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Tomás de Aquino
Comentario al De hebdomadibus
de Boecio

Trad. Carlos M. Martínez Ruiz

[Texto de Boecio]
Ser (esse) es diverso de lo que es (id quod est).
El ser mismo todavía no es: en cambio, lo que es, una vez recibida la forma de ser, es y
consiste.
Lo que es puede participar de algo; pero el ser mismo no participa de nada en absoluto;
pues la participación tiene lugar cuando ya se es, y se es cuando se ha recibido ser.
Lo que es puede tener algo además de lo que él mismo es, pero ser no tiene además de sí
mismo algo añadido o extraño.
Ser algo es diverso de ser algo en aquello que es
En efecto, allí se significa un accidente, y aquí una sustancia.
Todo lo que es, para ser, participa de lo que es ser. Mas para ser algo participa de otra
cosa.
Y por eso lo que es, para ser, participa de lo que es ser. Pero es, para para [poder]
participar de cualquier otra cosa1.

Ser es diverso de lo que es

Con respecto al ente (ens), se considera el mismo ser (ipsum esse) como algo
común e indeterminado, que se determina de dos modos. De un modo por parte del
sujeto que tiene ser, de otro modo por parte del predicado, a saber, cuando decimos
acerca del hombre o de cualquier otra cosa, no que es simplemente, sino que es algo,
por ejemplo ‘blanco’ o ‘negro’. Así pues, el primero pone conceptos adquiridos según la
referencia del ser a lo que es. El segundo pone conceptos adquiridos según la referencia
de lo que es ser simplemente a lo que es ser algo, cuando dice: «Es diverso ser algo y
ser algo en aquello que es».
Con respecto a lo primero [Boecio] hace dos cosas: en primer lugar plantea la
diferencia entre lo que es ser y lo que es. En segundo lugar expone dicha diferencia,
donde dice: «pues el ser mismo todavía no es».

1
SEVERINO BOECIO, De hebdomadibus [«Sobre las semanas»] II-VI, PL 1311-1314. El texto de
Tomás está tomado de la edición crítica: Sancti Thomae de Aquino, Opera omnia iussu Leonis XIII PP.
Edita L (Comissio Leonina, Roma – Les Éditions du Cerf, Paris 1992) 270-272.
2

Dice entonces, en primer lugar, que «ser es diverso de lo que es», diversidad, por
cierto, que aquí ha de referirse a las cosas de las que todavía no habla, sino a las
nociones o intenciones. Una cosa es la que significamos al decir ‘ser’ y otra la que
significamos cuando decimos ‘lo que es’, así como una cosa significamos al decir
‘correr’ y otra cuando decimos ‘el que corre’. En efecto, ‘correr’ y ‘ser’ significan en
abstracto, como ‘blancura’; pero ‘que es’, o sea, ‘ente’, y ‘el que corre’, significan en
concreto, al igual que ‘blanco’.
Cuando después dice: «pues el ser mismo todavía no es», explica esta diversidad
de tres modos.
El primero es que el mismo ser no significa el sujeto del ser, así como tampoco
‘correr’ no significa el sujeto de la carrera. De aquí que, así como no podemos decir que
el mismo correr corre, tampoco podemos decir que el mismo ser es; antes bien, ‘lo que
es’ significa el sujeto del ser, así como ‘lo que corre’ significa el sujeto del correr; y por
eso de lo que corre o del que corre podemos decir que corre en cuanto subyace2 a la
carrera3 y participa de la misma. Del mismo modo, de ‘ente’ o de ‘lo que es’ podemos
decir que es en cuanto participa del acto de ser4. Y a esto se refiere cuando dice «pues el
ser mismo todavía no es», porque no se le atribuye el ser como sujeto del ser; «en
cambio, lo que es, una vez recibida la forma de ser», es decir, recibiendo el mismo acto
de ser, «es y consiste», es decir, subsiste en sí mismo. En efecto, no se dice ‘ente’ en
sentido estricto y por sí mismo, sino de la sustancia, de la que es propio subsistir; los
accidentes no se denominan ‘entes’ porque sean, sino sólo en cuanto son algo en la
substancia, como veremos más adelante.
La segunda diferencia la afirma allí donde dice: «Lo que es puede participar de
algo, etc.» Dicha diferencia se toma según la noción de participación. Ahora bien,
participar es como tomar parte5. Y por eso, cuando algo recibe particularmente lo que a
otro pertenece universalmente, se dice que participa de ello, como se dice que ‘hombre’
participa de ‘animal’, porque no tiene razón de animal según toda la comunidad; y por
la misma razón Sócrates participa de ‘hombre’6. De modo semejante, el sujeto participa
del accidente y la materia de la forma, porque la forma sustancial o accidental, que es de
suyo común, es determinada en éste o aquél sujeto. Y de modo semejante también se
dice que el efecto participa de su causa, sobre todo cuando no adecua su propia virtud a
su causa; como si dijésemos que el aire participa de la luz del sol porque no la recibe en
la claridad con la que es en el sol. En efecto, no puede participar de algo al modo en que
la materia o el sujeto participa de la forma o del accidente, porque –como ya se dijo– el
mismo ser se significa como algo abstracto. Pero tampoco puede, por lo mismo,

