Вы находитесь на странице: 1из 4

1

UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

Facultad de Jurisprudencia, Ciencias Políticas y Sociales

Carrera de Derecho

Nombre: Wilches Milalba

Docente: Dr. Johnson Castillo

Catedra: Métodos y Técnicas de Expresión oral y escrita

Fecha: 28 Noviembre 2018

SOY UN SOLDADO DE AMERICA LATINA

“Omar Torrijos”

Introducción

Durante la VI cumbre de países no alineados celebrada en la Habana en el año de 1979, se

reunían varios dirigentes para discutir sus lineamientos de no alianza a las fuerzas o superpotencias

involucradas en la guerra fría, a este acto como veremos asistiría o seria invitado Omar Torrijos

ya que en aquel momento era el comandante jefe de las Fuerzas Armadas Panameñas, el cual en

vista de su participación habría redactado el texto que analizaremos, pues en este trataba de rebatir

algunas ideas sobre la eliminación de la CONDECA o Concejo Centroamericano de Defensa y la

TIAR o Tratado Interamericano de asistencia Recíproca, estos temas serian abortados por lo que

el discurso de Omar Torrijos tampoco habría sido leído, pero este escrito ya recuperado y analizado

como se puede observar tiene lineamentos o ideas sobre cómo veía Torrijos el servicio militar y

como de modo maduro y claro asumía quizá no sin dolor el cómo estas fuerzas militares a través
2

de los diferentes años se habían venido enlazando con las facciones poderosas, poniéndose a un

en contra de los verdaderos soberanos de las naciones es decir el pueblo, los ciudadanos.

Desarrollo

Ahora bien Torrijos nos habla de una idea central en este documento, y es la de

“Pretender definir globalmente a las fuerzas armadas de América Latina como un grupo de

incapaces, represivos, e impermeables a los cambios sociales que vive el calendario… es tan

irresponsable como el definir a los movimientos de liberación de América Latina como grupos

cuyo objetivo es convertir en ruinas la sociedad, para levantar, sobre las piedras de esas ruinas,

una sociedad totalitaria. (Torrijos, 1982)”, Esto lo definíamos como idea central ya que menos

trata de manifestar que las dos son ideas totalmente erróneas, pues no todos los militares o las

personas que integran las fuerzas armadas de América Latina son personas que no están

preocupadas por los rumbos que tomas sus respectivos países, o que mucho menos no ven los

abusos a los que son sometidos los pueblos, se diría entonces que es irresponsable o mediocre

poner a todas estas personas bajo un mismo criterio, pero esto realmente nos podría resultar difícil

en algunas ocasiones, y en este momento podría decir que encuentro una discrepancia conmigo

misma, pues ¡como menciono si bien es cierto estoy de acuerdo con esta idea de no generalizar a

las fuerzas armadas como grupos sanguinarios al servicio de los poderes de turno, también he visto

como estas fuerzas en muchas de las ocasiones se han revelado y han avisado y maltratado a los

reales soberanos de las naciones Latinoamericanas, pues en toda América Latina estas fuerzas han

sometido y acallado bajo el sonido de una bala y la presencia de un fusil a muchas gentes que

buscaban libertad e igualdad, entonces a que conclusión llegar, y es que también en muchas de las

ocasiones estas fuerzas cuando han servido de algún modo a los intereses de las masas del pueblo,

de los soberanos, de los mandantes, han ayudado a despojar a los poderosos de sus poderes que
3

creían interminables y eternos como es el caso de Cuba, pero enseguida han vuelto a la represión

para mantenerse en el poder que habían obtenido con ayuda del pueblo, y podría decir que en

efecto al igual que Torrijos que “ las instituciones son tan buenas o malas como los hombres

quelas componen (Torrijos, 1982)”aquí nos queda entonces un asunto sin resolver, que podríamos

decir o cómo podríamos definir a estos grupos luego de lo que hemos palpado a través de la historia

e inclusive de la historia más moderna de nuestro país, sigue ocurriendo lo que sucedía en

Nicaragua como lo mencionaría Torrijos? “ que las fuerzas armadas eran más bien una guardia

personal en la que los mayorales de la gran hacienda… ostentaban el rango de generales o es que

este asunto se ha revertido y estas personas por fin al igual que Torrijos han abierto los ojos?.

Las fuerzas militares o armadas entonces cumplen o están llamadas a cumplir una función

realmente heroica en las diferentes naciones del mundo y de América latina, pero cuando es y se

cumple de modo real y sincero la misión que deben realizar, es decir la de mantener la paz y el

orden, pero una paz y un orden no con amenazas ni sangre, solo así se lograra que su razón de ser

pero no la paz de los poderosos y por eso es siempre necesario cuestionarse sobre este punto de

modo diario repitiéndose que la fuerza armada “aparecería como la garantía del orden y de la

paz; pero ¿Qué clase de orden y que clase de paz? La de los pueblos o de los dirigentes? (Torrijos,

1982)” Yo desde este punto puedo mencionar que las fuerzas armadas han de ser el apoyo

constante de las luchas del pueblo para sus libertad, es decir han de ayudar en la constante

reivindicación de los derechos y verdaderos poderes de los pueblos, no permitir que nadie secuestre

a la nación ni mucho menos la silencie, es decir “sus fusiles han de apuntar a quienes esclavizan,

no hacia quienes liberan (Torrijos, 1982)”.


4

Conclusión.

Las fuerzas armadas de Latinoamérica si bien es cierto que han cometido atrocidades en el ejercicio

de mantener el orden dentro de los diferentes países, también en determinados momentos han

ayudado o se han preocupado por los sucesos que han provocado el ahondamiento de la brecha

entre pobres y ricos, llegando inclusive a tomar el poder por la fuerza, pero lastimosamente en la

mayoría de los casos han perdido el horizonte de servicio y protección vendiéndose a los poderosos

de turno, cosa por la cual en América este fuera aun al día de hoy sigue siendo vista con cierto

grado de escepticismo, y en base a esto puedo concluir que si las fuerzas armadas desean o anhelan

realmente servir a sus naciones han de ser la primera fuerza garante de que la voluntad soberana

del pueblo sea escuchada, anteponiendo estos intereses por sobre los de los poderosos aunque esto

les cueste los títulos, los prestigios, prebendas, honores, pues el pueblo al final no olvida las

traiciones así como la gratitud a quienes le han sido fieles, y ese mismo pueblo los sabrá

recompensar si cumplen a cabalidad y sinceramente su deber sagrado de defenderlo.

Referencias

Torrijos, O. (1982). Soy un soldado de America Latina. Nueva Sociedad.

Вам также может понравиться