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Desigualdades

de excedente y exclusión
social en América Latina.
Algunas hipótesis
Juan Pablo Pérez-Sáinz
Sociólogo. FLACSO-Costa Rica.

H
ablar de exclusión social parece ser ya
un lugar común en los diagnósticos en
América Latina. En el presente artículo
nos queremos plantear la siguiente
pregunta: ¿cuáles son los mecanismos que la
generan en la región? Queremos responder desde
una perspectiva radical y crítica. Esto supone que
hablaremos de exclusión social como alternativa
a los enfoques de pobreza, para entender las
carencias de la población, y de desigualdades de
excedente en lugar de desigualdades de ingreso.
La proposición central es que se trata de una
manifestación de desempoderamiento extremo de
sectores subalternos, generada en los campos de
desigualdades de excedente. Este planteamiento
nos servirá para formular varias hipótesis, como
respuestas a esa pregunta, referidas a dinámicas
que generan exclusión social en el actual período de
globalización que caracteriza a América Latina.
En un primer apartado, formularemos una
serie de proposiciones analíticas para ver cómo
estas dos problemáticas se articulan. 1 En un
segundo acápite, se identifica un conjunto de
dinámicas de desempoderamiento en los campos de
desigualdades de excedente, que estarían generando
exclusión social, así como las limitaciones de la
ciudadanía, a cargo del neoliberalismo. Concluimos
sistematizando estas dinámicas en términos de
hipótesis; pero también redefiniéndolas en relación
con experiencias «posneoliberales»2 que han surgido
en varios países de la región.

14 Juan Pablon.Pérez-Sáinz
84: 14-21, octubre-diciembre de 2015
La generación de la exclusión social estos mercados son ámbitos de conflicto y, por tanto,
y los campos de desigualdades de excedente en ellos se plasman dinámicas de poder.
Otra característica fundamental de los mercados
Cualquier análisis sobre desigualdades debe básicos es que, como se está hablando de una sociedad
plantearse dos preguntas básicas: ¿desigualdad de que ha superado su etapa de reproducción simple, lo
qué? y ¿desigualdad entre quiénes? (Bobbio, 1993). que realmente está en juego son las condiciones de
Aquellas que han hecho de América Latina la región producción del excedente. Es decir, en ellos se definen
más desigual del planeta, son las referidas a las de las condiciones de su generación y apropiación en
ingreso entre hogares (BID, 1999; De Ferranti et al., una sociedad capitalista. Esta pugna por el excedente
2004; López-Calva y Lustig, 2010). Justamente, este supone que el sujeto social que debemos considerar
señalamiento conlleva respuestas en clave liberal. El qué —en primera instancia— son las clases sociales. No
se entiende como ingresos monetarios y el entre quiénes es este el lugar para entrar en la discusión sobre la
remite a los hogares, pero como la unidad doméstica se definición de clases sociales, solo mencionar que, desde
entiende como un mero agregado de individuos, son nuestra perspectiva, estas se definen en la batalla por el
estos últimos los sujetos privilegiados. excedente y no tienen existencia fuera de ese escenario.6
Centrar la mirada en los ingresos del hogar encierra Pero esto no implica que las dinámicas de poder en
varias dificultades. Primero, se está privilegiando la los mercados básicos solo se puedan abordar en esos
esfera de la redistribución sobre la de la distribución. términos; ello supondría el retorno al reduccionismo
Esto supone que esta distribución primaria no se sociológico de antaño, según el cual las clases sociales
cuestiona, naturalizándola, ya que en ella habrían lo explicaban todo.
actuado, supuestamente, las dinámicas virtuosas de En términos de excedente y siguiendo a Tilly
los mercados. Segundo, se está mirando los resultados (1999), habría que diferenciar dos mecanismos básicos
y no los procesos que los han generado, por lo que de su generación y apropiación: la explotación y el
la comprensión de las desigualdades en cuestión acaparamiento de oportunidades. La existencia de dos
termina siendo superficial. Y tercero, se privilegian formas diferenciadas de creación de excedente implica
los individuos con el agravante de que, por el tipo de dos campos de desigualdades en este sentido: el primero
estaría referido a las condiciones de explotación de la
datos empíricos utilizados, no se capta a los de las élites
fuerza de trabajo asalariada, mientras el segundo
(Pérez-Sáinz, 2012, 2014).
