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¿Qué es fenomenología?

TOMMY AKIRA GOTO / MAK ALISSON BORGES DE MORAES / TRAD. MARCELA VENEBRA MUÑOZ
La concepción de la fenomenología de Edith Stein

El presente ensayo tiene como objetivo explicitar la concepción de la fenomenología desarrollada por la
filósofa y fenomenóloga Edith Stein (1891-1942). Stein inició su vida académica principalmente con el
estudio de alemán, griego, psicología y filosofía. Interesada en la filosofía conoció a Edmund Husserl
(1859 -1938), y tras profundizar en sus estudios de fenomenología se convirtió en una de las
principales representantes de la filosofía fenomenológica.
A partir del análisis de algunos textos de la autora, trataremos de desarrollar la comprensión de la
filósofa respecto de esta corriente de pensamiento. Asimismo, este trabajo pretende contribuir a una
mejor comprensión de la fenomenología desarrollada por Edith Stein y esclarecer algunas concepciones
erróneas respecto del pensamiento de la filósofa, todavía poco conocida. Nos proponemos también
ampliar la comprensión de la fenomenología como movimiento filosófico, destacando la concepción de
la misma a partir del desarrollo de una de sus principales representantes.
Edith Stein fue una de las discípulas más próximas a Husserl en la etapa de Gotinga. Su tesis doctoral,
intitulada “Sobre el problema de la empatía” (Zum Problem der Einfülung, 1917), fue dirigida por el
filósofo moravo. Poco después se convirtió en su asistente, colaborando en la transcripción de
importantes textos como el Libro Segundo de su obra “Ideas para una fenomenología pura y una
filosofía fenomenológica” (Ideen zu reinen Phäneomenologie und phänomenologische Philosophie
zweites buch: phänomenologische Untersuchungen zur Konstituition, 1952), publicado póstumamente,
y de los análisis de Husserl acerca del tiempo, correspondientes a las “Lecciones para una
fenomenología de la conciencia interna del tiempo” (Zur Phänomenologie des inneren
Zeitbewusstseins, 1928).
El contacto con Husserl y sus manuscritos influyó de forma directa el pensamiento de Edith Stein, lo
que se percibe claramente en la presencia de estos textos husserlianos en sus principales obras, como
el estudio acerca de la psicología y las ciencias del espíritu, presentado en la obra “Contribuciones para
una fundamentación filosófica de la psicología y de las ciencias del espíritu” (Beiträge zur
philosophischen Begründung der Psychologie und der Geisteswissenschaften, 1922), en la que declara
explícitamente la influencia del filósofo. Sin embargo, es importante destacar que Stein no asimiló
pasivamente las ideas de Husserl, sino que expuso sus discordancias en relación con su maestro. Por el
contrario, como apunta Bello[1], Edith Stein desarrolla una concepción autónoma y original de la
fenomenología que, sin limitarse a las nociones de Husserl, delinea su propia acepción del método
fenomenológico.
Para destacar la concepción autónoma y original de fenomenología desarrollada por Stein analizaremos
algunos de los textos donde la filósofa discurre sobre la fenomenología y el método fenomenológico. La
mayoría de sus textos son producto de conferencias, a través de las cuales la filósofa buscó esclarecer
la fenomenología y algunas concepciones erróneas respecto de su sentido. Es así como estos textos
ofrecen elementos apropiados para captar la idea de fenomenología propuesta por Stein. Para ello se
analizan aquí los textos: “¿Qué es la fenomenología? (Was ist Phanomenologie? 1924); “La significación
de la fenomenología como concepción del mundo” (Die Weltanschauliche Bedeutung Der
Phänomenologie, 1932); y “La fenomenología” (Der Phänomenologie, 1932). En estos textos la filósofa
aborda algunas peculiaridades de la fenomenología y del método fenomenológico, buscando esclarecer
algunos equívocos.
