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1.

ENTRADA EN EJERCICIOS

El Principio y Fundamento (PF) es un elemento esencial en el proceso de


los Ejercicios que aparece ya en los primeros intentos o formas más ele-
mentales de su práctica. Es la roca sobre la que se construye la experien-
cia espiritual de todos los Ejercicios. Sin embargo, el redactado definitivo
es tardío, posiblemente de la época en que Ignacio residió en el norte de
Italia (1536-1539). En los Ejercicios dados a Helyar, de 1534, el texto aco-
modado más antiguo que se conserva del texto ignaciano, el PF aparece
de forma todavía inacabada y dentro de las Anotaciones.

1. PRINCIPIO Y FUNDAMENTO [23]: CONSTRUIR SOBRE ROCA

Como acabamos de decir, la sustancia del yo de 1527, se dice que Iñigo «mostraba
PF está tan vinculada al curso de los el servicio de Dios», se le pide «que le
Ejercicios que, por lo menos de manera mostrase el servicio de Dios», instruía so-
embrionaria, debía ya figurar en los pri- bre las dificultades que sobrevendrían «en
meros ejercicios sencillos propuestos por entrando en el servicio de Dios», iba ins-
Ignacio en Alcalá. En efecto, las instruc- truyendo sobre cómo «iban entrando en el
ciones que proponía sobre el Examen, so- servicio de Dios»1.
bre el recto uso de los sentidos y las po- Además, esta vinculación esencial del
tencias, sobre la diferencia entre el pecado PF al proceso de los Ejercicios aparece
venial y mortal, etc., figuraban como una con mayor claridad si se tiene en cuenta
manera de iniciarse en “el servicio de que el PF está presente a lo largo de toda
Dios”. En el proceso de Alcalá de 2 de ma- la experiencia: Oración preparatoria [46],
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en los momentos más decisivos, como el nerlo y realizarlo se ofrecen en los direc-
preámbulo de la elección [169] e incluso torios ignacianos o de inspiración igna-
en la aplicación de los Ejercicios a quie- ciana directa suplen en parte esta desnudez
nes no los hacen en completo retiro [19]. del texto.
Por razón de esta importancia los distin- Sin embargo, el mismo título parece
tos directorios ignacianos suponen que el indicar ya su finalidad: es un “principio”
PF se propone siempre. del cual derivan una serie de verdades
esenciales para la concepción de la vida
[23] PRINCIPIO Y FUNDAMENTO humana. Es “fundamento” sobre el cual se
El hombre es criado para alabar, ha- construye el edificio de la vida. Consigui-
cer reverencia y servir a Dios nuestro entemente puede afirmarse que el PF no
Señor y, mediante esto, salvar su es comienzo, sino inicio. Sería comienzo
ánima; y las otras cosas sobre la haz si consistiese en alguna afirmación o ejer-
de la tierra son criadas para el hom- cicio para empezar los Ejercicios, pero cu-
bre, y para que le ayuden en la pro- ya función desapareciese una vez pasados
secución del fin para que es criado. los momentos iniciales. En cambio el ini-
De donde se sigue, que el hombre cio no sólo tiene su función al principio,
tanto ha de usar dellas, cuanto le ayu- sino que sigue desarrollándola e influyen-
dan para su fin, y tanto debe quitarse do a lo largo de todos los Ejercicios. En el
dellas, cuanto para ello le impiden. texto se percibe un proceso creciente ha-
Por lo cual es menester hacernos in- cia la praxis que revela ya su carácter no
diferentes a todas las cosas criadas, teórico, sino existencial. Se pasa de un
en todo lo que es concedido a la li- planteamiento del sentido y orientación de
bertad de nuestro libre albedrío, y no la vida («el hombre es creado para…») a
le está prohibido; en tal manera, que una proposición de actitudes («es menes-
no queramos de nuestra parte más
ter hacernos indiferentes»).
salud que enfermedad, riqueza que
pobreza, honor que deshonor, vida La importancia capital del PF no debe
larga que corta, y por consiguiente en ser oscurecida por la impresión que pue-
todo lo demás; solamente deseando de causar una primera aproximación al
y eligiendo lo que más nos conduce texto. El carácter conciso y de una frial-
para el fin que somos criados. dad notable, algunas expresiones («salvar
el ánima», «hacerse indiferentes»...), la
formulación teológica de la época pueden
1.1. Un texto desnudo sorprender, pero el esquematismo y so-
Entre las primeras orientaciones sobre los briedad del texto es lo que permite releer-
Ejercicios Espirituales [1-22] y las pautas lo y actualizarlo siempre sin traicionarlo.
para los distintos exámenes [24-44], antes Y, con todo, en los distintos directorios
de entrar de lleno en las meditaciones de sobre el PF aparece una insistencia, por un
Primera Semana, aparece desnudo el PF, lado, en el carácter más bien árido de es-
sin orientaciones sobre su finalidad y la te ejercicio y que, por otro lado, es indis-
manera de ejercitarlo. Las abundantes pensable realizarlo de modo conveniente
indicaciones que sobre el modo de propo- para el recto enfoque de la práctica de los
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Ejercicios Espirituales. Conciliar la aridez Las tres partes del PF señalan, pues,
con la entrada a fondo en la experiencia un itinerario personalizador que lleva de
del PF puede resultar hoy día un callejón la pasividad a la actividad. No podemos
sin salida. Por esto, resultaron muy opor- prescindir de la letra del texto, pero tam-
tunas las reflexiones de Karl Rahner2 so- poco podemos ceñirnos exclusivamente a
bre la importancia de la dimensión afecti- ella, a palabras o frases aisladas del con-
va, ya que advierten del riesgo que se corre junto de los Ejercicios y del pensamiento
de presentar el PF de modo excesivamen- ignaciano, si queremos interpretarlo co-
te seco, lo cual desnaturalizaría la esencia rrectamente. Con razón Iparraguirre afir-
del ejercicio o incluso lo haría impracti- maba que hemos de guiarnos por el con-
cable a algunas personas. Conviene, pues, junto del pensamiento de Ignacio.3
analizar el mismo contenido del PF.
Las tres partes del PF indican clara-
1.2. Desentrañando el texto
mente el proceso mediante el cual se des-
arrolla la experiencia espiritual que pro- 1.2.1. La persona humana como sujeto
pone. En él se puede distinguir: El texto es obvio en su estructura, pero pi-
1) Un principio general («El hombre de que se aclare o subraye alguno de sus
es creado...»). El sentido de la vida huma- términos. El hombre es la primera palabra
na y de todas las cosas criadas ordenadas del primer ejercicio, con lo que se subra-
hacia el hombre para el cumplimiento de ya el rol primordial de la persona humana
su propio fin. No dice que «ha sido crea- como agente y como objeto de la expe-
do», sino que «es creado», es decir, que el riencia de los ejercicios. Los Ejercicios se
acto creador de Dios se da en el presente orientan a la transformación de la perso-
y en la medida que el ser humano vive na para hacerse plenamente disponible a
conscientemente este presente se adentra la acción de Dios en su vida. Es, por tan-
en el acto creador que le recrea a cada ins- to, la persona humana lo primero que en-
tante desde la profundidad de sí mismo. tra en juego, es el sujeto de los ejercicios.
«El que los hace», repite Ignacio.
