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EL PROCESO DE REDACCIÓN

Redactar es un proceso

Un buen texto no es, en absoluto, el resultado de un acto de magia. La redacción es siempre un


proceso. La Real Academia define “proceso” como un conjunto de fases sucesivas de un
fenómeno.

El proceso de redacción de un texto académico

Pasos principales

Paso 1: Análisis de la necesidad comunicativa

Hablar bien implica adecuarse al contexto comunicativo. Este se refiere al conjunto de variables
o condiciones en als que se produce un discurso. Existirán, en consecuencia, contextos
informales de comunicación (conversación con un amigo por teléfono) y otros contextos donde,
por consenso cial, será necesario ser un poco más formales o elegantes (como cuando
respondemos preguntas de un examen, cuando presentamos nuestra resis, etc.).

Un texto es adecuado si la elección linguística efectuada es apropiada a la situación comunicativa


(Instituto Cervantes). Ello quiere decir que nos adecuamos al contexto comunicativo cuando
nuestra expresión se adapta a las condiciones en las que se produce la comunicación; para ello,
es imprescindible hacer un buen análisis de todos los aspectos derivados de esas condiciones.

La primera parte del proceso, en consecuencia, consiste en analizar en qué condiciones se


produce nuestra comunicación: a quién le escribimos (receptor), qué extensión debe tener
nuestro texto, qué tipo de texto queremos hacer, qué términos debemos usar o no, etc.

La situación comunicativa

Comprende un conjunto amplio y complejo de elementos, desde las circunstancias de espacio y


tiempo en las que tiene lugar el evento comunicativo hasta las características, expectativas,
intenciones y conocimientos de los participantes de dicho evento” (Instituto Cervantes 2011).

Por lo general, cuando se piensa en la situación comunicativa, se tiende a asociarla a las distintas
situaciones – formales e inforamles – de comunicación. El registro (el tipo de palabras) que
empleamos, así como el tono u otros aspectos, es distinto si nos comunicamos con uno de
nuestros amigos cercanos o si nos comunicamos con una autoridad. Ello demuestra la
importancia de analizar la situación comunicativa antes de emitir nuestros mensajes.

Sin embargo, la definición de situación comunicativa debería ser más amplia para quien redacte
un texto. En el caso de la redacción de textos académicos, es evidente que se trata de una
situación formal, lo cual repercutirá en la forma en que redactaremos el texto: léxico formal, el
orden de las ideas, etc. No obstante, también debemos tener en cuenta, como planteaba la
definición antes mencionada, características, expectativas, intenciones y conocimientos de
nuestro interlocutor. Si nos dirigimos a una autoridad de nuestra universidad, debemos tener en
claro que el interlocutor espera que nos comportemos de manera formal (es necesario evaluar las
expectativas).

Por ende, es importante realizar un “mapeo” de quién es mi interlocutor para, de esa manera,
optimizar la forma de redactar mi texto. En el caso de los textos académicos, no conocemos
quiénes serán exactamente nuestros lectores, pero sí sabemos que pertenecen al ámbito
académico (universitairo), lo cual nos debe permitir establecer un “perfil” del receptor del
documento y establecer qué tan profunda debe ser la explicación de las ideas en este. En el caso
de los que se redactan para públicos especializados, probablemente se obviará una serie de ideas.

La intención comunicativa

Es importante analizar cuál es la intención del emisor en el acto comunicativo. Toda


comunicación está guida por una intención, que se puede definir como “el propósito, la meta o
finalidad que quiere conseguir, por medio de su discurso, el participante de un acto
comunicativo” (Instituto Cervantes 2011). Por ejemplo, existen situaciones donde nuestra
intención como emisores es persuadir o convencer al receptor (textos argumentativos), otras en
las que nuestra intención es contar una historia (textos narrativos) u otras en las que el propósito
es informar (textos expositivos o informativos).

Paso 2: Investigación, comprensión y selección de la información

Antes de empezar a redactar, debemos contar con la materia prima: las ideas. Pero, para llegar a
estas, tenemos que informarmos, leer, dialogar, pensar, investigar, etc.

Lluvia de ideas

Elaborar un listado espontáneo de ideas, que pueden ser palabras, frases u oraciones propias con
relación al tema.

Luego, tendremos que constatar el nivel de importancia de nuestro listado, confrontándolo con
ideas extraídas de fuentes bibliográficas. Esto nos servirá para saber cuán pertinentes y
coherentes son nuestras ideas para desarrollar el tema, y cuánto nos servirán para la redacción del
texto.

Investigación

Luego de haber anotado las ideas que conocemos sobre el tema, es importante buscar,
seleccionar y registrar las fuentes que consultaremos durante la elaboración del texto.

