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SEGUNDA PARTE
MARIOLOGÍA SISTEMÁTICA
Curso de Mariología 5. Dogmas marianos 86

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5. DOGMAS MARIANOS

5.1 Documentos Eclesiales Marianos recientes

5.2 Los privilegios de María

5.3 Maternidad divina

5.4 Virginidad perpetua

5.4.1 ¿Qué dice el Evangelio?

5.4.2 Siempre Virgen

5.4.3 El dogma de la virginidad perpetua

5.5 Inmaculada Concepción

5.5.1 Fundamentación bíblica

5.5.2 Declaración dogmática

5.6 Asunción

5.6.1 Fundamentación bíblica

5.6.2 Declaración dogmática

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5. DOGMAS MARIANOS

5.1 DOCUMENTOS ECLESIALES MARIANOS RECIENTES


Una vez que hemos concluido la breve reflexión sobre la Mariología Bíblica, con este tema
damos inicio a la Mariología Sistemática, es decir, a la reflexión teológica de la Iglesia sobre
el misterio de María en la vida de Cristo y de la Iglesia. Conviene por ello tener en cuenta
los documentos eclesiales marianos que el Magisterio de la Iglesia ha elaborado, aun cuando
sólo sean los más recientes (considerando que la Iglesia es una institución bimilenaria, se
pueden considerar recientes los documentos de unos 125 años a la fecha).

DOCUMENTOS ECLESIALES MARIANOS RECIENTES


SIGLAS DOCUMENTO AUTOR FECHA
Ineffabilis Deus
InD Bula dogmática para declarar el dogma de la Papa Pío IX 1854
Inmaculada Concepción
Salutaris Ille Spiritus
SLS Encíclica sobre la Devoción al Rosario y la Papa León XIII 1883
Invocación Reina del Santísimo Rosario.
Magna Dei Matris
MDM Papa León XIII 1892
Encíclica sobre el Santo Rosario
Laetitiae Sanctae
LS Papa León XIII 1893
Encíclica sobre el Santo Rosario
Ad Diem Illud Laetissimum
ADIL Papa Pío X 1904
Encíclica sobre la devoción a la Sma. Virgen.
Lux Veritatis
Encíclica conmemorativa del XV Centenario del
LV Concilio de Éfeso, celebrado en el 431, el cual Papa Pío XI 1931
hizo la proclamación dogmática de la
Maternidad divina de María.
Munificientíssimus Deus
Constitución apostólica de la proclamación del
MD Papa Pío XII 1950
dogma de la Asunción de María en cuerpo y
alma al cielo

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Ingruentium malorum
IM Papa Pío XII 1951
Encíclica sobre el rezo del Rosario en familia
Fulgens Corona
Encíclica que promulga un año mariano para
FC Papa Pío XII 1953
conmemorar el I centenario de la definición del
dogma de la Inmaculada Concepción
Ad Coeli Reginam
CR Encíclica sobre la realeza de la Santísima Virgen Papa Pío XII 1954
María y la institución de su fiesta
Grata recordatio
GR Papa Juan XXIII 1959
Encíclica sobre el rezo del Santo Rosario
Lumen Gentium
Constitución Dogmática sobre la Iglesia, Concilio
LG 1965
Capítulo VIII: María en el misterio de Cristo y de Vaticano II
la Iglesia
Christi Matri
CM Papa Paulo VI 1966
Encíclica pidiendo oraciones por la Paz a María.
Signun Magnum
Exhortación Apostólica sobre el culto que ha de
SM Papa Paulo VI 1967
tributarse a María, madre de la Iglesia y modelo
de virtudes.
Marialis Cultus
Exhortación Apostólica para la recta
MC Papa Paulo VI 1974
ordenación y desarrollo del culto a la Santísima
Virgen María
Redemptoris Mater
RM Carta Encíclica sobre la Bienaventurada Virgen P. Juan Pablo II 1987
María en la vida de la Iglesia peregrina
La Virgen María en la formación intelectual y
Congregación
espiritual
VMFIE para la Ed. 1988
Carta de la Santa Sede sobre la formación
Católica
mariológica
Rosarium Virginis Mariae
RVM P. Juan Pablo II 2002
Carta Apostólica sobre el Santo Rosario

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5.2 LOS PRIVILEGIOS DE MARÍA


