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Una
aproximación a la clínica winicottiana de
las personalidades falsas
por More Riera, Leandro Demian
Introducción
Además, otro indicio de dicha rigidez defensiva se vuelve aún más claro:
Will se muestra incapaz de poder abrirse emocionalmente ante los otros,
en particular vemos esto en su relación con una joven que conoce en un
bar de la universidad, Skyler. Toda la relación con ella está marcada por el
despliegue de intelectualizaciones y comentarios elocuentes, pero
evasivos, hasta que llega el momento en que es convocado por fuera de
todo control. Hay una escena, promediando la película, en la que
encontramos a la pareja durmiendo juntos. Skyler invita a Will a irse a
California, y esto descoloca a Will, quien se siente presionado y, mediante
excusas y algunas reacciones agresivas, huye y deja a su novia. Si bien
más adelante se abordará este tema, lo ocurrido es un claro ejemplo de
cómo, cualquier situación que implique la falta de control enfrenta a Will
con el desamparo (sentido como un ser presionado) que podría dar lugar a
la aniquilación, podríamos decir, de su self verdadero. Si seguimos lo
postulado por el autor inglés, el falso self demuestra sus fallas cuando el
sujeto es requerido como persona total (Winnicott, 1960), o sea, cuando
se precisa que el sujeto pueda disponer tanto de sus componentes de
acatamiento al ambiente (de las identificaciones que toma del ambiente)
como de su creatividad y espontaneidad. Implicaría que sea capaz de
establecer cierto tipo de relación con los objetos más allá del buen
comportamiento socialmente adaptado, que pueda abrirse
emocionalmente ante los demás. Creemos que a Will se le torna imposible
poder ceder parte de sus defensas para que algo del verdadero self se
comunique, y notamos esto en todo lo dicho anteriormente. Y, teniendo en
cuenta que para que el self verdadero se manifieste tiene que haber cierta
confianza en el ambiente (Winnicott, 1960), un ambiente suficientemente
bueno, nos podríamos permitir hipotetizar una falla ambiental en el
desarrollo emocional de Will, que no permitió lograr la suficiente
confiabilidad y, por lo tanto, dejó truncado el desarrollo subjetivo (que
vemos, en el caso del muchacho, en la incapacidad de establecer cierto
tipo de relación objetal que implique el compromiso como sujeto
deseante).
Según Winnicott, “solo el self verdadero puede ser creativo, y solo el self
verdadero puede sentirse real. Mientras que un self verdadero se siente
real, la existencia de un self falso da por resultado una sensación de
irrealidad o futilidad” (Winnicott, 1960: 193). Podemos ubicar en Will, a
partir del recorte realizado, el sentimiento de futilidad descrito por
Winnicott. La explotación de su intelecto por el self falso da cuenta de la
incapacidad tanto de jugar (en el sentido de abocarse a ciertas
experiencias culturales) como de utilizar los objetos más allá de
relacionarse proyectivamente con ellos: Will vive en un mundo, tal como le
dice su novia en la escena relatada, en donde nadie lo reta (en el sentido
de ser desafiado), sus amigos están junto a él pese a todo, sin ninguna
exigencia, y transita una vida rutinaria entre un trabajo (que no hace
justicia a su capacidad intelectual, con el detalle de trabajar en una
universidad importante, y poseyendo un intelecto brillante) y vagar.
Por otra parte, ¿qué pasa con los fenómenos transicionales en Will? Si
tenemos en cuenta que, según Winnicott (1971), los fenómenos
transicionales aparecen cuando una madre suficientemente buena permite
un grado de confiabilidad tal que es posible, sin aun abandonar la
omnipotencia, comenzar a interactuar, por así decirlo, con la realidad
exterior sin que esta se vuelva intrusiva. Es decir que dan cuenta de que
Tal vez estas fallas puedan ser revisitadas en el contexto de una terapia
donde la confiabilidad del marco terapéutico lo permita, siendo el
encuentro con un terapeuta retirado, Sean, lo que comenzará un proceso
de cambio subjetivo en Will en el entre dos de la transferencia.
Winnicott establece como fundamental para los casos como este, en los
que “puede ser necesaria una regresión” (Winnicott, 1960a: 214) brindar al
sujeto la posibilidad de revisitar aquellas fallas en el ambiente que
tuvieron como resultado la formación del falso self patológico (Bareiro,
2012), a partir de que el paciente encuentre en el encuadre y el analista
una confianza y sostenimiento suficiente. En los casos como los de Will,
donde las diversas manifestaciones sintomáticas dan cuenta de cierta
formación patológica del falso self, “la provisión y el mantenimiento del
encuadre son más importantes que la tarea interpretativa” (Winnicott,
1964: 123). El paciente no comenzará a trabajar a menos que se le
brinden ciertas condiciones, cierta confiabilidad (Winnicott, 1964), o sea,
para que el paciente pueda volver a revivir la experiencia de fracaso del
ambiente que, según Winnicott (1954a) permanece congelada, se vuelve
necesaria una regresión a la dependencia sostenida por el analista, para
que el verdadero self pueda hacer frente a estas fallas sin necesidad de
esconderse tras el falso self, ahora teniendo como soporte un ambiente
suficientemente bueno.