2
Como “sujeto” (en latín subiectum). Se refiere a que el que corre “padece” o “es sujeto de” la
carrera y, en tal sentido, es el sujeto que corre (en el que inhiere esa acción).
3
Es decir, la marcha, el correr (en latín cursus).
4
Cf. TOMÁS DE A QUINO, Quodlibet IX, a.6: «… en el acto de ser se dice ser como en el acto de
correr decimos que corremos».
5
Cf. TOMÁS DE AQUINO, In de coelo et mundo, ed. Opera omnia 3 (Romae 1886) 193:
«Participar, en efecto, no es otra cosa sino tomar algo parcialmente».
6
Cf. TOMÁS DE AQUINO, Summa contra gentiles I, 32: «Todo lo que se predica unívocamente de
muchos conviene a cada uno de ellos por participación: la especie, en efecto, participa del género y el
individuo de la especie»; Quodlibet II, q.2, a.3c: «De un modo como existente a partir de la sustancia del
que participa, como el género es participado por la especie».
3

participar de algo al modo en que el particular participa del universal; en efecto, así
también las cosas dichas en abstracto pueden participar de algo, como ‘blancura’ de
‘color’, pero el mismo ser es lo más común (communissimum), por lo que es ciertamente
participado por otros, pero no participa de nada. Por el contrario, lo que es, o el ente,
aunque sea lo más común (communissimum), se dice concretivamente, y por eso
participa del mismo ser, no al modo en que lo más común es participado por lo menos
común, sino que participa del mismo ser al modo en que lo concreto participa de lo
abstracto. Y esto es lo que dice [Boecio]: que «Lo que es», o sea, el ente, «puede
participar de algo, pero el ser mismo no participa de nada en absoluto»; y esto prueba,
por lo mismo que acabamos de decir, que el mismo ser todavía no es7. En efecto, es
evidente que lo que no es no puede participar de algo: de esto se sigue que la
«participación» conviene a algo «cuando ya es»; por lo cual «algo es» cuando «recibe»
el mismo «ser», como se dijo. Queda entonces que lo que es puede participar de algo,
mientras que el mismo ser no puede participar de algo.
La tercera diferencia la afirma donde dice «Lo que es puede tener algo, etc.». Y
esta diferencia se toma a partir de la mezcla de algo extraño. Ha de considerarse al
respecto, sobre todo lo significado en abstracto, que posee tanta verdad cuanto no posee
en sí nada extraño, es decir, algo que esté fuera de su esencia, como ‘humanidad’,
‘blancura’ y todo lo que se diga de este modo8. La razón es que la humanidad es
significada como aquello por lo que algo es hombre, y la blancura como aquello por lo
que algo es blanco: pero algo no es ‘hombre’ formalmente hablando sino mediante
aquello que pertenece a la noción de ‘hombre’ y, de modo semejante, algo no es
‘blanco’ formalmente hablando, sino mediante aquello que pertenece a la noción de
‘blanco’. Y es por eso que las cosas abstractas de este tipo no pueden tener en sí nada
ajeno. Sucede de otro modo en las cosas que se significan en concreto. ‘Hombre’, en
efecto, significa ‘que tiene humanidad’, y ‘blanco’ ‘que tiene blancura’. Ahora bien, que
el hombre tenga humanidad o lo blanco blancura, no impide que, además, posean algo
distinto que no pertenezca a la noción de las mismas, sino sólo aquello que se opone a
las mismas. Y por eso ‘hombre’ y ‘blanco’ pueden tener algo más que ‘humanidad’ y
‘blancura’. Esta es la razón por la que ‘blancura’ y ‘humanidad’ se significan a modo de
parte y no se predican de los concretos, así como tampoco una parte se predica del todo.
Entonces, como hemos dicho, el mismo ser se predica en abstracto, lo que es en
concreto. En consecuencia, es verdad cuando dice: « Lo que es puede tener algo además
de lo que él mismo es», a saber, de su esencia.
Finalmente, cuando dice «Ser algo es diverso, etc.», se refiere a los conceptos
que se toman según la comparación entre lo que es ser simplemente y lo que es ser algo.
Y en primer lugar plantea la diversidad entre uno y otro. En segundo lugar asigna las
diferencias, al decir: «pues allí se significa un accidente, etc.»
Con respecto a lo primero, ha de considerarse que, puesto que lo que es puede
tener algo más fuera de su esencia, necesariamente debemos considerar en ello un doble

