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RESUMEN…………………………………………………………………………………….3
1. INTRODUCCIÓN................................................................................................................4
1.1. Estrategias antidepredatorias......................................................................................4
1.1.1. Cambios en relación a la alimentación...........................................................5
1.1.2. Cambios en relación con la sociabilidad........................................................7
1.1.3. Cambios en relación con la actividad.............................................................8
1.2. Estrategias antidepredatorias en ungulados................................................................8
1.3. Dieta del lobo: consumo de ungulados silvestres y domésticos...................................9
2. OBJETIVOS……………………………………………………………………………....10
3. MATERIAL Y MÉTODOS………………………………………………………………10
3.1. Instalaciones y sujetos de estudio................................................................................10
3.2. Diseño experimental.....................................................................................................11
3.3. Recolección de muestras fecales de lobo para simulación de olor de
depredador..........................................................................................................................13
3.4. Registro de las diferentes conductas............................................................................13
3.5. Análisis de los datos.....................................................................................................14
4. RESULTADOS…………………………………………………………………………..16
4.1. Tiempo invertido en alerta/vigilancia por ciervos y ovejas.........................................16
4.2. Tiempo invertido en forrajeo por ciervos y ovejas.......................................................18
4.3. Tiempo invertido en actividad locomotora por ciervos y
ovejas...................................................................................................................................19
4.4. Tiempo invertido en inactividad por ciervos y ovejas..................................................19
4.5. Frecuencia de los comportamientos olfatear y agruparse por ciervos y ovejas bajo
riesgo de depredación por lobo...........................................................................................20
5. DISCUSIÓN……………………………………………………………………………...23
6. CONCLUSIONES………………………………………………………………………...26
7. BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………….....26
8. AGRADECIMIENTOS…………………………………………………………………...30
2
RESUMEN
3
1. INTRODUCCIÓN
1.1. Estrategias antidepredatorias
El riesgo de depredación es un agente importante de selección natural y puede tener
una fuerte influencia en la selección de ciertos patrones de comportamiento en los animales
(Lima y Dill, 1990). La presión depredatoria puede variar muy poco a lo largo del tiempo
evolutivo, pero varía enormemente durante el tiempo ecológico (Lima y Dill, 1990). Los
animales durante su vida deben realizar muchas actividades además de escapar de sus
depredadores, por esta razón sus adaptaciones antidepredatorias deben, de alguna manera, ir
en consonancia con el nivel de depredación que soportan (Lima y Dill, 1990).
La selección natural favorecerá a aquellos individuos que mejor equilibren los
beneficios de la reducción del riesgo y los costes de ésta (Lima y Dill, 1990; Illius y
Fitzgibbon, 1994). Los animales cuando están bajo riesgo de depredación muestran una gran
variedad de patrones etológicos, entre los que se incluyen: señales auditivas, señales visuales,
movimientos peculiares, formas específicas de agrupamiento y ataques al depredador (Elgar,
1989). En otras ocasiones, estos comportamientos resultan en varias respuestas como un
incremento de la vigilancia (Elgar, 1989; Lima y Dill, 1990), una reducción del tiempo de
forrajeo (Hughes y Ward, 1993; Abransky et al., 2002), una reducción del movimiento (Sih y
McCarty, 2002), cambios en el tamaño de grupo (Lima y Dill, 1990; Creel y Winnie, 2005),
cambios de hábitat como la retirada hacia zonas de bajo riesgo depredatorio o zonas con
refugios (Bergerund et al., 1983) y la reducción en la frecuencia de patrones de
comportamiento visibles (Sih y McCarty, 2002).
Ante un encuentro con un depredador, la presa debe evaluar el riesgo que le
sobreviene, haciendo un análisis de coste-beneficio de cada una de las opciones
comportamentales posibles (Lima y Dill, 1990), por esta razón, la conducta antidepredatoria
se trata de un compromiso entre las diferentes opciones, que irá encaminado a aumentar el
valor adaptativo del animal (Lima y Dill, 1990).
