Вы находитесь на странице: 1из 4

TIERRA ADENTRO: LOS MITOS E INCONGRUENCIAS

DEL ESTADO NACIÓN


Por: Diego Contreras Astero 2º RR. II. UCM Geografía Política

El documental Tierra Adentro explora las incongruencias del Estado-nación


argentino, a través de una reinterpretación del episodio nacional de la Campaña del
Desierto, que supuso una masacre estatal contra el pueblo mapuche, el cual en la
actualidad reivindica su nación y su tierra. Podemos dividir el largometraje en cuatro
escenarios. Por un lado, los historiadores Mariano Nagy y Walter del Río aportan un
análisis teórico e historiográfico sobre la construcción de la nación en argentina, que se
esconde bajo un relato cimentado en la conquista y genocidio de todo un pueblo. Por otro
lado, a través del documental se vive de primera mano el conflicto identitario de un joven
mapuche que redescubre su cultura. En tercer lugar, tenemos al periodista también
mapuche Pedro Seguel en busca de relatos, testimonios que den viva cuenta de los
crímenes del pasado y permitan repensar la historia. Por último, quizá el enfoque más
poético podemos encontrarlo en el viaje en coche que emprenden los músicos Anahí
Mariluán y Marcos O´Farrell hacia el Wallmapu (nación mapuche). Uno en un peregrinaje
en busca de redimir los crímenes de un antepasado militar criollo y la otra en un viaje
hacia sus orígenes, hacia su identidad robada. Dos personajes que en su vida personal
también reflejan dos tradiciones culturales distintas. Una como continuadora de la
tradición mapuche y el otro como exponente del folklore argentino y latinoamericano.

La Campaña del Desierto fue una ofensiva militar entre los años 1878 y 1885
hacia los territorios que aún estaban ocupados por el pueblo originario mapuche, al sur de
Argentina. Mariano Nagy, en línea con teóricos como Gottmann (Gottmann, 1973),
interpreta este acontecimiento como un acto genocida con el fin de consolidar la soberanía
e incorporar la economía argentina al mercado mundial (Tierra Adentro, 2011, 00:08:55).
El Estado territorial resolvía por lo tanto el problema de la seguridad. Se requería de bases
territoriales firmes. Además, una expansión territorial facilitaba la movilización de los
recursos. En contraposición con esa estructura estatal territorializante, el pueblo mapuche
no era un sistema territorial. En él destacaban los lazos personales en distintas
comunidades bajo la autoridad de caciques como Calfucurá. No había por lo tanto una
soberanía, es decir, una autoridad absoluta final. Esto se refeja en la delimitación del
Estado argentino hasta mediados del siglo XVIII. Una región fronteriza (frontier)
separaba lo que era entendido como mundo civilizado del territorio indígena malón. No
había un Estado al otro lado con el que disputarse la soberanía de las tierras. Esto cambia
cuando se comienza a ganar territorio a la soberanía estatal a partir del virrey Vértiz, que
trazará un límite fronterizo (boundary) a lo largo del Río Salado. Una frontera que
avanzará hacia el sur tras la Guerra de Independencia Argentina, y que se consolidará con
la Campaña del Desierto liderada por el General Julio Argentino Roca. Como resultado,
queda constatado un proceso a través del cual un área central (Burghardt, 1969), que
giraba entorno al área urbana de Buenos Aires, fue incorporando territorio a la economía
global. Es un proceso mercantilista que transfiere al Estado territorial las políticas
comerciales de las ciudades. Bajo el paraguas teórico marxista, esta conquista es vista
como una política de Estado dirigida por unas élites. Unas élites para las cuales el
exterminio el pueblo mapuche habitante de las tierras conquistadas y su anexión al
territorio nacional fue un instrumento de poder (Miliband, 1969). Las tierras se
conquistarían gracias a un empréstito público que impulsó las anexiones después de que
ya lo hicieran compañías como la poderosa Confederación de Salinas Blancas.

