Вы находитесь на странице: 1из 72

HERBERT READ

EL SIGNIFICADO
DEL ARTE

Picro dclla Francesca (¿ 1416?-1492), La resurrección. Fresco en Borgo


San Sepolcro.
Un gusto verdadero no es nunca
un gusto a medias.
CONSTABLE.

I
I. — DEFINICIÓN DEL ARTE

La sola palabra "arte" se halla más frecuentemente aso-


ciada con aquellas artes que distinguimos como "plásticas"
o "visuales", pero hablando con propiedad debe comprender
también la música y la literatura. Hay ciertas características
comunes a todas las artes, y aunque en estas notas nos ocu-
paremos de las artes plásticas 1 ,una definición de lo que es
1
Las ilustraciones que incluímos en este libro no se refieren nece-
sariamente al texto, sino que tienen por objeto completarlo: exponen
los temas de otra manera.
Quiero dar las gracias al señor y a la señora Rutherston. al conser-
vador del Ashmolean Museum (Oxford), al conservador de libros
y manuscritos Hunterian (Universidad de Glasgow), y al bibliotecario
del 'Trinity College (Dublin), por permitirme la reproducción de
obras por ellos custodiadas. El profesor G. Baldwin Brown y Sir Gcorge
Hill han sido muy amables al enviarme unas fotografías, e igual-
mente hago ! o presente mi agradecimiento a la Sociedad de Exploración
de Egipto, a las ediciones Albert Morancé (editores de Les Arts Sauva-
te - Afrique), y a la casa editora Panthcon (editora de Bushman
Art), por haberme autorizado a reproducir láminas de sus publicaciones.

La figura 18 es una reproducción de una fotografía proporcionada


H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ARTE

común a todas las artes será el mejor punto de partida de ciertos aspectos en la proporción de la forma, la superficie
nuestro estudio. y la masa de las cosas, se traducen en una deleitosa sensa•
Fué Schopenhauer quien dijo, por primera vez, que todas ción, mientras que la falta de esos aspectos provoca indife•
las artes aspiraban a la condición de la música; esa observación rencia o un positivo malestar y hasta disgusto. El sentido de
fué repetida a menudo, originando muchos malentendidos, las relaciones agradables es el sentido de belleza; lo opuesto
a pesar de que expresa una importante verdad. Schopenhauer es el sentido de fealdad. Claro es que hay personas ignoran•
pensaba en las cualidades abstractas de la música; en la mú• tes del sentido de la proporción en el aspecto material de las
sica, y casi sólo con la música, puede el artista llegar al pú• cosas; también, aunque es bastante raro, las hay que pade•
blico directamente, sin la intervención de los medios de co• cen de daltonismo, es decir, que son ciegas para los colores.
municación usados en general para otros fines. El arquitec• Pero ya que son pocas las personas ciegas al color, hay plena
to debe expresarse en construcciones que tienen un fin utili• razón para creer que tampoco abundan las que no perciben
tario. El poeta debe usar palabras ligadas al ajetreo de la otras propiedades visibles de las cosas. Es más probable que
conversación cotidiana. El pintor tiene que expresarse a si no hayan desarrollado esas facultades.
mismo mediante la representación del mundo visible. Sólo
el compositor musical posee perfecta libertad para crear una
obra de arte extraída de su propia idea, sin más finalidad que 3. — DEFINICIÓN DE LA BELLEZA
agradar. Pero todos los artistas tienen ese mismo propósito,
el deseo de agradar; y el arte se define más sencilla y frecuen• Hay, a lo menos, una docena de definiciones corrientes
temente como un ensayo creador de formas agradables. Esas de la belleza, pero la meramente física que ya he dado (la
formas satisfacen nuestro sentido de belleza, y tal sentido de belleza es una unidad de relación formal entre nuestras per•
belleza queda satisfecho cuando podemos apreciar una can• cepciones sensoriales), es la única esencial; y partiendo de
tidad o armonía de relación formal con nuestras percepciones esta base podemos formular una teoría artística que incluya
sensoriales. lo que cualquier teoría artística debe ser. Pero quizá sea im•
portante destacar desde un principio la extrema relatividad
del término belleza. La única alternativa es decir que el arte
2. — EL SENTIDO DE LA BELLEZA no tiene una relación necesaria con la belleza —posición
lógicamente sostenible si limitamos el término a ese concepto
Cualquier teoría general sobre arte debe empezar con esta de belleza establecido por los griegos y continuado por la
suposición: que el hombre responde a la forma, a la super• tradición clásica europea. Mi preferencia personal es consi•
ficie, a la masa de las cosas percibidas por sus sentidos, y que derar el sentido de lo bello como un fenómeno variable, con
manifestaciones inciertas, y a menudo engañosas, en el cur•
por Photo-Verlag K. Gundermann, Würzburg. El frontispicio y la so de la historia. El arte incluye todas esas manifestaciones,
figura 12 b son fotografías de Anderson (Roma), y la figura 12 a es y la prueba, para un estudioso serio del arte, consiste en
una fotografía de Alinari. El resto de las figuras son reproducciones que, sea cual fuere su propio concepto de lo bello, está dis•
de fotografías oficiales, con autorización de los directores del Bntish puesto a admitir en el reino del arte las manifestaciones
Museum, de la National Gallery, y del Victoria and Albert Museum
(Londres), de la National Gallery (Berlín), del Wallraf-Richartz Mu• genuinas de ese concepto en otras gentes y otras épocas. Pa•
seum (Colonia), del Museum für Kunst und Gewerbe (Hamburgo), ra él, lo primitivo, lo clásico y lo gótico tienen igual inte•
de la Pinacoteca (Turín) y de los Museos de Beaux-Arts de Bruselas rés, y no aparece tan empeñado en fijar los méritos rela-
y de Amberes.

8 9
H E R B E R T R E A D
E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE
tivos de manifestaciones periódicas del sentido de lo bello como intuición, probándose que esto es mucho más esclarece-
como en distinguir entre lo genuino y lo falso de todas las
épocas. dor que cualquier otra teoría anterior. Lo difícil ha sido
adoptar una teoría basada en términos tan vagos como intui-
ción y lirismo. Pero lo que de inmediato salta a la vista es
4. — DISTINCIÓN ENTRE ARTE y BELLEZA que esta elaborada e inclusiva teoría del arte puede muy bien
concebirse sin la palabra "belleza".
Muchos de nuestros conceptos erróneos del arte nacen de
una falta de coherencia en el uso de las palabras arte y be-
lleza. Puede decirse que sólo somos consecuentes en el abuso 6. — EL IDEAL CLÁSICO
que hacemos de ellas. Damos siempre por sentado que todo
lo bello es arte, o que todo arte es bello, que lo que no es
bello no es arte, y que la fealdad es la negación del arte. El concepto de belleza resulta, en verdad, de una limitada
Esa identificación de arte y belleza yace en el fondo de todas significación histórica. Nace en la antigua Grecia y es fruto
nuestras dificultades respecto a la apreciación del arte, y la de una especial filosofía de vida. Aquella filosofía era en
comparten personas de aguda sensibilidad para recibir im- esencia antropomórfica; exaltaba todos los valores humanos
presiones estéticas en general; esta suposición actúa como y veía en los dioses sólo hombres magnificados. El arte, como
censor inconsciente en casos particulares donde el arte no es la religión, era una idealización de la naturaleza, y en especial
belleza. Porque el arte no es necesariamente la belleza: esto del hombre como culminación del proceso de la naturaleza.
nunca podrá repetirse bastante ni con demasiada energía. Ya El tipo de arte clásico es el Apolo de Belvedere o la Afrodita de
miremos el problema históricamente (considerando lo que ha Melos, arquetipos perfectos o ideales de humanidad, cabal-
sido el arte en otras épocas), o sociológicamente (considerán- mente formados, armoniosamente proporcionados, nobles y
dolo en la realidad y en sus actuales manifestaciones en el serenos; bellos, en una palabra. Roma heredó este tipo de
mundo entero), encontramos que el arte ha sido, y es con fre- belleza y se restableció en el Renacimiento, y así, para noso-
cuencia, algo sin belleza. tros la belleza está asociada inevitablemente con la idealiza-
ción de un tipo de humanidad cultivado por un antiguo pue-
blo en un país remoto, lejos de las condiciones actuales de
nuestra vida diaria. Tal vez como ideal sea tan bueno como
5. — EL ARTE COMO INTUICIÓN cualquier otro; pero debemos pensar que es sólo uno entre
varios ideales posibles. Difiere del ideal bizantino, que era
La belleza suele definirse sencillamente como aquello que más divino que humano, que tal vez no era un ideal, sino
da placer; y así tendría que admitirse que comer, oler y otras más bien una expiación, una expresión de temor ante un
sensaciones físicas pueden considerarse como arte. Aunque esa mundo implacable y misterioso. También difiere del ideal
teoría puede reducirse instantáneamente a cero, toda una es- oriental, que es abstracto, inhumano, metafísico, más instin-
cuela de estética se basa en ella, y hasta hace poco tal escuela tivo que intelectual. Pero nuestra manera de pensar depen-
era la predominante. Ha sido ahora reemplazada en gran parte de tanto de nuestro vocabulario, que intentamos, a menudo
por una teoría estética que deriva de Benedetto Croce, y aun- en vano, forzar esta palabra: "belleza", al servicio de todos
que ésta haya encontrado fuerte resistencia, se acepta, en tesis aquellos ideales expresados en el arte. Si somos sinceros con
general, que el arte resulta bien definido cuando se define nosotros mismos, tarde o temprano nos sentiremos culpables
de falsedad verbal. Una Afrodita griega, una Virgen bizan-
10
11
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE

tina y un ídolo salvaje de Nueva Guinea o de la Costa de emoción o sentimiento. Entonces decimos que esa emoción
Marfil no pueden pertenecer sin excepción a este concep• o sentimiento da expresión. En este sentido puede afirmarse
to clásico de belleza. El último, al menos, si las palabras con toda verdad que el arte es expresión —ni más ni me- nos—
tienen un significado preciso, debemos considerarlo anti• . Pero es necesario recordar (cosa que los croceanos olvidan a
bello o feo. Y sin embargo, feos, o hermosos, todos estos menudo) que expresión en este sentido es un pro- ceso final
objetos pueden considerarse legítimamente como obras de dependiente de procesos anteriores referidos a la percepción
arte. sensual y a un ordenamiento (agradable) formal. La expresión
puede, claro es, hallarse completamente des- provista de un
7. — EL ARTE NO UNIFORME ordenamiento formal, pero entonces su pro- pia incoherencia
nos impide llamarla arte.
La estética, o la ciencia de la percepción, sólo concierne
Debemos admitir que el arte no es la expresión en forma, a los dos primeros procesos; el arte puede ir más allá de estos
plástica de ningún ideal determinado. Es la expresión de cual- valores emocionales. Puede decirse que todas las confusiones
quier ideal que,el artista llegue a realizar en forma plástica. en las discusiones artísticas nacen del fracaso de mantener
Y aunque creo que toda obra de arte tiene algún principio claro este distingo; ideas pertenecientes sólo a la historia del
de forma o estructura coherente, yo no daría importancia arte se introducen en las discusiones sobre el concepto de be-
a este elemento en forma manifiesta, pues cuanto más se es- lleza; el propósito del arte, que es la comunicación del sen-
tudia la estructura de las obras de arte, que viven gracias a timiento, se confunde inextricablemente con la cualidad de
su directo e instintivo encanto, más difícil resulta reducir- la belleza, que es el sentimiento comunicado por formas
las a fórmulas simples y explicables. Eso "de que no hay particulares.
belleza excelente que no tenga alguna irregularidad en la
proporción", era evidente hasta para un moralista del Rena- 9. — FORMA Y EXPRESIÓN
cimiento.
El elemento permanente en la humanidad que corresponde
8. — ARTE Y ESTÉTICA al elemento de la forma en arte es la sensibilidad estética
del hombre. La sensibilidad es lo estático. Lo variable es el
De cualquier manera que definamos el sentido de belleza, conocimiento levantado por el hombre sobre lo abstracto de
debemos calificarlo inmediatamente como teórico; el senti- sus impresiones sensibles, de su vida intelectual, y a eso debe-
do abstracto dej belleza es meramente la base elemental de la mos el elemento variable en el arte, es decir, la expresión.
actividad artística. Los exponentes de esta actividad son los No estoy seguro de que la palabra "expresión" sea adecuada
hombres vivos y su actividad está sujeta a todas las corrien- para usarla en oposición a "forma". La expresión se usa
tes encontradas de la; vida. Hay tres grados: primero, la me- para señalar las reacciones naturales emotivas, pero es tam-
ra percepción de las cualidades materiales —colores, soni- bién una manera de expresión la disciplina o freno del artis-
dos, gestos, y otras muchas reacciones físicas complejas e in- ta al trabajar la forma, que es en sí un estilo de expresión.
definidas—; segundo, el arreglo u ordenamiento de tales per- Aunque puede analizarse la forma en términos intelectuales
cepciones en formas y modelos agradables. Puede decirse que como medida, equilibrio, ritmo y armonía, en realidad es
el sentido estético da un fin a estos dos procesos; pero puede intuitiva en su origen: en la práctica real del artista no re-
haber un tercer grado que se alcanza cuando una combina- sulta un producto intelectual. Es más bien emoción encami-
ción de esas percepciones; corresponde a un estado previo de nada y definida, y cuando describimos el arte como "volun-

12 13
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ARTE

tad creadora", no imaginamos sólo una actividad intelec- sobre el tema una literatura considerable, y desde mediados
tual, sino, más bien, una exclusivamente instintiva. Por es- del siglo pasado, se empezó a tratarlo con gran seriedad. Un
ta razón creo que no podemos decir que el arte primitivo escritor alemán, Zeising, trata de probar que la Sección de
sea una forma de belleza inferior a la griega, pues aunque Oro es la clave de toda morfología, en la naturaleza y en el
represente un nivel de civilización más bajo, puede expre- arte; y Gustavo Teodoro Fechner, el fundador de la estética
sar un instinto de la forma igual o quizás más fino. El arte experimental, cuyos trabajos principales se publicaron hacia
de un período es típico solamente mientras aprendemos a 1870, la hace objeto de una de sus más profundas investiga-
distinguir entre los elementos de forma, que son universales, ciones. Desde entonces todas las obras sobre estética incluyen
y los elementos de expresión, que son temporales. Ni aun alguna consideración sobre el problema.
podemos decir que en la forma, Giotto sea inferior a Mi- Un extremista como Zeising proclamaba que la Sección de
guel Ángel. Puede ser menos complicado, pero la forma no Oro prevalece en todas las obras de arte, pero investigaciones
se valora por su grado de complejidad. Francamente, no sé posteriores no han corroborado esa afirmación. Podemos pre-
cómo podemos juzgar la forma si no es por el propio ins- sumir que el buen artista aplica concienzudamente la Sec-
tinto que la crea. ción de Oro a la estructura de su obra, o bien que inevita-
blemente llega a ella por su sentido instintivo de la forma.
10. — LA SECCIÓN DE OR O
Se hace uso a menudo de la Sección de Oro para fijar la justa
proporción entre la longitud y las aberturas de los rectángulos
de puertas y ventanas, en los marcos de cuadros y en las pá-
Desde los primeros días de la filosofía griega, los hombres
ginas de un libro o un periódico. Se dice que cada parte de
trataron de encontrar una ley geométrica en el arte, porque
un buen violín obedece a esa misma ley. Por ella se explican
si el arte (que ellos identificaban con la belleza) es armonía,
las pirámides de Egipto, y la catedral gótica se interpreta fá-
y armonía es la debida práctica de las proporciones, parece
cilmente por sus proporciones: la relación del largo de crucero
razonable presumir que estas proporciones sean fijas. La pro•
con la nave, de la columna con el arco, de la cúspide o aguja
porción geométrica llamada Sección de Oro, fué considerada
con la torre, etc. La proporción se usa con frecuencia en el
durante siglos como la clave de los misterios del arte, y apli•
arte pictórico: la relación entre el espacio sobre la línea del
cada umversalmente, no sólo al arte sino a la naturaleza,
horizonte y el de fondo, y también varias divisiones laterales,
tratada a veces con veneración religiosa. Más de un escritor
siguen la Sección de Oro. Los cuadros de Piero della Francesa
en el siglo dieciséis relacionó sus tres partes con la trinidad.
son ejemplos acabados de organización geométrica.
Está enunciada en dos proposiciones de Euclides: libro II ,
proposición II (trazar una recta dada, de modo que el
rectángulo contenido en el todo y en uno de los segmentos
sea igual al cuadrado del segmento restante); y libro VI , 11. — LIMITACIONES DE LA ARMONÍA GEOMÉTRICA
proposición 30 (dividir un segmento en media y extrema
razón). No sólo la Sección de Oro, sino otras normas geométricas,
La fórmula usual es: trazar una linea limitada cuya parte como el cuadrado dentro del rectángulo del ancho del rec-
menor sea a la parte mayor lo que la parte mayor es al todo. tángulo, son empleadas en infinitas combinaciones para alcan-
La sección resultante es de modo variable una proporción zar una perfecta armonía. La relativa infinidad de semejantes
de 5 a 8 (u 8 a 13, 13 a 21. etc.), pero nunca exactamente; combinaciones es lo que impide cualquier explicación mecá-
es siempre lo que en matemáticas se conoce como irracional, nica de la armonía total de una obra de arte, pues aunque
y esto ha contribuido no poco a su reputación mística. Existe las leyes del juego sean rígidas, requieren instinto y sensibili-

14 15
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE
dad para obtener buen efecto. Yo quisiera sugerir una hipó- mún una literalidad representativa. No duró mucho: los
tesis basada en la analogía con la poesía. Es bien sabido que siglos diecisiete y dieciocho, por uno u otro motivo, aban
un metro en verso perfectamente regular es tan monótono que donaron el concepto del arte del Renacimiento; y fué
se vuelve intolerable. Por eso los poetas se toman libertades sólo en el siglo diecinueve, época de simuladas renovacio
con los metros; ponen acentos dentro del metro, y todo el nes, cuando la representación literal volvió de nuevo a ser
ritmo queda alterado. El resultado es incomparablemente normal.
más hermoso. Del mismo modo, en las artes plásticas, ciertas Hay, sin embargo, varios grados de deformación y nadie,
proporciones geométricas, que son las proporciones inherentes se dirá, se opone a la idealización de la realidad. Sólo en el
a la estructura del mundo, pueden ser la medida regular de caso en que lo natural se altere, el espectador debe protestar.
las que arranca el arte en grados sutiles. Su extensión, como La línea de la frente y la nariz puede hacerse recta, pero
las variantes del poeta en su ritmo y su metro, se determinan las piernas no deben torcerse en forma imposible. Es una cues
no por una ley, sino por el instinto o la sensibilidad del artista. tión de grados, pero puede argüirse que la gradación esta
Creo que esa hipótesis está confirmada y no contradicha por blece la diferencia. Más ¿hasta dónde llega lo permisible?
el análisis del vaso griego hecho por Jay Hambidge (Simetría Si pasamos del arte griego a considerar el arte escandinavo
dinámica, Oxford University Press, 1920), el más afortunado o el céltico primitivo, encontraremos que la dislocación ha
y justo análisis geométrico de arte que conozco. Los vasos grie- avanzado tanto que el motivo representativo se perdió del
gos se ajustan a exactas leyes geométricas, y de ahí su fría todo y no nos queda más que una trama geométrica. En el
perfección inanimada. Se encuentra a menudo más vitalidad arte bizantino encontramos que el deseo de dar representa
y más alegría en una sencilla vasija campesina. Los japoneses ción simbólica a una idea privó a las figuras humanas de
desfiguran, con frecuencia, la forma perfecta que se desarrolla su humanidad.
naturalmente en el molde del alfarero, porque sienten que la Cristo en el regazo de la Virgen no es un niño, sino una
verdadera belleza no es tan exacta. representación en miniatura de la gloria, la majestad y dig
nidad de Cristo hombre. En el arte gótico todo está hecho
como contribución al sencillo esfuerzo de la catedral, enca
12. — DISTORSIÓN minado a expresar la esencia culminante del sentimiento re
ligioso; el idealismo del arte griego se mezcla al simbolismo
La distorsión puede significar una quiebra de la regular ar• del arte bizantino; el resultado es no representativo. En el
monía geométrica, o más generalmente, implicar desdén hacia arte chino, en el persa, en el arte de Oriente, en general, se
las proporciones dadas en el mundo natural. Podemos decir, usan los motivos, no realísticamente sino sensualmente, es de
pues, que la distorsión de alguna clase resulta siempre evi• cir, contribuyen simplemente al ritmo general y a la vitalidad
dente de manera general y quizá paradójica en todo arte. de la concepción del artista.
Hasta la escultura griega clásica fué distorsionada en bene•
Todas esas libertades contra la exacta imitación son deli
ficio del ideal. La línea de la frente y la nariz nunca fué tan
beradas. Aparecen dictadas por la voluntad de la forma del
recta en la realidad, el rostro tan ovalado, los pechos tan re•
dondos, como están representados en la Afrodita de Milo, por artista, o por el deseo de equilibrar o unificar el dibujo o
ejemplo. En verdad, difícil es encontrar alguna obra de ar• las masas; o bien dictadas por su deseo de construir un sím
te antes del Renacimiento italiano que no se aparte de la bolo de algo sobrenatural, algo espiritual. Creo que se pue
realidad. En el siglo dieciséis, motivadas en gran parte por de sostener que la segunda mira, el deseo del hacer arte sim
cierta incomprensión de propósitos del arte clásico, se hizo co• bólico, no es estético estrictamente. Pocas obras de arte son
tan impresionantes como las iglesias bizantinas de Ravenna;
l6 17
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE
pero su arte es en parte obra del tiempo. La impresión, pue- El modelo por sí solo no constituye una obra de arte. Pro-
de decirse, no es puramente artística, es en parte histórica, visionalmente podemos decir que aunque una obra de arte
atmosférica, religiosa, y eso no puede acreditarse al haber siempre implica alguna clase de modelo, no todos los modelos
del artista. Aislado el arte del hombre, queda reducido a son necesariamente obras de arte. Esta afirmación necesita
los elementos de color y forma. una explicación. Una "obra de arte" implica, en general,
cierto grado de complejidad; negamos ese título a un simple
dibujo geométrico de círculos y triángulos, y aun al intrin-
13. — DIBUJO cado y perfecto dibujo de una alfombra hecha a máquina,
aunque tales dibujos sean simétricos o bien combinados.
Las razones psicológicas que llevan al artista (y al artista
en todos nosotros) a expresarse en formas son oscuras, aunque
no cabe duda de que pueden expresarse psicológicamente. 14. — ÉL ELEMENTO PERSONAL
Pero el instinto que nos lleva a poner botones innecesarios en
nuestros vestidos para hacer juego con las medias y corbatas
o con los sombreros y abrigos, que nos obliga a poner el reloj Lo que realmente buscamos en la obra de arte es cierto
en el centro de la chimenea o el perejil rodeando el cordero elemento personal —esperamos que el artista tenga, si no una
'fiambre, es la misma actividad primitiva e inadecuada del ins- inteligencia superior, al menos una sensibilidad distinguida.
tinto que lleva al artista a ordenar sus temas en un dibujo. El Esperamos de él la revelación de algo original: una visión
tallista del caballo chino (ilustración 44), pudo sin mucho personal y única del universo. Esta expectativa es la que
trabajo haber hecho su caballo más realista; pero na le inte- cegando toda otra consideración a las mentes sencillas, con-
resaba la naturaleza del caballo, porque el caballo le había duce a una firme incomprensión de la naturaleza del arte.
sugerido cierto dibujo de masas redondas, y el movimiento del Tales mentalidades, atentas sólo al significado o mensaje de un
cuello, las curvas de las ancas y las patas fueron sacrificados cuadro olvidan que la sensibilidad es una función pasiva del
a la concepción de ese dibujo. El resultado no tiene mucho dispositivo humano, y que las cosas recibidas por la sensibili-
parecido con un caballo —la verdad es que a menudo lo dad tienen una vida objetiva. El artista está mezclado sobre
toman por un león—, pero resulta una impresionante obra todo a esta existencia objetiva. Cuando pasa de la sensibilidad
de arte. a la indignación moral o a un estado superafectivo de cual-
El caballo chino pertenece al más grande período del arte quier clase, entonces la obra de arte se torna impura. Esto
chino; debe ser bueno; el escéptico se inclina a admitirlo. significa que una obra de arte está adecuadamente definida
Pero cuando se trata de una obra de arte moderna, o de un como una forma informada por la sensibilidad.
cuadro como "Le repos du modele" de Henri Matisse (ilus-
tración 42), levanta un sentimiento de profunda hostilidad.
El principio, sin embargo, es exactamente el mismo. Matisse 15. — DEFINICIÓN DEL DIBUJO
no se interesa por el modelo como ser viviente; ni en el
fondo como proporción arquitectónica; pero esos elementos Quizá la palabra "dibujo" debe ser definida más concisa- mente.
le han sugerido un dibujo, y ese dibujo terminado no es sólo En su acepción común —el dibujo de una tela, por ejemplo—
una legítima obra de arte, sino también una aprehensión in- consiste en la distribución del color y de la línea en determinadas
tuitiva del sujeto mucho más vivida que cualquier representa- repeticiones. Consiste en cierto grado de regu- laridad dentro de
ción imitativa. un cuadro informativo —en un cuadro, esto

18 19
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE
es casi literalmente, el encuadre.— Más allá de este sencillo
concepto del dibujo, llegamos a crecientes grados de comple- 17. — LO QUE SUCEDE CUANDO MIRAMOS UN CUADRO
jidad, el primero de los cuales es la simetría; en vez de repetir
un dibujo en series paralelas, el dibujo se alterna o se vuelve Tomaré como ejemplo un grabado coloreado (ilustración 8) ,
al revés. El método proviene quizá de ciertas conveniencias obra del gran artista japonés Katsuchika Hokusai (1760-
técnicas en el proceso del tejido. En vez de repetición alcan- 1849). Además de establecer que el cuadro es bueno, debe-
zamos un equilibrio exacto, como en el motivo de animales mos presumir que la persona que lo contempla goza de una
enfrentados, tan común en el arte oriental. La complejidad inteligencia lúcida. Todo lo que necesita es una mente per-
siguiente es el abandono del equilibrio simétrico en favor del fectamente libre. No debe esperar nada extraordinario, ni aun
equilibrio distribuido. La obra de arte tiene un imaginario pensar en un cuadro cpmo tal. Dobla una esquina, sin pensar
punto de referencia (análogo a un centro de gravedad) y en nada especial, y llega a detenerse ante él. Lo que sucede
alrededor de ese punto las líneas, las superficies y las masas entonces es asunto de nacionalidad y de sexo. Pero tomemos
se distribuyen de tal modo que reposan en perfecto equilibrio. el problema en su más oscura manifestación, y supongamos
El fin estructural de estos procedimientos es la armonía, y que nuestro espectador sea un inglés de tipo medio. Un obser-
armonía es la satisfacción de nuestro sentido de belleza. vador experto, cuidadosamente oculto tras un biombo, podría
notar una dilatación de sus pupilas, hasta una suspensión del
aliento, tal vez un gruñido. Puede detenerse tal vez treinta
16. — D E FIN IC IÓ N DE LA FORMA
segundos, tal vez cinco minutos; luego proseguirá su camino,
y quizás más tarde escriba una carta en la cual el choque
Definiré la figura más adelante (ver el párrafo 26), pero gozoso que recibió con tanta calma, se gaste al fin en un
en ese término no existe, en realidad, ningún misterio. El dic- torrente de extravagantes superlativos.
cionario lo define como forma, armonía de partes, aspecto visi-
ble, y la figura de una obra de arte no es más que su forma,
la armonía de sus partes, su aspecto visible. Hay forma tan 18. — ENDOPATÍA
pronto como hay líneas; hay figura apenas se agrupan dos
o más partes para hacer una composición. Pero, por supuesto, Se han inventado muchas teorías explicativas de las reac-
queda sobreentendido cuando hablamos de la forma de una ciones mentales en esos casos, pero muchas de ellas yerran, en
obra de arte, que es en cierto modo una forma especial, una mi opinión, por demasiada vigilancia de la instantaneidad del
forma que en algo nos afecta. suceso. No creo que una persona de positiva sensibilidad se de-
Forma no significa regularidad, o simetría, o cualquier espe- tenga ante un cuadro y, después de un largo proceso de aná-
cie de proporción fija. Hablamos de las formas de un atleta lisis, se declare satisfecho. Es más frecuente que nos agrade
y decimos más o menos lo mismo cuando hablamos de la a primera vista, o que no nos agrade en absoluto. Claro es que
forma de una obra de arte. Un atleta está en forma cuando hay ocasiones en que por algún motivo no es posible recibir una
no tiene carnes superfluas, cuando sus músculos son fuertes, impresión rápida; la obra de arte siempre debe estar aislada.
su porte bueno, sus movimientos moderados. Podemos decir Algunas obras de arte —el exterior de una catedral gótica,
exactamente lo mismo de una estatua o de un cuadro. To- por ejemplo— son una compleja estructura de varias obras
memos un cuadro como ejemplo y veamos qué sucede al mi- de arte separadas, y sólo en casos contados una unidad de
rarlo. Estableceremos que es un buen cuadro diciendo que nos concepción y ejecución. Pero ésta es la única clasificación
conmueve. necesaria. Decimos que una obra de arte nos "conmueve",

20 21
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ARTE

y esta expresión es exacta. El proceso que se produce en el el arte y lo sentimental; la sentimentalidad es blandura, pero
espectador es emotivo: va acompañado de todos los reflejos también es aflojamiento, relajación de las emociones; el arte
involuntarios que un psicólogo asociaría a la emoción. Pero es ablandamiento y tónico a la vez. El arte es la economía del
como Spinoza fué quizá el primero en señalar (en la parte sentimiento; es la emoción bien cultivada.
quinta de su Ética, Proposición I I I ) , una emoción deja de
serlo tan pronto como nos formamos de ella una idea clara
y precisa. De las teorías que aceptan la contemplación sú- 20. — LA NECESIDAD DE LA FORMA
bita, la más afortunada es la Einfühlung. La literatura de
esta teoría es inmensa, pero le dió expresión clásica Theodor Se objeta a veces que la teoría de la Einfühlung es aplica-
Lipps, uno de los más grandes escritores de estética. La pa- ble sólo al arte formal —que no alcanza a nuestras reacciones
labra 1 Einfühlung se ha traducido como "endopatía", por estéticas del color, por ejemplo.— El azul del cielo de Italia
analogía con "simpatía", y como "simpatía" significa sentir nos conmueve, o el brillo de una puesta de sol, pero estas
con, así "endopatía" significa sentir dentro. Cuando senti- cosas no tienen forma para encerrar nuestros sentimientos.
mos simpatía por los desgraciados, establecemos en nosotros ¿Podemos llamar a estas cosas obras de arte? ¿No son meros
los sentimientos ajenos; cuando contemplamos una obra de fenómenos a los que reaccionamos sensorialmente? Yuxtapon-
arte, nos metemos dentro de ella y adoptamos su sentir. Esto gamos dos o más colores, e inmediatamente se crea un pa-
no es sólo aplicable a la obra de arte; naturalmente podemos rentesco formal.
"sentirnos dentro" de cualquier cosa que observamos, pero Todo arte es el desarrollo de relaciones formales, y donde
generalizando así, hay poca o ninguna diferencia entre endo- hay forma puede haber endopatía. Pero que al mirar un cua-
patía y simpatía. Si miramos este grabado japonés, pueden dro siempre "endopatizemos", es ya otro asunto. Empecé
llamar nuestra atención los hombres de los botes, y podemos presumiendo que miramos un cuadro con perfecta libertad
simpatizar con ellos, que están en peligro; pero si contempla- de espíritu, pero esto es una rareza —tan rara como la pu-
mos el grabado como obra de arte, nos absorberá el impe- reza de alma esencial para ver a Dios.
tuoso arrastre de la ola. Nos adentramos en su movimiento
ahuecado, sentimos la tensión entre su altura y la fuerza de
gravedad, y al romperse su cresta en espuma, sentimos que 21. — CO N TEN IDO
nos aferramos desesperados a los objetos extraños a nuestro
alcance. Esto en cuanto a las reacciones individuales correspondientes
a la forma de una obra de arte. Pero, claro está, ni la forma
19. — SEN TIM EN TALISMO es todo en la obra de arte ni siempre reaccionamos de esta
manera personal aislada. Un a iglesia gótica no se ha cons-
La obra de arte es en cierto modo una liberación de la truido sólo con el propósito de elevar nuestra sensibilidad; es
personalidad; normalmente nuestros sentimientos se hallan in- además muchas cosas —un salón de canto, un lugar para el
hibidos y reprimidos. Contemplamos una obra de arte e in- rito, un museo para los iletrados. Es todo eso a un mismo
mediatamente sentimos una relajación, y no sólo eso —la sim- tiempo. Y volviendo al grabado de Hokusai: puede también
patía es un ablandamiento de los sentimientos— sino una ele- considerarse en el sentido simpático que he mencionado:
vación, una sublimación. Ésa es la diferencia esencial entre como un simple retrato de una inmensa ola oprimiendo dos
barcas llenas de gente. Estos aspectos destacan el contenido
1
El prefijo alemán ein equivale al prefijo latino intro. de la pintura, y son mejor considerados en un extremo des-

22 23
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE
arrollo de la tradición orgánica (ver pág. 32). Lo que que- nacional debe encontrar expresión por su intermedio. Puede
remos significar por "contenido" puede ser mejor demostrado juzgarse el arte de un país y la sutileza de su sensibilidad por
primero, señalando ciertos tipos de arte que carecen de él su alfarería; es una segura piedra de toque. La alfarería es
por completo. arte puro; es arte libre de toda intención imitativa. La es-
cultura, con la que está tan estrechamente relacionada, tiene
desde su principio una intención imitativa, y tal vez por esta
22. — ARTE SIN CONTENIDO: LA ALFARERÍA causa es menos libre para expresar la voluntad de la forma que
la alfarería; la alfarería es arte plástico en su esencia más
La alfarería es al mismo tiempo la más sencilla y la más abstracta.
difícil de todas las artes. Es la más sencilla porque es la más
elemental, la más difícil porque es la más abstracta. Histó- 23. — ARTE ABSTRACTO
ricamente está entre las artes iniciales. Los primeros vasos
fueron moldeados a mano, con arcilla cruda sacada de la tie- No debe atemorizarnos la palabra "abstracto". Todo arte
rra, y se secaban al sol y al aire. Aun en ese período, antes es primariamente abstracto. Porque, ¿qué es la experiencia
de que el hombre supiera escribir, antes de que tuviera una estética, privada de sus adornos casuales y asociaciones, sino
literatura y aun una religión, tenía ese arte, y los vasos he- una respuesta del cuerpo y de la mente humana a aisladas
chos entonces nos conmueven hoy por su forma expresiva. o imaginadas armonías? El arte es un escape del caos. Es un
Cuando se descubrió el fuego, y el hombre aprendió a hacer movimiento ordenado de cantidades; es masa restringida en
sus vasijas fuertes y durables; cuando se inventó el torno, y medidas; es la indeterminación de la materia buscando el
el alfarero pudo añadir ritmo y movimiento a sus conceptos ritmo de la vida.
de forma, nacieron los elementos esenciales del arte más abs-
tracto. El arte se fué desarrollando desde su humilde origen
hasta que, en el siglo quinto antes de Cristo, resultó el arte 24. — ARTE HUMANÍSTICO : EL RETRATO
representativo de la raza más sensitiva y espiritual que el
mundo ha conocido. Un vaso griego es el prototipo de toda Como perfecto contraste con semejante arte "abstracto", po-
armonía clásica. Luego, al Este, otra gran civilización hizo de demos tomar una obra de la fase más humana del arte euro-
la alfarería su arte preferido y más típico, y lo llevó a mayo- peo, tal como el retrato de un joven, alto relieve en mármol,
res refinamientos que los conocidos por el arte griego. Un
de un escultor italiano de principio del siglo dieciséis (ilustra-
vaso griego es una armonía estática, pero el vaso chino, cuan-
ción 10). Ruskin proclamó una vez que "los mejores cuadros
do se libera de influencias impuestas por otras culturas y otras
que existen de las grandes escuelas de pintura, son todos re-
técnicas, alcanza una armonía dinámica; no es sólo una rela- tratos, o grupos de retratos, frecuentemente de gentes muy
ción de armonías, sino también un movimiento animado. No humildes y nada nobles... La verdadera fuerza está probada
un cristal sino una flor. hasta el extremo, y en lo que puedo conjeturar, nunca se ha
Los ejemplares perfectos de alfarería, representados en el demostrado tan palmariamente como al pintar a un hombre o
arte de Grecia y de China, tienen sus aproximaciones en otros a una mujer, y al alma que hay en ellos.. . Todo lo que es
países: en Perú y en Méjico, en la Inglaterra medieval y en verdaderamente grande en el arte griego o en el arte cristiano,
España, en la Italia del Renacimiento, en la Alemania del es también limitadamente hu ma no ..." Históricamente, el re-
siglo dieciocho —en una palabra, el arte es tan fundamental, trato, como Ruskin admite, es característico de ciertos períodos
tan ligado a las necesidades de la civilización que una ética que llamamos humanísticos. En tales períodos el hombre es