2) Una conclusión teórica («De donde Cada uno de nosotros ha sido y es ob-
se sigue...»). Por tanto, cada persona ha de jeto de la mirada amorosa de Dios, desde
orientar su existencia en medio del mun- siempre. Porque nos creó para comuni-
do sirviéndose de las cosas o dejándolas, carnos su bondad y su amor. «Tú me has
en la medida que ayuden a o no a la reali- tejido en las entrañas de mi madre»
zación del fin de su vida. (Salmo 139,13), porque «es él quien pri-
3) Una conclusión dinámica («Por lo mero nos amó» (1Jn 4,19). La expresión
cual es menester...»). Es evidente, pues, «es criado» no sólo indica la obra ya rea-
que tomar decisiones orientadas hacia lizada por Dios, sino el carácter perma-
el fin de la vida, en medio de distintas nente de su amor creador. Porque Dios
oportunidades que se ofrecen exige liber- crea sin cesar y toda la historia es una cre-
tad personal para no atarse a condiciona- ación nunca acabada. De la reviviscencia
mientos afectivos que puedan transformar de esta experiencia arrancan los ejerci-
los medios en fines… cios: «que somos actualmente creados por
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Dios nuestro Señor con todo detalle y que no puede ser un amor aislado de la huma-
escuchamos las llamadas de Dios a la vi- nidad y de los hermanos y hermanas. «Si
da cuando escuchamos nuestros deseos Dios nos ha amado tanto, amémonos...»
más profundos, que brotan del amor cre- (1Jn 4,11). Este motivo bíblico tiene tam-
ador y apasionado que Dios nos tiene»4. bién una impostación ignaciana: dado que
En esta misma relación de Dios con nos- en la mistagogía de los Ejercicios se halla
otros arraiga el carácter relacional de la la misma experiencia de Ignacio, no po-
existencia humana. Cada uno de nosotros demos olvidar que el Dios, centro absolu-
existe para, ya que nacemos de una rela- to de su vida, es un Dios en cuya comu-
ción dirigidos hacia aquél que «nos amó nión, vivida de modo nuclear junto al
primero». Cardoner, descubrió la importancia fun-
damental de «ayudar a las almas». Es de-
1.2.2. La centralidad de Dios cir, el Dios ignaciano es un Dios en el cual
y el amor al prójimo la persona creyente halla el mundo y la hu-
manidad.
Alabar (expansión), hacer reverencia
(contención), servir (concreción). La rela- Por esto, desde antiguo, se ha relacio-
ción que establece el ejercitante tiene su nado esta perspectiva ignaciana con la clá-
centro en el mismo creador, en Dios mis- sica afirmación de san Ireneo: «la gloria
mo. De aquí que el PF ayude a enfocar co- de Dios es que el hombre viva». Y, a su
rrectamente esta relación con Dios ya des- vez, «la vida del hombre se halla en la glo-
de el mismo comienzo de los Ejercicios y ria de Dios». En esta dirección meditativa
así se evita o se corrige cualquier falsa al comienzo del PF, el ejercitante concilia
imagen de Dios. El «Dios siempre mayor» la adoración («la gloria de Dios») con la
agustiniano expresa el carácter absoluto, infinita confianza en un Dios que es «vi-
la supremacía total de Dios, respecto de da del hombre».
cualquier otra realidad ajena a él. Alabar De este modo, se desarrollan tres acti-
es el reconocimiento de esta supremacía, tudes fundamentales en la relación con
pero en el bien entendido de que la supre- Dios y con el hombre: la gratuidad que va-
macía de Dios es su Amor y por lo tanto lora al otro por sí mismo, la alteridad que
la alabanza que se le tributa es la del go- no instrumentaliza al otro y las obras que
zo por ser lo que es, es decir, aquél que hacen real el amor. Por lo demás, hay que
tanto ama al mundo que le ha entregado a destacar que en la literatura ignaciana la
su propio Hijo. Por lo mismo, el ejerci- alabanza y gloria de Dios no tiene un ca-
tante ha de reconocer su dependencia fi- rácter abstracto, sino concretamente apos-
lial, ha de hacer reverencia, pero con la tólico, lejos de todo ideal perfeccionista e
conciencia de que sólo se vive la filiación individualista.
si se vive la fraternidad. Y, como no bas- Así pues, puede afirmarse que la
ta con decir «Señor, Señor» si no se hace primera parte del PF es una forma sintéti-
su voluntad, la relación con Dios ha de tra- ca y pedagógica de presentar la primera
ducirse en el acto de “servir”. parte del Padre Nuestro. Efectivamente, el
Naturalmente, ya que se trata de una alabar corresponde al «santificado sea tu
respuesta al Dios revelado, el amor a Dios nombre», ya que en él se expresa la su-
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premacía de Dios; hacer reverencia con- esta plenitud de vida o felicidad, que es el
siste en la dependencia del ser humano anhelo supremo que habita el corazón hu-
que ha de poner el Reino de Dios en el mano, no es como un premio o recom-
centro absoluto de sus intenciones, ha de pensa exterior y posterior a una vida toda
«buscar el Reino» por encima de todo; pe- ella orientada hacia el «Dios con noso-
ro esta búsqueda se ha de traducir en las tros», sino que es algo interior a esta mis-
obras, en hacer la voluntad de Dios, es de- ma forma de vivir. La expresión «me-
cir en servir. De algún modo se responde diante esto» sugiere que en la triple actitud
así a la cuestión repetida con frecuencia mencionada se da la felicidad, incoativa-
de que el amor no aparece en el PF. Cier- mente ahora, y en plenitud cuando se ma-
tamente, no se encuentra con la misma pa- nifieste lo que ya somos (cfr. 1Jn 3,2). En
labra, como en el Padre Nuestro, pero sí consecuencia, es importante que esta di-
la sustancia misma del amor, tanto a Dios cha que Dios nos ofrece no quede escon-
como a los hermanos. Además, la centra- dida y oscurecida detrás de lo que Ignacio
lidad de Dios no sólo no disminuye el ca- propone, en primer lugar ciertamente, pe-
rácter absoluto del amor a los hermanos, ro no como algo separado de ella. Dios
sino que le da una mayor dimensión y ma- nos ha elegido para ser sus hijos e hijas
yor profundidad. y gozar de esta plenitud filial y fraterna
Todo esto es lo que Teilhard de Char- (cf. Ef 1,3-14).
din expresaba cuando imaginaba a Dios
como el centro de una esfera hacia el cual 1.2.4. «Las otras cosas» o la Integración
todos los puntos de la esfera confluyen y
del cual dimana la vida que se expande.5 La vida humana se desarrolla dentro de la
creación mediante una red de relaciones
muy diversas: sociedad, cultura, econo-
1.2.3. La felicidad plena como mía y política, familia, cosmos, etc. La
culminación del proyecto de Dios existencia cristiana, en el mundo, es una
El resultado de esta relación viva entre forma integradora de vivir “las otras co-
Dios que nos ama y nosotros que quere- sas”, pero con una cierta jerarquía u or-
mos responder a su amor es el «salvar el den: «las otras cosas sobre la haz de la tie-
ánima», es decir, la perfección integral de rra son creadas para el hombre y para que
la persona, la plenitud última y definitiva le ayuden en la prosecución del fin para el
de la propia existencia. Como dice I. que es criado». Si quitamos de la idea de
Iparraguirre, «los Ejercicios no se reducen ordenación hacia la persona humana la
a la ‘salvación’, sino que pretenden la sa- connotación negativa de autorización pa-
lud, la perfección integral»6. ra el dominio arbitrario devorador de “las
Por tanto, todo lo que precede (alabar, otras cosas”, se puede concebir la vida hu-
hacer reverencia, servir) llena de conteni- mana como la armonía de un concierto en
do el “salvar su ánima”, equivalente de la el que distintos instrumentos, con su gran
plenitud de vida humana o la felicidad to- diversidad y con la riqueza de una parti-
tal y no simplemente el evitar la desgra- tura, interpretan una sinfonía. En el cen-
cia infinita de la condenación, como po- tro se halla Dios y la persona humana –yo
dría sugerirlo el verbo salvar. Ahora bien, y las demás personas– en relación con el
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mundo y las distintas estructuras en que gan estos mensajes bíblicos7. En el PF no
se desarrolla la vida, integrados en una nos hallamos, pues, lejos de lo que hoy se
unidad dinámica. Junto al río Cardoner, considera como concepción cosmoteán-
Ignacio tuvo «una ilustración tan grande, drica de la vida humana: el hombre en ar-
que le parecían todas las cosas nuevas» monía con los demás hombres, con el cos-
(Aut 30). Por esto, al decir de Jerónimo mos y Dios. En términos del NT, se trata
Nadal, siempre veía el mundo ex integro, de buscar el Reino de Dios, es decir a Dios
es decir en un conjunto, no parcialmente, en relación con toda la creación y su jus-
sino en la composición de una unidad ar- ticia en el mundo actual.
mónica.