DOGMA
Por haber sido escogida por Dios para engendrar a su Hijo, Verdad propuesta por la máxima
María fue objeto de diversos privilegios, que la constituyen en autoridad de la Iglesia Católica
el más perfecto de los seres humanos que, libremente, (el Papa o el Concilio), tenida
respondió a las iniciativas divinas, para ser colaboradora por cierta e innegable y de
incondicional de su Hijo en su obra redentora. El estatuto creencia obligatoria para todos
teológico de la Mariología, si bien no se justifica por estos los miembros de la Iglesia
privilegios de que María fue objeto por parte de Dios, tampoco Católica.
se opone a que dichos privilegios sean reflexionados por los Algunos de los dogmas
creyentes. principales son:
Dios es Trino y Uno
Estos privilegios tienen su expresión más plena en los dogmas Jesús es Dios y Hombre
que los han consagrado como verdades de fe y han sido El Espíritu Santo es Dios
plasmados en algunos de los documentos que acabamos de En la Eucaristía está el cuerpo,
enlistar.1 sangre, alma y divinidad de
Jesucristo
Reflexionaremos en esta unidad, los cuatro dogmas marianos, María es Virgen y Madre
siguiendo el orden cronológico en que fueron proclamados:

 Maternidad divina
 Virginidad perpetua CONCILIO
 Inmaculada Concepción
 Asunción en cuerpo y alma Reunión de todos los
Obispos de la Iglesia
Católica, presididos por el
Papa, para deliberar y decidir
5.3 MATERNIDAD DIVINA en cuestión de verdades
dogmáticas o disciplinarias.
El primero y más grande privilegio de que María fue objeto, es
Suele durar varios años. A lo
el de ser la Madre de Dios; esto es del todo extraordinario, pues
que una creatura sea la Madre de su Creador, es algo que sólo largo de la vida de la Iglesia,
por la fe podemos aceptar. sólo ha habido 21
Concilios.
En el año 431, se llevó a cabo el Concilio de Éfeso donde se
proclamó oficialmente que María es Madre de Dios.

Desde un comienzo la Iglesia enseña que en Cristo hay una sola persona, la
segunda persona de la Santísima Trinidad. María no es solo madre de la
naturaleza, del cuerpo, sino también de la persona, quien es Dios desde toda la
eternidad. Cuando María dio a luz a Jesús, dio a luz en el tiempo a quien desde
toda la eternidad era Dios. Así como toda madre humana, no es solamente madre

1
La información del esquema de los documentos eclesiales mariológicos recientes, no es objeto de examen.

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del cuerpo humano sino de la persona, así María dio a luz a una
persona, Jesucristo, quien es ambos, Dios y hombre, entonces Ella es
la Madre de Dios.
Concilio de Éfeso. Dz 29

Luego María concibió y dio a luz a la segunda persona de la Trinidad,


según la naturaleza humana que Él asumió.2

Ante la pregunta: ¿Cómo puede ser María la Madre de Dios, si Dios


ya existía antes de que ella naciera? La respuesta es: si madre es la
mujer que engendra, se dice que es madre del que ella engendró; si
aceptamos que María es madre de Jesús y que Él es Dios, entonces
María es Madre de Dios. Lo podemos desglosar así:

 Jesús es una persona divina, no una persona humana (ni dos personas)

Theotokos.  =Dios;  = dar a luz

Jesús tiene dos naturalezas: es Dios y Hombre verdaderamente


 María es madre de una persona divina y por lo tanto es Madre de Dios

Pretender que María es madre solamente del cuerpo físico del Señor es absurdo,
pues el Señor Jesús es una persona completa. Pretender separar su divinidad y su
humanidad es absurdo, y es una herejía conocida como nestorianismo, que dice
que hay dos personas separadas en Cristo encarnado: una divina (el hijo de Dios)
y otra humana (el hijo de María). No habiendo en Cristo más persona que la
Persona divina del Verbo, se sigue que María es Madre de Dios, no es madre de
una persona humana, ya que Cristo no es persona humana sino Persona divina
que asume una naturaleza humana en el seno virginal de María. Por ello, con toda
propiedad podemos decir que María es la Theotókos.

No se debe confundir entre el tiempo y la eternidad.


María, obviamente, no fue madre del Hijo
eternamente. Ella comienza a ser Madre de Dios cuando el Hijo
Eterno quiso entrar en el tiempo y hacerse hombre como
nosotros. Para hacerse hombre quiso tener madre. Gálatas 4,4
dice: al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo,
nacido de mujer. Dios se hizo hombre sin dejar de ser Dios,
por ende, María es Madre de Jesús, Dios y hombre verdadero.

Entonces, María es Madre de Dios, no porque lo haya


engendrado en la eternidad, sino porque lo engendró hace unos
2000 años en la Encarnación. Dios no necesitaba una madre, pero

2
A los miembros de la Familia Guadalupana Plancartina que tomaron el curso de Cristología Bíblica y
Sistemática, les recordamos que en el tema No. 14, sobre La humanidad de Jesús, se trata el aspecto de la
maternidad de María.