24 25
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE
la medida de todas las cosas, y todas las cosas están hechas pertenecen a esta categoría. Muchos retratos, sin embargo,
para contribuir a la vigilancia de su propia vitalidad. El están admitidos como obras de arte, así es que debemos pregun-
arte es un tributo a la propia humanidad del hombre. Tal tarnos qué diferencia existe entre un retrato que es un docu-
es, sin duda, la verdadera base de la popularidad del retrato. mento psicológico y otro que es una obra de arte. Se puede
Esta teoría no se invalida por el hecho de que los pintores responder: simplemente los valores estéticos, significando la
eligen, a menudo, como modelos, a sus hermanos más feos; relación formal de color y espacio que constituye la organi-
porque apartarse de lo verdadero para pintar un ideal es de- zación estructural de todas las obras de arte. En este sentido
rrotar el impulso narcisista, que siempre exige una imagen un retrato debe aceptarse por el valor de su aspecto como
fiel. naturaleza muerta, y no será necesario diferenciar entre
La boga del retrato corresponde exactamente a la boga las facciones del Caballero sonriente de Hals y el precioso mo-
de la novela. Retratos de Dante y otros han sido identifica- ño de encaje que lo adorna. Pero en realidad no hacemos
dos en el fresco atribuido a Giotto, en la capilla del Bargello, tal diferencia, que es algo completamente aparte del interés
en Florencia, que puede ser del 1337. Boccaccio escribió su psicológico mencionado. Puede llamarse interés filosófico. En
primer cuento en 1339, y su Decamerón nueve años después. los mejores retratos, el pintor o el escultor va más allá del
Y lo mismo que al principio el retrato en pintura era un perfil carácter personal de su modelo y llega a ciertas implicaciones
chato, también los caracteres en la primitiva novela italiana universales. Será mejor ilustrar mis designios con otra analogía
carecían de profundidad. No se puede extremar la compara- literaria. Los personajes de las grandes obras de Shakespeare
ción: la novela, en verdad, no alcanzó la sutileza psicológica y no son únicamente caracteres individuales, con todo su realis-
la precisión ya evidente en los cuadros de retratos de fines del mo y fidelidad a la vida, sino también prototipos de las pasio-
siglo quince hasta mucho después —tal vez, hasta el siglo nes y anhelos de la humanidad en general. De los héroes del
diecisiete.— Pero el interés general en caracteres, común al teatro de Shakespeare, nosotros no sólo deducimos una paté-
cuadro y a la novela, fué un continuo crecimiento desde prin- tica impresión de vitalidad, sino también un sentido sublime
cipios del Renacimiento, y aún persiste. Podemos hacer un que es la reacción imaginativa correspondiente a la impresión
íntimo paralelo entre el Derby Day de Frith y una novela estética.
como The Pickwick Papers. Encontramos la misma ausencia
de valores formales, la misma concentración en los caracteres
25. — VALORES PSICOLÓGICOS
humanos, la misma especie sentimental de interés. Un buen
retrato en sentido humanístico puede, pues, definirse como
un retrato fiel del carácter del individuo. El interés es psi- Podemos sacar en limpio, pues, que junto a valores pura-
cológico —es decir, no hacemos juicios morales sobre el ca- mente formales, como los de un cacharro, puede haber valores
rácter del retratado—. Quedamos satisfechos si el artista ha psicológicos —valores que arrancan de nuestros intereses y co-
logrado la personalidad del sujeto en su esencia, y si la des- munes simpatías humanas, y aun de nuestra vida subcons-
treza y talento propios representan su conocimiento y compren- ciente; y de más lejos, valores filosóficos que nacen del rango
sión en la materia plástica. Ahora debe ser evidente que el "es- y de la profundidad del genio del artista. Éstas son quizás pa-
tremecimiento" que nos produce tal representación puede no labras vagas —al menos la palabra genio—. Pero simplifican-
ser estético. Puede no interesarnos una cualidad abstracta de do la exposición, podemos decir que siendo otras cosas equiva-
belleza, sino la evidencia de algo que podríamos llamar ver- lentes —eficiencia técnica, oportunidad económica, conoci-
dad científica. El artista en esos casos no es más que un miento psicológico—, el artista más grande será aquel cuya
psicólogo que emplea la pintura, y muchos grandes retratistas inteligencia sea más amplia, un hombre que vea y sienta,
no sólo el objeto que está ante sus ojos, sino el objeto en

26 27
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE
su acción universal, que vea la unidad en la diversidad y la di- de su prioridad, no como importancia, sino como etapas
versidad en la unidad. Pero no puede afirmarse demasiado sucesivas en el espíritu del artista. La forma debe definirse
que las artes plásticas sean artes visuales, que operan a través por un trazo, y este trazo, a menos que carezca de vida, debe
de los ojos, expresando y transfiriendo un estado emocional. Si tener ritmo propio. El agrupamiento de las masas, el espacio
tenemos ideas que expresar, el medio apropiado es el idioma. y el claroscuro deben ser considerados en íntima relación. Hay
El artista es impermeable a las ideas, a su riesgo, pero no es todos los aspectos del sentimiento del espacio por el artista.
asunto suyo la presentación de esas ideas, sino el comunicar su Las masas son espacio sólido; el claroscuro es el efecto de
reacción emocional ante ellas. las masas con relación al espacio. Espacio es sencillamente lo
inverso de las masas. Esto resulta bien claro en el arte de la
construcción; una catedral, por ejemplo, debe ser concebida
26. — LOS ELEMENTOS DE UNA OBRADE ARTE o como numerosas paredes encerrando un espacio, y en tal
caso debe ser contemplada desde adentro, o como numerosas
Examinemos ahora más atentamente la estructura actual de superficies definiendo una masa, y en tal caso debe ser mirada
una obra de arte. A este fin se acostumbra a elegir la pintu- desde afuera. El templo griego es un ejemplo evidente de lo
ra, y sólo acarrearía dificultades al lector apartarnos de esa último; una catedral gótica, de lo primero. El arquitecto
práctica. Debe recordarse, empero, que la pintura es sólo una griego siempre procuró conseguir la impresión de vacío, y el
de las artes visuales; su preeminencia data del Renacimiento arquetipo gótico, la de espacio inmaterial y ligereza. Ambos
y es entonces relativamente reciente. Hay síntomas de que, consideraban al mismo tiempo masas, espacio, claroscuro. Se-
en el futuro, la decoración tenderá a dispensar las paredes mejantes consideraciones aparecían agrupando figuras o deta-
de cuadros, así es que ya se encuentra recusada la impor- lles de un paisaje en la superficie de un lienzo pintado.
tancia relativa del arte. Será posible analizar el problema
del estilo, la ciencia de la composición, y todas las demás
cuestiones concernientes a la estructura de una obra de arte 26 a. — LA LÍNEA
en los términos de arquitectura y escultura, y hasta de al-
farería y modelado o de cualquiera de las llamadas artes Si recordamos todas las manifestaciones históricas de las
menores. La distinción entre bellas artes y artes aplicadas artes visuales, encontraremos entre ellas uno o más denomi-
es perniciosa; con lo que ya se ha dicho de la naturaleza de nadores comunes. Naturalmente, si definimos vagamente las
lo bello, resulta claro que esta cualidad es inherente a toda artes visuales como cualquier cosa que al ser vista da placer,
obra de arte, abstracción hecha de su propósito utilitario, o entonces, en nuestro esfuerzo por encontrar algo común entre
de su tamaño o riqueza de la materia empleada. Para la sen- el color de una rosa y el Partenón, quedaremos reducidos a
sación del tacto, el marfil es más agradable que el hueso, la los factores psicológicos del sistema nervioso. Pero arte en
seda que la lana, el pórfido que el yeso; pero la obra de arte, sentido estricto comienza con definición, con el pasaje de
desde el momento en que eleva las cualidades de la materia lo vago al bosquejo; y en realidad, encontramos que, históri-
empleada, sobrepasa las deficiencias de esa materia. camente, el arte primitivo — el arte del hombre de las caver-
Hay varios modos de analizar una obra de arte. Podemos nas— comienza con un bosquejo. El arte empieza con el
tomar los elementos físicos de un cuadro, aislarlos, conside- deseo de dibujar —y así empieza en el niño—. El dibujo
rarlos por separado y en relación unos con otros. Hay quizás es aun uno de los elementos más esenciales en las artes vi-
cinco de tales elementos; ritmo de línea, masas, espacio, cla- suales —hasta en la escultura, que no es solo volumen, sino
roscuro y color, y éste es en la mayoría de los casos el orden volumen y contorno—. Es tan fundamental esta cualidad que

28 29
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE

algunos artistas no han titubeado en hacer de ella la esencia —la línea es en sí nerviosa y sensible al fin de las cosas, es
de todo arte. Blake expresa este punto de vista con gran rápida e instintiva, y en vez de ser continua, se corta en el
fuerza, en palabras que cito más extensamente en el párrafo punto preciso volviendo a entrar en el cuerpo del dibujo para
66: "La grande y dorada regla de arte, así como de vida, sugerir planos convergentes. Es ante todo selectiva, sugiriendo
es ésta: que cuanto más nítido, agudo y nervioso es el con- más que representando. La línea, en efecto, es a menudo
torno, más perfecta es la obra de arte, y cuanto menos viva un sumario y abstracto recurso para reproducir un objeto
y aguzada, mayor es la prueba de pobre imaginación, plagio —una estenografía pictórica.-— Es asombroso cuán abstracta
y torpeza..." puede ser sin faltar al código de representación convencional
Más graciosamente cuenta cómo "cierto retratista me —considérese, por ejemplo, las diversas maneras en que se
dijo con tono jactancioso, «desde que empecé a pintar he representa el follaje de los árboles; y esto sólo sirve para de-
perdido toda idea de dibujo». Un hombre así tiene que saber mostrar el papel predominante de las convenciones en nuestra
que lo miro con desprecio." Y ésta es una de las primeras experiencia estética.
nociones sobre la "línea", que no desaparece forzosamente Probablemente, Blake tenía razón no teniendo sino desprecio
en el tránsito del dibujo a la pintura. La línea es uno de los por el pintor que había perdido toda noción del dibujo. Los
métodos de pintura —Blake sostiene que es el único método. mismos instintos están involucrados en ambas actividades, y to-
Pero antes notemos la potencialidad de la línea para suge- dos los grandes pintores del Renacimiento, desde Masaccio
rir más que el contorno; en manos de un maestro puede ex- a Tiepolo, eran soberbios dibujantes. Y un artista moderno
presar simultáneamente movimiento y volumen. El movi- como Picasso, tan desconcertante en la rapidez y contradicción
miento se expresa, no sólo en el sentido evidente de pintar aparente de sus cambiantes estilos, es en sus dibujos donde ha
objetos que se mueven (ésta es una adaptación de la línea a conseguido su fama de maestro, en los que con un mínimo
la observación selectiva del ojo), sino más estéticamente, ad- de esfuerzo expresa una vastedad de forma tridimensional.
quiriendo un autónomo movimiento propio, danzando en la Encontramos el mismo sello gráfico del genio dondequiera
página con una alegría del todo independiente de cualquier volvamos la mirada —en el Oriente o en el Occidente, en el
fin reproductivo. Aunque ciertos pintores occidentales como remoto pasado y en nuestros días.— Es tan universal esta cua-
Boticelli y Blake pueden citarse, esta cualidad de la línea lidad en las artes visuales que es fácil caer en la actitud ex-
está mejor ilustrada en el arte oriental, en cuadros chinos trema de Blake y pensar que es la única cualidad esencial.
y japoneses, dibujos y grabados en madera; y bien organizada Pero la cualidad conocida como tono es también universal y
resulta ritmo. Cómo la línea danzante confiere ese sentido quizás una alternativa de igual valor como manera de ex-
rítmico, es tal vez más fácil apreciarlo que explicarlo; se pue- presión.
de apreciar por analogías musicales y físicas, pero para ex-
plicarla en términos visuales necesitamos alguna teoría como 26 b. — EL TONO
la endopatía —nuestra sensibilidad física debe de algún modo
proyectarse dentro de la línea— porque, después de todo, la Tono es una palabra que sirve para más de un arte. Pro-
línea en sí no baila ni se mueve; somos nosotros los que nos bablemente su primer empleo fué musical; pero desde los co-
imaginamos bailando en su curso. mienzos de la crítica de arte en el siglo dieciséis se usó en
La cualidad más notable de la línea es su capacidad para pintura. Ahora, para mayor confusión, un crítico musical de-
sugerir volumen o forma sólida. Ésta es una cualidad que volverá el cumplido y combinará una palabra análoga a tono
sólo adquiere importancia manejada por los grandes maes- con términos sacados del arte pictórico. Así leemos en nues-
tros, y se expresa en sutiles arranques del contorno continuo tro periódico que la señorita X es un tanto deficiente en la

30 31
H E R B E R T R E A D EL S I G N I F I C A D O D E L A.;,K'-' T £
variedad de colorido para ser una buena cantante de roman- a la sombra dentro del campo de un color o de una masa;
zas. El uso hecho por los músicos de la palabra "cromático" 2) en una representación monocroma, la intensidad relativa
parece ser tan respetada como la de tono por los pintores. de diferentes colores como distinción de neutralidad; 3) el
Estas irrupciones mutuas pueden, sin embargo, volverse ex- grado actual de luz y de oscuridad en relación con la luz prin-
cesivas y aun absurdas, como en esta descripción de "La cipal del cuadro —éste es un parentesco establecido para el
Adoración" de Leonardo: "El modelado del plátano en rela- cuadro en conjunto—. Antes de ver la elaboración de los va-
ción al staccato de la palmera, y de los dos árboles que cre- lores de tono en la pintura europea, veamos que en las artes
cen en la ruina, da un tono de ritmo a la composición en- gráficas orientales todo está, como en la línea, subordinado a
tera." los valores abstractos de ritmo y de forma. El método está
Ruskin intenta, en Pintores Modernos, definir la significa- bien descrito por el profesor Pope en Las maneras de expre-
ción de tono en pintura: "Entiendo dos cosas en la palabra sión del pintor (Edición de la Universidad de Harvard,
tono: primero, el relieve exacto y la relación de objetos de 1930):
unos con otros en substancia y oscuridad, según estén a mayor ".. . en la pintura china y de otros países asiáticos, la forma
o menor distancia, y la perfecta relación de todas las sombras está principalmente expresada por la línea, por ella sola...
con la luz principal del cuadro... Segundo, la relación exacta un asombroso efecto, aun de volumen, puede conseguirse; pero
de los colores, de sombras y de luces, para que sólo sean dis- el tono local de cada objeto también se obtiene por medio de
tintos grados de la misma luz." Ésta no es una definición muy colores extendidos sobre el fondo de la pintura. Ésta con fre-
clara, y tal vez el tema esté mejor tratado como un des- cuencia es lisa en cada campo; pero puede haber variedad de
arrollo técnico. Después del problema de sugerir masas tri- gradación si, como en el pétalo de una flor o en el ala de
dimensionales con el dibujo, viene el problema de sugerir un pájaro, el tono local es variado en sí o graduado. Además,
masas por iluminación. La línea es una abstracción: no so- una gradación arbitraria puede emplearse con el fin de acen-
porta relación con la apariencia visual de un objeto; simple- tuar los bordes, y así se ayuda a la línea en la expresión de
mente sugiere esa apariencia. Puede sugerir la iluminación la forma." La estampa en color japonesa de la figura 8 es una
de un objeto (más evidentemente por una diferencia en el es- simple ilustración de este procedimiento de tono local.
pesor de la línea), pero su principal interés consiste en lo Cuando los efectos de luz empezaron a ser estudiados por
que podríamos llamar la realidad objetiva de los cuerpos só- los primeros pintores italianos del Renacimiento, al encontrar
lidos. La luz es fluida, es un fenómeno mudable cambiando dificultad en la representación del espacio a menos de estra-
constantemente sus grados de intensidad y su ángulo de in- tificarlo (como lo explicaremos en el c. 26 d), se sintieron
cidencia. No puede entonces representarse plenamente por incapaces de representar la luz excepto aislándola, o concen-
algo tan definido y estático como la línea. Y así alcanzamos trándola separadamente en cada objeto pintado. El resul-
la introducción del sombreado: se representa la luz por una tado dió luz y valor igual a todo el cuadro, y la pintura tuvo
gradación entre el blanco y el negro; y aun cuando se emplean por consiguiente la apariencia de un bajo-relieve en el cual
colores, la luz puede sólo ser realísticamente representada, sa- cada objeto está modelado en igual claroscuro. Un cuadro de
turando su plena claridad con algo negro, para hacer el con- Mantegna o de Andrea del Castagno ilustra esta cualidad a
traste de la sombra. Eso puede ser esquemáticamente suge- la perfección.
rido por el enlace sensible de colores puros sin mezcla; los Está en duda si la escuela italiana se dió cuenta cabal del
cuadros de Matisse lo demuestran. efecto visual de una total y luciente atmósfera. Aun Leonar-
Este proceso gradual de sombreado puede emplearse para do, que llevó la esencia del claroscuro a sus límites, con-
representar tres cualidades distintas: 1) el paso de la luz fiesa: "Aunque las cosas que confrontan el ojo, al retroceder

32 33
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ARTE

gradualmente chocan entre ellas en ininterrumpido contacto, la historia del arte, y, como los experimentos de Turner y los
haré, sin embargo, mi norma (de distancia) de 20 en 20 anas, impresionistas demostraron, es dificilísimo determinarlo. Cuan-
tal como los músicos, aunque los tonos juntos en un todo do vemos los colores reales en la naturaleza, estamos auto-
hayan mostrado algunas gradaciones de tono a tono" (Trattato rizados para quejarnos de su irrealidad. Fuera de este em-
della pittura). El ideal de "la ventana abierta", como ha pleo natural del color, podemos distinguir tres maneras que
sido llamado, la ilusión completa de una uniforme atmósfera llamaré la heráldica, la armónica y la pura. El uso heráldico
espacial, se ha obtenido por la tradición que empezó con los del color es quizá el más primitivo —aun los cuadros de rocas
Van Eycks en Flandes y alcanzó su perfección en un pintor coloreadas de la Edad de Piedra pueden difícilmente descri-
como Vermeer. Este ideal ha probado tener sus limitaciones: birse como naturales—. De esta manera el color es usado por
estimula la destreza manual y cierta mira científica a expen- su significación simbólica. Un niño, por ejemplo, si elige los
sas del sentimiento y de una mira estética. Pero en épocas colores libremente, pinta siempre un árbol verde, un volcán
intermedias hubo una etapa, representada por artistas como rojo y el cielo azul, aunque un árbol puede ser pardo, un
el Ticiano, Tintoretto y Correggio en Italia, y por Rem- volcán negro y el cielo habitualmente gris. En el arte me-
brandt en el norte, en el cual el artista, con perfecto dominio dieval, aparte de su representación de la naturaleza, que
de la distribución del claroscuro, lo usó puramente para imita la manera infantil, los colores son aptos para Ser go-
efectos dramáticos y estéticos. La pauta del cuadro, por así bernados por las más rígidas reglas —reglas que no han sido
decirlo, se convirtió en una pauta de claroscuro, de luz y establecidas por ningún artista, sino por la costumbre y, la
sombra, trasladada cada una deliberadamente para hacer autoridad de la Iglesia—. El traje de la Virgen siempre debe
contraste; y esta pauta puede seguir a través de la composi- ser azul, su capa roja, y así sucesivamente; y con estos ele-
ción arquitectónica del cuadro en una especie de contrapun- mentos establecidos, los colores del resto del cuadro deben
to (para emplear un término musical). Un buen ejemplo de armonizar lo mismo que los colores de los cuarteles en he-
esto es "La buena Samaritana" de Rembrandt, donde la sim- ráldica.
ple estructura planimétrica de la composición está proyectada Que esta limitación no es una desventaja está probado por
totalmente en un libre ritmo y equilibrio de intensas luces la extraordinaria belleza, el equilibrio y la claridad de los
y sombras. colores en la pintura medieval.
La manera heráldica, como la he llamado, continúa hasta
26 c. — EL COLOR el fin del siglo quince, cuando nociones más intelectuales y
científicas del colorido empezaron a sustituir la tradición
Ahora me vuelvo al papel representado por el color en la medieval. Pero antes de seguir adelante, quisiera destacar
pintura. Añade esto un elemento más a la complejidad de la la liberalidad y la alegría de la manera heráldica en la época
completa obra de arte. La línea nos ha dado claridad y ritmo de su apogeo: en el Quatrocento el empleo de los colores se
dinámico y ha sugerido, tal vez, la masa o volumen al que el volvió extremadamente libre, arbitrario y definido, y tan
tono da plena expresión espacial. A todo esto se suma el co- emancipado de toda disciplina que se convirtió en la pura
lor, y la más fácil explicación de sus funciones lo señala como manera del color que ahora quiero describir. Pero antes per-
un aumento de la verosimilitud de la pintura. Este uso del mítaseme señalar la manera que he llamado armónica. Esto
color se puede llamar natural, pero está lejos de ser su único se debe principalmente a las consideraciones de valores tóni-
fin. En verdad, a excepción de Constable en sus croquis y cos de que me ocupé en mi anterior sección. Una vez que
de los pintores fotográficos de la segunda mitad del siglo die- el pintor comienza a considerar su objeto en relación con
cinueve, un uso natural del color es extremadamente raro en la luz y la sombra, debe considerar el valor del tono o la

34 35
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE

relativa intensidad que los diversos tonos tienen en relación res se toman.en su más pura intensidad y se construye un
con la luz general del cuadro. Esto implica, en efecto, regula- dibujo en contrastes de intensidad relativa y área relativa.
rizar los colores de acuerdo a una escala restringida; el tono La sensación se transmite, como en Cézanne, por gradación
dominante del cuadro se elige (tal vez arbitrariamente, pe- de los valores de tono de los colores, pero sólo lo indispen-
ro a menudo de acuerdo a algún "estilo" o a alguna tradición sable para asegurar un centro y un equilibrio sobre la com-
de taller) y los demás colores se gradúan hacia arriba o posición total. Siendo decorativo el único fin, los detalles
hacia abajo a distancia restringida del tono dominante. La de verosimilitud son secundarios. El color queda así reducido
costumbre general del siglo dieciséis al dieciocho era tra- a su .mayor atracción sensual. Lo que esa atracción signi-
bajar con una paleta graduada, con los colores prolijamente fica para nosotros puede ser mejor descrito en las palabras
colocados en una estrecha fila de la que no era posible de Ruskin: "Todos los hombres bien organizados y justa-
apartarse sin traicionar la propia paleta. Sólo comprendiendo mente moderados, gustan del color; está hecho para ayuda
esto muy bien podremos apreciar el entusiasmo del perito del y delicia perpetuas del alma humana; es empleado profusa-
siglo dieciocho por cuadros cuyo colorido original se mos- mente en las obras más sublimes de la creación y es signo
traba sólo oscuramente a través de un barniz oscuro. Que y sello eminentes de su perfección; está asociado con vida en
el próximo escalón fuera pintar con tomo oscuro era lógico; y el cuerpo humano, con luz en el firmamento, con pureza y
era tiempo para que Constable se rebelara contra toda la dureza en la tierra —la muerte, la noche y toda polución son
tradición armónica. Que no llevó su rebelión hasta sus lógi- incoloras."
cos límites puede demostrarse por una comparación de sus
croquis en plein air y sus pinturas acabadas, en las que todavía 26 d. — LA FORMA
hacía importantes concesiones a las exigencias de la armonía
tónica. Turner, a este respecto, fué un completo revoluciona- La forma es el más difícil de los cuatro elementos que con-
rio, y sin asomo de duda el más grande colorista natural que tribuyen a la creación de una obra de arte pictórica: com-
el mundo ha conocido. porta problemas de naturaleza metafísica. Platón, por ejem-
El manejo del color de Cézanne, del que me ocupo más plo, hace la distinción entre forma relativa y absoluta, y
extensamente en el capítulo 73, ni es completamente natural, pienso que esta distinción debe aplicarse al análisis de la
como el de Turner, ni seudocientífico como el de los poin- forma pictórica. Por forma relativa entiende Platón la forr
tillistes. Es casi simbólico. "Cuando el color tiene su riqueza, ma cuya razón o belleza es inherente a la naturaleza de las
la forma tiene su plenitud", es su propia descripción de" su cosas vivas y a la imitación de las cosas vivas; por forma
método. En este sentido el color define la forma, no por absoluta entiende una apariencia o abstracción consistente
modificación de su propia pureza, sino por el gran orden en "líneas rectas y curvas y en superficies o formas sólidas",
de sus intensidades relativas, que producen la ilusión de las producto de esas cosas vivas por medio de "tornos y reglas
tres dimensiones (porque los colores en el mismo plano no y escuadras"; y a esta inmutable, natural y absoluta belleza
parecen necesariamente a igual distancia de nosotros). La de la forma, la compara con un solo, puro y dulce tono de
forma se transmite directamente por medio del color, indepen- sonido, que no es hermoso con relación a cosa alguna, sino
diente de la luz y la sombra (claroscuro). Esto se aproxima por naturaleza propia (cf. Filebo, 51 B). Siguiendo esta
a la tercera manera, que hemos llamado empleo puro del sugestión de diferencia (tal vez ya no lo sea) podemos, me
color. En esta manera, el color se usa en razón de sí, y no parece, dividir las formas que ejecutan las logradas obras
en razón de la forma. Esta manera se ilustra notablemente de arte en dos tipos, uno que podríamos llamar arquitectural,
con las miniaturas persas y hoy día con Matisse. Los colo- o arquitectónico, y otro simbólico, abstracto o absoluto. El

36 37
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ART E

único inconveniente es que, cuando consideramos la forma todas las artes de cualquier época. Y a lo largo de estas líneas,
de una composición arquitectónica, tendemos a reducir to- podemos describir la verdadera relación entre el artista y la
da forma a algo abstracto o absoluto y hasta simbólico. civilización de su época, que es uno de los problemas que
Lo esencialmente necesario en una composición es la exis- tanto nos interesan hoy en día. La época, la civilización, da
tencia de una cohesión por algún principio —en términos la forma y hasta dicta el contenido de una obra de arte;
físicos, que no debe perturbar al ojo por su dificultad o falta pero el poder que funde forma y contenido y los levanta
de equilibrio. Así el pintor comienza a construir sus figu- a la escala e intensidad de genio, eso se determina por la
ras y los demás objetos sobre alguna base estructural de psiquis del artista mismo.
condición estable, tal una pirámide. Todas las pinturas lla- Bajo este aspecto de la forma arquitectural voy a incluir
madas "clásicas", es decir, pinturas del Alto Renacimiento, esa característica de la composición, a veces llamada ritmo.
son de esta clase. El efecto general es de composición es- Ritmo en un cuadro puede producirse, no sólo por el con-
tática o cerrada. Opuesto a este tipo, y alternando gene- torno de la línea, sino por la repetición de masas, comúnmente
ralmente con ella, período por período, hay una forma de en series reducidas.
composición que, aunque de "construcción arquitectónica", Que dichas series sean tríadas es debido sólo al hecho
es sin embargo dinámica y "abierta". Los límites del en- nada misterioso de que tres es el primer número en que
cuadre se ignoran, el plano efectivo de la tela se ignora: puede notarse una serie, y a que una serie de más de tres ma-
una idea de espacio obtenido fluye dentro o fuera del cua- sas tendería, en un cuadro, a ser demasiado evidente.
dro, a cualquier precio más allá, y las líneas de movimiento, La forma simbólica es mucho más difícil de explicar. De-
mientras continúan como procedentes de un origen común, pende de una hipótesis psicológica de la cual Young y otros
son iguales y opuestas: las líneas de fuerza son centrífugas psicoanalistas han suministrado bastantes pruebas. Mr. Roger
pero equilibradas. Tal es la forma de las composiciones típi- Fry ha adelantado la hipótesis aplicada al arte en las siguien-
cas del período barroco. tes palabras:
En la construcción de este esquema, puede el artista obrar "Hay en arte, me parece, una cualidad afectiva q u e.. . no
intelectual o instintivamente, o tal vez con más frecuencia, es un mero reconocimiento de orden e interrelación; cada
en parte por un método y en parte por otro. Pero la ma- parte, así como el todo, se halla bañada por un tono emotivo.
yoría de los grandes artistas del Renacimiento —Piero della Ahora, según nuestra definición de esta belleza pura, el tono
Francesca, Leonardo, Rafael— tienen una tendencia defi- emotivo no se debe a ninguna reminiscencia conocida o su-
nida hacia una construcción intelectual, basada a menudo, gestión de experiencias emocionales de la vida; pero a veces
como la arquitectura o escultura griegas, en una definida pienso si no obstante cobra su fuerza despertando muy hon-
razón matemática. Pero al llegar a una composición ba- das, muy vagas reminiscencias grandemente generalizadas. Pa-
rece como si el arte tuviera acceso al substratum, de todos
rroca como la "Conversión de San Mauricio" del Greco, es
los colores emocionales de la vida, a algo que está debajo de
tan intrincado el esquema, tan asombroso en sus repetidas
las emociones particulares y especializadas de la vida actual.
relaciones, tan magistral en la fuerza con que la forma apoya
Parece comunicar una energía emocional desde las con-
a la intención, que la forma misma, como a menudo la solu- diciones mismas de nuestra existencia por su revelación de
ción de un problema matemático, debe de haber sido una in- un significado emocional en el tiempo y en el espacio. O tal
tuición. Pero en esa forma, aún experimentamos la clase vez sea que el arte eleva los sedimentos dejados en el es-
de placer que deriva de la arquitectura, y hay, por supuesto, píritu por las diferentes emociones de la vida, sin, de cual-
un paralelismo evidente entre la forma en la pintura barroca quier modo, recordar las experiencias presentes, así es que
y la forma en la arquitectura barroca: entre la forma en

38 39

*-
H E R B E R T R E A D
E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE
captamos un eco de emoción sin la limitación ni la determi- to que lleva a la intrusión de toda clase de prejuicios desati-
nada dirección que tenía en la experiencia." nados. El Lohan chino en el Museo Británico, una figura
Está bien claro, como podemos aprenderlo en un estudio del portal oeste de la catedral de Chartres, y la última obra
de antropología o religión, que un símbolo puede ser una de Epstein o Gilí deben ajustarse a esa sensibilidad, aun ad-
forma de origen completamente arbitrario: mera concreción, mitiendo que la sensibilidad tiene más oportunidad de ser
en algo teniendo forma y exactitud, de vagas, sugestivas emo• librada al espectador si posee un previo conocimiento, en
ciones. Parece casi seguro que muchas obras de arte en sus
cada caso, de la intención del artista. Siempre, empero, de-
diversos aspectos, obtienen sus medios de creación, quizá sólo
be recordarse que la atracción del arte nunca es la per-
inconscientemente, de esa forma simbólica.
cepción consciente, sino una aprehensión intuitiva. La obra
de arte no está presente en la mente, sino en los sentimientos;
es más bien un símbolo que una exposición de verdad.
27. — LA UNIDAD
Por eso es por lo que el análisis deliberado de una obra de
En una obra de arte perfecta todos los elementos están in- arte, tal como he venido indicando aquí, como solamente expli-
terrelacionados; se unen hasta formar una unidad que tiene cación, no puede llevar en sí el placer derivado de una obra
un valor mayor que la mera suma de esos elementos. Whistler de arte. Este placer es una comunicación directa) de la obra
decía que mezclaba sus colores con la inteligencia; en Ale- de arte como un todo. Una obra de arte siempre nos asom-
mania dicen que el hombre pinta con su sangre; estas frases bra, ha producido su efecto antes de que tengamos conciencia
implican que los elementos de un cuadro se unen en virtud de su presencia.
de la personalidad que los domina y los moldea en una uni-
28. — MOTIVOS ESTRUCTURALES
dad, que es la unidad de la directa aprehensión emocional del
sujeto que el pintor tiene ante él. Cuando acabamos de ana-
lizar todos los elementos materiales de un cuadro, tenemos La estructura de una obra de arte no es siempre evidente;
aún que dar razón a ese elemento intangible que es la ex- puede ser un sutil balance de unidades irregularmente dis-
puestas. Generalizando, un pintor, por ejemplo, de suficiente
presión de la personalidad del artista, y que, cuando todo
audacia, toma un esquema bien perceptible y dispone en
lo demás se distribuye en común —tema, época, generación
consecuencia sus volúmenes. El esquema piramidal ya men-
y material— lleva a resultados totalmente distintos. Es po-
cionado es muy común, porque procura peso sólido a la base
sible que desde el Renacimiento hayamos tendido a exagerar del cuadro y el ojo es llevado a una culminación donde más
la importancia de este elemento personal; los grandes tipos naturalmente espera encontrarla. Un esquema estructural se-
religiosos de arte —gótico y budista— son casi por completo mejante es un arreglo o repetición de triángulos. En el cuadro
impersonales. Un crítico1 reciente hasta ha insinuado que del Greco (ilustración 13) tenemos un ritmo rotativo que se
estamos enfrentados a dos concepciones de arte enteramente agita como rayos que nacieran del gesto-eje de Cristo y
distintas: arte puesto al servicio de la religión, y arte man- presta una sensación maravillosa de vitalidad a toda la com-
tenido sosteniendo a sabiendas una idea. Esta distinción es posición. Cada una de sus líneas se ha trazado para contribuir
útil a fines descriptivos, pero difícilmente podría llevarse a a este ritmo impresionante.
los extremos que Mr. Wilenski se propone. Importa, en efec•
Estos motivos estructurales son muy importantes en la fac-
to, juzgar una obra de arte según su intención, procedimien-
tura de un cuadro o de cualquier obra plástica, aunque no
1
R. H. WILENSKI: El movimiento moderno en arte. (Londres, sean, necesariamente, una elección premeditada del artista.
Faber y Faber, 1927.) Revelan, con más claridad que nada, el ritmo predominante

40 41
H E R B E R T R E A D

de la época. El hecho de que Rubens, por ejemplo, adoptara


con tanta frecuencia un motivo espiral, no era un hecho ca-
sual; la espiral es el ritmo dinámico típico de ese período. Es-
taba empeñado en un esfuerzo para derribar las estáticas com-
posiciones arquitecturales de la tradición primera del Rena-
cimiento.
En un paisaje, es más probable que la composición esté II
condicionada por los problemas prácticos de sugerir distan-
cia, perspectiva y cualidades atmosféricas. En el paisaje de 29. — ARTE PRIMITIVO
Claude, por ejemplo (fig. 39), no hay esfuerzo para alcan-
zar un ritmo esquemático. Las líneas están destinadas ple- Que el sentido estético sea inherente en los más, con inde-
namente a sugerir la extensión del paisaje, sin demasiada pendencia de su rango intelectual, queda claramente demos-
intrusión en el volumen relativo de tierra y cielo, o en el trado por un examen del arte de los pueblos primitivos.
efecto atmosférico del juego de luz y sombra. La vitalidad (También se demuestra por la inconsciente apreciación es-
estructural del cuadro debe ser. vista dentro del sujeto mismo, tética que revela el hombre de la calle en presencia de una
en vez de estar tendida como en un molde de acero en el limosina Bentley de seis cilindros, o en presencia de cualquier
que debe encajar el sujeto. La alternativa es trazar un pai- construcción o máquina hermosa cuando no se le pide que la
saje imaginario libre de restricciones representares, que es juzgue como "obra de arte".) Muchas investigaciones han
el método típico de los artistas modernos como Chineo y sido hechas en este campo en los últimos años, y ya tene-
Kandinsky. mos extensos datos del arte de algunos de los hombres más
remotos mencionados por los antropólogos (de treinta mil a
diez mil años antes de Jesucristo). Los ejemplares sobre-
vivientes de este arte "prehistórico" del período paleolítico
se dividen en tres grupos geográficos (Franco-Cantábrico;
Hispano-Oriental y Norte-Africano), pero los famosos dibu-
jos de animales de la cueva de Altamira, en España, son los
más célebres. Paralelo en desarrollo con ese arte prehistórico,
tenemos el arte mucho más moderno de los bosquimanos de la
Rodesia Meridional y del África Sur-Occidental. Todos estos
grupos tienen ciertos rasgos en común. Las representaciones
(dibujos trazados por lo común en los muros de las cavernas)
no muestran intentos de perspectivas: el propósito es más bien
representar el aspecto más expresivo de cada elemento en
un objeto —por ejemplo, un pie visto de lado, en combina-
ción con los ojos vistos de frente. Tampoco, en otros aspectos,
el arte de estos pueblos primitivos es naturalista. Hay un
abandono determinado del detalle en favor de lo que po-
demos llamar simbolismo. Los detalles de las formas natu-
rales son desechados o falseados con intención de sugerir el