También es importante señalar que la probabilidad de muerte ante un encuentro
depredador–presa se puede representar como una combinación de probabilidades de que el
encuentro ocurra y, en tal caso, como una combinación de las probabilidades de que la presa
sea atacada, de que la presa sea capturada y la probabilidad de que finalmente sea consumida
(Fig.1) (Lima y Dill, 1990).
Por todo lo expuesto, los animales muestran patrones comportamentales concretos
cuando están sometidos a riesgo de depredación y éstos están organizados según una simple
jerarquía en cuanto a la toma de decisiones.
4
Figura 1. Posibles resultados de un encuentro entre un depredador
y su presa (tomado de Lima y Dill 1990).
5
crepusculares donde la intensidad lumínica varía rápidamente (Lima y Dill, 1990). Así,
animales que son muy vulnerables al riesgo de depredación durante el amanecer, solo
iniciarán su período de alimentación durante esta franja del día, sí se encuentra bajo cobertura
segura o si sus reservas energéticas son muy pobres.
En relación a la presencia de un depredador durante el forrajeo, se sabe que algunos
animales tras detectar a un depredador corren a cubierto y dejan de alimentarse. Estos
individuos pierden la visión del depredador, el cual puede estar escondido y esperando al
acecho. También se ha podido comprobar que la reanudación de la alimentación tras la
presencia de un depredador está relacionado con el grado de estrés que el animal tiene (Godin
y Sproul, 1988), así los individuos más estresados retoman el forrajeo antes que aquellos que
no lo están.
Otro factor a tener en cuenta en relación con la alimentación es que los hábitats no
sólo varían en la cantidad de recursos que un animal puede extraer de ellos, sino también en el
riesgo de depredación que puede tener la propia localización (Lima y Dill, 1990). En
ocasiones las mejores áreas para alimentarse son también las más peligrosas, por lo que el
animal debe llegar a un compromiso entre la cantidad de energía que ese sitio le proporciona
y el riesgo depredatorio que puede sufrir. Así, Heads (1985) evidenció que los animales
cambian su sitio de forrajeo en consonancia con la actividad de los depredadores y su nivel de
necesidades alimenticias.
También es muy importante, a la hora de elegir el sitio de forrajeo la distancia a un
lugar seguro para poder escapar del depredador. Atendiendo a este subcomponente del riesgo,
numerosos estudios demuestran que determinados animales intentan alimentarse cerca de
sitios seguros (Schneider, 1984). Esta tendencia puede variar si los individuos más
dominantes de la población desplazan a otros a lugares más alejados de la cobertura o sitio
seguro. La detección del depredador es otro factor muy importante que afecta a la elección del
hábitat. En este sentido, Lima et al. (1985) afirmaron que ciertas especies de carboneros y
ardillas en ocasiones transportan el alimento a sitios seguros para su consumición. Esta
tendencia parece verse incrementada por dos factores, con la disminución de la distancia a
sitios seguros y con el tamaño del alimento. Este comportamiento es consistente con un
compromiso entre la energía y el riesgo de depredación, donde el tiempo empleado en
condiciones vulnerables es el mayor factor de riesgo controlado por el comportamiento. Otro
de los factores que afectan a la elección del hábitat es el subcomponente de escape del riesgo
depredatorio el cual está bajo control del animal por lo que elegirá si escapar o no según la
situación dada (Lima y Dill, 1990). El animal escapará o no dependiendo de la evaluación del
6
riesgo que haga, además de que el escapar tiene costes añadidos como un gasto energético y la
pérdida de oportunidades para realizar otras actividades (Ydenberg y Dill, 1986).
