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FOJA: 476 .

NOMENCLATURA : 1. [40]Sentencia
JUZGADO : 21º Juzgado Civil de Santiago
CAUSA ROL : C-5239-2013
CARATULADO : JARA-QUEMADA / CLINICA BICENTENARIO
S.A

Santiago, ocho de Octubre de dos mil dieciocho

VISTOS:

A fojas 6, comparece doña CAMILA LETICIA JARA-


QUEMADA GARRIDO, profesora de educación física, domiciliada en
calle Lucila Godoy N°2336, comuna de Maipú, y deduce demanda de
indemnización de perjuicios por responsabilidad civil por incumplimiento
contractual, rectificada a fojas 27, en contra de: 1) don EMILIO
HERRERA MAURO, cardiólogo; 2) don DOV GRUEN ARDITI,
médico; 3) doña MARIELA MORA RAMIREZ, enfermera; y 4)
CLINICA BICENTENARIO S.A., del giro de su denominación,
representada legalmente por su director, don Bernardo Kauffmann Israel,
médico, todos domiciliados en Avda. Libertador Bernardo O’Higgins
N°4850, comuna de Estación Central.

Funda su demanda en que, con fecha 16 de Diciembre de 2011,


ingresó a la referida clínica producto de haber sufrido un shock anafil áctico,
asociado al consumo de mariscos, lo que no era primera vez que le suced ía,
por lo que tenía clara la solución del problema, la que consist ía en la
administración de una inyección de epinefrina por vía subcut ánea; sin
embargo, asegura que el medicamento se le administr ó por v ía endovenosa,
y en solución junto a otro medicamento, que no identificó.

Añade que una vez realizado el procedimiento por parte de la


enfermera demandada, manifiesta que comenzó a sufrir de cefalea y
aceleración cardiaca creciente, ante lo cual el referido m édico consult ó a la
enfermera qué medicamente había administrado, contestando ésta que
utilizó epinefrina, a lo que el doctor le manifest ó “Te equivocaste. Va a
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hacer un paro”, quien ordenó la preparación de un reanimador,


trasladándosele a la sala de urgencia donde le administraron propanolol,
reaccionando con vómitos, instalándole electrodos para realizarle un
electrocardiograma, el que a juicio del cardiólogo, Dr. Herrera, arroj ó
alteraciones inespecíficas, lo que le llevó a concluir que estaba en
condiciones de ser dada de alta, la cual fue autorizada por el Jefe de
Urgencia, Dr. Gruen, lo que se concretó a las 01:30 AM del d ía 17 de
Diciembre de 2011, ello aun cuando manifestó adolecer de un fuerte dolor
torácico, cefalea y adrenalina absoluta.

Manifiesta que le indicaron un protocolo a realizar en caso de náuseas


y guardar reposo, lo que cumplió durante el fin de semana, periodo durante
el cual mantuvo una sensación de cansancio, más los s íntomas antes
mencionados, por lo que su hermana decidió trasladarle a la urgencia del
Hospital de la Universidad de Chile, donde fue internada con s íntomas de
cianosis peribucal y compromiso de estado general; asimismo, expresa que
luego de chequeos se determinó que existían troponinas elevadas por lo que
se diagnosticó la existencia de un infarto agudo al miocardio,
permaneciendo en la unidad coronaria de dicha clínica por 4 días más.

En cuanto al derecho, apunta al contrato de servicios m édicos,


aludiendo a la doctrina para desarrollar sus caracter ísticas, se ñalando que
tiene carácter oneroso, conmutativo, principal y consensual; asimismo,
indica que, teniendo presente el carácter consensual de éste, el referido
contrato se perfeccionó respecto de todos los demandados.

Por otra parte, hace referencia al “consentimiento informado” el que


define como la conformidad que da el paciente a una pr áctica m édica
teniendo plena información de las consecuencias que dicha práctica puede
originarle y cuáles son los riesgos.

Prosigue señalando que la responsabilidad civil contractual existe


cuando hay un contrato previo, en este caso, de naturaleza de prestaci ón de
servicios médicos, donde existe un incumplimiento del agente, debido a
factores de negligencia o dolo, y que, a consecuencia de esto, haya generado
un daño; seguidamente, concluye, previo análisis de cada uno de estos
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elementos o requisitos, que éstos se han cumplido.


Expresa respecto de las responsabilidades imputables a cada uno de
los demandados es la siguiente:

1.- En cuanto al Dr. Gruen: Señala que, siendo el encargado de dar


la primera atención, es el jefe del equipo que atendió la emergencia, y quien
da las primeras órdenes a la enfermera Mora, a fin de que procediera a
estabilizarle; sin embargo, lo hizo de manera descuidada, ya que ordenó
suministrar un determinado medicamento, sin fiscalizar su administraci ón.

A consecuencia de lo anterior, sufrió una emergencia cardiaca que, de


haber existido la suficiente diligencia del médico a cargo, no hubiese
ocurrido. Del mismo modo, expresa que es él quien tambi én le dio el alta, a
pesar de no estar en condiciones idóneas para ello.

2.- En cuanto al Dr. Herrera: Indica que éste le atendió una vez que
sufrió la descompensación ya detallada y destaca que, al analizar los
electros, no tomó en consideración que se encontraba beta bloqueada, con
síntomas de isquemia, por lo que de manera descuidada aprob ó el alta
médica, lo que era improcedente.

Reitera para ello que, posterior a la alta médica, estuvo dos d ías
completos en reposo, con una fuerte sensación de cansancio; no pod ía
caminar con normalidad; mantuvo cefalea; y hablaba con dificultad, lo que
se tradujo en que debió ser internada en el Hospital Cl ínico de la
Universidad de Chile.

3.- En lo que se refiere a la enfermera doña Mariela Mora : Expresa


que su actuar fue sumamente negligente, por cuanto le administr ó un
medicamente en exceso a la medida adecuada, luego lo hace a trav és de
una inyección por vía endovenosa, en circunstancias que debía ser por v ía
subcutánea, lo que acarreó como consecuencia que sufriera m últiples
infartos.

4.- En cuanto a la Clínica Bicentenario : Reitera todo lo ya expresado,


destacando el hecho que no autorizó la utilizaci ón de medicamentos que no
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guardaban relación con la afección que padecía.


Así también alega una evidente falta de diligencia y cuidado en todo
el procedimiento, haciendo responsable a la clínica por el hecho de sus
dependientes.

En virtud de lo anterior, solicita las siguientes sumas por concepto de


indemnización de perjuicios: a) Por concepto de da ño emergente se
condene al pago de los gastos asociados a la emergencia sufrida en la
Clínica Bicentenario y en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile, y
el tratamiento posterior, equivalente a la suma de $600.000.- o la suma
que el Tribunal estime pertinente; b) Por concepto de lucro cesante, la
suma equivalente a la imposibilidad de ejercer en el futuro de su carrera de
profesora de educación física, que en la actualidad le permitir ía percibir
ingresos por la suma de $700.000.- mensuales, realizando un cálculo futuro
por el mismo ingreso hasta los 65 años, y tomando en consideraci ón que
tiene 27 años, tal cifra asciende a la suma de $200.000.000.- o la cantidad
que el Tribunal estime pertinente conforme a derecho; c) En lo que se
refiere al da ño moral , pide la suma de $200.000.000.- o la cantidad
mayor o menor que el Tribunal estime en justicia conceder; d) Así
también, pide que las cantidades concedidas lo sean con reajustes e intereses
que correspondan, más costas.

Por dichas consideraciones es que solicita se tenga por interpuesta


demanda ordinaria civil de indemnización de perjuicios por responsabilidad
civil contractual en contra: 1) don EMILIO HERRERA MAURO; 2) don
DOV GRUEN ARDITI; 3) doña MARIELA MORA RAMIREZ; y 4)
CLINICA BICENTENARIO S.A., ya individualizados, se acoja a
tramitación, acogiéndola y condenando a la parte demandada al pago de la
suma de $400.600.000.-, por concepto de indemnización de perjuicios, más
reajustes, intereses y costas.

En subsidio de la acción principal, en el primer otros í de fojas 5,


deduce demanda de indemnización de perjuicios por responsabilidad civil
extracontractual en contra de: 1) don EMILIO HERRERA MAURO; 2)
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don RAFAEL GRUEN ARDITI; 3) doña MARIELA MORA


RAMIREZ; y 4) CLINICA BICENTENARIO S.A., ya individualizados.
Funda la demanda en los mismos hechos ya descritos en la demanda
principal; sin embargo, los relaciona con los requisitos o elementos de la
responsabilidad civil extracontractual (1.- Acción u omisión del agente; 2.-
Antijuridicidad: un hecho injusto o ilícito; 3.-El perjuicio: da ño o nocividad;
4.- Vínculo causal entre el hecho ilícito y el perjuicio); concluyendo que
todos éstos han concurrido por lo que procede que se acceda a la demanda.

