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Una mejor manera de trazar vías neuronales.

Las nuevas tecnologías han sido comparadas, famosamente, con la magia. Al principio,
incluso los pocos que entienden cómo funcionan tienen una tendencia a sentarse y
maravillarse. Pronto, se detectan fallas y limitaciones y el proceso de invención
comienza de nuevo, resultando, casi siempre, en mejoras.

Hoy en día, un equipo dirigido por el profesor Adam Kepecs en el Laboratorio Cold
Spring Harbor (CSHL) describe en la revista Neuron una tecnología que mejora en una
que hace solo una década parecía mágica, pero lamentablemente ya no lo hace. Ambas
tecnologías tienen el objetivo de permitir que los neurocientíficos relacionen la
conectividad de tipos específicos de neuronas con las funciones que realizan, por
ejemplo, mientras un animal está realizando una tarea de comportamiento. La nueva
tecnología es una mejora importante, sin embargo, hace posible nuevas cosas.

Ser capaz de analizar las relaciones estructura / función en diferentes áreas del cerebro
ha sido un gran paso adelante en el aprendizaje de los principios básicos que permiten a
los cerebros de los mamíferos, incluyéndonos a nosotros, darle sentido al mundo. Hace
aproximadamente una década, se introdujo un nuevo método llamado rastreo viral
retrógrado. La técnica explota la capacidad de ciertos virus de secuestrar una neurona en
el cerebro: ingresarla en un lugar adyacente a donde se conecta con otras neuronas y
viajar hacia atrás, a lo largo de su axón en forma de hilo, hasta el cuerpo principal de la
célula, llamado soma. El rastreo retrógrado ha sido de gran ayuda para el campo porque
ha ayudado a los investigadores a establecer vínculos entre las funciones de las
neuronas ubicadas en áreas del cerebro muy separadas.

Estos virus retrógrados son "francamente extraños, verdaderos bichos raros", dice
Kepecs, "pero increíblemente útiles. En este punto, sin embargo, nuestro campo ha
madurado y ahora necesitamos que hagan cosas que no siempre pueden hacer ".

El problema es simplemente: los virus retrógrados a menudo funcionan, pero a veces


no. Un investigador que intenta rastrear un circuito de larga distancia puede encontrarse
con el problema del "tropismo", que es la incapacidad del virus para infectar ciertos
tipos de neuronas. Dado que el tropismo es común, los resultados negativos son difíciles
de interpretar: ¿no hay conexión (es decir, vía neural), o el virus retrógrado simplemente
no logró infectar la neurona objetivo?

El equipo de Kepecs, dirigido por el Dr. Shujing Li, ha ideado una versión mejorada del
rastreo retrógrado que elimina el problema del tropismo. La solución, denominada
"complementación del receptor", se centra en el concepto de obligar a la célula objetivo
a expresar un receptor que pueda interactuar con el virus y permitir su entrada. "Es un
poco como si estuviéramos cambiando las cerraduras de todas las puertas", dice Kepecs,
"Todavía están cerradas, pero ahora tenemos todas las llaves".

El equipo de CSHL probó con éxito el método en una variedad de circuitos neuronales
tanto en ratas como en ratones, y mostró que su método reconstruyó con éxito los
circuitos que se perdieron con otros métodos. Finalmente, diseñaron sus virus para
expresar herramientas para controlar y registrar la actividad neuronal, asegurando que la
magia del rastreo retrógrado continuaría por otro día.

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