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“El Amigo más unido que un hermano”

Proverbios 18:24:
“El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un
hermano.”

“El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo”. Aun cuando esta no es una
traducción exacta, lo que expresa es verdad. La Biblia en muchos otros pasajes no enseña
la importancia de la amistad y de ser amigos fieles (Proverbios 17:17; 27:10). Todo esto,
y el mismo sentido común, nos muestran la importancia de ser amigable si queremos
tener amigos.

NVI
“Hay amigos que llevan a la ruina…”

BIBLIA DE LAS AMERICAS


“El hombre de muchos amigos se arruina…”

BIBLIA DE JERUSALEM 1976


“Hay amigos que causan la ruina…”

Casi todas las traducciones enfatizan la multiplicidad de amigos, señalando que incluso
alguien con una gran cantidad de amigos no está exento de tener problemas. Ya que un
gran número de amigos no es una garantía de obtener ayuda en tiempos de necesidad.

Aunque entre los eruditos bíblicos no hay consenso en la traducción de la primera parte
de este versículo, hay un gran acuerdo en la segunda parte.

Proverbios 18:24b:
…Y amigo hay más unido que un hermano.

Los usos de la palabra “amigo” en Proverbios muestran que hay dos tipos de “amigos”:
el amigo que existe porque tenemos algo que ofrecerle, ya sea algún beneficio material
u otro tipo de beneficio por asociación; y el amigo que existe debido al amor genuino,
siendo este, como una extensión de nuestra propia alma.

Proverbios 18:24 ofrece un contraste entre estos dos tipos de amigos. Podemos
acumular tantos amigos del primer tipo como tengamos la oportunidad y aun así no
evitar la ruina; sin embargo, incluso un solo amigo del segundo tipo es de mayor ventaja
porque estará allí para nosotros siendo aún más cercano que un miembro de nuestra
familia. Un amigo genuino o auténtico es aquel con quien podemos realmente contar en
todo tiempo.

La Biblia Textual 3 Ed. Sugiere la siguiente lectura de Proverbios 18:24:

“Hay amigos para ruina del hombre, Pero hay un amigo más unido que un hermano”.

Este “un amigo” al que se hace referencia aquí, es una alusión profética acerca de
nuestro Señor Jesucristo. De hecho, él es el Amigo que “en todo tiempo ama” (Proverbios
17:17) brindando “cordial consejo” y que nunca nos abandona (Proverbios 27: 9-10).
Nuestra pronta obediencia a lo que Jesús nos ordena, nos permite tener y desarrollar
una íntima y estrecha amistad con él (Juan 15:14).

En Salmos 41:9 se escribió de Judas: “Aun el hombre de mi paz (mi amigo), en quien yo
confiaba, el que de mi pan comía, alzó contra mí el calcañar”. A pesar de la deslealtad y
traición de Judas, en Mateo 26:50 cuando señala a su Maestro para que sea aprendido,
Jesús lo saluda diciendo: "Amigo, ¿a qué vienes?”. Jesús fue el amigo ejemplar, que
extiende su amistad hasta lo sumo. Hasta el final, Jesús ofreció la posibilidad de amistad
entre él y su traidor, pero Judas la rechazó. Cada uno de nosotros tiene la oportunidad
de recibir o rechazar la amistad de Jesús. ¿Qué escogeremos? ¿Queremos un amigo que
nunca nos defraude, que nunca nos decepcione, que nunca renuncie a nosotros, que
nunca se canse de nosotros? Jesucristo quiere ser el Amigo más querido y cercano que
podamos tener.

Apocalipsis 3:20:
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él,
y cenaré con él, y él conmigo.

En la cultura oriental, un anfitrión normalmente no come con los invitados. Él prepara y


sirve la comida. Solo come con quienes son parte de su familia o de sus amigos más
íntimos. Debido a que gran parte de la comida se prepara y se conserva con sal, comer
alimentos juntos implica entrar en un pacto de sal. Es por eso que Apocalipsis 3:20 habla
de cenar juntos para mostrar la íntima relación familiar y de amistad que el Señor quiere
tener con nosotros. Él quiere ser parte de nuestras vidas de la manera más cercana e
íntima posible.

Hechos 1:4: (PESHITA)


Cuando comía pan con ellos, les ordenó: “No se marchen de Jerusalén, sino estén
expectantes de la promesa del Padre, la cual escucharon de mí,

El pacto de sal se remonta a la antigüedad y era un acuerdo muy solemne y vinculante.


Jesús, antes de su ascensión, tomó sal con los apóstoles, garantizando y vinculando su
amistad con ellos bajo un pacto que nunca romperá. Él nos ha extendido la misma
invitación a cada uno de nosotros; no la dejemos ir. Jesús prometió: “yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20). ¡Qué gran promesa de
nuestro Amigo Jesús!

¡Oh, qué amigo nos es Cristo! El llevó nuestro dolor,


Y nos manda que llevemos todo a Dios en oración.
¿Vive el hombre desprovisto de paz, gozo y santo amor?
Esto es porque no llevamos todo a Dios en oración.

¿Vives débil y cargado de cuidados y temor?


A Jesús, refugio eterno, dile todo en oración.
¿Te desprecian tus amigos? cuéntaselo en oración;
En sus brazos de amor tierno paz tendrá tu corazón.

Jesucristo es nuestro amigo, de esto prueba nos mostró,


Pues sufrió el cruel castigo que el culpable mereció.
Y su pueblo redimido hallara seguridad.
Fiando en este amigo eterno y esperando en su bondad.

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