Por dichas consideraciones es que solicita se tenga por interpuesta


demanda ordinaria civil de indemnización de perjuicios por responsabilidad
civil extracontractual en contra: 1) don EMILIO HERRERA MAURO;
2) don DOV GRUEN ARDITI; 3) doña MARIELA MORA
RAMIREZ; y 4) CLINICA BICENTENARIO S.A., ya individualizados,
se acoja a tramitación, a fin de que se declare la responsabilidad civil que
les cabe, y se les condene a indemnizarle los perjuicios derivados de la
atención médica, intervención quirúrgica y tratamiento post-operatorio de la
cual afirme haber sido víctima, los que aval úa en la suma de
$400.600.000.-, cuyo detalle corresponde al mismo de la acci ón principal,
más reajustes, intereses y costas.

A fojas 115, comparece don Ulises Marcelo Cerda Pecarevic,


abogado, en representación de don DOV RAFAEL GRUEN ARDITI, y
contesta ambas demandas de autos, solicitando su rechazo, con costas.

En primer término controvierte todos y cada uno de los hechos


expuestos por la demandante; sin perjuicio, solo admite que la demandante
efectivamente se sometió a un procedimiento de urgencia en las
dependencias e instalaciones de CL ÍNICA BICENTENTARIO S.A. ,
momento en el que fue asistido por personal de la misma, as í tambi én
señalan que su representado le otorgó todas y cada una de las atenciones
que correspondían de acuerdo a la naturaleza del procedimiento de
urgencia, adoptándose todos los protocolos para un paciente de sus
características; añadiendo que la paciente no present ó ninguna anomal ía a
dicho procedimiento de urgencia y tampoco objeción respecto del acto
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médico especifico otorgado por su representado, quien se apeg ó a la lex


artis.
Continúa señalando que su representado actuó de manera diligente y
acorde con su labor profesional, en todas las instancias de la atenci ón de
urgencia que brindó.

Afirma que la actora decidió de manera libre y voluntaria que, fruto


de la patología que la aquejaba, su representado le atendiera, quien, a su
vez, respetó técnicamente de manera estricta y con sujeción expresa todos
los postulados y recomendaciones empíricas y teóricas que dispone la Lex
Artis de la medicina, en la atención brindada, por lo que no existe el
necesario nexo causal entre la actividad que realiz ó su representado y los
supuestos daños que se pretenden, con lo que no ha surgido la
responsabilidad civil que se pretende.

Prosigue afirmando que no existe nexo causal entre la actividad que


realiza su representado y los daños que supuestamente se pretenden, por lo
que no ha surgido la pretendida responsabilidad contractual; asimismo,
sostiene que no ha existido conducta imprudente, la que se configura
cuando concurren dos elementos, cuales son: la infracci ón del deber de
cuidado y la previsibilidad del resultado; requisitos que se deben considerar
conforme las reglas de la lex artis y las circunstancias del hecho
concurrentes.

Concluye este punto señalando que no todo error médico constituye


de por sí una negligencia culpable, pues se debe hacer presente que en la
actividad curativa, incluso en el empleo correcto de la lex artis, puede
desembocar en un resultado dañoso, esto por cuanto la medicina no tiene
todas las posibilidades de solución a los problemas de salud que se
presentan.

En otro orden de ideas, manifiesta que su representado no llev ó a


cabo ninguna conducta dañosa, por lo cual hay una ausencia de los
requisitos necesarios para la configuración de la responsabilidad civil.

En otro acápite, alega la improcedencia de la pretendida solidaridad


legal invocada respecto de las actuaciones que como dependiente tuvo su
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representado, ya que manifiesta que éste es dependiente de la Cl ínica


Bicentenario, y como tal actúa bajo las directrices que impone ésta última,
lo que significa que la misma se sirve de las utilidades y ganancias que se
obtienen por las prestaciones, en cambio su representado solo recibe un
pago por las prestaciones otorgadas, bajo la modalidad de dependencia; en
consecuencia, alega que resulta del todo improcedente que se le aplique el
mismo estatuto jurídico de responsabilidad y menos una solidaridad legal.

En subsidio alega las siguientes causales eximentes de responsabilidad:


1.- Caso fortuito: El que alega en el caso de que la actora acredite la
existencia de la supuesta negligencia, ya que el hecho da ñoso aconteci ó por
circunstancias imprevistas para el demandado y que no fueron posibles de
resistir.

2.- En subsidio, hecho de un tercero: La que funda en la


responsabilidad de la codemandada, doña Mariela Mora Ram írez.

Posteriormente, rechaza y niega la existencia de una acción dolosa o


culposa, por cuanto carecen de todo sustento jur ídico, ello debido a que su
representado ha obrado según el estándar establecido para la lex artis.

Por último, se refiere a los perjuicios alegados por la actora, los cuales
los analiza individualmente, rechazando cada uno de éstos, aludiendo
además a la regla del onus probandi contenida en el artículo 1698 del
Código Civil, para concluir que la actora debe acreditar la existencia,
naturaleza y monto de todos los perjuicios que reclama.

Sin perjuicio de lo anterior, también señala que las obligaciones


asumidas por su representado, solo debieran ser calificadas de obligaciones
de medio y no de resultado, lo que trae como consecuencia, que la carga de
la prueba corresponde únicamente a la demandante.

En subsidio, y ante el evento que se determine que a su representado,


le corresponde algún grado de responsabilidad en los hechos materia de
autos, solicita se aplique el artículo 2330 del C ódigo Civil, ello en raz ón de
que la actora se expuso imprudentemente a los da ños al no tener la
prudencia necesaria para ejercer cuidados personales a su respecto.
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A fojas 133, comparece doña Samanntha Carrasco Hurtado,


abogado, en representación de CLINICA BICENTENARIO S.A.,
solicitando el rechazo de la demanda, con costas, se ñalando para ello lo
siguiente:

En primer término, rechaza de la demanda por la inexistencia de los


elementos que configuran la responsabilidad contractual, por cuanto las
imputaciones de culpa o de incumplimiento contractual y la connotaci ón de
los hechos que la actora formula como sustento de su pretensi ón
indemnizatoria son absolutamente falsas.

Seguidamente, reconoce la efectividad de que el d ía 16 de diciembre


de 2011, la actora ingresó al servicio de urgencia de la Cl ínica Bicentenario,
siendo su motivo de consulta un cuadro de alergia alimentaria secundaria al
consumir mariscos, siendo atendida por el residente del Servicio de
Urgencia, Dr. Dov Gruen Arditi, quien practic ó una completa anamnesis y
examen físico.

Afirma que para efectos de tratar el cuadro que presentaba la


paciente, se le administró epinefrina, clorfenamina e hidrocortisona,
medicamentos indicados para el tratamiento de la alergia presentada por la
actora, la que una vez suministrados, le produjo efectos adversos, por lo que
el médico tratante, ordenó su inmediato traslado al box de reanimaci ón,
donde fue monitorizada, se midió su saturaci ón de ox ígeno, su presi ón
arterial y se le administró propanolol, lo que permiti ó que cediera sus
síntomas.

Añade que posteriormente se le practicó un electrocardiograma y


diversos exámenes, además el médico antes mencionado solicitó la
interconsulta del codemandado, Dr. Herrera, quienes en conjunto evaluaron
a la demandante, constatando que las enzimas cardiacas se encontraban en
rangos normales y que el electrocardiograma presentaba una leve alteraci ón,
explicable por la epinefrina, por lo que se mantuvo la paciente en
observación, practicándole un segundo electrocardiograma, el que no mostr ó
alteración alguna.

Menciona que, ante la evolución favorable de la actora, su m édico


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tratante pudo indicar su alta hospitalaria, la que se efectu ó en la madrugada


del día 17 de diciembre de 2011, advirtiéndole las medidas de cuidado
necesarias para su cuidado.

Por último, señala que, con posterioridad al alta hospitalaria, la actora


no volvió a requerir la asistencia de su representada, por lo que desconoce
los hechos posteriores que sustentan la demanda; en consecuencia, indica
que no concurre ninguno de los elementos generados de la responsabilidad
contractual que se reclama.

En ese orden de ideas, sostiene que no hay incumplimiento culpable


de las obligaciones asumidas por su representada, como as í tampoco de los
profesionales codemandados, quienes se apegaron a la lex artis de la ciencia
médica; añadiendo que el contrato celebrado solo se refiere a obligaciones
de medio y no de resultado.

