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estrategico-las-organizaciones

COLUMNAS
MANAGEMENT

Qué aporta el enfoque


sistémico y estratégico a
las organizaciones
�02-12-2014 �15:10

Por Miguel Alfonso Terlizzi, director general de


HuCap. Autor del libro El Método RESE –
Resultados Extraordinarios, Sustentables y
Equilibrados.

Las personas habituadas a pensar y resolver problemas de


modo lineal acostumbran a su cerebro a actuar de manera
automática ante cada situación ya conocida o similar.

En el momento en que aplicamos el pensamiento lineal


basamos las decisiones en procesos de inferencia
que realiza nuestra mente pasando de las
observaciones a las decisiones automáticamente.

Se trata de patrones de conducta que, de acuerdo con el


contexto y nuestros modelos mentales, nos lleva a actuar
de manera pragmática sin necesidad de efectuar mayor
nivel de análisis ni aprendizaje y elegir las alternativas más
comunes y obvias.

Por su parte, el Pensamiento Sistémico consiste en ver


el todo como un sistema, compuesto por un conjunto
de partes interrelacionadas. Considera al sistema como
un todo indivisible y no simplemente como el resultado de
la suma de las partes que lo originan.

Para desarrollar el pensamiento sistémico, debemos


hacer el esfuerzo inicial de salir de la zona de confort y
estirarnos lo necesario para ver más allá de lo que un
pensador lineal puede ver. Al cabo de un tiempo y del
mismo modo que ocurre con cualquier proceso de
aprendizaje, también resultará “fácil y cómodo” dar
respuestas de tipo sistémico.

El enfoque sistémico propone soluciones en las cuales se


tienen que considerar diversos elementos y relaciones que
conforman las partes intervinientes de todo sistema y el
entorno del cual forma parte.

Las personas, los equipos y las organizaciones que logran


desarrollar la capacidad de alternar entre la manera lineal y
sistémica de pensar, obtienen una marcada ventaja
competitiva respecto a quienes solo se limitan a pensar
respuestas de tipo lineal.

Por su parte, el enfoque estratégico, implica comprender


en primer lugar el contexto en el que nos encontramos; en
segundo lugar, saber a dónde queremos ir, tener visión de
futuro; y en tercer lugar, definir cómo llegaremos a dónde
queremos ir.

Así, el enfoque sistémico y estratégico busca


comprender de manera más precisa cómo funciona la
totalidad y cada una de las partes relacionadas de un
sistema, y los efectos que producen en el corto,
mediano y largo plazo.

Considera cada elemento del sistema dándole la respectiva


importancia a todos, aun los que en apariencia podrían ser
irrelevantes o menos importantes. Se trata de un modo de
pensar holístico, racional, lógico y estratégico que analiza y
actúa sobre las causas que producen determinados efectos
en cada sistema.

Por ejemplo, si las ventas de cierto producto están por


debajo de los resultados esperados, lo habitual es actuar
sobre el área de ventas con distintas medidas; por
ejemplo: motivación, coaching, revisar los incentivos de
venta, desvincular vendedores de bajo rendimiento,
incorporar nuevos, invertir más dinero en publicidad, etc.
Estas medidas son características cuando prevalece el
pensamiento lineal, ya que la caída de ventas puede o no
ser consecuencia de la falta de motivación, bajo
rendimiento de los vendedores o los incentivos de venta,
etc. La gran limitación de esta manera de pensar consiste
en que se considera que el problema lo tiene el área de
ventas cuando en realidad lo tiene todo el sistema y
puede provenir de cualquier sector de la empresa,
incluso desde afuera, por ejemplo, problemas de calidad
de los productos o la aparición de productos sustitutos con
mejores prestaciones.

Desde el enfoque sistémico y estratégico, la


disminución de las ventas constituye solo un dato y no un
estímulo que impulsa la necesidad de comprender a fondo
la causa que la produjo antes de tomar cualquiera de las
decisiones enumeradas u otras específicas.

Si bien actuar sobre el área de ventas puede resultar el


punto de partida, nunca debería limitarse a poner el
foco de atención solo en la parte afectada. Cabe
aclarar que no necesariamente lo más obvio es la mejor
opción de análisis, ya que la causa del problema puede
estar alojada en cualquier otra parte del sistema que
repercute en todas, pero se exterioriza o se hace más
visible en alguna.

Desde hace mucho tiempo vengo analizando, a través de


distintos procesos de desarrollo organizacional,
cuáles son las causas que producen los éxitos y fracasos de
personas y equipos directivos, y puedo afirmar que la
presencia o ausencia de un enfoque sistémico y estratégico
combinado es una de las principales razones.

Su existencia o no, me permite encontrar generalmente (y


con mucha precisión) los puntos de apalancamiento de cada
sistema generativo, saludable o disfuncional y proyectar
su evolución en términos de desarrollo
organizacional sin fórmulas mágicas ni recetas de moda.

Comprender cuál es el contexto, analizar qué está


sucediendo del lado del cliente, la competencia y los
elementos o partes relacionadas del sistema que influyen
produciendo efectos no deseados, como la disminución de
las ventas, requiere pensar de manera sistémica en primera
instancia y luego estratégicamente para adoptar las
soluciones necesarias en lugar de presumirlas o aplicar
recetas del pasado.

Pensar el todo de un sistema considerando dónde


estamos hoy, dónde queremos estar en determinado
tiempo y cómo pensamos lograrlo resulta una
modalidad que combina el pensamiento sistémico
con el estratégico; el resultado es un efecto
superador y de sinergia y opera como una de las
claves de los Resultados Extraordinarios,
Sustentables y Equilibrados - RESE.

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