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en el contexto de instalación del sistema social y político del imperio español. Desde la
criminales por estupro y rapto, se propone que los sentidos y significados que modularon la
comprensión de estos relatos judiciales permiten reconocer las relaciones de género del
1776.
el pasado y por ello no es un intento de proclamar una verdad antes negada alcanzable
*
Esta investigación es parte del proyecto Fondecyt N°1120083 “Historia del cuerpo y
colonización del imaginario: el caso de la Capitanía General de Chile”, investigadora responsable:
Alejandra Araya.
1992, pág. 123). Esto porque me parece que enfatizar la diferencia de ellas respecto de los
hombres, planteando la historia de las mujeres como una esfera separada de la historia de
los hombres, puede oscurecer la dominación más que denunciarla, al naturalizar la voz de
las mujeres, dejando en un segundo plano las formas de imponer las diferencias entre los
cuerpos sexuados (Gordon, 1992, pág. 117). Es por eso que, aunque se trabaje con causas
criminales que las presentan como víctimas de la agresión masculina, no queremos caer en
prácticas adquieren por medio de interacciones sociales concretas (Hacia un método para
comprender el Género, 1992, pág. 151). Es por esto que he optado por una perspectiva
relacional, en donde para entender el lugar de las mujeres es necesario también comprender
importante hacer una investigación histórica sobre las relaciones de género, que ponga
énfasis en las relaciones de poder que se producen entre los cuerpos sexuados. Perspectiva
que surge del concepto de género propuesto por Joan Scott para su uso en la historiografía.
Su definición, ya clásica, es desde mi punto de vista ineludible para las investigaciones que
se hacen cargo de esta problemática. En su artículo ¨El género: una categoría útil para el
análisis histórico¨ publicado en 1986, lo definió en dos dimensiones: en primer lugar, como
un elemento constitutivo de las relaciones sociales, basadas en las diferencias entre los
sexos y, en un segundo lugar, como una forma primaria de las relaciones simbólicas del
poder (Scott, 2012, pág. 65). En esta investigación he preferido enfocarme en el carácter
relacional del género pues pienso que hombre y mujer no deben interpretarse como datos
fijos, sino como resultados de cambios ideológicos y políticos (Leydesdorff, 1992, pág. 96).
definición diciendo que ¨el género, las normas sociales que intentan organizar las relaciones
de los hombres y las mujeres en las sociedades, produce el conocimiento que tenemos sobre
el sexo y sobre la diferencia sexual (en nuestra cultura equiparando el sexo a la naturaleza)
¨ (2012, pág. 148). Es decir, el género produce las y no se basa en las diferencias sexuales1.
Por otra parte, aceptar la función humanista de narrar relatos no quiere decir que no existan
mediante la práctica científica no es lo mismo que decir que no existan las mentiras
parcial es el único medio que promete una visión objetiva: ¨La perspectiva parcial puede ser
(Haraway, 1995, pág. 326). Por ello siempre es importante evidenciar los límites y los
alcances de la investigación que se quiere desarrollar, así como las posturas, miradas y
La propuesta que hago en esta investigación, es que para estudiar el problema de las
relaciones de poder que se producen entre cuerpos sexuados en el periodo colonial, los
relatos judiciales por Estupro y Rapto son una entrada pertinente, planteando la siguiente
jurídicos por estupro y rapto en un contexto de conquista y colonización? Por un lado, esta
1
La filósofa norteamericana Seyla Benhabib ha afirmado que ¨ […] la diferencia sexual no es meramente un
hecho anatómico, pues la construcción e interpretación de la diferencia anatómica es ella misma un proceso
histórico y social […] el sexo y el género no se relacionan entre sí como lo hacen la naturaleza y la cultura
pues la sexualidad misma es una diferencia construida socialmente¨, citada en: (Lagarde, 1996, pág. 12).
pregunta permite interrogarnos por una tipología delictual, una clase de delito específico
que se puede conocer: el estupro y el rapto, pero por otro permite conocer los límites y
normas configurados a las relaciones entre cuerpos sexuados para periodos históricos
pasados. Qué se puede, cuando se puede, con quién se puede, son preguntas que pueden ser
respondidas por medio del análisis de los elementos que modularon la comprensión de
estos delitos.
