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TEOTIHUACAN: “el lugar donde el tiempo comenzó”.


La elección del sitio como representación de un universo.
Arq.Gisella Milazzo.-
1.- Introducción

Teotihuacán, primera y más grande ciudad preindustrial de Mesoamérica, se encuentra ubicada


dentro del altiplano central mexicano, en la cuenca del Valle de México, a más de 2000 mts. de altura.
Múltiples fueron los factores que determinaron la elección del sitio: disponibilidad de recursos
naturales, acceso a rutas de intercambio entre distintos ambientes biofísicos, mejores condiciones para
la agricultura, etc. Todos estos condicionantes interactúan y son realmente incidentes, pero no agotan el
tema. En una cultura mesoamericana, la causa primera (difícil de entender para nuestros ojos
occidentales) está relacionada con una cosmogonía muy distinta a la nuestra, en la cual “el lugar” es la
manifestación de una realidad sagrada, sobrenatural, que lo diferencia del caos de la homogeneidad
circundante.

2.-La situación geográfica.

Mesoamérica presenta variaciones en la adaptación cultural a las grandes diferencias geográficas


de las distintas zonas, resultando que las tierras altas, dada su aridez, concentran la población en
función de la agricultura intensiva, cosa que no sucede en las tierras bajas, aunque ambas conforman
regiones simbióticas generalmente compuestas de un elemento altiplano y otro bajo.
El Valle Central Mexicano ha sido siempre paso de las rutas de intercambio entre las distintas
regiones. 1 Su medio ambiente, con un microclima protegido por los cordones montañosos, sus suelos
relativamente mejores que los del norte (ya que pueden irrigarse), la existencia de lagunas, agua potable
y yacimientos de obsidiana (indispensable para la elaboración de herramientas ante la inexistencia de
metales)2, sumado a la presión ejercida por los pueblos nómades provenientes del sur de los Estados
Unidos y el Norte de México, han favorecido el asentamiento temprano de diversos grupos humanos.
Este valle es una unidad natural de 8000 km² claramente delimitada, con una serie de lagos,
lagunas y pantanos de agua dulce de poca profundidad. Un gran lago salado, el Texcoco, alimentado al
sur por dos lagunas de agua dulce y otras dos al norte y el río Acolman, un meandro de arroyos que
recoge las lluvias del valle de Teotihuacán al noreste. Se encuentra rodeado en sus lados este, oeste y
sur por altas cadenas montañosas que superan los límites aptos para el cultivo (dado que las heladas no
permiten superar los 2600mts.) y elevaciones de menor envergadura en la zona norte, las que, de todas
maneras, conforman una frontera dada la aridez de las tierras septentrionales.
Esta unidad constituye una cuenca de drenaje interno con un alto grado de autosuficiencia, que
tiene sólo dos pasos, uno al Sudeste (hacia el Estado de Morelos) y otro hacia el NE que, a través del
valle de Teotihuacán conecta con las regiones de Tlaxcala, Puebla y los pueblos de la costa del Golfo
(Estado de Veracruz), situación importantísima para el intercambio de obsidiana por productos como el
cacao, algodón, animales, vegetales, etc.
Este valle presenta marcadas diferencias entre el norte, menos lluvioso (550 mm anuales) y el sur
con mayores precipitaciones (1000mm anuales) las que a su vez ascienden con la altura.
Dentro de esta cuenca, dividida por varios ríos pequeños y barrancas que proveen agua sólo en
períodos de lluvias, algunas zonas dependen del riego de temporal, ya que sus arroyos son estacionales,
lo que además hace que no haya canales navegables. La zona oriental, en cambio, posee un suelo de
aluvión que permite el sistema de riego por canalizaciones, además de numerosos manantiales, fuente
de agua potable permanente. 3
Teotihuacán, cabeza de esta llanura de aluvión, es una subdivisión del Valle de México. Se trata
de un valle lateral, desagüe del Río San Juan (tributario del lago Texcoco que luego adopta el nombre de
Barranca de los Muertos), ubicado al noreste del gran valle. Mide aproximadamente quince kilómetros de
largo por siete de ancho y su altura promedio es de 2280 mts sobre el nivel del mar. Asciende en suave
pendiente hacia el norte y remata en el cerro Gordo, que lo protege de los vientos fríos del norte.
Su suelo está formado por una lengua de lava volcánica cubierta de una delgada capa de tierra
aluvial. Las rocas que se encuentran bajo la tierra vegetal son capas gruesas de tobas blanquecinas o
amarillas intercaladas con lechos de arenas aluviales. Estas tobas son cenizas volcánicas violentamente
arrastradas por las aguas junto con partículas de piedra pómez aglomeradas con arcilla algo ferruginosa
permeable y de aspecto terroso. Este suelo es conocido en México como tepetate y es muy resistente
para soportar construcciones.
Sus límites naturales están dados por una serie de volcanes extintos hacia el norte (Cerros
Gordo, Chiconautla y Malinalco) y la sierra Patlachique, ligada con las estribaciones de la Sierra Nevada,
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hacia el sur y sureste, abriéndose en el suroeste hacia la llanura de Texcoco y hacia el noreste a la
meseta.
La vegetación natural se concentra en los cerros, dado que las zonas más altas poseen mayores
precipitaciones. El resto posee durante siete meses humedad insuficiente dado que los aguaceros se
dan sólo durante cinco meses. Esto hace que la parte baja del valle, en la que el agua se encuentra en la
superficie, sea la más productiva para los cultivos. Esto se debe a la presencia de manantiales
permanentes que son canalizados hacia dicho lugar.
No se debe olvidar que este paisaje es diferente del original, ya que probablemente el clima era
menos seco, era mucho más abundante la vegetación, y por lo tanto la fauna (los densos bosques se
agotaron por la tala de árboles para la construcción) y que el lago se extendía hasta sus proximidades
permitiendo la pesca y la caza de aves acuáticas en sus riberas pantanosas y planas que dieron origen
al sistema de chinampas utilizado posteriormente por los aztecas 4.