42 43
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ARTE

significado principal de la cosa representada; por ejemplo, el mucho más extensa hace miles de años —arte, en una palabra,
cuerpo de un toro está alargado para sugerir la idea de del período prehistórico. Afortunadamente, la similitud de las.
salto; está pintado en aguadas lisas diferenciadas (como en- pinturas rupestres con los dibujos encontrados en las cavernas
tre luz y sombra) de manera que resalten las líneas de movi- de la España oriental, no pueden, según el doctor Kühn, ser
miento en el cuerpo del animal. El arte paleolítico muestra del todo casuales, e insinúa que los bosquimanos son, de hecho,
un deliberado desarrollo desde una manera lineal o bi- una raza aliada a la llamada cultura Capsiana de la Es-
dimensional de representación en el período aurignaciano paña Oriental y.del África Septentrional. Pero debo dejar
hasta una manera plástica o tridimensional en el período mag- de lado estos tan interesantes problemas etnológicos, suscita-
daleniense, pero en el período neolítico desaparece esta sen- dos por el carácter y distribución del arte bosquimano, y limi-
sibilidad plástica. Se nota un desarrollo más significativo en tarme a su significado estético.
los españoles orientales y en los tipos bosquimanos; cuando Primeramente, no debe pensarse que cualquier viejo bos-
representan un grupo de objetos, vemos que ese grupo ha sido quimano pueda pintarlas. Los archivos de los libros de los
concebido como un todo integral, y no meramente como un primeros colonos boers señalan la existencia de un cargo de
conjunto de partes individuales. pintor de corte; y aun si esos archivos son incompletos, po-
demos estar bien seguros, por razones a priori, de que la sensi-
bilidad estética revelada en esas pinturas era un don excepcio-
30. — LA PINTURA RUPESTRE nal. Porque estéticamente las pinturas son muy notables; hasta
son "bellas" en el concepto especial que he dado a esa pala-
Las pinturas rupestres se encuentran sobre la superficie de bra (c. 3) . Tienen, por eso, que ser netamente apartadas del
rocas peladas, en cuevas y grutas, y fueron hechas, segura- arte negro, y éste es el primer punto sostenido por el doctor
mente, con una cepa o espátula de hueso afilado, con colores Küh n en su capítulo El espíritu del arte bosquimano. "El
al óleo cuidadosamente preparados con pigmentos terrestres rasgo más prominente del arte bosquimano", escribe, "es el
y grasa animal. Hay pruebas que demuestran que las pinturas carácter sensorio y naturalístico que delata su espíritu...
han sido restauradas con frecuencia, y que los lugares donde Si se coloca el arte bosquimano al lado del negro africano,
se encontraron eran en cierto modo sagrados para los bos- exclusión hecha del arte de Benin y de Yoruba, se verá enton-
quimanos. ces que aquél se acerca mucho más al modelo natural; es más
Algunas de ellas son de origen bastante reciente, y el doc- estrictamente realista y fiel a la n atur a le z a.. . El bosquimano,
tor Kühn 1 opina que la pintura rupestre estaba aún en su más estrechamente relacionado con la naturaleza, experimenta
apogeo hace pocos siglos, y el período de declinación com- con más fuerza el carácter plástico del objeto; su forma, color
prende los dos últimos siglos, "durante los cuales los bosqui- y movimiento. Para él, el sujeto es realidad, no simbolismo
manos, como resultado de la influencia de negros y blancos, o significado esencial, como lo es para el negro animalística-
perdieron su territorio, junto con gran parte de sus tradiciones mente dispuesto". Por eso, en vez de las estilizaciones y abs-
y costumbres". Pero la fecha de las pinturas tiene ahora poca tracciones que encontramos en un arte antivital como el del
negro, el bizantino, o el moderno cubista, tenemos un arte
significación; lo que importa es su lugar en la historia cultural
en el que cada línea expresa movimiento y vida.
de la raza humana. No puede dudarse que tenemos en el arte
bosquimano una supervivencia del arte que florecía en área Muchas de las pinturas representan animales corriendo o
escenas de caza, pero aun cuando los sujetos están en re-
* Arte rupestre, por Huoo OBERMAIER y HERBERT KÜHN (Oxford, poso, como en el ejemplo que he elegido para ilustración
University Press, 1930.) (figura 15) son extraordinariamente vivos. ¿Podría el estado

44 45
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ART E

de alerta de unos animales desconfiados estar más felizmente exorcismo o propiciación de un espíritu maligno, son los mo-
representado por toda la destreza acumulada en el arte civi- tivos de creación de un símbolo adecuado. Sucede que en
lizado? arte primitivo nos abocamos al arte en el sentido más amplio
Las pinturas son en general monocromas, aunque tienen una de la palabra: con una disposición metódica que exprese acti-
buena gama de colores, y pueden encontrarse en combinacio- tudes emocionales. El conde de Gobineau ha dicho con toda
nes de dos o más colores. Son invariablemente de dos dimen- verdad que el negro posee en el más alto grado esa facultad
siones, sin sombra ni modelado de ninguna clase. Cuando se sensual que nuestros instintos civilizados tratan de abolir, pero
encuentran diferentes tonos de color, no se usan para sugerir sin la cual no hay arte posible. Es bien cierto que un estudio
modificaciones de luz y sombra, ni aun de una manera natural del arte del negro y del bosquimano nos lleva a una compren-
se han empleado para enfatizar el ritmo y el movimiento. En sión del arte en su forma más elemental, y lo elemental es
el grupo de pinturas tratadas por Obermaier y Kühn, hay un siempre lo más vital.
designio muy evidente de composición. El doctor Kühn observa
que "lo primario es la unidad, no la multiplicidad". El dibu-
jo está concebido como un todo integral, no como una fun- 32. — ARTE ORGÁNICO Y GEOMÉTRICO
ción de sus partes individuales. Los miembros no tienen vida
propia por separado: tienen su significación exclusivamen- Para los hombres primitivos, la creación artística significaba
te en la composición. Así la composición, la estructura un escape a la arbitrariedad de la vida. Vivían al día y de
de la cosa como un todo, derivando de la unidad de una manos a boca, en el exacto significado de estas frases. En su
escena pictórica, es lo que se muestra por excelencia en este vida no había estabilidad, ni sentido de duración. Aún hoy,
arte. entre las razas en contacto con la civilización, es imposible
Ésta es una vasta pretensión, y naturalmente uno busca una hacer comprender a un aborigen el significado de una pro-
fuerza emocional que incite al artista a una unidad del diseño. mesa. No razona más allá de lo inmediato, pero actúa instin-
Los autores de este libro la encuentran en la perspectiva, má- tivamente de acuerdo con el cambio de los sucesos. Por con-
gica visión de la vida de los bosquimanos. Tenemos testimo- siguiente, cuando crea una obra de arte, como acto de propi-
nios de ritos mágicos en las supervivientes danzas, canciones y ciación mágica, escapa a la arbitrariedad predominante en su
leyendas de los bosquimanos. Está claro que las pinturas no vida, y crea lo que es para él una expresión visible de lo
carecen de significado. Por consiguiente, concluye el doctor absoluto. Por un momento ha detenido el flujo de la existen-
Kühn, "no sólo tienen un valor estético; sino que como las cia y ha elaborado un objeto sólido y estable; fuera del tiempo
pinturas de la Edad Media en Europa, tienen un significado ha creado espacio, y ha definido este espacio con un contorno,
religioso, o si uno no quiere considerar la magia como una y bajo el peso de su emoción ese contorno ha tomado forma
forma de expresión religiosa, en experiencia mágica." expresiva; se ha convertido en un orden, una unidad, una fór-
mula equivalente a su emoción.
Hay dos maneras distintas de conseguir el fin deseado:
31. — SIGNIFICADO DEL ARTE PRIMITIVO el orgánico y el geométrico. Se ha sugerido que fundamental-
mente estos dos tipos están determinados por ambientes opues-
Por la representación simbólica de un acontecimiento, cree tos. Donde se sienten enemigos de las fuerzas de la naturaleza,
el hombre primitivo que puede asegurar la incidencia real como en el helado norte o en el desierto tropical, el arte toma
del acontecimiento. El deseo de progenitura, de la muerte de la forma de un escape, no sólo del flujo de la existencia, sino
un enemigo, de la supervivencia después de la muerte, o el de cualquier cosa que lo simbolice. La curva orgánica, para

46 47
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ARTE

reducirlo a su más simple elemento, es considerada hostil; en- co y orgánico, tienden continuamente a reaparecer en su
tonces el artista geometriza todo, hace todo lo menos na- pureza original, en los tiempos prehistóricos como en los his-
tural posible. Sin embargo, una obra de arte tiene que ser tóricos. Para tomar ejemplos relativamente modernos, tene-
dinámica; debe detener la atención del espectador, emocio- mos la reaparición del arte geométrico en el llamado estilo
narlo, contagiarlo. La geometría de este arte abstracto es por arábigo, estilo desarrollado por la inteligencia matemática
eso muy agitada; es mecánica, pero se mueve. En el otro sen- de los árabes en España y Egipto; lo encontramos sobre todo,
tido el arte vital de los pueblos primitivos simpatiza con la na- en su más bella manifestación, en el arte bizantino y románi-
turaleza. Adopta la curva orgánica, eleva su brío. Es el arte de co; volvemos a encontrarlo, lejos de estas influencias, en el arte
las playas templadas y las tierras fructíferas. Es el arte de la del Perú y Méjico, Java y Japón. Reaparece en el cubismo
alegría de vivir, de la confianza en el mundo. Las plantas, moderno. El estilo orgánico es menos intermitente; persiste
los animales, el mismo cuerpo humano, están retratados con en Egipto a la par del geométrico; era el arte geométrico de
cariñoso cuidado, y siempre que el arte arranca de una imi- los sacerdotes, y el arte orgánico, el arte del pueblo. El primi-
tación exacta, es buscando el ensalzamiento de una urgencia tivo arte cristiano de las catacumbas demuestra, de nuevo, el
vital. impulso orgánico en toda su inocencia, y con el humanismo
El arte griego del período clásico —siglo quinto antes y naturalismo del Renacimiento italiano llegamos al gran triun-
de J. C.— o arte clásico, como lo llamamos, es esencialmente fo de dicho estilo.
igual al arte paleolítico y de los bosquimanos —es decir, un Pero el triunfo del estilo orgánico (sólo en el mundo occi-
arte orgánico—. Sólo difiere de sus parientes primitivos en dental, claro está) había sido precedido por el establecimiento
el grado de sus organizaciones, en la complejidad de sus aso• de un gran acuerdo. Ambos, el arte gótico y el arte oriental,
ciaciones, y en las superiores obras técnicas de su civilización en sus aspectos generales, representan la fusión de los princi-
coetánea. Hay que hacer esta sola salvedad: los griegos eran pios del arte geométrico y del arte orgánico. El principio abs-
una raza muy científica e intelectual. No satisfechos con la tracto era característico de las razas nórdicas nómadas, y el
vitalidad de la naturaleza y el arte, aspiraron a explicar esta arte geométrico se extiende a través de los continentes de Eu-
vitalidad por fórmulas. Descubrieron, o creyeron descubrir, ropa y Asia desde Irlanda hasta Siberia. Ahora bien, uno de
ciertas relaciones establecidas entre la naturaleza y el arte. los fenómenos periódicos en la historia económica puede ser
Estas relaciones, una vez descubiertas, fueron aplicadas deli- generalizada como el asalto de los pueblos campesinos por los
beradamente. La Sección de Oro, como ya lo hemos apuntado, pueblos cazadores. Las empobrecidas razas nómadas, confina-
fué descubierta por ellos y persiste como un elemento de la das en regiones menos fructíferas de la superficie terrestre, se
tradición clásica hasta el día de hoy. organizan en bandas y descienden a reponerse a las zonas más
templadas y productivas de la tierra. Traen con ellos sus or-
namentos geométricos, sus ingeniosas armas, su misticismo re-
33. — FUSIÓN DE PRINCIPIOS ORGÁNICOS Y GEOMÉTRICOS ligioso. El proceso es extremadamente complejo; tiene un
fondo de prósperas y decadentes dinastías, de ciclos econó-
Los dos tipos opuestos en arte —geométrico y orgáni- micos y naturales catástrofes, de resurgimientos o persecucio-
co— persisten a través de toda la historia del arte. Natural- nes religiosas. Pero el arte lo penetra todo, y surgen del tu-
mente, al extenderse las civilizaciones y compenetrarse las multo las grandes fases históricas de arte —la de Creta, la
razas, se hace la fusión, y la corriente principal del arte ex- de los sasánidas, la islámica, la oriental, y la gótica, y sus
presa tal compromiso. Pero antes de considerar esta corriente innumerables subdivisiones y retoños.
principal, permítasenos señalar cómo ambos tipos, geométri-

48 49
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE

34. — ARTE Y RELIGIÓN Con todo, pienso que sería prematuro asegurar que el en-
lace entre religión y arte sea inevitable y necesario. Depen-
La historia del arte desde su estado primitivo (debemos de, claro está, de lo que queramos decir por arte y por re-
recordar que lo primitivo no es necesariamente inferior) hasta ligión. El elemento esencial en el artista, el único elemento
sus obras más civilizadas de arte clásico o gótico acompaña del que ciertamente no podemos prescindir, es un algo de sen-
y depende de la evolución paralela de los sentimientos del sibilidad —no debemos temer llamarla sensualidad—. En el
hombre hacia el universo —la evolución de la magia y el arte del hombre primitivo, como en su religión, es éste el ele-
animismo a la religión. La inmensa distancia entre una esta- emento básico. La dificultad en ese período es deslindar arte
tua negra y una estatua de Praxiteles, es la inmensa distancia y religión. El culto de la una iguala las invenciones del
entre la religión animística del negro y el conocimiento inte- otro. Los magos y los sacerdotes son idénticos a los artistas
lectual de un griego en el punto culminante de su civiliza- creadores, y el arte sólo existe en función de cultoto o propi-
ción. Los griegos alcanzaron un equilibrio religioso que sólo ciación. Tal arte, desde el punto de vista de nuestra actual
puede llamarse felicidad; perdieron todo temor del mundo ex- civilización, es drásticamente limitado; expresa sólo una muy
terno; de hecho se volvieron con simpatía hacia este mundo, estrecha serie de emociones, que son principalmente sentimien-
y su arte resultó la expresión misma de lo que veían con tos de temor. El sentimiento de la gloria, que es el fruto del
ojos benévolos: una idealización de la naturaleza. El hombre valor espiritual, brilla por su ausencia en el arte del hombre
vio belleza en todas las cosas vivientes, y el ritmo orgánico primitivo. Es este sentimiento, seguido en diversas direcciones,
de la vida fué lo que trató de traducir en su arte. el que lleva a las más altas conquistas en los dos artes clásicos
La relación entre arte y religión es uno de los puntos más Y en el arte cristiano de la Edad Media.
arduos que debemos encarar. Mirando hacia el pasado, vemos Mientras tanto, en el cambio del arte del hombre primi•
al arte y la religión emerger de la mano en la oscura lejanía tivo al arte del hombre civilizado, no ha habido un verdadero"
de la prehistoria. Por muchos siglos parecen estar indisolu- cambio en el proceso psicológico de la mente del artista. Los
blemente ligados; luego, en Europa, hace unos quinientos años, valores reales de la ilustración de la máscara negra (fig. 19)
aparecen los primeros signos de una escisión definitiva. Se y de la cabeza de Adán por Riemenschneider (fig. 18) son casi,
fué agrandando, y con el Alto Renacimiento tenemos un ar- equivalentes. La diferencia se halla_en la espresión de una
te esencialmente libre c independiente, individualista en sus diversa escala de vaIores trascendentales. Es decir, la difere-
orígenes, y sin otra mira que la de expresar la propia perso- cia_en valor entre él arte del hombre primitivo y el arte del
nalidad del artista. La historia del arte occidental desde el hombre civilizado de la Edad Media es una diferencia en
Renacimiento es variada y discordante; a veces pensamos que los valores de sus respectivas religiones, no en el grado de su
ha alcanzado un punto máximo en alguna eximia obra maes- sensibilidad artística. Aunque sea de una manera un poco cru-
tra; a veces parece que el arte no existe, y por fin pensamos da, es perfectamente cierto decir que el arte de un núcleo
que no puede haber un gran arte, o grandes períodos de arte, religioso se relaciona con el arte de otro núcleo religioso pre-
sin un enlace íntimo entre la religión y el arte. Aun allí cisamente en la medida de intensidad de sus vidas religiosas.
donde los grandes artistas han creado sus obras maestras en
aislamiento aparente de toda fe religiosa, cuanto más de cerca
miramos en sus vidas, descubrimos la presencia de lo que po- 35. — ARTE V HUMANISMO
dríamos llamar sensibilidad religiosa. Es el caso de la vida de
Van Gogh. La posición no difiere realmente durante el complicado pe-
ríodo que llamamos Renacimiento. Este período se distingue,

50 51
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ART E

por una parte, por un nuevo vigor del humanismo clásico, de- un sentido de los valores. La respuesta a la pregunta de si
cididamente pagano en sus ideales, y por la otra parte, por lo el gran arte puede existir independientemente de la religión
que pudiéramos llamar una humanización de la propia reli- dependerá entonces de nuestra escala de valores. El tribunal
gión cristiana, expresada, por ejemplo, en el lirismo de Fray de juicio es tarde o temprano la comunidad. Parecería, por
Angélico y de San Francisco. Pero el paganismo del Renaci- eso, que el artista, para lograr intensidad, debe en cierto modo
miento es, para nuestro presente examen, tan religión como el atraerse el sentimiento colectivo. Hasta ahora la más alta ma-
cristianismo. Es decir, el artista, al dar expresión a los ideales nifestación de sentimiento colectivo ha sido la religión; a
del humanismo clásico, pone su arte al servicio de un ideal aquellos que niegan el necesario contacto entre arte y reli-
en la misma medida que el mago primitivo y el artista cristiano. gión les toca señalar algún equivalente de sentimiento colec-
Durante el curso de los siglos dieciséis y diecisiete, el hu- tivo que a la larga resulte una continuidad histórica para el
manismo pierde su elemento idealista. La civilización se torna arte no religioso.
más y más materialista, y el artista acaba, en el siglo dieci-
ocho, volviéndose el esclavo de esta sociedad materialista, 36. — ARTE POPULAR
o simplemente su propio amo. En el primer caso no está en
mejor posición que el artista primitivo; no hace más que En toda consideración de los elementos del arte, debemos
cambiar un temor por otro. El segundo caso nos lleva al ver- tomar en cuenta no sólo el arte de los hombres primitivos,
dadero problema, ¿puede el artista, basado en su propia sen- sino también la forma de arte históricamente más próxima
sibilidad, y sin la ayuda de las emociones de la masa y de las a nosotros, el arte de las gentes sencillas, genuinas, conocido
ideas tradicionales, puede ese artista, "bueno, grande y go- en general con el nombre de "arte popular". Este nombre
zoso, bello y libre" crear obras de arte que puedan sostener de uso común abarca demasiado, y por eso la significación
un parangón con las más grandes creaciones del arte religioso? del fenómeno no está tan claramente reconocida como de-
No contestaré a esta pregunta de modo muy rotundo. biera. El arte popular no es una imitación rústica del
Es difícil que dos personas se pongan de acuerdo para decidir arte de las clases más cultas; es decir, no es un reflejo del
qué es buen arte, de modo que no es posible hacer una divi- arte de gentes sofisticadas, y aún menos es el arte que sur-
sión entre arte religioso e individualista. Con todo, creo po- ge de una morbosa inclinación a la sencillez y a la vida
sible un acuerdo acerca de una o dos observaciones pertinen- simple. Para ser precisos, el término debe limitarse a ob-
tes. En primer lugar, es casi evidente que ningún artista jetos hechos por pueblos incultos de acuerdo con una tra-
hace una buena obra sin la sensación de público. La teoría de dición nativa e indígena, exentos de influencias externas —al
que el arte es la expresión del yo no nos adelantaría gran menos, ninguna influencia vertical de grados superiores so-
cosa: porque, ¿cuál es el "yo" expresado? ¿Las fantasías del ciales—; influencias laterales de otro país son posibles, aun-
subconsciente? Ésa es la acostumbrada respuesta a esta pre- que no probables a menudo.
gunta. Pero ¿cuál es el valor —el valor positivo aparte de los El arte popular, así definido, tiene varias características. En
formales valores estéticos que son comunes a otras formas de primer lugar, nunca entra lo que una odiosa definición llama
arte— de esas fantasías? Sabemos muy poco acerca de los "bellas artes"; es siempre arte "aplicado". Surge de un de-
alcances del subconsciente, pero, por su propia definición, seo de prestar color y alegría a los objetos de uso cotidiano
no puede poseer ninguno de los valores ligados a los ideales —trajes, muebles, loza, alfombras, etc.—. Los que lo practican
universales que distinguen al hombre civilizado de sus primi- no lo consideran como una actividad justificada en sí misma.
tivos antecesores. Arte es comunicación, y aunque obre por En segundo lugar, muestra una tendencia sorprendente hacia
y con la sensibilidad, no hay razón para que no comunique la abstracción, ya sea hacia la abstracción geométrica, como

52 53
H E R B E R T R E A D EL S I G N I F I C A D O D E L ART E
en las alfombras de Finlandia, los bordados de Rumania, la cambio sin fin de detalles; los elementos universales se prestan
cerámica del Perú; ya hacia la estilización rítmica de moti- a la creación de infinidad de estilos individuales, determina-
vos naturales, como en la cerámica de Europa Central, las dos por el clima, las costumbres y las condiciones económicas.
tallas en madera de la Polinesia, y los bordados de Checos- Algo, ciertamente, debe concederse a las capacidades in- natas
lovaquia. En muchos casos, por ejemplo en las islas griegas de materia y procedimientos. El campesino, tejiendo con lanas
y en Italia, ambas tendencias van de la mano. La explicación de colores, creará ciertos dibujos geométricos inevitable- mente,
de la tendencia a lo abstracto se encuentra en cierto modo y esos dibujos tienen la probabilidad de repetirse en distintas
en la naturaleza de la técnica y los materiales de decoración. épocas sin influencia directa alguna. La máquina es el artista,
Ciertos métodos de tejer, por ejemplo, llevan naturalmente y las máquinas se repiten. Un famoso sociólogo ale- mán,
a los modelos geométricos como la más fácil solución; la ro- Gottfried Semper, estaba tan encantado con esta idea que la
tación de un torno, y el uso del líquido "corrido" en la de- convirtió en base de una completa teoría materialista
coración de la cerámica, lleva a los motivos curvilíneos; los de- del origen del estilo y del ornato.
licados trabajos de aguja o encaje son de más efecto con moti-
vos naturales. Pero el arte representativo directo del tipo caro a Las características del arte popular pesan directamente en
los artistas académicos es casi desconocido en el arte popular; toda discusión sobre la naturaleza del arte. Revelan que el
parece que el campesino nunca ha hallado que sirva a su pro- impulso artístico es un impulso natural de los hombres, aun
pósito de hacer más agradable el mundo. Prefiere agregar de los menos cultos; hemos llegado a esa conclusión ante la
algo a su vida, más bien que actuar como espejo de su opaca evidencia del arte bosquimano. Pero ese arte no revela por en-
actualidad. tero (como lo hace el arte negro) el carácter no represen-
tativo del arte genuino. No es la abstracción lo artificioso, sino
Una tercera característica del arte popular es su tendencia la tendencia fotográfica de la pintura académica. Es de no-
conservadora. De todas las artes, es la más difícil de fechar con tarse, también, que el arte popular es muy raras veces la ex-
seguridad. Motivos sencillos se desarrollan y persisten durante presión de un estado de espíritu religioso. Hay muchos objetos
siglos. No tiene el campesino inquietud alguna por las noveda- de arte popular, como pilas de agua bendita e iconos, deco-
des; sólo pide que un objeto sea alegre, y parece darse cuenta rados con símbolos religiosos. Pero el propósito al hacer la
instintiva de que es posible obtener una variedad infinita de obra de arte nunca es el propósito religioso de propiciación
efectos por la combinación de unos pocos motivos y colores. o sacrificio o función, sino el enteramente humano, el desig-
Pero quizás la característica más asombrosa del arte popular nio cotidiano de "alegrar un poco las cosas."
sea su universalidad. Idénticos motivos, e idénticas maneras
de abstracción, idéntica forma e idénticas técnicas parecen bro-
tar espontáneamente del suelo en todas las partes del mundo. 37. — ARTE NACIONAL. EGIPTO
He visto cerámicas hechas en Somerset en el siglo dieciocho
que apenas se distinguen de cerámicas chinas del siglo diez. Los tipos de arte que hemos venido considerando en los
El tallado en madera de Noruega es de un estilo muy seme- últimos párrafos, son todos universales —arte primitivo, ar-
jante a las tallas de los nativos de Nueva Zelandia; y no hay te salvaje, arte rústico: sus características no están limita-
ninguna diferencia esencial entre los modelos de Inglaterra
das a un pueblo o a un país. Es en Asia, Creta y Egipto donde
y los de Grecia o Bulgaria. Hay ropas de lana bordadas de
primero encontramos el fenómeno de civilizaciones estáticas y
sepulturas egipcias que podrían haber sido trabajadas por cam-
por consiguiente del arte que puede describirse como nacional,
pesinas inglesas en la época victoriana. Éstos son ejemplos for-
tuitos, y por encima de la similitud básica existe un inter- en particular el arte egipcio que por su larga vida y vasta in-
f l »* .^ -
fl ue ncia, pued1e- t.tomarse como tAi! po naci! onaí'lt . ¥D
"\
uran Ate_ ujf. n._ ¡p-. e- 'v\

54 55
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ART E

ríodo de setenta siglos, Egipto proporcionó las condiciones democrática, el cristianismo, dió comienzo a un arte demo-
económicas que rigen una cultura continua; y aunque el crático en el pueblo, y lo elevó al plano más alto que nunca
tipo racial egipcio haya sufrido "cambios marítimos", en esto había tenido. Pero aunque el arte cristiano parte de una ac-
no difiere de otros tipos normales, y puede difícilmente di- titud ante la vida que se extiende ampliamente y hasta muy
solverse, como tantos otros conjuntos nacionales. Por con- lejos en Oriente y Occidente, el arte cristiano de Egipto es
siguiente, dentro de sus fluctuaciones y cambios, debemos siempre egipcio. Mr. Stephen Gaselee, que ha contribuido a
ser capaces de discernir ciertos rasgos fijos debidos a perma- una reciente revisión del arte egipcio 1 con un interesante
nentes influencias de razas y suelo; o si estas características no ensayo sobre el período copto, llama la atención sobre la
están presentes, debemos construir hipótesis que descuenten forma peculiar que el cristianismo tomó en Egipto —monas-
esas influencias en la historia del arte. ticismo—. No era una forma que necesitara mucho del arte,
La continuidad de la civilización egipcia es, fuera de duda, y Mr. Gaselee no titubea en describir el período en general
debida a factores económicos, principalmente a la renovación como de declinación artística. No obstante, después de cin-
anual de fertilidad que sigue a las inundaciones del Nilo. cuenta siglos de rigidez inhumana, uno descubre con una
El hecho de que esta fertilidad era de extensión estrictamente sensación de alivio los primeros signos de decoración libre,
limitada, y al mismo tiempo continua con el río de la cual de concepción humana, que distinguen a las tallas de marfil,
dependía, produjo un grado poco común de coherencia. Esta a los tejidos y a los manuscritos iluminados del período copto.
coherencia era física y económica, pero se reflejó en la reli- El pleno desarrollo de estas tendencias llegó con el período
gión y en el arte. En el arte de Europa Occidental es posible musulmán, que comenzó en el siglo nueve. El Cairo se fundó
ver las peculiaridades de una década en la historia del arte; en 950. Desde entonces, hasta la llegada de la "fatal influen-
un siglo cubre a menudo una revolución completa del gusto. cia" del arte europeo a principios del siglo diecinueve, gozó
En Egipto pueden pasar 2.000 años sin traer cambios de estilo Egipto, una vez más, de un arte en continuo desarrollo. Decir
demasiado evidente. Pero aquí se hace necesario marcar la que era un gran desarrollo, es quizá expresar sólo un punto
diferencia entre dos tipos de arte que han persistido juntos de vista personal, pero cualquier estudioso imparcial debe
en Egipto; un arte hierático dependiente exclusivamente del aceptar las conclusiones del capitán Cresswell, que pueden
clero y un arte popular desarrollado paralelamente al hierático encontrarse en el libro ya citado. "La negligencia que hasta
aunque independiente de él por completo. Desgraciadamente lo ahora ha sufrido el estudio de la arquitectura musulmana en
que aún perdura de este último tipo es muy escaso; no ha Egipto se debe en gran parte al brillo rival de los antiquí-
sido protegido en tumbas y templos como el arte hierático. simos monumentos del antiguo Egipto. Pocos viajeros hay, sin
Pero sabemos que existía y que era más íntimo y lírico que embargo, que dejen de extasiarse ante el encanto del arte
el arte de los sacerdotes. En el reino de Tutankhamen, in- islámico, las espléndidas fachadas de los siglos catorce y quin-
termedio romántico en la historia del arte del antiguo Egipto, ce, las bellas formas de sus innumerables cúpulas y minaretes,
este sentimiento lírico parece haber invadido la esfera oficial, y el refinamiento extraordinario de sus adornos."
y el efecto es decadente. Parece a primera vista que el arte del período musulmán
es el arte de un nuevo mundo, que no puede tener ninguna
relación con el arte del antiguo Egipto. Detrás de este arte
38. — AR T E COPTO inicial había un poderoso impulso que nunca se puso en con-
tacto con la vida del pueblo; privado de ese poder, el arte del
Con el período copto, que comienza a fines del siglo IV, 1
El arte egipcio a través de los siglos, por varios escritores.
salimos del principio hierático en el arte egipcio; una religión (Londres, The Studio, 1931.)

56 57
E L S I G N I F I C A D O D E L ARTE
H E R B E R T R E A D
pueblo nunca se elevó por encima de lo bonito, lo decorativo. egipcio es evidente, y esta larga inercia se atribuye, no tanto
Pero cuando por fin, ese poder se libera y se vuelve popu- a cualidades espirituales como a las convenciones no esenciales
lar, se combina con la sensibilidad latente en las gentes y en- del arte, que en otros países cambian tan a menudo como las
gendra un arte que es una de las obras estéticas supremas convenciones sociales. Esas convenciones del arte se suscitan
de la raza humana. por necesidades técnicas, o por incapacidad artística —como
dificultades en objetivar percepciones visuales—. De la pri-
mera categoría, por ejemplo, era un proyecto originado por la
39. — LAS PIRÁMIDES
necesidad de sostener el peso de la parte superior del cuerpo
al modelar en arcilla 1 . Originariamente este sostén era proba-
Las pirámides quedarán como símbolos eternos del antiguo blemente un manojo de tallos de papiro cubierto con arcilla,
arte egipcio, pero podemos, creo, discutir su valor estético. quedando el papiro tieso y duro. Cuando las estatuas se mode-
Una pirámide es una simple figura geométrica. Se dice que laron en piedra, este sostén, aunque innecesario, fué servilmen-
las pirámides en sí ganan enormemente por su tamaño im- te copiado en el material más duro. Por una década o dos, y
presionante, por el contraste con las planicies del desierto, por hasta por una o dos generaciones, ese fenómeno es explicable.
el tono determinado que crean en el brillo de la luz solar; Hemos tenido ejemplos de esas breves supervivencias en nues-
pero estos son apoyos adventicios, no esencialmente artísticos. tra civilización. Samuel Butler señala la pequeña protuberancia
Las pirámides en sí son racionales íntegramente, y lo que es en el fondo del hueco de las pipas, un órgano rudimentario que
racional íntegramente (la crítica lo aplica a ciertas clases de perdura de una época en que tenía su utilidad en las pipas de
arte moderno), no puede satisfacer por entero a la sensibilidad arcilla (formaba un sencillo apoyo del hueco caliente). Pero en
estética. Siempre ha sido función del arte dilatar la men- Egipto, órganos rudimentarios de esta clase perduran miles de
te más allá de los límites de la comprensión. Esa "distancia años. De la segunda categoría, podemos señalar el hábito de
más allá" puede ser espiritual o trascendental, o, quizás, me- poner un ojo de frente en una cara de perfil, convención que
ramente fantástica; en alguna parte traspasará el límite de se encuentra en todo arte primitivo. Ésa convención no es
lo racional. Esto no significa que el arte burle la armonía, una prueba de la falta de habilidad del artista; es muy
que debe siempre, según la frase de Bacon, tener algo sor- posible que el hombre primitivo tuviera un deseo instintivo
prendente en su proporción; la arquitectura gótica es un arte de representar el rostro humano; tiene una extraña clase de
que obtiene sus efectos más trascendentales obedeciendo a animación. Pero mientras en una nación como la griega esta
leyes geométricas tan estrictas como las que controlan a las convención satisface a las necesidades espirituales de una fase
pirámides; pero en la arquitectura gótica la geometría es la de su civilización, en Egipto fué eterna.
servidora del arte, y no su dueña.

41. — ORIGEN DE LOS TIPOS HISTÓRICOS


40. — LA ESCULTURA EGIPCIA
No es fácil encontrar los orígenes del arte cristiano. Sa-
La escultura egipcia es el arte más representativo del an- bemos que la influencia griega penetró hacia el Este, en Persia,
tiguo Egipto y, particularmente en la escultura del antiguo India y China y hacia el Oeste, en Italia, España, Alemania y
reino, encontramos una representación mucho más libre de la aun Inglaterra. También sabemos que había un arte común
sensibilidad estética que la jamás evidenciada en la arquitec- 1
tura egipcia. Aquí, de nuevo, la calidad estática del arte Escultura egipcia, por MARGARET MURRAV. (Duckworth, 193O.)

