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ENTRADA EN EJERCICIOS
Como acabamos de decir, la sustancia del yo de 1527, se dice que Iñigo «mostraba
PF está tan vinculada al curso de los el servicio de Dios», se le pide «que le
Ejercicios que, por lo menos de manera mostrase el servicio de Dios», instruía so-
embrionaria, debía ya figurar en los pri- bre las dificultades que sobrevendrían «en
meros ejercicios sencillos propuestos por entrando en el servicio de Dios», iba ins-
Ignacio en Alcalá. En efecto, las instruc- truyendo sobre cómo «iban entrando en el
ciones que proponía sobre el Examen, so- servicio de Dios»1.
bre el recto uso de los sentidos y las po- Además, esta vinculación esencial del
tencias, sobre la diferencia entre el pecado PF al proceso de los Ejercicios aparece
venial y mortal, etc., figuraban como una con mayor claridad si se tiene en cuenta
manera de iniciarse en “el servicio de que el PF está presente a lo largo de toda
Dios”. En el proceso de Alcalá de 2 de ma- la experiencia: Oración preparatoria [46],
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en los momentos más decisivos, como el nerlo y realizarlo se ofrecen en los direc-
preámbulo de la elección [169] e incluso torios ignacianos o de inspiración igna-
en la aplicación de los Ejercicios a quie- ciana directa suplen en parte esta desnudez
nes no los hacen en completo retiro [19]. del texto.
Por razón de esta importancia los distin- Sin embargo, el mismo título parece
tos directorios ignacianos suponen que el indicar ya su finalidad: es un “principio”
PF se propone siempre. del cual derivan una serie de verdades
esenciales para la concepción de la vida
[23] PRINCIPIO Y FUNDAMENTO humana. Es “fundamento” sobre el cual se
El hombre es criado para alabar, ha- construye el edificio de la vida. Consigui-
cer reverencia y servir a Dios nuestro entemente puede afirmarse que el PF no
Señor y, mediante esto, salvar su es comienzo, sino inicio. Sería comienzo
ánima; y las otras cosas sobre la haz si consistiese en alguna afirmación o ejer-
de la tierra son criadas para el hom- cicio para empezar los Ejercicios, pero cu-
bre, y para que le ayuden en la pro- ya función desapareciese una vez pasados
secución del fin para que es criado. los momentos iniciales. En cambio el ini-
De donde se sigue, que el hombre cio no sólo tiene su función al principio,
tanto ha de usar dellas, cuanto le ayu- sino que sigue desarrollándola e influyen-
dan para su fin, y tanto debe quitarse do a lo largo de todos los Ejercicios. En el
dellas, cuanto para ello le impiden. texto se percibe un proceso creciente ha-
Por lo cual es menester hacernos in- cia la praxis que revela ya su carácter no
diferentes a todas las cosas criadas, teórico, sino existencial. Se pasa de un
en todo lo que es concedido a la li- planteamiento del sentido y orientación de
bertad de nuestro libre albedrío, y no la vida («el hombre es creado para…») a
le está prohibido; en tal manera, que una proposición de actitudes («es menes-
no queramos de nuestra parte más
ter hacernos indiferentes»).
salud que enfermedad, riqueza que
pobreza, honor que deshonor, vida La importancia capital del PF no debe
larga que corta, y por consiguiente en ser oscurecida por la impresión que pue-
todo lo demás; solamente deseando de causar una primera aproximación al
y eligiendo lo que más nos conduce texto. El carácter conciso y de una frial-
para el fin que somos criados. dad notable, algunas expresiones («salvar
el ánima», «hacerse indiferentes»...), la
formulación teológica de la época pueden
1.1. Un texto desnudo sorprender, pero el esquematismo y so-
Entre las primeras orientaciones sobre los briedad del texto es lo que permite releer-
Ejercicios Espirituales [1-22] y las pautas lo y actualizarlo siempre sin traicionarlo.
para los distintos exámenes [24-44], antes Y, con todo, en los distintos directorios
de entrar de lleno en las meditaciones de sobre el PF aparece una insistencia, por un
Primera Semana, aparece desnudo el PF, lado, en el carácter más bien árido de es-
sin orientaciones sobre su finalidad y la te ejercicio y que, por otro lado, es indis-
manera de ejercitarlo. Las abundantes pensable realizarlo de modo conveniente
indicaciones que sobre el modo de propo- para el recto enfoque de la práctica de los
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Ejercicios Espirituales. Conciliar la aridez Las tres partes del PF señalan, pues,
con la entrada a fondo en la experiencia un itinerario personalizador que lleva de
del PF puede resultar hoy día un callejón la pasividad a la actividad. No podemos
sin salida. Por esto, resultaron muy opor- prescindir de la letra del texto, pero tam-
tunas las reflexiones de Karl Rahner2 so- poco podemos ceñirnos exclusivamente a
bre la importancia de la dimensión afecti- ella, a palabras o frases aisladas del con-
va, ya que advierten del riesgo que se corre junto de los Ejercicios y del pensamiento
de presentar el PF de modo excesivamen- ignaciano, si queremos interpretarlo co-
te seco, lo cual desnaturalizaría la esencia rrectamente. Con razón Iparraguirre afir-
del ejercicio o incluso lo haría impracti- maba que hemos de guiarnos por el con-
cable a algunas personas. Conviene, pues, junto del pensamiento de Ignacio.3
analizar el mismo contenido del PF.