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la quiso tener para acercarse a nosotros con infinito amor. Dios es el único que pudo escoger
a su madre.

Retomando esta doctrina, la Constitución Dogmática sobre la Iglesia, Lumen Gentium, en el


Capítulo VIII, sobre El Misterio de María en la vida de Cristo y de la Iglesia, afirma:

La Virgen María, que al anuncio del ángel recibió al Verbo de Dios en su alma
y en su cuerpo y dio la Vida al mundo, es reconocida y venerada como verdadera
Madre de Dios y del Redentor. Redimida de modo eminente, en
previsión de los méritos de su Hijo y unida a Él con un vínculo

La Madre de Dios es mía,


estrecho e indisoluble, está enriquecida con la suma

porque Cristo es mío.


S. Juan de la Cruz
prerrogativa y dignidad de ser la Madre de Dios Hijo, y por eso
hija predilecta del Padre y sagrario del Espíritu Santo. LG 53

Y, ciertamente, desde los tiempos más antiguos, la Santísima


Virgen es venerada con el título de “Madre de Dios”, a cuyo
amparo los fieles suplicantes se acogen en todos sus peligros y
necesidades. Por este motivo, principalmente a partir del
Concilio de Éfeso, ha crecido maravillosamente el culto del
Pueblo de Dios hacia María en veneración y en amor, en la
invocación e imitación, de acuerdo con sus proféticas palabras: “Todas las
generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi maravillas el
Poderoso” (Lc 1,48-49). LG 66

En el Catecismo de la Iglesia Católica (CEC), leemos:

Aquel que ella concibió como Hombre, por obra del Espíritu Santo, y que se ha
hecho verdaderamente su Hijo según la carne, no es otro que el Hijo eterno del
Padre, la segunda persona de la Santísima Trinidad. La Iglesia confiesa que
María es verdaderamente Madre de Dios. CEC 495

El origen Divino de Cristo no le proviene de María. Pero al ser Cristo


una persona de naturalezas divina y humana, María es tanto madre La Fiesta de “María,
del hombre como Madre del Dios. María es Madre de Dios, porque Madre de Dios” (Theotokos)
es Madre de Cristo quien es Dios-hombre. es la más antigua que se
conoce en Occidente. Esta
María llegó a ser con toda verdad Madre de Dios fiesta, tiene la máxima
categoría litúrgica, pues es
mediante la concepción humana del Hijo de Dios en su
una Solemnidad, por lo
seno: Madre de Dios, no porque el Verbo de Dios haya tanto, no solo es importante
tomado de ella su naturaleza divina, sino porque es de participar de la Eucaristía
ella, de quien tiene el cuerpo sagrado dotado de un alma ese día, sino que para los
racional, unido a la persona del Verbo, de quien se dice católicos es una obligación.
que el Verbo nació según la carne. CEC 466

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Llamada en los Evangelios la Madre de Jesús (Jn 2,1; 19,25; cf.


Mt 13,55, etc.), María es aclamada bajo el impulso del Espíritu
como la madre de mi Señor desde antes del nacimiento de su Hijo
(cf. Lc 1,43). En efecto, Aquel que ella concibió como hombre,
por obra del Espíritu Santo, y que se ha hecho verdaderamente su
Hijo según la carne, no es otro que el Hijo eterno del Padre, la
segunda persona de la Santísima Trinidad. La Iglesia confiesa
que María es verdaderamente Madre de Dios [Theotókos]. CEC
495

La misión maternal de María es mencionada desde los primeros


credos de la Iglesia. En el Credo de los Apóstoles decimos: Creo
en Dios Padre todopoderoso y en Jesucristo su único Hijo,
nuestro Señor, que nació de la Virgen María.

La figura materna es clave en la formación de la personalidad de todos los hombres y en el


caso de Jesús no podía ser la excepción; María debe haber influido de manera decisiva en la
manera de ser de Jesús, este Jesús extraordinario, capaz de transformar el corazón de los
hombres y la Historia de la humanidad. Y si José no es sino el padre adoptivo de Jesús,
entonces hasta físicamente Éste debe haberse parecido sólo a María; y
esto es un aspecto de los muchos que podemos considerar, que nos
. Cada día, hacen percibir de alguna manera la grandeza de nuestra Señora.
cuando rezamos
el Ave María, La divina maternidad es fundamento de toda la Mariología, porque
la aclamamos todos los atributos le fueron concedidos a María, preparándola para ser
diciendo: madre (Inmaculada Concepción, virginidad, plenitud de gracia) o
Santa María, porque después de serlo, estaba asociada a la obra de su Hijo (asunción
Madre de a los cielos, reina, medianera, corredentora etc.).
Dios, ruega…

5.4 VIRGINIDAD PERPETUA


El nacimiento virginal de Jesús es el fruto de una especial intervención de Dios, donde lo
asombroso es que el propio Hijo de Dios se hace hombre, cumpliendo así la promesa del
Protoevangelio de una manera sorprendente.