58 59
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ARTE

a las regiones septentrionales, yendo desde Islandia a través de la civilización oriental, su espíritu íntimo le es aún descono-
Escandinavia y Siberia, y podemos encontrar las relaciones cido y remoto. Cuando nos interesamos en cosas específica-
australes de este arte en el sur de Rusia, Persia y Asia Me- mente espirituales —una religión como el budismo o una fi-
nor. El Asia central era una corriente de fuerzas fuera de losofía como el taoísmo— nos contentamos, por lo general,
las cuales nació el gran arte cristiano de Occidente, que em- con quedarnos fuera, benévolos espectadores quizá, pero pasi-
pezó con el arte bizantino llegando hasta el Renacimiento y vos esencialmente, de una forma de pensamiento y vida que
alcanzando su expresión más alta alrededor del siglo doce. está más allá de nosotros. Pero cuando nos interesamos por
Nace fuera de esa misma corriente el gran arte oriental, que cosas materiales y objetivas como las obras de arte —estatuas
difiere en su esencia del arte de Occidente —difiere, en efecto, y cuadros, cerámica y tejidos—, no tenemos la misma humil-
en el grado en que la religión oriental difiere del cristianis- mo— dad. Sentimos que el arte es un idioma internacional, que
. Podemos decir que doquiera llegaron las corrientes de influencia llama directamente a los sentidos, y debemos ser capaces de
artística, fueron recogidas por las religiones que en- contraron, y apreciar el arte oriental tan fácilmente como el arte de nues-
fueron adaptadas a los propósitos de estas reli- giones. tra propia civilización. Hay muchas vagas teorías acerca de la
Encontramos las mismas convenciones artísticas en el arte chino universalidad del arte que anima esta confianza, y desde el
y en el europeo; vienen de la misma fuente pero están
siglo diecisiete hasta el presente el arte oriental ha tenido pe-
destinadas a servir fines muy distintos. Su atracción a nuestro
riódicamente entusiasmos populares, y hasta ha inspirado a
sentido de lo bello es idéntico aún.
nuestros propios artistas y artífices.
No cabe duda, sin embargo, que estas modas se han basado
en una total incomprensión del arte de Oriente, no sólo imi-
42. — ARTE CHINO tando meramente los rasgos superficiales de ese arte, sino eli-
giendo para imitar y entusiasmarse los peores períodos y los
La historia del arte chino es más firme, y hasta más per- peores estilos. Estamos aprendiendo lentamente a escoger más
sistente que la del arte de Egipto. Es, sin embargo, algo más de acuerdo con el mejor gusto oriental, y en nuestros museos,
que nacional. Comienza alrededor del siglo trece antes de las recargadas e ingeniosas curiosidades que admiraban nues-
Jesucristo y continúa, con períodos de oscuridad y vaguedad, tros padres, van siendo relegadas a último término o en-
hasta el presente siglo. Ningún otro país en el mundo puede terradas en los sótanos, y se va adquiriendo y destacando el
desplegar semejante riqueza de actividad artística, y ningún arte auténtico del Este. Pero libra su secreto lentamente, y
otro país, considerándolo bien, tiene nada con qué igualar los se puede decir que para apreciar totalmente estas obras de
altísimos méritos de este arte. Es un arte que tiene sus limi- arte, habría que adquirir ojos nuevos y una manera nueva de
taciones; por razones que estudiaremos, no ha cultivado nun- mirar al mundo. Puede decirse que, sin excepción, el artista
ca el género grandioso, y en consecuencia nunca tuvo una oriental nunca mira al mundo desde nuestro punto de vista.
arquitectura comparable con la griega o la gótica. Pero en las Para acercarnos a su punto de vista, tenemos que llegar
demás artes, incluso la pintura y la escultura, logró, no una vez a su arte por dos direcciones. La primera, y tal vez la
sino repetidamente, una belleza de forma tan cercana a la más difícil, la de la técnica. La pintura europea tiene, claro
perfección como la que nosotros podamos imaginar. está, su técnica, y aunque nada tenga de la consistencia histó-
Para el occidental medio, el Oriente siempre fué la tierra rica de la técnica china, es una disciplina difícil de aprender.
del misterio, y aunque los medios modernos de comunicación Implica un conocimiento de la teoría de los colores, de la
y los métodos modernos informativos, especialmente la foto- mezcla de las pinturas, de la preparación de fondos, de los di-
grafía y el cine, lo familiarizan con los rasgos exteriores de ferentes efectos que consigue el pincel; un completo conjunto

60 61
E L S I G N I F I C A D O D E L ARTE
H E R B E R T R E A D
es necesaria para describir su propósito. De cualquier modo,
de hechos prácticos. En comparación, la técnica china es
este propósito nada tiene en común con el propósito común
asombrosamente sencilla: es la ciencia de manejar un pincel
y un color. Pero ese pincel usado con tal finura y ese color del arte occidental, que es representar la particularidad de las
explotado con tal sutileza, que sólo un arduo aprendizaje de apariencias naturales. El pintor chino pintará, desde luego,
años puede alcanzar algo aproximado a la maestría. Como se representaciones de fenómenos naturales; es famoso por sus
sabe, el chino escribe con pincel, y el pincel le es tan fami- paisajes, que son producto de cuidadosas observaciones. Pero
liar como a nosotros la pluma y el lápiz. El primer hecho nunca es simplemente un paisaje especial y nada más; detrás
que tenemos que admitir acerca de la pintura china es que de lo particular está lo general,
se trata de una prolongación de la escritura china. Toda un sentido sublime
cualidad de belleza, para el chino, puede estar en caracteres De algo más profundamente entremezclado,
escritos bellamente. Y si un hombre puede escribir bien, se Cuya morada es la luz de los ocasos
deduce que puede pintar bien. Todas las pinturas chinas de Y el redondo mar y el aire vivo,
los períodos clásicos son lineales, y las líneas que constituyen Y el cielo azul, y en la mente del hombre,
su forma esencial, son juzgadas, apreciadas y gustadas, como Una agitación y un espíritu, que impele
líneas escritas. Todas las cosas pensantes, todos los objetos del pensamiento,
Y que rueda a través de todas las cosas.
Ahora, así como nosotros juzgamos el carácter de una per-
sona por su letra, el chino, con mayor ciencia y práctica, juzga
Estos versos de Wordsworth expresan más íntimamente que
la calidad de un artista por el refinamiento de su línea —su
nada en todas las esferas de la cultura occidental el espí-
expresión infinita—. Todo esto es fácil de comprender en
ritu del arte oriental. Este espíritu, naturalmente, sobrellevó
el arte de la pintura. Pero de la pintura, debemos proseguir
cambios durante la larga historia del arte chino; el espíritu
a las demás artes —escultura, alfarería, bronces, lacas— y en
animador de los primeros artistas de T'ang era un terrible
cada una de ellas descubriremos una calidad técnica similar,
espíritu, encerrado en formas de brutal energía, mientras que
una calidad de sutileza infinita que refleje la personalidad del
en los últimos y más complicados artistas del período Sung
artista. En alfarería, por ejemplo, se encuentra en el galbe o
ese mismo espíritu cósmico fué tierno y lírico.
contorno que hace el vaso y en la relación de este contorno
con el espesor y volumen del vaso. Como la arcilla pasa en En todo el curso de su historia, el arte chino concibe la
tre los dedos del alfarero en el torno modelador, expresa naturaleza como animada por una fuerza inmanente, y el
su sensibilidad con tanta seguridad y sutileza como el pincel objeto del artista es estar en comunión con esta fuerza, y lue-
cargado de tinta pueda expresar la sensibilidad del pintor. go transmitir esta cualidad al espectador. En el arte occi-
En toda obra de arte está la firma personal del artista —no dental, semejante propósito hubiera llevado a toda clase de
un vulgar garabato consciente, sino el culto producto de romanticismos y misticismos dudosos, pero como por milagro
siglos de tradición. el artista chino ha estado siempre a salvo de tales ráfagas de
sentimentalismo. Esto puede deberse en parte a la naturaleza
Basta para el acceso técnico al arte chino. El otro acceso de las religiones chinas altamente filosóficas, aunque los ar-
puede sólo llamarse el acceso metafísico, y lo difícil de com- tistas no se dan forzosamente a la disciplina intelectual que
prender y apreciar es el hecho de que una técnica tan per- salva al filósofo del sentimentalismo. Pero el artista chino
sonal como la que hemos descrito tiene que ser combinada se da a la disciplina técnica que ya he descrito, y en esa
con un contenido de impersonalidad y abstracción extremas. disciplina debemos encontrar una explicación de la integri-
Se dice a veces que el artista chino intenta expresar en su dad y honradez del arte chino, hasta el más cósmico. Si un
obra la armonía del universo, y semejante fraseología cósmica

63
62
H E R B E R T R E A D
E L S I G N I F I C A D O D E L ARTE
artista chino se apartara de la dignidad intelectual de su hay grandes fases artísticas que comprenden a Persia: el pe-
tradición, su escritura lo traicionaría. ríodo Sasánida (212-650), que, hasta donde se puede juzgar
En su larga historia, el arte chino fué sometido a diversas por lo que sobrevive, fué el más grande estéticamente; pero
vicisitudes. Los bárbaros invadieron el país por el norte y cuanto más se estudia este período, más se puede afirmar que
el oeste, e introdujeron por un tiempo un elemento de su bebió su inspiración en las grandes fuentes del Asia Central;
estilo geométrico. Pero las variantes más sutiles se deben a y en todo caso el Imperio Sasánida se dilató más allá de
las influencias religiosas, al budismo y al confucionismo. Sin los confines de Persia propiamente dicha. Sería tendencioso
duda, como siempre, estas religiones dieron un tremendo ím- y chauvinista ver en su arte característico, algún elemento
petu a toda clase de actividades artísticas. Pero también les racial perpetuado a través de posteriores períodos persas,
hicieron mucho mal —el budismo por su insistencia en un sim- aunque es lógico que en estos períodos los artistas adopta-
bolismo dogmático, que es siempre un mal elemento en el arte; ran muchas de las convenciones del arte sasánida, porque el
y el confucionismo por su doctrina del culto a los antepasados, artista usa convenciones establecidas como el poeta usa me-
que fué interpretado en arte como un informe tradicionalis- tros establecidos. Pero lo mismo que los metros son comunes
mo, que exigía una estricta imitación del arte ancestral—. Pe- a más de un idioma, las convenciones artísticas lo son a más
ro a pesar de estas limitaciones, quizás en cierto modo a de una nación, y no tienen criterio nacional.
causa de ellas, el arte chino mantiene su vitalidad, alcanzan-
El Imperio Sasánida fué destruido por los árabes y conta-
do su más alto desarrollo en el período Sung, período que dos son los monumentos que sobrevivieron a su fanático celo.
corresponde toscamente en el tiempo, y aún más sorpren- Se inició una nueva era con Persia como provincia del Im-
dentemente en amaneramientos, a los comienzos del período perio islámico, pero el arte de este período (661-1258) debe
gótico en Europa. su unidad, no a este o aquel centro geográfico, sino al pa-
trocinio de los califas árabes. Bajo este patrocinio tomó el
43. — ARTE PERSA arte un carácter internacional. Es cierto que los persas man-
tuvieron en parte su independencia, especialmente bajo el
Persia demuestra, tal vez mejor que cualquier otro país, califato de los Abasidas, y les fué permitido el ejercicio
lo inadecuado de las distinciones geográficas en la historia del de su propia religión mediante el pago de un tributo; pe-
arte. Desde el principio de su historia en el siglo séptimo ro esa religión nunca, como la religión cristiana, se convirtió
antes de Jesucristo, sus cuadros han variado del modo más en inspiradora de un arte; tanto bajo la dominación árabe
desconcertante; ha sufrido repetidas invasiones, inmigraciones como bajo los sucesivos reinos de conquistadores turcos y mon-
y emigraciones; y durante unos quince siglos, o alrededor de goles —es decir, durante un período de ocho siglos— los per-
los dos tercios de su historia, ha estado bajo la dominación de sas en realidad se transformaron en una raza de artistas ser-
gobiernos extranjeros. Si aparte de estas consideraciones toma- viles e inconstantes. Sus gobernantes reconocieron su sensi-
mos en cuenta el hecho de que los artistas persas más que bilidad estética, aunque eran ellos insensibles en su mayoría,
nadie en el mundo han poseído el instinto mercenario (como y los artistas persas fueron diseminados por los dominios sa-
los suizos en asuntos militares), la confusión, o la posibilidad rracenos; desde los confines de la India en el Este hasta España
de confusión, es completa. en el Oeste y hasta África en el Sur, donde quiera que fueron,
Esto no es negar que algo signifique la palabra persa apli- llevaron sus convenciones —su salvaje fantasía de motivos ani-
cada a una obra de arte. Pero hasta el siglo quince, y par- males, sus graciosos arabescos y sus telas floreadas— y donde
ticularmente hasta la dinastía Safávida (1502-1736), la pala- las llevaron, un arte indígena, inspirado quizás en religiones
bra no adquiere un carácter preciso. Antes de ese período locales o nacionalismos, crecía y las adoptaba. Este arte, que

64 65
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE

llamamos persa, es pues, en cierto modo, el más ubicuo de todos 44. — ARTE BIZANTINO
los artes; su influencia ha penetrado en todo el mundo civiliza-
do. Es a la vez el más fugaz, pues no es posible fijarlo en un pe- El período bizantino es el más vago de todos los períodos
ríodo o en un lugar. Lo más que se puede decir, es que los históricos en su concepción general y en su estudio particular;
artistas de una raza son sus portadores, que lo encontraron uno casi puede decir que su término nunca ha sido bien de-
en las misteriosas planicies del Asia Central, y que en el finido. Hasta hace poco el arte bizantino era el arte de la
curso de sus andanzas e influencias, se hizo un estilo inter- Edad' Media —casi inexistente excepto para algunos arqueó-
nacional. logos—. Es cierto que Ruskin lo ha elogiado por su colorido,
Esa es, creo, la fase más importante del arte persa. Otra fase y creo que debe admitirse que todo nuestro actual entusiasmo
empieza con el restablecimiento, a principios del siglo dieci- por el arte bizantino nace últimamente de la sensibilidad
seis, de una dinastía "nacional", la de los Safávidas. Se esta- original de Ruskin. Pero Ruskin, fuertemente ligado a los
bleció una religión nacional, y Persia, tal como era, volvió moldes de belleza grecorromana, sólo podía elogiar a medias
sobre sí misma. Ahora, si consideramos un arte nacional en su el arte bizantino. Podía rendir pleno homenaje a su sensual
estricto sentido, es en particular con las pinturas de este período riqueza de color y a la unificada impresión estética que fué
con lo que podemos asociar con más frecuencia las palabras capaz de llevar a cabo. Pero al fin tuvo que criticar su bar-
"arte persa". Pero es difícil para los occidentales discernir el barie; no era más que una etapa en el camino de la claridad
elemento religioso en el arte persa, aun en el período Safávida, griega al trascendentalismo gótico.
principalmente porque estamos demasiado acostumbrados a Nosotros ya no podemos mirar así al arte bizantino. No
encontrar en el arte religioso los símbolos antropomórficos de estamos tan influidos por los moldes clásicos; también te-
una religión de humanidad. Durante muchos siglos, estuvieron nemos serias pruebas de las intenciones positivas y de las obras
prohibidos en las religiones persas, resultando que su arte es efectivas del arte bizantino para considerarlo como un mero
más remoto e impersonal que el arte cristiano, y aun cuando compromiso entre diversas influencias extrínsecas. Como pri-
la prohibición de la figura humana ya no estaba en vigor, mera consideración, tomemos su vitalidad histórica, su sim-
era tan fuerte la tradición decorativa que perduró como mo- ple duración de estilo efectivo. El Emperador Constantino-
tivo dominante en el artista. Porque me desagrada la dife- puso los cimientos de su nueva capital sobre el Bósforo en
rencia entre las bellas artes y las artes decorativas, y porque el año 330, que puede darse como fecha bastante exacta del
creo que cada arte es uno, diría más bien que el artista persa comienzo del período del arte bizantino. Constantinopla fué
no tiene nada del egotismo o concepto que ha llevado al ar- tomada y saqueada por los turcos en 1453. No menos de estos
tista europeo desde el Renacimiento a crear un medio de once siglos encierra la historia del arte bizantino; pues aún
expresión independiente de las necesidades comunes de los antes del 330, diversas influencias convergieron a formar el esti-
hombres. El artista persa era en sus comienzos un creador lo, y por dos o tres siglos después de la caída de Constantinopla
de cosas útiles: alfarería y trabajos en metales, tejidos, ins- sobrevivió en Rusia y en Grecia. Del siglo siete al siglo doce
trumentos, e iluminaba libros. Los que buscan "interés hu- puede considerársele en su apogeo, y es dentro de ese período
mano" en el arte persa, quedarán desengañados; pero encon- donde pueden encontrarse sus más puras manifestaciones.
trarán obras de una de las razas más sensibles y cultas que
Es Gibbon, con su falso énfasis de la decadencia y su inca-
el mundo haya conocido, y el hecho de que esas obras to-
pacidad para apreciar los valores cristianos, quien más que na-
men la forma de objetos cotidianos es una profunda lección
die ha retardado la apreciación verdadera del arte bizantino. Es
para el mundo occidental.
curioso, asimismo, que los apologistas del cristianismo, que con
tanta complacencia han glorificado el arte gótico porque coin-

66 67
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ARTE

cide con la gloria mundial de la Iglesia, no hayan indagado Rhin medio, fué llevado a las Islas Británicas por las tribus
las artes que acompañaron al nacimiento y primer vigor de celtas en su retirada, y allí conservó sus características mien-
la misma Iglesia. En su temprano desarrollo en el Medio tras que olas sucesivas de invasiones barrían el resto de Eu-
Oriente, tanto como en su gradual penetración a través del ropa.
mundo mediterráneo, el arte bizantino marchó paso a paso El desarrollo del arte europeo durante la llamada Edad
con la cristiandad, y como arte religioso debe considerársele Media (400 a 1400) es complicadísimo, y el arte celta está
en su origen. Es la forma más pura de arte religioso que el envuelto en la incertidumbre general. Pero a pesar de la
cristianismo haya experimentado, porque el arte gótico pronto escasez de reliquias de este período, parece seguro que el
se impregnó de humanismo, y lo que es humano no pue- primitivo arte celta del período prerromano sobrevivió en
de ser del todo divino o sagrado. El arte bizantino es arte continuada tradición en Irlanda hasta que una nueva in-
sagrado, aunque en buena parte fué dedicado a la gloria del fluencia apareció en el norte en la forma del cristianismo.
Emperador más que a la gloria de Dios, pero en virtud del En Gran Bretaña la infiltración del cristianismo fué un lento
dogma del derecho divino, la gloria terrestre se miraba como proceso que cubrió un período de 200 años por lo menos. Hay
un constante reflejo de la gloria celestial. sólo débiles pruebas del predominio cristiano en Gran Bretaña
Es posible insistir demasiado en el carácter religioso, dog- durante el período romano; su verdadera historia en ese país
mático, o hierático del arte bizantino, pues estas cualidades empieza con la misión de San Niniano, un discípulo de San
pueden ser comprendidas sin ninguna formación de verdadera Martín de Tours, que construyó una iglesia en Whithorn,
sensibilidad estética, y estaremos, entonces, en el peligro de una Wigtownshire, el año 412. No mucho después, Irlanda fué
apreciación puramente pedante e intelectual. Es mejor insistir convertida por San Patricio, y durante el siglo seis el proceso
en el carácter lírico del arte bizantino —mejor confiar en su de conversión se extendió a Gales, a los Picts en el norte de
directa atracción sensorial, sea de forma, de color, o de la Escocia, y luego a los sajones en Inglaterra.
cualidad más indefinida que a veces inadecuadamente lla- Durante los siglos seis y siete esta iglesia nórdica se convir-
mamos "atmósfera"—. Ningún arte (excepto ciertas clases de tió en el refugio de la cristiandad en Europa; y en este pe-
arte oriental, con las que el arte bizantino está íntimamente ríodo, uno de los más importantes y significativos para todo
emparentado) puede conmovernos así con un dominio irra- desarrollo de arte en Europa, se estableció contacto directo
cional de nuestros instintos. Nuestro humor está quizás pre- entre el Norte y el Este. Como un reciente historiador de la
parado por nuestra voluntad para considerar este arte en su iglesia celta ha expresado: "A través de lo que San Niniano
integridad, y libre de predisposiciones extrañas a su esencia. obtuvo de San Martín, quien a su vez recibió el beneficio de las
Admitido ese humor, nos rendimos a este arte con el inme- experiencias orientales de San Hilario, la Iglesia que se con-
diato goce de percepción que es la primera y última sanción virtió en la Iglesia de Escocia estuvo familiarizada, desde su
de la experiencia estética. comienzo, con los textos orientales de las Escrituras, las for-
mas orientales de oración y glorificación, y asimismo los méto-
44 a. — ART E CELTA dos de los misioneros en Oriente." 1 . Y se familiarizó, pode-
mos añadir, con los tipos de arte oriental.
El arte celta es una de las fases más intrínsecamente intere- Todo el orden del arte celta se divide, en consecuencia,
santes de toda la historia del arte. Por diversos acciden- en dos períodos distintos: el primero, período precristiano,
tes históricos, el extremo norte de Europa —Irlanda, Escocia, derivando directamente de la Edad Neolítica, y el ulterior
Islandia y Escandinavia— se convirtió en conservador de un 1
El nacimiento y las relaciones de la Iglesia en Escocia, por ARCHI-
estilo indígena prehistórico. Este estilo, oriundo del área del BALD B. SCOTT.

68 69
»

H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE

período postcristiano, durante el cual se incorporaron las in- En este campo de arte sombrío y abstracto, los símbolos
fluencias estilísticas del Este. El doctor Mahr, en su libro cristianos llegan como visitantes de una tierra exótica. En un
Arte Cristiano en la Antigua Irlanda (Dublín, 1932), ha espinoso nido de líneas geométricas se posan dos aves del
subdividido este período postcristiano en: 1) el estilo ver- paraíso, llevando en sus picos un racimo de uvas del Este.
náculo, desde el siglo siete hasta la aparición de los vikingos Viene David con su arpa, y los tres niños en la hornalla, Adán
hacia 850; 2) el estilo hiberno-vikingo, de 850 al 1000; el y Eva, y el sacrificio de Isaac, están representados en ana-
• i
período de la dominación vikinga en Irlanda; 3) el último | queles encuadrados por bandas de ornamentos abstractos; y
»
estilo animal, de 1000 a 1125; y 4) el estilo hiberno-romá- por último, la piedra está coronada por Cristo en la gloria ro-
nico, desde 1125 hasta la conquista anglo-normanda. deado por sus ángeles. Esas piedras aún perduran en los sitios
El adorno del primer período céltico es lineal geométrico donde fueron levantadas hace siglos en Irlanda y Escocia; y
y abstracto; el tipo más familiar es la cinta entrelazada o la no hay en el mundo ornamentos más emocionantes en sus
decoración de trenzado hoy vulgarizada en las tumbas "cel- implicaciones; simbolizan diez mil años de historia humana, y
tas". Puede verse en toda su pureza en el Libro de Kells, la representan en sus extremos espirituales, los más cercanos
manuscrito del siglo ocho perteneciente al Trinity College, y los más lejanos a la misericordia de Dios.
de Dublín. La naturaleza real de esta decoración ha sido muy
bien descrita por un historiador alemán de arte, Lamfrecht,
en las siguientes palabras: 45. — EL ACERCAMIENTO AL ARTE CRISTIANO
"Hay ciertos motivos sencillos cuyo entretejido y mezcla,
determina el carácter de este ornamento. Primero sólo hay el La gran fase del arte en la cual el cristianismo alcanza su
punto, la línea, la cinta; luego vienen la curva, el círculo, la expresión suprema es la última fase de nuestra historia con
espiral, el zig-zag y una decoración en S. ¡ Ciertamente no hay características de universalidad. Primitivo, clásico, oriental y
mucha riqueza de motivos! Pero ¡qué variedad se alcanza por gótico: he aquí los únicos tipos universales de arte. El resto,
la manera de emplearlos! Aquí corren paralelos, luego entre• hasta ahora, no son más que derivaciones de estos tipos. El
tejidos, ahora enrejados, ora trenzados, luego pasados unos en arte románico sólo puede considerarse como una tardía fase
otros en un encasillado simétrico de nudos y trenzas. Así se imitativa del arte griego —fase desprovista del orgánico rit-
despliegan fantásticamente confusos dibujos, cuyo embrollo urge mo vital de la fuente en que ha bebido— expresando sa-
su desenredo, cuyos repliegues parecen buscarse y evitar- se, tisfacción, no alegría; fuerza, no equilibrio. Fué sobre los fun-
cuyos componentes, como dotados de sensibilidad, cauti- van la damentos del arte románico donde el estudio de la estética se
vista y el sentido en vital movimiento apasionado." He estableció; ¡no es raro, pues, que tanto arte sea incompren-
descrito la significación de este inorgánico, superor- gánico tipo sible para nosotros! El Renacimiento fué una tentativa de
de arte en el párrafo 32. Es una manera de ex- arrojar a los elementos nórdicos del arte cristiano y volver al
presión en contraste directo con el estilo clásico, que es or- tipo clásico. Era la expresión de cierta fase pagana de cul-
gánico, naturalista, sereno y satisfactorio. El significado del tura en Europa, una era de príncipes que preferían el lujo
estilo nórdico reposa precisamente en sus cualidades antivi- al ascetismo. Pero es tal la influencia de un período o fase
tales, en su carácter completamente abstracto; y en este carác- en los artistas nacidos en ella, que aun aquellos cuya inspi-
ter, en estas cualidades, debemos ver un reflejo de la vida ración sigue siendo religiosa se expresan de acuerdo con la for-
espiritual de los pueblos nórdicos —"la vida interior pesada- ma predominante. Esto nos lleva a un problema muy inte-
mente oprimida de la humanidad nórdica", como Worringer resante en la historia del arte: la relación del artista indivi-
la ha llamado. dual con los ideales generales de su época. Están aquí com-

70 71
H E R B E R T R E A D Ei. S I G N I F I C A D O DEL A R TE
prendidos tres ciclos: el período, la generación y el individuo. sibilidad nórdica de elementos del antiguo arte oriental. Pue-
¿Cómo actúan y cuál es la fuerza motriz más poderosa? de decirse que la tendencia del arte románico se desarrolla
en el gótico, y el arte gótico, al alcanzar su mayor apogeo,
fué de carácter cada vez más nórdico. Después de todo, es lo
46. — FUERZAS MATERIALES E INMATERIALES que se podía esperar, pero el proceso se complicó infinitamente
Puede indicarse sucintamente que las características de un por otro factor: la Iglesia cristiana. La Iglesia fué, durante
período están determinadas en realidad por fuerzas materiales: la mayor parte del período gótico, universal en el sentido
raciales, climáticas, económicas y sociales. Basta saber para más verdadero de la palabra. No era sólo una Iglesia; sus fun-
ilustrar este punto de la manera más elemental, que un país cionarios hablaban un solo idioma y eran, para todo fin
con abundancia de bosques desarrollará una arquitectura práctico, permutables de un extremo a otro de Europa. Esto
de madera, y todas las artes menores relacionadas con la ma- se mantuvo, no sólo para los altos dignatarios como los obis-
dera alcanzarán una gran prosperidad, como en Escandina- pos, sino también para los humildes clérigos, y especialmen-
via. Donde abunda el mármol, o las canteras de piedra son te para los dotados de algún talento especial útil para la
de fácil acceso, se desarrollará la escultura. Pero estas cau- propagación del Evangelio. Esta internacionalidad de la Igle-
sas materiales nunca llegarán a explicar por completo el na- sia implica una tendencia hacia la uniformidad del arte
cimiento y desarrollo de un período de arte: la materia es eclesiástico, en particular desde que la Iglesia se inclinó a
siempre el vehículo de una expresión espiritual. Una cate- establecer de vez en cuando, reglas bien definidas de cómo
dral gótica no es sólo una construcción de piedra, es ade- debían tratarse los temas religiosos.
más, según la notable frase del profesor Worringer, "trascen- Existía, pues, durante todo el período gótico, el arte hierá-
dentalismo de piedra". Ha habido más de una tentativa para tico de la Iglesia, tendiendo al simbolismo, la intelectualidad,
explicar la evolución de la catedral gótica en términos me- y toda clase de convenciones; pero también existía un arte
cánicos; dos arcos de medio punto cruzados forman una bóve- . subterráneo que era el arte del vulgo, vigoroso, ignorante, y
da, las molduras de la bóveda se refuerzan y sugieren la ojiva, hasta bárbaro. El ejemplo egipcio fué repetido. Muchos de
la ojiva sugiere un intento para alcanzar una mayor altura, lo estos artesanos legos eran, claro está, empleados dirigidos por
que a su turno implica los contrafuertes exteriores, y los con- los clérigos, y tenían que conformarse con las instrucciones de
trafuertes implican el pináculo, y así hasta que se resuelve la sus pedantes maestros.
catedral entera en una serie de soluciones de problemas de Era sólo cuando el maestro de obras los perdía de vista, y
ingeniería, partiendo todos del simple accidente de entrecru- podían seguir con libertad sus propios impulsos, cuando se
zar dos arcos de medio punto. Pero eso no explica la impresión abandonaban a las fantasías deliciosas que encontramos con
abrumadora que se apodera de uno al entrar en esa catedral; frecuencia en algún escondido rincón de alguna catedral.
estamos en presencia de un todo espiritual, y nuestros senti-
mientos se animan al influjo de la belleza, que es algo más
que la solución de un problema de ingeniería. 48. — ARTE GÓTICO

Hago la distinción entre un arte hierático y un arte popu-


47. — LA INFLUENCIA DE LA IGLESIA lar gótico porque creo que es en este último donde encon-
traremos el elemento nórdico puro que ha trabajado siempre
El arte gótico nació del románico, y el arte románico era, modificando las formas extranjeras de acuerdo a las necesida-
superficialmente al menos, una adaptación regida por la sen- des nativas. Desgraciadamente, aunque poco nos queda del

72 73
H E R B E R T R E A D EL S I G N I F I G A DO DEL A R TE
arte eclesiástico gótico, en realidad nada puede encontrarse tacta alguna obra. Nuestras catedrales son huecos capara-
que represente al arte popular de la Edad Media. zones de su antigua magnificencia: iglesias que fueron joyas
Nunca fué considerado arte y nunca valorado como tal. de íntima belleza son hoy en día conventículos desolados y
Como material y acabado, la cerámica medieval no tiene sombríos; y lo que la pintura inglesa, la poesía inglesa, la
ninguna de las cualidades inherentes a la obra de arte; es música y la danza inglesas perdieron por esa horrible y ven-
tosca y poco complicada. Pero en la fuerza rítmica de sus gativa plaga del espíritu, ni la imaginación puede concebirlo.
contornos, en la sugestión de masa y volumen, en la exposi-
ción directa de los valores, no conozco nada comparable a
los mejores vasos de barro de la Edad Media excepto cierta 50. — EL ARTE DEL RENACIMIENTO
cerámica y vasos de bronce de la dinastía Chou en China (1122-
255 a. C.) y ciertas muestras de escultura negra. Los ex- tremos se El arte del Renacimiento italiano es un tema tan vasto,
tocan: en estos objetos hay sólo la simple expresión de un y ha sido tratado a fondo con tanta frecuencia, que sólo una
deseo de la forma. En la muda y mutilada estatua de la breve mención puede ser oportuna en estas notas. Sea éste
figura 29, toda la gracia y trascendente espiritualidad de una un alegato de la intimidad. Estamos atemorizados por las
gran religión se ha personificado en la piedra. Y con todo, la incontables telas de los maestros italianos, y en verdadero
cerámica no es indigna de esa escultura. Podemos ir más peligro de reaccionar tan violentamente de nuestro fastidio,
lejos y decir que sin la capacidad para la cerámica, esa que ajustaremos nuestra mente a la experiencia única del
época no habría llegado a la escultura. La una es elemen- tal y arte italiano. Podemos empezar modestamente y sin riesgo,
simple, la otra espiritual y compleja; pero ambas po- seen la si nos concretamos a los dibujos de los pintores italianos.
unidad formal sin la cual ningún arte es posible. Estaremos así en contacto más directo con la personalidad
y el talento del artista. Un cuadro ha sido retocado a me-
nudo, cuando no repintado; inevitablemente los colores se
49. — EL GÓTICO INGLÉS han desvanecido; el tiempo ha corrido un velo sobre su
frescura. Y si aún no ha sufrido por estos defectos inci-
El arte popular indígena de Inglaterra nunca tuvo ascen- dentales, el hombre común puede, muy bien, sentirse algo
diente sobre el arte de la Iglesia en la Edad Media, pero sobrecogido en presencia de una obra maestra en la que ha
sin embargo lo modificó profundamente. Al seguir evolucio- puesto el artista toda su inteligencia y su destreza. Un cua-
nando este fermento, el arte hierático fué perdiendo su ca- dro como la "Flagelación" de Piero della Francesca provoca
rácter internacional, y tomando las peculiaridades locales. Du- algo más que una reacción sensorial si podemos penetrar en
rante los siglos doce y trece, es casi imposible distinguir el su entraña; reclama un análisis intelectual. Queremos saber
arte de Inglaterra del de Francia. Pero gradualmente se fue- qué pasaba en la mente del artista, por qué subordinó la es-
ron acentuando las diferencias; el estilo, que había sido algo cena presente de la flagelación a las tres figuras misteriosas
impersonal, se hizo individual. Una cualidad que sólo puedo del primer plano, y cómo, a pesar de estas singularidades, lo-
explicar como ternura se deslizó en el arte inglés, una per- gra el cuadro transmitir tan asombrosamente la forma y
cepción tierna de la belleza de cosas íntimas (hojas, enre- la atmósfera que se propone. Pero en un dibujo no nos in-
daderas, flores, animales y niños). Luego, esta tendencia vi- trigan estos problemas. Estamos en contacto directo con la
no a fructificar en lo sentimental, pero mientras duró, sazo- sensibilidad del artista, y este solo hecho basta para impresio-
nada con realismo y humor, fué algo único en la evolución narnos.
del arte occidental. Pero de este arte apenas sobrevive in-

74 75
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L A R TE

instintiva de pocas líneas esenciales; la dependencia de rit- mo


51. — D I B U J O S DE LOS MAESTROS ITALIANOS y no de estructura. Los dibujos difieren, por supuesto, en
designio, y por consiguiente en clase; varían desde la cap- tación
Hay algo más, sin embargo, en los dibujos de los maestros rápida de algún aspecto de la vida, alguna súbita visión, como
italianos que este llamamiento al sentimiento. Uno puede legí- en la instantánea "Procesión" de Carpaccio, al perfecto y exacto
timamente hablar del arte del dibujo, significando que el estudio de algún detalle, como en los estudios de animales de
dibujo es un arte en sí, y no un preliminar de la pintura. Pisanelli (figura 31). Pero todas estas varie- dades de dibujo tienen
Ruskin comentaba una vez el hecho de que en todas las ga- en común cierta concentración de visión. El artista, y a su vez el
lerías de Europa no se encuentra ni un solo dibujo flojo o in- espectador, miran una cosa a un tiempo. Muchos cuadros
fantil de alguno de los grandes maestros —son todos eviden- obligan a un fraccionamiento de la atención; primero miramos la
temente obras maestras—. Y daba la explicación de que figura de la izquierda, luego el grupo de la derecha, luego el
mientras nosotros los modernos aprendemos, o tratamos de paisaje a distancia, y el puente en el paisaje, y por fin damos,
aprender, a pintar dibujando, los antiguos aprendían a di- con sensación de triunfo, con la diminuta figura del burro que cruza
bujar pintando. "Cuando niños se les ponía el pincel en la el puente. In- evitablemente analizamos y organizamos la pintura.
mano, y se veían obligados a dibujar con él, hasta el punto de Luego tratamos de sintetizar, para relacionar en alguna estructura
que al usar la pluma o el lápiz, lo usaban con la delicadeza del general todos los detalles que el ojo vagabundo ha juntado.
pincel o con la decisión del buril. Miguel Ángel usaba su Encontramos ritmo de líneas, equilibrio espacial, armonía de color.
pluma como un cincel, pero parece que todos ellos sólo lo El éxito del cuadro depende de la fusión o cohesión finales en la
usaban al llegar a la cumbre de su capacidad, y entonces mente del espectador. En realidad, el proceso es mucho más
como estudio de los modelos o rápida anotación de ideas; instintivo y rápido que su pobre descripción en palabras. Y hay
pero nunca como ejercicio que los ayudara a pintar." Las pa- pinturas en las cuales la visión es tan concentrada como lo es en
labras que he subrayado me parecen indicar la base esencial cualquier dibujo —como hay dibujos complicados que requieren
para la comprensión de los dibujos de los maestros antiguos. el mismo análisis que una pintura—. Pero, en general, el dibujo
Constituyen un arte separado, distinto de la pintura, subor- tiene la diferencia de que es la completa realización de un
dinado a ella en cuanto ayudan como medio rápido de fijar momento de vida: el pliegue de una tela, el perfil de un rostro, el
momentos de visión o pensamiento que luego pueden tra- contorno de un músculo, la estructura de una flor; es esto, y
ducirse en pintura. Nunca se ha considerado la estenografía es también la firma más indiscutible que el artista nos ha
como útil preparación del arte de escribir. legado. El
estudio de los dibujos no es sólo la base indispensable de toda
crítica científica de arte; es la mejor práctica de la sensibi-
lidad privada. Los amaneramientos distintivos del artista se re-
52. — EL ARTE DEL DIBUJO velan más claramente en sus dibujos, y éste es particularmente
el caso de los grandes maestros italianos. Los dibujos son hojas
El encanto del dibujo de un maestro reside, en parte, en arrancadas de sus libros de memorias, y en estos libros de me-
la seguridad y destreza extraordinarias de su ejecución; el morias el hombre escribe (o escribía, hasta que se puso de mo-
lápiz o la pluma están usados con una delicadeza que, se- da el publicarlas) sólo sus pensamientos íntimos. No tiene
gún dice Ruskin, es la delicadeza del pincel habitual. Hay conciencia de que el mundo esté mirando por encima de
otras cualidades que son puramente cualidades de la línea: su hombro. Escribe, o dibuja, para complacerse a sí mismo,
el elemento de autoridad decisiva, debida al hecho de que el
rasgo de pluma o lápiz es veloz e irrevocable; la selección

