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El Espacio Público

Por Lic. Anuar Cortázar Cáez


Sin duda se dirá que la ocupación irregular del llamado espacio público es un
problema que afecta, necesariamente, a todas las ciudades grandes y
medianas que o a medida que crecen física y demográficamente, y sobre todo
cuando se desarrollan tan irregular y desordenadamente como nuestra querida
Magangué. La apreciación es objetiva y evidente, pero es cierto que el
problema del espacio público ha llegado en nuestra ciudad a los mayores
extremos.
El espacio público no es, como suele pensarse, lo que le sobra a la propiedad
privada. Por el contrario, es la imagen y la estructura fundamental de nuestras
ciudades, así como el principal lugar de interrelación de sus habitantes. Sin
embargo, y puede ser este su principal problema, la falta de conciencia sobre
su importancia hace que se pierda el sentido de pertenencia, el cual se refleja
en la indiferencia, el descuido, la mala utilización y los abusos que contra él se
cometen diariamente.
Tenemos que comenzar por darnos cuenta de que el espacio público no se
limita a los andenes y las plazas y, que sus problemas no son solo la invasión
de vendedores ambulantes y de avisos por toda la ciudad.
No. El espacio público es mucho más que eso. Es todo lo que nos rodea, el
aire que respiramos y, en general, el lugar donde se desarrolla la ciudad. Es la
gran avenida y el pequeño parque de barrio, pero es también el paisaje urbano,
las sabanas, los bosques, los ríos y todos los recursos naturales.
Desafortunadamente en Magangué, como en las demás ciudades colombianas,
prima el interés particular sobre el común de manera egoísta, sin importar su
incidencia sobre el espacio público. Añoro los años 90 cuando se transitaba
cómodamente por sus calles, a pesar de que siempre han existido los
vendedores informales, lo que no ha existido es una política formativa, que
permita capacitarlos en microempresarios y brindarles lugares apropiados para
que ejerzan su función sin necesidad de utilizar el espacio público.
Las administraciones municipales tampoco son conscientes. Son débiles, lo
que hace que todos se sientan con el mismo derecho a violar el espacio
común. “Es deber del Estado velar por la protección de la integridad del
espacio público y por su destinación al uso común, el cual prevalece sobre el
interés particular”. (Art. 82, Constitución Política de Colombia, 1991).
Hasta cuando seguirá creciendo la utilización de los andenes, de las calles u
otros espacios impidiendo la movilidad, presentando una imagen indeseables a
sus visitantes, parece ser que esto no le interesa al honorable concejo, ellos
son coadministradores de la ciudad, no le han dedicado un análisis a esta
problemática, y seguirá creciendo porque las ventas informales se dan a diario
debido al alto índice de desempleo que hay en Magangué, se estima que por
cada 100 habitantes hay 32 desocupados, ilustres concejales es hora de
dedicarse a buscar soluciones a la problemática del espacio público, ustedes
son llamados a “Adoptar los correspondientes planes y programas de
Desarrollo económico y social y de obras públicas. Determinar las áreas
urbanas y suburbanas de la cabecera Municipal y demás centros poblados de
importancia, fijando el Respectivo perímetro urbano. Velar por la preservación
y defensa del patrimonio cultura, y del espacio público (Art 313 de la
Constitución Nacional 1991), reflexionen la problemática social de la movilidad
en las calles ocupadas y atiborradas de vendedores informales.

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