LA PINTURA MINOICA: LAMINAS COMENTADAS

La pintura minoica ya desde su aparición suscitó un enorme interés. Su caudal se

vio acrecentado por los restos rescatados en el ámbito egeo del segundo milenio, tanto
en Creta como en los palacios micénicos. La pintura minoica está documentada tanto en
palacios como en villas nobiliarias y los conjuntos más importantes proceden del palacio
de Cnossos y de las villas de Akrotiri, en Thera. Así pues la pintura cretense no son una
serie de cuadros, como los concebimos en la actualidad.
Su origen es remoto, pues ya a fines del Neolítico y en todo el Bronce antiguo
existen restos de paredes cuyo revoco está pintado. Con las destrucciones violentas de
los Antiguos Palacios, apenas quedan pinturas de esta etapa, por lo que la gran mayoría
de los frescos conocidos pertenecen a las construcciones de los Nuevos Palacios y,
sobre todo, a su etapa final (período Neopalacial), entre 1600 y su destrucción
definitiva en el 1480 a.C. Hay que exceptuar algunas pinturas de Cnossos,
correspondientes a la época del dominio micénico del palacio entre 1450-1400 a.C
La pintura figurativa minoica se desarrollo a partir de precedentes egipcios de las
tumbas del Imperio Medio y de lugares de Oriente Próximo, como el palacio de Mari,
todos ellos fechados en el siglo XVIII a.C. Estas similitudes son apreciables en la
técnica de ejecución así como en la forma de tratamiento del cuerpo humano y de la
arquitectura, pero ahí acaban los préstamos, pues la pintura cretense desarrolla un
mundo peculiar en sus formas y sus temas, que le apartan de las rigidez y los
convencionalismos de la pintura egipcia y mesopotámica.
La técnica pictórica es el fresco1, salvo en el caso de las pinturas más antiguas,
del Minoico Medio (1600) realizadas en una técnica similar a la marquetería (mediante
incrustaciones de pasta de estuco coloreada en sus huecos de color rojo vino) esta
técnica se aprecia en dos frescos procedente de la villa de Amnisos. Los colores
empleados en esta técnica al fresco son vivos y de una gama reducida (blanco, rojo,
azul, amarillo, verde y negro), compuestos de pigmentos minerales disueltos en agua.
La aplicación de esta pintura impone rapidez en la ejecución y formas simples lo
que favorece la concepción vitalista en el diseño de la decoración. Las tintas son planas,
sin sombreados ni retoques, salvo en algún caso.

TEMAS
La mayor parte de la pintura minoica ha sido interpretada por los temas
representados y los lugares de aparición. El repertorio iconográfico está limitado a
escenas paisajísticas o diversas actividades humanas.
La naturaleza y el paisaje está repleto de especies de plantas; unas veces las
plantas se muestran en su estado silvestre otras veces obedecen al gusto minoico y se
presentan en jardines y floreros. Junto a las plantas la pintura minoica se distingue por
el exquisito tratamiento de los animales, siempre en movimiento y magistralmente
captados tanto en su medio terrestre como marino. Animales reales (gato, león, monos,
antílopes...) y algunos animales fantásticos (el grifo).El color de estas plantas y animales
,en general, es ficticio, junto a monos azules y delfines tricolores aparecen rocas
coloreadas a franjas o pájaros azules. Los animales están casi siempre haciendo
movimientos violentos, predominando el galope.
El tema de la naturaleza está presente en todos los lugares en los que han
aparecido frescos minoicos: el panel de los peces voladores (Filacopi), los delfines
del mégaron de la reina, los monos azules, los grifos del salón del trono(palacio de
Cnossos).
Las escenas humanas son abundantes y en ellas se percibe un estilo de vida en
Creta muy diferente al de sus contemporáneos egipcios y mesopotámicos, aún cuando la
pintura minoica ha tomado de éstos ciertos convencionalismos como el color de la piel
femenina en tonos claros y el de la piel masculina en rojo oscuro ola representación de
ciertos detalles del cuerpo o del vestuario. El tratamiento formal es distinto, mucho
más flexible y vivaz. Los cuerpos no se hallan sometidos a las reglas que imponen los
ejes de simetría o la biología. El cuerpo humano cretense es siempre joven, de
contextura atlética y muy ágil, con frágiles cinturas “de avispa”; los hombres son
siempre imberbes, con cabello largo y visten generalmente un faldellín corto más o
menos complicado, algunas de cuyas formas son de origen egipcio. Las mujeres son muy
conocidas por sus largos trajes ceremoniales de volantes y ceñido corsé, generalmente
abierto y realzando unos senos que se muestran al desnudo. Su tocado se completa con
abundantes joyas (collares, pulseras, brazaletes) en algunos casos visten el “birrete” de
carácter sagrado que identifica a diosas y sacerdotisas.

9.2 EL ARTE DE LA NICA

Las damas de azul.
Salvo una excepción, no se representan en la
pintura minoica escenas de guerra. Los temas más
frecuentes son los ceremoniales, y los grupos
humanos que contemplan algún evento como sucede
en este caso. Las mujeres de esta escena
procedente de Cnosós aparecen ricamente
ataviadas y con camisas de manga corta abiertas,
una forma de representación muy común de esta
cultura.