Siguiendo con la imagen del concier- 1.2.5. Libertad para elegir
to, podemos notar cómo en toda interpre-
En medio de una espesa trama de realida-
tación cabe la variada combinación de so-
des en las que ha de desarrollarse la vida
nidos con los imprescindibles silencios
humana, no es raro que ocurra alguna de
formando la belleza de la sinfonía. Lo
estas dos cosas: o bien que se pierda el
mismo acontece en la vida humana según
norte, y de aquí la importancia de lo ex-
Dios: la persona que quiere vivir la pleni-
puesto sobre el PF hasta el momento; o
tud de vida ha de saber tomar decisiones
bien que uno se halle atrapado por cosas
positivas respecto de las cosas («usar de-
que le hipnotizan o le apresan de tal mo-
llas») y, a veces, saber distanciarse y ne-
do que sus opciones no se dirijan en el
gar determinado uso de las cosas («qui-
sentido de la vida según el PF. Es, pues,
tarse dellas»), en la medida en que las preciso adoptar una actitud activa y com-
cosas o bien ayudan o, al contrario, cons- prometida para preservar la libertad pro-
tituyen un impedimento para la realiza- pia de modo que todo el ser del ejercitan-
ción de la vida humana. te y sus capacidades se orienten en el recto
Esta relativización de las cosas en fun- sentido: «es menester hacernos indiferen-
ción del fin de la vida humana no ha de tes». No se trata de un esfuerzo prometei-
llevar a una pura instrumentalización de co o pelagiano de conquista de la salva-
las mismas, ya que las cosas en si mismas ción, sino de liberar el corazón para
tienen un valor y forman parte de un uni- responder a la iniciativa amorosa de Dios
verso y una historia que es en verdad «me- que ha irrumpido en la vida personal, pe-
dio divino». A este respecto es importan- ro que sólo espera una respuesta verdade-
te la consideración de estos dos mensajes ramente libre. Y, en este caso, la libertad
bíblicos: un cielo nuevo y una tierra nue- no sólo se encuentra frente a cosas u op-
va como culminación de nuestro mundo, ciones sobre las que no cabe ninguna du-
según los anuncios de Isaías, Romanos 8, da de hacia dónde ha de inclinarse la de-
Apocalipsis 21, etc. y la concepción de to- cisión, es decir, hacia el bien o el mal, sino
da la creación integrada en el Resucitado, que también se halla ante opciones posi-
como aparece en las cartas a Efesios y bles que, siendo en sí neutras, pueden con-
Colosenses. El pensamiento de Teilhard vertirse en caminos perdedores o aberran-
de Chardin, de Raimon Panikkar y mu- tes para la consecución del verdadero fin
chas aportaciones de la ecología prolon- de la vida: adicciones a cosas tal vez bue-
8
nas o indiferentes, pero que pueden ser al- que el Señor se comunique inmediata-
guna forma de idolatría, de modo que a mente a la criatura, quitando las reservas
veces se puede dar una especie de ateis- e impedimentos para abrirse a un Dios que
mo larvado en personas buenas. lo es todo…
Aunque obviamente, si somos perso- En cualquier caso, el ejercitante, que
nas normales, tendremos más inclinación reconoce el carácter absoluto de su vida
afectiva hacia determinadas cosas, es pre- centrada en Dios, deseará y elegirá con to-
ciso que no hagamos diferencia alguna da su fuerza «lo que más nos conduce pa-
entre todas las posibilidades que se nos ra el fin que somos criados». Aquí se da
abren, mientras no veamos cuáles de ellas la primera aparición de la palabra que ca-
son el mejor camino para una relación con racterizará la espiritualidad de los Ejer-
Dios que es nuestra felicidad. Esto es lo cicios, «más», expresión de la desmesura
que expresa Ignacio con el «es menester del amor, ya que el amor siempre pide más
hacernos indiferentes»: una formulación y en materia de amor siempre estamos en
activa de la libertad interior ante lo que no deuda (cf. Rm 13,8). Este «más» revela el
está claramente unido a la realización ple- impulso de amor que se esconde en la in-
na de la vida. Ignacio se referirá a nues- diferencia (término que no usa Ignacio en
tros instintos de vitalidad (salud-enferme- los Ejercicios, donde usa un lenguaje más
dad), de posesión (riqueza-pobreza), de activo y dinámico), ya que «no hay indi-
valer o hacernos valer (honor-deshonor), ferencia verdadera más que en un corazón
de ser (vida larga-corta). Pero esta enu- presto a amar con un amor ardiente y uni-
meración no es exclusiva y por esto aña- versal, en vez de refugiarse en tal o cual
de «en todo lo demás», ya que en los cosa o de profesar respecto de todas las
muy numerosos y variados contextos de cosas una insensibilidad general»8.
la vida humana pueden darse espejismos Más adelante, la disposición expresa-
que nos lleven a inclinarnos hacia reali- da por el «más» irá tomando cuerpo en el
dades que no sean indudablemente vías ejercicio del Reino [97-98], en las con-
que conduzcan a «la vida verdadera» (co- templaciones de Segunda Semana [104] y
mo dirá el mismo Ignacio más adelante en los ejercicios previos a la elección
[139]). (Banderas, Binarios y Humildad).

1.2.6. Dejar a Dios ser Dios 1.2.7. Sobre la experiencia de fe


La imagen de Dios que se dibuja al co- propia del PF
mienzo del PF, como central y absoluto En todo lo que precede ha aparecido con
para el hombre y a la vez fuente de senti- claridad suficiente que el PF no es sim-
do y de felicidad de la vida humana, pide plemente una elucubración de teología na-
una abertura y disponibilidad plena de ca- tural, sino que se sitúa en la perspectiva
da uno. Así, la libertad buscada por cada de una experiencia de fe, aunque no en tér-
uno es la forma de afirmar realmente, minos explícitos. Esto resulta claro si se
existencialmente a Dios, como Dios. De tiene en cuenta el fin de los Ejercicios: vi-
este modo, desde el PF se va desarrollado vir en el amor y el servicio, lo cual impli-
en el ejercitante aquella disposición para ca una transformación de la afectividad.
9
Hay que partir, pues, de que el enunciado más allá de los Ejercicios. Parece, pues,
teológico teórico del PF es la expresión de que el amor ha de estar presente en el PF
una realidad, la del amor, de la cual hay que contiene de modo concentrado al co-
que realizar una experiencia vital. mienzo de los Ejercicios lo esencial de la
En la primera parte el ejercitante se experiencia. Además, el PF introduce en
siente objeto de la acción de Dios en su la práctica del amor, que consiste en las
propia vida, “es criado”. Y la acción de obras, mediante la explicitación de «ala-
Dios sólo puede ser amor, ya que él es bar, hacer reverencia y servir». Un amor
Amor. Y como esta acción de Dios es, co- ciertamente a Dios, pero, como ya se ha
mo todo acto de amor, una interpelación, dicho, también a hermanos y hermanas.
suscita de modo espontáneo una respues- José M. Castillo, a propósito de la «in-
ta personal de amor y así se incoa ya la di- diferencia de afecto» de que habla Fran-
námica de alianza que atraviesa todo el cisco Suárez, dice que éste «no habla nun-
curso de los Ejercicios Espirituales. Esta ca de indiferencia de voluntad, sino de
respuesta del ejercitante se expresará en indiferencia de afecto…». Esto ya nos es-
forma de alabanza, reverencia y servicio, tá diciendo que para Suárez la indiferen-
pero no a modo de programa que debe eje- cia rebasa los límites de nuestra voluntad;
cutar forzosamente, sino movido por la es decir, «se trata de una disposición más
seducción del amor que por sí mismo lla- amplia y más profunda»9. Además, como
ma y moviliza a la persona querida. Se tra- dice Karl Rahner «la indiferencia no es
ta, pues, de una experiencia de pasividad otra cosa que la fase inicial del amor, el
(la acogida del amor) que se hace activi- aprendizaje del amor final»10, puesto que
dad (respuesta de amor). es ir centrando el corazón en lo esencial,
Cabe la pregunta: ¿se puede presentar sin dejarse hipnotizar por los espejismos
y ofrecer el PF a no creyentes? Aunque la de particularidades que desvían el corazón
perspectiva plena y explícita del PF es, sin del centro del amor. Y, en cualquier caso,
duda, una propuesta para cristianos, no se el «hacernos indiferentes» sólo es sano si
puede negar que su contenido tiene un corresponde a un apasionamiento perso-
sentido pleno para personas que vivan al- nal profundo, que en este caso es la pasión
guna experiencia de “ser creados”, que por Jesucristo y el Reino de Dios. De mo-
quieran orientar su vida en relación a un do que hablar de indiferencia es hablar de
absoluto, que deseen vivir una vida toda una pasión que genera libertad.
ella unificada en un único sentido y sean
En esto Ignacio enlaza con una tradi-
personas que no se consideren islas, sino
que conciban su propia vida en abertura a ción antigua, en particular San Bernardo,
los demás. que ya percibió cómo el verdadero amor,
fundado en Dios, pide mantener un equi-
librio respecto de las cosas cuya orien-
1.2.8. Aprendiendo a amar tación hacia la voluntad de Dios se des-
Al fin de los Ejercicios, Ignacio dice que conoce, «siempre prontos a seguir su
el amor se ha de poner más en obras que voluntad [de Dios], sea cual sea el senti-
en palabras [231] y propone una contem- do hacia el cual sabremos que esta volun-
plación para seguir viviendo en el amor tad se inclina»11.
