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1
HEIDEGGER, Martin; Problemas fundamentales de la fenomenología (1919-1920); trad. Francisco de
Lara, ED. Alianza, Madrid, España, 2014. Pág. 145
2
La reflexividad de la Fenomenología se consuma, para Heidegger, en una actitud pre-teórica, pre-
reflexiva a la que denomina “Intuición Hermenéutica”. “Por tanto, no es necesario que lo significativo, la
expresión verbal, se piense sin más en términos teoréticos u objetivos, sino que es originariamente
vivida y experimentada en un sentido premundano o en un sentido mundano.” HEIDEGGER, Martin; La
idea de la filosofía y el problema de la concepción del mundo (1919); Trad. Jesús Adrián Escudero, ED
Herder, Barcelona, España, 2005. Pág. 141; “La vivencia que se apropia de lo vivido es la intuición
comprensiva, la intuición hermenéutica, la formación originariamente fenomenológica que vuelve hacia
atrás mediante retroconceptos y que se anticipa con ayuda de preconceptos y de la que queda excluida
toda posición teorético-objetivante y trascendente.” HEIDEGGER, Martin; La idea de la filosofía y el
problema de la concepción del mundo (1919); Trad. Jesús Adrián Escudero, ED Herder, Barcelona,
España, 2005. Pág. 141-142. Ver GA 56-57 pp.117
3
“Dasein” es un término filosófico – técnico que Heidegger desarrolla en su obra Ser y Tiempo (1927). El
concepto de Dasein implica existencia. “El Dasein no es tan sólo un ente que se presenta entre otros
entes. Lo que lo caracteriza ónticamente es que a este ente le va en su ser este mismo ser. La
constitución de ser del Dasein implica entonces que el Dasein tiene en su ser una relación de ser con su
ser. Y esto significa, a su vez, que el Dasein se comprende en su ser de alguna manera y con algún grado
de explicitud. Es propio de este ente el que con y por su ser éste se encuentre abierto para él mismo. La
comprensión del ser es, ella misma, una determinación de ser del Dasein. La peculiaridad óntica del
Dasein consiste en que el Dasein es ontológico.” (HEIDEGGER, Martin; Ser y Tiempo, Trad. Jorge Eduardo
Rivera, Edición digital. pp.22). Ver: HEIDEGGER, Martin; Ser y Tiempo, “§5. La analítica ontológica del
Dasein como puesta al descubierto del horizonte para una interpretación del sentido del ser en
general”.
categorías. Para poder superar esta cuestión Heidegger piensa que es necesario
enfocarse en lograr un metalenguaje no objetivante que entre en contacto con el origen.
Pudiendo separar de este todos aquellas preconceptos derivados que no forman parte de
las cosas mismas, sino de una tradición endurecida que no las deja tomar contacto
directo con la filosofía. Permitiendo elaborar un discurso que exprese al Dasein sin
desfigurarlo, sin deformarlo en el intento. Un discurso del origen como contrafigura de
los derivados, que logre describir la unidad semántica del fenómeno pero evitando la
objetivación que provocaba la modalidad teórica.
4
HEIDEGGER, Martin; Introducción a la fenomenología de la religión (semestre invierno 1920-1921);
Trad. Jorge Uscatescu, ED. Ediciones Siruela, Madrid, España, 2005. Pág. 92-93
2
Adrián Bertorello5 señala cuatro características6 del principio de “Indicación Formal” en
las lecciones de Freiburger. En principio distingue a la indicación formal como un
término que solo tiene lugar en el ámbito del lenguaje. Es decir, que este es un principio
que solo pertenece a los conceptos y los enunciados. Por tanto Heidegger lo que hace es
asignarle una prioridad a los aspectos “deícticos y referenciales del lenguaje”, una
preocupación por la característica enunciativa de conducir la mirada del investigador
hacia su propio contexto. El tercer rasgo, asociado a la epoché fenomenológica, es
donde este principio logra identificar el contexto enunciativo y se aboca a una tarea de
desmontaje de los predicados, ya que estos no pertenecen al ámbito originario, sino que
esos predicados inmediatos que son parte del contexto enunciativo proceden del ámbito
derivado, es decir, que fueron asignados por una tradición histórica que no deja acceso
al encuentro de la filosofía con el contexto enunciativo originario. Esta suspensión de
los predicados asignados por la tradición, por tanto del ámbito de lo derivado, es lo que
indica el carácter formal de la “Indicación”. La epoché de la predicción tradicional de
los fenómenos, el desmontaje de los predicados instalados por la tradición como
contexto enunciativo derivado, es a lo que Heidegger llama destrucción y como tal es
tomado como un momento negativo de la indicación formal. Finalmente, Bertorello, nos
habla de una cuarta caracterización del principio de indicación formal, el momento de
construcción o conquista (Gewinnung) de un “punto de vista” que nos lleve al encuentro
del contexto enunciativo originario. Circunstancia de la indicación formal que puede ser
tomada como un momento positivo en el que se produce el pasaje del contexto
enunciativo derivado al contexto enunciativo originario. Dicho en términos ontológicos
este es el momento donde se produce el cambio de mirada del investigador del ente al
ser.