Para complementar este análisis serán necesarios otros textos en los que la autora desarrolla también
su idea de la fenomenología: “La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología transcendental”
(Die Krisis der europäischen Wissenschaften und die transzendentales Phänomenologie, 1962); “La
fenomenología trascendental de Husserl” (Husserls Transzendentale Phänomenologie, 1932); “La
fenomenología de Husserl y la filosofía de Santo Tomás de Aquino” (Husserls Phänomenologie und die
Philosophie des hl. Thomas Von Aquin, 1929); y el artículo “El método fenomenológico”
(Phanomenologische Methode), presentado en la obra “La estructura de la persona humana” (Der
Aufbau der menschlichen Person 1932). En un intento para contextualizar el análisis de los textos
citados y comprender, de forma amplia la concepción de fenomenología expuesta por Stein, haremos
un breve recorrido biográfico de la filósofa, destacando las circunstancias de su primer contacto con la
fenomenología de Husserl.
El encuentro de Edith Stein con la fenomenología de Husserl
Nacida en la ciudad de Breslau el 12 de octubre de 1891, Edith Stein fue reconocida por su inteligencia
y espíritu inquieto. Como relata Dei (1969), Stein se caracterizó por una profunda curiosidad y
vivacidad espiritual. Dedicó su vida a la búsqueda de la verdad, y esa búsqueda marcó toda su
existencia y toda su obra.
La joven Stein se interesó pronto por los estudios y en la escuela destacó siempre como una de las
mejores alumnas. Sus disciplinas predilectas fueron principalmente el alemán y los estudios literarios.
Muy pronto comenzó a sentirse insatisfecha con los contenidos escolares. Desmotivada, decidió
abandonar los estudios de la escuela secundaria (correspondientes a nuestro bachillerato), para
dedicar un tiempo a la reflexión; luego decidió retomar los estudios para entrar a Universidad. Así
ingresó a la Universidad de Breslau, donde se dedicó principalmente al estudio de Griego, Alemán,
psicología y filosofía[2].
En este período Stein entró en contacto con la psicología a través de las clases de Willian Stern (1971-
1938). La filósofa cursó cuatro semestres de esta disciplina y, entusiasmada con esta nueva ciencia,
afirmaba que la psicología podría ofrecer las respuestas a sus cuestionamientos. Sin embargo, acabó
decepcionándose al constatar que era una ciencia todavía muy nueva y que por ello carecía de
fundamentos seguros para la investigación de sus fenómenos[3].
Inconforme con sus estudios en Breslau, Stein manifestó su deseo de trasladarse a un lugar que
satisficiera su incansable búsqueda de la verdad. En ese período conoció las “Investigaciones lógicas”
(Logischen Unterschungen, 1900/1901) del filósofo Edmund Husserl, quien se convertiría en su maestro
y ejercería una gran influencia en su pensamiento. A través de la indicación de su amigo Moskiewicz,
quien fue alumno de Husserl, Stein comenzó la lectura del segundo tomo de las Investigaciones.
Fascinada por la obra, decidió trasladarse a Gotinga para conocer a Husserl y estudiar con él.[4]
En Gotinga profundizó en el estudio de la fenomenología. Durante esta etpa tuvo una intensa vida
académica. Ingresó a la «Sociedad filosófica» -formada por un grupo de discípulos de Husserl que se
reunían semanalmente para discutir cuestiones filosóficas- cuyas actividades inspiraron su tesis de
doctorado, “Sobre la empatía” (Zum problem der Einfülung, 1917), bajo la orientación de Husserl[5]. En
este período formó parte del llamado «Círculo de Gotinga», formado por un grupo de filósofos
interesados en la fenomenología que fueron a estudiar con Husserl. Formaban parte de este círculo
aquellos que acabaron convirtiéndose en los grandes nombres de la fenomenología, como Max Scheler,
Adolf Reinach, Hedwig Conrad-Martius y la propia Edith Stein.
Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, Stein inició un período de voluntariado como enfermera
en la Cruz Roja, interrumpiendo la escritura de su investigación doctoral, misma que pudo retomar
solamente al final de su servicio voluntario. Durante este período Husserl se había trasladado a
Friburgo, atendiendo a una invitación para impartir una cátedra en la Universidad de Friburgo[6].