10
1.2.9. Cristo y el PF lo muestran las mismas expresiones del
Dado el carácter esencialmente cristológi- texto, como «hacerse», «deseando y eli-
co de los Ejercicios Espirituales, resulta giendo» y la «oración preparatoria» [46],
inconcebible que el PF no sea una expe- prolongación permanente del PF, en la
riencia fundamentalmente cristológica, que se pide a Dios una ordenación plena
puesto que el PF está presente continua- de toda la existencia. El «preámbulo para
mente en todos los ejercicios de oración, hacer elección» [169] insiste en la actitud
mediante la «oración preparatoria» [46] y dinámica y existencial iniciada al co-
es preámbulo esencial del momento cul- mienzo de los ejercicios con palabras que
minante de todo el proceso espiritual, la sintetizan el mismo PF: «Ninguna cosa
elección. Cristo, con el cual se ha de iden- me debe mover a tomar los tales medios
tificar el ejercitante, es la realización más o a privarme dellos, sino sólo el servicio
perfecta del PF: la plenitud de la gloria del y alabanza de Dios nuestro Señor y salud
Padre y de la vida de los hombres se da eterna de mi alma». El ejercitante no se ha
“en Cristo”, porque «sólo Cristo resucita- de hallar fijado o anclado en cosas que no
sean Dios mismo o su voluntad y por
do constituye el hombre perfecto, a cuya
esto ha de trabajar esta libertad para amar,
imagen y semejanza fue plasmado el cuer-
o quizá sea cosa mejor que retrase la en-
po de Adán» (san Ireneo). A su vez, Cristo,
trada en Ejercicios, «hasta que estuviese
a menudo denominado «Criador y Señor»
más maduro»13.
en los Ejercicios, es también objeto del
«alabar, hacer reverencia y servir»12. Sin embargo, en el texto de los Ejer-
cicios y Directorios, no siempre aparece
claramente en qué consiste el trabajo del
1.3. La práctica del PF ejercitante para llegar al objetivo del PF.
¿Se trata de una consideración de la lógi-
1.3.1. Importancia y carácter
ca de la vida cristiana? ¿Se trata de crear
dinámico del PF
una convicción personal? ¿Quizá consis-
Las distintas orientaciones de los Direc- te en mover la voluntad? ¿Es un ejercicio
torios sobre el modo de proponer los más bien racional que afectivo? ¿Tiempo
Ejercicios siempre dan especial relieve al más de reflexión que de oración? A decir
modo cómo hay que dar el PF y la divi- verdad, gran parte de los comentaristas y
sión de sus distintas partes. La práctica ac- de las exposiciones clásicas llevaban a
tual sigue dando gran importancia al PF pensar que el PF es un ejercicio más adap-
para orientar el sentido de la vida, tratan- tado a la inteligencia y a la voluntad que
do de relativizar todo lo que no sea de al afecto. No falta quienes destacan su ca-
Dios mismo: es un proyecto de máximos rácter duro y árido.
y orienta todos los Ejercicios. Precisamente, para contrastar esta lí-
Los Directorios destacan también el nea en la forma de proponer el PF, se in-
carácter dinámico del PF, ya que se trata siste actualmente en que «ha de ser como
de algo que el ejercitante ha de realizar: una mirada hacia la cima, que suscita de-
adquirir una cierta apertura inicial de es- seos de subir hacia ella», «una experien-
píritu, una disponibilidad personal. Esto cia del amor de Dios que nos interpela y
11
mueve a la correspondencia», «un en- Ahora bien, el PF no sólo tiene una fi-
cuentro con la utopía del Reino de Dios nalidad dinámica, sino que, en palabras de
que ayude a que cada ejercitante escriba Elías Royón es más un “inicio” que un
su propia utopía»… En cualquier caso, “principio”. Es decir, no se trata de una ex-
hay que ayudar a que el ejercitante empie- periencia a partir de la cual el ejercitante
ce los Ejercicios con gozo y esperanza, ya se adentra en un nuevo proceso espiritual
que en ellos va a acoger existencialmente independiente, sino de algo así como la
la Buena Noticia del Reino de Dios. obertura musical de una sinfonía, la cual
En esta línea, W.A. Barry habla del (en nuestro caso, los Ejercicios) no hará
«Principio y Fundamento afectivo» y ha- otra cosa que ampliar el “movimiento”
ce suyas las palabras del psiquiatra J.S. inicial. Los Ejercicios Espirituales tienen
Mackenzie: «El disfrute de Dios debería como objetivo ordenar la vida a partir de
ser el culmen de la pedagogía espiri- la transformación de la afectividad, en
tual»14. Se refiere a una vivencia de sen- sintonía con el evangelio. «Que desde el
tirse en compañía de Dios que hace de- principio sepa bien el ejercitante adónde
saparecer los sentimientos negativos y va, y que se determine seriamente a llegar
sentirse acogido y amado. Esta vivencia con su trabajo adonde se le quiere condu-
afectiva es un buen “inicio”, en cuanto cir»15.
moviliza al ejercitante desde el centro de 1) El ejercitante ha de tomar concien-
su persona, el corazón. Puede, pues, afir- cia clara y firme de cuál es el sentido de
marse también que el placer espiritual que su vida:
es un elemento importante de los Ejerci-
cios Espirituales, como se ha dicho a pro- El fin de la vida (la plenitud de su exis-
pósito de la 2ª anotación, y que culmina tencia = «salvar el ánima») en el amor
en la cuarta semana, empieza a desarro- a Dios y a los hermanos = («alabar»).
llarse ya desde el PF. A este fin ha de orientarlo todo («las
otras cosas»).
1.3.2. Practicar el PF como 2) Además, ha de disponerse seria-
verdadero inicio de los Ejercicios mente a la tarea de hacer realidad este pro-
Puesto que los Ejercicios Espirituales em- yecto. Esto se propone mediante el «tan-
piezan estrictamente con el primer ejerci- to-cuanto», el «es menester hacernos
cio de la Primera Semana [45], el PF hay indiferentes», el «solamente deseando y
que situarlo en la actividad previa al mis- eligiendo». No se trata de conseguir al co-
mo comienzo de los Ejercicios, junto con mienzo lo que es fruto de todos los Ejer-
la proposición de las anotaciones y la cre- cicios. Esta tarea se enuncia ya en la pri-
ación de las disposiciones necesarias para mera anotación [1]: «quitar de sí todas las
entrar de lleno en ejercicios. Parece con- afecciones desordenadas»; y en el título
firmar esta manera de concebir la prácti- [21]: «vencerse». También la quinta ano-
ca del PF el hecho ya mencionado de que tación [5] ya prepara el camino: «grande
en uno de los textos acomodados de más ánimo y liberalidad... ofreciéndole todo su
autoridad como es el de Helyar, el PF fi- querer y libertad para que su divina ma-
gura todavía entre las anotaciones. jestad, así de su persona como de todo lo
12
que tiene, se sirva conforme a su santísi- se da esta disposición en el candidato,
ma voluntad». conviene no guiarse precipitadamente por
Este es el objetivo del PF en los Ejer- la brillantez o la pobreza de las palabras o
cicios completos, que suponen una perso- formulaciones elocuentes de las personas
na con verdaderos deseos de progresar en que solicitan hacer los Ejercicios. En efec-
la vida cristiana, «que en todo lo posible to, hay quienes disponen de una capaci-
desea aprovechar» [20], y que capacitan dad y riqueza de expresión que no siem-
para una verdadera elección evangélica. pre responde a una actitud seria ante la
Pero, en cualquier caso, el ejercitante em- vida y ocurre al revés con personas de ex-
pieza con la conciencia del paralítico que presión y formulación muy pobre.