Seguidamente, indica que la actora jamás present ó signos cl ínicos


característicos de un cuadro de isquemia o de un infarto al miocardio como
se reclama en la demanda, solo tuvo una reacción adversa a la epinefrina,
que fue oportuna y debidamente tratada, lo que permiti ó su recuperaci ón y
que se le diera el alta en buenas condiciones generales, por lo que no se
configura el incumplimiento contractual.

Por otra parte, se refiere a la omisión de consentimiento informado


para la administración de medicamentos en el servicio de urgencia, para lo
cual hace un análisis jurídico de dicho consentimiento, aludiendo a la Ley
N°20.584.-, concluyendo que la obtención de la firma de un paciente, bajo
ninguna circunstancia corresponde a un obligación que contractual o
legalmente se pueda imponer a su representada, ya que el proceso de
entrega de información corresponde exclusivamente al médico tratante y no
al prestador de salud institucional y tampoco cabe en el caso de marras,
debido a que éste no corresponde a una intervenci ón quir úrgica o un
procedimiento invasivo.

En virtud de los mismos hechos ya descritos, alega la inexistencia de


una relación causalidad, ya que por su parte se dio cabal cumplimiento a
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sus obligaciones contractuales; asimismo, expresa que no existen los da ños


reclamados, ya que afirma que la actora ha participado en distintas
actividades deportivas que acreditan su excelente estado de salud.

En subsidio, y ante la posibilidad de que la acci ón indemnizatoria sea


acogida, solicita que la petición de reajustes e intereses sea rechazada,
atendiendo para ello a la naturaleza del proceso.

En el otros í de fojas 133 , la misma parte contesta la demanda


subsidiaria de responsabilidad extracontractual, solicitando su rechazo, con
costas.

Primeramente, alega que no procede la acción en comento, por


cuanto la relación existente entre las partes es indiscutiblemente contractual,
es más alude a los dichos de la actora quien se ñala expresamente que se
vinculó jurídicamente con los demandados de autos; asimismo, alude a la
doctrina en la que analiza dicha tesis.

Por otra parte, alega la improcedencia de la acci ón, expresando para


ello que, en la especie, no existe ningún hecho ilícito que pueda imput ársele
a su autoría o a la de sus dependientes o delegados, reiterando para ello
todos los argumentos de hecho ya expresados respecto de la demanda
principal.

Finalmente, solicita el rechazo de los reajustes e intereses pedidos, en


virtud de los mismos argumentos ya expresados en la demanda principal.

A fojas 141, comparece doña Claudia Huerta Díaz, abogado en


representación de don EMILIO HERRERA MAURO, ya
individualizado, solicitando su rechazo, con costas.

Como primera defensa, alega la inadmisibilidad de la demanda, por


falta de legitimación procesal (excepci ón de falta de legitimaci ón pasiva ),
fundada en que la relación contractual que funda la demanda corresponde a
la relación existente entre la actora y la CLINICA BICENTENARIO
S.A., y no con su representado, por lo que éste carece de legitimaci ón para
actuar en el proceso.
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En subsidio, invoca la inexistencia de los elementos que configuran la


responsabilidad indemnizatoria, para lo cual realiza un relato de los hechos
acaecidos el día 17 de diciembre de 2011, añadiendo a los ya expresados
por los codemandados, el que su representado concurri ó a evaluar a la
paciente, encontrándola lúcida, orientada, con presión sanguínea normal, sin
precordalgía, esto es, sin dolor alguno en la zona del coraz ón, y refiriendo
únicamente sentir una molestia, que describía como un “agotamiento
muscular”, luego, previo practicar un segundo electrocardiograma, pudo
advertir que las enzimas cardiacas se encontraban en rangos normales.

En consecuencia, sostiene que no ha concurrido elemento alguno de


la responsabilidad contractual, además de reiterar, sin reconocer la
existencia de un vínculo contractual, que las obligaciones contra ídas por este
tipo de contrato corresponden a aquellas de medio y no de resultado, para
lo cual hace una reseña de todas las precauciones que tom ó su representado
al atender a la actora, como también se refiere sobre la carrera profesional
del demandado.

Así también, sin reprochar la decisión tomada por su colega y


codemandado, Dr. Gruven, menciona que a su representado no le
correspondió indicar el alta médica de la paciente, ya que su participaci ón
se circunscribió solo a la evaluación interconsulta de especialidad durante su
permanencia en el servicio de urgencia.

Por último, hace presente que, como lo señala la actora, reci én el 19


de diciembre asistió a otro centro asistencial, donde le habr ían
diagnosticado la existencia de un infarto agudo al miocardio, esto es, reci én
dos días después de la cuestionada evaluaci ón de su representado, por lo
que resultaba imposible para éste que dicho infarto fuere diagnosticado.

Igualmente, cuestiona el nexo de causalidad alegado por la


demandante, como la existencia de los daños reclamados, como tambi én
pide el rechazo de los reajustes e intereses solicitados en la demanda, por los
mismos argumentos expresados por su codemandada, CLINICA
BICENTENARIO S.A.

En el otros í de fojas 141 , contesta la demanda la misma parte


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contestó la demanda subsidiaria de responsabilidad extracontractual,


solicitando su rechazo, con costas.
Se funda en la inexistencia de los hechos generadores de la
responsabilidad extracontractual en lo referido al actuar de su representado;
reiterado, además, todos los argumentos ya expresados en la contestaci ón de
la demanda principal.

En subsidio, pide el rechazo de los intereses y reajustes solicitados en


la demanda, por los argumentos ya latamente expresados.

A fojas 148, se tuvo por contestada en rebeldía la demanda por


parte de la codemandada, doña MARIELA MORA RAM ÍREZ.

A fojas 149, 154, 158 y 159, la actora evacuó el trámite de la


réplica, refiriendo en ellas a los argumentos expresados por los demandados
en sus respectivas contestaciones, a saber:

1.- EMILIO HERRERA MAURO: Respecto de la contestación de


este demandado, solicita el rechazo de la falta de legitimaci ón procesal que
alega, por cuanto el referido demandado habr ía convenido t ácitamente el
contrato de prestación médica al asumir la responsabilidad de atender su
patología.

Seguidamente, hace presente que lo que alega en la demanda es el


incumplimiento de una obligación de medios, por lo que le cabe
responsabilidad al demandado, ya que su actuaci ón profesional no fue
diligente conforme ha detallado en su libelo pretensor, configur ándose con
ello la responsabilidad contractual.

Por último, señala que existió una infracción a las reglas generales de
cuidado e infracciones al cuidado debido con el paciente, es decir,
infracciones a la lex artis.

2.- DOV GRUEN ARDITI: En cuanto a su contestación, señala


que el estricto cumplimiento a la lex artis no se agota con el actuar del
tratante, sino también de quienes están a su cargo, por lo que alude a la
responsabilidad que este demandado le atribuye a la codemandada, do ña
Mariela Mora Ramírez, quien excedió en cuatro veces la dosis del
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medicamento administrado, como así también erró en la forma de


suministrarlo.
3.- CLINICA BICENTENARIO S.A.: En lo concerniente a su
contestación, reitera argumentos ya expresados, para concluir que no basta
con identificar el problema médico y recetar el medicamento id óneo para
dar cumplimiento a la lex artis, sino que también es necesario suministrar
en la forma debida la dosis requerida y administrarlo en la manera que
corresponde, circunstancias que no se verificaron, por lo que se produjo una
infracción a la lex artis; así también plantea el mismo análisis en el caso de
la revisión del electrocardiograma, como del alta m édica que le fue dada
anticipadamente.

Afirma que su participación en distintas actividades deportivas forma


parte de la terapia que ha debido seguir producto de la deficiente atenci ón
médica ofrecida por los demandados.

En otro orden de ideas, se refiere a la alegaci ón de inadmisibilidad de


la demanda de responsabilidad extracontractual, respecto de la cual expresa
que la doctrina moderna acepta la forma en que se ha impetrado la
demanda subsidiaria.

Por último, rebate la última defensa de la demandada, afirmando que,


producto de las acciones denunciadas, se ha producido la infracci ón a la lex
artis.

A fojas 166, el demandado, don DOV RAFAEL GRUEN


ARDITI, evacuó el trámite de la dúplica, reiterando un conjunto de los
argumentos ya expresados en la contestación, añadiendo que no era el jefe
del equipo médico, sino que era parte de éste.

A fojas 181, el demandado, don EMILIO HERRERA MAURO,


evacuó el trámite de la dúplica, reiterando los argumentos ya expresados en
su contestación.