Stein decidió trasladarse también a Friburgo, donde retomó sus estudios y defendió su tesis,
obteniendo una excelente evaluación. Enseguida se convirtió en asistente de Husserl, siendo la
responsable de transcribir los manuscritos del filósofo, además de impartir cursos de Introducción a la
fenomenología para grupos de jóvenes estudiantes a los que llamó “el jardín de infancia”.[7]
Pese a esta intensa actividad Stein comenzó a sentirse insatisfecha con el tipo de relación que
mantenía con Husserl. Al contrario del intercambio imaginado, Stein se encontró con un Husserl
solitario, inmerso en sus reflexiones y no muy dispuesto al diálogo. Por este motivo se excusó de su
cargo como asistente del filósofo. Como afirmó en su momento la propia Stein: “En el fondo, me parece
insoportable la idea de estar a disposición de alguien. Puedo ponerme al servicio de una cosa y hacerla
de diversas maneras por amor a alguien. Pero estar al servicio de una persona sólo por obedecerla, es
algo que realmente no puedo hacer. Y si Husserl no puede tratarme como una verdadera colaboradora,
como yo siempre he visto nuestra relación y, como él mismo, en teoría, también la ve, entonces
separarnos parece ser la solución.”[8]
Sin embargo, es importante destacar que este rompimiento fue solamente académico, pues Stein
siempre guardó un sentimiento de admiración y gratitud para con su maestro. Y lo más importante es
que ella nunca dejó de ser fenomenóloga, pues continuó sus análisis fenomenológicos. Esta
continuidad puede percibirse claramente en la presencia del método fenomenológico en sus textos,
incluso en obras tardías como “La estructura de la persona humana” de 1932, donde la filósofa lleva a
cabo una antropología fenomenológica.
Después de este período Stein inició una nueva fase tanto en su vida como en su pensamiento. Siendo
atea hasta entonces, en ese tiempo retomó su fe y se convirtió al catolicismo, hecho que fue recibido
con pesar por su propia familia. Tras su conversión comenzó a dedicarse principalmente al estudio de la
escolástica, y sobre todo de Tomás de Aquino, quien se convirtió desde entonces en el segundo
maestro de Stein[9]. A partir de ese momento, la filósofa comenzó a buscar una conciliación entre la
tradición escolástica y la fenomenología, construyendo un puente entre la filosofía católica y la filosofía
moderna. De esta forma, la combinación de esas dos corrientes filosóficas influenció significativamente
su propia concepción de la fenomenología.
A lo largo de su vida académica, Stein intentó obtener una cátedra en diversos momentos, esfuerzo
que le valió para el desarrollo de importantes trabajos. Sin embargo, por el hecho de ser mujer, no
recibió sino negativs. Finalmente, en el año 1932 logró obtener una cátedra en el Instituto de Ciencias
Pedagógicas de la universidad de Münster, pero pronto se vió obligada a abandonar la universidad
debido al ascenso al poder del Partido Nacional Socialista (el nazismo), que a través de la ley en contra
de los no-arios, prohibió a los judíos asumir cargos públicos[10] .
Bajo este clima de tensión que privaba en Alemania, Stein resolvió realizar su deseo de entregarse a la
vida religiosa, algo que había deseado desde su conversión al catolicismo. Y fue así como el 14 de
octubre de 1933 ingresó al convento carmelita de Colonia, donde prosiguió con sus estudios filosóficos
y produjo los textos de su llamada etapa espiritual.
Durante las elecciones, los nazis descubrieron el origen judío de Stein. Por temor a ser capturada, huyó
hacia el convento carmelita de Echt en Holanda. A poco de su llegada a Echt, Stein tuvo que huir
nuevamente, sin embargo, esta vez fue capturada y llevada al campo de concentración de Westerbork.
Enseguida fue trasladada a Auschwitz-Birhenau, donde murió en una cámara de gas[11]. Es evidente
que Stein tuvo una vida intensa, dedicada principalmente a cuestiones relativas al hombre y a la
búsqueda de al verdad. Vida y obra se funden en esta gran pensadora de nuestro tiempo.
Como puede verse, desde la influencia del método fenomenológico de Husserl en su pensamiento,
Stein tuvo un profundo contacto con la fenomenología. Stein se sirvió del método fenomenológico en
sus investigaciones, pues vio en la fenomenología una posibilidad amplia, excitante y rigurosa de
investigación de los fenómenos, lo cuale le ayudó en su búsqueda de la verdad. Sin embargo, el
recorrido fenomenológico de Stein fue peculiar, dado que no se restringió solamente a los análisis de
Husserl y más bien desarrolló su propia concepción de la fenomenología. Partiremos ahora del análisis
de los textos de la autora, para investigar las particularidades de su propia comprensión de la
fenomenología.