Atendiendo a la elección de la dieta por parte de un animal, el riesgo de depredación
es un factor determinante (Lima y Dill, 1990). Los animales elijen aquella dieta que les
proporciona más energía y que, simultáneamente, minimiza el riesgo de depredación
(Schoener, 1971). Lima y Valone (1986) encontraron que ciertas especies de ardillas podrían
rechazar alimentos más provechosos, en términos energéticos, en favor de aquellos menos
provechosos pero que son más grandes y transportarlos hasta lugares seguros para
consumirlos. Esta tendencia disminuye cuando la distancia a zonas cubiertas aumenta y
cuando el tamaño de los alimentos menos energéticos se reduce. La selección del alimento
también es dependiente del tamaño del grupo en animales sociales o gregarios (Lima y Dill,
1990). Esto es así porque la tasa de vigilancia aumenta y los animales pueden consumir
alimentos más energéticos.
Por último, el tiempo empleado en el manejo del alimento es un compromiso entre la
energía que proporciona el mismo y el riesgo de depredación, donde el factor determinante es
la detección del riesgo, el cual está bajo control del forrajeador. El tiempo de manejo del
alimento varía según la localización del animal, si está en una zona segura o en áreas abiertas,
siendo importante el tiempo que es vulnerable a ser depredado (Valone y Lima, 1987).
2. OBJETIVOS
Los objetivos del presente estudio pueden resumirse en los siguientes puntos:
(1) Evaluar si existe un reconocimiento del olor fecal de lobo ibérico por parte de
especies presa de ungulados silvestres, el ciervo (Cervus elaphus), y domésticos, la oveja
(Ovis orientalis aries).
(2) Identificar si existen diferencias en las estrategias antipredatorias exhibidas por
los ungulados domésticos y silvestres. Así, cabe esperar que los ciervos exhiban
comportamientos antidepredatorios similares a los realizados en estado natural ante la
presencia de un depredador y las ovejas, al haber estado sometidas a un proceso de
domesticación, hayan perdido parte de su mecanismo de reconocimiento de los depredadores
a través de señales químicas.
(3) Por último, se espera que durante la exposición al olor fecal de depredador (C. l.
signatus) aumenten comportamientos antidepredatorios como la alerta y vigilancia en
detrimento de otros como la actividad locomotora y el forrajeo, principalmente en el caso del
ciervo.
3. MATERIAL Y MÉTODOS
3.1. Instalaciones y sujetos de estudio
El estudio fue realizado en el centro de naturaleza Cañada Real Open Center situado
en Peralejo, localidad cercana al pueblo del Escorial (Madrid) (Fig. 2).
El clima de El Escorial es mediterráneo-continental y se caracteriza por inviernos
fríos y secos y veranos calurosos, con temperaturas que refrescan por la tarde-noche
por tener dos estaciones: una seca que comprende los meses de verano y una húmeda
10
Figura 2. Localización del Municipio del Escorial en la Comunidad de
Madrid (izquierda) y vista aérea del Centro de Naturaleza Cañada Real
(derecha).
El experimento se llevó a cabo con dos especies, el ciervo y la oveja. Los animales
nacieron en cautividad y procedían de zonas sin presencia de lobo. La instalación de los
ciervos tenía un perímetro de 205 m y una superficie total de 2.650 m2. Sin embargo, la
instalación de las ovejas es más pequeña debido a los menores requerimientos de superficie de
estos animales. Dicha instalación poseía un perímetro de 62 m y una superficie total de 220
m2. Las dos instalaciones disponían de comederos, bebedero y un área de cobijo.
En el experimento se usaron 5 ciervos de diferentes sexos y edades y 5 ovejas de
diferente sexo y todas adultas (ver Tabla 1).