5.4.1 ¿Qué dice el evangelio?


El Evangelio de Lucas nos ofrece ciertos datos acerca de este asunto y del compromiso
matrimonial:

Al sexto mes el ángel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada
Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José. José era de
la casa de David y el nombre de la virgen era María. Lc 1,26

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San Lucas usa dos veces la palabra virgen. ¿Por qué no dijo una joven
o una mujer? Sencillamente porque el escritor sagrado quiere poner
énfasis en esa cualidad de aquella joven. Incluso en tiempos de
Jesús, muchos al leer la profecía de Is 7,14 sacaban la conclusión
de que el Mesías nacería de una madre virgen.

Consideremos además los versículos 34-35:

María dijo al ángel: “¿Cómo será esto, pues no conozco varón?”


Contestó el ángel: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el
poder del Altísimo te cubrirá con su sombra, por lo cual el Santo
que de ti nacerá será llamado Hijo de Dios.” Lc 1,34-35

La maternidad divina, que es el más grande privilegio de María, no implicó de ninguna


manera dejar de ser virgen. Con cuánta lucidez le plantea al arcángel la cuestión de cómo
sucederá que quedará encinta, si no conozco varón; la respuesta de que esto sucedería por
obra del Espíritu Santo y el hecho de que el propio José se sorprendiera del embarazo de
María, son signos inequívocos de que María será Madre sin dejar de ser Virgen.

Por otra parte, Mateo dice:

El nacimiento de Jesús fue así: Estando desposada María, su madre,


El verbo
con José, antes que vivieran juntos, se halló que había concebido del
“conocer” tiene en
la SE diversos
Espíritu Santo. Mt. 1,18
significados, entre
ellos, está el de El ángel de Yahvéh testifica a José que la concepción de Cristo ha sido
tener intimidad hecha virginalmente:
sexual, tal como lo
podemos ver en José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque
Gn 4,1.17.25. lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Mt 1,20
Luego María se
está refiriendo a su También se afirma expresamente que no hubo ningún contacto carnal
deseo de perma- en orden al nacimiento de Jesús:
necer virgen.
Sin que él (José) la hubiese conocido, (María) dio a luz un hijo, al que
él puso por nombre Jesús. Mt 1,25

5.4.2 Siempre virgen


La Iglesia afirma que María fue virgen antes del parto, en el parto y después del parto:

 La virginidad antes del parto se refiere particularmente al hecho de la concepción de


Jesús en el seno materno; María concibe al Verbo encarnado sin participación de
varón y sin semen viril, por una intervención del Espíritu Santo.

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 La virginidad en el parto supone la ausencia de lesión orgánica y del dolor que


naturalmente acompañan al alumbramiento.
 La virginidad después del parto excluye todo encuentro íntimo y toda nueva
procreación después del nacimiento de Jesús.

5.4.3 El dogma de la virginidad perpetua


La Perpetua Virginidad de María es de los dogmas más antiguos de la Iglesia, según el cual
María fue virgen antes, durante y después del parto y no tuvo otros hijos. Afirma la real y
perpetua virginidad incluso en el acto de dar a luz el Hijo de Dios hecho hombre.

El II Concilio de Constantinopla (año 553) le otorgó a María el título de


Anatema virgen perpetua:
es la pena de
excomunión de la Can. 2. Si alguno no confiesa que hay dos nacimientos de Dios Verbo,
Iglesia a quienes no uno del Padre, antes de los siglos, sin tiempo e incorporalmente; otro en
aceptan su doctrina los últimos días, cuando Él mismo bajó de los cielos, y se encarnó de la
íntegramente. santa gloriosa madre de Dios y siempre Virgen María, y nació de ella;
ese tal sea anatema. Dz 214

En las declaraciones del Concilio de Letrán (649), tenemos:

Can. 3. Si alguno no confiesa, de acuerdo con los Santos Padres, propiamente y


según verdad por madre de Dios a la santa y siempre Virgen María, como quiera
que concibió en los últimos tiempos sin semen, por obra del Espíritu Santo al
mismo Dios Verbo propia y verdaderamente, que antes de todos los siglos nació
de Dios Padre, e incorruptiblemente le engendró, permaneciendo ella, aun
después del parto, en su virginidad indisoluble, sea condenado. Dz 255

