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Universidad Nacional del Altiplano

Escuela de Posgrado

Programa de Doctorado en Derecho

TALLER: CÓMO COMBATIR LA CORRUPCIÓN ESTATAL

El taller tiene la finalidad de identificar y proponer alternativas de ajustes a distorsiones presentados


en el Estado, de manera que el estudiante del Programa de Doctorado señale el tipo de medida que
corresponde (riesgo moral o selección adversa) a las propuestas planteadas líneas abajo. Además,
debe proponer una alternativa que corresponda a una de las etapas de asimetría del información.

Por Fuad Khoury Zarzar1 Ex-Contralor General de la República

La corrupción y la ineficiencia estatal son unos de los principales problemas del país. Tenemos un
Estado con problemas de gobierno y de gerencia, que incumple con sus funciones fundamentales,
desincentivando la inversión y afectando la calidad de vida de sus ciudadanos.

Es urgente reestructurar las instituciones del Estado para hacerlas más eficientes y combatir la
corrupción. La Contraloría organiza la VI Conferencia Anual Anticorrupción para contribuir con
experiencias concretas en la materia y promover la construcción de una agenda política
anticorrupción, haciendo que los candidatos se comprometan a cumplirla.

¿Cómo acabamos con la corrupción y la impunidad en nuestro país?

1. Asumir el liderazgo al más alto nivel: Las autoridades deben dar prioridad en la agenda
nacional al combate contra la corrupción en todos sus niveles, dirigir el plan para derrotarla y
dotar de recursos a las instituciones facultadas para la prevención, detección y sanción de la
corrupción. Este liderazgo implica llevar adelante cambios estructurales, como la reforma del
sistema político, electoral, judicial y la descentralización, principalmente.
2. Avanzar en una reforma del sistema judicial: Erradicar la corrupción requiere de sanciones
efectivas, rápidas y ejemplares. Los jueces deben tener indicadores de resultados, de tal manera
que se sancione a los ineficientes y se premie a los productivos. ¿Qué ganamos con tener una
Contraloría fortalecida si la administración de justicia está paralizada en los casos de
corrupción? En los últimos siete años, hemos denunciado penalmente a 11,158 funcionarios
pero la gran mayoría están en proceso y no son sentenciados. Esta situación, sumada a que las
penas son suspendidas o cambiadas por trabajo comunitario, aumenta la sensación de
impunidad. La Contraloría logró, en el 2015, que se apruebe la pena efectiva de cárcel para los
que incurren en peculado y colusión. Con sanciones más drásticas, desalentamos la corrupción.
3. Reactivar el tridente anticorrupción: El trabajo articulado entre la Contraloría, el Ministerio
Público y el Poder Judicial garantiza el éxito de la lucha anticorrupción. Logramos que los
casos de corrupción grave, compleja y de repercusión nacional de las regiones se derivaran al
sistema supraprovincial de Lima, evitando que las mafias locales influencien en los procesos.
Este mecanismo ha sido debilitado dado que el Poder Judicial ha incorporado requisitos que
limitan la inclusión de casos graves de corrupción regionales en dicho sistema.
4. Independencia de los Órganos de Control Institucional (OCI): Desde hace 4 años, la
Contraloría está solicitando que 3 mil auditores de los OCI sean transferidos a su planilla. Esta

1
Comentario periodístico del diario la república:
https://larepublica.pe/politica/910723-como-combatir-la-corrupcion-estatal
medida no requiere de más presupuesto, solo de voluntad de parte de las entidades y del MEF.
Solo el 10% de las entidades tienen un jefe de OCI de la Contraloría.
5. Intervenir para prevenir: La Contraloría debe recuperar la facultad de intervenir a las entidades
con alto riesgo de corrupción. ¿Si la SBS interviene los bancos para proteger los ahorros de los
ciudadanos, por qué la Contraloría no puede intervenir las entidades para evitar la pérdida del
dinero de todos los peruanos?
6. Desregular y simplificar: Existen cerca de 600 mil normas vigentes en el Estado y cada sector
emite normas vinculadas a su competencia sin articularlas entre ellas, lo cual genera espacios
para la corrupción. ¿No es frecuente, acaso, el pago de dinero para agilizar trámites? Esta
situación se acaba con una buena simplificación administrativa y una mejora regulatoria. Se
debería reducir el número de normas y contar con TUPAs modelo, para que exista una mayor
predictibilidad para los ciudadanos y evitar discrecionalidad en la incorporación de requisitos.