SUJETOS DE ESTUDIO
Especie Designación Sexo
I Hembra
Oveja (Ovis orientalis II Hembra
aries) III Macho
IV Hembra
V Hembra
I Macho-Adulto
Ciervo (Cervus elaphus) II Macho-Joven
III Hembra-Adulta
IV Macho-Cría año
V Macho-Cría año
11
a cabo un muestreo “ad libitum” en la instalación de los ciervos y en la de las ovejas con el fin
de reconocer individualmente a los animales y familiarizarse con las pautas de conducta y los
tipos de muestreo y registro utilizados posteriormente durante las fases experimentales (fase
preliminar).
Una vez identificados los individuos y las pautas de conducta, se realizó la fase
control en la cual las dos especies presa no fueron sometidas a ningún olor. Para el registro
diario de los datos comportamentales se utilizaron dos tipos de muestreo, un muestreo de
conducta mediante registro continuo durante una hora y un muestreo de barrido con registro
instantáneo a intervalos de dos minutos durante media hora (Martin y Bateson 1993). Ambos
tipos de muestreo se realizaron de forma simultánea. En la fase control de olor se utilizó
colonia y se procedió a la recolección de datos comportamentales como se ha descrito en la
fase control. Finalmente, en la fase con olor fecal de depredador los ungulados fueron
sometidos al olor fecal de lobo para simular riesgo de depredación. Las heces fueron
colocadas en cuatro puntos de cada instalación donde previamente se colocó la colonia en la
fase anterior y se realizaron las observaciones comportamentales siguiendo la metodología
descrita previamente. En cada instalación, los estímulos olorosos (colonia o heces lobo)
usados en cada fase experimental se renovaron diariamente por la mañana, antes de iniciar la
toma de datos. Una vez depositados éstos, se esperaba 5 minutos para iniciar los muestreos de
barrido y conducta. El muestreo ad libitum duró 20 días y cada fase experimental duró 5 días.
DISEÑO EXPERIMENTAL
Fases Registro datos Duración (días) Fecha
Ad libitum Familiarización con
sujetos de estudio y pautas 20 10 - 30/11/2014
de conducta
Fase control Muestreos de barrido
(sin olor) (registro instantáneo) y de 5 31/03 - 4/04/2014
conducta (registro
continuo).
Fase control con olor Muestreos de barrido
(colonia) (registro instantáneo) y de 5 7/04 - 11/04/2014
conducta (registro
continuo).
Fase con olor depredador Muestreos de barrido
(heces lobo) (registro instantáneo) y de 5 28/04 - 2/05/2014
conducta (registro
continuo).
Tabla 2. Diseño experimental, indicando las distintas fases del estudio, muestreo y registros
utilizados para los datos comportamentales, duración y fecha de cada fase.
12
3.3. Recolección de muestras fecales de lobo para la simulación del olor de
depredador
Previamente al inicio del experimento con olor de depredador se recogieron heces
frescas de todos los lobos alojados en las instalaciones del centro Cañada Real. Las heces se
acumularon en el congelador a -20ºC en una única bolsa etiquetada con la fecha, la hora y la
especie. Antes de su uso las heces fueron homogeneizadas para evitar sesgos en los resultados
debido a que los compuestos volátiles de las heces varían en función del sexo, edad y estado
reproductor (Raymer et al. 1985, Martín et al. 2010). Cuando las heces estaban bien
mezcladas se procedió a separar una submuestra en bolsas independientes a fin de facilitar la
renovación diaria del estímulo oloroso de depredador y evitar la pérdida de compuestos
volátiles. Estas submuestras fueron congeladas a -20ºC hasta su uso y se descongelaron a
temperatura ambiente antes de ser usadas como estímulo oloroso.
interacciones amistosas, centinela y agrupamiento (ver Tabla 3). Las dos últimas pautas
que ocurren con poca frecuencia como es el caso de los olfateos, interacciones, etc. que
13
TIPO DE CONDUCTA DESCRIPCIÓN
Alerta-Vigilancia Esta conducta incluye pautas como mantenerse alerta y otras
que tienen que ver con los sentidos. El animal enfoca las
orejas al punto de emisión de una señal o mira fijamente al
punto de emisión de la misma.