En el proceso de redacción, la búsqueda de información dene tener un propósito. Cabe


preguntarnos qué estamos buscando en las fuentes y para qué. Uno de los erroes más comunes
consiste en acopiar información que no sirve para desarrollar el tema, porque no se relaciona
directamente con este. Otro de los errores comunes es consultar inforamción solo en Internet.

La selección adecuada de las fuentes solo es posible si se establecen algunos criterios. Los
autores indican tres criterios: el valor de la autoridad, el valor del contenido y el valor de la
extensión.

Valor de autoridad. Respecto del primer criterio, se afirma: “Cuando nos referimos al valor de
autoridad, aludimos al prestigio y el reconocimiento que tienen el autor o autores del texto, el
traductor y la entidad que cumple la función de editorial” (Alayza y otros 2010: 163). La
calificación o autoridad del autor es un indicador de la credibilidad de la información. Es
importante que se tengan en cuenta aspectos como su trayectoria y experiencia en el tema, y sus
publicaciones. Si el autor fuera una institución, se debe considerar si esta es seria o de confianza.

Valor de contenido. Es el que consideramos al revisar el título de la publicación, el número de de


edición, la fecha de la publicación de la obra y el nombre de la colección en caso de que el texto
pertenezca a alguna. A veces, la información corresponde a una época antigua.

Valor de la extensión. La extensión de la publicación es otro de los criterios que necesitamos


tener en cuenta. “Cuando analizamos el valor de la extensión de una publicación consideramos el
número de páginas, de volúmenes, de gráficos, de mapas, etc., que contiene la obra. Lo que
intentamos confirmar a través de la revisión de esos aspectos es la profundidad y especialización
con qeu se ha abordado el tema” (Alayza y otros 2010: 165).

Comprensión de las fuentes

Comprender implica no solo pensar, sino también actuar a partir de lo que sabemos. En el
proceso de redacción, es necesario reflexionar sobre las fuentes consultadas, pero con esa
reflexión no concluye la etapa de la comprensión. Con la lectura, sabemos algo más sobre el
tema; sin embargo, necesitamos evidenciar que hemos comprendido la información. Esto solo se
logra si somos capaces de, por ejemplo, explicar o resolver un problema, construir un argumento,
armar un producto. En nuestro caso, la comprensión será evidente solo en la producción de
nuestro propio texto, sobre todo en el nivel de desarrollo de las ideas: un texto superficial, por lo
general, revelará una comprensión superficial de las fuentes.

Para comprender las fuentes podemos emplear algunas técnicas, tales como el mapa mental, el
sumillado, las preguntas, el cuadro sinóptico, el resumen, entre otras.

Selección o tratamiento de la información

Una vez que se ha llevado a cabo la información de las fuentes, es imprescindible seleccionar la
información relevante (discriminarla de aquella que no es relevante) para nuestra redacción. Ello
se puede realizar mediante un cuadro, donde sistematicemos tanto las ideas propias como
aquellas extraídas de las fuentes bibliográficas. Estas últimas nos servirán para constatar el nivel
de importancia de nuestras propias ideas.

El siguiente paso consiste en elaborar una lluvia de ideas propias, así como también un cuadro
con ideas extraídas de fuentes bibliográficas con relación al tema ya mencionado. Es importante
tener en cuenta que nuestras ideas, de las cuales solo algunas servirán para nuestra redacción,
serán confrontadas con la información relevante extraída de las fuentes. Por ejemplo, la llubia de
ideas sobre las causas y consecuencias del racismos en el Perú serían:

Desde que los españoles llegaron al Perú, infundieron una mentalidad racista.
El Perú es un país desunidos por causa del racismo.
Discriminación por color de piel, lugar de origen, dónde vive, comportamiento, religión.
Racismo como parte de la vida social.
En algunos casos, la familia lo cultiva en sus miembros desde pequeños.
La consecuencia puede ser la poca tolerancia a la hora de tratar con la otra persona de color.
Frustracción de los discriminados, lo qeu los vuelve personas cohibidas.
Diferencias étnicas entre los migrantes y los limeños.
Diferentes costumbrtes y ritos.

Ahora, pasemos a procesar este conjunto desordenado de ideas. Para ello seleccionaremos lo
pertinente y ordenaremos a qué subtema pertenece cada una de ellas utilizando un cuadro.
Ordenamiento de la lluvia de ideas.
Tema: Causas y consecuencias del racismo en el Perú.
Subtema 1
Causas: Ideas 1,4....
Subtema 2
Consecuencias: 2,3...

Paso 3: Organización de la información

Antes de redactar, necesitamos determinar con claridad las ideas que vamos a emplear (tanto
propias como ajenas) y cóno las ordenaremos en el texto. Para llevar a cabo esta organización de
manera efectiva, necesitamos realizar dos pasos: delimitar el tema y elaborar un esquema de
contenido.