Walter del Río llama la atención sobre el relato historiográfico construido


alrededor del acontecimiento de la Campaña del Desierto (Tierra Adentro, 2011,
00:02:58), forma parte del imaginario nacional. La nación tenía poco material histórico y
éste tuvo que construirse a partir de conjeturas (Smith, 1982). Esto podríamos decir que
es característico del particular nacionalismo argentino, que podría ser incluido en lo que
Orridge denomina nacionalismo de liberación, encabezado por las élites criollas (Orridge,
1981). Los argentinos perciben la historia nacional como un antes y después del
salvajismo. En la película encontramos el testimonio de una mujer descendiente de
europeos que afirma: “la civilización tenía que llegar” (Tierra Adentro, 2011, 00:37:42).
La mujer cae en la clásica trampa de convertir el espacio en tiempo y el tiempo en espacio,
hablando de sociedades atrasadas y adelantadas. Además, se da un tratamiento del Estado
como ente orgánico, una idea muy ratzeliana. Otro terrateniente, insistiendo en una
demonización del pueblo mapuche libre, sentencia que: “los buenos no eran tan buenos y
los malos no tan malos” (Tierra Adentro, 2011, 00:31:38). Por último, encontramos una
conversación entre Marcos O´Farrel y un anciano en la que este último aclara que: “los
militares hicieron la nación” (Tierra Adentro, 2011,00:55:53). El anciano afirma que
gracias a ellos los argentinos han alcanzado un alto nivel de bienestar. Estos testimonios
siguen una linea funcional. El Estado es útil para el bienestar común.

Al Estado-nación argentino hay que entenderlo como un constructo social fruto


de un proceso de territorialización estatal que pretendía controlar las acciones mediante
el control sobre el territorio (Cairo, 2001). Un fenómeno de territorialización que se
construyó con el fin de fortalecer el control sobre el acceso al territorio, ratificar el poder
a través de su vinculación directa con el territorio, desplazar la atención de la relación
social de dominación y actuar como contenedor espacial de hechos y actitudes (Sack,
1983). El territorio pasaría a relacionarse con el Estado-nación argentino. Este Estado-
nación no era más que un ideal. La nación argentina, en tanto que ente histórico, no se
correspondía con el territorio que en la actualidad ocupa el Estado. La legitimación fue
difícil, pero se basó en una ideología que pretendía separar la experiencia de la realidad:
un nacionalismo, soporte ideológico de la nación, que pretendía borrar las huellas del
Estado y proceder a la producción cultural y de símbolos. Las experiencias individuales
serían trascendias por un ideal más alto y remoto (Smith, 1982). Llama la atención la
apropiación de tradiciones como el beber mate, una bebida a menudo asociada a los
argentinos y que en origen provenía de las tradiciones de los pueblos guaraníes.
El testimonio de un joven mapuche en el documental nos ofrece un ejemplo de los
instrumentos del Estado-nación para lograr una homogeneidad social. Las ideas se
imponen. Dice la teoría gramsciana que la causa última de este proceso homogeneizador
es la educación como aparato ideológico (Taylor, 1985, pp. 120-121). Esto se ejemplifica
cuando el joven en una conversación con su amigo comenta que en clase de historia no
se estudia nada sobre los mapuches (Tierra Adentro, 2011, 00:17:50). El pueblo mapuche
queda borrado de la historia y en clase se beneran símbolos tales como la bandera o el
himno, con elementos como la celebración de una Día Nacional. Otro ejemplo de ello nos
lo da un adulto mapuche que afirma que llegó a desfilar con la bandera argentina, que ya
no le representa más (Tierra Adentro, 2011, 00:42:25). El pueblo mapuche representa
ahora un nacionalismo de minorías que rompe su lealtad con el territorio y con la idea de
comunidad única. Representa una tensión nacional contra la estabilidad estatal que refleja
el poder del status quo imperante en la economía mundial (Wallerstein, 1979). Un status
quo que se relaciona directamente con un género y una raza. La historia del estudiante
mapuche que protagoniza el documental se cruza ahora con la llama Ruca (hogar o casa
en lengua mapudungun), un complejo cultural mapuche donde se reencuentra con una
cultura invisibilizada durante años tras el genocidio mapuche. Ahora se debate entre la
Argentina donde nació y se crió y sus antepasados. Entre un Estado que no solo se apropió
del territorio sino también de las personas (Tierra Adentro, 2011, 1:06:30), y una nación
que no se declara dueña sino padre de la tierra.