76 77
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ARTE
para explorar las reconditeces de su espíritu. Y sentimos que que Uccello está usando resueltamente el color para su efec-
esto es particularmente cierto en los grandes artistas del to decorativo, aun si con ello anula el efecto realista. Esto
Renacimiento, cuyas mentes se consumían en la curiosidad resulta evidente en la encantadora "Escena de caza noctur-
intelectual; en Leonardo, que se interesaba por igual en un na" en el Ashmolean Museum, de Oxford.
unicornio y en un feto, en la fundición de un caño y en una La cualidad, pues, que distingue a Uccello es cierto uso
flor silvestre, en un rostro humano y en el pliegue de una
consciente de sus medios disponibles. No era, por decirlo así,
tela; en Signorelli y en Pollaiuolo, tratando siempre de fijar
un artista que pintaba subjetivamente, al dictado de sus
la moviente figura en alguna actitud significativa; en Miguel
sentimientos; pintaba conscientemente, deliberadamente, de
Ángel, probando la solidez de algún aspecto del mundo vi-
sible. Tan halagador es este arte del dibujo, que encierra el acuerdo a un esquema intelectual predeterminado. Esta cua-
peligro de que no volvamos a la obra primaria del artista, lidad la comparte con otros artistas del Renacimiento ita-
su pintura o su escultura. Por eso es tan importante com- liano —con Andrea del Castagno, con Cosimo Pura y so-
prender que el dibujo es un arte en sí, y que si pasamos a la bre todo con Piero della Francesca—. Estos artistas tienen
pintura o la escultura es para descubrir una escala distinta percepciones profundamente distintas, pero todos se dis-
de valores. tinguen por lo que podríamos llamar un método a priori.
Piero della Francesca, en rigor, podría ser llamado el primer
cubista, y una obra como la "Flagelación" en Urbino tie-
53. — ARTE INTELECTUAL
ne una estructura perfectamente geométrica de cubos suce-
sivos. Piero es un precursor de la sensibilidad moderna, un ar-
Otro contacto con el arte de un período como el Renaci- tista que presta a sus sensaciones una organización intelec-
miento italiano se establece por medio de la sensibilidad mo- tual predominante. Que esto no es un mero capricho mo-
derna. ¿En qué orden pondremos estos nombres célebres, Leo- derno está comprobado por el hecho de que fué autor de
nardo, Rafael y Miguel Ángel? Cada siglo tiene su propio or- un tratado de geometría.
den, de acuerdo a las fases temporales de su sensibilidad. ¿ Cuál Es esta cualidad intelectual en pintores como Piero della
es la cualidad del arte de Uccello, que lo hace tan atrayente a
Francesca y Uccello lo que los hace tan atrayentes a la sen-
la nueva sensibilidad, y que comparten con él otros artistas del
sibilidad moderna. Porque la principal tendencia del arte
Renacimiento? ¿Qué distingue esta cualidad de las normas
tradicionales por las que el arte ha sido juzgado? moderno, a pesar de ciertas excepciones románticas, tiende
hacia una reintegración del intelecto. Por eso, contrariamen-
Uccello es llamado a menudo el descubridor de la pers- te a las esperanzas de la gran mayoría de los críticos de
pectiva, pero si no se justifica de algún modo, este título es arte, subsiste aún el cubismo, y es el método constructivo
un poco absurdo. Uccello no descubrió la perspectiva, pero de artistas contemporáneos como Picasso, que con razón pue-
quizás fué el primer artista que se deleitó conscientemente den considerarse como típicos exponentes de la sensibilidad
en sus potencialidades. Usó la perspectiva con intención, no
moderna. Pero ¿qué significa la reintegración del intelec-
sólo para procurar verosimilitud a su pintura, sino para cons-
to? Simplemente, el derecho de usar la inteligencia como
truir su dibujo o trama. "La derrota de San Román" en la Na-
tional Gallery es un buen ejemplo de su método: el principal base del arte. La inteligencia (¿o diremos las concepciones
equilibrio de este cuadro es el que hay entre las lanzas ver- intelectuales?) nunca puede considerarse como acabada mate-
ticales y los fugitivos grupos en el lejano paisaje. Junto a ria del arte; ni tampoco las emociones desordenadas del pintor
este manejo consciente de la perspectiva hay un deliberado y subjetivo. En pintura, como en poesía, esas concepciones o
en cierto modo arbitrario manejo del color. Se comprende esas emociones no son más que el punto de partida de la
completa organización de la sensibilidad que es la obra de
78 79
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L A R TE

arte. Esa organización es deliberada o instintiva; en uno u


55. — REALISMO TEXTUAL Y REPRESENTATIVO
otro caso es un todo complejo capaz de atraer la línea
toda de nuestra sensibilidad.
En un escrito leído en el Congreso Internacional sobre Historia
del Arte, en Bruselas, en el año 1930, Georges Mar- lier hizo una
distinción que aclara bastante la cuestión. Señala la diferencia
54. — REALISMO
entre el realismo "textual" o imitación literal de lo real y el
realismo como representación de escenas de la vida popular.
Entre el idealismo del Renacimiento y el intelectualismo Refiriéndose al realismo de la pintura fla- menca, muchas
de hoy encontramos varias fases de fantasía y realismo. Rea-
personas, casi inconscientemente, presumirán que se trata del
lismo es uno de los términos más vagos del vocabulario de
primer caso. Pero como lo demuestra Marlier en una revisión del
la crítica, lo que no impide su uso frecuente. Es curioso,
arte flamenco desde el siglo quince hasta nuestros días, tal
sin embargo, observar que nunca ha sido aceptado como
concepción de realismo ha existido rara- mente. El arte flamenco
rótulo de ninguna escuela de pintura. Tal vez, esa palabra
se ha caracterizado por la persis- tencia de una tradición
tenga más exactitud en filosofía, donde, ya como histórica- definida, pero sea mirando al si- glo quince, con su respeto a
mente opuesta al nominalismo, o, más generalmente, como
las convenciones arbitrarias del medievalismo, o a la infiltración
nombre de cierta teoría, indica la creencia en la realidad
de la fantasía característica del siglo dieciséis, o a la "sencillez"
objetiva del mundo externo. No hay duda de que la crítica
de Rubens, Jordaens y sus discípulos, o al extraño estilo
tomó el término en su principio de la filosofía, y luego sí-
visionario de pintores más recien- tes como James Ensor y Fritz
guió usándose erróneamente. Escritor realista es el que abier-
van der Berghe, estamos obli- gados a admitir que en ninguna
tamente evita cualquier sesgo selectivo en su transcripción parte la tradición flamenca aspira a una transcripción literal
de la vida, reproduciendo la escena o el personaje tal como
del escenario visible. De lo que carece es de la pompa y
el ojo lo percibe. Pero como de hecho, todo arte involucra
elegancia del arte cortesano; es más bien el arte de un pueblo
selección (aunque sólo sea por razones de espacio y economía),
burgués, dictado por nece- sidades burguesas y aspiraciones
el escritor generalmente destaca cierto aspecto de la vida,
burguesas. Es interesante
que es el menos lisonjero de la dignidad humana.
tomar un tema común como la Adoración de los Magos y
La crítica de arte está aún más alejada de la exactitud filo- comparar cómo fué encarada por los artistas de las escuelas
sófica, no siendo en sus orígenes y su desarrollo más que una italiana y holandesa. Tomemos, por ejemplo, la hermosa ver- sión
extensión hacia el arte de la categoría de crítica literaria. del tema de Vicenzo Foppa, en la National Gallery. La Virgen está
El arte que podríamos, estrictamente, llamar realista, sería representada como un tipo ideal de mujer, sere- na y de
el que tratara por todos los medios de representar la apa- extraordinaria dignidad; los Magos son tipos caba- llerescos, de
riencia exacta de las cosas, y tal arte, como la filosofía rea- veneración y valor; hasta los palafreneros y ayu- dantes son
lista, se basaría en la simple fe de la existencia objetiva de nobles y agradables en sus proporciones. Vol- vamos ahora al
las cosas. El impresionismo del siglo diecinueve era un ar- mismo tema en una versión de la escuela holandesa. Ahí está el
te así, pero es lo cierto que los impresionistas unían a un famoso retablo en la National Gallery en el cual Mabuse ha
método de realismo científico, una especie de visión idea- prodigado toda la riqueza y exuberan- cia que un período de
lista de la vida que podría ser clasificada como lirismo. Para lujo podría imaginar. Y ya la Vir- gen no es un tipo ideal, sino
encontrar realismo en el sentido aceptado, generalmente de- un ama de casa flamenca; los Magos tienen noble porte, pero sus
bemos acercarnos a la escuela holandesa, representada prin- rasgos, copia evidente
cipalmente por Rubens y Pieter Brueghel.

80 81
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ARTE

de los modelos, revelan las preocupaciones y comunes ape- cisco recibiendo los estigmas", perteneciente a la Pinacoteca
titos de la vida; hay ángeles en adoración, suspendidos sobre de Turín (figura 33), puede ser tomado como ejemplo. La
el grupo santo, pero abajo, justo en el primer plano, está obra puede ser del 1430 al 1440. Para esa época, el paisaje
el pavimento roto y dos canes contrahechos, uno de ellos ro- de fondo es en extremo detallado y naturalista; cada brizna
yendo un hueso. Mabuse es excepcional en su país por su de helécho o pétalo de flor está cuidadosamente expuesto,
magnificencia; cuando llegamos a un pintor como Pieter y sin embargo el paisaje en su conjunto es un todo ideal pro-
Brueghel, ya no existe compromiso con ningún idealismo. lijamente construido; es lo efectivo hecho ideal. Pero vol-
No sólo los modelos están tomados del natural, sino que es- vamos a la figura de San Francisco mismo. Si el pintor fue-
tán elegidos deliberadamente entre la gente baja. La escena ra realista en el sentido vulgar de la palabra, se esperaría
es pobre en su composición; el grupo está formado por hom- una actitud dramática, rasgos contorsionados por el dolor o
bres tan vulgares como poco inteligentes parecen ser. el éxtasis, lívidas llagas. Pero aquí tenemos, no una imagen
¿Qué hay detrás de una acción como la He Brueghel? Tal de cera privada de significado psicológico, sino una imagen
vez sólo un terco sentido común. Brueghel era un campesino; viva y tranquila, evidente retrato de una persona real.
así eran José y María, y los que les rodeaban. Brueghel de- Hay obras maestras de los primitivos flamencos que pue-
seaba sentar este hecho: y comprendió que afirmándolo exal- den ilustrar el mismo punto; el famoso retablo de Van Eyck
taba la realidad. Lo patético, la caridad y la gloria de esta en Saint Bavon, en Gante; el menos famoso pero quizás
escena nunca han sido tan evidentes como en esta voluntaria obra maestra de Jan van Eyck en Brujas —"La virgen
adhesión al ideal del realismo. Porque el realismo, al fin y con San Donato y San Jorge"—, donde la Virgen es una
al cabo, es un ideal, el único ideal que carece de un elemento esposa pobre y decididamente fea, con el niño raquítico y mal
de condescendencia hacia el género humano. alimentado en sus rodillas, San Jorge es un soldado joven y
alegre y el donante, cierto Jorge van der Paele, arrodillado
entre la Virgen y San Jorge, uno de los más "efectivos" re-
56. — NATURALISMO tratos de todo el arte europeo; y dejando a Van Eyck, pode-
mos contemplar a Memling, quizás más grande pintor, en mi
Pero necesitamos aún mayores refinamientos en la defi- opinión, porque en ciertos aspectos es más profundo, pero
nición antes de poder apreciar totalmente la tradición de la que también pintaba lo real, porque encontraba que por
pintura flamenca. Por ejemplo, la palabra "naturalismo", que este medio expresaba mejor lo ideal. Los pintores flamen-
puede ser traída a este respecto, resultará en seguida inade- cos parecen afirmar que sólo se descubre lo divino en el
cuada para traducir la intención de los primeros maestros de centro de la humanidad. Brueghel el Viejo lleva quizás la
esta escuela. Nuestra paradoja puede quizás hacerse un poco paradoja a su extremo límite, en su "Huida a Egipto", en
más precisa diciendo que en este arte lo efectivo es el ideal. la Galería, de Amberes, donde las figuras de José y de María
Un pintor como Van Eyck o Memling, no hace, como sus difícilmente se encuentran entre un montón de viajeros ase-
colegas italianos, tipos abstractos del mundo natural o efec- diando una posada. Pasa lo mismo en su "Caída de Icaro", en
tivo hasta que alcanza un común denominador más elevado Bruselas, que fué uno de los cuadros memorables de la Exposi-
que es el ideal. Toma audazmente lo típico en el sentido de ción de Londres en 1930; la tela está principalmente ocupada
lo vulgar, y por un proceso que sólo puede definirse como por un hombre arando en el primer plano y un barco nave-
"obra de amor" estudia y reproduce su tema, que con toda gando en el mar; el desgraciado Icaro apenas roza las olas
su humildad se transforma en la expresión más alta del idea- al pie de los distantes arrecifes.
lismo del pintor. El cuadro de Jan van Eyck de "San Fran- Con los Brueghel y con Hieronymus Bosch, que es anterior,

82 83
H E R B E R T R E A D
E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE
y fué su inspirador, estamos en presencia de un refinamiento
ulterior del realismo. El realismo se vuelve fantástico. Así lo evidente para negarlo. No sólo la grandeza de Rubens
como en un sentido, partiendo de lo real, podemos alcanzar como pintor, sino su categoría como genio representativo,
una abstracción que es un carácter ideal de toda realidad, en depende de esta misma cualidad de fácil abundancia. Empe-
sentido opuesto podemos alcanzar el carácter que es la nega- zó su vida como paje a la edad de catorce años; a los dieci-
ción de toda realidad —un idealismo a la inversa, una pe- siete estudiaba pintura, y a los veinte ya tenía adquirido su
sadilla de extremos—, de todas las contorsiones posibles que dominio del arte. Durante ocho años viajó por Italia, y aun-
pueden imaginarse sobre los fundamentos de la realidad. La que es indudable que recogió allí muchas ideas, tuvo poco
tendencia de los cuadros de esta clase es ser meramente anec- que aprender que fuera esencial para su genio. Eugenio Fro-
dóticos o enciclopédicos, y Brueghel pintó, es innegable, cua- mentin, cuyos Maestros de antaño contienen las mejores pá-
dros que reunieron en la tela una colección de proverbios y ginas escritas sobre Rubens, recapitula el asunto en un neto
leyendas populares. juicio. En su réplica, dice: "on lui demande à voir ses étu-
des, et, pour ainsi dire, il n' a ríen à montrer que des
57. — RUBENS ceuvres" -1. Nunca titubeó en su adelanto triunfal. Aunque
muchos lamentemos su carencia de autocrítica, a eso debe
Rubens, que puede contemplarse en Amberes como en nin- su aplomo. Era simplemente un hombre de acción, y pin-
guna parte, es la cumbre de la tradición flamenca y su más taba como otros hombres hacen esgrima, o pelean, o ha-
grande representante. Es algo más, una muy significativa cen negocios. Con toda franqueza, el arte era su nego-
figura en la historia del arte, y un poco desconcertante pa- cio. Ya establecido, tenía su tarifa, y la clase de su pintura
ra las nociones románticas de inspiración y genio. Con Ru- dependía de la suma que le pagaban. No alteraba la ca-
bens podemos aventurarnos en el problema de lo trivial en lidad —no conscientemente— pero el tamaño y la trama
el arte. del cuadro estaban estrictamente determinados por el con-
"Demasiado de lo bueno" es una manera de decir "aburri- trato.
miento", y la mayoría de la gente, si se la apura, admite que No limitó sus actividades a la pintura. En esto, también,
Rubens le aburre. Es la tragedia de los grandes artistas que es una viva contradicción a las teorías románticas sobre el
entregan sus vidas a la producción de una inmensa serie de genio. Como es sabido, era un gran diplomático, y fué re-
obras, que concluyen derrotando sus propios designios. Tal presentante acreditado de su país en muchos asuntos delica-
vez sea nuestra propia debilidad, la que da nuestros cora- dos, y siempre obtuvo en esta materia los mismos éxitos que
zones a Piero della Francesca o a Vermeer de Delft, cuyas en su pintura. Su vida privada fué lujosa o, mejor dicho,
obras son pocas pero de uniforme excelencia, y a lo mejor de gran liberalidad; necesitaba espacio amplio, comodidades,
sólo rendimos una fría admiración a un superhombre como propiedades. Y sin embargo, desmintiendo de nuevo las
Rubens, autor de unas 1.500 obras de tan variada excelencia ideas románticas, fué perfectamente metódico en sus hábitos;
que, mientras sus mejores obras se cuentan entre las más gran- fiel a sus dos esposas sucesivas, sencillo y recto con sus ami-
des del mundo, sus peores son tan malas que difícilmente gos y padre bondadoso de su numerosa familia. "Sa vie est
pueden distinguirse de las de sus discípulos e imitadores. en pleine lumière"2, dice Fromentin; y luego: "il y fait
Si sólo tuviéramos las cincuenta obras maestras de este pin- grand jour comme dans ses tableaux" 3. No hay nada dis-
tor, no discutiríamos su supremacía; teniendo mil quinientas, 1
Le piden ver sus estudios, y, por decirlo así, no tiene para mos-
no estamos satisfechos porque la última de ellas no es perfecta. trar2 otra cosa que sus obras.
Esto es quizás bien evidente, pero es necesario establecer Su vida está llena de luz.
3
Está a plena luz, como sus cuadros.
84 85
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE

cutible o sospechoso en su franca vida, opina Fromentin, ex- cepto Por una vez Rubens parece vacilar: y es en su pintura de
el misterio de su fecundidad incomprensible. Cristo. Tal vez siente la presencia de algo ajeno a su genio;
De sus cuadros es imposible decir algo original. Pueden sólo tal vez concede demasiado al idealismo romántico de su pú-
destacarse algunos hechos que probablemente ya se han obser- blico. Sólo en las grandes escenas de la Crucifixión, el rea-
vado repetidas veces. Tenemos, en primer lugar, el asombroso lismo inherente al tema compele a Rubens a dejar de lado
sello de su personalidad, ya evidente en sus primeras obras, an- todo compromiso; y en un cuadro al menos, el "Cristo Muer-
terior a su ida a Italia, y siempre el mismo en su última obra, to", lo patético en grado supremo y el horror están expresados
ejecutada después de sus sesenta años. con exactitud porque el rostro es el de cualquier muerto o
"Personalidad" es una de las palabras que tan a menu- deshecho cadáver (figura 35).
do se arrastran en la crítica y que sería urgente definir. Pe-
ro sin definirla, podemos reconocerla; podemos decir que es
una predilección por esta o aquella gama de colores, por este 58. — EL GRECO
o aquel tipo fisonómico, por esta o aquella forma de com-
posición, que estas cosas expresan la unidad de vida que Junto a Rubens, en cualquier consideración de valores esté-
todo hombre de genio debe alcanzar. En Rubens esta unidad ticos, debemos colocar al Greco. Hay diferencia de perso-
es tan cierta -—está tan seguro de su marcha y de su fin— que nalidad, lo que contribuye a diferenciar la manera y a di-
no puede errar; cada rasgo de su lápiz o de su pincel expresa ferenciar el estilo. La semejanza estriba en la actitud espiritual,
al hombre en su equilibrio y ascensión. y hasta en la visión plástica. Compartían idéntico sentido de
Tiene también una cualidad, que sólo puede tocarse de- esplendor y tenían idéntico el sentido de espacio y de movi-
finiéndola negativamente. Es cierta falta de idealismo, a veces miento. El genio del Greco, como el de Rubens, está por enci-
de intensidad. Tiene el sentido de la gloria, el sentido de cierta ma de las diferencias nacionales; es universal, como el de Sha-
grandeza a expensas del espíritu. Sabe que al fin y al cabo kespeare, pero no multitudinario 1 . Sólo tiene una de las di-
la vida de la inteligencia es la vida del cuerpo, y que toda mensiones de Shakespeare, la más alta, lo trágico. Hay una
vida intelectual es vana si no logra transformarse en actividad cualidad en el Greco que siempre me recuerda irresistiblemen-
corporal. Pero en esa doctrina no hay "mensaje", ni fantasía te al "Rey Lear", y en un cuadro al menos, "El entierro del Conde
consoladora, ni deslumbrante leyenda, ni fuga de la vida. de Orgaz", el pintor alcanza una profundidad de pa- tética
Vemos, pues, que Rubens se enlaza con la característica religiosidad desconocida al poeta. Su vida tenía algo de la
común al arte holandés que ya se ha analizado: lo efectivo liberalidad y el esplendor de Rubens, pero era más obstina- do,
es el ideal. Pero Rubens eleva esta característica a un plano más inflexible, que Rubens. Tenía su visión más individual del
más alto. Un pintor como Memling se interesa en sus temas mundo, y pintaba para complacer no a sus clientes sino a sí
porque sabe que a pesar de su santidad eran hombres como mismo. Lo curioso es que, a despecho de la repulsa oficial, era
nosotros. Rubens parece decir más bien que estos santos son inmensamente popular. Había, sin duda, algo afín con el alma
tales, que estos hombres son famosos, sólo porque son hombres. española, en su trágica concepción de la vida. Aunque no era
Hacer posar a su esposa, Helena Fourment, como modelo de español, es más esencialmente español que Velázquez. Era
la Virgen, no era un gesto mundano o escéptico; era una Velázquez "un artista de mundo", pero Rubens y el Greco,
simple trivialidad, una exposición de la realidad. Era una rea- aunque hombres de mundo, eran artistas de esfera más sutil.
lización de que los grandes momentos en la vida llegan, no Expresaron, hasta cierto punto, la sensibilidad común
para los que los esperan, no para los que los merecen, sino para 1
los que están casualmente en el camino. Myriad-minded. Epíteto que Coleridge aplicó a Shakespeare.

86 87
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ARTE

de la época: el movimiento, la libertad plástica del espíritu chillas con las que se decoran las grutas artificiales. Por qué
barroco. Pero su trágico sentido de la vida no pudo descen- una palabra de tal acepción puede haber llegado a dar nom-
der jamás a las fantasías meramente técnicas del estilo barroco. bre a este particular estilo de arte, es casi un misterio. Las
grutas que esa especie implica eran características del anterior
período barroco, y "barroco", como palabra, tiene un origen
59. — BARROCO Y ROCOCÓ semejante, viniendo del portugués barroco, que significa una
perla grande y tosca de las que se usaban en las joyas floridas
Es un poco sorprendente encontrar en un libro sobre el de la época; pero cómo esa palabra vino a usarse general-
rococó 1 , entre las ilustraciones, artistas tan diferentes como mente para el arte de la época, es un nuevo misterio. Cuales-
Watteau y George Morland, Chardin y Goya, Greuze y Ho- quiera sean las tortuosas sendas de su derivación, ambas pa-
garth. ¿Pueden tales incompatibilidades agruparse en el mis- labras son extremadamente aptas, como lo señala Herr Osborn,
mo conjunto? Ciertamente las exigencias de una historia uni- en sus valores onomatopéyicos; "barroco", con su sonido carga-
versal de arte, pueden explicar esta inconsistencia aparente. do y oscuro, concuerda con las pesadas, hinchadas formas
Después del Renacimiento, el barroco, y esto nos lleva al 1715 sobrealimentadas que deben ser forzadas al movimiento para
o 1720. Desde el 1720 poco más o menos, podemos dar nom- causar impresión, y "rococó", con sus tres sílabas iguales, las
bre definido a ciertas nuevas tendencias estilísticas: clasicismo dos últimas idénticas, con delicado sonido de rendidas cam-
y romanticismo. El período intermedio —a primera vista un pe- panas, graciosas y fugitivas, aunque regidas por leyes.
ríodo de aparente confusión— tiene un estilo independiente, el El resurgimiento del interés por el arte barroco empezó
rococó. Es natural que este estilo diera su nombre al período, en Alemania, donde la publicación de Alois Riegl, Die
pues aunque no era el dominante fué al menos singular. Lo Entstehung der Barockhunst in Rom, en 1907, tuvo una in-
realmente asombroso es que, una vez aceptado el rótulo y fluencia decisiva. El libro de Riegl es un estudio de los orí-
definidas las características que el arte incluye, nos encontre- genes del estilo barroco, y quizás el primer libro en el cual
mos con que prácticamente todo el de la época, se acomoda a ese estilo se define con justeza y se le separa de las categorías
él. El estilo en su pureza era un extremo, pero también era la del Renacimiento.
cima. Hay muy poco de valor en el arte de la época que no
Para un historiador como Jacobo Burckhardt, cuya gran
se revele a la larga como un aspecto del espíritu rococó.
obra sobre el Renacimiento apareció hacia el año setenta del
El recocó es la última manifestación en Europa de un arte último siglo, el estilo barroco era la degeneración y la rotura
original, a menos que proclamemos que hay un estilo especí- del estilo clásico del Renacimiento. Heinrich Wólfflin, cuyo
ficamente moderno. Los varios estilos que prevalecen desde Renaissance und Barock, apareció en 1888, hace primero una
el último cuarto del siglo dieciocho hasta el primer cuarto del clara distinción histórica entre los dos estilos, y su definición
siglo veinte, son esencialmente derivativos, cuestiones de cultu- del barroco como "movimiento importado a la masa", aunque
ra y educación más bien que de emergencia de una genuina no del todo comprensivo, fué un adelanto a la actitud por
forma espiritual. completo negativa de Burckhardt.
Cuanto más estudiamos el estilo rococó, más nos sirve para
simbolizar los caprichos y la vitalidad de uno de los períodos
más grandes en la historia de Europa. "Rococó" deriva de 60. — D EFIN IC IÓ N DEL BARROCO
la palabra francesa rocaille, que significa piedrecillas y con-
1 La palabra "barroco" implica lo raro, lo caprichoso o lo extraordinario.
Die Kunst des Rokoko, por MAX OSBORN. (Berlín, Propyláen
Verlag. Vol. 13 del Propyláen, Historia del Arte.) Desde lo normal, la obra de arte puede tomar

88 89
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE
dos direcciones: una es la del arte clásico, que es la del idea- tectura, sino más bien de la pintura o la escultura; y en
lismo —proporciones ideales, armonía ideal, en una palabra, conjunto el estilo barroco, en lo que afecta a la arquitectura,
belleza—; la otra es la de la fantasía, que es una negación de la puede clasificarse como una ingeniosidad fuera de lugar. Si se
realidad, en contradicción con todas sus leyes y raisons d'étre. es un purista y se cree que todas las artes deben obedecer
Ambas logran causar placer estético; y lo que cada uno prefiere leyes propias a su materia y función, no veo entonces cómo
es posiblemente cuestión de temperamento individual. Es un se podría perdonar al estilo barroco. Si, por otra parte, se
prejuicio, ciertamente, lo que influye en muchas personas al cree que el éxito en complacer las sensibilidades es el único
apreciar el arte barroco, y es un prejuicio, como Riegl trata criterio, este intento de hacer una composición plástica en pie-
de demostrarlo, contrario a nuestra naturaleza nórdica. Por- dra no ofenderá a nadie. En todo caso, el escéptico hipoté-
que entre el arte nórdico y el barroco hay un lazo de actual tico tendrá que convenir con el desgraciado hecho histórico de
simpatía que no existe entre el arte nórdico y el clásico. En el que por mal empleado que haya sido, el genio barroco se
arte nórdico se acentúa siempre la expresión de estados espiri- identificó con un vasto movimiento católico de pensamien-
tuales (o lo que Mr. Roger Fry ha llamado "volúmenes psico- to. Se convirtió en el arte de la Contrarreforma, y luego
lógicos") ; lo vemos muy claramente, no sólo en la catedral el movimiento se extendió de Roma a Viena, al Sur de Ale-
gótica, sino en pintores como Rembrandt e incluso Turner. mania, al Rhin, España, Méjico, Portugal, Paraguay, Perú
En el arte clásico, particualrmente en el arte clásico del Rena- y aun Pekín (cuyo Palacio de Verano fué construido por
cimiento italiano, todo el énfasis está en la explotación del los jesuítas); se convirtió en el estilo dominante, y permitió
material, en el manejo externo del tema por el artista (por al espíritu humano, libertado de los lazos del clasicismo, abun-
eso las reglas son tan importantes). Ahora, en el estilo barroco, dar en arrobadoras fantasías infinitas.
el arte italiano se aproxima al tipo de arte nórdico, es decir,
comienza a representar estados espirituales, o volúmenes psico-
lógicos. Pero aún se aferra a su gusto de la explotación del
material, y toda la dificultad o rareza del arte barroco surge 61. — DEFINICIÓN DEL ROCOCÓ
de su contradicción. Es psicológico en la intención pero mate-
rialista en los medios. El rococó nace en Francia, y alcanza su culminación en
Alemania. Si hay que citar nombres de los verdaderos autores
Se ha llamado a Miguel Ángel el padre del arte barroco, del estilo, compartirán el honor dos arquitectos parisienses,
y el estilo puede ahora remontarse hasta él. En principio fué Robert de Cotte y Gilíes Marie Oppenord, ambos discípulos de
escultor, y así se llamaba él mismo, pero es en su arquitectura Jules Hardouin-Mansart, el famoso arquitecto de Versalles.
donde más claramente se revela como artista barroco. Si con- De Cotte fué quien terminó el Grand-Trianon y la capilla de
sideramos obras tan típicas suyas como la tumba de Giu- Versalles, al mismo tiempo que levantaba su obra maestra,
liano de Médici en San Lorenzo, Florencia, y el vestíbulo de
el Hotel de la Vrilliére en París. Oppenord era holandés de
la Biblioteca Laurentina de la misma ciudad, encontraremos
nacimiento y había estudiado en Italia; y Max Osborn, en
composiciones arquitecturales en las cuales las diversas partes
—pilares, ventanas, ensambladuras— ya no cumplen ningún el libro ya citado, dice con toda razón que este último hecho
papel estructural; sólo son empleadas para su efecto estético. no deja de tener importancia, en vista de la indudable rela-
Podemos observar particularmente que ciertas hornacinas están ción que existe entre el último estilo barroco italiano y sus
proyectadas al solo efecto de hacer una sombra, o para destacar aspiraciones hacia la libertad de movimiento y el nuevo estilo,
un rasgo con austero relieve. Resumiendo, tenemos una compo- en el que esa plena libertad fué alcanzada.
sición arquitectónica que obedece a las leyes, no de la arqui- El rococó comenzó en decoraciones de interiores. El ba-
rroco se había desarrollado hasta el punto de que el interior
90
91
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE

era una ficción del exterior —columnas, arquitrabes y toda la país titubeaba en llevar el estilo a su lógico fin, a saber, la
arquitectura de una fachada barroca invertida hacia el interior conversión del material externo en estilo interno. El brioso
del edificio—. El descubrimiento de De Cotte y Oppenord es- proyecto de Juste Auréle Meissonier para la fachada de Saint
triba nada más que en reconocer el hecho de que las causas Sulpice fué desechado en favor del árido proyecto clásico
determinantes del material para decoraciones exteriores no de Jean Nicolás Servandoni. En Francia el estilo se mantuvo
se requerían en las decoraciones internas, en una palabra, que íntimo, tal vez no sin razón. Mientras que en Alemania el ro-
entre cuatro paredes puede usarse un estuco plástico, en vez cocó hizo furor, un furor sagrado, hasta el extremo de que de
de piedra. Adoptada esta substancia plástica, el deseo de liber- todos los estilos que han dejado su huella en ese país, éste es el
tad no halló límites, y los amaneramientos característicos del más típico y nacional; aun en Alemania la esencia del rococó
estilo rococó pudieron desarrollarse. y sus más puras manifestaciones, pueden verse en cosas mi-
núsculas, sobre todo en el material típicamente rococó: la
Sería un error, aquí o dondequiera en la historia del arte, porcelana. Todo el espíritu rococó está destilado y cristali-
atribuir al descubrimiento de un material un cambio de estilo. zado en una sola figura por el maestro del Kleinplastik, Franz
En realidad es más cierto, probablemente, decir que la re- Antón Bustelli, un italiano que modelaba para la fábrica de
pentina "voluntad" hacia alguna manifestación espiritual (en Nymphenburg entre 1754 y 1763 (figura 38). Kándler en
este caso hacia la "libertad" en oposición al refinamiento clá- Meissen no era menos importante, pero Bustelli era el mimado
sico) es el primer factor y el único que determinó la adopción de la época.
del nuevo material. El deseo de libertad ya se había revelado
a medias en la arquitectura barroca del sur antes de encon- Es quizá remota la relación entre una figura en porcelana
trarse en el rococó de De Cotte y Oppenord. Tal vez como que puede sostenerse en la palma de la mano y los palacios
el deseo gótico de trascendentalismo en piedra, tenía que ve- de Nymphenburg o Brühl, pero si perdemos algo entre los
nir al norte a encontrar a su aliado intelectual, su solución prác- dibujos, el monstruo y la miniatura, es algo del espíritu pecu-
tica. En verdad, el profesor Worringer ha sugerido —y es una liar del rococó. En realidad, con la cautela francesa como
sugestión brillante— que el rococó es en realidad la reapa- ejemplo, no podemos dejar de preguntarnos si después de
rición, después de la imposición extranjera del Renacimiento, todo los alemanes no se adelantaron demasiado al aplicar el
del espíritu nórdico en arte, plenamente simbolizado antes en estilo rococó a toda expresión de energía creadora. Hemos
el estilo gótico. El rococó es la materialización de una inquie- definido el rococó como el deseo de libertad en el arte, pero
tud, y esta misma inquietud es la contribución nórdica al com- ¿será esta definición adecuada? ¿Libertad con qué propósito?
plejo gótico. Hay más que una similitud casual entre los mo- Sólo podemos responder, la libertad de ser festivo y ésta es
tivos lineales de una página iluminada en un misal de los una definición bastante exacta del espíritu rococó, que busca
siglos diez o doce y las molduras de símil-bronce de una có- la libertad para obtener un efecto estético sin consideraciones
moda de Charles Cressent o de Frangois de Cuvilliés. Es un utilitarias. Es un arte abstracto, un arte por amor al arte.
caso en que los extremos se tocan, pero puede insinuarse que Mientras esté relegado a la decoración, no habrá ningún
los extremos se tocan siempre en un terreno común. mal, y dará grandes satisfacciones al puro de corazón. Pero
un cuarto rococó, para juzgarlo en su aspecto más prosaico,
debe ser el demonio para desempolvar, y el hecho es que a la
larga la arquitectura rococó, en general, cobra un aspecto
62. — LA ESENCIA DEL ROCOCÓ de decadencia barata.
El desarrollo característico del rococó en Francia estuvo No hay trabas para el espíritu rococó en las condiciones
circunscrito a la decoración interior. Por alguna razón este materiales de la pintura en tela, y una vez posesionados de

92 93
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ARTE

la clave del espíritu rococó, las disimilitudes entre Watteau ver con el interés casi científico en la morfología de rocas
y Morland, Chardin y Goya, Greuze y Hogarth se unen para y plantas que inspiraba al único predecesor posible de esta ra-
prestar a nuestros espíritus la misma impresión de libertad. ma del arte: Leonardo de Vinci. Ni siquiera Patinir estaba
Es el deseo mismo de tener la libertad de alegrar lo que anima tan consciente de la integridad de su tema como para dis-
a todos los pintores de esta época. Y como resulta difícil ad- pensarnos de algún interés humano, e introduce una "Virgen
mitir que uno pueda recrearse con una lápida o con un reta- y el Niño", o una "Huida a Egipto", como sanción evidente a
blo, no habremos asido el secreto del rococó mientras no vea- su recóndito interés. Creo que la cualidad a que aludo fué
mos la razonable ambición que después de todo es. Es una vista clara y abiertamente nada menos que por Rubens, y si
afirmación de vida aun en presencia de la muerte. tuviera que elegir un paisaje que más que cualquier otro
representara las cualidades distintivas del género, dejaría de
lado a Corot y Constable y Claude y tomaría "Paisaje con
63. — LA PINTURA DEL PAISAJE luz de luna", de Rubens, de la colección de Lord Melchett.
Fué éste el cuadro que Reynolds, en su Octava disertación,
La historia de la pintura del paisaje es de interés peculiar tomó como ejemplo del principio de que en pintura debe sa-
porque no es una historia continuada; es en realidad una his- crificarse la parte en favor del todo. "Rubens", escribía, "no
toria moderna. Hay pinturas murales en tumbas egipcias y sólo ha difundido más luz en el cuadro que en la realidad, sino
en Roma y Pompeya que pueden clasificarse como paisa- que le ha conferido esos cálidos tonos ardientes que tan bien
jes porque representan rocas y plantas y árboles pintados de distinguen su obra. Es tan poco semejante a lo que otros pin-
una manera naturalista, pero no se amoldan más a nuestra tores han hecho con luz de luna, que podría ser fácilmente
idea de este tipo de pintura que un empapelado chino, por confundido, si no le hubiera puesto estrellas, con una débil
ejemplo. puesta de sol. Rubens creía que en este caso, sobre toda otra
Estaban destinados como fondos para la vida (o la muerte) consideración, debía halagar a los ojos: podía, en verdad, ha-
y no como temas individuales de contemplación estética. Siem- ber sido más natural, pero habría sido a expensas de lo que él
pre es peligroso generalizar acerca de algo tan perecedero creía de mayor alcance: la armonía procedente del contraste
como la pintura, pero teniendo en cuenta esta reserva, pode- y variedad de colores." Palabras que sonarán hoy de un modo
mos decir que la pintura del paisaje en Europa fué una inven- extraño en boca del Presidente de la Royal Academy; palabras
ción peculiar del Renacimiento. Cómo evolucionó desde fondo que son la completa justificación de tantas obras de arte mo-
a figura central del tema, es una historia conocida. Fué en derno, excluidas de la Royal Academy.
obras de la Escuela Veneciana (especialmente Cima y Tin-
toretto) donde al elemento del paisaje de un cuadro le fué Para dar un nombre más definido a la cualidad que distin-
dado ir, gradualmente, dominando a lo anecdótico. gue la pintura de paisaje, creo que debe llamarse "poesía",
Tal vez la más remota mención del paisaje como rama apar- aunque deba admitir que no es ésta una cualidad muy defi-
te en la pintura es la referencia que en 1521 hace Durero de nida; involucra, asimismo, el pecado crítico de mezclar la
Patinir: "Joaquín, el buen pintor de paisaje". Si hay que fijar terminología de dos artes. Pero en el paisaje, primero Patinir
un punto de partida para el comienzo de la moderna pintura y luego Rubens, y después y muy abiertamente Poussin, Claude
de paisaje, puede ser el mismo Patinir (1485-1524), cuyos y Corot, aspiraban a la transmisión, en sus cuadros, de un cierto
cuadros encantadores, semejantes a miniaturas, están empa- estado de sensibilidad para el que no hay mejor adjetivo que
pados de la cualidad esencial del paisaje. Trataré de estable- "poético". Es aún el exceso de poesía, una cualidad que la
cer qué es esta cualidad; y diré primero que nada tiene que poesía expresaría, pero carece de medios:

94 95
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ART E

Ah! Then, if mine had been the Painter's hand, en el consejo de Wordsworth: "Deja a la naturaleza ser tu
To express what then I saw; and add the gleam, maestra", como asimismo en la frase de Constable, "la mera
The light that never was on sea or land, aprehensión de los hechos de la naturaleza". Es una actitud
The consecration, and the Poet-dream... 1 de "confianza" en la naturaleza; una actitud muy alejada de
la agresiva Sachlichkeit (objetividad) del arte alemán y del sar-
La pintura de paisaje es esencialmente un arte romántico, dónico realismo del arte francés. La pasividad del artista es
un arte inventado por habitantes de tierras llanas que no esencial. No se puede tomar la naturaleza por la fuerza. Éste
tienen paisaje propio. En las postrimerías del siglo diecisiete, es, en parte, el secreto de la tradición inglesa; además existe
con Elsheimer y Berchem, se volvió característicamente román- otra cualidad que no es, tal vez, tan estimable. Repito, no es
tica, una deliberada creación de "atmósfera" por cuenta pro- fácil definirla con exactitud, pero creo que es una consecuen-
pia, más que la revelación de una experiencia concreta. En cia del gusto inglés por la comodidad. La "naturaleza inglesa"
Claude y Poussin la "poesía" está aunada claramente a for- está meramente aprehendida, pero no está profusamente po-
mas literarias; Claude pinta un paisaje y lo llama la "Deca-
blada. Lo que quiero significar es que para el artista in-
dencia del Imperio Roma no"; busca deliberadamente una
glés la naturaleza es en cierto modo un refugio de la vida.
asociación de ideas plásticas y literarias. Constable vino, como
Podría argüirse que la función del arte es proporcionar ta-
Wordsworth después de Thompson, a restablecer el valor poé-
les refugios; ésa es la doctrina romántica. Pero sería a la vez
tico del realismo y el naturalismo. Turner abarcó casi todos
más "realista" y más "clásico" pedir al arte algo más: pedirle
los estilos anteriores de la pintura de paisaje, y tuvo una
valor y visión. No encontramos estas cualidades en el arte
imaginación bastante poderosa como para hacer su propia sín-
satisfecho y burgués de Reynolds y Gainsborough; tampo-
tesis. Corot fué un Rubens más dulce, más desvaído, pero siem-
pre un poeta. Con los impresionistas y sus sucesores parece a co las encontramos en el arte más humilde de Constable.
primera vista haber vuelto a la morfología de Leonardo, para Resplandecen en Blake y Turner, pero éstos son justamente
llegar al descubrimiento de que la poesía tiene más maneras los artistas que más dudaríamos incluir en la tradición in-
de ser de lo que habíamos pensado. glesa. Burgués es difícilmente lo que el Dictionary of Mo-
dern English Usage llama una palabra agradable —ha hecho
un buen servicio demasiado tiempo—, pero puede ser muy
insultante. Confieso que he adoptado el uso marxista, como
64. — LA TRADICIÓN INGLESA puede llamarse; por "arte burgués" quiero decir todo arte
mercantil, arte que es de encargo, cuestión de dinero y vili-
La pintura del paisaje es muy típica de la tradición inglesa, pendio. Gainsborough pintaba retratos a sesenta guineas cada
pero nadie ha definido bien esa tradición, y desearía que uno y los odiaba. Escribía a su amigo Jackson:
algún extranjero lo hiciera. Es inconcebible pensar que Gains-
borough y Constable y Turner no fueran ingleses, y sin em- "Estoy harto de retratos, deseando tomar un violoncello y
bargo, es bien difícil decir qué cualidad tienen en común que marcharme a alguna aldea tranquila, donde pueda pintar
los haga tan inalienablemente ingleses. Quizás sea su actitud paisajes y disfrutar el resto de mi vida en la tranquilidad
hacia la naturaleza, y quizás la clave de esta actitud pueda y el reposo. Pero estas hermosas damas y sus tés, sus bai-
encontrarse en otro arte: la poesía inglesa. El secreto está les, su caza-al-marido, etc., me escamotearon mis últimos
diez años y temo que también se queden sin marido. Pero
1
¡Ah! Si entonces hubiera sido mía la mano del pintor, para tú sabes que nada se puede decir de estas cosas, Jackson;
expresar lo que yo vi; y añadir el fulgor, la luz que nunca iluminó la debemos alegrarnos con el tintineo de las campanas, pero
tierra o el mar, la consagración y el sueño del poeta...