La concepción de la fenomenología de Edith Stein
El análisis de los textos citados en este estudio muestra claramente la notoria peculiaridad de
comprensión que de la fenomenología sostuvo Edith Stein. Lejos de ser una alumna pasiva o sumisa,
Stein manifestó algunas discordancias en relación con el pensamiento de Husserl, sobre las que
desarrolló su concepción más madura de la fenomenología. No obstante, y a pesar de las divergencias
temáticas con su maestro, fue la discípula que se condujo con mayor apego a la fenomenología de
Husserl, al punto de permitirnos afirmar que fue la más fiel estudiosa de la fenomenología. En este
sentido, sus críticas fueron plausibles y consistentes, evidenciando su amplia comprensión del método
fenomenológico.
En los textos analizados (2012b, 2012d, 2012e, 2001), Stein presentó, así como lo hiciera Husserl, la
fenomenología como un método que tiene como principios básicos el retorno a las cosas mismas ( Zu
den Sachen Selbst) y la investigación de esencias. Ir a las cosas mismas consiste en buscar los
fundamentos primeros del conocimiento. Debido a las limitaciones de la investigación científica
señaladas por Husserl, es necesario investigar los fenómenos a partir de las vivencias fundantes. Para
alcanzar un conocimiento seguro y riguroso, como la fenomenología se propone, es imprescindible
promover esta vuelta a las cosas mismas.[12] Pero entonces, ¿en qué consisten esas «cosas mismas»
hacia las que debemos ir? Según la filósofa, y en concordancia con Husserl, las cosas mismas no
corresponden a los contenidos perceptibles de la experiencia, sino a la esencia de las cosas. Aquí debe
entenderse por esencia: “Aquello que se encuentra en el ser propio de un individuo como lo que él es”,
como subrayó Husserl[13] en el Tomo I de las “Ideas para una fenomenología pura y una filosofía
fenomenológica” (Ideen zu einer reinen Phänomenologie und Phänomenologischen Philosophie). Al
respecto Stein señala que Husserl desarrolló un “método de análisis objetivo de las esencias”[14]. La
fenomenología se conforma, por tanto, como una ciencia eidética descriptiva, esto es, una ciencia que
busca alcanzar la esencia (Wesen) de todo lo que aparece a la conciencia.
Para captar esa esencia se requiere un método adecuado. Como subrayó Husserl[15], la visión de
esencias nos proporciona una nueva especie de objeto que no puede ser captado por la percepción
sensible. Un acto que nos permite aprender lo esencial del fenómeno y que Husserl y Stein denominan
«intuición o contemplación de esencias». Una peculiaridad del método fenomenológico es su carácter
intuitivo, tal como fue tratado por la filósofa[16].
Para la filósofa, la fenomenología no es una ciencia deductiva, pues no parte de un
núcleo de principios indemostrables. Tampoco es una ciencia inductiva, pues no busca
verdades universales por medio de la generalización de un conjunto de proposiciones
particulares, como hacen las ciencias naturales. La fenomenología se sirve del método
intuitivo, pues a través de él es posible captar las verdades filosóficas, que son ellas
mismas infinitas, inmutables y evidentes[17].
Junto con los temas señalados, Stein consideró también otros aspectos del método fenomenológico,
aspectos ellos mismos fundamentales para entender de su idea de fenomenología. En el texto “¿Qué es
la fenomenología?” de 1924, por ejemplo, en un intento por esclarecer algunos puntos oscuros del
método fenomenológico, la filósofa arremete en contra de algunas comprensiones erróneas de la
filosofía de Husserl. En este sentido, aborda tres puntos fundamentales: la objetividad de la conciencia,
la intuición como método y la cuestión del idealismo, donde pone en consideración el llamado «giro
idealista» de Husserl.
En términos generales, puede decirse que para Stein[18] la fenomenología es una filosofía que se
caracteriza por el rescate de la idea de verdad absoluta y de la objetividad de la conciencia, rompiendo
así con las llamadas filosofías relativistas, tales como el naturalismo, el psicologismo y el historicismo.