3. - Los grupos humanos.

El valle de México estuvo poblado desde el 10000 a. C. por cazadores de mamuts (evidencia más
antigua de norteamérica). Los primeros asentamientos detectados en el Valle Central Mexicano
corresponden a aldeas neolíticas en torno a lagunas, con alguna estratificación social como el caso de
Tlatilco (detectada por la distribución no homogénea de bienes suntuarios en ofrendas de
enterramientos) pero que no han dejado rastros de arquitectura (esta sedentarización de pueblos
cazadores pescadores se produce hacia el año 9000 a. C., en un proceso muy lento dado por las
condiciones medioambientales favorables).
Entre los años 3000 a. C. y 1000 a. C., 5 se registran poblados agrícolas primitivos. Es aquí donde
comienza la mayoría de las invenciones culturales. En el período que va del 1600 a. C. al 1400 a. C. se
registra la irrupción de grupos con patrones culturales olmecas en la confluencia de ríos y lagos y sus
riberas, los que habrían aportado la tradición de planificación de centros ceremoniales de envergadura
en el período Formativo (se detecta una arquitectura de basamentos y taludes de contención de tierra
apisonada con adobes, y templos en la parte superior).
Hacia el año 500 a. C., en la etapa final de esas primeras poblaciones rurales, aparece en el sudoeste
de la cuenca, Cuicuilco, un importante asentamiento, con arquitectura de carácter monumental y rastros
de intercambio con distintas zonas de mesoamérica desde épocas muy tempranas (espejos de hematite
del Golfo, mosaicos de turquesa de los yacimientos de Nuevo México, etc.). Allí aparecen todos los
elementos de la cultura arquitectónica y urbana mesoamericana, como los cuerpos troncopiramidales
escalonados y las escalinatas flanqueadas por alfardas.
El resto del valle presenta aldeas o villas en la cima de las colinas y sitios de explotación. Dentro
del valle de Teotihuacán, estos poblados tienden a concentrarse en la Sierra Patlachique.
Hacia el año 200 a. C., encontramos dos grandes centros dominando la cuenca: Cuicuilco y Teotihuacán,
a uno y otro lado del sistema lacustre. Ambos poseen arquitectura ceremonial y civil, así como talleres
artesanales. Existe un tercer centro en el sudeste del lago, Tlapacoya con importantes rastros de
arquitectura similar a los anteriores.
Además de estos dos centros, aparecen cinco grupos de asentamientos de distintas
características:
1. en la llanura lacustre del sudeste encontramos mayor densidad de población pero con escasa o
ninguna arquitectura monumental.
2. en el subvalle de Amecameca y en el extremo noroeste del valle, hay pequeños sitios esparcidos sin
arquitectura.
3. en la península de Ixtalpalapa, se detectan unos cuantos sitios en el piedemonte escarpado, los que
provendrían de un abandono anterior del resto de la península, y donde se observan montículos. 6
4. cuatro conjuntos de asentamientos en el lago Texcoco con modesta arquitectura monumental y
pequeños sitios esparcidos.
5. el Valle de Teotihuacán presenta la mitad de su población concentrada en el centro urbano,
encontrándose el resto en asentamientos menores. 7
Alrededor del año 200a.C, el volcán Xitle entra en erupción y tapa las poblaciones del sur del
lago, dejando a Cuicuilco bajo la lava. Esto provoca probablemente la migración de las poblaciones del
sur hacia Tlapacoya y Teotihuacán. A partir de aquí se produce un gran crecimiento demográfico en
Teotihuacán, que en 200 años duplica su población, mientras que su valle queda poblado apenas con
escasas comunidades rurales que reducen su tamaño y marginan su función, por lo que se ha sugerido
algún tipo de dominación. Paralelamente el Valle de México presenta una ocupación contínua pero sin
aparición de nuevos centros.
Al final de este proceso (año 650d.C), la población de Teotihuacán es veinte veces mayor que la
3
de cualquier otro centro. 8 Muchas han sido las teorías respecto de las causas de esta concentración de
población, pero todavía no se ha determinado si alguno de los factores fue preponderante o hubo una
interacción de todos ellos. 9
Luego de este reordenamiento demográfico (producido en el período Clásico), entre los años 700
y 750 de nuestra era, la dimensión de Teotihuacán se reduce rápidamente, es destruida por el fuego y
abandonada en parte y los habitantes vuelven a instalarse en comunidades distribuidas en distintos
puntos de la cuenca alrededor de los recursos naturales. Entonces crece la población en las partes
aluviales del fondo del valle, que en el período anterior se encontraban escasamente habitadas,
aglutinándose en pequeños centros sobre los cuales se concentrarán seis grandes sitios con arquitectura
cívico ceremonial y sin población rural. 10
Así, entonces, este es un largo proceso que va desde las poblaciones seminómades a la
sedentarización y agricultura, con un fuerte crecimiento demográfico que, en determinado momento y por
causas aún desconocidas, concentra la población en un monstruoso fenómeno urbano. Cuando este
gran centro declina, los habitantes evacuados se dirigen a otros puntos del valle pero ya no son
asentamientos rurales. El individuo pasa de ser campesino rural y agricultor, a ser inmigrante y
especialista. La sociedad es ahora irreversiblemente urbana y el hombre, al decir de Gordon Childe, un
citadino.