Por su parte, el Catecismo de la Iglesia Católica, reiteradamente sostiene la doctrina de la


virginidad perpetua de María (leer los números del CEC indicados al inicio del tema):

Desde las primeras formulaciones de la fe, la Iglesia ha confesado


que Jesús fue concebido en el seno de la Virgen María únicamente
por el poder del Espíritu Santo, afirmando también el aspecto
corporal de este suceso: sin semilla de varón, por obra del Espíritu
Santo. Los Padres ven en la concepción virginal el signo de que es
verdaderamente el Hijo de Dios el que ha venido en una humanidad
como la nuestra. CEC 496

Los relatos evangélicos (Cf. Mt 1,18-25; Lc 1,26-38) presentan la


concepción virginal como una obra divina que sobrepasa toda
comprensión y toda posibilidad humanas (cf. Lc 1,34): "Lo concebido
en ella viene del Espíritu Santo", dice el ángel a José a propósito de

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María, su desposada (Mt 1,20). La Iglesia ve en ello el cumplimiento de la


promesa divina hecha por el profeta Isaías: "He aquí que la virgen concebirá y
dará a luz un Hijo" (Is 7,14 según la traducción griega de Mt 1,23). CEC 497

La profundización de la fe en la maternidad virginal ha llevado a la Iglesia a


confesar la virginidad real y perpetua de María incluso en el parto del Hijo de
Dios hecho hombre. En efecto, el nacimiento de Cristo "lejos de disminuir
consagró la integridad virginal" de su madre. La liturgia de la Iglesia celebra a
María como la 'Aeiparthenos', la 'siempre–virgen'. CEC 499

Es tan incomprensible para la inteligencia del hombre que María sea a la vez Virgen y Madre,
que esto ha causado, desde siempre, no pocas controversias, no sólo entre los no creyentes,
sino aún entre los propios creyentes:

A veces ha desconcertado el silencio del Evangelio de San Marcos y de las cartas


del Nuevo Testamento sobre la concepción virginal de María. También se ha
podido plantear si no se trataría en este caso de leyendas o de construcciones
teológicas sin pretensiones históricas. A lo cual hay que responder; la fe en la
concepción virginal de Jesús ha encontrado viva oposición, burlas o
incomprensión por parte de los no creyentes, judíos o paganos; no ha tenido su
origen en la mitología pagana ni en una adaptación de las ideas de su tiempo.
El sentido de este misterio no es accesible más que a la fe que lo ve en ese “nexo
que reúne entre sí los misterios”, dentro del conjunto de los Misterios de Cristo,
desde su Encarnación hasta su Pascua. CEC 498

Es pues, doctrina de fe definida que:

 María fue virgen antes de concebir a su Hijo.


 Concibió sin intervención de hombre alguno (por intervención sobrenatural).
 Al concebir no perdió la virginidad.
 El parto fue milagroso, sin dolor.
 Permaneció virgen después del parto
 Siempre conservó la integridad virginal.

La doctrina sobre la virginidad perpetua de María, basada en datos


bíblicos indiscutibles, ofrece una clara trayectoria que no puede ser
turbada por aventuradas sugerencias de una crítica racionalista o de
una teología innovadora y titubeante que no se fía debidamente del
sentido y persuasión constante de la comunidad cristiana. Las
recientes confusiones que, con desconcierto de los fieles, se han
difundido en algunos ambientes eclesiales, no pueden menoscabar
parte alguna del dogma tradicionalmente enseñado y propuesto al
pueblo fiel.

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5.5 INMACULADA CONCEPCIÓN


La Inmaculada Concepción de María es el dogma de fe que
declara que por una gracia especial de Dios, ella fue preservada
de todo pecado desde su concepción, por lo que no tuvo pecado
original y ni ningún pecado personal.

Para ser digna morada de su Creador, María tenía que ser


preservada de toda mancha de pecado, pues es imposible que el
Hijo de Dios estuviera de alguna manera tocado por el pecado; por
eso María no tuvo ni siquiera el pecado original, es decir fue
concebida in–maculada (sin mancha).