A fojas 183, la demandada, CLINICA BICENTENARIO S.A.,


evacuó el trámite de la dúplica, reiterando los argumentos ya expresados en
su contestación.
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A fojas 187, se tuvo por evacuado en rebeldía el trámite de d úplica


respecto de doña MARIELA MORA RAM ÍREZ.
A fojas 228, se llevó a efecto la audiencia de conciliaci ón, con la
asistencia del apoderado de la parte demandante, los apoderados de las
demandadas, CLINICA BICENTENERARIO S.A. y don EMILIO
HERRERA MAURO, y en rebeldía del resto de los demandados.
Llamadas las partes a conciliación, ésta no se produce.

A fojas 231, se recibió la causa a prueba fijándose la que consta en


autos por el término legal.

A fojas 475, se citó a las partes a oír sentencia.

CONSIDERANDO:

I.- EN CUANTO A LAS TACHAS:

PRIMERO.- Que, la parte demandada (don EMILIO


HERRERA), tachó al testigo don Patricio Rodrigo Villanueva Castro, en
virtud de los numerales 6 y 7 del artículo 358 del Enjuiciamiento, por
cuanto señala que de sus dichos se desprende que éste mantuvo una relaci ón
afectiva con la actora, como también que tienen un ahijado en com ún, lo
que refleja que entre ambos existe una amistad que puede ser calificada
como íntima atendida a las vivencias y afectos desarrollados de una relaci ón
de pareja seria, lo que unido a reunirse previamente con el abogado de la
demandante, afecta a la imparcialidad del testigo.

SEGUNDO.- Que, los demandados, CL ÍNICA


BICENTENARIO S.A. y don DOV GRUEN, se adhieren a la referida
tacha, fundada en la causal del N°7 del art ículo 358 del C ódigo de
Procedimiento Civil, por los mismos fundamentos antes mencionados.

TERCERO.- Que, el artículo 358 del Código de Procedimiento


Civil, en su numerales 6 y 7, disponen lo siguiente: “Son también inhábiles
para declarar:

6°. Los que a juicio del tribunal carezcan de la imparcialidad


necesaria para declarar por tener en el pleito interés directo o indirecto; y
XBZFHFNXJJ

7°. Los que tengan íntima amistad con la persona que los presenta o
enemistad respecto de la persona contra quien declaren.
La amistad o enemistad deberán ser manifestadas por hechos graves
que el tribunal calificará según las circunstancias.”

CUARTO.- Que, al tenor de la redacción del N°6 del art ículo 358,
la tacha opuesta ha de ser rechazada, toda vez que la circunstancia de ser el
testigo ex pareja de la actora, no incide en su imparcialidad para declarar,
habida cuenta que todas las menciones en que ésta se sustenta, no se
condicen con la situación sentimental actual de ambos mencionados.

Que, asimismo, también se procederá a desestimar las dem ás tachas


promovidas y sustentadas en el N°7 del art ículo 358 del C ódigo de
Procedimiento Civil, habida cuenta que el testigo ha declarado haber
mantenido una relación sentimental con la actora, la que ces ó, por lo que
no se configura la calidad de íntima amistad como lo exige el legislador.

II.- EN CUANTO A LAS OBSERVACIONES


DOCUMENTALES:

QUINTO.- Que, a fojas 366, el demandado, don EMILIO


HERRERA MAURO, objetó los siguientes documentos acompañados por
la actora a fojas 353, por las siguientes causales, cuales son: 1) Certificado
de la psicóloga, doña Sandra Araya Vergara, de fecha 12 de octubre de
2012, por falta de veracidad; 2) Ingreso Unidad Coronaria del Hospital
Clínica Universidad de Chile de fecha 19 de diciembre de 2011; Egreso
Unidad Coronaria del Hospital Clínico de Universidad de Chile de fecha 21
de diciembre de 2011; y Hoja clínica de la paciente Camila Jaraquemada
del Hospital Clínico Universidad de Chile de fecha 19 de diciembre de
2011, todos por su evidente falta de integridad.

SEXTO.- Que, asimismo, a fojas 368, el mismo demandado, objetó


el documento acompañado por la actora a fojas 355, por falta de veracidad
del mismo, por las razones que expresa.

SEPTIMO.- Que, por último, a fojas 372, el demandado, don DOV


RAFAEL GRUEN ARDITI, objetó los documentos acompañados por la
XBZFHFNXJJ

demandante a fojas 353, cuales son: 1) Certificado de la psic óloga Sandra


Araya Vergara de fecha 12 de octubre de 2012, por tratarse de un
instrumento privado emanado de un tercero que no parte de la causa; 2)
ingreso unidad coronaria del hospital clínico Universidad de Chile de fecha
19 de diciembre de2011 y el egreso de unidad coronaria del Hospital
Clínico de la Universidad de Chile de fecha 21 de diciembre de 2011,
ambos por falta de autenticidad e integridad, ello de conformidad a lo
dispuesto en los artículos 17 del Código Civil y 346 del Enjuiciamiento, por
tratarse de documentos emanados de un tercero, que no son parte de la
causa y no se encuentran firmados por quienes se indica; 3) Hoja cl ínica de
la paciente, doña Camila Jaraquemada, del Hospital Cl ínico de la
Universidad de Chile de fecha 19 de diciembre de 2011, por falta de
autenticidad e integridad, ello de conformidad a lo dispuesto en los art ículos
17 del Código Civil y 346 del Enjuiciamiento, por tratarse de documentos
emanados de un tercero.

Así también, objetó el informe médico legal, acompañado a fojas 355,


ello debido a que no se cumplió con la forma establecida para la rendici ón
de la prueba pericial en la forma prevista en el art ículo 414 del C ódigo de
Procedimiento Civil, por lo que alega que éste no puede ser apreciado en la
forma establecida en el artículo 425 del mismo texto legal.

OCTAVO.- Que las objeciones planteadas, han de ser desestimadas,


toda vez que éstas apuntan a cuestionar el mérito probatorio de los
documentos impugnados, cuestión que es precisamente lo que habr á de ser
decidido por esta sentenciadora, por lo que habr á de estarse al que
eventualmente puede otorgársele en definitiva.

III.- EN CUANTO A LA DEMANDA PRINCIPAL:

NOVENO.- Que, a fojas 6, comparece doña CAMILA LETICIA


JARA-QUEMADA GARRIDO, ya individualizada, y deduce demanda
de indemnización de perjuicios por responsabilidad civil por incumplimiento
contractual, rectificada a fojas 27, en contra de: 1) don EMILIO
HERRERA MAURO; 2) don RAFAEL GRUEN ARDITI; 3) doña
MARIELA MORA RAMIREZ; y 4) CLINICA BICENTENARIO
S.A., ya individualizados, se acoja a tramitación, acogiéndola y condenando
XBZFHFNXJJ

a la parte demandada al pago de la suma de $400.600.000.-, por concepto


de indemnización de perjuicios, más reajustes, intereses y costas.
Se funda para ello en los antecedentes de hecho y derecho que han
sido reseñados en lo expositivo de este fallo y que se dan por enteramente
reproducidos en este considerando.

DECIMO.- Que, por su parte, a fojas 115, 133 y 141, los


demandados don DOV RAFAEL GRUEN ARDITI, CLINICA
BICENTENARIO S.A. y don EMILIO HERRERA MAURO,
respectivamente, contestaron la demanda, solicitando su rechazo, con costas.

Se fundan para ello en los antecedentes de hecho y derecho que han


sido reseñados en lo expositivo de este fallo y que se dan por enteramente
reproducidos en este considerando.

Así también, se hace presente que, a fojas 148, se tuvo por contestada
en rebeldía la demanda por parte de doña MARIELA MORA
RAM ÍREZ.

UNDECIMO.- Que, a fojas 149, 154, 158 y 159, la actora evacuó el


trámite de la réplica, haciéndose cargo de las defensas opuestas por la parte
demandada.

DUODECIMO.- Que, a fojas 166, 181 y 183, los demandados don


DOV RAFAEL GRUEN ARDITI, don EMILIO HERRERA
MAURO y CLINICA BICENTENARIO S.A., respectivamente,
evacuaron el trámite de la dúplica.

Así también, se hace presente que, a fojas 187, se tuvo por evacuado
en rebeldía el trámite de la dúplica respecto de la demanda por parte de
doña MARIELA MORA RAM ÍREZ.