5
Dr. Adrián Bertorello, Doctor en Filosofía (2006, UBA), Magister en Análisis del Discurso (2005, UBA),
Licenciado en Filosofía (1997, UCA), Profesor de Enseñanza Secundaria, Normal y Especial en Filosofía
(1990, UCA) Investigador Adjunto de la carrera de investigador de CONICET (lugar de Trabajo: Centro de
Estudios Filosóficos “Eugenio Pucciarelli” Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires). Autor de El
límite del lenguaje. La filosofía de Heidegger como teoría de la enunciación”, Buenos Aires, Editorial
Biblos, 2008; “Narrative time of philosophy: Heidegger’s long way hermeneutics”, en Zeljko Loparic and
Roberto Walton (Eds), Phenomenology 2005, Selected Essays from Latin America, Part I, Zeta Books, pp.
70-81; “La semántica espacial de los Media en Sein und Zeit de M. Heidegger, La Lámpara de Diógenes
Revista de Filosofía, México, N° 18 y 19, pp. 89- 97, ISNN 1870-4662, (2009); entre otros, y director de
numerosas tesis doctorales.
6
BERTORELLO, Mario adrián; Método fenomenológico y narrativa en la filosofía de M. Heidegger;
Universidad del salvador.
3
El principio de “Indicación Formal” en este momento de la obra de Heidegger toma
vital importancia en el desarrollo del método hermenéutico – fenomenológico surgiendo
desde la necesidad de la existencia (Dasein) de interpretarse a sí misma. En tanto lo que
determina la idea heideggeriana de la filosofía es el modo de analizar la vida fáctica. Es
por esto que se le da particular importancia a la cuestión metodológica. En este sentido
la obra de Heidegger, en esta época, está basada en dos ejes fundamentales, a saber: por
un lado el eje temático, que focaliza su análisis sistemático en la estructura ontológica
del Dasein. Y por otro lado el aspecto metodológico que implica una destrucción de la
historia de la ontología.
Destrucción (Destruktion)
7
HEIDEGGER, Martin; Ontología, Hermenéutica de la facticidad (1923); Jaime Aspiunza, 1ª ed. ED.
Alianza, Madrid, 2000. pág. 99
4
Método (todo bajo una intuición fundamental no explícita, viva):
primero, destrucción y sus posibles pasos; segundo, comprensión pura;
tercero, interpretación; cuarto, reconstrucción.8 (GA 58, pp. 139)
En este texto Heidegger comienza el camino hacia la independencia intelectual de su
maestro Edmund Husserl, y se posiciona desde un discurso crítico de quien fuera su
referente académico. Propone una fenomenología que se pregunte a sí misma por su
origen, que se instale en la crítica tanto de sí, como de todos los conceptos
fenomenológicos. Una metodología radical que sea ella misma su propia búsqueda y
crítica, que posicione un método critico-destructivo de toda conceptualización
fenomenológica como forma primaria de proceder hacia lo originario. Alejada en su
totalidad de las ciencias particulares que limitan el pensar filosófico y que se mueven en
el ámbito de lo derivado. “Con esto se da a entender a un tiempo que la continuidad de
la investigación fenomenológico-filosófica posee un carácter propio y no tiene nada que
ver con la limitación de las formas de progreso de las ciencias particulares, como por
ejemplo la ciencia matemática de la naturaleza”9 (GA 58, pp. 6-7). La destrucción
heideggeriana que se despliega en este texto presenta un compromiso metodológico ante
la propuesta fenomenológica heideggeriana. Se emprende en la dura tarea de revisar la
historia de los conceptos fenomenológicos y hacer una nueva crítica de ellos. El
amontonamiento de conocimiento corre el riesgo de tecnificar el método
fenomenológico y abandona el campo de interés de lo filosófico, es necesaria la
destrucción de esa acumulación como tradición critica-destructiva, que produzca
permanentemente un desmontaje de los conceptos, en tanto impedimento de la
acumulación que nos aleja del campo de lo originario.