96 97
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE
que se las lleve el demonio; odio el polvo, el levantar pol- Es, sin embargo, un inútil tipo de crítica, el que no puede
vo, el estar atado a las varas y seguir la pista mientras aceptar un artista por sus propios méritos. Uno puede echarse
otros viajan en el carro bajo el toldo, estirando las piernas a temblar al concebir lo que resultaría de la visión de un
en la paja y mirando los árboles verdes y los cielos azules Blake unida al talento y la pasión de un Gainsborough, pero no
sin saborearlos como yo. Eso es intolerable. Mi consuelo es es probable que la naturaleza nos favorezca con semejante super-
que tengo cinco violoncellos, tres Yayes y dos Barak Norman." hombre. Por el momento será más apropiado analizar alguna de
Si esto no es burgués en toda la acepción de la palabra, es las virtudes positivas de Gainsborough. Primera- mente lo que
que yo no sé lo que significa esa palabra. Pero en este sentido podría llamarse su naturalidad, su sencillez. No tiene teorías
todas las personas tolerantes son bourgeois de corazón, aun sobre el arte, ni siquiera académicas (que es lo que lo separa
William Blake, que es el mejor contraste de Gainsborough. No era de Reynolds). Pinta lo que ve, y lo pinta con ardor. Pinta
culpa de Gainsborough (ni de Reynolds). Era culpa de la rápida y seguramente. No toma ninguna pre- caución y sin
época, y era su culpa precisamente porque la dirigía una embargo cumple su designio con todo éxito. Reynolds atribuía
sociedad tonta, egoísta y complaciente que encontraba que este éxito a "una especie de magia". Era un empleo instintivo
los artistas no servían para nada mejor que para ser los del medio. "La mano de Gainsborough es tan ligera como el
espejos de su vanidad y egolatría. Cuando consideramos que paso de una nube, tan veloz como el destello de un rayo de sol",
Inglaterra tenía en Gainsborough al artista más gran- de de dice Ruskin, y ésta es la mejor manera de describir sus
Europa desde Rubens, es una lástima que no pudiera cualidades. Si miramos los detalles de sus retratos, podremos
dar rienda suelta a su genio. hacer maravillosos descubrimientos de técnica expresionista,
miniaturas precursoras de todo lo que Constable, Corot y
Cézanne tenían que enseñarnos. En un buen paisaje, el mismo
65. — GAINSBOROUGH fervor instintivo satura toda la tela,, ahora concentrado para
interpretar la esencia romántica del escenario inglés. Nunca nos
Es posible discutir que esto hubiera sido la ruina de Gains- cansaremos de un arte así, porque no exige más que goce; no
borough. Es el destino del artista seguir en el riel mientras puede hartarnos porque es con- ciso y apasionado y no
otros pasean en coche; se trabaja mejor bajo presión. Las vir- difusamente sentimental. Uno de sus biógrafos, Sir Walter
tudes positivas de Gainsborough son asombrosas, sus limita- Armstrong, tiene una frase que resume así su genio.
ciones evidentes. No tenía gran cultura y muy poca imagina- "Gainsborough" —dice—, "fué el primero que concentró todas
ción. Trabajaba directamente del modelo a la tela, y sólo se sus facultades para traducir en pintura su propia emoción
emocionaba con este contacto inmediato. No podía inventar. continuada, y hacer del vigor, calor y uni- dad de su propia
Sus tentativas de temas alegóricos son todos fracasos. Ni aun pasión, la medida de su arte". Es esa "emo- ción continuada", la
podía componer; evitaba las composiciones y hasta un retrato que aún conserva sus cuadros tan fres- cos y encantadores
doble como "Eliza and Thomas Linley", no tiene cohesión, como el día que los pintó.
¿A qué conclusión, pues, debemos llegar? A que es necesario
algo más que sensibilidad y talento para ser un gran artista.
Blake es el reverso de Gainsborough. No posee talento natural 66. — BLAKE
y escasamente la sensibilidad propia del pintor. No reacciona
directamente ante sujeto, porque es raro que lo tenga delante. En cuanto a Blake, está tan pobremente representado en
Su imaginación se los provee, y la verdadera emoción que nuestras colecciones públicas, que tal vez a eso se deba que
siente y expresa no es sensual, sino intelectual. su fama se ha cimentado de modo casi exclusivo en su obra

98 99
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE

de poeta. El poco conocimiento que hay de su pintura ha métrico del Norte de Europa por el sensual transcendenta-
dado lugar a mucha incomprensión y menosprecio. Tal vez lismo oriental del cristianismo. Retuvo el arte su énfasis lineal
la incomprensión sea la parte más seria de la dificultad, pues (el énfasis lineal del arte celta y anglo-sajón), pero en vez
trae aparejados errores positivos, y no mero descuido. Por al- de una fría norma de trama geométrica, adaptó este sentido de
gunas impresiones fragmentarias de dibujos de Blake, ha to- la forma a la expresión de una viviente, natural sensibili-
mado cuerpo la leyenda de Blake, el incorregible amateur; dad sensual —una sensibilidad de la vida, de la naturaleza,
de Blake, profeta del renacimiento de lo gótico y de lo ro- de la unidad divina, del mundo visible—. En el cénit del
mántico; de Blake el místico (y tenemos buenos motivos pa- arte gótico, encontramos una gran profundidad de sensibilidad
ra saber que los místicos son malos pintores); y ha cundido y creación imaginativa dando forma y definición por una
una cómoda certeza, en el fondo de mentes ociosas, de que adhesión absoluta a la precisión del dibujo lineal. La mayor
el hombre estaba medio loco por lo menos. Una de estas falsas fuerza fluye por los más precisos cauces; y por eso el arte
impresiones expresa una semiverdad, el común reconocimiento gótico, a despecho de sus orígenes confusos y a despecho de
de una cualidad gótica en los cuadros de Blake. Él mismo su desarrollo caótico, es sin duda alguna el tipo de arte más
reconoce su afinidad con los artistas desconocidos, cuyas obras grandioso ejecutado por el hombre.
estudió tan íntima y asiduamente durante sus dos años de "La Naturaleza no tiene contorno, pero la imaginación sí."
trabajo para Basire sobre los monumentos góticos de la abadía Éste fué el más profundo descubrimiento de Blake, y eso le
de Westminster y de otras iglesias. Con todo, es justamente este condujo, naturalmente, al arte gótico, que es la imaginación
elemento de Blake el más generalmente incomprendido. Al- delimitada. Se puede verificar en cada transformación de su
gunos presumen que ha adoptado un estilo gótico debido carrera de pintor cómo esa verdad animaba a Blake. Inspiró su
al estudio de las obras maestras góticas. Mr. Osbert Bur- odio a Reynolds y a todo lo que Reynolds sostuvo. Sabemos lo
dett, por ejemplo, llega hasta decir: "Perdida en los rin- que quiso expresar cuando dijo que Reynolds fué "alquilado
cones de estas viejas iglesias, la romántica imaginación de por Satanás para rebajar el arte". Y podemos apreciar la amar-
Blake se gotificó totalmente, y en el futuro cerró su mente gura que llegó a producir sarcasmos como éste:
a toda influencia, o la interpretó a la luz de esas impresiones "1. When Sir Joshua Reynolds died
Esta extraordinaria afirmación parece contener dos errores car- All nature was degraded;
dinales: uno al decir que la imaginación de Blake era de es- The Ring dropp'd a tear into the Queen's ear;
pecie romántica; el otro, al presumir que el arte gótico es ro- And all his pictures faded.1
mántico, o de tal naturaleza que atrae a la mente romántica.
Pero la expresión más clara de sus principios está en aquel
Será mejor tratar, primeramente, del segundo error, pues así
veremos hasta dónde una distinta concepción del arte gótico Catálogo Descriptivo que escribió para la primera exposición
ilumina el arte de Blake. de sus pinturas al temple de los peregrinos de Canterbury.
El mismo Blake dijo: "La forma griega es matemática, la ¿Es éste el credo de un "artista romántico"?
gótica es viviente. La forma matemática es eterna en la me- "El carácter y la expresión de esta pintura nunca podrá
moria razonadora; la forma viviente es existencia eterna"; y producirla con la luz y la sombra de Rubens" o con la de
estas palabras revelan su comprensión profunda de la esencia Rembrandt o con nada veneciano o flamenco. La técnica ve-
del arte gótico. El arte gótico es arte lineal, y es viviente. 1
Cuando Sir Joshua Reynolds murió
Nació en su origen de la animación del abstracto arte geo- La Naturaleza quedó disminuida,
El rey derramó una lágrima en el oído de la reina,
1 Y todos sus cuadros se destiñeron.
William Blake, Macmillan, 1926, pág. 2a.

100 101
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ART E

neciana o flamenca consiste en líneas quebradas, volúmenes prensión ulterior de su genio. En este sentido, Mr. Burdett lo
quebrados y colores quebrados. La técnica de Mr. B. son las ha llamado "el Wesley de las artes" —chiste desgraciado—. El
líneas intactas, los volúmenes intactos, y los colores intac- doctor Johnson define el entusiasmo como "una confianza vana
tos. El arte de ellos es perder la forma; el arte suyo es encon- del favor divino de comunicación", y por su devoción por las
trar la forma y guardarla. Su arte es opuesto al de ellos en obras de Lavater y Svedenborg, Blake casi mereció este opro-
todo. bio. Si no tuviéramos para juzgarlo más que sus obras poéti-
"La gran regla de oro del arte, y también de la vida, es cas, y pensando en los Prophetic Books (Libros proféticos),
ésta: Cuanto más precisa, más aguda y nerviosa sea la lí- podríamos admitir el epigrama, aunque resulta algo duro para
nea divisoria, más perfecta es la obra de arte, y cuanto me- Wesley. Pero resulta sin sentido al considerar su pintura. En ella
nos viva y aguda sea, mayor es la evidencia de pobre ima- Blake no era netamente original: persistía en una tradición,
ginación, plagio y torpeza... La falta de esta decidida forma aunque fué lejos a encontrarla. Tenía una disciplina, pero
delimitada denota la falta de ideas del artista y la presunción impuesta y descubierta por él mismo, no dada por la socie-
de plagio en todas sus ramificaciones. ¿Cómo distinguimos dad en que vivía.
el roble de la haya, el caballo del buey, sino por sus contornos? A menos que estemos aferrados a dos errores crasos —una
¿Cómo distinguimos una cara o un semblante de otro sino concepción del arte como meramente física y objetiva, y la
por sus contornos con sus infinitas inflexiones y movimientos? explicación del arte dirigiéndose a una específica emoción es-
¿Qué es lo que levanta una casa o planta un jardín sino lo tética— debemos reconocer que el arte en sus manifestacio-
definido y determinado? ¿Qué es lo que distingue la honra- nes más simples depende de su valor de alguna interpreta-
dez de la picardía sino la dura línea inflexible de rectitud y ción de la vida, sea poética, religiosa o filosófica. Blake estaba
seguridad en las acciones e intenciones? Si se omite esta línea, inspirado por una visión, una visión demasiado mística para
se omite la misma vida." ser comunicable en su integridad. Era mística en un sentido
Hay otro punto ulterior que señalar, relativo al arte de deplorable porque estaba en pugna con la tradición predo-
Blake y al arte gótico. Si el arte gótico es forma viviente, minante, que deriva de la comprensión común de los hombres.
no es, en ese caso, forma representativa. No hay relación ne- Los instintos de Blake lo llevaron a una forma de sensibilidad
cesaria entre las energías que el artista inspirado trata de que había predominado quinientos años antes de su época; y
resumir, corporizar en una forma definida y las ilimitadas aunque fué capaz de dar exacta y poderosa expresión a su
e indefinidas formas de la naturaleza. Una línea o forma "vi- sentir, no lo acercó más a la época en que vivió. Pero hoy,
viente" no es forzosamente "igual a la vida"; es meramente nosotros nos acercamos a Blake porque estamos cerca del es-
"viva". En verdad, todas las épocas de arte original han reco- píritu gótico. La característica distintiva de todo esto está
nocido un divorcio entre las formas de la realidad y las formas viva y representada en el arte moderno por el contorno pre-
de arte, que son las formas de la imaginación. El práctico ciso en oposición al claroscuro, por la interpretación ima-
es simplemente el no imaginativo, y carece de inspiración. Y así ginativa de lo actual contra la mera reproducción, por lo
encontramos a Blake confesando que "los objetos naturales trascendental contra lo materialista. Esto es tan evidente en
siempre han debilitado, adormecido y anulado mi imagina- Cézanne y Derain como en Picasso o Léger, y estos artistas
ción". Imaginación, "mero entusiasmo", es la única realidad, tienen mayor afinidad con los artistas anónimos del perío-
el único valor. Imaginación es un término vago, y entusiasmo do gótico que con cualquiera del período intermedio. De
puede ser despectivo. Tal vez el hecho de que Blake adoptara los artistas, postgóticos, sólo BlaJse puede compararse con
provocativamente la divisa del "entusiasmo", en una época aquéllos, y eso porque, como ya lo he dicho, él es gótico, no
en que era término de reproche, ha llevado a una incom- sólo en la concepción sino también en el detalle. Las mag-

102 103
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ART E

níficas series de "Illustrations to the Bible" (Ilustraciones de excepción a todas las reglas y no puede ser juzgado por nin-
la Biblia) es quizá la mejor prueba de ello (figura 40). gún tipo de arte. En un fogoso y magnífico entusiasmo, se
Hay una magnificencia y audacia en el dibujo, una impe- lanza a través de los dominios etéreos del mundo de su pro-
tuosa energía en la invención, una fuerza desnuda de color, pia mente, lugar habitado por los espíritus de las cosas; ha-
que sólo tienen rival en los manuscritos y vidrieras de los si- bía llenado su mente con materiales tomados del íntimo es-
glos doce y trece. Su creación de "Elijah about to ascend in tudio de la naturaleza (no hay artista que haya estudiado la
the Chariot of Fire" (Elias al subir al cielo en el carro de naturaleza más intensamente) y luego cambia y combina,
fuego) eleva a su ígneo motivo, que arde con clara inten- produciendo efectos sin causas absolutas, o, para hablar más
sidad. Hay también un gracioso temple de "Adam naming claro, apoderándose del alma y de la esencia de lo bello, sin
the Beasts" (Adán dando nombre a las bestias), más ambi- mirar los medios con que lo efectúa."
cioso técnicamente, y menos afortunado que las acuarelas, que
es muy característico del espíritu gótico, sobre el que tanto he
insistido; esto puede observarse especialmente en la manera de 68. — EL ARTE Y LA NATURALEZA
tratar los rizos de Adán, en la pose general del cuerpo, de la
mano levantada y en las tan góticas hojas de roble sobre su Por "naturaleza" entendemos el mundo visible de las apa-
cabeza. Los dibujos del Dante, sin terminar, en los que to- riencias, pero definiéndola así no simplificamos el problema
davía trabajó en su lecho de muerte, preservando aún su de la relación del artista con la naturaleza. Es más senci-
estilo gótico, alcanza una clase diferente de sensibilidad, y llo limitarnos a un ejemplo preciso, tal como el paisaje. Hay,
muestra que Blake puede hermanar su fantasía a la de Dante, entonces, dos problemas a considerar. Primero ¿cuál es la
y cómo para sostener esta amplia atracción imaginativa, da- distinción entre arte y naturaleza? ¿Habrá una diferencia esen-
ba a sus dibujos una sutil estructura intelectual y organización cial entre la belleza del propio paisaje, y esa belleza como la
formal; y ésta es quizá una cualidad que atrae a las mentes representa el cuadro de un artista? Si contestamos a esta pre-
modernas, más directamente que el significado demasiado eso- gunta afirmativamente, como creo que debe hacerse, nos en-
térico de los dibujos bíblicos. frentamos con el problema de decidir la función del artista que
se coloca entre nosotros y la naturaleza.
Si el arte no es más que un registro de las apariencias de la
67. — TURNER naturaleza, la imitación más exacta será la mejor obra de arte,
y estaríamos acercándonos rápidamente al momento en que
Nos hemos estado ocupando de Blake, y algún día deberemos la fotografía reemplace a la pintura. Ya ha reemplazado a esa
revalidar el genio de Turner: por el momento estamos aún clase de arte reproductivo (retratos y vistas topográficas), arte
intimidados por la elocuencia de Ruskin. Ruskin escribió con el que antaño se ganaban la vida la mayoría de los ar-
tanto y tan eficazmente sobre Turner, que la reputación de tistas. Pero es un hecho que ni un salvaje podría creer a la
Turner está en este momento un poco a la sombra, como en fotografía un sustituto adecuado de la obra de arte. Con to-
una nube de polvo dorado. El polvo ya se ha asentado, pero do, no es fácil explicar esta preferencia sin vernos envueltos
aún no hemos aprendido a mirar de nuevo hacia atrás a este en una teoría estética completa. Diremos sencillamente que el
gigante magnífico de la pintura inglesa, gigante solitario, qui- artista, al pintar un paisaje (y es lo cierto, sea cual fuera su
zás, no con muchos partidarios, mas a pesar de eso el más obra), no trata de reproducir su apariencia visible, sino de-
grande de los nuestros. cirnos algo acerca de él. Ese algo puede ser una observación
Las palabras de Ruskin deben ser repetidas: "Turner es una o emoción que compartimos con el artista, pero más a mc-

104 105
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE

nudo es una revelación original que el artista desea comuni- 69. — CONSTABLE
carnos. Cuanto más original sea la revelación, más crédito da-
remos al artista, presumiendo, claro es, que él tenga la sufi- Según Constable, hay que evitar dos cosas: "lo absurdo
ciente habilidad para que su comunicación sea clara y eficaz. de la imitación" y la bravata de "intentar hacer algo más allá
¿Qué es, pues, lo que el artista descubre en la naturaleza, de la verdad". Lo que es esencial es "una captación clara del
y que sólo él puede comunicar al mundo? Será mejor tomar hecho natural". "No vemos nada verdaderamente hasta com-
el auténtico testimonio de algún gran artista, y para este pro- prenderlo". Pero comprender la naturaleza no es empresa
pósito nadie mejor que John Constable. En la Life of Cons-
fácil. "El pintor de paisajes debe pasear por los campos con
table (La vida de Constable), escrita por su amigo y colega
mente humilde". Debe estudiar la naturaleza, no con el mis-
C. R. Leslie, hay muchos aforismos y observaciones sobre el
mo espíritu, sino con toda la seriedad y dedicación del cien-
arte de la pintura que salen directamente del manantial, y
esto es del mayor interés. Aunque los dichos de un artista tífico. "El arte de ver la naturaleza es cosa que tiene que
sobre arte sean siempre interesantes, no quiere decir que sean adquirirse como el arte de descifrar los jeroglíficos egipcios".
siempre ciertos, porque la habilidad de expresarse uno bien La verdadera comparación es, desde luego, con el poeta de
en un género, no siempre presupone la misma habilidad para la naturaleza, y es curioso que el extraordinario paralelo en-
expresarse en otro, especialmente en el más difícil y ambi- tre Constable y Wordsworth no sea más frecuente. Eran con-
guo de los géneros, la palabra escrita. Pero hay una sencillez temporáneos y lo que hicieron en sus artes respectivas fué casi
y rectitud en el carácter de Constable que están reflejados exactamente lo mismo. Ambos libertaron su arte de amanera-
en sus juicios literarios, y demuestran a su vez un íntimo co- mientos derivativos o "eclécticos", ambos retrocedieron al he-
nocimiento de la naturaleza del arte que practicaba. El pa- cho real y sobre él construyeron su obra en una captación
saje siguiente pertenece al prospecto de un álbum de graba- intuitiva de ese hecho, y ambos realizaron una revolución en
dos de su obra titulada The English Landscape (El paisaje sus esferas respectivas. Ambos, incidentalmente, representaron
inglés) publicado en I829: el espíritu del paisaje inglés con sin igual intensidad, y no
puedo pensar en libro alguno más representativo de la belleza
"Hay dos maneras, en arte, por las cuales los hombres as- inglesa, que una antología de poemas de Wordsworth ilus-
piran a distinguirse. En una, por una cuidadosa aplicación trada con alguno de los cuadros de Constable.
a lo que otros han logrado, el artista imita sus obras o selec-
ciona y combina sus varias bellezas; en la otra, busca la exce- El desarrollo del arte europeo desde Constable, aunque ins-
lencia en la fuente primitiva, la naturaleza. En la prime- pirado en su obra como en la de ningún otro artista, se apar-
ra, forma un estilo con el estudio de cuadros, y produce arte ta de sus principios en un detalle importante. Constable daba
imitativo o ecléctico; en la segunda, por una ajustada obser- gran importancia a lo que entonces estaba de moda llamar
vación de la naturaleza, descubre cualidades en ella existen- "chiaroscuro", "alma y materia del arte", como él lo llamaba.
tes que nunca fueron retratadas antes, y así forma un estilo Luego lo definió como "ese poder que crea espacio; lo en-
que es original. Los resultados de una manera, como repiten contramos en todas partes, en la naturaleza, y en todo mo-
lo que es ya familiar al ojo, pronto son reconocidos y esti- mento; oposición, unión, luz, sombra, reflejo y refracción,
mados, mientras que los avances de un artista por un nuevo todo contribuye a él", y tan seguro estaba de lo indispensable
sendero tienen que ser lentos, necesariamente, pues son pocos que era que despreciaba no sólo a un pintor "antinatural"
los capaces de juzgar de aquello que se desvía de la ruta acos- como Boucher, sino a los chinos "que habían estado pintando
tumbrada, o que están calificados para apreciar estudios origi- 2.000 años sin descubrir lo que era el chiaroscuro". Con
nales." nuestro gran conocimiento del arte oriental, empezamos a

106 107
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ARTE

ver las limitaciones del punto de vista de Constable. La au- una penosa afección al pecho. Pero su energía espiritual era ilimitada y
sencia del claroscuro en el arte chino no se debe a incapa- sostuvo su frágil envoltura sesenta y cinco años.
cidad o atraso; es debida simplemente al hecho de que el ar- Su aspecto era impresionante, y hay varias famosas des-
tista chino, en su captación de la naturaleza, no descubre esta cripciones de su persona. Gautier, que se encontró con él por
particular cualidad espacial. En vez de luz y sombra, encuentra vez primera en 1830, señala su oliváceo cutis pálido, sus ri-
ritmo lineal, y eso parece serle más esencial que los efectos zos negros flotantes, sus fieros ojos felinos y cejas puntiagudas,
adventicios que presta a los objetos algo tan cambiante y sus finos labios delicados, algo levantados sobre dientes mag-
transitorio como los rayos de sol. En realidad conceden pre- níficos, su poderoso mentón; en conjunto, una fisonomía de
ferencia a algo estable y elemental. Desde este punto de vis- "feroz hermosura, extraña, exótica, casi perturbadora". Bau-
ta examinaremos algunas de las más recientes representacio- delaire describe su temperamento como una "curiosa mezcla
nes en el arte, que aparecen en tan "absoluta" contradicción de escepticismo, cortesía, dandismo, pasión, astucia, despo-
con los axiomas de Constable sobre el arte y la naturaleza. tismo y finalmente cierta especie de bondad o moderada ter-
Y fué el mismo Constable quien dijo que "un verdadero goce nura que siempre acompaña al genio". Al mismo tiempo, en
o experimento nunca lo es a medias". apariencia, dice Baudelaire, era un hombre sencillo e ilus-
trado, un perfecto "caballero" sin prejuicios y sin arrebatos,
y a este respecto lo compara a Merimée: la misma frialdad
70. —DELACROIX aparente, ligeramente afectada, la misma capa de hielo cu-
briendo una pudorosa sensibilidad y una ardiente pasión por
Después de Constable, Delacroix. Es una transición natu- lo bueno y lo bello. Como muchos hombres geniales, una de
ral. Con el andar del tiempo se ve que este pintor es más sus principales ocupaciones era disfrazar su genio, paso nece-
representativo de su época que ninguna otra figura, más sig- sario para reservar un poco de tiempo para sí.
nificativo, ciertamente, que Chateaubriand o Víctor Hugo. El Delacroix viajó bastante, aunque siempre, como principio,
único genio comparable es Byron, por quien estuvo grandemen- evitó a Italia; sentía, y sentía con razón, que su genio era tan
te influido, pero al cual sobrepasó en energía y profun- opuesto al de los maestros italianos que el enfrentarlos lo com-
didad. Delacroix es lo que podemos llamar justamente un prometería. Su genio era esencialmente nórdico. Visitó Ingla-
genio universal, y examinándolo bien se puede ver que el terra en 1825, y se volvió un anglofilo entusiasta. En realidad,
término "romántico" es demasiado estrecho para definirlo, cuatro ingleses, Shakespeare, Byron, Constable y Bonington,
a menos que tomemos otra alternativa y redefinamos "ro- fueron las influencias decisivas de su vida. En Shakespeare y
manticismo". Byron encontró ese tipo de imaginación creadora que fué su
Nació Eugenio Delacroix en 1798, y ahora se admite que verdadera inspiración, y en Constable y Bonington (sobre todo
era hijo ilegítimo de Talleyrand. Desde su infancia su vida en Constable) encontró pintores que podían revelarle una
fué extraordinaria, pues escapó sucesivamente de ser quemado, técnica adecuada a la expresión de su modo de imaginación.
ahogado, envenenado y ahorcado. Tuvo una buena educa- Era un admirador de la escuela inglesa, en general, y nunca
ción y estaba destinado a la diplomacia, pero pronto se ma- perdonó la indiferencia de Francia por artistas como Reynolds,
nifestó en él un temperamento artístico. Parece que pudo Gainsborough y Hogarth, y aun de artistas menores como Wil-
haber sido, lo mismo que pintor, músico o poeta, y aunque kie, Etty y Haydon, en los cuales él mismo encontraba algo
poseía en todas estas artes una aguda sensibilidad, encontró en que imitar y admirar.
la pintura el medio más adecuado de expresarse. Físicamente Otros dos viajes tuvieron sobre él una influencia profunda.
era muy débil; sólo podía tolerar una comida al día, tenía En 1832 fué a Marruecos y a España, y en 1838 a Bélgica y

108 109
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE

Holanda. Del sur trajo cierto sentido voluptuoso del color; to al fuego, cubriendo papel con sus sueños y proyectos, ano-
en el norte encontró el genio pletórico de Rubens. Rubens tando aspectos de la vida que el azar había puesto en su ca-
fué al fin su verdadero maestro; sólo en esa furia y animal mino, o a veces copiando dibujos de otros artistas, de tempe-
abundancia flamenca encontró el duplicado de su pletórica ramento muy alejado del suyo. Tenía una pasión por hacer
energía espiritual. notas o bosquejos en momentos intempestivos, aun cuando
A la edad de veintitrés años pintó su autorretrato caracteri- visitaba a sus amigos. "La verdad es", confiesa Baudelaire,
zado de Hamlet. A los veinticuatro empezó a escribir un diario, "que en sus últimos años, todo lo que puede llamarse placer
y este diario es un documento de interés extraordinario, no había desaparecido de su vida, en la que sólo privaba una
sólo un volumen de confesiones rivalizando con Rousseau en única, ávida, exigente, terrible pasión •—el trabajo— que más
franqueza y autorrevelación, sino también una recopilación que pasión, era una furia".
de algunas de las más profundas críticas de arte y literatura Con esa furia pintaba. Despreciaba la exactitud meticulosa
que jamás se hayan publicado. Baudelaire pone como la pri- de Ingres y de David. No era pedante, y uno de sus dichos
mera de sus cualidades, su universalidad de intereses. Tan- más característicos era: "La verdadera Roma ya no está en
to como pintor enamorado de su arte, Delacroix era, escri- Roma." Cuando comenzaba a pintar un tema, hacía todos
be, un hombre de instrucción general, distinto de los otros ar- los preparativos necesarios con todo cuidado, y hasta pin-
tistas, que eran en su mayoría pintores y nada más —tristes taba varios estudios preliminares; pero cuando llegaba al cua-
especialistas de todas las épocas, o simples trabajadores, ha- dro definitivo, todos aquéllos eran desechados, y pintaba,
ciendo algunos figuras académicas, algunos frutas, otros ani- como él decía, con la imaginación solamente. Hay en su dia-
males—. A Delacroix todo le gustaba, sabía cómo pintarlo rio un pasaje muy interesante donde habla de sus métodos, y
todo, y entregaba su inteligencia a todas las impresiones. Pe- aunque muy largo para citarlo por entero, no puedo abste-
ro en la filosofía y crítica de su diario se revela la dualidad nerme de transcribir estas frases reveladoras:
burlona de su genio, pues ahí todo su elogio es para el orden, "Este proceso de idealización adelanta sin yo saberlo, cuan-
la razón y la claridad —en una palabra, el clasicismo—. En do repito una composición basada en mi fantasía. Esta se-
esto ve Baudelaire una característica de todo gran artista, gunda edición siempre es comparada a un ideal necesario y
que se siente impelido, como crítico, a analizar y alabar con corregida; así se llega a lo que parece una contradicción pe- ro
toda voluptuosidad las mismas cualidades que más necesita que explica realmente cómo una ejecución demasiado de-
como creador, y que son la antítesis de las que posee en abun- tallada, como la de Rubens, por ejemplo, no puede interve-
dancia. Esto sólo muestra cuan difícil es, en el caso de un talen- nir en el efecto imaginativo. Esta ejecución está basada en
to como el de Delacroix, usar un rótulo como "clásico" o "ro- un tema perfectamente idealizado; la masa de los detalles
mántico". Porque ya que el genio depende de los rasgos fí- que se deslizará en ella, debido a la imperfección de la me-
sicos y emocionales de un tipo, él tratará de crear los rasgos moria, no puede destruir su sencillez, de interés completa-
intelectuales del otro tipo. mente distinto, que ya ha sido percibido en la expresión de la
Delacroix era uno de los pintores más fecundos, pero se idea; y, como lo hemos visto en el caso de Rubens, la liberali-
aislaba en una actividad casi secreta. Tenía gran capacidad dad de la ejecución reemplaza a cualquier inconveniencia debi-
de trabajo, y después de aprovechar toda la luz del día en da a la prodigalidad del detalle (Journal, octubre 12, 1853).
su estudio, en la pintura de murales, a los que dedicó tanto Pintar era para él otro elemento vital, y tal vez sólo Rubens antes
tiempo, volvía por las noches a su pasión absorbente, y pen- que él y Matisse después han usado la pintura de ese modo
saba que había malgastado el día, dice Baudelaire, cuando directo —es decir, no como medio en el cual el pen- samiento se
no concluía su velada dibujando a la luz de la lámpara, jun- traduce deliberadamente, sino como una actividad

110 111
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE

instintiva acompañando al proceso mismo del pensamiento. jes, de claro contenido lírico; y finalmente hay otro grupo,
La distinción puede parecer sutil, pero es quizás comparable el más típico de todos, en el que vemos dos fieras en lucha,
a la existente entre composición e improvisación en música, de- y si no dos fieras, un hombre y una fiera, o un hombre y un
jando establecido que el ejecutante que improvisa ya se ha ángel, o simplemente un hombre y otro hombre. No cabe du-
disciplinado con reglamentarios y arduos ejercicios. Las ana- da de que en este género Delacroix exterioriza (consciente o
logías musicales son bastante apropiadas en el caso de Dela- inconscientemente, no hace al caso) un conflicto interior, que
croix, porque era aficionado a la música, y hablaba a menudo podemos describir sencillamente como el conflicto de la razón
de su paleta como de una escala con la cual componía ar- y la fantasía, en la medida en que lucha el mismo Delacroix
monías. Como colorista, mucho debía a Constable, y era él para asentar el principio creador de obrar.
el primero en admitirlo; pero él fué más allá que Consta-
ble, y los métodos que éste usaba para el análisis de la natura-
leza, Delacroix los usaba para una síntesis imaginativa de su 71. — LOS IM PR ESION ISTAS
propia creación. "La naturaleza no es más que un diccionario",
le gustaba decir; "vamos a la naturaleza en busca del color La influencia de Constable en el desarrollo general de la
adecuado, de una forma especial, como buscamos en el dic- pintura europea no termina en Delacroix. Después de Dela-
cionario el sentido justo de una palabra, su ortografía o eti- croix vino Edouard Manet, y la revolución que por convenien-
mología; pero no miramos el diccionario como ideal compo- cia se asocia a menudo a su nombre es una de las más com-
sición literaria que debemos copiar, y así tampoco es la natu- pletas en la historia, no sólo de la pintura, sino de todas las
raleza un modelo hecho para que el pintor la copie. El pin- actividades humanas. En realidad Manet es el punto en que
tor se acerca a la naturaleza por sugestiones, especialmente culmina un lento movimiento inevitable; si se puede acreditar
por su «tónica»; pero la armonía que construye sobre esta a un hombre más que a otro con la incipiencia de este gran
base es la obra de su propia imaginación." cambio en nuestras vidas (porque esto resulta al fin, pues
Comparado con Constable, cuyo colorido es el de la aurora el mundo nos ha sido revelado bajo una nueva luz), es al
del mundo, Delacroix es fuliginoso y sofocante. El tiempo inglés loco que de repente salió de su estudio y se precipitó
no ha sido bondadoso con sus telas, y se percibe una semi- en el viento y la lluvia. Pero Constable no es un revolucionario
oscuridad que tal vez no formó parte de la intención primitiva consciente; es más bien de la especie de los tercos individua-
del pintor. Pero en esta matriz sombría los colores son más listas, que descubriendo en sí una nueva sensibilidad, trans-
brillantes, especialmente los rojos y los azules lucen como jo- forma al mundo sin saberlo. Era tan ingenuo como Henri
yas. El colorido de Delacroix no debe ser juzgado por cáno- Rousseau, aunque infinitamente más hábil; Manet era todo
nes preconcebidos, naturales o de otra clase, sino aceptados menos un ingenuo. Era tan individualista, tenía tanta maña co-
como expresión de una intuición personal, como una armo- mo Constable, pero el realismo que Constable había alcanzado
nía justificada por la intensidad de la concepción imaginativa por un puro estudio objetivo de la escena invisible, Manet
que la controlaba. lo adoptó como ideal subjetivo. Cuando era joven, anun-
Los cuadros de Delacroix pueden clasificarse en tres o cua- ció que pintaría lo que viera, y no lo que a otros les gustara
tro grupos distintos. Sus retratos, notables por sus percep- ver. Pronto se dio cuenta que se trataba de un problema
ciones psicológicas, lindando, a menudo, con la caricatura técnico, y se embarcó en el acto en un largo estudio de los
(tales como los de Paganini y George Sand); sus cuadros métodos de los grandes maestros, encontrando, sobre todo
históricos, grandes temas ambiciosos sacados de la literatura en España y en las obras de Goya y Velázquez, algún indicio
romántica, por la que tenía gran simpatía; sus pocos paisa- de los métodos que debía adoptar.