Las tres partes del PF indican clara-
1.2. Desentrañando el texto
mente el proceso mediante el cual se des-
arrolla la experiencia espiritual que pro- 1.2.1. La persona humana como sujeto
pone. En él se puede distinguir: El texto es obvio en su estructura, pero pi-
1) Un principio general («El hombre de que se aclare o subraye alguno de sus
es creado...»). El sentido de la vida huma- términos. El hombre es la primera palabra
na y de todas las cosas criadas ordenadas del primer ejercicio, con lo que se subra-
hacia el hombre para el cumplimiento de ya el rol primordial de la persona humana
su propio fin. No dice que «ha sido crea- como agente y como objeto de la expe-
do», sino que «es creado», es decir, que el riencia de los ejercicios. Los Ejercicios se
acto creador de Dios se da en el presente orientan a la transformación de la perso-
y en la medida que el ser humano vive na para hacerse plenamente disponible a
conscientemente este presente se adentra la acción de Dios en su vida. Es, por tan-
en el acto creador que le recrea a cada ins- to, la persona humana lo primero que en-
tante desde la profundidad de sí mismo. tra en juego, es el sujeto de los ejercicios.
«El que los hace», repite Ignacio.
2) Una conclusión teórica («De donde Cada uno de nosotros ha sido y es ob-
se sigue...»). Por tanto, cada persona ha de jeto de la mirada amorosa de Dios, desde
orientar su existencia en medio del mun- siempre. Porque nos creó para comuni-
do sirviéndose de las cosas o dejándolas, carnos su bondad y su amor. «Tú me has
en la medida que ayuden a o no a la reali- tejido en las entrañas de mi madre»
zación del fin de su vida. (Salmo 139,13), porque «es él quien pri-
3) Una conclusión dinámica («Por lo mero nos amó» (1Jn 4,19). La expresión
cual es menester...»). Es evidente, pues, «es criado» no sólo indica la obra ya rea-
que tomar decisiones orientadas hacia lizada por Dios, sino el carácter perma-
el fin de la vida, en medio de distintas nente de su amor creador. Porque Dios
oportunidades que se ofrecen exige liber- crea sin cesar y toda la historia es una cre-
tad personal para no atarse a condiciona- ación nunca acabada. De la reviviscencia
mientos afectivos que puedan transformar de esta experiencia arrancan los ejerci-
los medios en fines… cios: «que somos actualmente creados por
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Dios nuestro Señor con todo detalle y que no puede ser un amor aislado de la huma-
escuchamos las llamadas de Dios a la vi- nidad y de los hermanos y hermanas. «Si
da cuando escuchamos nuestros deseos Dios nos ha amado tanto, amémonos...»
más profundos, que brotan del amor cre- (1Jn 4,11). Este motivo bíblico tiene tam-
ador y apasionado que Dios nos tiene»4. bién una impostación ignaciana: dado que
En esta misma relación de Dios con nos- en la mistagogía de los Ejercicios se halla
otros arraiga el carácter relacional de la la misma experiencia de Ignacio, no po-
existencia humana. Cada uno de nosotros demos olvidar que el Dios, centro absolu-
existe para, ya que nacemos de una rela- to de su vida, es un Dios en cuya comu-
ción dirigidos hacia aquél que «nos amó nión, vivida de modo nuclear junto al
primero». Cardoner, descubrió la importancia fun-
damental de «ayudar a las almas». Es de-
1.2.2. La centralidad de Dios cir, el Dios ignaciano es un Dios en el cual
y el amor al prójimo la persona creyente halla el mundo y la hu-
manidad.
Alabar (expansión), hacer reverencia
(contención), servir (concreción). La rela- Por esto, desde antiguo, se ha relacio-
ción que establece el ejercitante tiene su nado esta perspectiva ignaciana con la clá-
centro en el mismo creador, en Dios mis- sica afirmación de san Ireneo: «la gloria
mo. De aquí que el PF ayude a enfocar co- de Dios es que el hombre viva». Y, a su
rrectamente esta relación con Dios ya des- vez, «la vida del hombre se halla en la glo-
de el mismo comienzo de los Ejercicios y ria de Dios». En esta dirección meditativa
así se evita o se corrige cualquier falsa al comienzo del PF, el ejercitante concilia
imagen de Dios. El «Dios siempre mayor» la adoración («la gloria de Dios») con la
agustiniano expresa el carácter absoluto, infinita confianza en un Dios que es «vi-
la supremacía total de Dios, respecto de da del hombre».
cualquier otra realidad ajena a él. Alabar De este modo, se desarrollan tres acti-
es el reconocimiento de esta supremacía, tudes fundamentales en la relación con
pero en el bien entendido de que la supre- Dios y con el hombre: la gratuidad que va-
macía de Dios es su Amor y por lo tanto lora al otro por sí mismo, la alteridad que
la alabanza que se le tributa es la del go- no instrumentaliza al otro y las obras que
zo por ser lo que es, es decir, aquél que hacen real el amor. Por lo demás, hay que
tanto ama al mundo que le ha entregado a destacar que en la literatura ignaciana la
su propio Hijo. Por lo mismo, el ejerci- alabanza y gloria de Dios no tiene un ca-
tante ha de reconocer su dependencia fi- rácter abstracto, sino concretamente apos-
lial, ha de hacer reverencia, pero con la tólico, lejos de todo ideal perfeccionista e
conciencia de que sólo se vive la filiación individualista.