La noción de destrucción aparece también más adelante, en las lecciones que llevaron el
nombre de Ontologie. Hermeneutik der Faktizität (Sommersemester 1923) (GA 63).
Como una noción metodológica del proyecto heideggeriano de fenomenología. Un
modo particular de la investigación, el “cómo de la investigación”. Si lo que determina
los objetos son ellos mismo en su darse, lo que los actualiza es la indagación. Pero la
ciencia, para Heidegger, está trazada por la tradición a un nivel tal que ni siquiera ella
8
HEIDEGGER, Martin; “Apéndice A, 3. Auténticas “faces” de la comprensión pura” en Problemas
fundamentales de la fenomenología (1919-1920); trad. Francisco de Lara, ED. Alianza Editorial, Madrid,
2014. Pág. 148
9
HEIDEGGER, Martin; “§1. Indicación previa de la fenomenología como ciencia del origen de la vida en
sí” en Problemas fundamentales de la fenomenología (1919-1920); trad. Francisco de Lara, ED. Alianza
Editorial, Madrid, 2014. Pág. 20
5
misma logra reconocer el encubrimiento que genera, por eso es tomado como “modo
directo” de apropiación. En este texto la propuesta heideggeriana responde a la
necesidad de reconocer la historia de ese encubrimiento como primer paso hacia la
destrucción; “hay que desmontar la tradición” llevando adelante la crítica de aquellos
“prejuicios difícilmente extirpables”10 (GA63, 89) que rigen las caracterizaciones de las
cosas. Para Heidegger, esta propuesta de una destrucción crítica-fenomenológica se
debe hacer siempre desde un punto de vista “positivo”, sin por eso renunciar a la ardua
tarea de demostrar: en principio el porqué de la falta de accesibilidad a la
significatividad, el porqué de la consideración de la falta de explicación, y a pesar de
esto, el intento por explicar; el porqué de que este intento de explicación siempre remita
a un ser real y más originario, y finalmente, porqué la búsqueda siempre tiene un
horizonte de verdad, “fundante en el ser de las cosas naturales”11 (GA63, 90). Se plantea
la situación hermenéutica como una cuestionabilidad. Un plan riguroso que tiene como
premisa la investigación de todas aquellas indagaciones concretas. La nueva
conceptualizad hermenéutica apunta a ser ella misma una investigación de las
cuestiones, de las preguntas, de las indagaciones. Desde el presente, pretende la
destrucción de los predicados determinados que la historia adoptó de manera acrítica.
La destrucción que Heidegger despliega en esta época desnuda todos aquellos prejuicios
interpretativos que la tradición disciplinaria presenta como principal ocultamiento de lo
originario, del ser. Y aplica la noción con todo su peso conceptual en pos de una
destrucción de la tradición metafísica del sujeto. Demostrando el ocultamiento que la
imposición de las disciplinas clásicas ha ejercido a través del tiempo sobre el ser y sobre
el acceso a lo originario. Si lo que la filosófica de la vida se propone es un acercamiento
al origen, la destrucción de las tradiciones filosóficas es el inicio hacia el ser, hacia el
10
HEIDEGGER, Martin; “§19 Una descripción errónea del mundo cotidiano” en Ontología, Hermenéutica
de la facticidad (1923); trad. Jaime Aspiunza, 1ª ed. ED. Alianza, Madrid, 2000. Pág. 114
11
HEIDEGGER, Martin; “Suplementos y adiciones” en Ontología, Hermenéutica de la facticidad (1923);
trad. Jaime Aspiunza, 1ª ed. ED. Alianza, Madrid, 2000. Pág. 135
12
HEIDEGGER, Martin; “Suplementos y adiciones” en Ontología, Hermenéutica de la facticidad (1923);
trad. Jaime Aspiunza, 1ª ed. ED. Alianza, Madrid, 2000. Pág. 135
6
origen. Esta noción se despliega en el contexto de una confrontación crítica a la filosofía
de Descartes en Einführung in die phänomenologische Forschung (Wintersemester
1923/24) donde Heidegger muestra todo el potencial conceptual que la noción tiene
aplicada metodológicamente como una destrucción de la tradición hacia lo originario.