4. - El Sitio

Más allá de los factores descriptos, los que son de mucha relevancia para la elección del lugar
donde asentarse, en las culturas mesoamericanas entran en juego otras consideraciones relacionadas
con una cosmogonía muy distinta a la occidental.
En este marco cobran valor otros elementos tomados del entorno natural que pasan a ser
sacralizados, los que son de fundamental importancia en la determinación del emplazamiento de la
ciudad y escapan a la lógica de Occidente.

4-1. -La cueva: conexión con el inframundo (el agua)

En el México prehispánico, las hoquedades naturales se encuentran ligadas a la religión,


representan lugares de emergencia. Para el mesoamericano, la cueva es la entrada al inframundo,
cámara funeraria y acceso al vientre de la tierra, al mundo interior, y por lo tanto propiciatoria de
fertilidad, en la medida en que allí suelen brotar los manantiales, convirtiéndola en casa de los espíritus
del agua. La tierra es considerada como algo indestructible, donde todo se crea y donde todo regresa.
Esto genera ceremonias de petición relacionadas con las cosechas.
En Teotihuacán, desde el Formativo, la presencia de una cueva-gruta emplazada bajo la pirámide
del Sol, motiva peregrinaciones que aparentemente son de convocatoria regional.
Esta cueva se origina en una burbuja de aire dentro de la corriente de lava, la que finalmente fue
cubierta por la tierra. El túnel natural termina en múltiples cámaras distribuidas en forma de trébol de
cuatro hojas. En ella se han encontrado figurillas del período Preclásico y cerámicas relacionadas con la
contención de líquidos, lo que reafirmaría la existencia de ceremonias vinculadas con el agua y la
filtración de la misma dentro de la caverna. 11
Las últimas investigaciones suponen, a partir de que la zona norte tiene un sustrato formado por una
lengua de lava volcánica, la presencia de cuevas relacionadas con manantiales en la pirámide de la
Luna, e infieren que las tríadas templarias más antiguas allí localizadas, tendrían un origen similar. Estas
conjeturas se confirman con la representación de cuevas en los murales y la aparición en los códices de
una asociación pirámide-cueva en el glifo-emblema de Teotihuacán.
La presencia de estas grutas explicaría, desde el punto de vista religioso, la conjunción de etnias
de distintos lugares de Mesoamérica en Teotihuacán, que desde esta óptica es visto como un gran centro
de peregrinación, un punto de llegada, un oráculo. La pirámide del Sol representaría el foco de la
creación, el lugar de entrada donde la era presente había comenzado y la clase humana se había
convertido en ser.

4-2. -. El paisaje sacralizado (la tierra)

El hombre mesoamericano, a diferencia del occidental, no se opone a la naturaleza sino que es


su aliado. Su ubicación en el paisaje evoca hondas emociones de una cosmogonía sagrada.
El espacio plano del valle de Teotihuacán está delimitado por los volúmenes de las elevaciones
que ascienden y descienden rítmicamente. Estas montañas son, por un lado, fuente de agua, dado que
de allí provienen los manantiales y que sobre ellas se colocan las nubes portadoras de lluvia, pero por
4
otro lado, también representan la tierra que se eleva al cielo, el elemento que conecta el mundo superior
con el inferior.
Así, el diseño y el emplazamiento de los monumentos de Teotihuacán evocan permanentemente
este paisaje montañoso, estableciendo entre sus templos relaciones análogas a las que ha establecido la
naturaleza circundante.
La pirámide de la Luna es una abstracción geométrica del cerro Gordo, montaña omnipresente, y
remata el conjunto como dicho cerro remata el valle. La pirámide del Sol parece ser la propia imagen de
la cumbre de la sierra Patlachique.

