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El existencialismo y sus planteamientos más importantes

y relevantes desde la perspectiva de Soren Kierkegaard,


Gabriel Marcel , Jean Paul Sartre y Albert Camus.

El existencialismo se entiende como una correspondencia


filosófica o fenómeno sociológico en la que se cuestiona la
filosofía de la existencia. En ella se intenta captar el problema
ontológico del individuo y la preocupación del hombre por su
existencia.
Según Guillermo de Torres, el existencialismo es una tendencia
filosófica que se desarrolla a partir de la decadencia que surge en
Europa al concluir las guerras. Sumando a esto, las dictaduras
que surgen luego de las guerras en Europa, que destruyen y
retardan el orden.
Se considera el movimiento existencialista al periodo de
revalorización de la vida en las primeras décadas del siglo XX.
Se trata de un momento de crisis para el hombre y los problemas
que acarrean las guerras mundiales, las cuales promueven a un
cuestionamiento de la univocidad de la razón y del ser, junto con
la pugna filosófica que se desarrolla a principios de la primera
década de siglo

Esta corriente filosófica, discute y propone soluciones a los


problemas inherentes a la condición humana, como el dilema de
la Guerra, el tema del tiempo y la libertad ya sea esta física o
metafísica, la relación de Dios- hombre, el ateismo y la
naturaleza del hombre.
El existencialismo encuentra su antecedente más significativo en
el filósofo danés Soren Kierkegaard (1813-1855), reconocido
como el “padre del existencialismo,” quien influyo en el filósofo
francés Jean Paúl Sartre. Esta corriente se extendió y su
popularidad creció después de los problemas morales y éticos
que trajo la segunda Guerra Mundial, y termino en formarse el
llamado irracionalismo filosófico formado por pensadores y
novelistas como Jean Paúl Sartre, Albet Camus, y el alemán
Martín Heidegger.
La característica más importante del existencialismo, es la
atención que ofrece a la existencia concreta individual del
hombre, por lo tanto rechaza la especulación abstracta y
universal.
Con gran acierto se han considerado precursores del
existencialismo ya en el siglo XIX, al ruso Fedor Dostoivski y los
alemanes Schopenhauer, Max Stirner y Nietzsche. Aunque la
palabra existencialismo no había sido acuñada en su época, el
pesimismo y los rasgos del movimiento son características de sus
obras.
El existencialismo es un movimiento altamente conciente, la
rebelión existencial es impotente y desesperanzada. Crea
personajes subhumanos herederos de Dostoievski, esclavos de
su condición, solitarios, desesperanzados, agotados. El drama
que representa la rebelión existencial presenta el infierno de la
era moderna.
Para Brusteim, el existencialismo es un romanticismo vuelto
sobre si mismo que ha comenzado a corromperse. El
romanticismo en contacto con los poetas infernales que se
estaban formando. Baudelaire, “Las flores del mal”, “Los cantos
del Mardorat” de Lautreamont. El rebelde existencial es un
neorromántico furioso contra la existencia avergonzado de su
condición humana sublevado contra si mismo

Kirkegaard es quien abre la primera brecha, se negaba a ser un


filosofo de una doctrina determinista. Para kirkegaard tanto la
desesperación como la angustia son necesarias en el hombre ya
que son el camino para la fe y la salvación. Kirkeggard se inclina
hacia una filosofía que se preocupa por lo subjetividad, que
equivale a la realidad y a la verdad, la filosofía existencial de
heidegger, Karl Jaspers y el existencialismo de Sartre y Camus.
El existencialismo se vincula al expresionismo aunque la angustia
existencial esta más relacionada con la desesperación como la
entiende Kirkeggard en su Tratado de la desesperación.
El rebelde existencial es un neoromántico furioso contra la
existencia, avergonzado frente a su condición humana. La
filosofía del Tratado de la desesperación, la desesperación es
demoníaca, expresa la amargura de querer ser en oposición a las
coacciones. Kirkergaard plantea que la angustia surge en el
individuo como consecuencia de su pecado pero la noción de
pecado es inmanente pues todo individuo se torna culpable por si
mismo.
Kirkegaard no busca el sentido de la existencia como los
existencialistas sino aquello que le da sentido. La existencia no es
para él el ser, si no un modo en el ser que se encierra en si
mismo.
En el existencialismo kinkergaaliano el hombre no es por si
mismo, y su salvación esta en desconfiar, desesperarse por
completo de si mismo y entregarse en las manos de Dios hasta el
absurdo.
En el existencialismo de Sartre, el ser humano debe hacer una
elección y ser responsable de esa elección. Por otro lado el
nihilismo de Sartre niega la existencia de toda base para el
conocimiento. Según Esslin, Sartre no pertenece al teatro del
absurdo pero fue sin dudas una de las bases para su desarrollo
junto con Albert Camus, Antonin Artaud, Bertold Brecht y Luiggi
Pirandello.
Sartre se ocupa de tres aspectos de la existencia humana,
enajenación y soledad, libertad y responsabilidad. Para él, cada
hombre vive dentro de su propio mundo y realmente nunca
puede comunicarse con otros mundos pero su conciencia
constituye su libertad y esta libertad le permite elegir. Al hacer
una elección, el hombre existe y por tanto se crea así mismo.
Sartre afirma que la verdad y la acción que conlleva a la libertad
de acción o libre albedrío dependen de la subjetividad o de que
la existencia precede a la esencia. Se trata de la eliminación de
Dios y de la definición de que el ser humano visto como el único
capaz de hacerse a si mismo por lo cual debe asumir su
responsabilidad.
El existencialismo suele declarar que el hombre es angustia. En
El ser y la nada, Sartre señala que el ser humano es un proyecto
que vive subjetivamente sobre la base del encuento con la
angustia del contacto con el mundo, con la nada. En esta obra
Sartre plantea que la esencialidad de la existencia se adquiere
con la conciencia de la muerte.
La propuesta que plantea Albert Camus en El mito de
Sísifo es que la solución ante la perdida de sentido de la vida
promueve al suicido. Esta desvaloración es la que produce la
situación del absurdo, en el cual se privilegia el suicidio como
una conclusión a los problemas del hombre frente a la soledad o
la alienación.
En El mito de Sísifo , Albert Camus destaca el vínculo entre lo
absurdo y el suicidio. Señala que el origen de la desesperación
que aboca al ser humano hacia el suicidio no tiene que ver con la
sociedad sino con la pugna individual. Para él, la gente se suicida
por reflexión.

El suicidio implica confesar que no se comprende el sentido de la


vida y que por lo tanto no se merece vivirla. El suicidio es una
solución ante el absurdo. Señala Camus que quienes se suicidan
son aquellos que suelen estar seguros del sentido de la vida. No
obstante esta propuesta del suicidio de Camus y su relación con
el absurdo están vinculados a la filosofía existencial que
desarrolla Soren Kinkergaard sobre la base de una preocupación
religiosa por el espíritu y por el yo .

Bibliografía
Camus, Albert. El mito de Sísifo
Kierkegaard, Soren. Tratado de la desesperanza.
Marcel, Gabriel. Homo Viator.
Sartre, Jean Paul. El mito de Sísifo.

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