DECIMO TERCERO.- Que a fin de acreditar su pretensión la


demandante acompañó los siguientes documentos:

1.- A fojas 1, certificado de medicación frustrada, proceso de


mediación en salud N°14.775-2012;

2.- A fojas 358, Informe médico pericial respecto de doña Camila


XBZFHFNXJJ

Jara-Quemada Garrido, emitido por el Dr. Ángel Cabrera Barrera;

.- En custodia bajo el N°968-2017:


3.- Electrocardiograma de doña Camila Jara-Quemada, de fecha 19
de diciembre de 2011;

4.- Electrocardiograma de doña Camila Jara-Quemada, de fecha 17


de diciembre de 2011 (Hora 00:17:24);

5.- Electrocardiograma de doña Camila Jara-Quemada, de fecha 17


de diciembre de 2011 (Hora 00:16:58);

6.- Estado de cuenta oficial, correspondiente a do ña Camila Leticia


Jara-Quemada Garrido, emitido por Clínica Bicentenario S.A. con fecha 18
de diciembre de 2011;

7.- Certificado emitido por la psicóloga doña Sandra Araya Vergara


del Centro de Salud BIOGENERSIS, de fecha 12 de octubre de 2012.

8.- Ingreso Unidad Coronaria, correspondiente a doña Camila Jara-


Quemada Garrido, emitido por el Hospital Cl ínico de la Universidad de
Chile, de fecha 19 de diciembre de 2011;

9.- Egreso Unidad Coronaria, correspondiente a doña Camila Jara-


Quemada Garrido, emitido por el Hospital Cl ínico de la Universidad de
Chile, de fecha 21 de diciembre de 2011;

10.- Conjunto de documentos que forman parte de la ficha cl ínica de


la paciente, doña Camila Jara-Quemada Garrido, correspondiente a su
atención del Hospital Clínico de la Universidad de Chile;

11.- Certificado de participación en el curso formativo de B ásquetbol


organizado por el Club Deportivo Boston College, por parte de do ña
Camila Leticia Jara-Quemada, correspondiente al mes de junio de 2008;

12.- Certificado de participación en el curso de formaci ón de


instructores en “Stability Ball Training”, organizado por “Avanced
Learning Group”, por parte de doña Camila Leticia Jara-Quemada,
correspondiente al mes de octubre de 2006;
XBZFHFNXJJ

13.- Certificado de participación en el curso de especializaci ón en “In


& Out Cycling”, organizado por “Escuela Profesional de Ciencias del
Deporte”, por parte de doña Camila Jara-Quemada Garrido,
correspondiente al día 25 de julio de 2008;

14.- Declaración de impuesto a la renta del a ño tributario 2012,


correspondiente a doña Camila Leticia Jara-Quemada Garrido;

15.- Informe anual de boletas de honorarios electrónica del a ño


tributario 2012, correspondiente a doña Camila Leticia Jara-Quemada
Garrido;

16.- Informe anual de boletas de honorarios electrónica del a ño


tributario 2013, correspondiente a doña Camila Leticia Jara-Quemada
Garrido;

DECIMO CUARTO.- Que, a fojas 301 y siguientes rola testimonial


de la parte demandante en la que depusieron los testigos do ña B árbara
Daniela Herrera Garc ía y don Patricio Rodrigo Villanueva Castro .

La primera testigo señala que conoce a la actora debido a que ésta


era su vecina y menciona que más de alguna vez conversaron sobre su
profesión referida a la docencia, añadiendo que ésta le coment ó que
trabajaba para un banco llevando a cabo pausas laborales.

Agrega que durante un tiempo no la divis ó, por lo que le consult ó a


su conviviente de ese entonces, quien, a su vez, le comentó los hechos de
autos; asimismo, menciona que posteriormente volvió a encontrarse con ella
en la Maratón de Santiago del año 2012, donde pudo observar que ten ía su
tez roja, manchones en su cara y se encontraba ahogada; seguidamente,
ésta le comentó que no se había recuperado de los hechos que motivan la
demanda, por lo que concluyó que no tenía el desempe ño f ísico de antes;
asimismo, añadió que estaba pasando por una depresión.

Por último, relata los hechos que le produjeron el shock anafil áctico,
como también, someramente, hace mención del paro cardiaco que se detalla
en el libelo pretensor.
XBZFHFNXJJ

El segundo testigo relata los hechos que fundan la demanda,


coincidiendo con éstos; adicionando que posterior a la afecci ón cardiaca
sufrida por la actora, ésta siguió un tratamiento con cardi ólogo y
psicológico, además de no poder continuar desarrollando su carrera
profesional.

A continuación, sostiene que la actora sufrió perjuicios f ísicos, tales


como: taquicardias y problemas a la vista.

DECIMO QUINTO.- Que por su parte la demandada, CLINICA


BICENTENARIO S.A., acompañó los siguientes documentos, inobjetados
de contrario, consistentes en:

1.- A fojas 131, impresión de inscripción de Marat ón de Santiago, de


fecha 7 de abril de 2013, correspondiente a do ña Camila Jara-Quemada
Garrido;

2.- A fojas 132, certificado de participación en “Everlast corre X


nosotras 2013”, emitido por Fundaventura TYR, de fecha 12 de mayo de
2013, correspondiente a doña Camila Jara-Quemada Garrido;

Se hace presente que, a fojas 362, la parte demandada tambi én


aparejó al proceso un conjunto de documentos los cuales se encuentran
guardados en la custodia del Tribunal bajo el N °1053-2013, los cuales no se
han tenido por acompañados conforme el mérito de la resoluci ón que rola a
fojas 367.

DECIMO SEXTO.- Que, por su parte, el demandado, don


EMILIO HERRERA MAURO, acompañó los siguientes documentos, los
cuales se encuentran guardados bajo la custodia N°1054-2017, inobjetados
de contrario, consistentes en:

1.- Nómina innominada en la que se observa incluida a do ña


CAMILA LETICIA JARA-QUEMADA GARRIDO;

2.- Nómina denominada “Dotación a Contrata” en la que se observa


incluida a doña CAMILA LETICIA JARA-QUEMADA GARRIDO;

3.- Documento ya reseñado en el N°1 del motivo 15°;


XBZFHFNXJJ

4.- Documento ya reseñado en el N°2 del motivo 15°;


5.- Fotocopia de certificado de participaci ón en “Nike We Run
Santiago 2013”, correspondiente a doña Camila Jara-Quemada Garrido;

DECIMO SEPTIMO.- Que, a fojas 312 y siguientes rola


testimonial de la parte demandada, don EMILIO HERRERA MAURO,
en la que depusieron los testigos, don Juan Pablo Figueroa Pincheira,
don Emiliano Eduardo Borquez Rojas y don Alejandro Te ófilo Labrin
Mancilla, quienes previamente juramentados, legalmente examinados y sin
tachas, declararon lo siguiente:

El primer testigo, manifiesta conocer a la parte que lo presenta, con


quien comentó el caso clínico de autos por medio de interconsulta informal,
así concluyeron los exámenes apropiados a realizar y la conducta a seguir,
que consistía en la observación clínica, la que finalmente la paciente
rechazó.

Por último, agrega que el médico en comento pidió un control de


electrocardiograma y de enzimas cardiacas a las dos horas de ocurrido el
episodio de reacción adversa a los fármacos suministrados, acciones que
afirma se encuentran acordes a la lex artis; añadiendo que desde el punto de
electrocardiográfico, se observó un ritmo normal sin evidencia de arritmia,
sin alteraciones del segmento ST, que se refiere a que las enzimas cardiacas
se encuentran dentro del rango normal para los valores de laboratorio.

El segundo testigo, relata que los hechos ocurrieron el mes de


diciembre de 2011, en la época que era jefe de servicio de cardiolog ía de la
Clínica Bicentenario, señala que la actora ingresó por un cuadro al érgico
importante que tuvo relación con una ingesta alimentaria, que fue tratado
con corticoides y epinefrina, aliviándose de la parte al érgica, pero
manifestando una ligera molestia vía respiratoria alta y un disconfort
retroesternal, frente a lo cual se procedió a realizar la indicaci ón de un
electrocardiograma y medición de enzimas cardiacas.

Manifiesta que, luego de un segundo electrocardiograma que dio


cuenta de un estado normal, se le propuso a la familia la hospitalizaci ón en
XBZFHFNXJJ

la unidad coronaria de la Clínica, lo que fue rechazado por ésta.


Expresa que la actora debió haber sido monitorizada por veinticuatro
horas más para la realización de los exámenes pertinentes, por lo que no se
debió haber dado el alta.

Prosigue manifestando que se cumplieron los protocolos m édicos


establecidos para la afección de la paciente, por lo que concluye que no
existió mala praxis.

Finalmente, contrainterrogado, el testigo declara que en caso de que


la familia pida el alta de un paciente, ello debe quedar patente en la ficha
clínica.

