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Concepto: conforme al art 670 del Cc: “La tradición es el modo de adquirir el dominio
de las cosas y consiste en la entrega que hace el dueño de ellas a otro, habiendo por
una parte la facultad e intención de transferir el dominio, y por otra la capacidad e
intención de adquirirlo. Lo que se dice de la tradición se extiende a todos los otros
derechos reales”
Por la importancia de esta materia es importante tener en cuenta lo siguiente:
1° El Cc en diversas disposiciones usa el término tradición, pero no necesariamente
con el alcance de modo de adquirir el dominio que presenta la definición del art 670.
Cuando el Cc utiliza la palabra tradición generalmente la usa como sinónimo de
entrega, y no bajo la perspectiva de un modo de adquirir el dominio, lo que debe
tenerse en consideración para no cometer equívocos. De esto se infiere un principio
importante: la tradición que permite la adquisición del dominio, y que es definida
por la ley, supone siempre la entrega de una cosa de manos del tradente al
adquiriente; pero no toda entrega produce el efecto de la tradición como un modo
de adquirir el dominio.
Es perfectamente posible que la entrega -entiéndase por tal, el traspaso material de
una cosa de manos de una persona a otra- puede operar la transferencia del
dominio o no. Sólo la entrega que hace la parte que contrajo la obligación en virtud
de un título traslaticio de dominio constituye jurídicamente una tradición, que
puede operar la transferencia de dominio si se cumplen los requisitos legales. En
cambio, la entrega que hace la parte que contrajo una obligación de entregar, en
virtud de un título no traslaticio de dominio, como es por ejemplo, un título de mera
tenencia, como el de arrendador, no constituye una tradición que permita la
transferencia del dominio, porque el título de mera tenencia no permite desprender
que en la entrega que se efectúa en virtud de él existe la intención de transferir el
dominio, sino que por el contrario, el título revela una intención diametralmente
opuesta, desde el momento que el que recibe la cosa lo hace reconociendo dominio
ajeno, esto es, que la cosa no le pertenece.
2° Por la tradición se puede adquirir, no sólo el dominio, sino que también los demás
derechos reales. Por ejemplo, si una persona dona a otro el usufructo de una cosa
mueble, el mero contrato de donación no va hacer nacer el derecho real de
usufructo, sino que solamente permite al donatario adquirir el derecho personal
para exigir al donante la tradición del derecho real de usufructo. La entrega de la
cosa al donatario que haga el donante con la intención de constituir el usufructo, es
una tradición entendida como un modo de adquirir, no en esta hipótesis el dominio,
sino que otro derecho real: el usufructo. Por otra parte, la entrega que se hace al
donatario para constituir el derecho real de usufructo, no lo va a hacer dueño de la
cosa sobre la cual se ejerce el usufructo, sino que lo va a hacer dueño de su derecho
de usufructo, en aplicación del art 583 que dice que sobre las cosas incorporales
hay también una especie de propiedad. La relación jurídica del usufructuario sobre la
cosa fructuaria es la de mero tenedor, ya que reconoce el dominio ajeno, en este
caso el del nudo propietario.
Cabe mencionar, que también se pueden adquirir por tradición los derechos
personales, lo que permite apreciar el amplio alcance de la tradición como modo de
adquirir tanto las cosas corporales como incorporales, sin limitación alguna.
Mirada desde la perspectiva del dominio que se adquiere, las partes tienen la
intención de modificar el derecho de dominio radicado en un titular
determinado, lo que se logra cambiando la titularidad del dominio de una
persona a otra. Para quienes piensan que la tradición no opera la modificación de
un derecho, pues el dominio, aunque cambie la persona del titular sigue siendo
el mismo, estiman que lo que las partes tienen es en realidad la intención de
traspasar el derecho de dominio y radicarlo en una persona distinta del dueño.
Mirada desde la perspectiva de las obligaciones contraídas en el título que
antecede a la tradición, la tradición tiene por objeto extinguir las obligaciones
que emanan de ese acto o contrato. De este modo, el vendedor, el donante, el
aportante en sociedad, no transfiere el dominio en el respectivo contrato de la
cosa vendida, donada o aportada, sino que se obliga a transferirla. Es así como la
tradición, lo que hace es extinguir una obligación contraída; o si se quiere
cumplirla; en realidad, pagar.
CARACTERÍSTICAS DE LA TRADICIÓN COMO MODO DE ADQUIRIR EL DOMINIO
2. La tradición es un modo de adquirir entre vivos. Esto significa que los efectos que
le son propios, no requieren, como supuesto natural e indispensable, la muerte de
una persona.