remitiría a las condiciones de oportunidades de
Desde una perspectiva crítica, inspirada en la
acumulación.7 El campo de condiciones de explotación
tradición radical de estirpe rousseauniana, se puede
se materializa en el mercado de trabajo, y la pugna se
formular otro tipo de respuestas a aquellas dos
dirime en torno a la dicotomía trabajo versus empleo,
preguntas.3 A la primera se responde: de poder, en en tanto que este último expresa trabajo con estatuto
los mercados básicos, para posibilitar la generación de garantías no mercantiles (Castel, 1997). Esto supone
y apropiación de excedente. Y ante la segunda: que, cuando las condiciones de explotación se sustentan
desigualdad no solo entre los individuos sino también en el predominio del trabajo, se está ante un campo
entre los pares categóricos (de género, etnia/raza, signado por una gran asimetría a favor del capital; por
territorialidad, etc.) y, sobre todo, las clases sociales el contrario, cuando predomina el empleo, la asimetría
(Pérez-Sáinz, 2014). Reflexionemos sobre algunas de se ha relativizado. En el campo de acaparamiento de
las cuestiones presentes en estas afirmaciones. oportunidades de acumulación, materializado en el resto
Los mercados básicos son los ámbitos mercantiles de los mercados básicos, el poder se define por la pugna
donde se definen las condiciones de producción entre el cierre y la apertura. Un campo caracterizado
material de una sociedad capitalista. Nos referimos a por el cierre, donde unos pocos propietarios de medios
mercados como el laboral, el de capitales o el de seguros, de producción acaparan las principales oportunidades
sin olvidar la mercantilización de la tierra (y, en un de acumulación, sería claramente asimétrico. Esa
sentido más amplio, la propia naturaleza) y del recurso asimetría se puede relativizar si se han dado procesos
clave de la globalización: el conocimiento. Hay que de apertura que permiten a más propietarios participar
recordar que fuerza de trabajo, capital y tierra —habría de tales oportunidades.
que valorar la incorporación del conocimiento— son Un factor clave en el incremento de asimetrías,
las mercancías que Polanyi (1992) calificó como con el subsiguiente desempoderamiento de sectores
«ficticias».4 Este adjetivo responde a que si el respectivo subalternos, aparece cuando las dinámicas de clase
mercado actúa de manera autorregulada, se transforma, se acoplan a pares categóricos. Estos son resultado de
según la expresión del economista húngaro, en un cómo se procesan las diferencias de distinto tipo en una
«molino satánico» que destruye la correspondiente sociedad. En este sentido, se pueden señalar al menos
mercancía.5 Esta capacidad de destrucción sugiere que tres lógicas de procesamiento.

Desigualdades de excedente y exclusión social en América Latina. Algunas hipótesis 15


Una de ellas se puede denominar de inferiorización, de un mismo par no se encuentran en situaciones
en la que la categoría dominante subordina a la subalterna equivalentes.
de manera extrema, invocando la naturalización de la Justamente cuando operan estos mecanismos de
diferencia (Bastos, 2005). Así, las diferencias de sexo acoplamiento se refuerzan las dinámicas de clase,
se transforman en relaciones de género, que reflejan el haciendo que se incrementen las asimetrías de los
dominio de los hombres sobre las mujeres; las culturales, campos de desigualdades de excedente. Cuando ellas,
en étnicas, que muestran la supremacía de una cultura en cualquiera de los dos campos, devienen extremas,
(la occidental) sobre otra(s); las fenotípicas, en raciales, se genera exclusión primaria, cuyas manifestaciones,
que expresan la superioridad de los blancos sobre otros para el actual momento de globalización, veremos
grupos, como los afrodescendientes; y las de localización, en el siguiente apartado. Pero esta exclusión puede
en territoriales, que reflejan el predominio de los ser neutralizada, y esto nos lleva a tomar en cuenta
«lugareños» sobre los «foráneos». Los discursos y las el segundo momento en el proceso de generación
prácticas del patriarcalismo, el etnocentrismo, el racismo de exclusión: el acceso o no a la ciudadanía social.