necesita que alguien le libere de su inmo- En definitiva, hay que evitar, desde
vilidad, con la confianza de tener a Jesús luego, que el PF sea la ocasión para elu-
a su lado. cubraciones estériles y fatigosas, pero
En otras situaciones, convendrá usar también que degenere en un moralismo o
el PF o no emplearlo o sólo parcialmente voluntarismo extenuante. No se trata de
o bien dedicarle más o menos tiempo. Por conseguir plenamente lo que se enuncia
ejemplo, en los Ejercicios en la Vida Or- en el PF, que se irá asimilando durante to-
dinaria, hay quien le dedica por lo menos dos los Ejercicios [cfr. 16, 46, 157, 166,
cuatro semanas, con lo que esta entrada 169]. El objetivo del ejercicio es princi-
lenta y prolongada beneficia la facilidad palmente impregnarse del sentido del PF
para iniciar la Primera Semana de Ejerci- y avivar disposiciones en consonancia.
cios desde una perspectiva muy positiva.16

1.3.4. «Sentir y gustar»


1.3.3. Tomar la vida en serio
«Se determine seriamente», hemos leído. Puesto que el PF es el primer ejercicio que
Se trata de una seriedad o responsabilidad se realiza, conviene que se enfoque de
que responda a una actitud responsable- modo que el ejercitante pueda “gustar” al-
mente seria en la vida. «El presupuesto go la bondad y el amor del Señor. Sabo-
antropológico para hacer los ejercicios es rear el contenido del mismo texto con el
tomar en serio la existencia humana» (Jon recurso al Padre Nuestro, como se acaba
Sobrino). Por tanto, quien se acerca a los de indicar: la centralidad de Dios, de su
Ejercicios ha de partir de una posición reino y de su voluntad. El PF, como ex-
personal existencialista, es decir, que no periencia de una pasividad activa, pide la
busque simplemente satisfacciones pietis- “tarea” de dejarse querer, cosa no fácil,
tas o dar respuestas teóricas o moralizan- pero que toca a fondo la dimensión más
tes a la propia vida, sino que se pregunte afectiva de la relación con Dios: descubrir
o por el sentido real de su vida o quiera y saborear «qué bueno es el Señor» (Sal
hacer frente a cuestiones verdaderamente 34,9), con lo que la imagen de Dios Amor
fundamentales de su existencia. Dada la cobra un alto relieve vivencial. Y, a la vez,
bien sabida inadecuación de la expresión esta experiencia del amor concreto de
humana para manifestar realidades pro- Dios a mí hondamente sentida es el deto-
fundamente vitales, para comprobar que nante de una respuesta progresiva al Dios
13
de la Alianza con la cual culminan los «equilibrio» o libertad de que se nos ha-
Ejercicios Espirituales. bla en los directorios.
La primera parte del PF deja el paso
abierto a una dimensión más práctica:
1.4. Algunas aproximaciones
«Hijos, no amemos con palabras y de bo-
recientes al PF
quilla, sino con obras y de verdad» (1Jn
3,18). ¿Cómo se concreta y se hace ope- 1.4.1. Algunos puntos de partida del PF
rante el amor? La respuesta incluye dos El hecho de que el texto del PF no vaya
momentos: un primer momento es la to- acompañado de orientaciones metodoló-
ma de conciencia de que el amor ha de gicas, aunque no falten en los directorios
buscar sus mediaciones propias y un se- ignacianos, ha impulsado una cierta crea-
gundo en que el amor lo rige todo y que, tividad en los enfoques de este ejercicio
por tanto, exige un corazón abierto y dis- espiritual. Indico a continuación, de for-
ponible para elegir las mediaciones apro- ma muy sintética, solamente algunos de
piadas. El “más” con que concluye el PF estos enfoques más recientes.
apunta a un sentimiento profundo, a una
cierta pasión por Dios, como centro de to- – Decisión existencial de dar a la vida
da la vida del ejercitante. Un inicio que sentido teologal (J. Gómez Caffarena).
hay que desarrollar sobre todo mediante – Consagración y comunión: abrirse
la petición repetida en la “oración prepa- desde el corazón a Dios y a la comu-
ratoria”. nión universal (J.C. Guy).
– Tomar en serio la propia existencia,
1.3.5. Relación personal y confiada con toda ella polarizada por un Absoluto
Dios (Jon Sobrino).
«Ponerse en sus manos», dirán los direc-
– Ajuste entre deber y libertad (F.
torios ignacianos, según el espíritu de la
Segura).
anotación 5ª [5]. La oración de Charles de
Foucauld: «Padre, me pongo en tus ma- – Puente levadizo que empalma la vi-
nos…», puede ayudar a hacer efectiva es- da del ejercitante con la vida de fe (J.I.
ta anotación. A este propósito conviene González Faus).
notar que así como Ignacio propone como – No partir de cero en la experiencia
inicio para todos los tiempos de oración del PF, sino desde el punto a donde el
de los Ejercicios la oración preparatoria ejercitante ha llegado en su vida espi-
[46], también pone el Pater noster como ritual (A. Lefrank).
conclusión de todos estos tiempos, una
plegaria que es a la vez síntesis del PF y – Aprendizaje del amor: empezar a
sostén continuo de la actitud de confianza liberarse de aquellas cosas que hipno-
profunda. Y, en esta relación de confian- tizan o son espejismos que impiden
za, la actividad del ejercitante ha de ser so- orientar la vida en el amor (K.
bre todo la de pedir sencillamente, más Rahner).
que esforzarse: la oración preparatoria y – Concienciar que sólo Dios es Dios y
pedir aquel «resignarse del todo» y aquel afirmar existencialmente a Dios me-
14
diante el «hacernos indiferentes» (J. Espirituales es inmenso y, por tanto, aquí
Vives). sólo se indican algunos que han sido su-
brayados de modo particular por resultar
1.4.2. Algunos desarrollos del PF de especial fruto.
Hoy es común iniciar el PF con la invita- – Historia de Jonás y de Rut: Salir de
ción al ejercitante de releer su propia his- uno mismo y desear y elegir lo que
toria de salvación. No se trata ni de una más conduce.
crónica de la propia vida, ni de una inter- – Sabiduría 11,22ss: Desasirse de to-
pretación, sino de una mirada de fe, en la do lo que no sea Dios al comenzar los
que el ejercitante se siente hija o hijo que- Ejercicios.
rido por Dios y movido a la gratitud y a la
– Romanos 8,31ss: Para personas que
correspondencia.
puedan tender a la angustia, inspirar
Con perspectiva teologal y trinitaria, confianza y ponerse en manos de
el ejercitante toma más conciencia, en re- Dios.
lación con Dios Padre Criador, de su con-
dición filial y esta filiación, reconocida y – Magnificat: Poner a Dios en el cen-
vivida en el Hijo, sumerge al ejercitante tro, pero no en un pedestal, sino cerca
en el clima trinitario. Suelen ayudar algu- de modo que «se alegra mi corazón»
nos textos de apoyo: Colosenses 1,15-20 porque «mira mi pequeñez».
y Efesios 1,3-10 para asimilar la centrali- – Lucas 10,25-42: En el Buen Sama-
dad absoluta de Jesucristo; Juan 1,30-39 ritano y Marta y María se nos muestra
para ahondar en la atracción de Jesucristo. como la vida consiste en el amor ab-
Se puede también enfocar la oración soluto a Dios y al prójimo, pero supe-
como un ejercicio de acogida de todos los rando los espejismos de “lo religioso”
bienes que Dios nos da (“las otras cosas”) o de un servicio no bien orientado.
para “usar” y de desprendimiento de ellos – El Principito (capítulo 21) ofrece
(“quitarse”). En términos de elemental también buena materia laica para en-
psicología, saber decir «hola» y saber de- trar en la apertura de la fe.