Plantea una destrucción de la tradición, a la que acusa de encubridora, de distanciar a la
aprehensión de la cosa en sí, de alejar a la filosofía de lo originario. Y vé que una
“critica histórica radical” actual es la posibilidad de situar a la filosofía, nuevamente,
frente a las cuestiones decisivas.
13
HEIDEGGER, Martin; Introducción a la investigación fenomenológica (1923-1924); Traducción Juan
José García Norro, 2ª ed. ED. Síntesis, Madrid, 2006. pp. 121
8
“…es conocimiento histórico…”. (GA 17; pp. 119-120). El último punto de vista que
despliega el autor es aquel que deja claro que la destrucción no puede ser usada como
fundamentación personal, o como consideración de la historia; sino que esta noción
tiene que excluida en tanto “investigación que revela el tema de la existencia” (GA 17;
pp. 119-12).
El presente libro, que se divide en dos grandes partes, reúne una serie de textos en favor
de un curso que representaría la continuación de la gran obra de Martin Heidegger Sein
und Zeit (1927). En Los problemas fundamentales de la fenomenología se intenta
continuar e introducir en una serie de cuestiones que quedan inconclusas en el proyecto
llevado adelante en Ser y tiempo. Como texto, forma parte de una época en la que
Heidegger pretende revisar una gran parte de la historia de la metafísica. En la primera
parte el autor se dispone a realizar un análisis agudo y pormenorizado de las
exposiciones ontológicas de cuatro de los autores más eminentes de la ontología. A su
vez, en la segunda parte, que de hecho se encuentra incompleta, se comienza a tratar
aquello que Heidegger había anunciado como la tercera sección de la primera parte de
14
IBIDEM pp. 124-125
9
Ser y tiempo. En este texto se ubica a la noción de destrucción junto con las nociones
de reducción y construcción como el conjunto de componentes fundamentales del
método fenomenológico, método de la ontología, es decir, de la filosofía en general.
Solo hay ser si hay comprensión del ser, esto es, si existe el Dasein. (GA
24, p. 26-27)15
Heidegger, en su intento por dilucidar el “carácter científico de la ontología”, se plantea
dos tareas específicas. Por un lado mostrar el fundamento óntico de la ontología: si la
existencia solo es abordable desde la comprensión de esta misma, es decir, desde la
comprensión de aquella existencia que puede preguntar, elegir; la ontología tendría
como disciplina fundamental la analítica de aquel ente que se pregunta por su
existencia, que puede comprender, a saber: el Dasein. Por tanto, la ontología se funda en
lo óntico, en una comprensión que se origina en el ente y que de alguna manera debe
alejarse de éste para volver su mirada al ser, y poner atención en la comprensión y
tematización del ser. “El ser debe ser comprendido y tematizado” (GA 24, p. 29).
15
HEIDEGGER, Martin; §5 “El carácter metódico de la ontología. Los tres componentes fundamentales
del método fenomenológico” en Los problemas fundamentales de la fenomenología (semestre verano
1927); Trad. Juan José García Norro, ED. Trotta, Madrid, 2000. pp.45
10
semejantes todos existen aún para mí, aunque ahora no hable de ellos.” (BAKL: 36-
37)16.
16
BERTORELLO, Mario Adrián; “El principio de la deixis y de la modalidad: la indicación formal” en El
11
El carácter histórico del Dasein tiene su origen interpretativo en el ente, es decir que
para poder considerarlo hay que tener en cuenta la experiencia fáctica del ente que
implica la complejidad de que sus interpretaciones, en tanto históricas, pueden ser
variables de acuerdo a los diferentes momentos históricos. Para Heidegger esto afecta
incluso a las investigaciones ontológicas que también están determinadas por el lugar
histórico en que se inscriben. Por esto es que, posiblemente, todas las investigaciones de
este tipo estén totalmente sumergidas en conceptos de la tradición filosófica que fijan
toda una interpretación, unos límites, versiones y horizontes que no son propios del ser.
