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DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
extrínsecas (extraarticulares)
intrínsecas (intraarticulares), que a su vez pueden ser mecánicas ó biológicas
desconocida (Tabla 1)
Las causas más frecuentes son, por este orden: aflojamiento aséptico, infección, inestabilidad,
problemas femoropatelares y osteolísis.
En una revisión reciente y exhaustiva de Seil (10) definió los factores relacionados con el dolor crónico
después de PTR, precisó que es necesario distinguir entre los factores intraarticulares y los factores
extraarticulares pero que, a menudo, también hay una combinación de estos factores.
No olvidar que, aparte de valorar estos factores propios de la técnica quirúrgica de los implantes, hay
que tener en cuenta que unos factores preoperatorios pueden tener una influencia clave en el
resultado de nuestros implantes.
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Tabla 1. Causas de dolor después de una artroplastia de rodilla
1. Mecánicas
intraarticulares
2. Biológicas
intraarticulares
3. Extraarticulares 4. No conocida
2.1. Infección/aflojamiento
1.1. Implante/es aumenta-
séptico (precoz, crónica, 3.1. Neuroma cutáneo
do/s tamaño (oversizing)
hematógena).
2.2. Sinovitis: vellonodular,
1.2. Aflojamiento aséptico 3.2. Patología cadera
artritis reumatoide.
1.3. Osteolísis o alteración en la
2.3. Artrofibrosis 3.3. Patología columna
cementación del componente
1.4. Mal alineamiento com-
ponentes (coronal, sagital, 2.4. Osificación heterotópica 3.4. Patología neurológica
rotacional)
1.5. Cuerpo libre 2.5. Hemartrosis recurrente 3.5. Patología vascular
3.6. Síndrome doloroso
1.6. Pseudomenisco 2.6. Alergia a metales
regional complejo
1.7. Dolor femoropatelar.
Alteraciones del aparato
extensor (maltracking,
disrupciones, rótula no prote-
3.7. Patología tobillo y pie
tizada, infra o sobredimen-
sionamiento del componente
rotuliano, patela alta o baja,
clunk rotuliano)
1.8. Disfunción tendón 3.8. Fractura stress, peripro-
poplíteo tésica
1.9. Impingement sinovial
1.10. Insuficiencia ligamento-
sa. Inestabilidad (mediolate-
ral, anteroposterior)
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DOLOR POST-PRÓTESIS DE RODILLA
HISTORIA CLÍNICA
La satisfacción del paciente es una medida de resultado importante porque hay una dis-
crepancia bien documentada entre las puntuaciones clínicas del cirujano y las del paciente.
Lograr cumplir las expectativas del paciente es de suma importancia para lograr la satisfac-
ción después de la PTR primaria (5).
Bourne et al. (4) han demostrado la importancia de las expectativas del paciente en los resultados
clínicos, ya que los pacientes con expectativas insatisfechas es más probable que presenten un
mal resultado subjetivo después de la PTR.
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B.- Dolor prequirúrgico
El dolor prequirúrgico es un factor de riesgo para dolor crónico postquirúrgico (DCPQ). Dolor y de-
terioro funcional antes de la cirugía se asocian con DCPQ, siendo identificado como un factor de
riesgo (12,13).
La artroplastia de rodilla se realiza a menudo debido a dolor severo
y discapacidad funcional producido por la artrosis de la rodilla. El
dolor severo y prolongado antes de la cirugía puede alterar el sistema
somatosensorial, alterar la modulación del dolor y aumentar el riesgo
de dolor crónico incluso después de la cirugía. El dolor con sensibili-
zación central ha sido ampliamente documentado en pacientes con “El dolor con sen-
gonartrosis (14), y que éste persista una vez retirada la causa. sibilización central
En los pacientes con DCPQ después de la cirugía de rodilla, el diag-
ha sido amplia-
nóstico más común es dolor neuropático o dolor con sensibiliza- mente documen-
ción central, una vez que la infección, las complicaciones mecánicas tado en pacientes
y el síndrome de dolor regional complejo tipo I se han descartado. con gonartrosis”
Como ocurre con todos los síndromes de dolor crónico, debe
realizarse un estudio clínico exhaustivo que incluya evaluaciones de
factores biológicos, psicológicos y sociales, ya que muchos de los
factores que contribuyen a la cronicidad se asocian con una función
deteriorada del sistema somatosensorial.
Otro factor de riesgo es el dolor preoperatorio generalizado (por ejemplo, dolor crónico o fibromialgia).