cir «adiós». O también se recurre a la
práctica orante de la respiración: en este
1.4.4. Una reformulación secular del
movimiento vital, cuando uno inspira, PF: «Proyecto de Vida» o «Marco de
acoge y cuando expira, entrega; del mis- mi existencia»17
mo modo, recibimos la vida y si no la da-
mos a los demás, morimos. Naturalmente, Una formulación secular del PF como la
en prácticas como ésta, hay que evitar el que se presenta a continuación, puede ser
ensimismamiento egocéntrico. especialmente sugestiva para una persona
con mentalidad secular y se aplica inclu-
so a no creyentes. A partir de la reflexión
1.4.3. Algunos textos muy empleados, sobre este texto, lo más probable es que
entre otros muchos
el ejercitante se sienta incapaz de realizar
El arsenal de textos, sobre todo bíblicos, el proyecto propuesto y, así puede com-
de que se sirven quienes dan Ejercicios prender mejor el sentido de los Ejercicios,
15
precisamente para ayudar a conseguir la 1.5. En manos de Dios
libertad interior y disponerse a compro-
Es frecuente servirse durante la práctica
meterse. A continuación, mediante la con-
sideración de textos bíblicos, el ejercitan- del PF de la oración más reciente y fami-
te comprueba que este plan tan humano de liar a muchos cristianos de Charles de
realización personal es lo que Dios quie- Foucauld: «Padre, en tus manos…». Este
re… recurso no resulta ajeno al espíritu del PF
ignaciano. En efecto, en el Directorio del
«La persona humana está en esta tie- P. Vitoria, «basado en notas dictadas por
rra para apreciar, respetar y ayudar a san Ignacio», se dice que el fruto de los
los demás a realizarse plenamente; y,
Ejercicios será tanto mayor, cuanto el
mediante esto, realizarse ella misma;
ejercitante se abandone más «en las ma-
y las otras cosas sobre la haz de la
nos del Señor para que haga de él según
tierra están para la persona humana
su beneplácito, según aquello: Hijo mío,
y para que le ayuden a conseguir el
fin para el cual está en la tierra. dame tu corazón y lo llenaré»18. Más ade-
lante, se habla de la importancia de po-
De donde se sigue que el ser huma- nerse «totalmente en sus manos pues aquí
no tanto ha de usar de ellas cuanto le
está el fundamento de que hallemos lo que
ayuden para su fin, y tanto ha de qui-
deseamos»19. Y, para conseguir este aban-
tarse de ellas cuanto para ello le im-
dono total en manos de Dios, dice el Di-
piden.
rectorio, refiriéndose al ejercitante, que se
Por lo cual es menester hacernos ha de considerar bien el PF20.
libres ante todas las cosas, sin sentir-
Con estas expresiones repetidas, se
se atados a ninguna de ellas, en todo
lo que no constituye un perjuicio pa- resume bien la disposición inicial del
ra cualquier persona (no se puede ejercitante, que ha de conseguirse en el
elegir entre maltratar o no maltratar PF: entrega y abandono total, pero desde
a una persona); de tal manera que no la relación filial de sentirse de verdad hi-
queramos de nuestra parte más salud jo o hija de Dios, y con la gran confianza
que enfermedad, riqueza que pobre- de estar en manos del Padre. Empiezan
za, honor que deshonor, vida larga los Ejercicios con toda la exigencia de
que corta, seguridad que riesgo, cor- una verdadera experiencia de Dios
dura que demencia y del mismo mo- –abandono–, con toda la conciencia de la
do en todo lo demás; solamente de- propia dignidad –filiación– y con una
seando y eligiendo lo que más nos confianza que se deberá mantener y cul-
conduce para el fin a que nos senti- tivar continuamente –en manos del
mos llamados.» Padre–.

16
2. EXÁMENES Y CONFESIÓN GENERAL [24-44]: LA ARENA Y LA ROCA

Después del PF, el libro de los Ejercicios pera del ejercitante respuestas también va-
presenta un bloque de orientaciones so- riadas y continuas.
bre exámenes, confesión general y comu- Por tanto, la importancia de los exá-
nión que ayudan a dar el paso a lo con- menes viene indicada por el carácter de la
creto de la vida, después haberse movido experiencia de Dios que se realiza, la cual
el ejercitante en el horizonte más general no consiste sólo en unas actividades prac-
de la visión del sentido de la vida huma- ticadas con la máxima exactitud y fideli-
na. El ejercitante ha de ir haciéndose ca- dad, sino en una apertura existencial del
da vez más capaz de descubrir dónde ejercitante a la acción de Dios. San Beni-
está la roca sobre la cual construir, dis- to, en la Regla (4:57; 7:62-66), habla de la
tinguiéndola de la arena que sólo sostie- necesidad cotidiana de confesar el peca-
ne aparentemente el edificio de la vida do, de llorarlo y de enmendarse; y el duo-
humana. décimo escalón de la humildad es creerse
en todo momento reo de los propios pe-
cados. Ya se ve, pues, que no se trata de
2.1. Examen un ejercicio morboso, sino de un proceso
El Examen es una práctica espiritual an- continuo de purificación y de transparen-
terior a san Ignacio y no exclusiva de la cia espiritual.
tradición cristiana. Encontramos diferen- Al analizar los exámenes propuestos
tes formas de examen, con acentos espiri- en los Ejercicios, conviene tener muy pre-
tuales o morales distintos, en los pitagóri- sente este sentido evangélico profundo
cos y en los estoicos, en Sócrates, Séneca, para no desorientarse con algunos de los
en el rabinismo y en el islam. Y tanto en elementos que se proponen para practi-
la tradición bíblica como en la historia de carlo y que son concreciones o recursos,
la Iglesia (monacato, san Agustín, san a veces muy accidentales.
Juan Crisóstomo, Hermanos de la Vida
Común, Tomás de Kempis, etc.). El «Ejer-
citatorio de la vida espiritual» de García 2.2. Examen particular [24-31]
de Cisneros, conocido por Ignacio, acon-
seja y enseña esta práctica. [24] EXAMEN PARTICULAR Y COTIDIA-
NO. CONTIENE EN SÍ TRES TIEM-
En su sustancia, el Examen responde POS Y DOS VECES EXAMINARSE.
a la exigencia evangélica de vivir despier-
tos (“velad”) y estar atentos a las llama- El primer tiempo es, que a la mañana
das y a la acción de Dios. No es raro, pues, luego en levantándose, debe el hom-
bre proponer de guardarse con dili-
que en los Ejercicios se le de una notable
gencia de aquel pecado particular o
importancia, ya que los Ejercicios son una defecto, que se quiere corregir y en-
íntima comunicación con Dios que se ma- mendar.
nifiesta de formas muy distintas y que es-
17
[25] El segundo, después de comer. Pedir [29] La tercera. Conferir el segundo día
a Dios nuestro Señor lo que hombre con el primero, es a saber, los dos
quiere, es a saber, gracia para acor- exámenes del día presente, con los
darse cuántas veces ha caído en otros dos exámenes del día pasado y
aquel pecado particular o defecto, y mirar si de un día para otro se ha
para se enmendar adelante, y conse- enmendado.
cuenter haga el primer examen de-
mandando cuenta a su ánima de [30] La cuarta adición. Conferir una sema-
aquella cosa propósita y particular de na con otra, y mirar si se ha enmen-
la cual se quiere corregir y enmendar, dado en la semana presente de la
discurriendo de hora en hora o de primera pasada.
tiempo en tiempo, comenzando des- [31] Nota. Es de notar, que la primera g =
de la hora que se levantó hasta la ho- grande que sigue significa el domin-
ra y punto del examen presente; y go; la segunda más pequeña, el lu-
haga en la primera línea de la g = tan-
nes; la tercera, el martes; y así con-
tos puntos cuantos ha incurrido en
secuenter.
aquel pecado particular o defecto; y
después proponga de nuevo de en- [Sigue el gráfico con los siete pares
mendarse hasta el segundo examen de líneas paralelas]
que hará.