7
ipsum esse nondum est.
8
TOMÁS DE AQUINO, De potentia q.7, a.4 c: «lo que tiene naturaleza, forma, o esencia, puede
tener algo extraño en sí… Mas el hombre, que tiene humanidad, puede tener algo que no pertenezca a la
noción de humanidad, como ‘blancura’ y otras cosas semejantes, que no pertenecen a la humanidad, sino
al hombre».
4

ser: en efecto, comoquiera que la forma es principio de ser, es necesario que conforme a
cualquier forma habida se diga [que lo que es] tiene ser 9. Así pues, si dicha forma no
está fuera de la esencia del que la tiene, sino que constituye su esencia, por tener tal
forma se dice que tiene ser simplemente, como ‘hombre’, por tener alma racional. Pero
si hay una forma tal que sea ajena a la esencia del que la tiene, conforme a dicha forma
no se dice que tiene ser simplemente, sino el ser algo, así como conforme a la blancura
‘hombre’ se dice ‘blanco’. Y a esto se refiere cuando dice: «Ser algo», que no es
simplemente ser, «es distinto» de «ser en aquello que es», que es propio del ser del
sujeto.
Por último, cuando dice «pues en el allí se significa un accidente, etc.» se
plantean tres diferencias en las premisas.
La primera de las cuales es que «allí», esto es, donde se dice de la cosa que es
algo y que no es simplemente, «se significa un accidente», porque la forma que hace ser
de este modo esta fuera de la esencia de la cosa. Pero «aquí», cuando se dice que algo es
en lo que es, «se significa la sustancia», porque la forma que hace ser así constituye la
esencia de la cosa.
La segunda diferencia la plantea cuando dice: «Todo lo que es» etc. Dice que
para que algo simplemente «sea», el sujeto «participa» del mismo «ser», pero para que
esto «sea algo» ha de participar de «algo» distinto, como para que ‘hombre’ sea
‘blanco’ participa no sólo del ser sustancial, sino de la blancura.
La tercera diferencia la postula allí: «Y por eso» etc. Dicha diferencia se toma,
por cierto, según el orden de uno y otro y se concluye de las premisas. La diferencia
consiste en que, primero hay que entender que algo simplemente es, y luego que es algo.
Y esto resulta evidente por lo que se dijo anteriormente. En efecto, algo es simplemente,
porque «participa» del mismo «ser»; pero cuando ya «es» (por la participación en el
mismo ser), queda «que participe» de cualquier «algo distinto» para que sea algo.

9
Cf. SEVERINO BOECIO, Sobre la Trinidad II, ed. Peiper 152: «En efecto, todo ser es a partir de
la forma». Tomás de Aquino, Sobre el ente y la esencia 4: «La forma da ser a la materia».

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