si se vive la fraternidad. Y, como no bas- Así pues, puede afirmarse que la
ta con decir «Señor, Señor» si no se hace primera parte del PF es una forma sintéti-
su voluntad, la relación con Dios ha de tra- ca y pedagógica de presentar la primera
ducirse en el acto de “servir”. parte del Padre Nuestro. Efectivamente, el
Naturalmente, ya que se trata de una alabar corresponde al «santificado sea tu
respuesta al Dios revelado, el amor a Dios nombre», ya que en él se expresa la su-
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premacía de Dios; hacer reverencia con- esta plenitud de vida o felicidad, que es el
siste en la dependencia del ser humano anhelo supremo que habita el corazón hu-
que ha de poner el Reino de Dios en el mano, no es como un premio o recom-
centro absoluto de sus intenciones, ha de pensa exterior y posterior a una vida toda
«buscar el Reino» por encima de todo; pe- ella orientada hacia el «Dios con noso-
ro esta búsqueda se ha de traducir en las tros», sino que es algo interior a esta mis-
obras, en hacer la voluntad de Dios, es de- ma forma de vivir. La expresión «me-
cir en servir. De algún modo se responde diante esto» sugiere que en la triple actitud
así a la cuestión repetida con frecuencia mencionada se da la felicidad, incoativa-
de que el amor no aparece en el PF. Cier- mente ahora, y en plenitud cuando se ma-
tamente, no se encuentra con la misma pa- nifieste lo que ya somos (cfr. 1Jn 3,2). En
labra, como en el Padre Nuestro, pero sí consecuencia, es importante que esta di-
la sustancia misma del amor, tanto a Dios cha que Dios nos ofrece no quede escon-
como a los hermanos. Además, la centra- dida y oscurecida detrás de lo que Ignacio
lidad de Dios no sólo no disminuye el ca- propone, en primer lugar ciertamente, pe-
rácter absoluto del amor a los hermanos, ro no como algo separado de ella. Dios
sino que le da una mayor dimensión y ma- nos ha elegido para ser sus hijos e hijas
yor profundidad. y gozar de esta plenitud filial y fraterna
Todo esto es lo que Teilhard de Char- (cf. Ef 1,3-14).
din expresaba cuando imaginaba a Dios
como el centro de una esfera hacia el cual 1.2.4. «Las otras cosas» o la Integración
todos los puntos de la esfera confluyen y
del cual dimana la vida que se expande.5 La vida humana se desarrolla dentro de la
creación mediante una red de relaciones
muy diversas: sociedad, cultura, econo-
1.2.3. La felicidad plena como mía y política, familia, cosmos, etc. La
culminación del proyecto de Dios existencia cristiana, en el mundo, es una
El resultado de esta relación viva entre forma integradora de vivir “las otras co-
Dios que nos ama y nosotros que quere- sas”, pero con una cierta jerarquía u or-
mos responder a su amor es el «salvar el den: «las otras cosas sobre la haz de la tie-
ánima», es decir, la perfección integral de rra son creadas para el hombre y para que
la persona, la plenitud última y definitiva le ayuden en la prosecución del fin para el
de la propia existencia. Como dice I. que es criado». Si quitamos de la idea de
Iparraguirre, «los Ejercicios no se reducen ordenación hacia la persona humana la
a la ‘salvación’, sino que pretenden la sa- connotación negativa de autorización pa-
lud, la perfección integral»6. ra el dominio arbitrario devorador de “las
Por tanto, todo lo que precede (alabar, otras cosas”, se puede concebir la vida hu-
hacer reverencia, servir) llena de conteni- mana como la armonía de un concierto en
do el “salvar su ánima”, equivalente de la el que distintos instrumentos, con su gran
plenitud de vida humana o la felicidad to- diversidad y con la riqueza de una parti-
tal y no simplemente el evitar la desgra- tura, interpretan una sinfonía. En el cen-
cia infinita de la condenación, como po- tro se halla Dios y la persona humana –yo
dría sugerirlo el verbo salvar. Ahora bien, y las demás personas– en relación con el
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mundo y las distintas estructuras en que gan estos mensajes bíblicos7. En el PF no
se desarrolla la vida, integrados en una nos hallamos, pues, lejos de lo que hoy se
unidad dinámica. Junto al río Cardoner, considera como concepción cosmoteán-
Ignacio tuvo «una ilustración tan grande, drica de la vida humana: el hombre en ar-
que le parecían todas las cosas nuevas» monía con los demás hombres, con el cos-
(Aut 30). Por esto, al decir de Jerónimo mos y Dios. En términos del NT, se trata
Nadal, siempre veía el mundo ex integro, de buscar el Reino de Dios, es decir a Dios
es decir en un conjunto, no parcialmente, en relación con toda la creación y su jus-
sino en la composición de una unidad ar- ticia en el mundo actual.
mónica.
