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1. INTRODUCCION.
Mateo 18:21-35. Este pasaje relata la parábola de los dos deudores. Esta enseñanza de
Jesús muestra la proporción que existe entre lo que Dios nos perdona a nosotros y lo
que nosotros perdonamos a los que nos han hecho mal. Un denario representaba el
salario de un día de trabajo; es decir que cien denarios constituían el pago de 100 días
de labor. El talento equivalía a 6000 denarios, de modo que diez mil talentos equivalían a
60 millones de denarios. En otras palabras, ¡sesenta millones de días de trabajo! Lo que
debía el siervo a su consiervo, por lo tanto, era insignificante comparándolo con lo que
éste debía a su señor.
¿Qué nos enseña esta parábola? Necesitamos perdón y necesitamos perdonar.
La deuda que tengo en los ojos de Dios es inmensa. Lo que Dios tiene en contra de mi
basado en su naturaleza santa, Pecado: no dar en el blanco. Ejemplo: un pecado por día
durante 25 años: 25 x 365=10.000. Ninguna ofensa contra mi se compara con lo que yo
he hecho en contra de Dios. Además ofendo a personas de quienes necesito recibir
perdón. Necesito recibir perdón en mi corazón. Sino, estoy bloqueado para perdonar a
otros.
Al que mucho se le perdona, mucho ama. Ejm. María Magdalena. Recibió mucho perdón.
Perdón siempre se recibe por gracia, no es merecido, va fuera de uno. El perdón de Dios
es la base de nuestro perdón. Seguimos su ejemplo, creciendo a ser más como El. Al
recibir mucho perdón, se entiende más el valor inmenso del perdón de Dios para mi y el
hecho qye yo no tengo ningúnun derecho a no extender perdón.
El perdón tiene también efectos sobre otras personas. Juan 20:22-23 dice:
-En este caso ejercemos el perdón unilateral, que fue aquél que Jesús brindó en la
cruz hacia aquellos que lo estaban crucificando, a pesar que ellos no se arrepintieron
en ese momento de lo que estaban haciendo (Lucas 23:34). Este tipo de perdón nos
libera para amar incondicionalmente y nos sana interiormente, aunque la otra persona
desprecie nuestro perdón.
Hay casos en que nos toca convivir con personas que nos ofenden continuamente.
En este caso, la única manera de perdonar constantemente es llevando nuestro dolor
a la cruz. Es allí donde encontramos una fuerza para perdonar que no es humana,
que se basa en la fuerza de Dios y no en la propia.
Tenemos que aprender a perdonar. Si nos cuesta, pidamos la fuerza al Espíritu
Santo. Cuando perdonamos, Dios sana los corazones y las vidas.
Jesús perdona verdaderamente a los pecadores despreciados por la gente. Juan 8:1-
11 relata como Jesús perdonó a María Magdalena, aunque había sido prostituta.
Todos los escribas la condenaron, mas Jesús la perdonó, cuando se arrepintió. El
hecho que Jesús apareció primero a ella después de la resurrección es muy
significativo. Jesús pidió que ella fuera a anunciar a los discípulos que se había
levantado de la muerte. Fue una prueba para ellos: el creer a su palabra demostraría
si realmente la habían perdonado.
7. ¿COMO PERDONAR?
A los que te ofendieron
A los que abusaron de ti
A los que te lastimaron
Confesar a Dios mi dolor, mi herida. La herida se infecta con amargura, por eso
hay que limpiarla con el bálsamo de Dios.
Arrepiéntete de tu actitud vengativa. Y pide perdón por el pecado que has
acumulado en tu corazón.
Escoge perdonar. Entrega tu voluntad al Señor.Nosotros solos no podemos ,
dejar que Dios lo haga. Nadie puede ser hombre/mujer de Dios sin haber
aprendido a perdonar en grande. Bien pulido. Ejm. David y Saúl, 14 años.
Recuerda todas las cosas que Dios te ha perdonado a ti. Considera que si tú
no perdonas a tu prójimo. Dios tampoco podrá perdonarte (Mt.6:14-15).
Acepta al ofensor como herramienta de Dios en tu vida. Somos diamantes en
bruto que necesitan ser pulidos. Desarrolla una actitud positiva hacia la persona
pensando en las bendiciones que ha causado en tu vida.
Vuelve a determinar en tu vida cuantas veces sea necesario que tu ofensor
no te debe nada. Cada vez irás soltando más ataduras. Si tienes mil ataduras, la
primera vez se suelltan algunas, después algunas más, etc.
Lee y estudia ejemplos prácticos sobre el Dios perdonador.
Recuerda las bendiciones recibidas de esta persona que tienes que perdonar. Si
no has recibido ninguna bendición, al menos te da la oportunidad de practicar el
perdón.
Por medio del verdadero perdón debes desarrollar una mayor preocupación por la
persona que te ofendió de la que tuve antes de la ofensa. Invierte en la vida de tu
ofensor y ora por él. Piensa en como beneficiar a la persona. Corrige a los que
hablan mal de él /ella.
Comienza a orar por esta persona.
Pide que Dios te ayude a expresar amor incondicional y perdón hacia la persona.
No es aconsejable decir a una persona que la perdonas, si dicha persona no es
consciente que debe ser perdonada. En este caso, pide a Dios sabiduría en como
expresar tu perdón, sin mencionar que le perdonas. Algo práctico sería, por
ejemplo, enviarle una tarjeta expresando tu aprecio a esa persona.
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TAREA:
Has una lista de personas a quienes tú has ofendido y otra de personas que te
ofendieron a ti. Sal.130:4; 103:3.
Moisés hombre manso aprendió a perdonar.