4-3. - Los astros: indicadores del devenir (el cielo)

Los mesoamericanos vinculaban el cielo a todos los aspectos de la cultura, entretejiendo mito,
religión y astrología y relacionando los fenómenos del entorno celeste con el acontecer humano.
Su cosmogonía une en un todo al espacio y el tiempo, ya que este último se desplaza por
cuadrantes adoptando distintas personalidades divinas, vinculando así a los dioses con regiones del
espacio físico. La conjunción de los astros es marcada en el espacio con determinados hitos y, más aún,
condiciona la elección del sitio.
En Teotihuacán, las Pléyades pasaban por su orto helíaco el día del primer paso anual del sol por
el cenit, en que el mismo no proyecta sombra. Esta fecha cobra importancia porque comienza la época
de lluvias y a partir de ella se demarcan las estaciones siendo el arranque del año calendárico.

4-4. - La fundación mítica. (la historia)

Los aztecas, en su deseo de establecer un hilo histórico de legitimidad para su hegemonía, hacer
su llegada menos accidental y su lugar en el cosmos menos arbitrario, se dicen descendientes de los
Toltecas, marcando su fundación política en Tula, eligiendo como filiación mítica a Teotihuacán.
La recuperación de esta tradición es una estrategia para mantener su posición dominante, ya que
así sus gobernantes adquieren un aura sagrada.
Para fines del Clásico, Teotihuacán era un culto renombrado y punto de peregrinación. La Cuenca
de México continúa venerando sus imágenes aún después de la declinación del centro. La cultura azteca
continúa peregrinando al lugar, y su clase sacerdotal excava y retira objetos sagrados que coloca en su
templo mayor, imitando formas arquitectónicas y pinturas murales (igual actitud toman con las culturas
Olmeca y Tolteca).
Conocemos sus versiones a través de fray Bernardino de Sahagún, quien nos relata una
migración del Tamoanchan mítico en la que se nombran montañas de tierra donde se instalaron e
hicieron otros montones de tierra a sus gobernantes muertos cuando no estaba el alba. Así, de acuerdo
a la tradición, Teotihuacán es camposanto de gobernantes y el que allí murió se volvió un dios, de donde
se desprende que es el lugar donde el hombre puede volverse un dios, o el lugar donde nacen los
dioses.
La cosmogonía mesoamericana divide la historia en eras históricas a las que llama soles. A lo
largo de los milenios hubo cuatro soles y cada sol terminó en un cataclismo diferente: jaguares que
devoraron a la gente, huracanes que lo arrasaron todo, lluvia de fuego y un gran diluvio. El quinto sol
terminaría con terremotos, pero tenía que ser creado. Ubican su época dentro de este quinto sol,
adjudicándole a Teotihuacán el rol de haber sido el sitio donde se inició, el de ser “el lugar donde su
tiempo comenzó”. El mito cuenta que después de que el Sol murió, los dioses se reunieron allí para crear
otro sol. Cuando aún todo estaba en tinieblas, cuando aún no había lucido ningún sol y jamás
amanecido, los dioses se reunieron y tomaron consejo entre ellos en Teotihuacán y el dios pobre se
arrojó al fuego y se convirtió en Sol. Entonces el dios rico lo imitó y se convirtió en Luna.
Miguel León Portilla, nos dice que las crónicas relatan :[...] “ De acuerdo con la tradición oral,
los hombres se convirtieron en peces al final del cuarto sol; sólo quedó una pareja, la cual con
grandes tribulaciones trató de hacer fuego, pero debido a la gran humedad del lugar, sólo produjo
humo, que lo cubrió todo. El dios mayor los degüella por esto y a los dos le pone cabeza de perro,
con la que naturalmente no pueden subsistir por ser ajena a sus cuerpos; cuando mueren aparece
el inframundo, el cual se forma de sus huesos y representa al dios de la muerte”. [...] 12