o la xenofobia tienen como efecto la inferiorización de un Aquí se incorpora la dimensión Estado a la propuesta
grupo: mujeres, indígenas, afrodescendientes, migrantes analítica.
rurales o inmigrantes. El autor de referencia es Marshall (1998), con dos
La lógica opuesta sería la del reconocimiento de la ideas claves. La primera se refiere a la ciudadanía como
diferencia y supondría una construcción social basada en arquitecta de la legitimación de las desigualdades
la simetría de los grupos involucrados, como resultado de los mercados básicos, ya que permite procesos de
de la lucha del subordinado por un reconocimiento que individualización que relativizan las asimetrías de clase
acaba por imponerse. en esos espacios. Y la segunda tiene que ver con los
Y habría una lógica intermedia según la cual existiría contenidos de la ciudadanía social, que abarcan desde
una cierta hibridación entre los grupos. Normalmente, un mínimo de bienestar económico hasta compartir el
no es resultado de una mezcla consensuada, sino más modo de vida imperante en cada sociedad. Cada una de
bien de una «oferta» del grupo dominante que logra estas ideas supone derroteros distintos en términos de
—en cierto grado— asimilar a los otros (Bastos, 2005). la concepción de los procesos de inclusión/exclusión.
Si esta es viable, se puede lograr la configuración Obviamente, optamos por la primera, ya que sugiere que
la pertenencia a la sociedad pasa, en primer lugar, por el
de una comunidad donde las diferencias tenderían,
empleo y la capacidad de acumulación.8 Es importante
aparentemente, a diluirse. El ejemplo más claro y
enfatizar que los procesos de individualización tienen
recurrente de este tipo de comunidad es la nación. Pero es
historicidad; por tanto, no existe el individuo como
importante destacar que la «oferta» tiene grados distintos esencia naturalizada. En este sentido, habría que
de generosidad y que esas diferencias cuentan. rescatar la propuesta de Castel (2010) sobre los soportes
Estas lógicas implican diferentes estrategias de poder diferenciados de los individuos, por tanto, generan
(de inferiorizar al otro, de imponerle la asimilación o procesos de individualización desiguales.
de hacerse reconocer) que conllevan configuraciones Pero esa capacidad de neutralizar la exclusión
distintas de pares categóricos. Así, en los casos de lógicas primaria generada en los mercados básicos por la
de inferiorización o de asimilación (especialmente, ciudadanía social, no es ilimitada y, por tanto, no está
de ofertas poco generosas) se suele construir pares garantizada. Por un lado, los fundamentos y la viabilidad
categóricos contrastantes con asimetrías profundas. del contrato social radican en los propios procesos de
Esto supone que las categorías subalternas acceden a generación y apropiación de excedente. Es decir, la
los mercados básicos en desventaja, lo que se refleja a legitimación de las desigualdades siempre tiene ciertos
través de un par de mecanismos en su funcionamiento límites y, al respecto, Barbalet (1988) ha sido enfático
asimétrico: la segregación y la discriminación. Aquella al señalar que los límites históricos de la ciudadanía
tiene dos momentos. El primero tiene que ver con el social están dados por la naturaleza de clase de las
mero acceso a estos mercados donde la pertenencia sociedades capitalistas. Por otro lado, hay que señalar
a una cierta categoría de un determinado par lo que las políticas sociales básicas, las que constituyen
condiciona; el segundo opera cuando el acceso se los pilares de la ciudadanía social, comportan una
logra, pero el acaparamiento se redefine en términos de importante separación analítica: la distinción entre
segmentación del mercado de acuerdo con la distinción ciudadanos y poblaciones. Los primeros quedan en el
que define el par. O sea, en el ámbito mercantil operan dominio de la teoría; las segundas pasan a ser el objetivo
también dinámicas de segregación que se manifiestan de las políticas. Es decir, las políticas sociales tienden
en la configuración de nichos. Y el segundo mecanismo, a heterogenizar a la población, con tratamientos
el de discriminación, expresa que, aunque las barreras diferenciados, cuestionando así la igualación de la
de segregación hayan sido superadas, las categorías ciudadanía (Chatterjee, 2008).