La presencia de dolor en otras localizaciones sugieren una sensibilización generalizada en el sistema
nociceptivo y potencialmente indican individuos que están predispuestos al desarrollo de dolor crónico
postquirúrgico (14).
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DOLOR POST-PRÓTESIS DE RODILLA
C.- Comorbilidades
La existencia de comorbilidades, por ejemplo, diabetes mellitus, artritis reumatoide, psoriasis,
inmunosupresión, comorbilidad cardíaca juegan un papel importante, pero es probable que su
impacto sea relativamente menor (15).
Hay que destacar la influencia del período de seguimiento en los resultados indicando que la capacidad
predictiva de dolor preoperatorio alto y la presencia de comorbilidades se redujo con el tiempo (16).
FACTORES
PREOPERATORIOS
Satisfacción y
Dolor Factores
espectativas Cormobilidades Edad y género
prequirúrgico psicosociales
del paciente
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D.- Factores psicosociales
Hay metaanálisis que identifican factores psicosociales que se asociaron consistentemente con el
dolor a largo plazo, mientras que las variables características del paciente, biomecánicas y perope-
ratorias tuvieron una influencia limitada.
Por otra parte, es importante contar con una historia social, recreati-
va y ocupacional precisa para evaluar si estos hechos pueden estar
relacionados con la persistencia de dolor residual después de la
prótesis (alto nivel de actividad y expectativas, deseo de jubilación,
separación reciente de la pareja, vida sola, aumento secundario de la “Sexo femenino y
enfermedad o consultas psicológicas actuales) (5). edad más tempra-
Otras características psicosociales también están asociadas con el na se identifican
riesgo de DCPQ, incluyendo la vulnerabilidad psicológica (estrés y como factores de
trastornos de ansiedad), distorsiones cognitivas y catastrofismo (5). riesgo de dolor
postoperatorio
Se ha demostrado el impacto real de los factores socioeconómicos,
persistente”
observando que las pacientes y los pacientes de hogares con ba-
jos ingresos presentan un mayor grado de insatisfacción.
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DOLOR POST-PRÓTESIS DE RODILLA
F.- Otros factores
Robertsson et al. (18) informaron sobre 27.372 artroplastias de rodilla con 2 a 17 años de seguimien-
to en el registro sueco de artroplastias que la satisfacción del paciente era notablemente constante
en pacientes que no requerían reingreso hospitalario ni procedimientos de revisión para todos los
períodos de seguimiento.
Existen diversos trabajos (19,20) en los que se establecen predictores de mal pronóstico funcional
de una artroplastia de rodilla entre los que figuran la obesidad, períodos prolongados en lista de
espera, dolor de espalda, dolor en la extremidad contralateral, necesidad de asistencias para
la marcha, entre otros, que se relacionan con un pobre resultado funcional.
“La obesidad es
un predictor de
mal pronóstico de
la artroplastia de
rodilla”
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2. Tipos de dolor
Las características del dolor son la orientación diagnóstica fundamental. Deben incluir la naturaleza, inicio,
duración, intensidad, localización, irradiación, asociación con reposo o actividad, y factores de empeoramien-
to o mejoría. La escala visual analógica (EVA) ayuda a valorar la intensidad y la respuesta al tratamiento.
La localización anatómica indica con bastante probabilidad la estructura afectada.
Si se asocia a hipersensibilidad cutánea con la ropa, suele indicar la existencia de un neuroma cutá-
neo. Un dolor de irradiación suele estar en relación con causas extra articulares.
La asociación de clínica sistémica (fiebre, resfriado o letargia) puede ser indicativa de las formas
agudas de infección. Hay que tener en cuenta otras patologías asociadas que provoquen inmunode-
presión y evaluar otros posibles focos de infección primarios (tracto urinario, aparato respiratorio y piel).
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DOLOR POST-PRÓTESIS DE RODILLA
Tabla 2. Causas intrínsecas y tipos de dolor tras prótesis de rodilla
Al bajar escaleras o
Desequilibrio entre espacios flex/ext. Malrotación femoral.
levantarse de la silla
El dolor es el síntoma más constante en la infección tras PTR, tanto si se establece en el pop (posto-
peratorio) inmediato (infección precoz aguda), como si lo hace tras un período superior a los tres meses
(infección tardía crónica) o incluso si aparece relacionado con un foco séptico a distancia: urinario,
digestivo, respiratorio (infección aguda hematógena). En todos los casos, el dolor a menudo es el síntoma
protagonista. Por tanto, ante una PTR dolorosa, se han de solicitar pruebas de actividad inflamatoria, re-
actantes de fase aguda como la velocidad de sedimentación globular (VSG) y la proteína C reactiva (PCR).