El último testigo, declara que a su juicio no existe un hecho doloso o


culposo atribuible a las partes, ya que se le pidi ó su opini ón, as í expresa que
la actora ingresó al centro médico demandado por una reacci ón anafil áctica
secundaria a la ingesta de mariscos, donde se le inici ó tratamiento
suministrándole corticoides, antihistamínicos y adrenalina sub cut ánea, el
que desemboco en un efecto adverso que estaba descrito dentro de las
posibilidades o literatura médica, en el cual la paciente hizo un cuadro
hipertensivo asociado a cefalea y algunos cambios con alteraciones
inespecíficas de la repolarización a nivel de V1 a V3 y un supradesnivel
discreto de menos 1 milímetro a nivel de V6.

Seguidamente, expresa que secundario a eso se le realiz ó un dosaje


enzimático, específicamente troponina que manifestó un rango negativo.

Indica que luego de la evaluación de la paciente realizada por el Dr.


Herrera, previa interconsulta informal del médico de urgencia tratante, le
comunicó a la familia el estado de la actora, sugiriendo su internaci ón para
continuar con una motorización en la unidad coronaria, lo que fue
rechazado por la familia o por la paciente, por lo que le médico de urgencia
brindó el alta.

Detalla la forma en que se evaluó la condición médica de la paciente,


reiterando que se efectuaron dos electrocardiogramas, mediando una hora
XBZFHFNXJJ

entre ambos exámenes.


Así también, afirma que las actuaciones de ambos m édicos se
efectuaron apegadas a la lex artis.

Finalmente, señala que no se encuentra consignado en la ficha cl ínica


la petición de la paciente o de su familiar en orden a recibir el alta médica.

DECIMO OCTAVO.- Que, los demandados, don DOV GRUEN


ARDITI y doña MARIELA MORA RAM ÍREZ , no rindieron medios de
prueba en autos.

DECIMO NOVENO.- Que, son hechos de la causa por no existir


controversia en entre las partes de este juicio: .- Que la demandante, do ña
CAMILA LETICIA JARA-QUEMADA GARRIDO, con fecha 16 de
Diciembre de 2011, ingresó a las dependencias de urgencia del nosocomio
de la demandada, CLINICA BICENTENARIO S.A., producto de haber
sufrido un shock anafiláctico por el consumo de mariscos, en el cual fue
atendida por el médico de urgencia, Dr. DOV RAFAEL GRUEN
ARDITI, por la enfermera, doña MARIELA MORA RAM ÍREZ , y por
el cardiólogo, Dr. EMILIO HERRERA MAURO, siendo tratada por su
reacción alérgica y por una posterior reacción adversa a los medicamentos
administrados, para luego ser dada de alta en la madrugada del d ía 17 de
Diciembre de 2011.

VIGESIMO.- Que la demanda deducida en estos autos corresponde


a una acción de indemnización de perjuicios por incumplimiento
contractual, lo que implica la concurrencia y acreditaci ón de los siguientes
requisitos por parte del actor para efectos de ser acogida su pretensi ón: a)
Que entre las partes exista un contrato de prestaci ón m édica; b) Que el
médico haya actuado con negligencia culpable; c) Que la acci ón del m édico
haya producido un daño en la persona del paciente; y d) Que exista relaci ón
de causalidad entre el acto culposo y el daño resultante.

VIG ÉSIMO PRIMERO.- Que atendida la naturaleza jurídica de la


acción incoada en autos, y de conformidad a lo dispuesto en el art ículo
1698 del Código Civil, corresponde a la parte demandante probar cada uno
XBZFHFNXJJ

de los requisitos mencionados precedentemente.


Sobre el particular es necesario aclarar que la presunci ón de culpa
que pesa sobre el deudor en el ámbito contractual, seg ún lo dispuesto en el
artículo 1547 inciso tercero del Código Civil, y que en este caso concreto
sería aplicable al médico, no resulta extrapolable a esta relaci ón
contractual por tratarse precisamente de una obligaci ón de medios (y
no de resultados), en que el profesional no se obliga a otorgar ni garantiza
conseguir el beneficio perseguido por el paciente, sino que m ás bien
proporcionar sus servicios orientados a dicho fin, de manera que si el
resultado esperado no es obtenido “sanar la dolencia ”, no conduce
necesariamente a un escenario de incumplimiento y, menos a ún, que éste
sea culpable. Así lo reconoce el profesor Enrique Barros Bourie en su obra
“Tratado de Responsabilidad Extracontractual ”, al consignar sobre el punto:
“En otras palabras, la situación estratégica de las partes es an áloga en un
juicio de responsabilidad contractual por incumplimiento de una obligaci ón
de medios a la de un juicio de responsabilidad extracontractual regido por
el estatuto general de la culpa probada, porque, en uno y otro caso, quien
demanda soporta el riesgo de que no sea posible mostrar la negligencia del
demandado” (página 660).

En el mismo sentido, doña Josefina Tocornal Cooper en su libro “La


responsabilidad civil de clínicas y hospitales”, expone: “Sin embargo, en la
responsabilidad médica, aunque haya habido un compromiso contractual de
mejorar a un enfermo, lo usual es que no garantice un resultado; el fracaso
en la obtención del beneficio esperado no puede ser calificado por s í solo
como un incumplimiento” (página 256). Para reafirmar “No lograr la
mejora en la salud por parte del prestador no significa incumplimiento,
incluso un empeoramiento del paciente tampoco es en sí mismo un
incumplimiento, pues a lo que se obliga el deudor, profesional o
establecimiento de salud, sólo es a hacer un esfuerzo diligente para
restablecer salud del paciente, pero no lo asegura” (página 257).

VIGESIMO SEGUNDO.- Que entrando en el análisis de cada uno


de los requisitos de responsabilidad mencionados, y en particular, sobre la
XBZFHFNXJJ

existencia del contrato de prestación médica celebrado con los demandados,


el mismo, solo es cuestionado por el profesional, Dr. Herrera, quien no
reconoce el vínculo jurídico existente para con la demandante, circunstancia
que no se logra desprender de la propia prueba rendida por éste, por
cuanto de su propia testimonial se desprende que el facultativo, forma parte
del equipo médico del nosocomio demandado y que, adem ás, prest ó
asistencia médica a la paciente demandante, le ordenó la realizaci ón de
exámenes e inclusive se comunicó con sus familiares para hacer
recomendaciones relacionadas con la salud de la actora, lo que permite
concluir que es efectiva la existencia de un vínculo jur ídico (contrato),
existente entre la demandante y el referido galeno, como tambi én con el
conjunto de los restantes demandados.

VIGESIMO TERCERO.- Que, ahora, los incumplimientos (y a la


vez negligencias) que la actora acusa habrían incurrido los doctores
GRUEN ARDITI; HERRERA MAURO; la enfermera, MORA
RAM ÍREZ , y la CLINICA BICENTENARIO S.A., en la ejecución del
contrato de prestación médica, se pueden traducir a los siguientes:

a) Administración de epinefrina por vía endovenosa, en soluci ón con


otros medicamentos, es decir, se suministró dicho medicamento en
forma y dosis errada, produciendo las consecuencias que describe
en su libelo;

b) Habérsele dado el alta médica, aun cuando la demandante


mantenía “un fuerte dolor torácico, cefalea y adrenalina absoluta ”,
sin entregarle indicaciones médicas ante nuevos síntomas, lo que
habría traído como consecuencia que dos días después se le haya
producido un infarto agudo al miocardio;

VIGESIMO CUARTO.- Que, respecto de la primera acusación de


negligencia médica alegada por la demandante, corresponde consignar que
la prueba documental rendida en autos, no se desprende que los
medicamentos que se le suministraron a la actora, se hayan administrado en
forma errónea o en dosis elevadas, por cuanto el único documento que
podría haber determinado tal circunstancia corresponde a un informe
XBZFHFNXJJ

pericial de carácter médico, rindiéndose tal probanza en la forma prevista


por el artículo 414 del Código de Procedimiento Civil, lo que no se ha
verificado en el documento aparejado por la actora a fojas 358, que ha sido
denominado como “Informe médico pericial”, por lo que tal documento
solo podrá apreciarse como prueba documental.

Que, sin perjuicio de lo anterior, analizado el documento antes


mencionado, no se desprende conclusión alguna que permita confirmar la
tesis de la actora, lo que tampoco se ve reforzado por la testimonial rendida
por la demandante; circunstancias suficientes para desestimar la primera
negligencia denunciada.