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La precarización generalizada de las relaciones salariales se ve reforzada por
las dinámicas de género, ya que las mujeres tienden a ocupar los puestos de
trabajo donde los estándares laborales vigentes no tienden a cumplirse. O sea,
la feminización laboral sería la otra cara de la precarización salarial.

Por consiguiente, la exclusión primaria, generada en la región. O sea, se podría decir que ha habido
por procesos extremos de desempoderamiento en los acoplamiento entre las dinámicas de clase y de estos dos
mercados básicos, puede ser neutralizada por los efectos pares categóricos en términos de segregación primaria.
niveladores de la ciudadanía social. Pero si no se tiene No obstante, las dinámicas recientes plantearían ciertas
acceso a este tipo de ciudadanía, se consolida como transformaciones.
exclusión social. Es decir, se está ante el peor de los En cuanto a lo etario, el desempleo estructural podría
mundos posibles: se padecen las fallas de los mercados estar afectando a grupos de adultos con edad avanzada,
(básicos) y se sufre el abandono estatal (Pérez-Sáinz especialmente hombres maduros, quienes podrían
y Mora-Salas, 2007). Esta es la concepción que se verse condenados a desempleo de larga duración.
postula sobre este fenómeno, y es a partir de ella, y de Las estrategias de precarización que implementan
lo que hemos esbozado respecto a las desigualdades las empresas implicarían que este tipo de fuerza
de excedente, que vamos a intentar responder —de laboral vería restringidas sus opciones ocupacionales.
manera hipotética— la pregunta inicial de este texto: Tampoco hay que despreciar el fenómeno del
¿cuáles son los mecanismos que generan hoy exclusión desempleo en jóvenes con educación superior. Aquí,
social en la región? la razón habría que buscarla en el desajuste entre una
oferta laboral cada vez más calificada, resultado de
la apuesta neoliberal por el «capital humano», y la
La generación de exclusión social en América demanda, que refleja una estructura ocupacional sin
Latina con la actual globalización mayores transformaciones. Aquellos jóvenes que no se
ven forzados, por razones de contribución al ingreso
Históricamente, en América Latina, en los dos doméstico, a insertarse en un mercado de trabajo que
campos de desigualdades de excedente, se han devalúa sus credenciales educativas, pueden también
generado procesos de desempoderamiento extremo formar parte de ese contingente de fuerza de trabajo
de sectores subalternos. Limitándonos al actual desocupada.
momento globalizador, se puede destacar, aunque sea Durante las dos últimas décadas, la evidencia de tasas
de desempleo femenino superiores a las masculinas ha
brevemente, tres procesos: el desempleo estructural, la
sido contradictoria (Pérez-Sáinz, 2014: cuadro 6.3.3.1).
precarización salarial y la emergencia de un excedente
Esto se debe a la decisiva incorporación de las mujeres
laboral disfuncional al proceso de acumulación.
al mercado laboral, especialmente en la década de los
El desempleo implica el no reconocimiento de la 90, que implicó que por primera vez en la historia
fuerza de trabajo y, por tanto, constituye una forma de la región, contribuyeran más que los hombres
extrema de desempoderamiento en condiciones de al incremento de la población ocupada (De la O y
explotación. Históricamente, el desempleo no ha Guadarrama, 2006).10
constituido un mecanismo central en el ajuste de los La precarización salarial es probablemente la
mercados laborales de la región, ya que ese papel lo ha principal dinámica que caracteriza a los mercados
desempeñado la informalidad; pero a partir de los años laborales de la región. Es resultado de la crisis del
90, a pesar de la recuperación económica, las tasas de empleo formal en la modernización nacional y tiene
desempleo abierto urbano siguieron siendo tan altas, que ver con los procesos de apertura ya que los costos
e incluso superiores, como las mostradas en la década salariales devienen centrales y no pueden seguir siendo
anterior, en plena crisis de la deuda externa. De ahí trasladados a los consumidores como ocurría con la
que se haya señalado la generación insuficiente de protección de la industrialización orientada al mercado
ocupación en el nuevo orden neoliberal (Tokman, 1998; interno (Murillo, 2001). Se trata de un fenómeno
Stallings y Peres, 2000) y que se haya argumentado complejo, con distintas aristas: desregulación,
que el desempleo ha devenido estructural, por lo reestructuración productiva de las empresas con
que constituye un nuevo rasgo de los mercados estrategias de externalización y flexibilización de la
latinoamericanos de trabajo (Pérez-Sáinz, 2014).9 fuerza de trabajo, y crisis sindical (Mora-Salas, 2010).