5. - Conclusiones

Todos estos factores confluyen en la elección del sitio y en la forma en que se emplaza la ciudad
dentro del paisaje.
La implantación es así resultante de múltiples relaciones direccionales que entrelazan todos estos
5
aspectos, dando como resultado una traza que, vista desde una mirada occidental, podría ser
consecuencia de una actitud racional sobre la naturaleza, pero que muy por el contrario está imbuida de
una sacralidad que resulta para nosotros muy difícil de ser penetrada.
Así, el eje principal, la Calzada de los Muertos, es una línea que lleva desde el valle hasta el
Cerro Gordo pero a su vez es la perpendicular de la línea naciente–poniente, marcada por la trayectoria
del sol el 6 de junio, día en que éste pasa por el cenit. Este eje a su vez coincide con el trayecto de
acceso a la cueva sagrada sobre la que se encuentra la pirámide del Sol.
Por otra parte la dirección de la Calle de los Muertos se habría originado en la conexión de la
cueva con la cúspide del Cerro Gordo, dando una desviación de 15º 30’ aproximadamente respecto del
norte magnético (llamado norte Teotihuacano). El largo acceso a la cueva, perpendicular a esta dirección,
coincide con la trayectoria de la puesta de las Pléyades. A su vez una línea visual paralela a la principal,
une la cúspide del Cerro Gordo, la pirámide del Sol y el centro de la Ciudadela rematando en la Sierra
Patlachique. Así, toda la ciudad se arma en función de estas direcciones y sus edificios se implantan con
consideraciones de este tipo. 13
René Millon lo ha llamado “encrucijada del cosmos”, centro donde el mundo viejo y el nuevo se
encontraban aparentemente, sitio al que la región estaba supeditada.
Aquí predomina la dirección Norte-Sur (teotihuacanos), a diferencia de otros centros
mesoamericanos en los que prevalece la orientación este-oeste, y esto está dado por cuestiones
relacionadas con un fondo ideológico religioso.
¿ Cuál de estos factores fue el que prevaleció? Probablemente ninguno en especial sino el conjunto de
todos ellos, que a partir de sus coincidencias dan el carácter sagrado al sitio. Su plan artificial puede
deberse a un plan de trascendencia cósmica que concibe a lo sagrado como algo organizado y
sistematizado. La ciudad, como la construcción divina del cosmos tiene base geométrica y numeral, calco
de las leyes que rigen el Universo.
El urbanismo prehispánico es una construcción coherente que no desliga el pensamiento de las
realidades. No se concibe a la ciudad como algo independiente del entorno, con vida y dinamismo
propios. La misma no está alejada de la naturaleza y dominándola. El hombre americano prehispánico
tiene un único y gigantesco mapa de la realidad del cual forma parte.
Mircea Eliade dice que en las culturas premodernas, cada ciudad supone repetir la creación del
mundo. Es centro del universo y abole el espacio y el tiempo profanos para instaurar un espacio y tiempo
sagrados. Es una imagen del mundo, un centro cósmico y metafísico. Cada orientación tiene así un
simbolismo propio que forma parte de los mitos y tiene múltiples asociaciones. La ciudad es un libro
abierto que a todos comunica. Se funda en función de una geografía sagrada que propicia circunstancias
míticas. El sitio no se elige, se descubre en función de lo que dicta el paisaje.
Los elementos naturales son manifestaciones de lo sagrado en el mundo, y la creación humana,
la ciudad sólo delimita el lugar sagrado dentro del universo homogéneo y caótico, obtiene un punto fijo
para orientarse en el caos. La obra del hombre consagra estos elementos naturales produciendo
hierofanías que tienen por efecto destacar un territorio del medio cósmico circundante para hacerlo
cualitativamente diferente. Así, un signo es portador de significados religiosos e introduce un elemento
absoluto que pone fin a la relatividad y la confusión, señala una orientación y revela un lugar sagrado. 14
Todos los factores que podemos explicar desde nuestro punto de vista “económico” occidental,
realmente incidieron en el proceso de formación del estado teotihuacano y su consecuente urbanización.
La elección del sitio, si bien responde a la optimización de los recursos de subsistencia, tiene sin
embargo razones religiosas y rituales. Según algunos autores, estas razones son percibidas por el
hombre como religiosas en virtud de sus ventajas económicas.
El hombre mesoamericano crea su cosmos dentro del cosmos sin hacerle fuerza. Teotihuacán se
funda consagrando un sitio por sus relaciones con el agua, el cielo y la tierra y, cuando el centro declina
y es abandonado, ese sitio es “desacralizado” a través de una destrucción ritual.
Teotihuacán no invoca en su fundación a la historia sino a la naturaleza. Suprime la metáfora
política presentando un cosmos de leyes impersonales fuera del control y sentimiento humanos.
Antony Aveni ha dicho: [...] “Muchos factores, algunos de naturaleza práctica, específica y
deliberada, otros puramente eclécticos, pueden haber contribuido al plan general de la ciudad.
Elementos científicos, religiosos y mágicos de la cultura teotihuacana influyeron sin excepción en
el gran proyecto”. [...] 15