Siguiendo con la imagen del concier- 1.2.5. Libertad para elegir
to, podemos notar cómo en toda interpre-
En medio de una espesa trama de realida-
tación cabe la variada combinación de so-
des en las que ha de desarrollarse la vida
nidos con los imprescindibles silencios
humana, no es raro que ocurra alguna de
formando la belleza de la sinfonía. Lo
estas dos cosas: o bien que se pierda el
mismo acontece en la vida humana según
norte, y de aquí la importancia de lo ex-
Dios: la persona que quiere vivir la pleni-
puesto sobre el PF hasta el momento; o
tud de vida ha de saber tomar decisiones
bien que uno se halle atrapado por cosas
positivas respecto de las cosas («usar de-
que le hipnotizan o le apresan de tal mo-
llas») y, a veces, saber distanciarse y ne-
do que sus opciones no se dirijan en el
gar determinado uso de las cosas («qui-
sentido de la vida según el PF. Es, pues,
tarse dellas»), en la medida en que las preciso adoptar una actitud activa y com-
cosas o bien ayudan o, al contrario, cons- prometida para preservar la libertad pro-
tituyen un impedimento para la realiza- pia de modo que todo el ser del ejercitan-
ción de la vida humana. te y sus capacidades se orienten en el recto
Esta relativización de las cosas en fun- sentido: «es menester hacernos indiferen-
ción del fin de la vida humana no ha de tes». No se trata de un esfuerzo prometei-
llevar a una pura instrumentalización de co o pelagiano de conquista de la salva-
las mismas, ya que las cosas en si mismas ción, sino de liberar el corazón para
tienen un valor y forman parte de un uni- responder a la iniciativa amorosa de Dios
verso y una historia que es en verdad «me- que ha irrumpido en la vida personal, pe-
dio divino». A este respecto es importan- ro que sólo espera una respuesta verdade-
te la consideración de estos dos mensajes ramente libre. Y, en este caso, la libertad
bíblicos: un cielo nuevo y una tierra nue- no sólo se encuentra frente a cosas u op-
va como culminación de nuestro mundo, ciones sobre las que no cabe ninguna du-
según los anuncios de Isaías, Romanos 8, da de hacia dónde ha de inclinarse la de-
Apocalipsis 21, etc. y la concepción de to- cisión, es decir, hacia el bien o el mal, sino
da la creación integrada en el Resucitado, que también se halla ante opciones posi-
como aparece en las cartas a Efesios y bles que, siendo en sí neutras, pueden con-
Colosenses. El pensamiento de Teilhard vertirse en caminos perdedores o aberran-
de Chardin, de Raimon Panikkar y mu- tes para la consecución del verdadero fin
chas aportaciones de la ecología prolon- de la vida: adicciones a cosas tal vez bue-
8
nas o indiferentes, pero que pueden ser al- que el Señor se comunique inmediata-
guna forma de idolatría, de modo que a mente a la criatura, quitando las reservas
veces se puede dar una especie de ateis- e impedimentos para abrirse a un Dios que
mo larvado en personas buenas. lo es todo…
Aunque obviamente, si somos perso- En cualquier caso, el ejercitante, que
nas normales, tendremos más inclinación reconoce el carácter absoluto de su vida
afectiva hacia determinadas cosas, es pre- centrada en Dios, deseará y elegirá con to-
ciso que no hagamos diferencia alguna da su fuerza «lo que más nos conduce pa-
entre todas las posibilidades que se nos ra el fin que somos criados». Aquí se da
abren, mientras no veamos cuáles de ellas la primera aparición de la palabra que ca-
son el mejor camino para una relación con racterizará la espiritualidad de los Ejer-
Dios que es nuestra felicidad. Esto es lo cicios, «más», expresión de la desmesura
que expresa Ignacio con el «es menester del amor, ya que el amor siempre pide más
hacernos indiferentes»: una formulación y en materia de amor siempre estamos en
activa de la libertad interior ante lo que no deuda (cf. Rm 13,8). Este «más» revela el
está claramente unido a la realización ple- impulso de amor que se esconde en la in-
na de la vida. Ignacio se referirá a nues- diferencia (término que no usa Ignacio en
tros instintos de vitalidad (salud-enferme- los Ejercicios, donde usa un lenguaje más
dad), de posesión (riqueza-pobreza), de activo y dinámico), ya que «no hay indi-
valer o hacernos valer (honor-deshonor), ferencia verdadera más que en un corazón
de ser (vida larga-corta). Pero esta enu- presto a amar con un amor ardiente y uni-
meración no es exclusiva y por esto aña- versal, en vez de refugiarse en tal o cual
de «en todo lo demás», ya que en los cosa o de profesar respecto de todas las
muy numerosos y variados contextos de cosas una insensibilidad general»8.
la vida humana pueden darse espejismos Más adelante, la disposición expresa-
que nos lleven a inclinarnos hacia reali- da por el «más» irá tomando cuerpo en el
dades que no sean indudablemente vías ejercicio del Reino [97-98], en las con-
que conduzcan a «la vida verdadera» (co- templaciones de Segunda Semana [104] y
mo dirá el mismo Ignacio más adelante en los ejercicios previos a la elección
[139]). (Banderas, Binarios y Humildad).