Los relatos judiciales que componen el corpus, fueron escogidos, pues varios autores han
indicado las relaciones que existen entre el rapto y el estupro. George Vigarello estudia la
violación en el Antiguo Régimen francés, diciendo que el estupro era una afrenta contra el
marido o el padre de la mujer agredida pues fue comprendido como una falta contra la
propiedad, mirada que era evidenciada en los juicios por rapto, los que describe como la
amalgama entre robo y violación (1999, pág. 79). Para Igor Goicovic en Chile, así como
para Asunción Lavrin en México, el rapto y el estupro formaron parte de una sexualidad
que se oponía a los límites impuestos a las relaciones afectivas y sexuales por parte de la
familia, la religión o la ley, junto con otras prácticas como el amancebamiento, la bigamia,
etc. (Goicovic, 1998, pág. 97; Lavrin, 1991, pág. 72). Por su parte Verena Stolcke propone
que los vínculos entre honra femenina y honor familiar en la sociedad esclavista cubana del
siglo XIX, pueden ser observados a través de procesos por rapto, que lograban su eficacia
¨concúbito u ayuntamiento ilícito y forzado con virgen o doncella. Se dice que es del Latino
Stuprum que significa esto mismo y se entrega como ejemplo de su uso la siguiente frase
¨Pecar con soltera es simple fornicación, con casada es adulterio, con doncella virgen
estupro, con parienta incesto, con persona religiosa y dedicada a Dios sacrilegio o
adulterio¨. Es decir, el estupro forma parte del universo de conductas sexuales inapropiadas,
de que forma parte de los pecados de lujuria, pero también fue considerado un delito dentro
del mundo secular en el sentido de que era un tipo de comportamiento sexual considerado
historiador Francisco Tomás y Valiente ha afirmado que es una característica del Barroco la
identificación entre Derecho y Moral, entre pecado y delito (Simón López, 2010, pág. 146).
conceptualización y por ello los investigadores de la historia del derecho se han embarcado
son muchas veces homologados, tanto en América durante el periodo colonial, como en la
Península Ibérica en la Edad media y el Antiguo Régimen. Violación, estupro y rapto son
acuerdo a Santo Tomás de Aquino formaban parte del pecado de lujuria junto a la
Para varios investigadores el estupro estaría definido, en primer lugar, por la centralidad
que ocuparía la virginidad en su definición. Para Eugenia Rodríguez, quien estudia este
delito para Costa Rica en el periodo colonial, la virginidad sería la prueba de la inocencia y
mujeres, el estupro era un ultraje contra la propiedad del hombre dueño de la mujer. Por lo
tanto, para ella el estupro se entiende como un atentado a la propiedad, definido por el
honor de las mujeres donde la prueba era la virginidad (Rodríguez Sáenz, 2002). La
siglo XVIII, donde el delito de estupro estaba definido en primer lugar por la honestidad de
sexual. Se consideraba que solo las mujeres honestas, es decir vírgenes, podían ser
engañadas. Por su parte, María Simón López, afirma que en la sociedad de antiguo régimen
las relaciones de parentesco marcaban las pautas de todas las actividades sociales y por ello
la virginidad era central, pues se constituía en la única garantía de que la descendencia era
del esposo y por lo tanto era garante de la continuidad de la prole (apellido y bienes)
(Simón López, 2010, pág. 150). Para ella, la honestidad y la ausencia de consentimiento por
parte de la mujer fueron las características definitorias del delito de estupro. Durante este
periodo se divide el estupro en 2: con seducción y con violencia. Con el tiempo este
segundo tipo desaparecerá y el estupro quedará definido por la seducción. Así el estupro
por engaño era una agresión exenta de violencia o fuerza física, pero repleta de violencia
moral (182) donde la forma de engaño más característica fue la promesa de matrimonio
de Bureo, que era el tribunal al que acudían aquellos sujetos que vivían en el Palacio Real
por el uso de la violencia física para obtener la relación sexual ilícita (Madrid Cruz, 2002).
comprender jurídicamente los delitos sexuales presentes en los ¨libros de reos´ de la ciudad
Bernal, 2010, pág. 492). Es el uso de la fuerza la evidencia gravitante de estos delitos y
donde el honor y la castidad no serían la prueba sino más bien el bien jurídico a proteger.
Para Victoria Rodríguez el vínculo entre violación y rapto estaría definido en el sentido de
(Rodríguez Ortiz, 2003). Es interesante notar que para varias de las autoras y de los autores
revisados, los delitos de estupro, violación y rapto no se constituían en una afrenta contra
las víctimas materiales de estos delitos, sino que, contra el honor de sus parientes,
Por todo lo enunciado, es que los juicios que componen el corpus de mi indagación, están
darían significado a este entramado de prácticas: ¿Qué importancia puede tener la violencia
en los casos por estupro y rapto en la Capitanía General de Chile, cuando no hay presencia
seducción? ¿Quiénes iniciaban los pleitos? ¿Cuál es el bien jurídico a proteger y las
evidencias del delito? Es mi interés poder entender la significación específica que tuvieron
aquellos elementos que den cuenta de las especificidades del contexto en que se
Finalmente me gustaría decir que es importante dar historicidad a estas prácticas, porque de
insoslayable en la vida de las mujeres, lo que redunda en una política de identidad que
violación no se apoya en una fuerza directa, inmutable o invencible, sino en el poder que
tiene para estructurar nuestras vidas como guiones culturalmente impuestos y que por lo