REQUISITOS DE LA TRADICIÓN
La ratificación: consiste en hacer oponible un acto que hasta ese momento no lo era,
por lo tanto, por ella, el tradente o el adquirente hacen que los afecte la tradición
que hasta ese momento no les afectaba por faltar su voluntad.
Así se convalida el acto, el cual por una ficción legal se entiende que siempre fue
válido y que nunca estuvo afecto a ningún vicio.
Existe en esta materia una regla especial: la del art. 671 inc 3 en relación a la
representación del tradente en las ventas forzadas.
En dichas ventas surge la pregunta ¿Dónde está la voluntad del tradente?
La ley señala que en esos casos el juez actúa como representante legal del tradente y
por tanto, expresa la voluntad del tradente. (art. 43) pero para ello deben reunirse
los siguientes requisitos copulativos: venta forzada, decretada por el juez, a petición
de un acreedor, en pública subasta.
Cumplidos estos requisitos se produce un caso excepcional, cual es, que es el juez
quien actúa como representante legal del tradente.
Según Hugo Rosende, en estos casos la voluntad del tradente (vendedor) existe, y se
expresó en el momento en que contrajo su obligación, porque en ese instante puso
todo su patrimonio a disposición de su acreedor en virtud del derecho de prenda
general.
Este criterio fue acogido por la Corte Suprema.
Es por una ficción que se entiende que el tradente expresó su voluntad de transferir
el dominio al contraer su obligación y por ello, al momento de efectuarse la tradición
el juez es solo su representante legal.
Alessandri señala que esta norma crea una nueva y especial forma de
representación legal y comparte el criterio de Rosende.
La Corte Suprema ha señalado que esta representación legal del juez es muy
específica y solo sirve para la firma de la escritura de venta y para la entrega de la
cosa.
4. LA ENTREGA DE LA COSA.
El término entrega significa en tradición la materialización del acuerdo de las partes
de transferir el dominio del tradente al adquiriente.
Esta entrega es diferente según se trate de bienes muebles, inmuebles, de derechos
personales, de frutos y productos, del derecho de herencia y de las servidumbres.
Analizadas las diferentes formas de tradición ficta, se puede concluir que en ellas
está siempre presente la idea de que aunque no opere la entrega real o material,
estas formas simbólicas generan en el adquirente la posibilidad de disponer
inmediatamente de la cosa tradida como poseedor.
Norma especial que regula la tradición de muebles por anticipación.
Esta tradición está regulada en el art 685 inc 1°. Esta norma establece una forma de
tradición real, al prescribir que la tradición se verifica en el momento de la
separación de estos objetos. La discusión que se da es si frente a esta forma
especial, se podría también efectuar por una de las formas consagradas para la
tradición ficta. La jurisprudencia ha concluido que sí.
* La palabra título utilizada por el art 686 se toma como contrato (título traslaticio de dominio).
La inscripción debe hacerse en el registro que corresponde del C.B.R de la comuna donde está
ubicado el inmueble.
De acuerdo al reglamento del CBR, sólo pueden inscribirse escrituras públicas o una sentencia
judicial, por lo tanto aún cuando el contrato de que se trate no exija escritura públicas, para
hacer la tradición del derecho real si recae sobre un inmueble, necesariamente debe otorgarse
una escritura pública.
del conservador “. De la misma manera se efectuará la tradición de los derechos de
usufructo o de uso constituidos en bienes raíces, de los derechos de habitación o de
censo y del derecho de hipoteca. Hay que tener claro que el derecho de uso y el
derecho de habitación, son derechos que no pueden transferirse, entonces es su
constitución la que requiere inscripción ( en el caso del uso sólo si es inmueble),
pues se constituyen y pierden igual que el usufructo.
Si bien el art 686 menciona el uso y habitación sn personalismos no pueden ser
objeto de tradición porque son intransferibles.
Derechos reales sobre inmuebles cuya tradición no se efectúa por la
inscripción.
El art 686 omitió a las servidumbres activas y al derecho real de herencia. En el caso
de las servidumbres la tradición se realiza por escritura pública art 698. En todo caso
esto tiene excepciones como la servidumbre de alcantarillado en predios urbanos,
en cuyo caso la tradición debe hacerse por la vía de inscripción en el Conservador de
Bienes Raíces.
Esta escritura pública no es necesario inscribirla para hacer la tradición, sin embargo
se puede inscribir para efecto de publicidad, o sea, para hacer oponible la
servidumbre a los terceros.
** Como no es muebles, no se puede aplicar el art 684 y como tampoco es inmueble no se puede
aplicar el art 686. para Urrutia hay que recurrir al concepto (art 670) por ello la tradición del
derecho real de herencia debe hacerse por cualquier medio que revele la intención del tradente
de transferir el dominio y la del adquirente de adquirirlo.