16
2. EXÁMENES Y CONFESIÓN GENERAL [24-44]: LA ARENA Y LA ROCA
Después del PF, el libro de los Ejercicios pera del ejercitante respuestas también va-
presenta un bloque de orientaciones so- riadas y continuas.
bre exámenes, confesión general y comu- Por tanto, la importancia de los exá-
nión que ayudan a dar el paso a lo con- menes viene indicada por el carácter de la
creto de la vida, después haberse movido experiencia de Dios que se realiza, la cual
el ejercitante en el horizonte más general no consiste sólo en unas actividades prac-
de la visión del sentido de la vida huma- ticadas con la máxima exactitud y fideli-
na. El ejercitante ha de ir haciéndose ca- dad, sino en una apertura existencial del
da vez más capaz de descubrir dónde ejercitante a la acción de Dios. San Beni-
está la roca sobre la cual construir, dis- to, en la Regla (4:57; 7:62-66), habla de la
tinguiéndola de la arena que sólo sostie- necesidad cotidiana de confesar el peca-
ne aparentemente el edificio de la vida do, de llorarlo y de enmendarse; y el duo-
humana. décimo escalón de la humildad es creerse
en todo momento reo de los propios pe-
cados. Ya se ve, pues, que no se trata de
2.1. Examen un ejercicio morboso, sino de un proceso
El Examen es una práctica espiritual an- continuo de purificación y de transparen-
terior a san Ignacio y no exclusiva de la cia espiritual.
tradición cristiana. Encontramos diferen- Al analizar los exámenes propuestos
tes formas de examen, con acentos espiri- en los Ejercicios, conviene tener muy pre-
tuales o morales distintos, en los pitagóri- sente este sentido evangélico profundo
cos y en los estoicos, en Sócrates, Séneca, para no desorientarse con algunos de los
en el rabinismo y en el islam. Y tanto en elementos que se proponen para practi-
la tradición bíblica como en la historia de carlo y que son concreciones o recursos,
la Iglesia (monacato, san Agustín, san a veces muy accidentales.
Juan Crisóstomo, Hermanos de la Vida
Común, Tomás de Kempis, etc.). El «Ejer-
citatorio de la vida espiritual» de García 2.2. Examen particular [24-31]
de Cisneros, conocido por Ignacio, acon-
seja y enseña esta práctica. [24] EXAMEN PARTICULAR Y COTIDIA-
NO. CONTIENE EN SÍ TRES TIEM-
En su sustancia, el Examen responde POS Y DOS VECES EXAMINARSE.
a la exigencia evangélica de vivir despier-
tos (“velad”) y estar atentos a las llama- El primer tiempo es, que a la mañana
das y a la acción de Dios. No es raro, pues, luego en levantándose, debe el hom-
bre proponer de guardarse con dili-
que en los Ejercicios se le de una notable
gencia de aquel pecado particular o
importancia, ya que los Ejercicios son una defecto, que se quiere corregir y en-
íntima comunicación con Dios que se ma- mendar.
nifiesta de formas muy distintas y que es-
17
[25] El segundo, después de comer. Pedir [29] La tercera. Conferir el segundo día
a Dios nuestro Señor lo que hombre con el primero, es a saber, los dos
quiere, es a saber, gracia para acor- exámenes del día presente, con los
darse cuántas veces ha caído en otros dos exámenes del día pasado y
aquel pecado particular o defecto, y mirar si de un día para otro se ha
para se enmendar adelante, y conse- enmendado.
cuenter haga el primer examen de-
mandando cuenta a su ánima de [30] La cuarta adición. Conferir una sema-
aquella cosa propósita y particular de na con otra, y mirar si se ha enmen-
la cual se quiere corregir y enmendar, dado en la semana presente de la
discurriendo de hora en hora o de primera pasada.
tiempo en tiempo, comenzando des- [31] Nota. Es de notar, que la primera g =
de la hora que se levantó hasta la ho- grande que sigue significa el domin-
ra y punto del examen presente; y go; la segunda más pequeña, el lu-
haga en la primera línea de la g = tan-
nes; la tercera, el martes; y así con-
tos puntos cuantos ha incurrido en
secuenter.
aquel pecado particular o defecto; y
después proponga de nuevo de en- [Sigue el gráfico con los siete pares
mendarse hasta el segundo examen de líneas paralelas]
que hará.
[26] El tercero tiempo, después de cenar El Examen particular es el primero que se
se hará el segundo examen asimis- propone. El evangelio enseña repetida-
mo de hora en hora, comenzando mente que la Palabra sembrada en el co-
desde el primer examen hasta el se- razón puede resultar poco o nada fecunda
gundo presente, y haga en la segun-
debido a algún obstáculo personal. Es pre-
da línea de la misma letra g = tantos
puntos cuantas veces ha incurrido en
ciso, pues, prestar una atención particular
aquel particular pecado o defecto. a lo que en el corazón de cada uno puede
ser impedimento a la acción de Dios. Esta
[27] SIGUENSE CUATRO ADICIONES
atención particular, orientada hacia la pu-
PARA MAS PRESTO QUITAR
AQUEL PECADO O DEFECTO PAR-
reza del corazón más que a la lucha con-
TICULAR tra los pecados, es la esencia del examen
“particular”. En los Ejercicios, Ignacio
La primera adición es que cada vez propondrá que se aplique sobre todo a la
que el hombre cae en aquel pecado
o defecto particular, ponga la mano
fiel observancia de las orientaciones me-
en el pecho, doliéndose de haber caí- todológicas («adiciones») que se dan al
do; lo que se puede hacer delante de ritmo de las distintas etapas. Estas «adi-
muchos, sin que sientan lo que hace. ciones», como veremos en su lugar, son
[28] La segunda. Como la primera línea
precisamente indicaciones para que todo
de la g = significa el primer examen, el sujeto, la persona entera, esté atenta
y la segunda línea del segundo exa- a la acción de Dios a lo largo de todo el
men, mire a la noche si hay enmien- día.