Notas
1

El valle de méxico ha tenido vínculos comerciales con otras regiones desde el Período Formativo. Prueba de
ello, además de restos arqueológicos procedentes de otros sitios, es el resultado de estudios arqueobotánicos
que demuestran la existencia de cultivos de especies que no son originarias de la Cuenca de México, tales
como el aguacate, el algodón y algunos tipos de maíz.
2
Al respecto, Paul Gendrop y Doris Heyden dicen: [...]”Los dos depósitos de obsidiana negra en Teotihuacán y
el hecho de que la ciudad estuviera en la ruta de la más preciada obsidiana verde de Hidalgo dio a la Ciudad
de los Dioses mayor dominio de la ruta de la obsidiana. La obsidiana (vidrio volcánico) era en la economía de
la antigua Mesoamérica (donde no se empezó a utilizar el metal hasta el 900 d. De C. Aproximadamente)
análoga al acero en los modernos países industriales, ya que la mayoría de los instrumentos y las armas se
hacían con ella. Ese vidrio volcánico se importaba al sur de la región olmeca desde Teotihuacán ya desde el
1200 a. De C., varios siglos antes de toda ocupación conocida del valle de Teotihuacán. El dominio de la ruta
de la obsidiana debió de equivaler al dominio de la mayoría del tráfico económico de Mesoamérica y otro factor
más del auge de Teotihuacán. La pérdida de ese dominio -y hay pruebas de ello- durante el colapso de
Teotihuacán, cuando los traficantes de obsidiana quizá fueran directamente a los depósitos de Puebla, cerca de
Cholula, combinando esa ruta con la del algodón, a través de Xochicalco, hacia el sur hasta Guerrero y luego al
este, sería el golpe de gracia para un Estado ya debilitado” [...] Gendrop Paul y Heyden Doris. ”Arquitectura
Mesoamericana” en Historia de la Arquitectura. De. Viscontea S. A. Bs. As. Vol. V. Pág. 30.
3
En un medioambiente esencialmente semiárido el cultivo depende de las técnicas de irrigación. Las zonas de
poca profundidad del valle dependen de las lluvias, ya que practican el cultivo de temporal a través de la
inundación de las tierras. Este procedimiento requiere rotación de los cultivos y fertilización. Según René
Millon, Teotihuacán intensifica en sus orígenes los sistemas de riego, llevando el agua de los manantiales a
través de un sistema de zanjas de poca profundidad a un canal central en la parte baja del valle. Opina que
este factor es el que estimula el crecimiento del centro. Algunos autores sugieren que cuando se calcula la
carga máxima de población admitida por los recursos del valle se olvida incluir los recursos provenientes del
bosque (frutos y animales silvestres), que en esa época era frondoso y completaba la dieta alimentaria.
4
.-Varios autores suponen la existencia de chinampas en Teotihuacán dado que las riberas pantanosas y planas, el lago
poco profundo y los gruesos depósitos aluviales habrían generado el desarrollo de un suelo artificial apto para el cultivo a
través de este sistema. El mismo consiste en la conformación de un islote rectangular, rodeado por canales mediante
estacas de ramas de sauce en su perímetro (ahuejote) ligadas con lianas que forman una especie de “gran canasta” que
se llena con desechos de la cosecha, cieno del fondo del lago y cenizas, sobreelevando el suelo agrícola, fertilizándolo y
manteniendo constante su humedad, independientemente del ciclo de lluvias. Las ramas del sauce enraizan y se controla
el crecimiento del árbol. Esto, según los autores que sostienen este teoría, habría producido excedentes significativos
generando un alto ritmo civilizatorio. Según González Lobos, el sistema de chinampas habría nacido en Tlapacoya y
Copilco durante el Preclásico, se desarrollaría en Teotihuacán y alcanzaría su auge en nahua y azteca. Emyli Mc Clung de
Tapia señala también su existencia en las cercanías de los manantiales. De acuerdo a las investigaciones realizadas por el
P.A.T. 1980-1982 en base a estudios paleobotánicos en la zona de Puxtla (fondo del valle de Teotihuacán) en los
alrededores del Río Manantiales, no se puede verificar la existencia de las mismas, aunque encuentran canalizaciones de
la fase Miccaotli que guardan igual orientación que la Calle de los Muertos [ Quinteros Sánchez Sánchez.Sobre la
existencia de chinampas y el manejo del recurso agrícola-hidráulico. en A.A.V.V. Teotihuacán: 1980-1982-Nuevas
interpretaciones.INAH].
5
- Según J. Parsons, se ha detectado el 100 % de la ocupación prehispánica a partir del año 1000 A.C., dado que los
suelos son muy delgados y hay escasa vegetación natural, salvo en zonas elevadas y laderas o acantilados, que hacen
visibles los montículos. Sumado a esto, el cultivo permanente desde 1520 hizo que el arado saque a la superficie los
restos de cerámica [“El área central de Teotihuacán. Patrones regionales de colonización en el Valle de México” en A.A.V.V.
El auge y la caída de Teotihuacán en México Central. UNAM-1987].
6
- Según J.Parsons (op.cit.) el abandono de les tierras bajas de la península de Ixtapalapa y la consecuente concentración
de su población en los cerros se debería a la situación geográfica intermedia de esta península respecto de los centros de
Cuicuilco y Teotihuacán y la hostilidad que el autor supone pudo haber entre ambos.
7
Se ha detectado en el área del gran centro urbano dos focos de mayor extensión al norte y dos de menor extensión al
sur pertenecientes a este período, que ya utilizaban la orientación posterior en sus estructuras y posiblemente se
relaciones con las estructuras de tres templos cercanas a la Pirámide del Sol. Esta zona ya era sagrada y tenía una
población de aproximadamente 5000 hab., lo que habría sido una base firme para el desarrollo posterior.
8
Se ha verificado influencia teotihuacana desde Estados Unidos hasta Guatemala y desde las costas del Pacífico hasta
las del Golfo de México. Los autores señalan diferencias entre un área de control físico real y otra en que sólo hay pruebas
de contacto y no de conquista. La determinación de la zona de control directo se basa en la existencia de estilo puro
teotihuacano en todo el Valle Central y el sudoeste de Hidalgo (donde se localizan los yacimientos de obsidiana de
Pachuca que se supone dominaba Teotihuacán). Otro centro que podría haber estado bajo control teotihuacano es
Cholula, aunque allí las influencias estilísticas se combinan con las de El Tajín, en la costa del Golfo. Este centro decae
junto con Teotihuacán pero luego se recupera y llega hasta la conquista. El hecho de haber detectado allí la existencia de
tres tronos hace suponer a algunos autores un cogobierno que infieren podría haber sido similar en Teotihuacán. Los
contactos con el área maya se verifican desde el S. II, con la aparición en las tierras bajas de un centro que habría estado
bajo dominio directo teotihuacano dado que allí el estilo es de características similares a las del Valle Central
(Kaminaljuyú). Este sitio pertenece al período Formativo. Se discute la necesidad de otras regiones para la subsistencia
pero no hay dudas sobre el intercambio de productos manufacturados y materias primas para la elaboración de objetos