112 113
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE
Es quizás un resumen acertado del movimiento impresio- de adentro para afuera (por la expresión objetiva de su sen-
nista decir que levanta un prisma ante la naturaleza. Em- sibilidad privada), debe no obstante alcanzar un resultado
pezando con Leonardo, ha ido tomando cuerpo una tra- final que es único y directo en sus recursos. No debe es-
dición en Europa por la cual la plasticidad de un objeto, perar que el espectador juzgue el cuadro terminado por la
su profundidad o tridimensionalidad, se logra por gradación cantidad o la bondad del esfuerzo que ha puesto en hacerlo.
de las sombras, es decir, cambiando las cantidades de pintura Debe, no sólo retirar todo su andamiaje, sino que la construc-
negra. La pintura se volvió, no una copia de la naturaleza, ción debe ofrecer tan espontánea unidad que no puedan quedar
sino un truco por el cual el efecto general de la naturaleza ni rastros de él. Muchos cuadros postimpresionistas son co-
quedaba representado. Las convenciones de un artista barroco mo ciertos encajes o marfiles chinos que no podemos mirar
como Caravaggio en materia de luz y sombra son ciertamente desapasionadamente porque no podemos dejar de pensar en
tan arbitrarias como las convenciones de un moderno cubista; los ojos de la encajera o en la paciencia extrahumana de los
la única diferencia es que Caravaggio quiere darnos algo más escultores del marfil.
dinámico que la realidad y el cubista algo más estático. El Paul Valéry, en uno de sus aforismos, habla de la naturaleza
uno intensifica, el otro abstrae. indecisa de la pintura, y dice que sería comparativamente
El impresionismo se iba inclinando hacia lo estático, aun- sencilla si su objeto fuera producir la ilusión de la escena visible,
que el propio Manet hubiera detestado sólo pensarlo. Pero o entretener los ojos y la mente con una especie de distribu-
"asesinamos para disecar", y no se puede analizar sin dete- ción musical de formas y colores. Pero lo cierto es que el
nerse al mismo tiempo. El mismo Manet era tan humano proceso es mucho más complicado. En cualquier gran cua-
en sus simpatías que nunca estaba dispuesto a sacrificar la dro se encuentra todo un sistema de valores, algunos cientí-
humanidad de sus sujetos en beneficio de una apariencia de ficos, algunos establecidos, algunos espirituales. "El artistai
realismo, y mucho menos en beneficio de un dogma científico. reúne, acumula y compone in a material médium un número
Esta prudencia no es tan evidente en el caso de alguno de de deseos, intenciones y condiciones recibidos por todas partes
sus discípulos. El extremo fué alcanzado en el "pointillisme" en su mente y en su ser. Ora piensa en su modelo; ora en sus
de Georges Pierre Seurat y Paul Signac. Estos dos pintores colores, sus esencias, sus tonos; ora en la carne misma, ora en
estudiaron el problema de la luz y el color de una manera com- la tela que absorbe su pintura. Pero todas estas atencio-
pletamente científica. Redujeron su paleta a los colores prima- nes independientes están, por necesidad, unidas en el acto de
rios del espectro, y obtuvieron el efecto de luz y sombra, lo pintar, y todos esos distintos momentos —dispersos, prosegui-
mismo que el de sus colores secundarios, por la oposición de dos, recapturados, quedados en suspenso, perdidos otra vez—
manchas minúsculas en los colores primarios. Manet había forman un cuadro en sus manos."
mostrado lo que se podía hacer con el uso de colores puros, Nada es más sutil, más afortunado en la persecución de lo
pero fueron Seurat y sus continuadores postimpresionistas quie- evanescente, que la pintura del impresionista típico y del
nes nos definieron el color, nos hicieron comprender su com- postimpresionista. Es la expresión perfecta del lirismo o com-
pleto significado e importancia, e incidentalmente, extendie- plejo de la naturaleza, esa belleza que va y viene con la fluc-
ron una oscuridad retrospectiva sobre la pintura de tres si- tuación de la luz. Es poesía menor, pero tan dulce que no po-
glos. En su entusiasmo fueron demasiado lejos; estaban tan demos imaginar al mundo renunciando a ella. Pioneers como
absortos en su problema científico que olvidaron que el Seurat y Signac deben honrarse; otros como Manet, Monet,
arte, después de todo, es un problema artístico —con lo que Camille Pissarro y Pierre Bonnard (para sólo mencionar nom-
quiero decir que sean cuales fueren las leyes que el artista des- bres famosos), irán siendo más conspicuos y aceptables con
pliegue para la transferencia de sus impresiones individuales los años. Pero ya es evidente que no alcanzan más allá del

114 115
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ARTE
lirismo, más allá de la belleza superficial, la magnífica trivia- lidad del Puvis de Chavannes, los prerrafaelistas y la Rojal Academy.
gran estilo. Comercialmente, es con toda probabilidad el más cotizado de
todos los artistas del siglo diecinueve. En 1878, se sabe que
72. — R EN O IR algunos de sus cuadros fueron vendidos por cuarenta o cin-
cuenta francos; en 1928 uno de ellos se vendió para América,
Pero ahí está Renoir. Renoir es casi trivial. Ningún artista por la suma formidable de 125.000 dólares. Pero estas cifras
de los últimos cien años estuvo tan libre de reflexiones cons- no nos asustan; no guardan relación con los valores estéticos.
cientes de sí mismo en sus actividades como Renoir. Hasta En verdad, no cabe duda de que ciertos aspectos adventicios
le disgustaba la palabra "artista" y prefería que lo llamaran del arte de Renoir —el hecho de que muy a menudo pinta-
pintor. Sus dichos característicos reflejan su modestia y su fal- ra mujeres—, la "lindeza" de su paleta, la simplicidad de
ta de pretensión en todo lo concerniente a su oficio. "He sus temas, dicen más en su favor que los aspectos de for-
pasado mi vida entreteniéndome en poner colores sobre las ma y sentimiento que constituyen la verdadera fuerza de su
telas", solía decir. O "creo que tal vez no he hecho tan mal arte.
por haber trabajado tanto".
Pero en el caso de Renoir sería un error destacar el ele-
Auguste Renoir nació en Limoges, en Francia, en 1841. mento formal. Algunos de sus cuadros, y las "Umbrellas"
Murió en Cagnes en 1919. Era hijo de padres pobres, y en (Sombrillas) de la Tate Gallery es uno de ellos, están, sin duda,
gran parte se educó a sí mismo. A la edad de doce años era compuestos maravillosamente, pero otros carecen de toda com-
pintor de porcelanas, y yo creo que alguna de las cualidades posición. No era uno de los pintores "arquitecturales" de
del estilo que primero aprendió persistieron a través de todo Mr. Wilenski; en sus cuadros uno se fija, no en la estructura,
su desarrollo. Ese estilo era completamente personal; no hay sino en la superficie. Renoir tiene una sensibilidad extraor-
artista que sin la firma pueda identificarse más seguramente. dinaria para las superficies, y particularmente para el cutis
Y sin embargo era el más tradicionalista de los grandes artis- delicado y los pétalos de las flores. Flores, y los tonos de la
tas de su época. Tal vez su temprano aprendizaje de un ofi- carne como flor de una mujer, o del cuerpo de un niño;
cio le enseñó el valor de la aplicación, el cuidado y la sutileza. Renoir casi nunca pintó otra cosa; y se dice que abandonaba
Todo arte empieza con la buena voluntad y devoción de las un desnudo semiacabado para pintar rosas, muchas rosas,
facultades a una ardua tarea. Fortuitamente este trabajo de la hasta que había aprendido con este ejercicio cómo lograr el
pintura en porcelana tuvo alguna influencia en la formación brillo sutil en la piel de su modelo.
de su paleta individual, porque los colores en la opacidad in-
tensamente blanca de esa materia toman una patética sensua- Renoir llevaba una vida retirada y tranquila. Era feliz con su
lidad que es el efecto que Renoir logra dar a la tela. Puede jardín y con la compañía de su familia. Y sin embargo,
ser, también, que las asociaciones de la pintura en porcelana ningún otro pintor del último siglo refleja tan fielmente la
(y de pintar abanicos, a lo que también se dedicó Renoir) vida y el espíritu de su época. Cuando el ávido estudioso del
con la bergerie de Boucher y Watteau inclinara la sensibi- mañana se vuelva hacia los cuadros de ese período para cono-
lidad de Renoir hacia las obras características de la pin- cer algo del aspecto visual de esa vida, apenas encontrará algo
tura francesa del siglo dieciocho. Renoir es el último repre- de valor en Cézanne, o en Gauguin, o en Van Gogh; encon-
sentante de una tradición que va directamente de Rubens a trará muchos aspectos curiosos en Monet, Manet y Toulouse
Watteau. Lautrec; pero sólo en Renoir encontrará el color y la ale-
gría y el carácter de cada día de vida. En ese sentido, Re-
Y sin embargo, Renoir es uno de nuestros conquistadores. noir es el pintor más representativo de su época.
Está con Cézanne y Manet y los postimpresionistas, y no con

11 6
117
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE

sencilla; era una rara combinación de arrogancia y humildad,


73. CÉZANNE de franqueza y reserva, y en este conflicto podemos encontrar
una explicación a su desarrollo de artista. Como joven arro-
Aún en el verdadero sentido de la palabra, nadie hay tan re- gante, ansioso de dar expresión a una aparente exuberancia
presentativo como Cézanne. Un día, hace veinte años, la ge- barroca, es perfectamente comprensible; pero es difícil ser
neración a que pertenezco se despertó de su infancia oyendo barroco fuera de tiempo, por así decirlo. Delacroix lo hizo,
una tremenda pelea, y cuando preguntamos qué sucedía, nos y lo hizo magníficamente; pero Delacroix tenía una inspirada
dieron esta respuesta: "Es ese individuo, Cézanne". Parece maestría de su medio, que nunca tuvo Cézanne. Fué Dela-
que hacía cuatro años que el pintor había muerto, pero un croix quien se describió a sí mismo como siempre pintando,
grupo representativo de sus obras se había expuesto por vez "encantado como la serpiente en manos del encantador de
primera en la exposición de cuadros postimpresionistas, en serpientes". A Cézanne le encantaba la poesía o el lirismo de
la Grafton Gallery. Las nociones estéticas de la mayoría se sus visiones, pero no, al principio, con el toque de su pincel en
sentían por completo ultrajadas, y aunque los invasores ha- la tela. Sus primeros cuadros, algunos de los cuales están re-
cían algunos progresos, seguía la lucha cuando otra guerra producidos en el estudio sobre el artista de Mr. Roger Fry
más seria distrajo nuestra atención. Mi impresión es que aque- (Cézanne: A study of his development), son interesantes con
llos de nosotros que éramos demasiado jóvenes para emban- vistas a su subsiguiente carrera, pero dudo que nunca hubieran
derarnos en la guerra crítica de 1910, volvimos en 1919 para sido notados si una voluntad de fuerza tremenda no hubiera
encontrar a Cézanne entre los maestros aceptados y ahí nos animado a este joven extraño.
parece que está en su verdadero lugar. Quizás por entonces Cézanne encontró que es la cosa más difícil del mundo dar
era posible ver las cosas en perspectiva, y Cézanne aparecía expresión directa a concepciones visionarias. Sin el freno de
simplemente como la consecuencia lógica de una tradición ya un modelo objetivo, la mente sólo se revuelve en la extensión
histórica basada en Constable y Delacroix. El Paul Cézanne de la tela. Puede alcanzar cierta fuerza, cierta vitalidad; pero
de Ambroise Vollard fué publicado en 1919, y ese libro nos carecerá, no sólo de verosimilitud, lo que importa poco, sino
creó una figura legendaria muy semejante al Johnson de de ese tejido de forma y color en una armonía coordinada
Boswell. Es cierto que M. Vollard ha sido criticado: se le que es lo esencial del gran arte. Cézanne llegó a compren-
ha acusado de hacer de Cézanne una especie de tonto de der que para construir esa armonía el artista debe fiarse, no
aldea. La crítica es justa, suponiendo que un tonto de aldea de su visión, sino de sus sensaciones. Realizar las sensaciones
no pueda al mismo tiempo ser un gran artista, aunque en ver- fué la palabra de orden de Cézanne. Importaba una conversión
dad, "tonto de aldea", es una frase demasiado fuerte para auto-impuesta: una renovación espiritual. La visión dinámica
aplicarse a la caracterización que de Cézanne hace M. Vollard. del romántico tenía que transformarse en la visión estática del
Lo que nos ha dado, en realidad, es la figura de un campe- clásico.
sino tosco, poco consciente de ello y que en consecuencia no se "Escuche, M. Vollard" —dijo un día Cézanne—, "la pin-
sentía avergonzado de su provincialismo, un hombre despre- tura es con seguridad lo que más significa para nosotros. Creo
ciando el saber, pero dueño de un fuerte humor rabelesiano, que me vuelvo más lúcido ante la naturaleza. Desgraciada-
aparentemente infantil en todos los asuntos de la vida, pero mente, en mí, la realización de mis sensaciones es siempre dolo-
de inteligencia suprema en todo lo concerniente a su arte. rosa. Yo no puedo alcanzar la intensidad que se desenvuelve
Con todas sus inconsistencias, el Cézanne que surge de las en mis sentidos; no llego a esa magnífica riqueza de colo-
anécdotas de M. Vollard es un convincente retrato del artista. rido que anima a la naturaleza. No obstante, en vista de mis
Algo evidentemente complejo se traslucía en esta naturaleza sensaciones del color, lamento mi edad avanzada. Es triste no

118 119
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ARTE

ser capaz de tomar algunas pruebas de mis ideas y sensaciones. ra y el suicidio de un genio en un frío mundo incomprensivo.
Mire aquella nube; quisiera ser capaz de pintarla. Monet po- Es un sombrío y desesperado proceso, pero de ahí emerge la
día hacerlo. Tenía los músculos". Creo que todo Cézanne está gloria de una gran lucha espiritual, el triunfo de una pacien-
en ese discurso: su humildad (sólo era arrogante ante los hom- cia infinita, y la belleza de una obra inmortal.
bres, no ante la naturaleza), su gran paciencia (tomaba cien- Se ha dicho en descrédito de Van Gogh que toda su vida
tos de poses, literalmente, para un retrato), y esa afirmación fué un dibujante; que pintaba sus cuadros como otros hom-
experimental de la más alta función del artista ("Je crois que bres dibujan sus croquis, que sus ideas no eran más que ideas
je deviens plus lucide devant la nature"). En otra ocasión, en negro y blanco. Esto, me parece, es mirar al arte desde
conversando con M. Joachim Gasquet, dijo Cézanne: "Todo un ángulo exclusivamente técnico; es como si dijéramos que
lo que vemos está disperso y desaparece. La naturaleza es Shakespeare fué toda su vida un dramaturgo en verso libre,
siempre la misma, pero nada queda de ella, nada de lo que sin alcanzar jamás el épico esplendor de Ossian. Aunque el
vemos. Nuestro arte debería dar a la naturaleza el estremeci- medio elegido por el artista puede establecer alguna dife-
miento de la continuidad con la apariencia de todos sus cam- rencia en el rango de su expresión, no altera su calidad, y
bios. Nos debería poner en estado de sentir la naturaleza como un genio puede hacer más con un palo de escoba que un
eterna." Esa creencia de que detrás de múltiples apariencias amateur mal encaminado con todos los recursos de un taller
hay una realidad duradera y que la función del artista consiste magníficamente equipado. Ese elemento que a veces llama-
en descubrir esa realidad, es una concepción .metafísica de la mos genio, a veces personalidad, y que siempre al final vence
pintura; pero es una concepción que pone el arte del pintor, cualquier apariencia de exactitud en la crítica, puede estu-
en relación con todo lo más grande de la filosofía y la poesía. diarse en el caso de Va n Gogh lo mismo que en cualquier parte.
Pero estudiándolo no lo explicamos.
Va n Gogh empezó su carrera bastante normalmente, como
74. — VA N GOG H
hombre de negocios, aprendiz de una firma de comercio de
cuadros. Llegó hasta comprar un sombrero de copa. Pero se
enamoró perdidamente de la hija de su patrona, sin lograr que
Cézanne fué sólido desde el principio, y cuando nos alejamos
del siglo diecinueve, la figura de Vincent Van Gogh parece le correspondiera, y desde entonces cambió de carácter. Se puso
apartarse de las mudables reputaciones de ese período para delgado y abatido, y empezó a dibujar. Del dibujo pasó a la
mantenerse firme al lado de Cézanne. En cierto modo esto no lectura, en especial la de la Biblia. Así se operó en él una espe-
es debido a ningún avance excepcional en la apreciación de cie de sublimación, y a la edad de veintidós años se había fijado
su pintura, sino a un mayor conocimiento último de su carác- este ideal de Renán:
ter. Los tres volúmenes de sus cartas a su hermano 1 son una "Para obrar bien en este mundo, uno debe renunciar a todo
asombrosa revelación de la trágica grandeza de la vida humil- fin egoísta. El hombre no está en la tierra sólo para ser feliz,
de de este pintor. Difícilmente puede esperarse que el público está aquí simplemente para ser bueno, está aquí para realizar
lea toda la historia, llena como está de detalles que sólo intere- grandes cosas por la humanidad, para llegar a la nobleza y
san a hombres del oficio, pero una selección haría uno de los sobrepasar la vulgaridad en la cual se arrastra la existencia de
libros más impresionantes y más agradables de la literatura mo- la mayoría de los hombres."
derna. He aquí un verdadero pintor del progreso, pero sin una No es posible comprender la vida y la pintura de Van Gogh
ciudad celeste al final, sólo caos y negra desesperación, la locu- a menos que se comprenda cómo esa visión lo acompañó hasta
el fin. "Ser sencillamente bueno"; estas palabras reflejan toda
1
Publicadas por Constable. (Londres, 1927-1929.) su actividad, pero ¡ cuántas dificultades tuvo! Existe una carta

120 121
H E
R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE

escrita a su hermano en 1880, en la cual se revela el desespe- dar con la radiante vibración de nuestro colorido." Si esta ex-
ranzado intento de su espíritu: posición hubiera concluido en la palabra "simboliza", sólo hu-
"No debes creer que reniego de las cosas; soy más fiel en biera sido sentimental, pero un hombre no puede ser al mis-
mi infidelidad, y aunque cambio, soy el mismo, y mi única an- mo tiempo sentimental y "sencillamente bueno", y para ser
siedad es cómo ser útil en este mundo, poder estar al servicio "sencillamente bueno" comprendió Van Gogh que era esen-
de algún proyecto que dé buenos frutos, cómo poder aprender cial descubrir una manera de expresión propia; y cuanto más
más y estudiar a fondo ciertos temas. Ya ves, esto es lo que sincera y honestamente vio esta manera, más se vio empu-
me preocupa constantemente y luego me siento prisionero de jado a la fuerza de la forma, a la pureza del color, al reno-
la pobreza, excluido de participar en ciertos trabajos, y sa- vado contacto con la realidad, a todas esas cualidades que
biendo que lo necesario está fuera de mi alcance. Ésta es la completan la novedad y la vitalidad de un arte.
razón de no poder libertarme de la melancolía, y de sentir un
vacio donde debiera haber amistad, fuertes y serios afectos, y
de sentir un terrible desaliento royendo la propia energía mo- 75. — GAUGUIN
ral; parece que el destino pusiera una barrera a los instintos
afectivos, y que una ola de asco subiera hasta ahogarme. Y uno El destino de Gauguin no es tan claro. No era tan honesto
exclama: ¡Hasta cuándo, Dios mío!" consigo mismo como Van Gogh. Después de las Cartas de Van
Ser bueno simplemente y vivir tranquilo; Van Gogh en- Gogh, el Diario de Gauguin parece insufriblemente abu- rrido.
contraba que estas dos cosas son incompatibles. Todo lo que Estaba sofocado de presunción. Debe recordarse que Gauguin se
pedia era un techo sobre su cabeza, una cama y lo absoluta- había hecho artista él mismo. Nació en París en 1848, y pasó
mente necesario. algunos años de su infancia en Lima; fué asi bautizado bajo un sol
"Debemos vivir", decía, "casi como los monjes o los ermi- tropical. Hasta los veinte años viajó bastante, pero a los veintitrés
taños, con trabajo para nuestra pasión dominante y abando- se empleó en un banco. Tam- bién fué un entusiasta pintor
nando nuestra tranquilidad". Pero todo lo que encontró fué amateur y se relacionó con Pis- sarro. Sus primeras acuarelas no
el fracaso, y su vida degeneró en un continuo lamento por tienen mérito particular algu- no. Son sensibles, y ya denotan un
el dinero —dinero para comprar, primero pinturas y luego interés en los valores del color puro, pero sólo son lo que se
Pan—. La miserable naturaleza de su fin es conocida. Pero podía esperar de cual- quier chapucero inteligente enterado de lo
murió tratando de ser sencillamente bueno. que hacían los impresionistas. Pero su pasión por el arte fué
Esta preocupación con su propósito de vida, dió a la obra más allá de los límites naturales. En 1881 abandonó su empleo
de Van Gogh un carácter del todo diferente de la de sus en el ban- co, y en 1882 se fué con Pissarro a pintar a Normandía
grandes contemporáneos, Manet, Cézanne, Gauguin y Re- y Bretaña, dejando a su esposa la tarea de mantener a su fami-
noir. Sus verdaderos colegas son Rembrandt y Millet, a los lia. Pissarro en su niñez había estado en las Antillas, así es que
que admiraba grandemente. Le atraía naturalmente la vida podía cambiar recuerdos con Gauguin sobre exóticos países de sol
de la gente trabajadora. "Yo puedo pasarme muy bien sin y colorido. En Gauguin se desarrolló ese afán de lo primi- tivo que
Dios , confesaba, "tanto en mi vida como en mi pintura, pero determinaría toda su carrera. Lo sintió por primera vez en la
no puedo, enfermo como estoy, pasarme sin algo que es más remota Bretaña, y fué allí donde tuvo su primer contacto con
grande que yo, que es mi vida: el poder de crear... Y en un Van Gogh. Luego, en 1887, se fué de repente
cuadro quiero expresar algo tan tranquilizador como la música a la Martinica, y visitó las Antillas de Pissarro. Al año volvió
es tranquilizadora, quiero pintar hombres y mujeres con esc a Francia, y luego, en Arles, vino la trágica asociación con
algo de lo eterno que simboliza la aureola, y que tratamos de

122 123
E L S I G N I F I C A D O D E L ARTE
H E R B E R T R E A D
El arte por placer. ¿Por qué no?
Van Gogh, que acabó con el suicidio de Van Gogh. Gauguin ¿Qué importa, siempre que arte sea?
volvió a Bretaña, pero en 1891 visitó Tahití, y aunque volvió
a Francia por uno o dos años, ya no se encontraba feliz en la Y entonces arte para decoración, ¿qué importa, siempre
atmósfera supercivilizada de Europa. Volvió a los mares del que arte sea? Describir una pintura como decorativa es esta-
sur en 1891, y se quedó hasta su muerte en las islas Mar - blecer que carece de cierto valor que podemos llamar humano
quesas, en 1903. (ya que no se trata de lo divino). Cuando comparamos a
Es difícil ser dogmático con Gauguin. Nadie duda de su Gauguin con Van Gogh, inmediatamente se comprende esta
hondo sentimiento; su sensibilidad para el color, especial- diferencia: el holandés está lleno de cariño por sus semejantes,
mente, era sutil. Sabía muy bien lo que se proponía con su y trata de incorporar ese amor a su arte, como reconoce que
pintura, y su voluntad era fuerte. Su talento nunca fué fácil. lo hicieron grandes artistas, como Shakespeare y Rembrandt.
Confiesa en su Journal que "dondequiera que vaya necesito Quizás pueda decirse que ésa es una ambición literaria, no apli-
un cierto período de incubación, para poder aprender en cable a la visión del pintor: ¿qué importa, siempre que arte
cada lugar la esencia de las plantas y de los árboles, de la sea? Pero el arte no es una abstracción: es una actividad hu-
naturaleza, en una palabra, que nunca quiere ser comprendida mana realizada a través del instrumento de una personalidad.
o entregarse." Ésta es la justa actitud del pintor ante la La calidad de esa personalidad coloreará las cualidades abstrac-
naturaleza, aunque tal vez es algo desconcertante encontrar tas del arte, y el valor de su arte dependerá de la hondura
en Gauguin semejante humildad. No era humilde y su vida del sentimiento humano. Esa consiguiente solidez es algo que
lo demuestra, como cualquier lector de su Journal puede com- Van Gogh posee en abundancia, pero de la que carece Gau-
probarlo. Pero hay una distinción, como el mismo Gauguin guin, a pesar de todas las atractivas bellezas de su arte.
lo señala, entre la humildad y el orgullo de la humildad.
Es difícil también clasificarlo como romántico. Parece, super-
ficialmente, como si ese amor a lo primitivo, ese deseo de
76. — HEN R I R O U SSE AU
volverse un salvaje, de escapar a la civilización y a la socie-
dad, fuera una forma extrema de romanticismo. Pero el Jour-
Después de Cézanne, Va n Gogh y Gauguin, Henri Rousseau
nal es agrio, sardónico, en cierto modo realístico. Gauguin
es la figura más interesante del arte moderno. Nació en Laval
huyó a los mares del sur, más por razones sensuales que idea-
listas. Era un goloso del color, de la exuberancia, de la natural (Mayenne) en 1844; era hijo de un ferretero. A los quince
alegría. Sintió que con ese material podía crear un arte que años se alistó en el ejército, donde sirvió cinco años en la cam-
fuera más sólido y hasta más clásico que los pálidos éxtasis paña de Méjico en 1862-1867. En la guerra de 1870 fué
de los impresionistas. ascendido a sargento, y al hacerse la paz le dieron un puesto
de oficial de aduanas en París. Empezó a pintar a los cua-
Está generalmente admitido que Gauguin, en cierto modo, renta y un años, pero eso no quiere decir que esto fuera
no llegó a crear un estilo clásico. La razón que se da a este un impulso tardío en él. Desde su juventud había acaricia-
fracaso, se une generalmente a la palabra "decorativo". Cuan- do este deseo, pero esperó hasta que pudo dedicarse por en-
do se empieza a comentar la obra de un artista como deco- tero a su arte. Desde entonces, por el resto de su vida, vivió en
rativa, le estamos buscando excusas. El mismo Gauguin tiene la más abyecta pobreza, en una completa fiebre creadora.
una fórmula que podemos aplicar: Pero no se sentía desgraciado, pues pronto se vio rodeado
de un grupo de admiradores inteligentes. Entre ellos Alfred
El arte por el arte. ¿Por qué no? Jarry, el poeta que escribió Ubu-Roi, y Guillaume Apollinaire,
El arte por la vida. ¿Por qué no?
125
124
E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE
H E R B E R T R E A D
que tienen un valor universal? ¿O es sólo un pintor significa-
el gran poeta, que fué un fiel amigo desde el primer momento. tivo aquel que atrae al alto tribunal de los snobs que en mu-
Aparte de su obra, tenía Rousseau una personalidad atra-
chas épocas dicta un juicio a cada raro y extravagante escape
yente. Llevaba la vida de un hombre común de la clase tra-
de la trivialidad? No es fácil decirlo, y especialmente en el
bajadora, y tan vacía de incidentes fué esta vida, que sus bió-
caso de Picasso, cuya proteica naturaleza de actividad excluye
grafos tienen que relatar algunas anécdotas para llenar sus
cualquier respuesta sumaria. A toda costa ha evitado un estilo.
páginas. Todas ellas no hacen más que ilustrar un punto; la Puede ser tan humano y tan cáustico como Toulousc-Lautrec,
perfecta ingenuidad del hombre. Y digo prudentemente "per- tan prolijo como Ingres, tan sólido como Miguel Ángel y tan
fecta", pero no estoy seguro de que no debiera decir "perfec-
sentimental como Greuze; y puede ser completamente abstrac-
cionada". Porque no cabe duda de que Rousseau se daba
to y libre de todo valor más allá de la pura reacción de la
cuenta de la naturaleza de su haber, y lo cultivaba asidua-
forma. Sin embargo, Picasso mismo ha declarado que él no
mente. En un caso menos sincero, éste hubiera concluido en
cambia nunca; que debemos buscar idénticos principios en
afectación, pero Rousseau estaba dotado de una sensibilidad todos sus cuadros; idénticos valores, idéntica objetividad.
muy vivida. En Méjico su mente había almacenado una ima- Picasso nació en Málaga, España, en 1881. Pertenece, pues,
ginación exótica de pájaros, flores y animales, y cuando veinte
a una generación más joven que la de Matisse, que nació
años después empezó a pintar, pintó esas escenas de frondas
en 1869. Menciono a Matisse porque algunos pueden consi-
tropicales directamente de memoria, y en su memoria estos
derarlo como un pintor aún más significativo y ciertamente
elementos se habían arreglado solos en audaces dibujos deco-
no da lugar a los mismos sentimientos de duda y de inconfe-
rativos, como si la mente subconsciente hubiera estado traba- sada congoja. La reputación de Matisse está a salvo, aunque
jando todo ese tiempo, separando y eligiendo lo significativo lo significativo de su arte no esté plenamente reconocido.
entre las impresiones almacenadas. El método que la expe-
Pero lleva con él un sentido de perfección; es una tradición,
riencia y el instinto le indicaban como bueno, lo siguió en
la tradición de Cézanne, llevada a una profunda intensidad,
toda su pintura. Decía que la naturaleza era su única maestra,
a una realización más completa de la visión del pintor. Pi-
y esto era cierto por cuanto nunca tuvo profesores académicos;
casso, sin embargo, es el comienzo de una nueva tradición,
solamente tenía su materia viva de esa fuente; su dibujo fué y la mitad de su encanto es su capacidad para despertar nues-
sólo el don de su imaginación. Hay algo de infantil en sus tro sentido de lo maravilloso.
cuadros, y esto está en la esencia de ellos. Tienen también una Aunque París lo ha absorbido (se estableció allí en 1903),
perfección que va mucho más allá del alcance de un niño. nunca lo ha asimilado. Ha preservado su integridad nativa,
Era sencillo, pero a la par era profundo, con esa profunda y ésta, como M. Uhde lo señala en su libro (Picasso et la tra-
comprensión de la vida que es un complejo de sensibilidad dition jrangaise), es más germánica que francesa. Germánica
y experiencia, y que nada tiene que ver con la cultura o la es tal vez una palabra rara para el caso, pero M. Uhde ve
capacidad intelectual. una similitud básica en el genio griego, español y germano;
su tendencia común a expresar un ansia por lo infinito, por
77. — PICASSO lo trascendental. Podemos convenir que en sus aspectos super-
ficiales, en todo caso, el estilo de Picasso es "sombrío en su
A menudo se habla de Picasso como del más significativo colorido, esencialmente atormentado en su inspiración, verti-
de los pintores vivos, pero es difícil saber qué quiere decir cal en su tendencia, romántico en su tonalidad, personificando
esta bendita palabra: "significativo". ¿Es un pintor signifi- en su totalidad el espíritu gótico o germánico". El mismo Pi-
cativo necesariamente un buen pintor, un hombre cuyo sentido casso aprobaría difícilmente tal generalización. Como todo
de la belleza se ha expresado en formas que perdurarán por-
127
126
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ARTE

artista moderno, es necesariamente un individualista: "Pinto casi infinita. La abundante energía que revela sería por sí sola
lo que veo" es uno de sus dichos. Pero M. Uhde tal vez evidencia de genio, porque sólo un hombre de gran sentido,
replicará que no existe tal cosa como un individualista; que como diría Blake, puede persistir así en su tontería.
todos expresamos las complejas organizaciones dentro de las
cuales hemos nacido como unidad dependiente.
78. — CHAG ALL
Existen algunas reflexiones sobre arte que se atribuyen a
Picasso. Fueron originariamente escritas para una revista rusa,
y después traducidas al francés y publicadas en el segundo Junto con Picasso debemos considerar a Marc Chagall como
número de una revista llamada Formes. Algunas de sus obser- un artista moderno representativo. En su libro, Marc Chagall
vaciones están dirigidas a sus críticos. Por ejemplo: "El arte et l'áme juive, Rene Schwob llega tan lejos como a proclamarlo
no tiene ni pasado ni futuro. El arte que no tiene poder para exactamente el más importante de los pintores vivos. Chagall
afirmarse en el presente nunca saldrá de sí mismo. El arte nació de padres judíos, en Vitebsk, Rusia, en 1887. Fué en
griego y el egipcio no pertenecen al pasado; están más vivos hoy una época discípulo de Baket, el famoso coreógrafo, en San
que ayer. Cambio no es evolución. Si el artista modifica sus Petersburgo, pero en 1910 vino a París, y él ha declarado
medios de expresión no quiere decir que haya cambiado su que París ha sido la verdadera escuela de su arte y de su
mente." Y luego: "El cubismo no difiere de ningún modo de vida. Volvió a Rusia en 1914, y se quedó allí durante la
otras escuelas de pintura. Rigen a todas los mismos elementos guerra y la revolución, hasta 1922. Durante ese tiempo fundó
y los mismos principios." Y en ulteriores explicaciones del una academia de arte en Vitebsk. Luego volvió a París, donde
cubismo, se encuentran estas máximas: "La naturaleza y el ha continuado trabajando.
arte son dos fenómenos enteramente diferentes. El cubismo La obra de Chagall, aunque es probable que intrigue y
no es la semilla ni la germinación de un arte nuevo: repre- hasta ofenda a aquellos que encuentran "tendencias subver-
senta un plano en el desarrollo de las originales formas pictó- sivas" en todo lo que no es familiar, debe ser diferenciada su-
ricas. Estas formas ya realizadas, tienen derecho a una exis- tilmente de la obra de Matisse y de Picasso. Éste, en verdad,
tencia independiente. Hay pintores que transforman el sol es el tema principal del libro de M. Schwob; y él con una
en una mancha amarilla, pero hay otros que, gracias a su arte liberalidad envidiable en el uso de una palabra difícil, no
y a su inteligencia, transforman en sol una mancha amarilla." titubea en describir esa cualidad diferencial de Chagall como
Puede ser, como dice Picasso, que las intenciones no tengan "amor". Matisse y Picasso, dice, se han absorbido de tal modo
valor en el arte. El solo quehacer del pintor es pintar, y la obra en la técnica de sus artes respectivos que deben ser culpados
de arte lo tomará por sorpresa. "Je ne cherche pas, je trouve." de cierta inhumanidad; su arte es intelectual. Pero Chagall,
Pero hablando, no por el pintor ni por el artista, sino por el con una seguridad y fluidez que es casi la característica de su
espectador al que se le pide admiración, debemos, en estas raza, pinta desde su corazón. Es en realidad un lírico en pin-
circunstancias, pedir ser protegidos de la personalidad del pin- tura, y sus cuadros tienen sus analogías en poesía. No teme
tor. Hay cuadros de Picasso, en su mayor parte de su "época ser llamado "literario".
azul" (1903-1905), que nos avergüenzan con su sentimentalis-
mo ; hay otros, más recientes, que no tienen organización paten- 79. — EL FACTOR RACIAL
te alguna. A veces se llega a pensar que el feroz intelectualismo
de alguna de sus más geométricas abstracciones no es más Aquí hay dos puntos interesantes que tratar. El primero es
que reacción de su estilo más sentimental. Pero, aparte de la cuestión de la raza. Puede ser anticuado creer en el fac-
estos excesos, hay un material de trabajo de una variedad tor racial en arte, o en cualquier otra cosa salvo en polí-

128 129
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ART E

tica; el arte, en un sentido bien cierto, es universal y ha al usar la palabra "lirismo" usamos una analogía. Lirismo en
tenido una historia muy compleja de interrelaciones e influen- poesía es cierto modo directo de expresar un estado emo-
cias que ha pasado sobre épocas y razas innumerables; no cional: no debemos, por decirlo así, tratar de analizar la
obstante, ciertos tipos de arte han caracterizado a ciertos tipos expresión. Hemos considerado solamente la equivalencia emo-
humanos; y si tomamos una diferencia amplia, como la de cional de las palabras; su sentido literal hasta puede ser
las razas aria y semita, encontramos una muy marcada dife- absurdo;
rencia en sus maneras de expresión estética. Los semitas, en Go and catch a falling star,
realidad, no son nada expresivos en formas plásticas, es decir, Get with child a mandrake root,
no son originales o "creadores" en ellas. Relativamente ha- Tell me where all past hours are,
blando, no hay un arte judío. En su origen los judíos eran Or who cleft the Devil's foot.. . *
de una raza nómada, de desierto, con rápidas reacciones de
experiencias físicas. Pero las artes mayores pertenecen a pue- Así en pintura, si quisiéramos trasponer este estilo, llega-
blos sedentarios, a aquellos que se establecen en ciudades y ríamos a algo semejante al arte de Chagall: un arte en el
forman una civilización duradera, una atmósfera de refina- cual la armonía surge de un brillo iridiscente de colores, colo-
miento. Las razas nómadas sólo son capaces de un arte popu- res que influyen en nuestras emociones tan inexplicablemente
lar, expresado en objetos caseros, y esta clase de arte popular como el sonido de las palabras en un lírico; colores que perte-
tiene cierta afinidad con el arte de Chagall. Pero Chagall ha necen, no a cualquier escenario natural, sino a un mundo de
declarado que no le satisface, y precisamente porque es de- inconsciente fantasía, un mundo de violinistas y petirrojos,
masiado exclusivo, excluye los refinamientos de la civilización. de viejos siniestros y de la Torre Eiffel, de soles dilatados y pa-
La raza judía, aunque aún desposeída y en cierto modo cientes animales laboriosos, un mundo de imágenes, capaz
nómada, en alto grado es parte y porción de la cultura euro- de simbolizar la fertilidad de visión del artista y de expresar
pea. La raza judía guarda todavía la volubilidad esencial de su su alegría creadora.
temperamento, la inquietud que distinguió a sus antepasados;
pero está envuelta en ella, reprimida. Por eso, algo tarde, se 81. . — PAU L K LE E
ha dado a las artes plásticas; y el arte creado por ella es un
arte distinto. No tiene el mismo respeto de la forma del arte Quisiera mencionar a otros dos artistas modernos que me
ario; evita lo limitado y lo estático. Es esencialmente román- parecen representar distintas cualidades de inteligencia y sen-
tico, y no se avergüenza de su romanticismo. Ve en la pin- sibilidad y sugerir nuevas manifestaciones del impulso ar-
tura, no un medio para interpretar el mundo externo, sino tístico. El primero es Paul Klee. Klee nació en una aldea
un medio de expresar el yo interior. cerca de Berna, en Suiza, en 1879, hijo de un profesor de
música. Estudió en Munich, viajó por Italia y Túnez, y
Por eso usa los tipos esenciales del arte individualista: liris- antes de la guerra vivía casi siempre en Munich o en Pa-
mo y simbolismo. rís. Desde 1921 ha sido profesor en la Bauhaus, una espe-
cie de "laboratorio" oficial de arte experimental establecido
8o. — LIRISMO Y SIMBOLISMO originariamente en Weimar, y ahora (desde 1925) en Dessau.
Yo he visto dibujos arquitecturales de Klee de una preci-
El simbolismo es sencillamente el arte de seleccionar ana-
1
logías para ideas abstractas (una paloma para representar la Ve y caza una exhalación,
paz) y es bastante familiar en poesía. Pero lirismo en pintura Engendra un hijo en una mandragora,
Dime dónde están las horas del pasado,
suena como una peligrosa confusión de categorías. De hecho, O quién torció la pata del Diablo. . .