[26] El tercero tiempo, después de cenar El Examen particular es el primero que se
se hará el segundo examen asimis- propone. El evangelio enseña repetida-
mo de hora en hora, comenzando mente que la Palabra sembrada en el co-
desde el primer examen hasta el se- razón puede resultar poco o nada fecunda
gundo presente, y haga en la segun-
debido a algún obstáculo personal. Es pre-
da línea de la misma letra g = tantos
puntos cuantas veces ha incurrido en
ciso, pues, prestar una atención particular
aquel particular pecado o defecto. a lo que en el corazón de cada uno puede
ser impedimento a la acción de Dios. Esta
[27] SIGUENSE CUATRO ADICIONES
atención particular, orientada hacia la pu-
PARA MAS PRESTO QUITAR
AQUEL PECADO O DEFECTO PAR-
reza del corazón más que a la lucha con-
TICULAR tra los pecados, es la esencia del examen
“particular”. En los Ejercicios, Ignacio
La primera adición es que cada vez propondrá que se aplique sobre todo a la
que el hombre cae en aquel pecado
o defecto particular, ponga la mano
fiel observancia de las orientaciones me-
en el pecho, doliéndose de haber caí- todológicas («adiciones») que se dan al
do; lo que se puede hacer delante de ritmo de las distintas etapas. Estas «adi-
muchos, sin que sientan lo que hace. ciones», como veremos en su lugar, son
[28] La segunda. Como la primera línea
precisamente indicaciones para que todo
de la g = significa el primer examen, el sujeto, la persona entera, esté atenta
y la segunda línea del segundo exa- a la acción de Dios a lo largo de todo el
men, mire a la noche si hay enmien- día.
da de la primera línea a la segunda, Por tanto, después del PF orientado
es a saber, del primer examen al se- hacia el sentido general de la vida huma-
gundo.
na, el examen particular da un giro hacia
18
el compromiso particular de vida del ejer- Este Examen “general” se refiere a todo
citante. Mediante esta práctica de aten- el campo de pecados o faltas posibles.
ción a los actos concretos a lo largo de Para iluminar este vasto campo, se pre-
todo el día, se realiza un aprendizaje im- senta una larga lista de pecados y, junta-
portante de objetividad, cuya carencia mente, algunos criterios para valorarlos.
amenaza a menudo a las personas vueltas Una lectura de este largo fragmento ha de
de modo intenso hacia lo interior. tener muy en cuenta que «el vocabulario
Respecto de las ayudas concretas que y la manera de expresarse, en buena me-
aparecen en el texto de los Ejercicios (exa- dida, van en dirección contraria de nues-
minarse dos veces al día, anotar en unas tra cultura y sensibilidades. Hay que rea-
líneas las veces que uno ha faltado, po- lizar una transposición»21.
nerse la mano en el pecho al caer en el de- Un presupuesto que precede a todo el
fecto que se combate), es patente que no cuerpo de tres partes que sigue sitúa ya
todas tienen la misma importancia, aun- con cierta finura una distinción importan-
que sí vienen a reforzar una convicción: te: cuál es el campo de lo estrictamente
para la mejora eficaz de actitudes y com- moral, es decir, lo que sale «de mi propia
portamientos son necesarias algunas es- libertad y querer» [32] y lo que es campo
tructuras (aun pequeñas) de apoyo. Con de la experiencia espiritual, la cual natu-
todo, el objetivo principal es vivir atentos ralmente puede derivar en consecuencias
a la realidad concreta de dichas actitudes morales, según sean las reacciones de la
y comportamientos y renovar regular- libertad personal a los pensamientos “que
mente la voluntad de eliminar obstáculos vienen de fuera”. Esta distinción de los
concretos a la acción de Dios. tres pensamientos, que ya era algo común
en la tradición espiritual desde Orígenes,
ha sido interpretada hoy día desde la psi-
2.3. «Examen general de cología profunda, cosa que, dejando de la-
conciencia» [32-43] do las posibles discrepancias o los mati-
2.3.1. En qué consiste el Examen general ces necesarios, indica, por lo menos, la
importancia humana y espiritual que tie-
ne prestar atención a esta complejidad de
[32] EXAMEN GENERAL DE CONS-
CIENCIA PARA LIMPIARSE Y PARA
la vida interior del ejercitante22: es cierto
MEJOR SE CONFESAR es que hay pensamientos que nacen de mi
voluntad y los dominamos y otros que es-
Presupongo ser tres pensamientos capan de nuestro control, pero que con-
en mí, es a saber, uno propio mío, el viene descifrarlos, ya que pueden llevar-
qual sale de mi mera libertad y que- nos a actos buenos o malos.
rer; y otros dos que vienen de fuera,
Para apreciar bien el sentido del largo
el uno que viene del buen espíritu y el
otro del malo.
fragmento que sigue [33-42] hay que dis-
tinguir entre el carácter externo y su fina-
[Siguen las orientaciones para el exa- lidad. Esta clasificación y larga lista de pe-
men del pensamiento, de la palabra y cados es tributaria de unas ayudas para la
de la obra] [33-42]. preparación de la confesión que circula-
19
ban antiguamente: Confesionales, Suma en jurar por la criatura son más aptos y dis-
de confesores, Tratado de penitencia, puestos para hacer acatamiento y reve-
etc.23 En el siglo XVI la confesión era muy rencia a su Criador y Señor que los im-
poco frecuente y la preparación duraba perfectos» [39]. Así, de forma subliminal,
uno o dos días y otros dos la confesión y, Ignacio sitúa al ejercitante en el horizon-
por tanto, se hacía necesario algún recur- te de la contemplación para alcanzar
so para facilitar esta laboriosa práctica. amor, que se basa en la consideración de
Ignacio mismo nos relata su larga confe- la entrega y presencia de Dios en todo [cf,
sión en Montserrat (Aut 17), donde pudo 234-237]. Hacia esta cumbre se dirige el
utilizar el material que se halla en el Ejer- camino de los Ejercicios, camino que han
citatorio de la vida espiritual24. de recorrer también los “imperfectos”.
Sin embargo, más importante que el Además en esta contemplación e ilumina-
género de este fragmento de los Ejercicios ción el ejercitante se introduce poco a po-
es su finalidad: progresar en la «limpieza co en la integración de la naturaleza y la
–pureza– de corazón» (“para limpiarse”). gracia.
Por esto, Ignacio más que en los pecados «De la obra» [42]. «Amar con obras y
concretos insiste en las condiciones per- de verdad» (1Jn 3,18), porque las obras
sonales del pecado y analiza toda la com- son la encarnación de los pensamientos y
pleja trama de la actuación humana, las palabras. Además, como el mundo más
concretada en pensamientos, palabras y interior de pensamientos y palabras debe
obras. A continuación destaco algunos moldearse por la referencia a la realidad
puntos más sobresalientes del texto igna- objetiva de la palabra de Dios y su actua-
ciano25. lización en la Iglesia, la experiencia espi-
«Del pensamiento» [33-37]. Las con- ritual personal ha de exteriorizarse y so-
sideraciones ignacianas sobre la manera cializarse. De aquí la necesidad de tener a
de merecer o de pecar venialmente o mor- la vista «los diez mandamientos y los pre-
talmente con el mal pensamiento “que ceptos de la Iglesia y recomendaciones de
viene de fuera”, son una introducción en los superiores».
el discernimiento de espíritus, que presu- Este capítulo nos recuerda que la ex-
pone capacidad de «sentir y conocer las periencia de Dios no es algo meramente
varias mociones que en la ánima se cau- subjetivo y autónomo, cuestión sólo de
san» [313]. buenos sentimientos e intenciones, al
«De la palabra» [38-41]. Vale la pena margen de una conducta en la línea de la
poner atención a lo que Ignacio dice al re- voluntad de Dios, expresión de la bondad
ferirse concretamente al juramento: «Es de la vida. La búsqueda de Dios en la tra-
más concedido a los perfectos jurar por la dición bíblica va siempre unida al deseo
criatura que a los imperfectos; porque los de conocer su voluntad y de cumplirla.
perfectos, por la asidua contemplación e Por esto Ignacio encabeza los Ejercicios
iluminación del entendimiento, conside- con este capítulo, al cual, según las fuen-
ran meditan y contemplan más ser Dios tes, daba bastante importancia (cfr. Aut 68
nuestro Señor en cada criatura, según su y 70). Evidentemente que lo que Ignacio
propia esencia, presencia y potencia; y así pretende hoy ha de hacerse a través de una
20
formación actualizada de la conciencia. El primer punto es dar gracias a Dios
Con todo, tal vez queda como una cues- nuestro Señor por los beneficios reci-
tión pendiente ayudar al posible ejercitan- bidos.
te a superar una cierta anomia bastante
El segundo punto: pedir gracia para
común. De lo contrario, se acaba confun-
conocer los pecados y lanzallos.
diendo la experiencia espiritual con un
cúmulo de vivencias y “experiencias” po- El tercer punto: demandar cuenta al
co en sintonía con el carácter histórica- ánima: desde la hora que se levantó
mente concreto de la revelación: «quien hasta el examen presente de hora en
no ama, no conoce a Dios»; y se trata de hora, o de tiempo en tiempo; y prime-
un amor «con obras y de verdad». Así ro del pensamiento, y después de la
Ignacio llama la atención sobre la impor- palabra y después de la obra, porla
misma orden que se dijo en el exa-
tancia de la educación de la conciencia
men particular.
moral.