Los aportes de otra analista, Joyce McDougall, nos pueden ser de utilidad
para aclarar esta cuestión y abocarnos a lo que sucede entre Sean y Will.
Sean le dice a Will que se quedó pensando en todo lo que le había dicho,
hasta que se le ocurrió algo y rápidamente dejo de pensar en el. Le dice
que es un niño, y que no sabe lo que dice. Podemos decir que de lo que
se trata en este momento es de un intento, por parte del terapeuta, de
significar esta palabra-acto plasmada en los ataques al encuadre y a el
mismo. Sean le llega a decir que lo que le dijo lo hizo pedazos. Podríamos
permitirnos hipotetizar que en realidad quien está hecho pedazos es el
propio Will, que se muestra según Sean como un niño asustado, y el
terapeuta está poniendo esto en palabras a partir de la aprehensión
contratransferencial.
El inminente derrumbe
Más allá del amor que Skyler le tenga, todo lo que ella le dice es tomado,
por el joven, como un reclamo, como una presión. Tal vez Will no se
encontraba aún preparado para dejar caer sus defensas, y esta
imperfección de la que hablamos anteriormente se le presentó como una
realidad dejándolo sin otros recursos que, nuevamente, la agresividad y la
invulnerabilidad. No debemos olvidar que, ya desde Freud, sabemos que
el síntoma es la solución que encontró un sujeto frente a un conflicto. Las
conducta evasiva de Will, la invulnerabilidad y la desafectivización son
soluciones que le permiten mantener cierta cohesión yoica. Es por esto
que se hace necesario que el derrumbe se de en el marco transferencial,
con el sostenimiento que implica (Winnicott, 1963). Es clara al respecto la
escena en la que vemos a Sean discutiendo con Lambeau, donde el
terapeuta le pide que no presione a Will, que el aun no esta preparado
para asumir ciertas exigencias, que su falta de compromiso es una forma
de anticiparse a las situaciones de abandono que lo enfrenta con el
propio, cuando era un niño.
Sostenimiento y transferencia
La última sesión nos muestra a un Will distinto, que opto por uno de los
trabajos que le ofrecía Lambeau, y dice que eso es lo que quiere hacer.
Sean lo felicita, y le dice que terminaron, que es todo y que ya es libre.
Will, acongojado, le pregunta si va a estar en contacto con el. Su
terapeuta le dice que sí, aunque va a ser difícil por un tiempo ya que se
irá de viaje. Will le da las gracias, y su terapeuta también lo hace. Sin
embargo, ya en el final, Will deja una nota a Sean en la que le dice que si
ve al profesor Lambeau, le pida disculpas, pero que optó por ir tras su
chica (recordemos que Skyler se había ido a California).
Bibliografia
Bareiro, J. M. (2012). Clínica del uso del objeto: La posición del analista
en la obra de D. W. Winnicott, Letra Viva, Buenos Aires, 2012.
NOTAS
COMENTARIOS
Es una encrucijada y una película, como decís vos, pero una vez alguien
me dijo que todo caso clínico es un recorte que el analista hace y no es
muy lejos a lo que hacemos cuando analizamos una película ¿No? Nunca
sabemos todo. Desde ese punto yo veo a la película más cercana a la
psicología del yo (en la relación Will-Sean) y si bien la del lago pudo ser
una buena intervención creo que, por lo general, Sean es un buen ejemplo
de lo que no debería hacer un analista.
En función del final, toda elección deja por fuera algo. Algo perdemos. Eso
no esta en cuestión. El punto es que no se si se pone en juego algo del
orden de la elección en esta historia ya que, en definitiva, Will se escapa y
ahí está la repetición. En la forma. No en irse a buscar a su novia. Sino en
no hacerse cargo, una vez más. Deja el trabajo plantado, al profesor,
busca que otra lo expuse y se va.
Me parece muy interesante la pregunta de que deseo se pone en juego al
ir a buscar a la chica al final, aunque me parece que refuerza mi punto:
Sean funcionó ahí no como holding,no como ambiente suficientemente
bueno, sino como modelo yoico a seguir (desde ya, es mi apreciación
personal).
Hola Yanina. Ante todo, gracias por tomarte el tiempo de leer el trabajo.
Voy al primer punto que mencionas. Coincido en lo que decís, y mismo en
el trabajo lo aclaro (tal vez no lo suficiente):
"bajo ningún punto de vista podemos tomar la reacción de Sean como otra
cosa que no sea un salirse de la actitud profesional. Hay un punto no
analizado en el terapeuta que se mantiene a lo largo de la película: el
fallecimiento de su mujer. Y esto no analizado, no elaborado, actúa como
los puntos ciegos freudianos que impiden la posición analítica de
neutralidad y abstinencia, cosa que justifica (y establece como necesario)
el análisis personal."