Delimitación del tema

Según la Real Academia Española, el término “delimitar” significar “Determinar o fijar con
precisión los límites de algo”. ¿Por qué es importante delimitar el tema? Sin la delimitación sería
muy difícil lograr el rigor intelectual que todo texto académico exige. Por ejemplo, el tema
“racismo” es muy general, ya que, si tomamos esta propuesta, tendríamos un abanico de
posibilidades temáticas para desarrollar, como el racismo en el mundo, el racismo en la era
cristiana, etc. Como vemos el tema es amplio, y si lo abordamos sin delimitarlo, nuestro texto
tendría que explicar todos los aspectos del racismo, lo cual nos llevaría mucho tiempo y varias
páginas, y una mayor investigación. Por tal motivo, la delimitacion es sumamente importante. Es
la primera fase para redactar textos académicos.

Delimitación del tema del racismo. De lo más general a lo más específico.

1. El racismo.
2. El racismo en el Perú.
3. El racismo en el Perú actual.
4. Causas y consecuencias del racismo en el Perú actual.

El diagrama nos facilita la explicación. Delimitar el tema también es un proceso, puesto que,
para llegar al cuarto nivel de especificidad, hemos pensado, reflexionado, seleccionado y
delimitado.

Elaboración de un esquema

Cuando el tema se ha delimitado pertinentemente y se ha llevado a cabo el proceso de seleccio´n


de la información relevante a partir de las fuentes, es importante realizar un esquema previo a la
redacción final del texto. Muchas veces, la poca claridad de un texto está relacionado no con la
falta de información, sino con la falta de orden. Este orden se logrará con mayor facilidad a partir
de la elaboración de un esquema en el que se grafiquen las ideas principales, las secundarias y
los detalles del texto.

Un buen esquema es aquel que nos permite realizar un buen texto con facilidad.

Características de un esquema:

Coherencia: debe reflejar un pensamiento ordenado. Deben primar – en el ordenamiento de ideas


– criterios como el cronológico o el deductivo -inductivo, lo cual dependerá del tema sobre el
que se redactará.

Jerarquía de las ideas: se debe distinguir el diferente grado de importancia de las ideas
principales, las secundarias y los detalles (ideas terciarias o de desarrollo). Lo fundamental, en
este caso, es que las ideas principales de un texto tengan el mismo grado de importancia, así
como las ideas secundarias de los párrafos.
Exhaustividad: un error frecuente en la elaboración de los esquemas consiste en emplear frases
muy vagas e imprecisas que pueden, más bien, generarnos problemas al momento de empezar la
redacción. Si bien se prefiere usar frases (en vez de oraciones completas) en la elaboración de un
esquema, estas deben reflejar con claridad la idea sobre la cual se escribirá en el texto.
Asimismo, se recomienda elaborar esquemas que planifiquen tres niveles de ideas, lo cual quiere
decir que se debería contemplar incluso las ideas terciarias o de desarrollo. De esta manera,
evitaremos el desorden de nuestros párrafos y optimizaremos la forma de explicar nuestras ideas
principales y secundarias.

Tema general: Racismo en el Perú


Tema delimitado: Causas y consecuencias del racismo en el Perú a partir “Alienación”
Esquema:

1.Introducción
2.Causas/factores del racismo en el Perú.
2.1. Prejuicio racial que considera al blanco como superior.
2.1.1. Selección de pretendientes por parte de Queca
2.2. Factor estético que considera los ragos caucásicos como superiores
2.2.1. Modelos impulsados por los medios
2.2.2. Ejemplo de Boby y JM
3. Consecuencias/ efectos del racismo en la sociedad
3.1. Maltrato físico y psicológico
3.1.1. Ej. Actitud de Queca hacia Roberto Queca
3.1.2. Ej. Actitud de Billy Mulligan hacia Queca
3.2. Alienación
3.2.1. Negación de la identidad propia
3.2.2. Migación al extranjero
4. Cierre

Paso 4: Redacción del texto

Una vez delimitado el tema y realizado el esquema en sus tres niveles (ideas principales,
secundarias y terciarias), se procederá a la redacción del texto completo. Para ello, tendremos en
cuenta que la introducción debe contextualizar y presentar el tema, que el desarrollo debe
explicar las ideas principales con profundidad, y qeu el cierre debe sintetizar el desarrollo y
ofrecer conclusiones.

Paso 5: Revisión y reescritura

Esta etapa de la redacción tiene un fin particular: comprobar que las ideas hayan sido expuestas
de manera clara, coherente y conservando la unidad del escrito.

Se debe revisar la unidad, coherencia, claridad y solidez del texto. Asimismo, se debe revisar los
aspectos formales (la estructura de las oraciones, redundancia, puntuación, ortografía, etc.).

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