En una posición contraria a la de estas filosofías, la fenomenología retoma la idea de que la verdad es
inmutable y que el espíritu humano debe encontrarla en lugar de producirla. Sin embargo, esta
acepción de la filósofa hizo que la fenomenología fuese confundida como tan sólo una continuación de
los grandes sistemas filosóficos antiguos como el platonismo, el aristotelismo y la escolástica.
El rescate de la noción de verdad absoluta es algo muy caro a la filósofa. La idea de una verdad
mutable, esto es, una verdad que se modifica con el tiempo o de acuerdo con determinadas
condiciones, hace que la investigación filosófica pierda su rigor, incurriendo en relativismos estériles.
En este sentido, la fenomenología surge en oposición a esas otras filosofías, buscando rescatar el rigor
de la investigación filosófica y constituyéndose como una ciencia rigurosa, tal y como Husserl enfatizó
en su artículo: “La filosofía como ciencia rigurosa” (Philosophie als strenge Wissenschaft, 1911).
En concordancia con su maestro, Stein[19] también concibe la fenomenología como una ciencia
rigurosa, que tiene como tarea fundamentar el conocimiento sobre bases seguras. Ante la crisis de las
ciencias denunciada por Husserl, que refleja una pérdida de confianza en la racionalidad, se instituye
también una crisis del hombre, pues es la razón lo que le caracteriza en cuanto tal. Siendo así, la
fenomenología surge como un intento por localizar un punto de partida absoluto para la filosofía,
pretendiendo así rescatar el verdadero sentido de la investigación filosófica y recuperar la fe en la
razón.
Además de estas definiciones, la filósofa reflexiona, también, respecto del llamado «giro idealista» de
Husserl, «giro» fuertemente criticado por algunos discípulos del filósofo. No obstante, a pesar de las
numerosas oposiciones al «idealismo trascendental» de Husserl, Stein comprendió de otro modo, más
profundo, ese «giro idealista» de su maestro, exponiendo una visión original respecto de esta cuestión.
Es sabido que el debate entre idealismo y realismo en fenomenología es una discusión ardua y
polémica, que acabó dividiendo el movimiento fenomenológico. Los discípulos de Gotinga, interesados
en el rescate de la idea de verdad absoluta promovida por Husserl en las Investigaciones lógicas,
rechazaron el supuesto idealismo de Ideas I. Para ellos, la fenomenología de las Investigaciones, de
cuño realista, no era compatible con la presentada en el Libro primero de las Ideas. Es esta aparente
ruptura entre esas dos obras lo que se conoce como el «giro idealista» de Husserl, y que ocasionó el
alejamiento de los discípulos de Gotinga que no estuvieron de acuerdo con esa conversión.
Como Bello[20] señala, ante esta cuestión, al contrario de la mayoría de los discípulos de Gotinga, Stein
presentó una visión más justa, pues procuró comprender algunos puntos y al mismo tiempo ir más allá
presentando críticas concisas y pertinentes al respecto del “giro idealista” de Husserl. De esta forma,
Stein[21]argumentó que no hay una ruptura absoluta entre lo dicho en las Investigaciones lógicas y las
exposiciones de las Ideas, pues de acuerdo con la filósofa, en las Investigaciones lógicas ya estaban
presentes cuestiones que conducirían al tema de lo trascendental.
Para Stein la fenomenología no precisa incurrir en un idealismo[22], pues considera que el idealismo es
en realidad una concepción metafísica personal de Husserl y no el producto de una investigación
fenomenológica. Para corroborar esta idea, cita los análisis desarrollados por su amiga Hedwig Conrad-
Martius (1888-1966), quien esbozó una fenomenología realista.
Así, al deslindar la investigación fenomenológica de posiciones idealistas o realistas, Stein buscó
conciliar la teoría de la constitución de Husserl con la idea de una independencia entitativa del mundo.
Para Stein, el análisis constitutivo no requiere incurrir necesariamente en un idealismo. Con esto, se
aproximó a los discípulos de Gotinga, exponiendo los trazos de una fenomenología realista.