5.5.1 Fundamentación bíblica


La Biblia no menciona explícitamente el dogma de la Inmaculada Concepción, como
tampoco menciona explícitamente muchas otras doctrinas que la Iglesia recibió de los
Apóstoles. La palabra Trinidad, por ejemplo, no aparece en la Biblia y, sin embargo, es el
dogma central de nuestra fe. Pero la Inmaculada Concepción se deduce
La palabra de la Biblia cuando ésta se interpreta correctamente a la luz de la
mácula (latín) Tradición Apostólica.
significa mancha.
El primer pasaje que contiene la promesa de la redención (Gn 3,15) alude
In-maculada a la Madre del Redentor; es el llamado Protoevangelio, donde Dios
signifca declara la enemistad entre la serpiente y la mujer. Cristo, la semilla de la
Sin mancha mujer (María) aplastará la cabeza de la serpiente. Ella será exaltada a la
gracia santificante que el hombre había perdido por el pecado. Sólo el
hecho de que María se mantuvo en estado de gracia puede explicar que continúe la enemistad
entre ella y la serpiente. El Protoevangelio, por lo tanto, contiene una promesa directa de que
vendrá un Redentor y junto a Él se manifestará su obra maestra: la preservación perfecta de
todo pecado de su Madre Virginal.

Las Religiosas En Lucas 1,28 el ángel Gabriel enviado por Dios le dice a la Santísima
fundadas por José Virgen María: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Las
Antonio Plancarte y palabras en español llena de gracia no logran traducir toda la riqueza
Labastida llevan en su del texto griego original, que es kecaritwme,nh (kejaritoméne) y
nombre la presencia de significa una singular abundancia de gracia, un estado sobrenatural del
este privilegio mariano: alma en unión con Dios. Aunque este pasaje no prueba la Inmaculada
Hijas de María Inmaculada Concepción de María, si lo sugiere.
de Guadalupe.

5.5.2 Declaración dogmática


Esta verdad fue declarada dogma de fe el 8 de diciembre de 1854 por el Papa Pío IX, mediante
la Bula dogmática Ineffabilis Deus:

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Declaramos, afirmamos y definimos que ha sido revelada


por Dios, y de consiguiente, que debe ser creída firme y
constantemente por todos los fieles, la doctrina que
sostiene que la bienaventurada Virgen María fue
preservada inmune de toda mancha de pecado original
en el primer instante de su concepción por singular
gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los
méritos de Jesucristo Salvador del género humano.
InD 18

María es libre de pecado por los méritos de Cristo Salvador, no por


sus propios méritos. Es por Él que es preservada del pecado. Ella, por
ser una de nuestra raza humana, aunque no tenía pecados personales,
necesitaba la salvación, que sólo viene de Cristo; Ella recibe por adelantado los méritos
salvíficos de Cristo. Mientras los demás hombres y mujeres somos limpiados del pecado
original en el bautismo por el misterio pascual de Cristo muerto y resucitado, María es
preservada del pecado aplicándosele anticipadamente los méritos de su sacrificio redentor.
Por ello se habla de una redención preventiva (que previene) no de una redención liberativa
(que libera¸ como es la que recibimos nosotros. María es la única persona que ha tenido el
privilegio de no tener la más mínima mancha de pecado, y no podía haber sido de otra
manera, pues se trata nada menos que de la Madre de Dios.

El Espíritu Santo preparó a María con su gracia.


Convenía que fuese «llena de gracia» la madre de Aquel
El 8 de diciembre
en quien «reside toda la Plenitud de la Divinidad
se celebra la
corporalmente». Ella fue concebida sin pecado, por pura
solemnidad de la
gracia, como la más humilde de todas las creaturas, la
Inmaculada Concepción
más capaz de acoger el don inefable del Omnipotente.
CEC 722

La razón de tal privilegio es la maternidad divina, pues Dios quiso preparar un lugar digno,
puro, donde su Hijo se encarnara.

La Virgen María, que al anuncio del ángel recibió al


Verbo de Dios en su alma y en su cuerpo y dio la Vida
al mundo, es reconocida y venerada como verdadera Por tu limpia
Madre de Dios y del Redentor. Redimida de modo concepción, oh
eminente, en previsión de los méritos de su Hijo, y unida Soberana
a Él con un vínculo estrecho e indisoluble, está
Princesa.
enriquecida con la suma prerrogativa y dignidad de ser
la Madre de Dios Hijo, y por eso hija predilecta del Una muy grande
Padre y sagrario del Espíritu Santo; con el don de una pureza te pido de
gracia tan extraordinaria aventaja con creces a todas corazón.
las otras criaturas, celestiales y terrenas. LG 53

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En el orden cronológico de la vida de la Santísima Virgen


María, es el primero de los grandes privilegios concedidos
por Dios en atención a su futura maternidad divina.