15
La malposición de componentes en desplazamiento o rotación, altera el equilibrio entre espacios y
es causa dolor e inestabilidad.
Si el componente femoral se coloca con un desplazamiento posterior respecto al eje diafisario femoral
(“offset” posterior) existirá un desequilibrio entre los espacios flexor y extensor y una pérdida de flexión por
estrecharse el espacio flexor. (Figura 1). En caso contrario, (Figura 2), el aumento del espacio flexor por
“offset” anterior, además de provocar dolor anterior por presión excesiva en la rótula, causa inestabilidad
en semiflexión que puede originar dolor y dificultad para actividades cotidianas como la bajada de escale-
ras o salir de un vehículo (10).
Figura 1. Offset anterior del componente femoral Figura 2. Offset posterior del
(disminuido, con aumento del offset posterior) componente femoral (dismi-
nuido, con aumento del offset
anterior)
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DOLOR POST-PRÓTESIS DE RODILLA
La báscula anterior (en flexión) del componente femoral, provoca tensión en el espacio femoropatelar
y posible dolor en cara anterior de rodilla.
Frente a la deseada rotación externa femoral de 3º estandarizada en la mayoría de las técnicas, una ro-
tación interna inadvertida del componente femoral, puede hacer inestable y dolorosa la patela, además
de alterar el espacio flexor, desequilibrando con ello el trabajo de la rodilla en semiflexión. (Figura 3).
Respecto a la tibia, si el componente tibial de la PTR no está perfectamente adaptado a la cortical de la
tibia resecada, también puede ser origen de dolor. Especialmente doloroso es el sobredimensionamiento
con una base tibial protésica que desborda a la tibia por la zona interna, irritando al ligamento colateral
medial y/o la zona posterointerna de la cápsula. Si sobresale en la zona externa suele originar menos
problemas, salvo en la zona posterolateral donde se puede provocar un pinzamiento del tendón poplíteo.
Por otro lado, la tibia protésica en rotación interna, de nuevo producirá una inestabilidad y dolor rotuliano
al quedar posicionada la tuberosidad tibial anterior en posición externa en relación al platillo malrotado.
Espacio
Implante tibial
trapezoidal
bien alineado
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DOLOR POST-PRÓTESIS DE RODILLA
El dolor en el borde externo de la rótula puede ser consecuencia de un síndrome facetario lateral
por un componente rotuliano infradimensionado, o por un malposicionamiento rotuliano, con
báscula rotuliana externa, creando un conflicto entre el borde externo de la rótula y el componente
femoral protésico.
La articulación femoropatelar es una causa frecuente de dolor. Una debilidad a la extensión puede
indicar una solución de continuidad en el aparato extensor.
Sin olvidar el tema recurrente y controvertido del dolor anterior en prótesis primaria sin sustituirla. Ya
que su protetización no siempre asegura la desaparición del dolor (aproximadamente en un 60 a 80%
de los casos).
Finalmente, el llamado síndrome de “clunk” patelar e hiperplasia sinovial, resulta del pinzamiento
de los tejidos blandos proliferados por encima de la rótula. Se produce un crujido doloroso (clunk) en
la zona proximal de la cara anterior de la rodilla durante la flexión. Ocurre según las series en el 3,5%
de casos y se relaciona con antiguos diseños de PTR con trócleas femorales insuficientemente exca-
vadas o cortas y/o en diseños con estabilización posterior.
La inestabilidad en la PTR es una de las principales causas de revisión (10% -20%). Puede ocurrir
en extensión, en semiflexión o en flexión completa y ser simétrica o asimétrica (21,22).
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Factores de la técnica quirúrgica e implantes y postquirúrgicos
• En un intento por mejorar los resultados y la función del paciente, se han implementado
varias modificaciones en el diseño de los implantes, incluyendo la introducción de
diseños de alta flexión, plataformas rotatorias, etc. A pesar de ello, los implantes protésicos
contemporáneos no parecen haber mejorado los niveles de satisfacción del paciente.