Otro aspecto importante que Stein abordó en sus textos[23] fue la relación entre la fenomenología y la
tradición escolástica. Como he destacado arriba, a propósito de su conversión al catolicismo, Stein se
dedicó al estudio de la filosofía católica, principalmente en Tomás de Aquino, quien influenció
significativamente sus ideas. Tras profundizar en sus estudios, buscó conciliar las investigaciones
fenomenológicas con la escolástica. A lo largo de diversos textos, la filósofa promovió un diálogo entre
estas dos corrientes de pensamiento. En su obra “La fenomenología de Husserl y la filosofía de Santo
Tomás de Aquino” (Husserls Phänomenologie un die Philosophie des hl. Thomas Von Aquin, 1929), Stein
abordó esta cuestión de forma más profunda, promoviendo una comparación entre los dos filósofos.
La fenomenóloga destacó también que la filosofía se divide en dos grandes grupos. Por un lado, se
tiene la filosofía católica como tradición escolástica, por otro, la filosofía denominada moderna que
encuentra su punto climático en la filosofía kantiana. Para la filósofa, un abismo separaba a estos dos
grupos, ya que los filósofos católicos no se comunicaban con los modernos y viceversa. La falta de
intercambio entre estos grupos fue extremadamente nocivo para la filosofía que quedó dividida y
fragmentada[24].
No obstante, como evidenció Stein, el distanciamiento entre estos dos grupos disminuyó en el
momento en que la fenomenología pudo contribuir significativamente a su vinculación, pese a no haber
sido éste el objetivo de Husserl. Por lo tanto, de acuerdo con la filósofa, la fenomenología posibilita un
diálogo entre la filosofía moderna y la católica, evitando un desmembramiento de la investigación
filosófica. En sus escritos, Stein buscó conciliar la fenomenología con el tomismo, contribuyendo a la
construcción de un diálogo entre estos dos grupos.
Consideraciones generales
A partir del análisis de los textos analizados se constata la singular comprensión del método
fenomenológico que desarrolló esta importante discípula de Husserl. La filósofa permaneció fiel a su
maestro en muchos aspectos, pero al mismo tiempo desarrolló nociones propias, buscando
complementar el proyecto husserliano sin restarle nada esencial. En este sentido, la autonomía y
originalidad presentada por Stein revela su notable comprensión de la fenomenología, de cara a las
innumerables comprensiones erróneas acerca de la fenomenología que imperaban en aquella época.
En concordancia con Husserl, Stein presentó la fenomenología como un método que busca retornar a
las cosas mismas y alcanzar las esencias de los fenómenos. Para ello, la fenomenología utiliza el
método intuitivo, a través del cual es posible aprehender esas esencias que se dan de forma inmediata.
Además, Stein destacó también la recuperación de la idea de verdad absoluta y de objetividad de la
conciencia promovida por Husserl desde la publicación de sus Investigaciones lógicas que rompen con
las filosofías relativistas vigentes en aquella época, y enfatizó el valor del rescate del rigor de la
investigación filosófica.
En lo que se refiere al problema entre idealismo y realismo, Stein expuso una visión original,
destacando que la investigación fenomenológica es independiente de cualquier posición idealista o
realista. Por esta vía pretendió ir más allá de su maestro y esbozó una fenomenología de cuño realista.
Finalmente, su contribución más original fue el diálogo que promovió entre la fenomenología y la
tradición escolástica, colaborando a reducir el abismo existente –que la propia filósofa había
denunciado– entre la filosofía moderna y la católica.
Se concluye, por lo tanto, que Edith Stein desarrolló una concepción original de la fenomenología
husserliana incluso en la época en que se expandieron las críticas más recalcitrantes a la filosofía.
Como relata Sepp[25], la actitud fenomenológica de Stein se caracteriza por una posición
independiente que, sirviéndose de algunas concepciones de la fenomenología, sigue su propio camino
y desarrolla una comprensión original del método fenomenológico.
Bibliografía citada
Bello, A. A., (2000). A Fenomenologia do Ser Humano. Bauru: EDUSC.
Dei, T. M., (1969). Edith Stein: en busca de Dios. Buenos Aires: Editorial Verbo Divino.
Goto, N. (2009), O sentido da escola na Formação Humana: legado pedagógico de Edith
Stein. Monografia, PUC-Minas, Poços de Caldas , MG, Brasil.