5.6 ASUNCIÓN DE MARÍA EN CUERPO Y ALMA


Una vez que María Santísima hubo cumplido su misión aquí
en la tierra pasó, como todos los mortales, por la experiencia
de la muerte, pero de ninguna manera podía Dios permitir que
su cuerpo santísimo experimentara la destrucción, por ello, la
eleva en cuerpo y alma hasta su divina presencia.

5.6.1 Fundamentación bíblica


Si bien no hay una revelación explícita en la Sagrada Escritura acerca del hecho de la
Asunción de María, tampoco hay ni la más mínima afirmación o advertencia en contrario, y
por consiguiente, se puede admitir como revelada de modo implícito.

La Iglesia ha visto como citas bíblicas en que queda implícita la Asunción de la Virgen María,
las mismas en se apoya el dogma de la Inmaculada Concepción (más alguna otra), porque en
ellas se revelan los incomparables privilegios de esa hija predilecta del Padre, escogida para
ser Madre de Dios. Así quedaron estrechamente unidas ambas verdades: la Inmaculada
Concepción y la Asunción. Veamos:

Pondré enemistad entre ti y la Mujer, entre tu descendencia y la suya.


Ella te aplastará la cabeza (Gen. 1,15). Este es, por supuesto, el texto
Dios que preservó clave. Cristo vino para «aniquilar mediante la muerte al señor de la
muerte» (Hb 2,14). «La muerte ha sido devorada por la victoria.
a María de todo
¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu
pecado, nos aguijón?» (1Cor 15,55) Todos hemos de resucitar. Pero ¿cuál será la
conceda por su parte de María en la victoria sobre la muerte? La mayor, la más
intercesión llegar a cercana a Cristo, porque el texto del Génesis une indisolublemente al
Él limpios de todas Hijo con su Madre en el triunfo contra el mal, el peor de los cuales es
nuestras culpas. la muerte. Así pues, ni el pecado –por ser Inmaculada desde su
Concepción– ni la muerte tendrán ningún poder sobre María.

Llena de gracia (Lc 1,26-29). Dios le había concedido todas las gracias, no sólo la gracia
santificante, sino todas las gracias de que era capaz una criatura predestinada para ser Madre
de Dios. Gracia muy grande es el de haber sido preservada del pecado original, pero también
gracia el pasar por la muerte –no como castigo del pecado que no tuvo– sin sufrir la
corrupción del sepulcro. Si María no hubiera tenido esta gracia, no podría haber sido llamada

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Curso de Mariología 5. Dogmas marianos 100

llena (plena) de gracia. Esta deducción queda además confirmada


por Santa Isabel, quien llena del Espíritu Santo, exclamó: Bendita
entre todas las mujeres (Lc 1,41-42).

No permitirás a tu siervo conocer la corrupción (Salmo 15): San


Pablo relaciona esta incorrupción con la carne de Cristo. Y San
Agustín nos dice que la carne de Cristo es la misma que la de
María. Implícitamente, entonces, la carne de María, que es la
misma que la del Salvador, no experimentó la corrupción.

En su Catequesis del 2 de julio de 1997, el Papa San Juan Pablo II


nos dice:

El Nuevo Testamento, aun sin afirmar explícitamente


la Asunción de María, ofrece su fundamento, porque pone muy bien de relieve la
unión perfecta de la Santísima Virgen con el destino de Jesús. Esta unión, que se
manifiesta ya desde la prodigiosa concepción del Salvador, en la participación
de la Madre en la misión de su Hijo y, sobre todo, en su asociación al sacrificio
redentor, no puede por menos de exigir una continuación después de la muerte.
María, perfectamente unida a la vida y a la obra salvífica de Jesús, compartió
su destino celeste en alma y cuerpo.

La Santísima Virgen murió, sin duda, como su Divino Hijo, pero su muerte, como la de Él,
no fue una muerte que la llevó a la descomposición del cuerpo, sino que resucitó como su
Hijo, inmediatamente, porque la muerte que corrompe es consecuencia del pecado.