Fresco de los niños pugilistas.

Representación del combate entre dos adolescentes provistos de guenates
y un cinturón. En el curso de la pelea, uno de ellos esquiva un golpe consu
brazo desnudo mientras apresta el puño enguantado, en una escena de
enorme vivacidad y cierto encanto
 Fresco de la tauromaquia

Se trata de un fresco
prehelénico perteneciente al
palacio de Cnossos. Los frescos
que decoran los corredores y
estancias del palacio nos
muestran la existencia alegre y
pacífica de los cretenses, sus rituales, sus diversiones, su confiada visión del mundo.
El tema representado “la taurocatapsia” o corrida de toros sigue siendo una representación ritual misteriosa,
que evoca el papel del toro en la mitología cretense y que enlaza con el mito de Minotauro, es por tanto un
tema religioso. La escena representa el salto ritual del toro llevado a cabo por tres gimnastas o por uno solo
en los tres momentos diferentes de la pirueta. Desde el punto de vista formal la escena está representada
con colores planos y vivos, muy decorativos, y enmarcados por una cenefa. La tipología de las figuras humanas
sigue un esquema geométrico bastante rígido, se representan bajo la ley de la frontalidad, con el torso
estilizado que acaba en la cintura de avispa. La falta de profundidad, propia de la pintura egipcia se advierte
además en la figura del toro, también representado de perfíl. También el colorido de las figuras sigue un
tratamiento convencional, siendo más claras las figuras del sexo femenino que la masculina. Sin embargo el
movimiento, la vivacidad y, sobre todo, la observación meticulosa de la naturaleza, dan a los frescos cretenses
una originalidad propia.

Entre las figuras aisladas sobresalen tres: una femenina y dos masculinas y son :

La parisina (palacio de Cnossos)

Considerada como la mejor representación de la femineidad minoica.
Llamada así por Evans, debido a su parecido con algunas mujeres del Paris
modernista, tan sólo conserva parte del torso y de la cabeza. Probablemente se
trate de la representación de una divinidad o de una sacerdotisa, es una mujer
con el pelo largo y suelto, nariz respingona y un enorme ojo, representado de
frente, según la ley de la frontalidad, característica de la pintura primitiva. En
la espalda y como remate del vestido, el lazo o nudo sagrado, símbolo parlante
de la divinidad , que es conocido a través de múltiples exvotos de oro.

El príncipe de los lirios (Palacio de

Cnossos) (Vid imagen. Cuadernillo Hta 16.
(I) Pág.146
Tambien se denomina el fresco del príncipe-sacerdote; este
fresco fue reconstruído en su mayor parte y Evans, su descubridor, quiso
ver en él la representación del legendario rey Minos. El fresco en relieve de
estuco representa a un hombre joven, tocado con una amplia tiara y un
típico faldellín corto con estuche fálico, vestido al modo egipcio. En el
cuello, un collar de cuentas en forma de flor de lis. En la mano izquierda se
le supone sujetando a un grifo por medio de una traílla, mientras avanza por
un jardín de lirios. Esta figura preside una escena que aparecía a
continuación en el espacio y que representa a un cortejo de oferentes, que
se muestra abajo. El fresco es una representación de la divinidad en todos
 sus detalles, desde el atuendo hasta las representaciones simbólicas que le acompañan , de carácter
naturalista y animal. (Pendiente de más comentario)

Fresco del joven pescador (Casa de Akrotiri,

Thera)
Fresco prehelénico, que representa a los pescadores de
Acrotiri y tiene la claridad lineal y algo de la audacia y brillantez de
las mejores obras de los palacios cretenses. Caracolas, peces
voladores, pulpos y toda clase de algas atraían la atención de los
artistas cretenses. Durante la Edad de Bronce parecen haber
estado fascinados por el mar. De todos modos este es un caso único
en la pintura mural minoica, por dos razones, una la representación
del tema del fresco – el joven pescador que parece llevar una
ofrenda marina a un dios o al palacio. La segunda razón es la
representación humana del joven totalmente desnudo. El pescador
sostiene casi sin esfuerzo sendas sartas de peces sujetos por una
cuerda. La cabeza está casi enteramente rapada, dejando
únicamente dos coletas. En el cuello, el personaje luce un fino collar
de oro con colgantes. Resulta llamativa la falta de esqueleto en la
figura elegante y elástica.

Delfines, 1450-
1400 a.C.

Cuando se visita el ala oriental o doméstica de Cnosós,

el ambiente que más sorprende es el mégaron de la
reina. Sus paredes están decoradas a base de rosetas y
un gran panel marino de delfines, peces y fondos rocosos, muy sugerente en medio de la suave penumbra que
impera en el interior del palacio.

Coperos de Cnosós, 1450 a.C.

Se utiliza en estas pinturas, procedentes del palacio

minoico de Cnosós, la técnica al fresco con colores
planos, sin matices de sombreados. Se puede apreciar
una influencia de la pintura egipcia en la tonalidad
oscura de piel que se le da a las representaciones
masculinas; sin embargo el tratamiento formal muy
diferente.