Forrajeo El animal se alimenta de herbáceas o leñosas, rumia, mastica
o bebe.
Actividad Se considera cualquier actividad que realice un animal e
incluya un desplazamiento o patrón motor. En esta categoría
se encuentran caminar, galopar, saltar, correr.
Inactividad Cuando el animal se encuentra durmiendo, acostado, sentado
o inactivo de forma distendida, sin que esta inactividad sea
provocada. No confundir con congelamiento.
Congelamiento El animal se queda paralizado e inmóvil, tenso en vez de
relajado. Los congelamientos son una reacción a estímulos
aversivos que producen miedo. Lo hacen los ciervos ante un
peligro. No confundir con descanso.
Olfatear Aquellos comportamientos que implican una inspección
sensorial olfativa de la fuente del estímulo.
Arañar Un animal patea o escarba con las patas en el suelo.
Frotarse Un animal se restriega contra objetos verticales como los
árboles.
Interacción agonística Son las interacciones que suceden en contextos agresivos
entre dos o más individuos, como trabar astas, patear,
embestir, perseguir, amenazas corporales y ataques directos.
Interacción amistosa Son aquellas interacciones que ocurren en contextos no
agresivos entre dos o más individuos, generalmente incluyen
acicalamientos, olfateos y contactos de reconocimiento.
Centinela Un animal o varios del grupo no realizan la misma actividad
que la mayoría, se quedan en estado de alerta mientras los
demás realizan otra actividad, generalmente alimentación. El
animal/-es puede cambiar el turno con otro individuo del
grupo.
Agrupamiento Un grupo de animales que se reúne muy cerca unos de otros,
a menos de un cuerpo, ante un estímulo.
14
Para las variables continuas (tiempo medio dedicado a diferentes conductas) antes de
realizar los modelos estadísticos se comprobó si cumplían los supuestos de normalidad (Test
de Kolmogorov-Smirnov) y homogeneidad de varianzas (test de Levene) y, cuando esto no
ocurría, se realizó la transformación logarítmica (Ln). Los comportamientos de
alerta/vigilancia, forrajeo, actividad e inactividad en ciervos y ovejas fueron analizados
mediante Modelos Lineales Generales (MLG) usando como factores la edad relativa
(subadulto/adulto), el sexo (macho/hembra) y la fase experimental (control/colonia/olor fecal
lobo) en cada modelo. En ovejas no se introdujo el factor edad en los modelos ya que eran
todas adultas. Para las variables independientes que salieron significativas en los modelos y
tienen más de dos categorías se usó el test de Turkey para múltiples comparaciones post hoc.
El test estadístico Chi-cuadrado (2) se usó para comprobar la independencia entre las
frecuencias observadas y las esperadas de las distintas variables (comportamientos “olfatear”
y “agruparse”). Se emplearon tablas de contingencia con variables nominales, para contrastar
la independencia de las variables de la tabla. Los estadísticos usados fueron los siguientes:
- 2 : cuando en la tabla menos del 20% de las frecuencias esperadas eran
menores que 5. En tablas de 2x 2 donde g.l. = 1 se usó la corrección de continuidad de
Yates.
- Pruebas Exactas de Monte Carlo: Cuando más del 20% de las frecuencias esperadas en
una tabla de contingencia eran menores que 5. En tablas de 2x2 se utilizó el Estadístico
Exacto de Fisher y en el resto de los casos el estadístico 2.
El nivel de significación estimado para rechazar la hipótesis nula fue p<0,05. Los
datos son presentados como la media ± error estándar (SE). El software empleado para
realizar los análisis estadísticos de los datos fue el SPSS 22.0 para Windows 7 (SPSS Inc,
Chicago, IL, U.S.A.).