VIGESIMO QUINTO.- Que, en cuanto a la segunda negligencia


médica denunciada, resulta indispensable señalar que ésta se ha visto
reforzada por la propia prueba documental de la demandante, la que,
además, complementada con la testimonial de la propia demandada,
particularmente las declaraciones de don Emiliano Eduardo Borquez
Rojas y don Alejandro Te ófilo Labrin Mancilla, que han sido
ponderadas conforme la regla 2ª del artículo 384 del C ódigo de
Procedimiento Civil, que dispone que la declaración de dos o m ás testigos
contestes en el hecho y sus circunstancias esenciales, sin tachas, legalmente
examinados y que den razón de sus dichos, podr án constituir prueba plena
cuando no haya sido desvirtuada por otra prueba en contrario, y de las
cuales esta sentenciadora logra crear convicción de que es efectivo que la
actora debió ser internada y mantenerse en observaciones por un periodo
de, a lo menos, 24 horas; ello debido a las dolencias que manifestaba la
demandante, lo que claramente trajo aparejada la afecci ón cardiaca
coronaria en que posteriormente ello derivó y que fue tratada en el Hospital
Clínico de la Universidad de Chile, razón por la cual, es innegable que el
Dr. GRUEN ARDITI no debió haberle dado el alta a la paciente, lo que
corresponde a una acción imprudente en contrario a la lex artis, por cuanto,
conforme las propias declaraciones vertidas por otros facultativos y colegas
del demandado, dicho actuar se alejó de un procedimiento m édico
adecuado conforme el mérito del diagnóstico.
XBZFHFNXJJ

Que, a lo anterior, resulta indispensable añadir que no resulta


suficiente la justificación manifestada por los testigos de la demandada, en
orden a sostener que la petición del alta médica correspondió a una decisi ón
tomada por la familia de la actora, por cuanto no existe documento alguno
que acredite tal circunstancia, debiendo haber constado ello en la ficha
clínica de la paciente.

En consecuencia, a criterio de esta sentenciadora se ha verificado la


segunda negligencia médica denunciada por la actora, por lo que a
continuación procede estimar el grado de responsabilidad de cada uno de
los demandados de autos.

VIGESIMO SEXTO.- Que, conforme lo razonado en los motivos


anteriores, se logra colegir que le hecho que ocasion ó el da ño, proviene de
la acción imprudente del demandado, don DOV RAFAEL GRUEN
ARDITI, quien otorgó el alta médica a la paciente, cuando debió mantener
a la paciente en observaciones, y en caso de que ésta no accediera a ello,
dejar constancia por escrito de dicha circunstancia.

Que, por su parte, las acciones denunciadas contra de los


demandados, don EMILIO HERRERA MAURO y doña MARIELA
MORA RAM ÍREZ , serán desestimadas, por cuanto, de la prueba rendida
en autos, no se observa que sus acciones hayan aportado al da ño ocasionado
a la demandante, como así tampoco se advierte que se hayan apartado en
su accionar profesional de la lex artis.

Que, en lo que respecta a la demandada, CLINICA


BICENTENARIO S.A., debe considerarse que el contrato de atención
hospitalaria es un contrato esencialmente consensual, debiendo entenderse
perfeccionado toda vez que el paciente respectivo ingresa al hospital o
centro asistencial, aun cuando no haya contratado con el o los
representantes legales de dicho centro asistencial, ni tampoco con los
médicos de dicha institución o con el resto del personal sanitario que integra
la institución. Esto, ya que las clínicas privadas, como todo establecimiento
médico, ofrecen un servicio al público en general, quienes acuden a dicha
institución a obtener la atención eficiente por ellas buscada. Como se ñala el
Profesor Enrique Paillás “Hay una oferta de atenci ón m édica y al
XBZFHFNXJJ

presentarse all í el enfermo se traba una relaci ón jur ídica ” (Enrique


Paillás, Responsabilidad Medica, Editorial Jurídica Conosur, p ágina 74). En
el mismo sentido se manifiesta el profesor Pedro Zelaya Etcherregaray, al
señalar que: “En este sentido, cuando el paciente ingresa al hospital sin
contratar con médico alguno, la institución hospitalaria asume por regla
general, las obligaciones propias del tratamiento m édico integral (obligaci ón
de ejecutar los actos médicos del caso), del alojamiento y de la asistencia
general que realizará por medio de sus propios m édicos, seg ún las diversas
modalidades contractuales que pueden darse entre estos y el hospital
respectivo”. Pedro Zelaya Etcherregaray, en Responsabilidad Civil de
Hospitales y Clínicas (modernas tendencias Jurisprudenciales) Revista de
Derecho y Jurisprudencia, Tomo XCIV, N° 2, página 47). Por otro lado
este contrato es un contrato innominado ya que carece de regulaci ón legal,
por lo que deben aplicarse a su respecto las normas del contrato nominado
más parecido o acorde con éste y en subsidio de estas normas, las reglas
generales aplicables a todo contrato establecidas en el Código Civil.

Finalmente, corresponde consignar que el profesor Enrique Paill ás


explica que “Las clínicas privadas, como todo establecimiento médico,
ofrecen un servicio al público en general, el cual acude a ellos confiando en
que le darán una atención eficiente” (Responsabilidad Médica, 4ª. Edición,
pág. 74 Editorial Conosur, Santiago, año 1999). Para esa “atenci ón
eficiente”, el empresario o administrador, debe disponer los medios de
organización y control necesarios para que el paciente reciba una atenci ón
oportuna, suficiente y de calidad; sin embargo, “Un hospital podr ía
llegar a ser civilmente responsable por el insuficiente, ineficiente o
inadecuado sistema de coordinaci ón y control de la labor desplegada
por su personal sanitario respecto de una espec ífica atenci ón m édica
que signifique exponer al paciente a un riesgo mayor que el
ordinario” (Responsabilidad civil médica, Marcela Carreño y otros, 1ª
edición, pág.129).

En definitiva, y conforme el mérito de lo reseñado en los p árrafos


anteriores, se logra concluir que, igualmente, la demandada, CLINICA
BICENTENARIO S.A., es responsable por la atención deficiente
XBZFHFNXJJ

otorgada por uno de sus dependientes.


VIGESIMO SEPTIMO.- En subsidio, el demandado, don DOV
RAFAEL GRUEN ARDITI, alegó como eximente de la responsabilidad
el caso fortuito, el que se comprende en el art ículo 45 del C ódigo Civil, que
lo define: “Se llama fuerza mayor o caso fortuito el imprevisto a que no es
posible resistir, como un naufragio, un terremoto, el apresamiento de
enemigos, los actos de autoridad ejercidos por un funcionario público, etc.”

Que, conforme el mérito de lo razonado en el motivo 25 °, esta


sentenciadora ha determinado que la acción imprudente del propio
demandado es la que ocasionó el daño que funda la acci ón indemnizatoria,
por lo que en caso alguno se observa que el referido eximente de
responsabilidad haya concurrido.

VIGESIMO OCTAVO.- En subsidio de la anterior defensa,


también alega que los hechos fundantes de la acci ón indemnizatoria,
provienen del actuar de un tercero, en este caso, de la codemandada, do ña
MARIELA MORA RAM ÍREZ , circunstancia que tampoco se ha
verificado en autos, por lo que su sola declaraci ón no resulta suficiente para
que dicha alegación sea acogida, lo que permite desestimar tal defensa.

VIGESIMO NOVENO.- Que, habiéndose cumplido dos de los


elementos de la responsabilidad contractual por los servicios m édicos,
corresponde determinar si se ha acreditado que la acci ón del m édico haya
producido un daño en la actora, lo que se acredit ó con el m érito de la
prueba documental y testimonial rendida en autos y siguiendo el
razonamiento expresado en el motivo 25°; asimismo, también se ha logrado
crear la convicción en esta sentenciadora que existe una relaci ón de
causalidad entre la acción imprudente del demandado, don DOV
RAFAEL GRUEN ARDITI, quien otorgó el alta médica a la paciente,
cuando debió mantener a la paciente en observaciones, y el da ño producido
a ésta, el que en caso alguno corresponde a la afecci ón cardiaca que la
actora sufrió, sino que se circunscribe a los efectos de la deficiente atenci ón
médica que recibió en el centro médico, por lo que se acceder á la demanda
XBZFHFNXJJ

por las sumas que a continuación se señalarán.


TRIGESIMO.- Que, en lo que respecta a la solicitud por concepto
de da ño emergente , que consiste en la disminución patrimonial
experimentada por la víctima a consecuencia del hecho causante del da ño o
menoscabo, se accederá solo respecto de los gastos incurridos por do ña
CAMILA JARA-QUEMADA GARRIDO, en las dependencias del
nosocomio demandado, toda vez que ésta fue la única suma que la actora
logró acreditar en autos, esto es, la cantidad de $143.831.-, ello conforme
el mérito del documento reseñado en el N°6 del motivo 13.