da de la primera línea a la segunda, Por tanto, después del PF orientado
es a saber, del primer examen al se- hacia el sentido general de la vida huma-
gundo.
na, el examen particular da un giro hacia
18
el compromiso particular de vida del ejer- Este Examen “general” se refiere a todo
citante. Mediante esta práctica de aten- el campo de pecados o faltas posibles.
ción a los actos concretos a lo largo de Para iluminar este vasto campo, se pre-
todo el día, se realiza un aprendizaje im- senta una larga lista de pecados y, junta-
portante de objetividad, cuya carencia mente, algunos criterios para valorarlos.
amenaza a menudo a las personas vueltas Una lectura de este largo fragmento ha de
de modo intenso hacia lo interior. tener muy en cuenta que «el vocabulario
Respecto de las ayudas concretas que y la manera de expresarse, en buena me-
aparecen en el texto de los Ejercicios (exa- dida, van en dirección contraria de nues-
minarse dos veces al día, anotar en unas tra cultura y sensibilidades. Hay que rea-
líneas las veces que uno ha faltado, po- lizar una transposición»21.
nerse la mano en el pecho al caer en el de- Un presupuesto que precede a todo el
fecto que se combate), es patente que no cuerpo de tres partes que sigue sitúa ya
todas tienen la misma importancia, aun- con cierta finura una distinción importan-
que sí vienen a reforzar una convicción: te: cuál es el campo de lo estrictamente
para la mejora eficaz de actitudes y com- moral, es decir, lo que sale «de mi propia
portamientos son necesarias algunas es- libertad y querer» [32] y lo que es campo
tructuras (aun pequeñas) de apoyo. Con de la experiencia espiritual, la cual natu-
todo, el objetivo principal es vivir atentos ralmente puede derivar en consecuencias
a la realidad concreta de dichas actitudes morales, según sean las reacciones de la
y comportamientos y renovar regular- libertad personal a los pensamientos “que
mente la voluntad de eliminar obstáculos vienen de fuera”. Esta distinción de los
concretos a la acción de Dios. tres pensamientos, que ya era algo común
en la tradición espiritual desde Orígenes,
ha sido interpretada hoy día desde la psi-
2.3. «Examen general de cología profunda, cosa que, dejando de la-
conciencia» [32-43] do las posibles discrepancias o los mati-
2.3.1. En qué consiste el Examen general ces necesarios, indica, por lo menos, la
importancia humana y espiritual que tie-
ne prestar atención a esta complejidad de
[32] EXAMEN GENERAL DE CONS-
CIENCIA PARA LIMPIARSE Y PARA
la vida interior del ejercitante22: es cierto
MEJOR SE CONFESAR es que hay pensamientos que nacen de mi
voluntad y los dominamos y otros que es-
Presupongo ser tres pensamientos capan de nuestro control, pero que con-
en mí, es a saber, uno propio mío, el viene descifrarlos, ya que pueden llevar-
qual sale de mi mera libertad y que- nos a actos buenos o malos.
rer; y otros dos que vienen de fuera,
Para apreciar bien el sentido del largo
el uno que viene del buen espíritu y el
otro del malo.
fragmento que sigue [33-42] hay que dis-
tinguir entre el carácter externo y su fina-
[Siguen las orientaciones para el exa- lidad. Esta clasificación y larga lista de pe-
men del pensamiento, de la palabra y cados es tributaria de unas ayudas para la
de la obra] [33-42]. preparación de la confesión que circula-
19
ban antiguamente: Confesionales, Suma en jurar por la criatura son más aptos y dis-
de confesores, Tratado de penitencia, puestos para hacer acatamiento y reve-
etc.23 En el siglo XVI la confesión era muy rencia a su Criador y Señor que los im-
poco frecuente y la preparación duraba perfectos» [39]. Así, de forma subliminal,
uno o dos días y otros dos la confesión y, Ignacio sitúa al ejercitante en el horizon-
por tanto, se hacía necesario algún recur- te de la contemplación para alcanzar
so para facilitar esta laboriosa práctica. amor, que se basa en la consideración de
Ignacio mismo nos relata su larga confe- la entrega y presencia de Dios en todo [cf,
sión en Montserrat (Aut 17), donde pudo 234-237]. Hacia esta cumbre se dirige el
utilizar el material que se halla en el Ejer- camino de los Ejercicios, camino que han
citatorio de la vida espiritual24. de recorrer también los “imperfectos”.
Sin embargo, más importante que el Además en esta contemplación e ilumina-
género de este fragmento de los Ejercicios ción el ejercitante se introduce poco a po-
es su finalidad: progresar en la «limpieza co en la integración de la naturaleza y la
–pureza– de corazón» (“para limpiarse”). gracia.