15
4. RESULTADOS
4.1. Tiempo invertido en alerta/vigilancia por ciervos y ovejas
Los resultados del Modelo Lineal General indicaron que el sexo fue el único factor
que explicó la variación en el tiempo que dedicaron los ciervos al comportamiento de
alerta/vigilancia. Sin embargo, los factores edad y fase experimental no resultaron
significativos (Tabla 4A). El tiempo medio que dedicó la hembra a realizar esta conducta fue
mayor que el que dedicaron los machos (9,47±1,40 vs 4,10±0,46 min). El tiempo medio
invertido en alerta/vigilancia fue similar en las dos primeras fases experimentales (control:
4,96±0,65 min; colonia: 4,48±0,77 min) y aumentó en la fase de olor fecal de depredador
(6,08±1,20min) (Fig. 3). Al analizar como variaba el tiempo medio empleado en
alerta/vigilancia a lo largo de los días del experimento, se observó que éste aumentaba
significativamente el primer día que se sometió a los ciervos al olor fecal de lobo (día 11) para
luego descender a los niveles detectados en los días previos al tratamiento con olor (Fig. 4)
(ANOVA: F=0,808, g.l.=14, p=0,658, n=74).
CIERVOS
Variable respuesta Factores g.l. F P
Edad 1 2,28 0,136
A. Alerta/vigilancia Sexo 1 13,67 0,000
Fase 2 1,45 0,241
Edad 1 0,03 0,870
B. Forrajeo Sexo 1 1,95 0,167
Fase 2 4,44 0,016
Edad 1 9,36 0,003
C. Actividad locomotora Sexo 1 0,33 0,566
Fase 2 2,06 0,135
Edad 1 0,12 0,733
D. Inactividad Sexo 1 1,01 0,318
Fase 2 2,85 0,065
16
8
16
14
Tiempo medio (± SE) (min)
12
10
8
6
4
2
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15
Días experimento
Los resultados del Modelo Lineal General indicaron que ni el sexo ni la fase
experimental explicaron la variación en el tiempo que dedicaron las ovejas al comportamiento
de alerta/vigilancia (Tabla 5A).
17
OVEJAS
Variable respuesta Factores g.l. F P
Sexo 1 0,00 1,000
A. Alerta/vigilancia Fase 2 0,23 0,795
Sexo 1 0,52 0,475
B. Forrajeo Fase 2 0,43 0,653
Sexo 1 1,84 0,180
C. Actividad Fase 2 0,18 0,834
locomotora
Sexo 1 0,34 0,560
D. Inactividad Fase 2 0,27 0,768
20
b
a
Tiempo medio (± SE)
15
a, b
(min)
10
0
Fase control Fase colonia Olor fecal lobo
4,5
4
Tiempo medio (± SE)
3,5
3
2,5
(min)
2
1,5
1
0,5
0
Adulto Subadulto
Figura 6. Tiempo medio invertido por los ciervos en actividad locomotora en función
de la edad relativa.
19
En el caso de las ovejas, ninguna de los factores considerados en el modelo influyeron
sobre el tiempo dedicado a la inactividad (Tabla 5D).
14
a
Tiempo medio (± SE)
12
10
a
(min)
8
6
4
2
0
Fase control Fase colonia Olor fecal lobo
Figura 7. Tiempo medio invertido por los ciervos en inactividad en función de la fase
experimental. La letra (a) indica entre que categorías de la variable “fase
experimental” existen diferencias significativas usando múltiples comparaciones post
hoc (test deTurkey).
20
35
a
30 b
Número de olfateos
25
20
15
10 a, b
5
0
Control Colonia Olor fecal lobo
Figura 8. Número de olfateos realizados por los ciervos durante las diferentes fases
experimentales. Las letras indican entre que categorías de la variable “fase
experimental” existen diferencias significativas usando el test chi-cuadrado.