TRIGESIMO PRIMERO.- Que, por su parte, en lo que respecta


al lucro cesante, éste ha sido conceptualizado por la doctrina como “lo
que se deja de percibir a consecuencia del hecho dañoso”.

Ahora bien, en autos no se ha aparejado documento alguno que


permita concluir a esta sentenciadora que es efectivo el fundamento f áctico
de la acción indemnizatoria, ello relacionado a lo solicitado por este rubro,
esto es, que la actora no podrá ejercer su carrera de profesora de educaci ón
física producto de la afección cardiaca que le afect ó; circunstancia esencial
para que lo solicitado por este concepto sea acogida, por lo que, siguiendo
ese orden de ideas, lo solicitado por este rubro será desestimado.

TRIGESIMO SEGUNDO.- Que, finalmente, en lo concerniente a


lo solicitado por concepto de da ño moral, el que en palabras del destacado
civilista don Arturo Alessandri Rodríguez, consignadas en su obra “De la
Responsabilidad Extracontractual en el Derecho Civil Chileno”, es aquél
que proviene de toda acción u omisión que pueda estimarse lesiva a las
facultades espirituales, a los afectos o a las condiciones sociales o morales
inherentes a la personalidad humana; o bien, todo aquello que signifique un
menoscabo en los atributos o facultades morales del que sufre el da ño .

Que, teniendo presente las palabras del destacado jurista, y lo


expuesto en el párrafo anterior, esta sentenciadora estima que en la especie
concurre el daño moral que se alude en la demanda, el que se ha
configurado por la acción del galeno al conceder el alta en forma
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anticipada, no siguiendo el protocolo que en la declaraci ón testimonial del


propio Jefe del Servicio de Cardiología del centro m édico demandado, don
Emiliano Eduardo Borquez Rojas, señaló que se debía seguir;
proporcionando un servicio deficiente, ya que la paciente deb ía ser
mantenida en observaciones por a lo menos veinticuatro horas, circunstancia
que pudo evitar o tratar en mejor forma las afecciones que posteriormente
sufrió la actora.

TRIGESIMO TERCERO.- Que, para efectos de determinar la


cuantía de la indemnización, cabe tener presente, el hecho de que, como
también expone el jurista aludido, la indemnización de todo perjuicio no
necesariamente es reparadora, sino que también puede ser compensatoria o
satisfactoria, y lo será cuando, por su naturaleza, el da ño sufrido por la
víctima sea irremediable, como ocurre con la prestación de un servicio
médico deficiente en los términos ya expresados; indemnización que,
materializada en dinero, servirá para que la víctima pueda buscar otras
satisfacciones o ventajas que le permitan disipar, atenuar, o hacer m ás
soportable, dicha molestia.

Por lo expuesto, y considerando las circunstancias constitutivas del


daño moral reclamado, y el tipo de sufrimiento experimentado por la actora
con motivo de los hechos sub-lite, esta sentenciadora estima como cantidad
justa y equitativa por concepto de indemnización compensatoria, la cantidad
de $5.000.000.-.

TRIGESIMO CUARTO.- Que, en definitiva, la demanda principal


será acogida parcialmente, por los rubros antes mencionados y, en
definitiva, condenándose a los demandados, don DOV RAFAEL GRUEN
ARDITI y CLINICA BICENTENARIO S.A., solidariamente al pago de
la suma total de $5.143.831.-

TRIGESIMO QUINTO.- La suma ordenada pagar deberá serlo


reajustada según la variación que experimente el Índice de precios al
Consumidor a contar de que la sentencia se encuentre ejecutoriada y hasta
su pago efectivo, con más los intereses corrientes para operaciones
reajustables, sólo en el evento de la mora y hasta la fecha de su pago
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efectivo, todo según liquidación que se efectuará en su oportunidad.


TRIGESIMO SEXTO.- Que, por último, la defensa del
demandado, don DOV RAFAEL GRUEN ARDITI, referida a reducir el
monto de la indemnización conforme lo dispone el artículo 2330 del C ódigo
Civil, por haberse expuesto la victima al da ño, tambi én ser á desestimada,
por cuanto ésta figura es propia del estatuto jur ídico de la responsabilidad
extracontractual, y no resulta aplicable al caso de marras, el cual es
evidentemente contractual.

TRIGESIMO SEPTIMO.- Que, el resto de la prueba rendida, en


nada altera, modifica o adiciona a las conclusiones arribadas en los
considerandos precedentes.

IV.- EN CUANTO A LA DEMANDA SUBSIDIARIA:

TRIGESIMO OCTAVO.- Que, en subsidio de la acción principal,


en el primer otrosí de fojas 5, deduce demanda de indemnizaci ón de
perjuicios por responsabilidad civil extracontractual en contra de: 1) don
EMILIO HERRERA MAURO; 2) don RAFAEL GRUEN ARDITI; 3)
doña MARIELA MORA RAMIREZ; y 4) CLINICA
BICENTENARIO S.A., ya individualizados, solicitando que ésta sea
acogida a tramitación, a fin de que se declare la responsabilidad civil que les
cabe, y se les condene a indemnizarle los perjuicios derivados de la atenci ón
médica, intervención quirúrgica y tratamiento post-operatorio de la cual
afirme haber sido víctima, los que avalúa en la suma de $400.600.000.-,
cuyo detalle corresponde al mismo de la acción principal, m ás reajustes,
intereses y costas.

Se funda para ello en los antecedentes de hecho y derecho que han


sido reseñados en lo expositivo de este fallo y que se dan por enteramente
reproducidos en este considerando.

TRIGESIMO NOVENO.- Que, respectivamente, los demandados:


1) don EMILIO HERRERA MAURO; 2) don RAFAEL GRUEN
ARDITI; y 3) CLINICA BICENTENARIO S.A., contestaron la
demanda subsidiaria, solicitando su rechazo, con costas.
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Se fundan para ello en los antecedentes de hecho y derecho que han
sido reseñados en lo expositivo de este fallo y que se dan por enteramente
reproducidos en este considerando.

Se hace presente que la demandada, doña MARIELA MORA


RAMIREZ se mantuvo en rebeldía durante todo el proceso.

CUADRAGESIMO. - Que, en cuanto a los trámites de la réplica y


la dúplica, éstos fueron evacuados en la misma forma ya descrita en la parte
expositiva del fallo.

CUADRAGESIMO PRIMERO. - Que, teniendo presente que la


acción principal será acogida, se omitirá pronunciamiento respecto de la
acción subsidiaria, ello en virtud de lo dispuesto en el art ículo 170 N º6 del
Código de Procedimiento Civil.

Por estas consideraciones, y visto además lo dispuesto en los art ículos


144, 170, 254, y siguientes, y 358 del Código de Procedimiento Civil; y los
artículos 1545 y siguientes, y 1698, del Código Civil; SE DECLARA:

1.- Que se rechazan las tachas deducidas por los demandados


respecto del testigo don Patricio Rodrigo Villanueva Castro;

2.- Que se rechazan las objeciones documentales formuladas por los


demandados.

3.- Que se acoge parcialmente la demanda condenándose a los


demandados, don DOV RAFAEL GRUEN ARDITI y CLINICA
BICENTENARIO S.A., a pagar solidariamente la suma total de
$5.143.831.-, más intereses y reajustes en la forma establecida en el motivo
35º, a favor de actora, doña CAMILA LETICIA JARA-QUEMADA
GARRIDO, con costas.

4.- Que se omite pronunciamiento de la demanda subsidiaria


conforme lo razonado en el motivo 41°.

Regístrese y archívense en su oportunidad.


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Pronunciada por doña PATRICIA CASTRO PARDO, JUEZA


TITULAR. Autorizada por don GIORGIO ZUNINO COFR É,
SECRETARIO SUBROGANTE. Anotada en el libro de causas en
estado de fallo con el N°12.459. CONFORME.

En Santiago, a ocho de Octubre de dos mil dieciocho , se notificó por el estado


diario, la resolución precedente.

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Este documento tiene firma electrónica y su original puede ser


validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la tramitación de la
causa.
A contar del 12 de agosto de 2018, la hora visualizada
corresponde al horario de verano establecido en Chile
PATRICIA ILSE CASTRO PARDO GIORGIO CARLO ZUNINO COFRE Continental. Para Chile Insular Occidental, Isla de Pascua e
Fecha: 08/10/2018 11:00:41 Fecha: 08/10/2018 11:14:34 Isla Salas y Gómez restar 2 horas. Para más información
consulte http://www.horaoficial.cl

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