Вы находитесь на странице: 1из 3

Fecha: 28 de Mayo de 2017

Título del Sermón: La Visión y el Sueño dados por el Espíritu Santo


Versículo Bíblico: Hechos de los Apóstoles 2:14~19
Hch 2:14~19 14 Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo:
Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras. 15 Porque
éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día. 16 Mas esto es
lo dicho por el profeta Joel: 17 Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda
carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros
ancianos soñarán sueños; 18 Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días
derramaré de mi Espíritu, y profetizarán. 19 Y daré prodigios arriba en el cielo, y señales abajo en la
tierra, sangre y fuego y vapor de humo.

¿ Qué hay que hacer cuando hay caos en la vida personal, familiar, en la sociedad, y cuando la
estructura de un país se hace pedazos? En la Biblia dice en Proverbios 29:18: 18 Sin profecía el pueblo
se desenfrena. Cuando hay crisis personal o grupal es porque se ha perdido el sueño. Si se pierden
los objetivos y sueños en la vida, todo se derrumba. Si vemos en la Palabra de Dios dice que el Espíritu
Santo hará que los jóvenes vean visiones y los ancianos sueñen sueños. Aunque lleguen momentos
difíciles a nuestras vidas, si escudriñamos la Biblia y oramos a Dios, el Espíritu Santo nos dará
seguridad y sueños, y nosotros podremos soñar avanzando hacia adelante conquistando nuestro
entorno.

1. No podemos vivir sin sueñ os

Lo que nosotros debemos de saber constantemente luego de recibirle a Jesucristo como salvador
personal en nuestras vidas es que no podemos vivir sin sueños. Nosotros, hoy en día, podemos
disfrutar de la electricidad y los autos, es porque en el pasado alguien soñó con esas cosas. También,
el estar hoy aquí, en la Iglesia del Evangelio Pleno de Yoido elevando este culto a Dios, es porque
todos ustedes hermanos soñaron y desearon construir una iglesia.

Nosotros tenemos que sembrar sueños, de esa forma, nuestras siguientes generaciones podrán vivir
una vida en abundancia. La Biblia dice que debemos hacer que nuestros sueños hagan arder nuestros
corazones para que grandes cosas nos sean otorgadas, y vivir una vida mejor.

2. El Espíritu Santo da sueñ os

Cuando el Espíritu Santo llega y entra en nuestras vidas nos da sueños. Cuando el Señor Jesús fue
crucificado y muerto en la cruz, los discípulos perdieron todos sus sueños y esperanzas. Pedro regresó
a su pueblo, a su oficio de pescador, y toda la noche tiró su red mas no pescó nada. Otros discípulos,
decepcionados y abatidos, fueron a su ciudad natal. Sin embargo, cuando llegó el día de Pentecostés
y el Espíritu Santo se manifestó en cada uno de ellos, volvieron a obtener y soñar nuevos sueños.

Si el Espíritu Santo está en nuestras vidas, nosotros debemos tener sueños y ver visiones. Al llegar el
día de Pentecostés, el Espíritu Santo obró en la vida de los discípulos de Jesús, y ellos empezaron a
soñar nuevamente. Los discípulos al recibir los sueños dado por el Espíritu Santo, fueron a Jerusalén,
a Judea, a Samaria y hasta lo último de la tierra para predicar el evangelio.

3. Debemos ser llenos del Espíritu Santo

Al ser llenos del Espíritu Santo tenemos nuevos sueños en nuestros corazones. La iglesia es el cuerpo
de Jesús, pero si la iglesia no vive conforme a la voluntad de Dios y no sirve a los demás, y solo
muestra actos humanos y carnales, llega a ser un grupo de personas vacías, una iglesia sin Jesús.
Nunca debemos olvidar que la iglesia es el cuerpo de Jesús, y que cada uno de nosotros somos
templos de Dios que debemos ser llenos de su Santo Espíritu.
4. Confesemos y arrepintámonos de nuestros pecados

A través de la presencia del Espíritu Santo debemos dejar que nos limpie de todo nuestros pecados.
Por medio de la Palabra de Dios y la guía del Espíritu Santo, tenemos que arrepentirnos de todos
nuestros pecados. Si hemos vivido hasta el día de hoy de una forma corrompida y desordenada,
debemos cortar de raíz, y que el poder de Dios nos levante. Así como recibimos el perdón y la
justificación de nuestros pecados por la misericordia de Dios desde el momento que le aceptamos a
Jesús en nuestras vidas, también el Espíritu Santo debe llegar a nosotros para limpiarnos de toda vida
corrompida y desordenada, y hacer que seamos justos y santos.