• De forma similar, no se ha demostrado que el uso de guías de corte personalizadas
en PTR sea rentable o beneficioso, ya que la disminución en los tiempos operatorios
no compensa los costes de procesamiento del material, el coste adicional de formación
de imágenes preoperatorias y la fabricación de las guías.
Esto mismo es aplicable a la implantación de la prótesis total de rodilla asistida con
navegador, en el sentido, que sí que evitan los malposicionamientos importantes de los
implantes pero esto no esta asociado a unos mejores resultados que con la implanta-
ción con instrumentación convencional.
Los resultados demuestran que el uso de guías de corte para realizar una PTR con
alineación mecánica no se asoció con ninguna diferencia en la satisfacción del paciente
o síntomas residuales en comparación con el uso de la instrumentación estándar.
Sin embargo, el uso de guías de corte para realizar una PTR alineada cinemáticamente
mostró un porcentaje más alto de pacientes que sentían su rodilla “normal” frente a un
PTR alineada mecánicamente. El objetivo de una PTR alineada cinemáticamente es ali-
near el componente femoral, la línea articular y el componente tibial, con los de la rodilla
“normal”, pre-artrósica (16).
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DOLOR POST-PRÓTESIS DE RODILLA
EXPLORACIÓN
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DOLOR POST-PRÓTESIS DE RODILLA
ESTUDIOS DE IMAGEN
Radiología
Son necesarias radiografías de buena calidad, siendo la ortogonalidad un requisito básico. Cambios de
3 grados en la angulación del rayo ocultarán migraciones de hasta 2 mm y radiolucencias de 2 mm.
La serie estándar debe incluir una anteroposterior en carga, laterales, axiales y teleradiografías de
MMII. Hay que evaluar el alineamiento de la extremidad, la adecuación del tamaño de los componentes
protésicos, el posicionamiento de éstos, la existencia de fracturas de stress, aflojamiento, radiolucen-
cias, osteolisis, desgaste del polietileno y osificaciones heterotópicas.
Hay que valorar el relleno excesivo de la articulación femoropatelar consecuencia de un componente
femoral mayor, una traslación anterior de dicho componente o una resección escasa de la rótula. Estos
defectos originan dolor y disminución de la flexión de la rodilla. Se debe comprobar la posición de la
rótula respecto a la interlínea articular. La proyección axial es fundamental para valorar la articula-
ción femoropatelar, su mal alineamiento, báscula, fracturas o radiolucencias. Identificar una rótula no
resuperficializada como causa de dolor, no es tan simple, y debe ser un diagnóstico de exclusión.
Las radiografías en stress no suelen ser necesarias, salvo para objetivar esa inestabilidad que hemos
detectado con la exploración clínica. En los casos en los que resulta difícil conseguir la ortogonalidad,
se puede recurrir a estudios centrados mediante el uso de fluoroscopia. Estudios seriados nos ayudan
a identificar aflojamientos incipientes cuyos signos radiológicos incluyen un aumento progresivo
de las líneas radiolucentes, alteraciones en la posición (>2mm) de los implantes o hundimiento,
fracturas o líneas reactivas en torno a la punta del vástago protésico. La localización más frecuente
suele ser el platillo tibial medial provocando una varización del implante. El aflojamiento femoral provoca
una tendencia a la flexión del componente. La significación clínica de las radiolucencias no está clara,
sobre todo cuando no son completas, necesitando una correlación clínica para ser tenidas en cuenta.
En las infecciones de bajo grado el diagnóstico no es tan simple. Signos que nos orientan son la re-
absorción del hueso en el interfaz hueso-metal, reacción perióstica, aumento de partes blandas,
osteolisis y aflojamiento precoz. La diferenciación del aflojamiento séptico/aséptico suele requerir
estudios más complejos.
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Gammagrafía
La captación del isótopo está influenciada por el flujo sanguíneo, actividad osteoclástica y tono simpáti-
co. La primera fase de flujo sanguíneo muestra la perfusión de la lesión, la segunda la vascularidad de la
lesión y la tercera el metabolismo óseo .
Las técnicas más frecuentemente usadas son el Tecnecio 99 y los leucocitos marcados con Indio
111. Estos estudios tienen una alta sensibilidad pero una baja especificidad. Un estudio negativo des-
carta el aflojamiento o la infección con bastante precisión.
Tecnecio 99
Tras una PTR el aumento de captación en la tercera fase permanece elevado de manera indefinida. El
aumento de captación en las tres fases es sugestivo de infección, aunque no específico, ya que tam-
bién está elevado en las osteolisis por desgaste del polietileno. El aumento de captación alrededor de
los vástagos femoral y tibial es más sugestivo de movilización que el producido en la bandeja tibial.