destinados al culto. Teotihuacán exportó cerámicas y tuvo el monopolio de la obsidiana, pero necesitó plumas de quetzal
de las tierras bajas y elementos provenientes de las costas para sus rituales religiosos.
9
-Se han elaborado distintas hipótesis sobre las formas y causas de este proceso de crecimiento. Para Service las
pequeñas jefaturas hacia el 300 a.C. aumentan su población de manera tal que para el inicio de nuestra era la misma se
ve duplicada en cada generación, estando la mitad concentrada en enormes centros dispersos. Cuando los recursos del
valle son insuficientes para sustentar la población se recurre al intercambio con otras regiones. Teotihuacán era ya una
ciudad con actividad arquitectónica y una integración política de 500 km 2..Luego el aumento de densidad trae aparejada la
diferenciación socioeconómica y una ampliación del radio de influencia acompañado del desarrollo del control del sistema
del agua. Se produce entonces la civilización urbana y a partir de allí el valle central cambia el dominio entre civilizaciones.
En este sentido, Sanders propone el modelo de dictadura hidráulica, en un enfoque eminentemente ecológico. George
Kubler plantea paqueños ecosistemas en el valle central con intercambio de productos y especialización regional que
generan mayor producción y por ende crecimiento y densidad poblacional. Aparece la especialización y un centro de
distribución que planifica y asigna el excedente. Este proceso dialéctico entre centralización y redistribución es
característico de las sociedades de jefatura y conduce a la civilización, aumentando el centro se capacidad para
subencionar al artesanado. Otros autores como Morelos García plantean una fuerza política unificadora que da una
coherencia ideológica durante casi 1000 años. Según Pasztory hubo una estrategia integracionista que estableció un orden
de vida más acorde con el orden cósmico que produce el despoblamiento del valle. Esto produce un orden cívico
relacionado con el orden natural y no un gobernante intermediario con los dioses. Así el patrón de asentamiento
“antinatural” fue probablemente creado por la fuerza o como consecuencia de una ideología poderosa con la posible
estrategia de la obediencia a un plan sagrado y el privilegio religioso de residir. La élite habría creado la visión mítica de
que la ciudad había logrado mayor armonía con el cosmos gracias a las fuentes de conocimiento científico y
adivinatorio.Justifica esto en la aparición en los murales de un mundo neutral e impersonal habitado por deidades
benévolas de una élite anónima preocupada por cumplir con los rituales.. Una especie de “paraíso terrenal” donde reina
una atemporalidad cósmica. René Millon teoriza en igual sentido y propone la existencia de un gobernante carismático.
10
- Las teorías sobre la declinación del centro se basan en distinto tipo de factores. La teoría ecológica plantea que la tala
de los bosques para uso en la construcción produce la erosión de los suelos y la distancia cada vez mayor del centro a las
zonas de cultivo. Esto se suma a la falta de animales grandes apropiados para la fertilización, el agotamiento del suelo y
la imposibilidad de transportar la madera desde otros sitios por no tener ni animales de carga ni ríos navegables. La teoría
del ataque y destrucción externas defendida por Parsons se basa en el crecimiento de otros centros como Tula o
Xochicalco y Cholula y la destrucción por el fuego verificada en la Ciudadela. Otros postulan la interrupción de las rutas
comerciales quizá por parte de esos mismos centros. Algunos autores sugieren presiones internas y externas, conflictos
inter e intragrupales que llevan a la militarización alrededor del S.VII. Hay varios autores que se inclinan por causas
múltiples y encadenadas. Así, Davies y Rattray opinan que el deterioro ecológico quiebra la economía y genera tensiones
sociales, debilitamiento del dominio de la zona de influencia (en el s VII no hay rastros de ocupación teotihuacana fuera
del centro) lo que los lleva a volver a recursos propios. Se sumaría a esto el movimiento de tribus nómades del norte que
se desplazan por un corrimiento en la línea de lluvias, para producir un desmoronamiento del poder y crisis espiritual con
efectos materiales haciendo que el sitio pierda categoría y finalice la afluencia de peregrinos al mismo. Diehl plantea que si
bien no hay pruebas de depresión económica, lo político produce ese efecto. La pérdida de zonas críticas de recursos
como Pachuca provocan desempleo y subempleo, debiéndose mantener a la clase artesanal. Además la reducción de las
exportaciones genera la disminución de importación de alimentos básicos. Propone como causantes de la crisis política a
los conflictos interétnicos que el aparato debe resolver (dice que los compounds serían una respuesta a los mismos) y que
los estados independientes y semidependientes pudieron competir y contribuir a la caída. Según él, por ser el primer
centro urbano, Teotihuacán tuvo que inventar las soluciones y no habría podido resolver el problema. Parsons opinaa que
lo que se denomina ataque externo no dejaría de ser un conflicto interno, ya que los centros que surgen habrían sido
centros regionales subordinados a Teotihuacán.
11
- La entrada original de la cueva estaría en coincidencia con el basamento que se encuentra frente al cuerpo adosado al
oeste de la Pirámide del Sol. Según Víctor Rivera este sitio tenía bajadas de aguas pluviales que caían de la plataforma.
El túnel original de 103 mts de recorrido oeste - este fue luego reforzado por muros que lo van tapiando a efectos de evitar
fracturas dado el peso de la mole de la gran pirámide. Según René Millon, con el tiempo se hace más sinuoso el camino
de acceso por cambios en el ritual. El túnel, encontrado en 1962, muestra una gran pared tipo talud de tierra con revoque
que posiblemente fue parte de la plataforma primitiva de la primera construcción de la pirámide, la que fue casi tan grande
como la actual. El túnel de acceso a la cueva fue modificado por los teotihuacanos en la primera centuria de nuestra era
para producir un pasaja mucho más sinuoso y serpenteante que el original. La cueva fue alterada cuatro veces por
angostamientos y construcción de cielorrasos muy bajos que hacían que su acceso se realizara de rodillas. Hacia el año
200 d. C.. la sección este fue sellada por una sucesión de setenta a noventa bloques de piedra que fueron estucados.
Excavaciones realizadas en 1978 revelaron la existencia de rituales relacionados con el fuego y el agua (ofrenda de
conchillas y caparazones, huesos de pescado y crustáceos asociados a cerámicas para contener líquidos) durante las
primeras centurias de nuestra era. Estos elementos fueron encontrados sólo dentro de la cueva. [René Millon. “The Place
Where Time Began. An Archaelogist’s Interpretation of What Happened in Teotihuacan History”.en A.A.V.V. Teotihuacan. Art
from the City of the Gods. Thames and Hudson Ltd. Londres. 1993].