Es sabido que, históricamente, las tasas de desempleo Lo importante es que, dentro del mundo salarial, se
abierto, de mujeres y de jóvenes, han sido las mayores ha creado un continuo de situaciones comprendidas

Desigualdades de excedente y exclusión social en América Latina. Algunas hipótesis 17


entre puestos de trabajo donde se cumplen todos de salud que han profundizado su estratificación
los estándares laborales vigentes en cada país, y previa (Tamez-González y Moreno-Salazar, 2000).
otros caracterizados por la ausencia total de tales Por otro, las pensiones han tenido reformas drásticas,
estándares.11 Esta última situación expresa también y en algunos casos han sustituido los principios
desempoderamiento extremo dentro del mercado tradicionales (prestación, reparto o capitalización
laboral y, por tanto, es otra expresión de exclusión parcial colectiva y administración pública) por
primaria en la globalización. nuevos criterios (cotización definida al contrario de la
Hemos señalado la incorporación de las mujeres prestación, régimen de capitalización plena individual
al mercado de trabajo a partir de los años 90. Esta ha y administración privada). El sistema de pensiones ha
tenido lugar, fundamentalmente, en puestos inferiores tendido a reproducir las desigualdades del campo de
de la estructura ocupacional. En este sentido, hay un las condiciones de explotación de la fuerza de trabajo
claro acoplamiento entre dinámicas de clase y género en (Mesa-Lago, 1994).
este campo de desigualdades de excedente. Es decir, la Una segunda transformación ha tenido que ver
feminización laboral es la otra cara de la precarización con la invención de la «pobreza», a partir del enfoque
del mundo salarial (Pérez-Sáinz, 2014). Se puede hablar, del Banco Mundial sobre necesidades básicas y su
por tanto, de segregación secundaria como forma de recepción en la región por parte de la CEPAL. Por su
acoplamiento entre esas dos dinámicas. tratamiento no relacional de las carencias, este tipo
Finalmente, en el pasado, las actividades en zonas de enfoque, independientemente de su propuesta
rurales y las informales en espacios urbanos, mostraban metodológica, ha supuesto evacuar del análisis las
autogeneración de trabajo, pero estaban articuladas problemáticas del poder y del conflicto.14 Esto ha hecho
de manera funcional con el proceso de acumulación. que sea tan «políticamente correcto», que ha conllevado
Esta funcionalidad se ha redefinido, pero parte del la despolitización de la cuestión social; pero se ha
excedente de trabajo ha devenido afuncional ya que inventado un actor no existente: los «pobres», gestando
resulta redundante tanto en términos laborales como así una ciudadanía social vacía (Pérez-Sáinz, 2014).
de consumo. Es decir, ha surgido una masa marginal12 Finalmente, se ha operado una deriva de lo social
que también expresa desempoderamiento extremo, hacia el consumismo. Desplazando el locus de la
gestado en este caso en condiciones de acaparamiento ciudadanía social, de la empresa y el empleo al hogar
de oportunidades de acumulación. y al consumo, se ha priorizado la esfera secundaria
Estamos ante un acoplamiento en términos de
(redistributiva) sobre la primaria (distributiva).