Leucocitos marcados con Indio 111
Se acumulan en las regiones con inflamación o infección y en heridas en proceso de cicatrización tras
la cirugía. Así hay un aumento en la médula ósea en torno a la prótesis de manera fisiológica tras la
intervención. La sensibilidad y la especificidad son muy altas. Un resultado negativo descarta casi con
seguridad la existencia de una infección, mientras que su positividad tiene un valor más limitado.
TAC
Su utilidad viene limitada por los artefactos que originan los implantes metálicos, aunque ha mejorado
con las técnicas multiscan que los minimizan. Es muy útil para valorar la extensión de las radiolu-
cencias minusvaloradas en los estudios radiográficos simples.
Es fundamental para evaluar el estado rotacional de los implantes y detectar fracturas ocultas
periimplante. Pequeñas malposiciones de los componentes pueden tener un efecto sumatorio y ser
clínicamente relevantes.
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DOLOR POST-PRÓTESIS DE RODILLA
RMN
La elevada susceptibilidad de esta prueba a los implantes metálicos, limita su uso a la valoración de las
causas extrínsecas del dolor.
PRUEBAS DE LABORATORIO
El recuento y fórmula leucocitaria en sangre, puede estar elevado en los casos de infección precoz, y
no así en los de infección tardía crónica.
La VSG y PCR forman parte de los estudios rutinarios y son utilizadas como marcadores para detec-
tar infección.
La PCR elevada tras la cirugía siempre, se normaliza a las 3 o 4 semanas del pop. La VSG, sin em-
bargo puede persistir elevada varios meses tras la implantación de una PTR y dispone de baja espe-
cificidad, pudiendo aumentar incluso en casos de aflojamiento de componentes. No obstante, ha de
considerarse patológica una VSG que se mantiene por encima de 22.5 mm en la 1ª hora a partir de
las 3 semanas de pop (recordar > 25 mm 1ª h).
Sin embargo, la PCR aparece más sensible y específica que la VSG para detectar infección. Considerar
cifras patológicas de PCR 100 mg/l en infección precoz o en infección aguda hematógena (recor-
dar >100 mg/l) y cifras superiores a 13.5 mg /l en infección crónica (recordar >15 mg/l) (24).
Ante la sospecha fundada de infección protésica por persistencia de dolor y PCR elevadas, se impo-
ne la realización de artrocentesis para examen citológico (recuento y fórmula leucocitaria, con propor-
ción de polimorfonucleares, pmn), bioquímico (glucosa) y bacteriológico (cultivos).
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Se considerará sugestivo de infección aguda, un recuento de leucocitos de más de 10.000 con
90% de pmn y para la infección crónica, un recuento de 1.100 a 4.000 leucocitos con pmn entre
64 y 69% (Tabla 3).
Tabla 3. Test diagnósticos en sospecha de infección.
El uso de las tiras reactivas colorimétricas para determinar presencia de leucocitoesterasa en el liquido
articular puede apoyar el diagnóstico con un 80,6% de sensibilidad y un 100% de especificidad (25).
El uso de otro test, para la detección de la enzima alfadefensina, puede ser otra prueba en busca de
diagnosticar la infección protésica, con una sensibiidad del 97% y una especificidad del 96%.
Si no se consigue aislar germen en el cultivo del líquido articular y persiste la sospecha diagnóstica
de infección protésica, se aconseja practicar biopsia en fresco del tejido inmediatamente bajo la
prótesis (interfaz) destinándola tanto a cultivo, como a examen histológico, determinando el numero
de pmn por campo de alta resolución (test de Mirra). Se considerará muy sugestivo de infección
más de 5-10 pmn por campo.
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DOLOR POST-PRÓTESIS DE RODILLA
La tabla 4 recoge los criterios mayores y menores, en el diagnóstico de infección en una PTR.
Fístula
Criterios mayores (Suficiente 1) Dos cultivos (+) para el mismo germen
fenotipicamente idénticos
La IL6 se encuentra elevada (>10pgr/L) en paciente con infección periprotésica. Muestra una ele-
vación más precoz (6-12h) tras la cirugía y una normalización a las 48-72h. Es la prueba con un mayor
poder predictivo. No se eleva en los aflojamientos asépticos, pero sí en aquellos pacientes que presen-
tan una artropatía inflamatoria.
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