Sin embargo, existe unanimidad que en virtud del principio de publicidad de las transferencias
efectuar la tradición, establecida sólo para los inmuebles, y la regla general,
son las formas del art 684, la tradición del derecho de herencia no requiere
inscripción, y basta para efectuarla cualquiera manifestación en que conste la
intención de transferir el dominio. Leopoldo Urrutia.
Cesión de créditos nominativos: estos son los extendidos a nombre exclusivo de una
persona determinada. Su cesión se hace por la entrega del título. De esta manera
queda perfecta la cesión entre cedente y cesionario, pero para que surta efectos
respecto del deudor y de terceros, es necesario que se notifique la cesión por el
territoriales es conveniente cuando en la herencia hay bienes raíces o derechos reales constituido
sobre ellos, hacer la inscripción en el CBR.
cesionario al deudor o que éste acepte la cesión. Estos créditos son a los que se
refiere el Cc en los arts 1901 a 1908. El código no se refiere a los otros títulos de
crédito.
Cesión de créditos a la orden: estos son los que llevan la expresión a la orden y su
cesión se hace endoso.
Cesión de créditos al portador: son los que han sido extendidos a nombre de persona
indeterminada y cuya cesión se hace por simple entrega material del título.
Art 699 “La tradición de los derechos personales que un individuo cede a otro se
verifica que la entrega del título hecha por el cedente al cesionario”.
Se hace con arreglo a los arts. 1901 y siguientes, y se efectúa por la entrega del título
que hace el cedente al cesionario. Según la mayoría de los autores la palabra título
se tomó como sinónimo de instrumento donde consta la cesión y estos autores
sostienen que si el crédito no consta en ningún documento había que otorgar uno o
hacer uno para que este documento pueda entregarse y hacer la tradición.
Otros autores como el profesor Alessandri dicen que la ley aquí no se está refiriendo
a la entrega material del título, porque lo que se transfiere no es una cosa material
sino un derecho y por lo tanto para el profesor Alessandri la tradición de los
derechos personales no sólo puede efectuarse por la entrega física del título, del
papel donde consta el crédito sino que también hacerse de una manera simbólica,
por ejemplo: permitir al cesionario tener el crédito por suyo.
La doctrina ha criticado que el art 1901 y siguientes hablen de la cesión de créditos
Entre el cedente y el cesionario. Se hace por la entrega del título que hace el cedente
al cesionario. Art 1901: “La cesión de un crédito personal, a cualquier título que se
haga, no tendrá efecto entre el cedente y el cesionario sino en virtud de la entrega
del título”.
Una vez que se ha efectuado la entrega del título se entiende hecha la tradición,
pero es inoponible respecto del deudor y de los terceros.
Respecto del deudor cedido. Para que al deudor le sea oponible la tradición que se
ha hecho, es necesario que se le notifique la cesión o bien que acepte la cesión.
Notificación. Art 1902: “La cesión no produce efecto contra el deudor ni contra
terceros, mientras no ha sido notificada por el cesionario al deudor o aceptada por
éste”.
La notificación debe hacerla el adquirente (cesionario). La ley no dice cómo se debe
hacer la notificación, pero se debe hacer en forma judicial y exhibiéndose al deudor
el título donde consta la cesión con la designación del cesionario y con la firma del
cedente. Mientras no haya notificación la cesión al deudor y a los terceros le es
inoponible y por lo tanto si antes de la notificación el deudor paga el crédito al
antiguo acreedor ese pago sería válido.
En la cesión de crédito (tradición de derecho personal) el crédito pasa con todos sus
privilegios, con todos sus accesorios al cesionario siendo esta una de las principales
diferencias con la novación por cambio de acreedor.
En la cesión de crédito no se requiere el consentimiento, en cambio en la novación
por cambio de acreedor sí se requiere el consentimiento del acreedor.
En la cesión de crédito lo único que no se traspasa son las excepciones personales.
Art 1906: “La cesión de un crédito comprende sus fianzas, privilegios e hipotecas;
pero no traspasa las excepciones personales del cedente”.
(Apuntes profesora)
EFECTOS DE LA TRADICIÓN
2. Si el tradente carecía de dominio sobre la cosa que entrega, pero tenía sobre ella
otro u otros derechos transferible, como usufructo, por ejemplo, los transfiere con la
tradición.
Aquí queda el adquirente como poseedor de la cosa y dueño y poseedor de los
derechos que el tradente tenía. Esta regla es discutible por las siguientes razones: la
tradición se efectuó para trasladar el dominio; ésta fue la intención del tradente, y
sobre todo, del adquiriente quien pudiera tener sus razones para repudiar esa
parcial adquisición; él manifestó voluntad para adquirir el dominio, no derechos de
inferior categoría o menor envergadura.