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ANATOMÍA DE PERITONEO

DEFINICIÓN
El peritoneo está en contacto, por un lado, con la cara interna de la cavidad abdominal y por el otro,
con la cara externa de los órganos. Este doble contacto es posible gracias al aspecto característico
del peritoneo en membrana serosa de dos hojas. Por eso distinguimos en el peritoneo una hoja
parietal y una visceral.
Esas dos hojas van a delimitar una cavidad peritoneal. Dicha cavidad está cerrada en el hombre y
abierta en la mujer al nivel del pabellón de la trompa de Falopio y del ovario. La cavidad peritoneal
está ocupada por las vísceras digestivas y los numerosos pliegues peritoneales. Consta de dos
regiones principales que se comunican entre sí por el orificio epiploico:
- La cavidad peritoneal mayor
- La bolsa omental o transcavidad de los epiplones

ANATOMÍA
El peritoneo consta de una sola hoja de epitelio escamoso simple de origen mesodérmico,
denominado mesotelio, que se apoya sobre un estroma delgado de tejido conjuntivo. Su superficie
se extiende desde 1 hasta 1,7m2, que se corresponde aproximadamente con la superficie corporal
total. La cavidad peritoneal del hombre se encuentra sellada, mientras que la de las mujeres se abre
al exterior a través de los orificios de las trompas de Falopio. La membrana peritoneal se divide en
sus componentes parietal y visceral. El peritoneo parietal cubre las caras anterior, lateral y posterior
de la pared abdominal, así como la cara inferior del diafragma y de la pelvis. El peritoneo visceral
reviste casi toda la superficie de los órganos intraperitoneales (es decir, estómago, yeyuno, íleon,
colon transverso, hígado y bazo) y la cara anterior de los órganos retroperitoneales (es decir,
duodeno, colon izquierdo y derecho, páncreas, riñones y glándulas suprarrenales).

La cavidad peritoneal está subdividida en compartimentos o espacios intercomunicados por 11


ligamentos y mesenterios. Los ligamentos o mesenterios peritoneales comprenden los ligamentos
coronarios, gastrohepático, hepatoduodenal, falciforme, gastrocólico, duodenocólico,
gastroesplénico, esplenorrenal y frenocólico, el mesocolon transverso y el mesenterio del intestino
delgado. Estas estructuras dividen el abdomen en nueve posibles espacios: subfrénico derecho e
izquierdo, subhepático, supramesentérico e inframesentérico, desfiladeros paracólicos derecho e
izquierdo, pelvis y transcavidad de los epiplones. Estos ligamentos, mesenterios y espacios
peritoneales dirigen la circulación del líquido de la cavidad peritoneal y, en consecuencia, ayudan a
predecir la vía de propagación de las infecciones y enfermedades malignas.

Por ejemplo, la perforación del duodeno por una úlcera péptica puede motivar el desplazamiento
del líquido (y la aparición de abscesos) hacia el espacio subhepático, el desfiladero paracólico
derecho y la pelvis. La irrigación del peritoneo visceral proviene de los vasos sanguíneos esplácnicos,
mientras que el peritoneo parietal es nutrido por ramas de los vasos intercostales, subcostales,
lumbares e ilíacos. La inervación del peritoneo visceral y parietal se comentó antes.

BIBLIOGRAFÍA
- Sabiston, Cirugía General del aparato Digestivo, 19va edición paginas 88 - 90

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