segregación primaria en este campo de desigualdades
Además, la centralidad alcanzada por los programas
de excedente, incluso más drástico que el del desempleo
de transferencias monetarias condicionadas, que se
en el de condiciones de explotación de la fuerza de
han erigido en la expresión más depurada de la política
trabajo. En cuanto al acoplamiento, nos inclinaríamos
a pensar que tiene lugar de modo territorial, afectando social neoliberal, ha supuesto una mercantilización de la
a la gran mayoría de la población de territorios que la acción estatal que ha hecho compatibles política social
globalización, estigmatizándolos como «perdedores», y mercado (Valencia-Lomelí, 2008). Corolario de ello
ha marginado e incluso ha tendido a invisibilizar.13 es que los riesgos sociales se asumen individualmente,
Por tanto, el proceso de acumulación inserto enfrentando al mercado desde una lógica «empresarial»
en la globalización y que ha posibilitado el orden y convirtiendo las políticas sociales en residuales
neoliberal, ha propiciado procesos de generación de (Banegas-González, 2011). Con esta deriva se ha
exclusión primaria tanto en el campo de condiciones producido la transición del individuo/ciudadano al
de explotación de la fuerza de trabajo como de individuo/consumidor (Haglund, 2010); una transición
acaparamiento de oportunidades de acumulación. que se enmarca en la centralidad que ha adquirido el
Toca ver ahora si la ciudadanía social ha logrado consumismo con la globalización en la generación de
neutralizar esta exclusión o si, por el contrario, la ha dinámicas de individualización.
consolidado. Por consiguiente, la deriva consumista implica que
Esta surgió en América Latina en el período de la ciudadanía social neoliberal no intenta neutralizar
modernización nacional, previo a la crisis de los años la exclusión primaria de los campos de desigualdad
80, y se materializó en torno al empleo formal, con la de excedente, ya que su objetivo de pertenencia a la
seguridad social como piedra angular. El advenimiento sociedad pasa por el consumo.
de un orden neoliberal en la región ha supuesto una
metamorfosis profunda de esa ciudadanía a partir de
tres transformaciones. Conclusiones
La primera ha sido la mercantilización de la
seguridad social en sus dos componentes. Por un lado, Las reflexiones del apartado precedente las podemos
se han dado procesos de privatización del sistema reformular en cuatro hipótesis sobre la generación

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de exclusión social en América Latina debido a la esto no ha ocurrido. No obstante, estos últimos casos
globalización: han mostrado una extensión de la ciudadanía social
La primera plantea que un primer mecanismo de básica que ha supuesto que sectores subalternos
generación de exclusión primaria sería el surgimiento históricamente excluidos hayan sido incorporados a la
del desempleo estructural, que se ve reforzado por sociedad como ciudadanos (Pérez-Sáinz, 2015).15 Esta
el acoplamiento con dinámicas de edad a través de es la segunda reflexión.
segregación primaria. Estas siguen remitiendo a Por consiguiente, hay cierta limitación de generación
los jóvenes, sobre todo aquellos con credenciales de exclusión primaria como de revitalización de
superiores; pero también incorpora a adultos mayores. la ciudadanía social que insinúa que los contextos
Por el contrario, el acoplamiento parece relativizarse «posneoliberales» son menos proclives a la generación
con las dinámicas de género por la mayor incorporación de exclusión social. Pero esto no significa que la hayan
laboral de las mujeres. erradicado, ya que las causas que la generan persisten
No obstante, la precarización generalizada de las con el mantenimiento del orden capitalista.
relaciones salariales se ve reforzada por las dinámicas
de género, ya que las mujeres tienden a ocupar los
puestos de trabajo donde los estándares laborales Notas
vigentes no tienden a cumplirse. O sea, la feminización
laboral sería la otra cara de la precarización salarial. Se 1. Este intento de articulación se basa en reflexiones previas (Pérez-
estaría ante un acoplamiento basado en la segregación Sáinz, 2012, 2014).