En este sentido, Heidegger propone que toda “construcción reductiva del ser” debe ser
criticada y destruida17 en sus conceptos tradicionales, que a pesar de tener que recurrir a
ellos en un principio, esta destrucción tiene la tarea de una revisión crítica de estos para
poder encontrar las fuentes desde donde se ha dado origen, su lugar de creación.
límite del lenguaje, La filosofía de Heidegger como teoría de la enunciación; Buenos Aires, 2004. pp. 109
17
Heidegger iguala, en este caso, la noción de destrucción al concepto de deconstrucción (Abbau). Ver:
HEIDEGGER, Martin; §5 “El carácter metódico de la ontología. Los tres componentes fundamentales del
método fenomenológico” en Los problemas fundamentales de la fenomenología (semestre verano
1927); Trad. Juan José García Norro, ED. Trotta, Madrid, 2000. pp.48
18
HEIDEGGER, Martin; §5 “El carácter metódico de la ontología. Los tres componentes fundamentales
del método fenomenológico” en Los problemas fundamentales de la fenomenología (semestre verano
1927); Trad. Juan José García Norro, ED. Trotta, Madrid, 2000. pp.48
12
El tema “la destrucción de la historia de la ontología” tendría que haber sido tratado en
la segunda parte, no editada, de Ser y tiempo. A cambio, lo que concretamente nos ha
dejado Heidegger sobre la cuestión en este texto, está sintéticamente expuesto en §6 “La
tarea de una destrucción de la historia de la ontología”:
Historicidad (Geschichtlichkeit)
Tradición
El tema fundamental de Ser y tiempo es la pregunta por el sentido del ser, la posibilidad
que este ente tiene de preguntarse por su existencia. Este modo de ser cuestionante e
investigativo que “reviste” el Dasein puede desocultar su historicidad
(Geschichtlichkeit), en tanto averiguación histórica, puede descubrir la tradición; “El
Dasein puede descubrir la tradición, conservarla e investigarla explícitamente.” (GA 2,
p.20-21)20. Lo que el Dasein descubre cuando lo hace con la tradición es su pasado
histórico, al que Heidegger entiende no solo como conformador del Dasein, sino que el
Dasein mismo “es” su pasado “en la forma propia de su ser”. Lo que quiere decir
Heidegger es que este ente que se pregunta por el sentido de la existencia se ha
familiarizado con una determinada forma de comprenderla que es la que regula los
límites de esta misma. Es decir, esta comprensión de la existencia, que es inmediata, fue
19
HEIDEGGER, Martin; §6 “La tarea de una destrucción de la historia de la ontología” en Ser y Tiempo
(1927); Trad. Jorge Eduardo Rivera, Edición digital. pp.31
20
IBIDEM. pp. 31
13
creciendo e imponiéndose de manera que hoy no solo representa todas las posibilidades
de su ser, sino que también las regula. El pasado es el modo de ser del Dasein que se le
anticipa, aunque él siempre acontezca desde su futuro.
El Dasein, así como tiene la tendencia a interpretarse desde la impropiedad de los entes
intramundanos; de la misma manera tiene la tendencia a caer en el dominio de la
tradición que olvida el origen del ser. Esta dominación tiene lugar en la comprensión
ontológica y como tal atenta contra el arraigo de la propia historicidad del Dasein,
contra “… un posible retorno positivo al pasado, es decir, una apropiación productiva
del mismo” (GA 2, p.22). La tradición impropia, cuando se hace de la dominación
ontológica del Dasein, encubre su origen y no deja un libre acceso a la transmisión de
las fuentes, “convierte el legado de la tradición en cosa obvia” (GA 2, p.22).