Por esto, Ignacio más que en los pecados «De la obra» [42]. «Amar con obras y
concretos insiste en las condiciones per- de verdad» (1Jn 3,18), porque las obras
sonales del pecado y analiza toda la com- son la encarnación de los pensamientos y
pleja trama de la actuación humana, las palabras. Además, como el mundo más
concretada en pensamientos, palabras y interior de pensamientos y palabras debe
obras. A continuación destaco algunos moldearse por la referencia a la realidad
puntos más sobresalientes del texto igna- objetiva de la palabra de Dios y su actua-
ciano25. lización en la Iglesia, la experiencia espi-
«Del pensamiento» [33-37]. Las con- ritual personal ha de exteriorizarse y so-
sideraciones ignacianas sobre la manera cializarse. De aquí la necesidad de tener a
de merecer o de pecar venialmente o mor- la vista «los diez mandamientos y los pre-
talmente con el mal pensamiento “que ceptos de la Iglesia y recomendaciones de
viene de fuera”, son una introducción en los superiores».
el discernimiento de espíritus, que presu- Este capítulo nos recuerda que la ex-
pone capacidad de «sentir y conocer las periencia de Dios no es algo meramente
varias mociones que en la ánima se cau- subjetivo y autónomo, cuestión sólo de
san» [313]. buenos sentimientos e intenciones, al
«De la palabra» [38-41]. Vale la pena margen de una conducta en la línea de la
poner atención a lo que Ignacio dice al re- voluntad de Dios, expresión de la bondad
ferirse concretamente al juramento: «Es de la vida. La búsqueda de Dios en la tra-
más concedido a los perfectos jurar por la dición bíblica va siempre unida al deseo
criatura que a los imperfectos; porque los de conocer su voluntad y de cumplirla.
perfectos, por la asidua contemplación e Por esto Ignacio encabeza los Ejercicios
iluminación del entendimiento, conside- con este capítulo, al cual, según las fuen-
ran meditan y contemplan más ser Dios tes, daba bastante importancia (cfr. Aut 68
nuestro Señor en cada criatura, según su y 70). Evidentemente que lo que Ignacio
propia esencia, presencia y potencia; y así pretende hoy ha de hacerse a través de una
20
formación actualizada de la conciencia. El primer punto es dar gracias a Dios
Con todo, tal vez queda como una cues- nuestro Señor por los beneficios reci-
tión pendiente ayudar al posible ejercitan- bidos.
te a superar una cierta anomia bastante
El segundo punto: pedir gracia para
común. De lo contrario, se acaba confun-
conocer los pecados y lanzallos.
diendo la experiencia espiritual con un
cúmulo de vivencias y “experiencias” po- El tercer punto: demandar cuenta al
co en sintonía con el carácter histórica- ánima: desde la hora que se levantó
mente concreto de la revelación: «quien hasta el examen presente de hora en
no ama, no conoce a Dios»; y se trata de hora, o de tiempo en tiempo; y prime-
un amor «con obras y de verdad». Así ro del pensamiento, y después de la
Ignacio llama la atención sobre la impor- palabra y después de la obra, porla
misma orden que se dijo en el exa-
tancia de la educación de la conciencia
men particular.
moral.
Sin embargo, no se ha de reducir la El cuarto punto: pedir perdón a Dios
instrucción ignaciana sobre el examen del nuestro Señor de las faltas.
pensamiento, de la palabra y de la obra a El quinto punto: proponer enmienda
una orientación sólo moralizante. En es- con su gracia. Pater noster.
tos párrafos de los Ejercicios hay que cap-
tar una mistagogía para ir progresando en El fragmento de los Ejercicios que acaba-
limpieza de corazón y en transparencia de mos de comentar no ha de desviar la aten-
los pensamientos, para el uso de la pala- ción y llevarnos a tergiversar la práctica
bra consciente de toda la densidad respe- del Examen como si se tratase de un ejer-
to, amor y verdad que puede vehicular cicio moralizante y, peor aún, minucioso
tanto en la relación con Dios como con los y torturante. El examen se ha de situar en
hombres, para medir la calidad de nues- la perspectiva de la Alianza, relación amo-
tras obras en referencia a pautas objetivas, rosa que lleva a una exigencia connatural
pero dependientes de nuestras actitudes de correspondencia humana a Dios. Por
personales profundas. Así el Examen no tanto, el Examen es la manifestación
es «una mera revisión escrupulosa y deta- constante del deseo de responder al amor
llada de nuestras acciones, sino más bien incesante y concreto de Dios.
una constante verificación de nuestra vi-
da en cuanto debe estar siempre en armo- 1) De aquí que el primer punto que se
nía con el Espíritu»26. propone es “dar gracias”: reconocimiento
gozoso de la acción de Dios en la propia
2.3.2. Práctica del Examen general vida.
2) A partir de este sentimiento de gra-
titud, bien concretado en la historia per-
[43] MODO DE HACER EL EXAMEN GE- sonal dentro del contexto social en que se
NERAL Y CONTIENE EN SÍ CINCO desenvuelve, y sobre el telón de fondo del
PUNTOS amor de Dios que es Luz, resulta más fá-
cil y más higiénico (espiritualmente ha-
21
blando) descubrir, con la gracia de Dios, El primero. Dado que quien cada año
qué hay que pedir, la necesidad de conver- se confiesa no sea obligado de hacer
sión (respuesta al Amor): «pedir gracia confesión general, haciéndola hay ma-
para conocer los pecados y lanzallos»; yor provecho y mérito, por el mayor do-
«demandar cuenta al ánima…»; «pedir lor actual de todos pecados y malicias
perdón a Dios…»; «proponer enmienda de toda su vida.
con su gracia». El segundo. Como en los tales ejer-
En definitiva, la práctica del Examen cicios espirituales se conocen más in-
es una forma muy personal de oración. teriormente los pecados y la malicia
Además, en la medida que se progresa en dellos, que en el tiempo que el hombre
la lucidez interior, fruto de las orientacio- no se daba así a las cosas internas,
alcanzando ahora más conocimiento y
nes precedentes, la persona será capaz de
dolor dellos habrá mayor provecho y
captar las posibles llamadas interiores del
mérito que antes hubiera.