secundaria. Esta sería la segunda hipótesis. 2. Hay múltiples interpretaciones sobre este fenómeno que van
La tercera postula que otro mecanismo de desde postular que ha habido superación del neoliberalismo hasta
generación de exclusión primaria, pero en el campo que este tipo de gobiernos es una mera continuación. De nuestra
de acaparamiento de oportunidades de acumulación, parte, pensamos que se está ante procesos complejos tanto en
continuidades como en rupturas, de ahí el uso de las comillas.
lo constituye el surgimiento de una masa marginal
—población redundante tanto en términos de 3. Esta tradición se aleja de la liberal, a la cual se contrapone, de
trabajo como de consumo— que suele acoplarse una triple manera: no acepta el individualismo metodológico, ni
la visión acrítica del desarrollo del capitalismo y sus consecuencias
territorialmente en cuanto a segregación primaria sociales, ni que la persistencia de las desigualdades sea inevitable
de lugares marginados e invisibilizados por la (Mora-Salas, 2004).
globalización.
4. Se puede reformular, ampliando el término «tierra» al de
Finalmente, estos tres procesos de generación de «naturaleza»; de hecho, Polanyi utiliza este último en el título del
exclusión primaria no son mayormente neutralizados por capítulo XV de su texto.
la ciudadanía social desarrollada por el neoliberalismo, 5. La actual crisis, originada en mercados de capital autorregulados,
ya que este tiende a mercantilizar los bienes sociales es más que elocuente de la actualidad y pertinencia de las propuestas
básicos y promover la deriva hacia el consumismo de Polanyi, sin olvidar la profunda crisis ecológica a la que estamos
como principal mecanismo de pertenencia social. sometidos.
Estas hipótesis pueden ser reconsideradas en 6. Esto nos aleja de concepciones que privilegian el consumo y los
relación con el fenómeno del «posneoliberalismo», estilos de vida al caracterizar las clases sociales.
o sea, gobiernos electos que han cuestionado ciertos 7. En la comprensión de cada uno de ellos se encuentran conceptos
aspectos del orden neoliberal. Al respecto, y desde claves: el de explotación del trabajo por el capital (Marx, 1975) y el
nuestra óptica analítica se pueden formular dos de cierre o clausura (Weber, 1984).
reflexiones también de carácter hipotético. 8. Por su parte, la segunda idea apunta hacia el consumo como
La primera es que en los casos de gobiernos mecanismo de pertenencia a la sociedad. De hecho, esta es la idea
«posneoliberales» del Atlántico Sur (Argentina, de exclusión/inclusión postulada por Sen (2000), que remite al
Brasil y Uruguay) se han dado procesos de reversión concepto de «necesarios» de Adam Smith; un concepto que enfatiza
más el carácter simbólico del bien, en tanto que otorga pertenencia
de la precarización salarial que reflejarían menor a la sociedad, que su utilidad material. Este tipo de propuesta lleva
desempoderamiento de los asalariados en el campo de implícito que no sería la producción, sino el consumo, el fenómeno
condiciones de explotación de la fuerza de trabajo. Este que estructura la sociedad y, por esta razón, se alinea con la
no habría sido el caso en los países andinos (Bolivia, principal tesis del consumismo. La otra tesis es la del logro de un
Ecuador y Venezuela) a pesar de la implementación consenso consumista porque existe un consumo básico compartido
y, además, su democratización ha traído consigo una disminución
de medidas tendientes a revertir la desregulación del resentimiento social y de la violencia, en términos de estilos de
laboral, especialmente en el caso ecuatoriano, impuesta vida. Para una crítica de estas tesis, ver Pérez-Sáinz (2014).
por el neoliberalismo. La diferencia la explicaría el 9. No obstante, Weller (2014: 9) señala que entre 2002 y 2012, el
papel del actor sindical. Mientras que en los casos del desempleo abierto en zonas urbanas de la región se contrajo de
Atlántico Sur ha habido una revitalización de este actor 11,2% a 6,4%, el menor en veinte años. Esta evidencia cuestionaría
—especialmente en Brasil—, en los países andinos la idea de desempleo estructural. Por nuestra parte, para trece países

Desigualdades de excedente y exclusión social en América Latina. Algunas hipótesis 19


que incluyen la gran parte de la fuerza laboral de la región, si se toma Chatterjee, P., (2008) La Nación en tiempo heterogéneo y otros
como referente el año 1985 —cuando el desempleo abierto alcanzó estudios subalternos. Buenos Aires, Siglo XXI.