El papel de Alfredo Seguel en el documental es el de denunciar a través de


testimonios la barbarie cometida contra el pueblo mapuche durante la Campaña del
Desierto en Argentina. Un genocidio que se repetiría en Chile durante la llamada
Pacificación de la Aucanía. Tras la aparente estabilidad que produce la iconografía estatal,
existe bajo el Estado-nación argentino una realidad en movimiento de pueblos,
mayoritariamente el mapuche, que claman por recuperar su territorio y ganar espacio. Así,
Seguel va en busca de testimonios que desplomen la mitificación que hay detrás de la
construcción del Estado argentino, y destapen la realidad de coacción y el esfuerzo de
homogeneizar que responden a una política de construcción de nación, territorialización
y homogeneización. Se buscan relatos que permitan reconectar con el pasado y denunciar
la masacre estatal. Crímenes de lesa humanidad como los cometidos en la isla-presidio
de Martín García. El movimiento mapuche no solo pretende dar voz y reafirmar la
diversidad nacional en Argentina. También, empleando las mismas armas que les
sometieron, algunos claman por la legitimidad de la nación mapuche y la estatalización
de la comunidad-étnica. Un Estado soberano, con ascendencia e historia comunes que
pueda expresar la cultura con ciudadanos libres (Smith, 1982).

Finalmente, el viaje de los dos músicos ofrece una nota de reconciliación entre
aquellos descendientes de europeos y los herederos de los pueblos indígenas. Ambos
exploran la marginalidad a la que están sometidos los diferentes hogares mapuches
difuminados a lo largo del basto territorio de la Patagonia. O´Farrel, tataranieto de Rasedo,
uno de los líderes militares de la campaña del desierto, emprende el viaje para redimirse
y enmendar las atrocidades de sus antecesores.
El documental finaliza con una entrevista con el Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni, que
en el momento en que se grabó el documental desempeñaba su labor como ministro de la
Corte Suprema de Justicia de la Nación. Su interpretación es la de que las masacres
estatales durante el período que él denomina roquista, consolidado entre 1976 y 1978,
bien podrían considerarse crímenes de lesa humanidad, y por lo tanto serían
imprescriptibles penal y civilmente. Esto abriría la veda para una posible reparación de
los daños a las víctimas, que se traduciría en la redistribución de tierras.

El documental, a modo de conclusión, condena un drama global: el de los


excluidos en los proyectos de construcción de los Estados-nación centralizados. Un
proceso que ignora realidades nacionales complejas y que en su afán de homogeneizar
lleva a cabo matanzas y represión. Represión que ya no significa tanto el ejercicio de la
coacción sino que ahora se manifiesta de forma estructural. El Estado, en tanto que
constructo social, responde a un intento de proporcionar una forma de organización
territorialmente centralizada (Mann, 2006) que deja fuera a importantes segmentos de la
población, sobre la que teóricamente descansa su propia soberanía. Es por ello que afloran
los movimientos críticos por parte de los sectores marginales, es por ello que grita el
pueblo mapuche: “ni argentino ni chileno, mapuche”. Es la historia de una nación entre
Estados.

Bibliografía
Burghardt, A. F., 1969. The core concept in political geography: a definition of terms. Canadian
Geographer, Issue 63, pp. 349-353.

Cairo, H., 2001. Territorialidad y fronteras del Estado-nación. Las condiciones de la política en un
mundo fragmentado. Política y Sociedad, Issue 36.

Gottmann, J., 1951. Geography and International Relations. Wold Politics, Issue 3, pp. 153-173.

Gottmann, J., 1952. The political partitioning of our world: an attempt at analysis. World Politics, Issue
4, pp. 512-519.

Gottmann, J., 1973. The Significance of Territory. Virginia: University Press of Virginia:
Charlottesville.

Hartshorne, R., 1950. The functional approach in political geography. Annals, Association of American
Geographers, Issue 40, pp. 95-130.

Mann, M., 2006. El poder autónomo del Estado. Revista Académica de Relaciones Internacionales, Issue
5, pp. 1-44.

Miliband, R., 1969. The State in Capitalist Society. Londres: Quartet.

Orridge, A., 1981. Varieties of nationalism. Oxford: Robertson.

Sack, R. D., 1983. Human territoriality: a theory. Asociation of American Geographers, Issue 73, pp. 55-
74.

Smith, A. D., 1982. Ethnic identity and world order. Millenium: Journal of International Studies, Issue
12, pp. 149-161.

Taylor, P. J., 1985. World-Economy, Nation-State and Locality. New York: Longman Inc..

Tierra Adentro. 2011. [Película] Dirigido por Ulises de la Orden. Argentina: Instituto Nacional de Cine y
Artes Audiovisuales (INCAA) y Polo Sur Films.

Wallerstein, I., 1979. The Capitalist Wold-Economy. Cambridge: Cambridge University Press.

Вам также может понравиться