• (2008). Introdução à Psicologia Fenomenológica – a nova Psicologia de Edmund Husserl. São Paulo:
Paulus.
Husserl, E. (2006). Ideias para uma fenomenologia pura e para uma filosofia fenomenológica.
Aparecida: Ideias & Letras.
Peña, C. (2007). La Filosofía de Edith Stein: una búsqueda por la verdad. Ciudad del Este: Universidad
Católica Nuestra Señora de la Asunción.
Sepp, H. R. (1998). “La postura de Edith Stein dentro del movimento fenomenológico”, en Anuario
Filosófico, 31, p. 709-729. Consultado el 6 de mayo de 2014
URL: http://biblio3.url.edu.gt/Libros/edith_stein/la_postura.pdf.
Stein, E. (2002). El método fenomenológico. En. E. Stein. La Estructura de la persona humana, Madrid.
Editora Biblioteca de autores Cristianos.
– (2002). “Vida de una Familia Judía”. En. Stein, E. Obras completas: Escritos autobiográficos y cartas.
Vol.I (J. G. Rojo e cols., trads). Burgos: Editorial Monte Carmelo.
– (2012a). La crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental. La Pasíon por la
Verdad (pp. 83-87). Buenos Aires: Bonum.
– (2012b). La fenomenología. En E. Stein. La Pasíon por la Verdad (pp. 91-99). Buenos Aires: Bonum.
– (2012c). La fenomenologia transcendental de Husserl. En E. Stein. La Pasión por la Verdad (pp. 79-
82). Buenos Aires: Bonum.
– (2012d). La significacíon de la fenomenología como concepción del mundo. En E. Stein. La Pasíon por
la Verdad(pp. 51-76). Buenos Aires: Bonum.
– (2012e). ¿Qué es la fenomenología?. En E. Stein. La Pasión por la Verdad (pp. 39-47). Buenos Aires:
Bonum.
– (2012f). La fenomenologia de Husserl y la filosofia de Sto. Tomás de Aquino. En E. Stein. La Pasión por
la Verdad(103 -144). Buenos Aires: Bonum.

Notas
[1] A.A. Bello (2000), A Fenomenologia do Ser Humano. Bauru: EDUSC.
[2]Tommy Akira Goto (2009), O sentido da escola na Formação Humana: legado pedagógico de Edith
Stein. Monografia, PUC-Minas, Poços de Caldas , MG, Brasil.
[3] C. Peña (2007), La Filosofía de Edith Stein: una búsqueda por la verdad. Ciudad del Este:
Universidad Católica Nuestra Señora de la Asuncíon.
[4] Edith Stein (2002), “Vida de una Familia Judía”. En. Stein, E. Obras completas: Escritos
autobiográficos y cartas. Vol.I (J. G. Rojo e cols., trads). Burgos: Editorial Monte Carmelo.
[5] Ídem
[6] Ídem
[7] Ídem
[8] Edith Stein, (2002), “Vida de una Familia Judía”. En Stein, E. Obras completas: Escritos
autobiográficos y cartas. Vol.I, p. 604. (J. G. Rojo e cols., trads). Burgos: Editorial Monte Carmelo.
[9] C. Peña Op. cit.
[10] Edith Stein, Ídem.
[11] Tommy Akira Goto, Op. cit.
[12] Tommy Akira Goto, Ídem.
[13] Edmund Husserl (2006), Ideias para uma fenomenologia pura e para uma filosofia fenomenológica.
Aparecida: Ideias & Letras, p. 35.
[14] Stein, 2012b, p. 92
[15] Husserl, Op. cit.
[16] Stein, 2012e
[17] Stein, 2012e.
[18] Stein, 2012e
[19] Stein, 2012ª, 2012c, 2012d, 2012f
[20] A.A. Bello, Op. cit..
[21] Stein, 2012c, 2012e
[22] Stein, 212e
[23] Stein, 2012ª, 212b, 2012c, 2012d, 2012e, 2012f.
[24] Stein, 2012e
[25] Hans Rainer Sepp (1998), “La postura de Edith Stein dentro del movimento fenomenológico”,
en Anuário Filosófico, 31, p. 709-729. Consultado el 6 de mayo de 2014,
URL:http://biblio3.url.edu.gt/Libros/edith_stein/la_postura.pdf.

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