Como cristianos debemos de saber que sin la presencia y ayuda del Espíritu Santo nuestras vidas
cristianas y fe nunca van a poder desarrollarse ni crecer. Por lo tanto, necesitamos la llenura del Espíritu
Santo en nuestro ser.

Luego de aceptarle a Jesús en nuestros corazones y creer en él, debemos siempre esforzarnos en
vivir una vida santa. Sin embargo, ese esfuerzo no se consigue por medio de nuestra fuerza humana,
sino que el Consolador, el Espíritu Santo, tiene que revestirnos con su poder, para poder vivir una vida
en santidad.

Cuando el Espíritu Santo entra a nuestras vidas, nos llena de amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, mansedumbre y templanza, por lo cual somos totalmente transformados. Por lo tanto,
oramos sin cesar, somos transformados, y llegamos a ser un recipiente del Espíritu Santo.

5. El Espíritu Santo vive en nosotros

El Espíritu Santo es nuestro Consolador. La palabra consolador en hebreo es Parakletos, que significa:
‘Enviado por Dios para ser nuestra ayuda y nuestro defensor’. Jesús dijo que volvía al Padre, pero que
enviaría a otro Consolador para ayudarnos. El Consolador es enviado del Padre, para que acompañe,
ayude y defienda a todo aquel que cree y le tiene a Jesús como salvador personal. Por lo tanto, si
nosotros pedimos ayuda a nuestro defensor y consolador, al Espíritu Santo, él nos ayuda en el nombre
de Jesús.

El Espíritu Santo, a través de la sangre de Jesús, nos limpia de todo pecado; a través del poder de la
resurrección de Jesús, nos da vida eterna; a través de Jesús nos sana y cura de nuestras
enfermedades; y Jesús a través del Espíritu Santo hace que tengamos una fe firme y estable, siendo
valientes, para bendecirnos día a día.

El Espíritu Santo quien es enviado por el Padre en mi nombre, él les enseñará toda la verdad y hará
que se acuerden de mí. Es un gran y enorme regalo. Es un ser muy valioso, respetable y noble. Si el
Espíritu Santo está en nosotros, todas las cosas nos irán bien.

Una persona soñadora, que tiene sueños, no vive atada al pasado, tampoco se sujeta al presente, sino
que vive hacia el futuro. Todos debemos tener sueños para vivir una vida exitosa y hacer que nuestra
sociedad y familias cada vez sean más hermosas.

El sueño vence al sufrimiento. Cuando José fue vendido a Egipto como esclavo fue llevado a la cárcel,
pero no perdió su sueño. José a través del sueño dado por Dios pudo vencer todo sufrimiento y dolor.

Ninguno de los discípulos de Jesús se exponían a nada. Sin embargo, luego de ser llenos del Espíritu
Santo, comenzaron a hacer temblar el mundo. Jesús les hacía sentar a todos sus discípulos y siempre
les hablaba de los sueños. A Pedro le dijo que fuera pescador de hombre, y luego de resucitar le dio
grandes sueños a todos sus discípulos, diciendo: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda
criatura. (Mr 16:15)”. Después de que Jesús murió, resucitó y ascendió para el cielo, es el Espíritu
Santo que nos da sueños y nos habla.

Dios, hoy nos da sueños y cumple nuestros deseos, esos deseos que tanto anhelamos en nuestros
corazones, por lo cual debemos orar y ver nuestros deseos como sueños. Dios quiere cumplir y obrar
con nuestros más profundos deseos. El sueño es el motor que guía y conduce nuestras vidas.

Por medio de Jesucristo, el Espíritu Santo está dentro de nuestro ser, y a través de nosotros desea
que nuestros prójimos sean transformados y que construyamos un nuevo y mejor mundo. Dios desea
obrar y hacer milagros extraordinarios. No comparemos nuestras vidas con el entorno o condiciones.
Las personas que tienen sueños tienen un mañana, y el que no lo tiene, cae en ruina. El Señor derrama
la llenura del Espíritu Santo sobre todas las iglesias de este país, y hace que tengamos sueños. Cada
uno de nosotros tenemos sueños, por lo cual no caeremos en ruina. Los jóvenes profetizarán y los
ancianos verán visiones.

Aunque en la actualidad no hemos visto ni oído nada, pero si soñamos sueños y salimos hacia adelante,
Dios mismo se encargará de guiarnos.

 Oremos: Dios de amor y misericordia, danos sueñ os por medio del Espíritu Santo, y
haz que vivamos una vida guiada por él, para tener una vida de victoria. En el nombre
de Jesucristo. Amén.

Вам также может понравиться