Señor, es decir, discernir los sentimientos
espirituales que brotan en el corazón. El tercero es consecuenter, que, estan-
Aunque Ignacio propone la práctica do más bien confesado y dispuesto, se
del Examen para los Ejercicios más sen- halla más apto y más aparejado para
cillos de iniciación en la anotación 18ª, él recibir el santísimo sacramento; cuya
recepción no solamente ayuda para
mismo siguió practicándolo, incluso el
que no caya en pecado, mas aun para
Examen particular, hasta el final de su vi-
conservar en aumento de gracia; la
da. Esto muestra que el ejercicio espiritual cual confesión general se hará mejor
del Examen permite niveles más o menos inmediate después de los ejercicios de
altos en su realización, ya que es la tarea la primera semana.
de progresiva transparencia y docilidad a
la acción de Dios, que por el Espíritu ac-
túa en el corazón de cada persona. En los Esta confesión se ha de interpretar en la
Ejercicios es, pues, fundamental la prácti- línea de la experiencia espiritual de los
ca del Examen general y particular para Ejercicios y no simplemente como una
progresar en la sensibilidad espiritual co- necesidad moral de “confesarse”. Se su-
mo base de una vida espiritual más ver- pone que el ejercitante ya satisface habi-
dadera, más libre y más fiel en el amor27. tualmente a la conveniencia de reconci-
liarse con Dios. Cuando Iñigo realizó su
larga confesión general en Montserrat ya
2.4. El sacramento había participado anteriormente en este
de la reconciliación [ 44] sacramento en Loyola. Sin embargo, la
confesión de Montserrat tenía un signifi-
[44] CONFESIÓN GENERAL CON LA
cado de plenitud y de transparencia espe-
COMUNIÓN
cial, como puede verse en su mismo rela-
En la general confesión, para quien to del peregrino28.
voluntarie la quisiere hacer, entre La confesión general es, pues, parte de
otros muchos, se hallarán tres prove-
los Ejercicios, incluso se puede concebir
chos para aquí.
como la culminación de la Primera Sema-
22
na y como uno de los elementos eclesia- dimensión particular y práctica de la vida
les fuertes de la experiencia [cf. 20: cristiana. Dicho de otro modo, son dos ca-
Vísperas y Misa]. Con todo, es una prác- ras de una misma realidad que se impli-
tica voluntaria. Una nota aclaratoria igna- can recíprocamente.
ciana dice que, de ser posible, es mejor Consecuentemente, abriendo los dos
que el que da los ejercicios no confiese al batientes el ejercitante se va introducien-
ejercitante. Esto confirma dos cosas: que do en la tarea de “hacer” los ejercicios; es
el ámbito de ayuda del acompañante no es decir, va pasando de la consideración a la
inmiscuirse en la respuesta que el ejerci- realización.
tante da a Dios, sino el de las mociones y La parte de Exámenes –confesión–
pensamientos que «siente» [cf. 17], y que comunión no sólo pertenece al mismo
el ejercitante ha de sentirse siempre libre curso de los Ejercicios, sino que puede
en todo lo que hace, sin la menor sombra aislarse de ellos y constituir una forma de
de coacción. Por otro lado, la persona que iniciación a una vida cristiana más seria30.
da ejercicios no ha de ser necesariamente Además, es un excelente modo de prepa-
sacerdote, como es obvio. ración a la práctica de los Ejercicios com-
En cualquier caso, es bueno que la pletos, como lo muestra el método segui-
confesión se realice en un momento ya do por Iñigo con su amigo Pedro Fabro,
avanzado de los Ejercicios, por lo general al cual preparó con estos recursos duran-
en Primera Semana, de modo que el ejer- te cuatro años31.
citante viva este gesto como sacramenta- Finalmente, como ha aparecido en to-
lización de la experiencia de la misericor- do lo que precede, las diversas orienta-
dia ya experimentada en su interior ciones comentadas de los Ejercicios Espi-
durante los días de Ejercicios. rituales encierran de forma embrionaria
o implícitamente referencias a partes im-
2.5. Conclusión general
portantes de los Ejercicios completos: PF,
discernimiento, oración personal, con-
Al terminar el comentario sobre el PF, los templación para alcanzar amor. Esto indi-
Exámenes y la confesión general con la ca que la persona que acompaña, como
comunión, podemos llegar a estas conclu- fue el caso de Iñigo, ha de estar siempre
siones que iluminan la aplicación de los atenta a la riqueza espiritual de las distin-
Ejercicios, siempre necesaria. tas prácticas, a la experiencia espiritual
El PF por un lado, y los exámenes y la que suscitan y a los deseos interiores y de-
confesión general y comunión por otro, mandas que brotan en el corazón del ejer-
forman como los dos batientes de la puer- citante. Los caminos que nos introducen
ta de entrada de los Ejercicios29. El PF abre al encuentro con Dios pueden ser muy
a una visión general del sentido de la vi- modestos, pero Dios es infinito en su
da cristiana, los Exámenes y la confesión Amor y no tiene normas que le aten en su
general con la comunión orientan hacia la deseo de comunicarse.
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