De la misma manera, Gladys Triveño, propone:

CINCO ACCIONES PARA REDUCIR LA CORRUPCIÓN

Un escándalo como el de Odebrecht puede terminar fortaleciendo los valores en la sociedad y hasta
unir a los peruanos contra la corrupción. Sin embargo, este cambio no es automático y requiere de
la adopción de medidas concretas.

El año 2017 empezó con el escándalo de Odebrecht, otra triste confirmación de cómo se siguen
haciendo –lamentablemente – negocios en el Perú. John Elster, en su libro, The cement of society
señala que un escándalo como el de Odebrecht puede terminar fortaleciendo los valores en la
sociedad y hasta unir a los peruanos contra la corrupción. Sin embargo, este cambio no es
automático y requiere de la adopción de medidas concretas. El gobierno ha comenzado con la
“muerte civil”. A continuación 5 áreas en las que podría tomar acciones concretas para reducir la
corrupción.

Evitar sobre simplificar las obras por impuestos. La Ley 29230, denominada Ley de Obras por
Impuesto permite que una empresa privada, de manera individual o en consorcio, financie y ejecute
proyectos de inversión pública para luego, con cargo a su impuesto a la renta de tercera categoría,
recuperar el monto total de la inversión. Recientemente, el gobierno acaba de dictar el D.
Legislativo 1238 con el objeto de simplificar los procesos que regula la ley original.

Esto es sumamente positivo. Sin embargo, hay que establecer ciertas reglas para que este
instrumento no sea mal utilizado. Por ejemplo, las empresas que firmen un convenio de esta
naturaleza no deberían tener un interés directo en la ejecución de determinada obra. De lo contrario,
podría ocurrir que una empresa que construya un muelle bajo convenio de obras por impuesto
termine siendo la única beneficiaria o usuaria principal de este. Lo mismo ocurriría si se trata de una
carretera u otra infraestructura que alguna empresa necesite para su desarrollo productivo y que
hubiera tenido que construir con sus propios recursos, sin que el Estado le devuelva dinero.

Endurecer los impedimentos para contratar con el Estado. La publicación del reciente Decreto
Legislativo 1279, que establece que el Reniec debe registrar los vínculos de parentesco de las
personas naturales, así como las vinculaciones que se derivan de las inscripciones correspondientes,
podría ser un avance positivo para dar dientes al artículo 10 de la Ley de Contrataciones del Estado
que ya listaba los impedimentos para ser participante, postor y/o contratista cuando se trata de
parientes por consanguinidad o afinidad, pero que carecía de una forma de ejecutar las
verificaciones.
Reniec tendrá la responsabilidad de registrar primos, tíos, abuelos, hijos de los primos, cónyuges –
también deberían estar los convivientes- y demás en el Registro Nacional de Identificación y Estado
Civil. Ahora hay que lograr que dicha información sea parte de la data a la que acceden las
entidades del Estado para filtrar que no se produzcan casos de altos funcionarios con parejas o
familiares directos que participan de licitaciones con el Estado, como miembros de alguna persona
jurídica, sacándole la vuelta a las restricciones que ya están establecidas en las leyes de la materia.
SUNARP también podría y debería sumarse a esta cruzada y poner a disposición información de los
accionistas de empresas postoras a ser proveedores del Estado para que el cruce de información
también alcance a los accionistas o directores de personas jurídicas.

Sancionar duramente los actos de omisión de función. Hay omisión de función en el ámbito
administrativo a nivel del Poder Ejecutivo, cuando se encarpetan expedientes que dan lugar a
sanciones y multas, para que estos prescriban sin que se expida una resolución de sanción o cuando
se exonera del pago de multas a empresas que han transgredido normas legales que han afectado
recursos naturales o impactado el medio ambiente.