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12

Mangino Tazzer “Arqueoastronomía y cosmogonía en el diseño arquitectónico. Orientación de las ciudades


mesoamericanas”. Arquitectura Mesoamericana. Relaciones espaciales. De. Trillas. México DF. 1990. Pág.64.
13
Han sido descubiertos una serie de “marcadores” consistentes en una incisión en la piedra en forma de cruz rodeada por
un círculo en los alrededores de Teotihuacán. Se supone que los mismos fueron utilizados por los “agrimensores”
teotihuacanos para trazar las líneas fundamentales de la ciudad. Esta suposición se basa en que la línea que une dos de
estos marcadores y recorre 3,2 km tiene sólo medio grado de error respecto a la dirección del eje este - oeste, lo que da
una desviación de sólo diez metros en más de tres kilómetros. Estas incisiones se encuentran en un edificio contiguo a la
pirámide del Sol gravadas sobre el estuco del piso y sobre una saliente rocosa en la ladera del Cerro Colorado al oeste del
anterior. Se presume que en la cima del Cerro Gordo, siete kilómetros al norte de la pirámide del Sol, existiría una posible
marca que definiría al eje norte - sur. Se ha encontrado también este tipo de marcadores en otros lugares de la ciudad y su
área de influencia.
14
Mircea Eliade. Lo sagrado y lo profano. Ed.Labor S.A. Barcelona. 1992.
15
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