“La tradición desarraiga tan hondamente la historicidad del Dasein, que éste no se
moverá ya sino en función del interés por la variedad de posibles tipos, corrientes y
puntos de vista del filosofar en las más lejanas y extrañas culturas, y buscará encubrir
bajo este interés la propia falta de fundamento.”21
Destrucción
Heidegger asegura que la pregunta por el sentido del ser ha caído en el olvido a lo largo
de la historia, ella misma se encargó de encubrirla, de alejarla de las fuentes originales
21
IBIDEM. pp. 32
14
del pensar ontológico; y que es necesario recuperar su trasparencia, su historicidad
(Geschichtlichkeit), su fluidez. Nuestro autor propone una tarea de ablandamiento de la
tradición a la que llama: Destrucción, esta noción, a la que este trabajo dedica toda su
atención, se trata de una renovación profunda del contenido tradicional de la filosofía,
una recuperación de la fluidez de la endurecida tradición; que necesita de la activa
recuperación de la pregunta por el sentido del ser. De la misma manera que necesita que
este preguntar recupere su vivacidad, su actitud original; para poder guiarla, para poder
ser aquella que marque el camino de la destrucción y posibilite una apropiación
productiva del pasado. La destrucción, en Ser y tiempo, también tiene una función
metodológica, como a lo largo de toda la obra heideggeriana, que nos muestra, de
alguna manera, cuál será el camino elegido por Heidegger para llevar adelante el
desocultamiento del ser. Como ya dijimos, la problemática principal de este texto es
recuperar la pregunta por el ser que la tradición ha ocultado por tanto tiempo, y por eso
se necesita contar con la noción de destrucción como método de desocultamiento,
recuperación de la fluidez, en fin, ablandamiento de una endurecida tradición que se ha
encargado de hundir a la pregunta original debajo de innumerables capaz sedimentarias
e inmóviles de conceptos tradicionales. Heidegger no nos plantea un deshacerse de la
tradición, no propone un sentido negativo de la destrucción, ni una tarea aniquiladora
del total de la tradición. Lo que la noción de destrucción busca es recuperar la
transparencia de la pregunta por el ser desde una exhibición del “certificado de
nacimiento” de los conceptos fundamentales de la ontología. Heidegger intenta
recuperar una visión positiva del pasado en un sentido productivo de este con el objetivo
de lograr una crítica que afecte al “hoy”. Es decir, que lo que la destrucción pretende
hacer es una crítica actual de las categorías fundamentales de la ontología tradicional, y
para eso necesita ablandar a la tradición que se ha endurecido alejando así al Dasein de
su propia historicidad, de su propia direccionalidad.
15
guiada por la incógnita que genera la conexión del ser con el tiempo en los tratamientos
ontológicos a lo largo de la historia, pero poniendo importante interés y actitud
destructiva en el modo de lograr finalmente el abordaje de la “problemática de la
temporariedad” que se asume en dicha investigación. Para Heidegger la ontología y la
destrucción de la historia acontecida de la ontología, son las que, juntas, forman una
doble tarea en la elaboración de la pregunta por el ser.
Si bien el tema del Humanismo nunca fue específicamente un abordaje que haya
interesado a Heidegger a lo largo de su obra, en la presente carta, escrita en 1946 y
luego aumentada para su publicación en 1947, aborda la problemática desde la respuesta
a una pregunta formulada por uno de sus estudiantes, Jean Beaufret: ¿comment
redonner un sens au mot “Humanisme”? (¿Cómo dar un nuevo sentido a la palabra
“Humanismo”?). Esta edición fue publicada por primera vez por la editorial Francke,
como un apéndice a la obra Platons Lehre von der Wahrheit. Aunque actualmente
forma parte del noveno volumen de las obras completas de Heidegger (Heidegger
Gesamtausgabe), (Wegmarken, ed. F.-W. von Herrmann, Vittorio Klostermann,
Frankfurt am Main 1976, pp. 313-364). Este texto fué traducido al español y publicado
en Perú por Alberto Wagner de Reyna en 1948. Por lo que prácticamente la obra se leyó
en simultaneo, tanto en Europa, como en América Latina donde Heidegger empezaba a
ubicarse como una de las principales influencias del pensamiento regional.
En Carta sobre el humanismo el autor responde una pregunta que denota la necesidad
de replantearse el sentido del “humanismo”. Aunque su respuesta va a situarse en la
lejanía de una sincera búsqueda por el nuevo sentido de este movimiento, sino que lo
que va a hacer es desplegar una exposición sobre cómo el humanismo ha perdido su
sentido y ya no vale la pena intentar recuperarlo. Heidegger retoma el discurso sobre el
olvido del ser que había desplegado en Sein und Zeit, y sitúa su propuesta en un retorno
al ser que nos deje abordar la “humanitas”, perdida a lo largo de la historia de la
metafísica. Para esto recurre a la noción metodológica de destrucción pero siempre en
referencia a la desplegada en Ser y tiempo. Carta sobre el humanismo no es un texto
donde Heidegger innove sobre la noción de destrucción a nivel teórico, sino más bien
22
IBIDEM. pp. 33
16
este texto se inclinaría por ser la puesta en práctica de la noción y no una búsqueda
conceptual sobre el tema.