Estos casos deben ser visibilizados para que la ciudadanía sepa en qué gestión y qué funcionarios
dejaron transcurrir la mayor cantidad de tiempo sin resolver casos, sin expedir resoluciones de
sanciones o permitieron a empresas infractoras ejercer su actividad de explotación de recursos sin
que se le aplique las normas que restringen su derecho a hacerlo. En este sentido, en estos casos
administrativos, se debe establecer una línea de tiempo que permita identificar cuándo empiezan a
correr los plazos desde que se expide “las papeletas administrativas que establecen infracciones”,
hasta que se expide una resolución de sanción. Además, los Órganos de Control Interno (OCI)
deberían poner especial atención a las normas que establecen excepciones al cumplimiento de
sanciones y multas, sobre todo cuando estas tienen que ver con afectación de recursos naturales,
depredación, ambiente, contaminación de fuentes de agua, entre otros.

Visibilizar el gasto en contrataciones de servicios. Las entidades del estado deben también poner a
disposición de la ciudadanía los productos finales de las consultorías de servicios que contrata el
Estado. En 2015, el Estado compró bienes, servicios o contrató obras por un valor de S/. 32 750
millones según la OSCE, de los cuales el 36.7% fueron en servicios, porcentaje mayor al de los
bienes y a las obras.

¿Cuánto de esos servicios están publicados para que los peruanos sepamos en qué se invirtieron
nuestros impuestos?, ¿Qué entidad se encarga de asegurar que en los 50 674 procesos que se
adjudicaron ese año, no hayan habido consultorías que dupliquen esfuerzos y que las empresas que
los provean entreguen un mismo producto a varias entidades?

Una manera de evitar que eso ocurra, es que como parte del check list que controla la Presidencia
del Consejo de Ministros que se cumpla a nivel de transparencia en los portales web de las
entidades del Estado, esta entidad se asegure que se publiquen los informes finales de todas las
consultorías que ha contratado cada entidad. De esa forma, los ciudadanos podrán tutelar si así lo
desean la recurrencia de un mismo proveedor, la calidad de los entregables, la originalidad de su
contenido, entre otros.

Dictar la obligatoriedad dedeclaración de intereses. A diferencia de lo que ocurre en Chile (Ley


20880), España o Argentina, donde los funcionarios públicos están obligados a declarar intereses en
sectores, vinculación empresarial que han tenido, entre otros, en el Perú esto no ocurre. Como
consecuencia de ello, es posible que un ministro de Estado cumpla con dejar de intervenir en la
gestión de sus empresas como manda el artículo 126 de la Constitución, pero que estas mantengan
vínculos empresariales con sectores o unidades empresariales individuales que se beneficien de sus
acciones directa o indirectamente y que seguirán siendo sus clientes cuando deje la función pública.
Esto nublaría la responsabilidad que tiene cualquier ministro de ejercer el cargo con preeminencia
del interés general sobre el particular.

Hay que apuntar a dictar una norma que establezca que las autoridades y funcionarios deben
declarar sus intereses, lista que sin duda debe incluir a Congresistas de la República que han
defendido intereses en el pasado, que han recibido fondos de algún sector particular o que –incluso-
a través de terceros o empresas, tienen bienes que suponen algún conflicto de interés con la función
pública. Algo similar ha sido planteado en el informe de la Comisión Presidencial de Integridad, y
debe ser una de las acciones que tome el gobierno si realmente está dispuesto a luchar contra la
corrupción.

Si no se logra implementar una medida como esta, los casos de las bancadas de congresistas que
defienden algún interés particular, en contra de los intereses generales de la población, seguirán
existiendo.

La cruda verdad de todo funcionario público es que la corrupción es como un cáncer que aparece
sin que nadie pueda hacer nada para impedirlo, pero cuya única manera de combatirlo es
extirpándolo de raíz. Bajo ese enfoque no puede haber tolerancia para ninguna forma de corrupción
y el Estado es el primer responsable de eso.

Puno, 14 de julio de 2018

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