130 131
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE

sión y belleza que satisfaría al más severo examen académico. inevitable por las cualidades de su mente. Esto nos da la
Klee es un dibujante incomparable; tal vez sea necesario clave de la diferencia entre el arte de Klee y el arte de
afirmarlo antes de analizar la naturaleza de su arte. Debe un loco. La mente del loco puede estar repleta de imáge-
disociarse a Klee de todos los movimientos de arte moderno, y nes intelectuales; su locura puede ser compatible con una
en particular de los rótulos de cubista, expresionista o futu- rista. fantasía muy interesante; le faltará, sin embargo, un sentido
Es, a veces, reclamado por el grupo francés conocido como de revelación. La fantasía de un loco es estática, o al menos
surrealista, pero si hay algún parentesco, es de los surrealistas con se desenvuelve en torno a un punto fijo; la fantasía de Klee,
Klee y no de Klee con los surrealistas. Es el más individualista en un cuento de hadas que se desarrolla infinitamente.
de los artistas modernos. Como Chagall, ha creado su propio No lo sé con certeza, pero apostaría que Klee, como los
mundo —un mundo con su propia, ex- traña flora y fauna, sus surrealistas, no carece de conocimientos de psicología moder-
propias leyes de lógica y perspectiva— y en ese mundo vive y se na: tal relación hay entre ella y su arte. Un psicólogo como
mantiene. Para los ingleses, con su amor por el disparate Freud divide la mente en tres departamentos: el consciente, el
solemne, sus Lilliput y Wonderland, ese mundo debe tener un preconsciente y el inconsciente. El preconsciente es aquella por-
especial atractivo. Sin embargo, no hay nada deliberadamente ción de la mente que está latente pero capaz de volverse cons-
gracioso o satírico en el arte de Klee; es instintivo, fantástico e ciente; el inconsciente es aquella porción que está dinámica-
ingenuamente objetivo. A ve- ces parece pueril, a veces mente reprimida y que sólo podría volverse consciente median-
primitivo, a veces loco; pero en realidad no es nada de eso y nos te un tratamiento terapéutico que logre aflojar las fuerzas
podemos acercar mejor al arte de Klee tratando de distinguirlo represoras. Aquí estamos en contacto con el preconsciente, por-
de esos tipos reconocidos. Algunos dibujos de Klee pueden que eso es el gran depósito de imágenes verbales o residuos
tomarse fácilmente por di- bujos de niños. Se les parecen por su de recuerdos de donde saca su fantasía un artista como Klee.
sencillez, por sus finas líneas nerviosas, por sus observaciones Todos sabemos que la mente está colmada de incontables,
inesperadas del detalle significativo, por su fantasía encantadora. registros de percepciones pretéritas, que pueden, cuando la-
Pero hay que hacer una distinción muy importante: los dibujos de asociación justa se produce, surgir de nuevo a la superficie,
Klee tienen su- tileza, están dirigidos a un público inteligente, a veces en colores tanto más vividos por haber estado tantee
tienen un de- signio sobre nosotros. Un niño dibuja (al menos si tiempo ocultos a la luz. Lo que podemos hacer accidental-
dibuja bien) sólo para él. Puede sorprendernos por la belleza o mente en el curso de nuestro pensar consciente, un artista
lo raro de sus percepciones, pero él está convencido de su nor- puede hacerlo en el curso del dibujo. Pero Klee no desea
malidad, de su naturalidad. La misma distinción se mantiene traer este mundo del preconsciente a lo consciente. Quiere
entre el arte de Klee y el arte del hombre primitivo, el arte más bien sugerir la naturaleza exclusiva de ese mundo su-
llamado del bosquimano. El bosquimano tiene, en verdad, un blimado, morar en él y olvidar el mundo consciente. Quie-
motivo relacionado con sus cultos animísticos o mágicos; y tiene re escapar del mundo de los residuos, de las imágenes des-
conciencia de un público: su tribu. En ese punto el artista conectadas, porque ese es el mundo de la fantasía, el mun-
primitivo difiere del niño; difiere de Klee en su falta de do de los mitos y de los cuentos de hadas. El arte de Klee
sofisticación. El público de Klee no es mágico, ni aun religioso. es un arte metafísico. Requiere una filosofía de apariencia
Es, aunque mucho pueda él deplorarlo, en lo esen- cial, un y realidad. Niega la realidad o capacidad de la percepción
público altamente intelectual. Esto puede no influir normal; la visión del ojo es arbitraria y limitada; se dirige
conscientemente en el arte de Klee, pero el mismo Klee es un hacia afuera. Dentro hay otro mundo más maravilloso. Debe
intelectual, y el arte de un hombre está influido de modo ser explorado. El ojo del artista está concentrado en su lápiz,
el lápiz se mueve y la línea sueña.

132 133
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE
hace uso de formas arbitrarias que no tienen relación con los
81 a. — MAX ERNST objetos tratados o con fenómenos de la naturaleza, pero que
son enteramente absolutos, justamente como la letra X es
Como movimiento, el surrealismo, o superrealismo, es to• absoluta y arbitraria. Un círculo, digamos (para tomar un
talmente distinto de todas las otras escuelas contemporáneas, ejemplo sencillo), puede ser considerado como un símbolo de
y en realidad abre una zanja que le separa de todas las tradicio• perfección, o de conclusión, o hasta del principio básico del
nes aceptadas de expresión artística. En consecuencia, inevita• cosmos. Una pirámide es un símbolo de estabilidad; una lí•
blemente, levanta la oposición más acerba, no sólo en los círcu• nea ondulada lo es de gracia; y así podríamos seguir. Muchas
los académicos (contentos, por lo general, con desecharlo como pinturas abstractas de la escuela cubista se basan en esta cla•
un absurdo), sino en aquellos pintores y críticos que son acep• se de simbolismo, y se podría argumentar que la armonía
tados corrientemente como modernos. Pero esa oposición cie• del arte griego, mientras se basa en un canon numérico, es
ga ha sido a menudo tan equivocada que haremos, al menos, simbolismo formal de la misma especie. Pero en el sentido
un intento de comprender qué se proponen esos artistas, y aceptado corrientemente, el simbolismo emplea imágenes con•
a este propósito podemos tomar a Max Ernst y Salvador Dalí cretas, construyendo fantasías irracionales sacadas de elemen•
como los más representativos. tos separados de la experiencia racional. Estos elementos, sin
Max Ernst, aunque vive y trabaja en París, nació en Co• embargo, pueden juntarse de una manera consciente o in•
lonia hará unos cuarenta años. Desde sus comienzos su arte consciente. Ciertos objetos, aunque deben de haber surgido co•
reveló una tendencia al simbolismo y hacia lo que se podría mo símbolos en el inconsciente, han sido reconocidos como lo
llamar una desintegración del intelecto o razón, que es un que simbolizan, y pasan de siglo en siglo como valores acep•
aspecto del simbolismo. El artista, sea un poeta, o un mís• tados. La serpiente, la cabra, el fuego, el vino y el pan son
tico, o un pintor no busca un símbolo para lo que es claro ejemplos de ello. La psicología moderna ha revelado el signifi•
al entendimiento y capaz de una vaga exposición; compren• cado de muchos de estos símbolos, y ha revelado, además, el sig•
de que la vida, especialmente la vida mental, existe en dos nificado simbólico de la imaginería que comúnmente encon•
planos, uno visible y definido en contorno y detalle, el otro tramos en sueños u obras de imaginación. En gran parte el
—quizá la parte más grande de la vida— sumergido, vago, surrealismo deriva de esta rama de la psicología moderna;
indeterminado. Un ser humano se desliza a través del tiem• al menos encuentra en ella su justificación. Trata, delibera•
po como un témpano, y sólo parcialmente flota sobre el nivel damente, de crear símbolos fuertes, y el arte de un surrealista
de lo consciente. La meta del surrealista, ya como pintor, ya como Max Ernst es usar símbolos abstractos y concretos al
como poeta, es tratar y realizar alguna de las dimensiones y mismo tiempo.
características de su ser sumergido, y para hacerlo recurre a Muchos críticos, demasiado ocupados con el contenido sim•
varias clases de simbolismo. bólico de cuadros como los de Max Ernst, no se detienen a
Porque el simbolismo no es el asunto sencillo que ordina• considerar sus méritos estéticos, y los condenan en el acto co•
riamente se supone. En matemáticas decimos: pongamos mo si fueran psicología o literatura, todo menos pintura. Con
X «= cantidad desconocida y X se llama un símbolo. Tal vez lo cual, estas críticas revelan su limitación, porque si por un
podemos decir que el surrealismo es la X de la pintura: re• momento olvidasen el simbolismo, descubrirían (garantizada
presenta la cantidad desconocida. Pero tal explicación no sa• una sensibilidad sin prejuicios) un encanto infinito en el co•
tisfará a muchas personas. Quieren saber por qué, en pin• lor y la trama de la pintura actual. Porque Max Ernst es
tura, X es un símbolo tan complejo. El simbolismo, para ante todo un artista, en sentido limitado, un hombre que
empezar, puede ser abstracto o concreto. Es abstracto cuando pinta con gusto y sensibilidad. Usa estos dones para trans-

134 135
H E R B E R T R E /A D E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE
mitir su visión —su visión simbólica— lo mismo que Blake to. Un hombre acariciando a un cerdo es molestado por un
usa su sensibilidad poética para transmitir su visión simbó- insecto fabuloso con miembros humanos y con una cresta de
lica. Después de un siglo, más o menos, ha llegado el mo- la que cuelga un pie cercenado. Ésta es sólo una selección
mento de aceptar el genio de Blake; del mismo modo esta- hecha al azar entre cientos de detalles igualmente fantásti-
remos capacitados para aceptar instantáneamente el genio cos. En comparación, la fantasía de Salvador Dalí es débil,
similar de Max Ernst. podría decirse sobria.
Los que se inclinan a no tomar en serio a Dalí, harán po-
siblemente una distinción entre la naturaleza de la inspira-
81 b. — SALVADOR DAL Í ción en cada caso. Sin embargo, es dudoso el que tal distin-
go valga mucho. Dalí, por ejemplo, pinta un zapato de mu-
Una vivida realización del mundo sobrenatural fué, desde jer con un vaso de leche colocado dentro, usa a menudo el
luego, común a toda la Edad Media, pero la mayoría de esas motivo del zapato de mujer 1 . Los que están familiarizados
representaciones pictóricas se limitaban a lo horrible o lo gro- con los escritos de los psicoanalistas recordarán que el zapato
tesco. Bosch fué más allá, a lo irracional. Muchas de sus es uno de los símbolos sexuales que más abundan en los sue-
pinturas de este género son demasiado detalladas para repro- ños; y muchos de los motivos de Dalí son símbolos recono-
ducirlas bien, pero una simple enumeración de algunos de cidos de esta especie. Se dirá, en consecuencia, que Dalí cons-
los temas bastará para comunicar la naturaleza excepcional truye deliberada, objetivamente, la clase de fantasía que lo-
de su fantasía. El mejor ejemplo es el gran retablo del Es- gró Bosch natural, subjetivamente. Sólo el mismo Dalí po-
corial, un tríptico con un "Venusberg", o Jardín de las Deli- dría decir en qué medida usa deliberadamente el simbolismo
cias en el centro, con el Paraíso a la izquierda y el Infierno freudiano; pero yo dudo si el uso que hace de él es más de-
a la derecha. En el panel central, por ejemplo, vemos en un liberado que el uso que hace Bosch de ese simbolismo similar
sector una escena a la orilla de un río; bajo el agua hay un (porque ningún psicoanalista podría dejar de caracterizar de
huevo al cual se le ha hecho una ventana; la ventana se sexual mucha parte del simbolismo de Bosch). Creo que lo
extiende hacia afuera como un tubo de vidrio desde donde más que podemos decir es que Bosch no ha tenido un voca-
un hombre mira una lancha que acaba de entrar en el tubo. bulario psicológico para describir lo que hacía, y en la me-
En el otro extremo del huevo crece una planta rara cuya flor dida en que nuestros pensamientos dependen de nuestro vo-
se prolonga con una burbuja veteada y dentro está sentada cabulario, Bosch era inocente de su intención. Pero en la
una pareja de amantes desnudos. Al lado de la flor otra figu- jerga moderna, ambos, Dalí y Bosch recurren al subconscien-
ra acaricia una lechuza gigantesca, mientras que arriba, otras te para sus fantasías; no tiene mayor importancia cómo lle-
figuras desnudas, están en actitudes desesperadas sobre gigan- garon a ello.
tescos pinzones reales, carpinteros y otros pájaros. En el In- La similitud entre los dos artistas es aún más estrecha. El
fierno vemos una figura desnuda desplegada en un arpa; el fin de los superrealistas, según ha dicho Max Ernst, no es
arpa brota de un laúd, donde una víbora enlaza y aprieta en tener acceso al inconsciente y pintar su contenido de una ma-
sus anillos a un hombre desnudo. Un monstruo con cabeza de nera descriptiva o realista; ni tampoco tomar varios elemen-
pájaro está sentado en un pulpito, con los pies en cántaros,
1
comiendo un cadáver desnudo del que salen volando pá- Debemos advertir que tal referencia es errónea. La obra de Da-
jaros negros; los pies del cadáver aprietan algo que parece ser lí descrita por Herbert Read no es un cuadro, sino un objeto com-
puesto de los elementos reales citados; para decirlo con mayor pro-
un frasco de pólvora invertido. Bajo el pulpito cuelga una piedad, un "objeto de funcionamiento simbólico", según frase del mismo
burbuja, de la que semisurge una figura sobre un pozo abier- Dalí. (N. del E.)

136 137
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ARTE

tos del inconsciente y con ellos construir un mundo fantástico propios, determinados por la naturaleza del material emplea-
aparte; su fin es, más bien, echar abajo las barreras psíquicas do y por la función que debe llenar la obra terminada. Pero
y materiales, entre lo consciente y lo inconsciente, entre el esos principios, que habían animado la escultura en la Edad
mundo interior y el exterior, y crear una superrealidad, en la Media, fueron olvidados en el siglo dieciséis. Y es fácil ver
cual lo real y lo irreal, la meditación y la acción, se encuen- ahora el porqué. El arte clásico de Grecia y de Roma se
tren y se mezclen y dominen la vida entera. En el caso de redescubrió, e hizo una impresión enorme en el nuevo hu-
Bosch, un propósito análogo le fué inspirado por la teología manismo de la época. Pero en vez de restablecer las expe-
medieval y por una creencia muy literal en la realidad de la riencias espirituales de los hombres que habían producido es-
Vida del Más Allá. Para un hombre con su gran poder de te arte clásico, los escultores del Renacimiento copiaron pro-
visualización, la vida presente y la vida por venir, el Paraíso, lijamente las apariencias externas, haciendo concesiones, por
el Infierno y el Mundo, eran igualmente reales e interpre- supuesto, al sentimiento superficial de su tiempo. Para esta
tables; se combinaban, es decir, formaban una superrealidad exposición general muchas modificaciones tendrían que ha-
que es la única realidad que puede interesar al artista. cerse en una plena discusión de la cuestión. Habría que dejar
No estoy sugiriendo que lo que en Dalí toma el lugar de bien sentado, por ejemplo, que ciertos escultores, tales como
la Teología de Bosch, sea una sanción igualmente adecuada Donatello, Desiderio de Setignano, Agostino di Duccio y aun
a esta clase de pintura; aparte de un deseo de "desenmasca- Leonardo de Vinci, mirando atrás desde un punto de vis-
rar" lo que llaman la leyenda del genio o talento especial ta moderno, pueden parecer erguirse en la aurora del Rena-
del artista (porque aparentemente cualquiera con un incons- cimiento y significarlo; sin embargo, desde un punto de vis-
ciente accesible puede llegar a ser un artista superrealista), y ta verdaderamente histórico, pueden definirse de modo más
aparte del deseo de destruir por entero la ideología burguesa conveniente como frutos de la Edad Media, son más bien un
del arte, no puede decirse que el superrealista tenga ninguna refinamiento del gótico que los primitivos de una nueva era.
teología ni creencias de ninguna clase. De nuevo, en los períodos barroco y rococó, hay elementos
Sugiero simplemente que la probada permanencia del arte que aunque fuerzan los principios de la escultura hasta el
de Bosch debe prevenirnos contra una reprobación demasia- límite, se justifican a sí mismos con sus triunfantes amane-
do ligera de Dalí y de los superrealistas en general. Y dejo ramientos. Pero sean cuales fueren los méritos que reconoz-
por completo fuera del asunto el problema de los valores "li- camos en el Renacimiento a la escultura barroca y rococó
terarios"; pues los superrealistas, como Bosch, son desvergon- del continente, no tienen atingencia con mi actual argumento,
zadamente literarios y están del todo dispuestos a prescindir pues Inglaterra nunca contribuyó con nada notable a esas
de los valores formales y abstractos que la mayoría de los escuelas. Podemos decir sin exageración que el arte de la
artistas modernos consideran como los valores fundamentales escultura ha estado muerto en Inglaterra durante cuatro siglos;
del arte. y también, sin exageración, creo que podemos decir que ha
renacido con la obra de Henry Moore.
82. — HENRY MOORE Mr. Moore sería la última persona en reclamar originali-
dad completa para su obra. Todavía es un joven —nació
Finalmente quisiera mencionar a un escultor inglés. Desde en Castleford en Yorkshire en 1898 —y su obra se ha beneficia-
el siglo quince la escultura ha sido un arte perdido en Inglate- do de los experimentos de hombres mayores, en especial de
rra. Tal vez lo haya sido también en toda Europa; así pues se- Jacob Epstein, Eric Gilí, y algunos extranjeros como Bran-
ría posible argumentar que todo el concepto de escultura del cusi y Zadkine. Pero Henry Moore, en virtud de su seguridad
Renacimiento era falso. Cada rama del arte tiene sus principios y consistencia, está a la cabeza del movimiento moderno en

138 139
H E R B E R T R E \ A D E L S I G N I F I C A D O D E L ART E

Inglaterra. Cualquiera que sea la reacción del honíbre de la (y éste es el acto que llama a su sensibilidad peculiar o vista
calle ante la originalidad de estas obras de arte, estará obli- interior) cómo sería una mujer reclinada si su carne y su
gado a reconocer en ellas la expresión de un propósito serio sangre fueran vertidas en esa piedra ante él —la piedra que
de gran poder, de una voluntad personal de dominar la ma- tiene sus propias normas de forma y estructura—. El cuerpo de
teria y la forma que rehusa ser frustrada por cualquier con- la mujer podría entonces, como lo toma en alguna de las
vención. No es fácil, sin embargo, aceptar los extraños acentos figuras de Moore, tomar la apariencia de una cadena de
de semejante individualidad; aun poseyendo lo que, sin in- montañas. En consecuencia, la escultura no es un duplicado
tención alguna de aparecer como superior o presuntuoso, pue- de formas y rasgos; es más bien la versión del significado de
de llamarse "un punto de vista moderno", uno debe irse pene- una materia en otra materia. Ésa, me parece, es una expo-
trando lentamente de ese mundo de las formas extrañas; no sición bastante sencilla y de no difícil aceptación; además es
son obvias y ¿por qué lo serían? ¿Ha sido alguna obra de la única clave necesaria para comprender una escultura como
arte obvia para el transeúnte en el momento de su aparición? la de Henry Moore, y es por consiguiente incomprensible
Para apreciar —empezar a apreciar— la obra de Henry Moore, por qué experimenta tanta dificultad el hombre común en
es necesario retroceder a los principios primeros de la presencia de una obra semejante.
escultura. ¿Qué es lo que distingue a la escultura como arte? Esta norma elemental lleva otra involucrada; es mucho
Evidentemente, el material y la técnica; escultura es el arte más sutil, pero esencial para la pieza perfecta de escultura,
de esculpir o tallar una materia de relativa dureza. Eso es lo y el gran éxito de Moore, que lo distingue de muchos de sus
implicado en la palabra misma, y no se necesita extender más contemporáneos, radica precisamente en su adhesión a esta
esta definición. Al llegar a la actual separación paulatina de este norma. Si se vierte la forma de una materia en forma de
proceso, nos vemos encarados con la pre- gunta fundamental: otra materia, hay que crear esa forma de adentro para afue-
¿Qué es lo que tallará el escultor? Du- rante los últimos 400 ra. Muchas esculturas —aun, por ejemplo, la antigua escul-
años, los artistas han dicho: conver- tiremos un trozo de mármol tura egipcia— crean masas por una síntesis de aspectos de
en la imagen verdadera de Al- derman Jones, o de Miss dos dimensiones. No se puede ver alrededor de toda una ma-
Simpkins posando como Venus, o de un león moribundo o sa cúbica; el escultor, por eso, recorre su masa de piedra y
de un pato volando; y el hombre se ha maravillado ante la se esfuerza en hacerla agradable desde todos los puntos de vista.
ingenuidad con que el artista ha llevado a cabo la difícil tarea. La Así puede hacer un buen camino hacia el éxito, pero nunca
tarea de un escultor como Henry Moore nada tiene en común lo conseguirá tan amplio como el escultor cuyo acto creador
con esto. No se toma ningún cuidado por la apariencia del tema es, como era, un procedimiento de cuatro dimensiones bro-
(si es que hay alguno) que inspira la obra de arte. Su primera tando de una concepción que se adhiere a la propia masa.
preocupación es la de su material. Si esa materia es piedra,
La forma es entonces una intuición de superficie hecha por
tendrá en cuenta la estructura de la piedra, su grado de dureza,
el escultor imaginativamente situado en el centro de gravedad
la ma- nera en que reacciona a su cincel. Tendrá en cuenta
del bloque que está ante él. Bajo el gobierno de esa intuición,
cómo esa piedra reaccionó ante los elementos naturales como el
viento y el agua, porque éstos en el curso del tiempo han la piedra es lentamente disciplinada desde lo arbitrario a un
revelado las cualidades inherentes de la piedra. Finalmen- estado ideal de existencia. Y ésa, después de todo, debe ser
te, se preguntará qué forma podrá realizar mejor en ese la tarea primaria de toda actividad artística 1 .
especial bloque de piedra que tiene ante él; y si esta for- 1
Ya he especulado más extensamente con la obra de este escul-
ma es, digamos, la figura reclinada de una mujer, imaginará tor en Henry Moore: one oppreciation (Zwemmer, 1943). Se encon-
trarán ilustraciones de las obras de todos los artistas mencionados en
los capítulos 77-82, en mi libro Art Now (Faber, 1933).

140 141
E L S I G N I F I C A D O D E L ARTE

/ dice que la poesía "tiene su origen en la emoción recordada


con t r anquil idad ... se contempla la emoción hasta que por
una suerte de reacción desaparece la tranquilidad gradual-
mente, y una emoción emparentada con la que fué antes
sujeto de contemplación, se produce gradualmente y existe
II I realmente en el espíritu". En otros aspectos, la teoría del
arte de Tolstoi se parece asombrosamente a la teoría sobre
83. — EL PUNTO DE VISTA DEL ARTISTA la poesía de Wordsworth, por ejemplo, en la común insis-
tencia en la perfecta comunicabilidad e inteligibilidad. La
He tomado generalmente en estas notas el punto de vista frase de Wordsworth "un hombre hablando a los hombres",
del espectador. Me gustaría ahora considerar brevemente el es la descripción perfecta del artista ideal de Tolstoi, y la
proceso del arte, desde el punto de vista del hombre que hace apología de Wordsworth de una dicción poética basada en
la obra de arte. ¿Qué está haciendo? ¿Por qué la hace? "el lenguaje común de los hombres" encuentra eco repetidas
¿Para quién la hace? Contestadas estas preguntas, podremos veces en el ensayo de Tolstoi.
tal vez decir cuál es la función del artista en la comunidad,
qué significa el arte para todos nosotros, y qué lugar se
le da en nuestra organización social. 86. — OTR O PU N TO DE VISTA: M A T IS S E

Podemos comparar esta descripción teórica del proceso crea-


84. — EL PUNTO DE VISTA DE TO LST O I dor con una descripción precisa de un artista en ejercicio.
No quiero reclamar ningún privilegio especial por tales pa-
En su famosa definición del proceso del arte, Tolstoi se labras, porque un artista puede, y lo hace con frecuencia,
expresa con estas palabras: decir más tonterías que la crítica. No está comúnmente lo
"Evocar en sí mismo el sentimiento que uno ha experimenta- bastante desligado para hablar de su propio proceso psico-
do, y habiéndolo evocado, por medio de movimiento, líneas, co- lógico. Pero el artista moderno ha cultivado sus facultades
lores, sonidos o formas, expresarlo en palabras para trans- de autoobservación, se ha visto compelido a hacerlo en de-
mitir ese sentimiento y que otros experimenten el mismo sen- fensa propia.
timiento —tal es la actividad del arte." Ya se han citado algunos de los comentarios de Cézanne.
"El arte es una actividad humana que consiste en esto, No menos valiosas son las varias exposiciones publicadas por
que un hombre, conscientemente, por medio de ciertos signos Henri Matisse. Hace tiempo, en 1908, colaboró con "Notes
externos, haga la entrega a los demás de los sentimientos en d'un Peintre" en una revista francesa, de las que citaré dos
que su vida se ha movido, y que los demás se impregnen o tres pasajes:
de ese sentir y también lo vivan." "La expresión para mí no debe buscarse en la pasión que
resplandece en un rostro o que se hace evidente en algún
gesto violento. Está en la disposición completa de mi cua-
85. — TO LS TO I Y W O R D SW O R T H dro —en el lugar ocupado por los personajes, en el espacio
vacío que los rodea, en las proporciones, cada cosa repre-
Esta teoría, hasta en la manera en que está expresada, se senta su papel. La composición es el arte de arreglar de un mo-
acerca mucho a la teoría de Wordsworth sobre la poesía, que do decorativo los varios elementos que usa el pintor para expre-

142 143
H E R B E R T R E A D E L S I G N I F I C A D O D E L ARTE

sar sus sentimientos. En un cuadro, cada parte distinta será vi- marla por sorpresa. No es necesario que el espectador ana-
sible y tomará esa posición, principal o secundaria, según le lice —habría que detener su atención y no relajarla— y ahí
convenga. Todo lo que no sea útil en el cuadro es, por esa ra- hay un riesgo de establecer un análisis por una transposición
zón, perjudicial. Una obra de arte implica una armonía de todo llevada demasiado lejos. Para nosotros el problema consiste
el conjunto (une harmonie d'ensemble): todo detalle super- en conservar la intensidad de la tela, mientras nos vamos
fluo ocupará, en la mente del espectador, el lugar de algún oti- acercando a la verosimilitud. Idealmente, el espectador se
o detalle que es esencial". permite, sin saberlo, estar ocupado por el mecanismo del cua-
Luego Matisse describe su actual procedimiento en pin- dro. Uno debe prevenirse contra un movimiento de sorpresa
tura: de su parte, aun de aquel que escapa a su observación: se
"Si en una tela virgen pongo a intervalos manchas de azul, debe ocultar el artificio todo lo posible."
verde y rojo, a cada pincelada que agrego, cada uno de los
colores previamente puestos, pierde importancia. Suponga-
mos que tengo que pintar un interior: veo ante mí un arma- 87. — COMUNICACIÓN: SENTIMIENTO Y COMPRENSIÓN
rio; eso me da muy vividamente la sensación de rojo, y en-
tonces pongo un rojo que me satisfaga. Queda establecida Se habrá visto que hay una gran correlación entre Tolstoi
una relación entre este rojo y el blanco de la tela. Cuando y Matisse: la diferencia puede limitarse a una palabra: co-
pongo además un verde, cuando represento una flor con un municación. Tolstoi reclama que el artista no sólo consiga
amarillo, entre ese verde y ese amarillo y la tela, se estable- expresar sus sentimientos, sino también que los transmita.
cerán relaciones ulteriores. Pero estos distintos tonos se dismi- Ése, creo, es el error que lo ha precipitado a tantas dificul-
nuyen mutuamente unos a otros. Es necesario que las di- tades. Porque si se pone el artista y sus sentimientos por
versas notas que uso se equilibren de modo que no se des- una parte, ¿a quién, por la otra, debe él transmitir ese senti-
truyan unas a otras. Para asegurarme de eso, tengo que or- miento? Tolstoi, naturalmente, decide que a todos los hom-
denar mis ideas: la relación entre los tonos se establecerá de bres. Y si es a todos los hombres, entonces el arte debe ser
tal manera que los eleve en vez de aplastarlos. Una nueva tan inteligible que el campesino más sencillo pueda apre-
combinación de colores sucederá a la primera y dará la to- ciarlo. Adiós, pues, a Eurípides, Dante, Tasso, Milton, Sha-
talidad de mi concepción. Estoy obligado a transponer, así es kespeare, Bach, Beethoven, Goethe, Ibsen, adiós, de hecho,
que parecerá que mi cuadro ha cambiado totalmente si des- a casi todo, excepto las historias de la Biblia, leyendas y can-
pués de modificaciones sucesivas, el verde reemplaza al rojo ciones folklóricas, Únele Tom's cabin y A Christmas Carol.
como tono dominante." Una teoría es una complicada maquinaria; sólo falta que
una pieza o parte de ella se desplace para descalabrarla o
Eso explica muy claramente cómo la armonía de un cierto deshacerla. La enmienda que quiero hacer a la definición
color se construye sobre la tela. No debe, sin embargo, llevar- de Tolstoi, para que concuerde con lo que Matisse establece,
nos más allá de los esquemas de dos dimensiones de los gra- y lo que es más importante, para que concuerde con los he-
bados japoneses en colores. Pero una ulterior explicación de chos, es sencilla. Yo diría que la función del arte no es trans-
Matisse, del mismo artículo, nos ayudará considerablemente. "La mitir sentimiento para que los demás puedan experimentar
cuestión es dirigir la atención del espectador de tal manera que se el mismo sentimiento. Ésta es sólo la función de las formas
concentre en el cuadro, pero que piense en cual- quier cosa que más vulgares de arte, música programada, melodrama, no-
no sea el tema especial que hemos deseado pintar; detenerla sin vela sentimental y cosas por el estilo. La verdadera función
molestarla, llevarla a experimentar la cualidad de la sensación del arte es expresar sentimiento y transmitir comprensión. Eso
expresada. Hay un peligro en to-

144 145
E L S I G N I F I C A D O DEL A R TE
H E R B E R T R E A D
lo he señalado, en los dos o tres últimos siglos ese lazo se ha
es lo que tan acabadamente realizaron los griegos y eso es lo ido aflojando y no parece haber ninguna perspectiva inme-
que, yo creo, significó Aristóteles cuando dijo que el propó- diata de que se establezca un nuevo contacto.
sito del drama era purgar nuestras emociones. Llegamos a
la obra de arte ya cargados de complejos emocionales; bus-
camos en la genuina obra de arte, no un excitante para nues- 89. — LA VOLUNTAD CREADORA
tras emociones, sino paz, reposo, ecuanimidad. Nada es más
absurdo que el espectáculo de un joven snob fogoso tratando Nadie negará la interreláción profunda del artista con la
de cultivar una emoción ante una gran obra de arte, en la comunidad. El artista depende de la comunidad —toma su
cual toda la emoción del artista ha sido trasuntada en una tono, su tiempo, su intensidad, de la sociedad de la cual es
perfecta libertad intelectual. Es cierto que la obra de arte miembro. Pero el carácter individual de la obra del artista
despierta en nosotros ciertas reacciones físicas; somos cons- depende de algo más: depende de una resuelta voluntad de
cientes del ritmo, de la armonía, de la unidad, y estas pro- hacer que es el reflejo de la personalidad del artista, y no hay
piedades físicas obran sobre nuestros nervios. Pero más que arte significativo sin esta acción de voluntad creadora. Esto
agitarlos los calman, y si debemos, psicológicamente hablan- parece que nos envuelve en una contradicción. Si el arte no
do, llamar al estado de ánimo resultante, emoción, es una es enteramente el producto de las circunstancias que nos ro-
emoción de especie totalmente diferente de la emoción sen- dean, y es la expresión de una voluntad personal ¿cómo po-
tida y expresada por el artista en el acto de crear la obra de demos explicar la similitud sorprendente de obras de arte
arte. Queda mejor descrita como un estado de asombro o pertenecientes a diversos períodos de la historia?
admiración, o más fríamente pero con más exactitud, como
un estado de reconocimiento. Nuestro homenaje al artista es
el homenaje al hombre que con sus dones especiales nos ha 90. . — LOS VALORES EXTREMOS
resuelto nuestros problemas emocionales.
La paradoja sólo puede explicarse metafísicamente. Los
valores de arte extremos exceden lo individual y su época y
88. — EL ARTE Y LA SOCIEDAD
circunstancias. Expresan una ideal proporción o armonía que
el artista capta sólo en virtud de sus dotes intuitivas. Para
Si esto fuera claramente reconocido, no se discutiría la je- expresar su intuición usará el artista la materia que las cir-
rarquía que al arte le corresponde en la sociedad. También cunstancias y el tiempo ponen en sus manos: en una época
en esto los griegos eran más sabios que nosotros, y su creencia, arañará los muros de su cueva, en otra construirá o decorará
que siempre nos parece tan parodójica, de que la belleza es un templo o una catedral, en otra pintará sobre tela para
bondad moral, es realmente una sencilla verdad. El único pe- un círculo limitado de connoisseurs. El verdadero artista es
cado es la fealdad, y si creemos esto con todo nuestro ser, todas indiferente al material o a las condiciones que se le imponen.
las otras actividades del espíritu humano pueden dejarse a su Acepta cualquier condición, siempre que exprese su volun-
propio cuidado. Por eso yo creo que el arte es mucho más sig- tad de hacer. Luego, en las amplias mutaciones de la historia
nificativo que la economía o la filosofía. Es la medida directa sus esfuerzos son agrandados o disminuidos, aprobados o dese-
de la visión espiritual del hombre. Cuando esta visión se gene- chados, por fuerzas que no podemos predecir, y que tienen
raliza, se transforma en religión, y la vitalidad del arte a través muy poco que hacer con los valores de los cuales son el ex-
de la más grande parte de la historia está íntimamente ligada ponente. Es su credo que esos valores están, no obstante,
con alguna forma de religión. 'Pero gradualmente, como ya entre los atributos eternos de la humanidad.

146 147

Вам также может понравиться