21
35 a
b
30
Número de olfateos
25
20
15
a, b
10
0
Control Colonia Olor fecal lobo
Figura 9. Número de olfateos realizados por las ovejas durante las diferentes fases
experimentales. Las letras indican entre que categorías de la variable “fase
experimental” existen diferencias significativas usando el test chi-cuadrado.
fecal de lobo (χ2=5,41, g.l.=1, p=0,02; Fig. 10). Sin embargo, los agrupamientos ocurrieron
con una frecuencia similar entre la fase control y colonia (χ2=1,07, g.l.=1, p=0,308; Fig. 10).
160 b
Número de agrupamientos
140 a
120
100
a, b
80
60
40
20
0
Control Colonia Olor fecal lobo
Figura 10. Número de agrupamientos realizados por los ciervos durante las diferentes
fases experimentales. Las letras indican entre que categorías de la variable “fase
experimental” existen diferencias significativas usando el test chi-cuadrado.
22
En ovejas los agrupamientos fueron significativamente más frecuentes durante la fase
control, seguida de la fase con colonia y cuando menos ocurrieron fue durante la fase con olor
fecal de lobo (Fig. 11). Se observaron diferencias significativas entre las siguientes fases:
control-olor fecal de lobo (χ2=10,53, g.l.=1, p=0,0001; Fig. 11), control-colonia (χ2=10,53,
g.l.=1, p=0,0001; Fig. 11) y colonia-olor fecal lobo (χ2=5,41, g.l.=1, p=0,023; Fig. 11).
120 a, b
Número de agrupamientos
100
80
a, c
60
b, c
40
20
0
Control Colonia Olor fecal lobo
Figura 11. Número de agrupamientos realizados por las ovejas durante las diferentes
fases experimentales. Las letras indican entre que categorías de la variable “fase
experimental” existen diferencias significativas usando el test chi-cuadrado.
5. DISCUSIÓN
25
6. CONCLUSIONES
Para finalizar, se puede concluir que los ciervos sí que reconocen el olor fecal de lobo
como un potencial depredador, sin embargo las ovejas no respondieron al olor fecal de lobo.
Ante esta situación podríamos decir que en el caso de los ciervos, la capacidad de
reconocimiento y respuesta ante el depredador parece ser innata (Apfelbach et al., 2005),
mientras que en esta capacidad podría ser adquirida y no innata o se ha perdido durante el
proceso de domesticación sufrido por las ovejas. Los ciervos mostraron cambios en el
comportamiento ante el olor fecal de lobo, aumentaron la alerta/vigilancia y la inactividad
reduciendo el forrajeo y la actividad locomotora. Estas respuestas antidepredatorias también
variaron en relación a características individuales como el sexo y edad de los individuos. El
olfateo aumentó en ambas especies en las fases experimentales con olor, probablemente por el
estímulo ante un olor nuevo y desconocido. La reducción en el comportamiento de
agrupamiento de ambas especies ante el olor fecal de depredador parece estar condicionada
por las características del medio al estar en cautividad. Por lo tanto, los olores de un depredador
son señales relevantes para las presas al indicar un incremento en el riesgo de depredación pero el
comportamiento de investigación olfativa es un componente importante del proceso de valoración
del dicho riesgo y las respuestas a las señales de un depredador parecen depender del contexto, la
experiencia anterior y de cada individuo.
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8. AGRADECIMIENTOS
El presente trabajo no habría sido posible sin la inestimable ayuda de la Dr. Isabel Barja
y de Álvaro Navarro Castilla, los cuales me han dirigido este proyecto.
Agradecer también al Centro de Naturaleza Cañada Real por permitirme ir allí a realizar
mis experimentos.
Por último quisiera agradecer a mis compañeros de grado, Mario Martínez Monleón,
por sus consejos durante nuestras conversaciones acerca de nuestros respectivos trabajos, y a
Elena de las Heras López por el transporte hasta el Centro Cañada Real el día que tuve que ir
a recoger las muestras que había tomado durante el proceso experimental.
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