su mayor nivel con la crisis de la deuda externa—, y se compara
con el promedio entre 2000-2008, solo en Chile se detectaría un De Ferranti, D. et al., (2004) Inequality in Latin America. Breaking
descenso significativo. En el resto de los países, tanto los descensos with History? Washington DC, The World Bank, disponible en:
como los incrementos (con la excepción de Argentina) no son http://bit.ly/2fLb31f.
mayores (Pérez-Sáinz, 2014: cuadro 3.3.5.1). De la O, M. E. y R. Guadarrama, (2006) «Género, proceso de
10. Pero esto no supone que la problemática de la desocupación trabajo y flexibilidad laboral en América Latina», en De la Garza
pierda importancia para las mujeres; justamente, esa mayor Toledo, E. (coord.), Teorías sociales y estudios del trabajo: nuevos
incorporación la realza como amenaza (Tardanico y Menjívar- enfoques. Ciudad de México, Anthropos/Universidad Autónoma
Larín, 1997; Stallings y Peres, 2000). Metropolitana.

11. El hecho de que no toda la fuerza laboral se concentre en Haglund, L., (2010) Limiting Resources. Market-Led Reform and the
esos polos, sino que una proporción significativa se ubique en Transformation of Public Goods. University Park, The Pennsylvania
posiciones intermedias, supone que distinciones dicotómicas State University Press.
como la de formal/informal no sean analíticamente adecuadas para López-Calva, L. F. y N. Lustig, (2010) «Explaining the Decline in
captar la nueva realidad del mundo asalariado y hayan quedado, Inequality in Latin America: Technological Change, Educational
heurísticamente, obsoletas. Para un mayor desarrollo de esta Upgrading, and Democracy», en López-Calva, L. F. y N. Lustig,
argumentación, ver Pérez-Sáinz (2014). (eds.), (2010) Declining Income Inequality in Latin America:
12. Este concepto fue propuesto por Nun (1969), pero en su A Decade of Progress? Baltimore, Brookings Institution Press.
momento reflejaba una parte mínima del excedente de trabajo. Ha Marshall, T. H., (1998) «Ciudadanía y clase social» en Marshall
sido con la globalización que este fenómeno ha adquirido relevancia T. H. y T. Bottomore, Ciudadanía y clase social. Madrid, Alianza
y rescatado esta propuesta conceptual. Editorial.
13. Algunos de estos territorios han sido visibilizados de nuevo Marx, C., (1975) El Capital. Crítica de la economía política, v. I.
por el neoextractivismo que caracteriza la reprimarización de Madrid, Siglo XXI.
las economías de la región. Pero esto no ha supuesto dinámicas
de inclusión de la población de estos territorios; más bien se ve Mesa-Lago, C., (1994) Changing Social Security in Latin America.
sometida a procesos de despojo de sus recursos naturales. Towards Alleviating the Social Costs of Economic Reform. Boulder,
Lynne Rienner.
14. Obviamente, este tipo de crítica no aplica para el enfoque
desarrollado en CLACSO en torno a la «producción de la pobreza» Mora Salas, M., (2004) «Desigualdad social: ¿nuevos enfoques,
(Álvarez-Leguizamón, 2005). viejos dilemas?» en Mora Salas, M.; Pérez-Sáinz J. P. y F. Cortés,
«Desigualdad social en América Latina. Viejos problemas, nuevos
15. Algunas de las misiones del chavismo, tan denostadas por sus debates» en Cuaderno de Ciencias Sociales. N. 131, disponible en:
críticos, son el ejemplo más nítido de esta inclusión histórica. http://bit.ly/2eFhwIE.
_____, (2010) Ajuste y empleo: la precarización del trabajo asalariado
en la era de la globalización. Ciudad de México, El Colegio de
México.
Referencias
Murillo, M. V., (2001) «La encrucijada del sindicalismo
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