Sin embargo, no se ha de reducir la El cuarto punto: pedir perdón a Dios
instrucción ignaciana sobre el examen del nuestro Señor de las faltas.
pensamiento, de la palabra y de la obra a El quinto punto: proponer enmienda
una orientación sólo moralizante. En es- con su gracia. Pater noster.
tos párrafos de los Ejercicios hay que cap-
tar una mistagogía para ir progresando en El fragmento de los Ejercicios que acaba-
limpieza de corazón y en transparencia de mos de comentar no ha de desviar la aten-
los pensamientos, para el uso de la pala- ción y llevarnos a tergiversar la práctica
bra consciente de toda la densidad respe- del Examen como si se tratase de un ejer-
to, amor y verdad que puede vehicular cicio moralizante y, peor aún, minucioso
tanto en la relación con Dios como con los y torturante. El examen se ha de situar en
hombres, para medir la calidad de nues- la perspectiva de la Alianza, relación amo-
tras obras en referencia a pautas objetivas, rosa que lleva a una exigencia connatural
pero dependientes de nuestras actitudes de correspondencia humana a Dios. Por
personales profundas. Así el Examen no tanto, el Examen es la manifestación
es «una mera revisión escrupulosa y deta- constante del deseo de responder al amor
llada de nuestras acciones, sino más bien incesante y concreto de Dios.
una constante verificación de nuestra vi-
da en cuanto debe estar siempre en armo- 1) De aquí que el primer punto que se
nía con el Espíritu»26. propone es “dar gracias”: reconocimiento
gozoso de la acción de Dios en la propia
2.3.2. Práctica del Examen general vida.
2) A partir de este sentimiento de gra-
titud, bien concretado en la historia per-
[43] MODO DE HACER EL EXAMEN GE- sonal dentro del contexto social en que se
NERAL Y CONTIENE EN SÍ CINCO desenvuelve, y sobre el telón de fondo del
PUNTOS amor de Dios que es Luz, resulta más fá-
cil y más higiénico (espiritualmente ha-
21
blando) descubrir, con la gracia de Dios, El primero. Dado que quien cada año
qué hay que pedir, la necesidad de conver- se confiesa no sea obligado de hacer
sión (respuesta al Amor): «pedir gracia confesión general, haciéndola hay ma-
para conocer los pecados y lanzallos»; yor provecho y mérito, por el mayor do-
«demandar cuenta al ánima…»; «pedir lor actual de todos pecados y malicias
perdón a Dios…»; «proponer enmienda de toda su vida.
con su gracia». El segundo. Como en los tales ejer-
En definitiva, la práctica del Examen cicios espirituales se conocen más in-
es una forma muy personal de oración. teriormente los pecados y la malicia
Además, en la medida que se progresa en dellos, que en el tiempo que el hombre
la lucidez interior, fruto de las orientacio- no se daba así a las cosas internas,
alcanzando ahora más conocimiento y
nes precedentes, la persona será capaz de
dolor dellos habrá mayor provecho y
captar las posibles llamadas interiores del
mérito que antes hubiera.
Señor, es decir, discernir los sentimientos
espirituales que brotan en el corazón. El tercero es consecuenter, que, estan-
Aunque Ignacio propone la práctica do más bien confesado y dispuesto, se
del Examen para los Ejercicios más sen- halla más apto y más aparejado para
cillos de iniciación en la anotación 18ª, él recibir el santísimo sacramento; cuya
recepción no solamente ayuda para
mismo siguió practicándolo, incluso el
que no caya en pecado, mas aun para
Examen particular, hasta el final de su vi-
conservar en aumento de gracia; la
da. Esto muestra que el ejercicio espiritual cual confesión general se hará mejor
del Examen permite niveles más o menos inmediate después de los ejercicios de
altos en su realización, ya que es la tarea la primera semana.
de progresiva transparencia y docilidad a
la acción de Dios, que por el Espíritu ac-
túa en el corazón de cada persona. En los Esta confesión se ha de interpretar en la
Ejercicios es, pues, fundamental la prácti- línea de la experiencia espiritual de los
ca del Examen general y particular para Ejercicios y no simplemente como una
progresar en la sensibilidad espiritual co- necesidad moral de “confesarse”. Se su-
mo base de una vida espiritual más ver- pone que el ejercitante ya satisface habi-
dadera, más libre y más fiel en el amor27. tualmente a la conveniencia de reconci-
liarse con Dios. Cuando Iñigo realizó su
larga confesión general en Montserrat ya
2.4. El sacramento había participado anteriormente en este
de la reconciliación [ 44] sacramento en Loyola. Sin embargo, la
confesión de Montserrat tenía un signifi-
[44] CONFESIÓN GENERAL CON LA
cado de plenitud y de transparencia espe-
COMUNIÓN
cial, como puede verse en su mismo rela-
En la general confesión, para quien to del peregrino28.
voluntarie la quisiere hacer, entre La confesión general es, pues, parte de
otros muchos, se hallarán tres prove-
los Ejercicios, incluso se puede concebir
chos para aquí.
como la culminación de la Primera Sema-
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na y como uno de los elementos eclesia- dimensión particular y práctica de la vida
les fuertes de la experiencia [cf. 20: cristiana. Dicho de otro modo, son dos ca-
Vísperas y Misa]. Con todo, es una prác- ras de una misma realidad que se impli-
tica voluntaria. Una nota aclaratoria igna- can recíprocamente.
ciana dice que, de ser posible, es mejor Consecuentemente, abriendo los dos
que el que da los ejercicios no confiese al batientes el ejercitante se va introducien-
ejercitante. Esto confirma dos cosas: que do en la tarea de “hacer” los ejercicios; es
el ámbito de ayuda del acompañante no es decir, va pasando de la consideración a la
inmiscuirse en la respuesta que el ejerci- realización.
tante da a Dios, sino el de las mociones y La parte de Exámenes –confesión–
pensamientos que «siente» [cf. 17], y que comunión no sólo pertenece al mismo
el ejercitante ha de sentirse siempre libre curso de los Ejercicios, sino que puede
en todo lo que hace, sin la menor sombra aislarse de ellos y constituir una forma de
de coacción. Por otro lado, la persona que iniciación a una vida cristiana más seria30.
da ejercicios no ha de ser necesariamente Además, es un excelente modo de prepa-
sacerdote, como es obvio. ración a la práctica de los Ejercicios com-
En cualquier caso, es bueno que la pletos, como lo muestra el método segui-
confesión se realice en un momento ya do por Iñigo con su amigo Pedro Fabro,
avanzado de los Ejercicios, por lo general al cual preparó con estos recursos duran-
en Primera Semana, de modo que el ejer- te cuatro años31.
citante viva este gesto como sacramenta- Finalmente, como ha aparecido en to-
lización de la experiencia de la misericor- do lo que precede, las diversas orienta-
dia ya experimentada en su interior ciones comentadas de los Ejercicios Espi-
durante los días de Ejercicios. rituales encierran de forma embrionaria
o implícitamente referencias a partes im-
2.5. Conclusión general
portantes de los Ejercicios completos: PF,
discernimiento, oración personal, con-
Al terminar el comentario sobre el PF, los templación para alcanzar amor. Esto indi-
Exámenes y la confesión general con la ca que la persona que acompaña, como
comunión, podemos llegar a estas conclu- fue el caso de Iñigo, ha de estar siempre
siones que iluminan la aplicación de los atenta a la riqueza espiritual de las distin-
Ejercicios, siempre necesaria. tas prácticas, a la experiencia espiritual
El PF por un lado, y los exámenes y la que suscitan y a los deseos interiores y de-
confesión general y comunión por otro, mandas que brotan en el corazón del ejer-
forman como los dos batientes de la puer- citante. Los caminos que nos introducen
ta de entrada de los Ejercicios29. El PF abre al encuentro con Dios pueden ser muy
a una visión general del sentido de la vi- modestos, pero Dios es infinito en su
da cristiana, los Exámenes y la confesión Amor y no tiene normas que le aten en su
general con la comunión orientan hacia la deseo de comunicarse.

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