Palabras finales
En este trabajo hemos intentado hacer una lectura analítica y pormenorizada del
concepto de destrucción a través de la obra de Martin Heidegger pero con denostado
interés y profundidad en la época que marcan textos de la calidad de Ser y tiempo y de
Los problemas fundamentales de la fenomenología. Pudimos observar cómo se repite, a
lo largo de toda su obra, la función metodológica de este concepto; cómo Heidegger
intenta plantear la necesidad que viene teniendo la filosofía de encarar un desmontaje,
una destrucción de los conceptos heredados de manera acrítica por la tradición. En este
sentido, consideramos que, principalmente, lo que propone Heidegger es un encuentro
con la apropiación originaria del ser, con la comprensión propia de la existencia libre de
todo residuo conceptual de la tradición. Para esto se sumerge en las profundas
17
reflexiones de autores como René Descartes, Emmanuel Kant, Georg Wilhelm Friedrich
Hegel, y aplica de manera práctica el concepto metodológico de la destrucción, para
poder , finalmente, alcanzar el desmontaje de los conceptos heredados acríticamente por
la tradición que lo lleve al encuentro del propio ser. Como lo anuncia en la descripción
teórica de este concepto pone frente a frente a la filosofía con la cosa misma, con el ser
mismo; en lógica conexión con el hilo principal de la investigación, a saber: retomar la
cuestión que la tradición viene ocultando, recuperar la pregunta por el ser.
23
HEIDEGGER, Martin; Carta sobre el humanismo (1947), Traducción Helena Cortés y Arturo Leyte, ED.
Alianza, Madrid, 2000. Pág. 14
24
HEIDEGGER, Martin; §6 “La tarea de una destrucción de la historia de la ontología” en Ser y Tiempo
(1927); Trad. Jorge Eduardo Rivera, Edición digital. pp.32-33
18
encubrimiento de los objetos de la filosofía. De lo que se trata es de lograr volver a lo
originario, “volver a configurar” la posición originaria. Metodológicamente, Heidegger,
propone la noción de destrucción de la tradición, no como una negación sino como un
desmontaje, como un reencontrarse con lo originario, como una destrucción crítica de la
tradición heredada. Y lo lleva adelante mediante la disolución de todos aquellos
presupuestos heredados que conforman conceptualmente la tradición, para poder, de
esta manera, llegar a pensar la vida fáctica en su total originalidad. Lo que Heidegger
está tratando es de ubicar la discusión en las situaciones originarias en las que se inicia
la semántica filosófica, ahí donde se originan los primeros significados de los conceptos
filosóficos. A todo este análisis el autor le da un sentido estrictamente pragmático, lo
que se intenta es provocar el encuentro con los significados de la vida misma. Para
Heidegger el significado de las palabras, del vocabulario; no se completa así como
aparece en el diccionario, sino que tienen que ser remitidas, para su total comprensión,
al contexto, a la experiencia, que es donde toman su sentido existencial.
Este trabajo concentró todo su interés en la conceptualización de la noción de
destrucción y no menciona, ni se involucra con el desmontaje práctico que Heidegger
realiza sobre determinados autores de la tradición filosófica. Sino que intentó una
lectura analítica de la noción de destrucción en su conceptualización como aporte
metodológico fenomenológico de la ontología. Y deja abierta la posibilidad de una
revisión a través de la influencia de esta noción, en tanto reflexión heideggeriana, en
otros autores interesados por este concepto. En este sentido nos hemos referido a la
destrucción de la historia de la ontología como perteneciente tanto al pasado transmitido
por las tradiciones, como al propio presente que investiga.
19
joven Heidegger. Pero dispondremos nuestra principal atención en la búsqueda de un
profundo análisis del despliegue que el autor hace en la época que conforman obras
tales como: Ser y tiempo (1927) y Los problemas fundamentales de la fenomenología
(1927), como ya anticipamos.
20
Bibliografía
21
HEIDEGGER, Martin; Ser y Tiempo (1927), Traducción, prólogo y notas de Jorge
Eduardo Rivera, Edición digital de: http://www.philosophia.cl.
PÖGGELER, Otto; El camino del pensar de Martin Heidegger; Madrid, ALIANZA,
1993.
HEIDEGGER, Martin; Carta sobre el humanismo (1947), Traducción Helena
Cortés y Arturo Leyte, ED. Alianza, Madrid, 2000.
22