5.6.2 Declaración dogmática


El Papa Pío XII, bajo la inspiración del Espíritu Santo, y después
de consultar con todos los obispos de la Iglesia Católica, y de
escuchar el sentir de los fieles, el 1 de noviembre de 1950, definió
solemnemente con su suprema autoridad apostólica, el dogma de
la Asunción de María promulgado en la Constitución
Munificentissimus Deus:

Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces


y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para
gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen
María su peculiar benevolencia; para honor de su
Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado
y de la muerte; para aumentar la gloria de la misma
augusta Madre y para gozo y alegría de toda la
Iglesia, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo,
de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y con

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Curso de Mariología 5. Dogmas marianos 101

la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma


divinamente revelado que la Inmaculada Madre de Dios y siempre
Virgen María, terminado el curso de su vida terrenal, fue asunta en
cuerpo y alma a la gloria del cielo. MD 44

¿Cuál es el fundamento para este dogma? El Papa Pío XII presentó


varias razones fundamentales para la definición del dogma:

 La inmunidad de María de todo pecado: La descomposición


del cuerpo es consecuencia del pecado, y como María careció de todo
pecado, entonces Ella estaba libre de la ley universal de la
corrupción, pudiendo entonces entrar prontamente, en cuerpo y alma,
en la gloria del cielo.
 Su Maternidad Divina: Como el cuerpo de Cristo se había
formado del cuerpo de María, era conveniente que el cuerpo de María
participara de la suerte del cuerpo de Cristo. Ella concibió a Jesús, le
dio a luz, le nutrió, le cuidó, le estrechó contra su pecho. No podemos
imaginar que Jesús permitiría que el cuerpo que le dio vida, llegase a la corrupción.
El privilegio de la resurrección y consiguiente Asunción de María al cielo se debe al
haber sido predestinada para ser la Madre de Dios hecho Hombre.
 Su Virginidad Perpetua: como su cuerpo fue preservado en integridad virginal era
conveniente que después de la muerte no sufriera la corrupción.
 Su participación en la obra redentora de Cristo: María, la Madre del Redentor, por
su íntima participación en la obra redentora de su Hijo, después de consumado el
curso de su vida sobre la tierra, recibió el fruto pleno de la redención, que es la
glorificación del cuerpo y del alma.

El Concilio Vaticano II también relaciona el privilegio de la


Inmaculada Concepción con el de la Asunción:

Finalmente, la Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda


mancha de culpa original, terminado el decurso de su vida terrena,
fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial y fue ensalzada por
el Señor como Reina universal, con el fin de que se asemejase de
forma más plena a su Hijo, Señor de señores y vencedor del pecado
y de la muerte. LG 59

Precisamente porque fue preservada libre de culpa original, María


no podía permanecer como los demás hombres en el estado de
muerte hasta el fin del mundo. La ausencia del pecado original y la
santidad perfecta ya desde el primer instante de su existencia,
exigían para la Madre de Dios la plena glorificación de su alma y
de su cuerpo.

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Curso de Mariología 5. Dogmas marianos 102

Por su parte, el Catecismo de la Iglesia Católica dice:

La Asunción de la Santísima Virgen constituye una


participación singular en la resurrección de su Hijo y
una anticipación de la resurrección de los demás
cristianos. CEC 966

La Asunción es la victoria de Dios confirmada en María y


asegurada para nosotros. La Asunción es una señal y promesa de la
gloria que nos espera cuando en el fin del mundo nuestros cuerpos
resuciten y sean reunidos con nuestras almas.

A la Virgen Santísima, cuando andaba los caminos de la tierra, le parecía un sueño lo que
ahora está gozando en el Cielo: verse sin sombras ni velos ni espejos en el seno infinito del
océano de Amor que es Dios Uno y Trino; en los brazos del Padre, de nuevo entre sus brazos
el Hijo, fundida en el Amor del Espíritu Santo. Y junto a José, el esposo justo, bueno y fiel,
recio, custodio invencible, su enamorado siempre. En la tierra, la realidad de hoy parecía un
sueño; ahora es una realidad realísima.

No podemos menos de alegrarnos con la alegría inmensa de María Santísima que, en cuerpo
y alma, se ha reunido de nuevo con su divino Hijo y juntos velan por nosotros, nos acompañan
y nos protegen.

Nuestra Señora de la Asunción: Ayúdanos a tener presente la eternidad, a no


olvidar que el Cielo será más grande para el que más fiel haya sido a su vocación en la
tierra: para el que haya orado más, y trabajado más en favor de su prójimo y, en fin, amado más.
Porque si todos los que allá lleguen, conocerán ciertamente a Dios Trino y Uno tal cual es,
unos lo harán con mayor perfección que otros, según la diversidad de sus merecimientos.
Cf. Concilio de Florencia Dz 693

La catequesis sobre María se caracterizará claramente por


su dimensión trinitaria, cristológica y eclesial. DGC 196

¿Te relacionas con María como un hijo amoroso? ¿Aprecias la virtud de


la pureza? ¿Procuras vivir en estado de gracia, es decir, sin pecado?
¿Tienes interés en ir al cielo? ¿Pones los medios para lograrlo?

Este tema corresponde a


las semanas del 5 al 11
y del 12 al 19 de noviembre.

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