido traducidos a la mayoría
de los principales idiomas del mundo, y más de doscientos cincuenta
artículos, además de realizarse cerca de doce filmes y varios videos sobre
su trabajo, donde se lo observa en sesiones reales, individuales y grupales,
completando una importante contribución al mundo científico humanístico.
Este libro propone un acercamiento vital a la vida y la obra de un pensador
fundamental de la psicología moderna.

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