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EQUIPOS DE

NUESTRA
S E ÑO RA DE
JÓVENES
¡¡ARRANCAMOS!!

¡¡Comienza el curso equipista!! Empieza un año más, un año más creciendo en la Fe,
pero no creciendo solo, sino rodeado de tus hermanos equipistas. Empieza con ganas,
pero que éstas no se pierdan, sino que vayan creciendo a lo largo del curso, y eso
depende de ti.

Aprovecha esta oportunidad que la vida te da de poder disfrutar de tu Fe libremente, y


ya no sólo eso, sino además, de vivirla rodeado de otros jóvenes como tú. Involúcrate
en tu equipo, ¡pero no te quedes ahí! Participa también de la vida común de los
equipos, los actos comunes sirven de energía y enlace de confianza para seguir
cogiendo fuerzas y ganas.

Espero que este año sea fructífero, que los equipos te llenen en varios ámbitos de tu
vida, pon también de tu parte para que eso sea así, ¡¡¡y la ecuación saldrá perfecta!!!

Aprovecha, implícate y disfruta, la Fe individual se apaga, hay que compartirla


siempre.

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REUNIÓN DE OCTUBRE.
Penitencia y examen de conciencia.

1. ORACION INCIAL:

ORACIÓN DEL PAPA SAN JUAN XXIII

Sólo por hoy trataré de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de
mi vida todo de una vez.

Sólo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto: cortés en mis maneras; no
criticaré a nadie y no pretenderé mejora o disciplinar a nadie, sino a mí mismo.

Sólo por hoy seré feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no sólo en
el otro mundo sino en éste también.

Sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se
adapten a mis deseos.

Sólo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura, recordando
que, como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es
necesaria para la vida del alma.

Sólo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie.

Sólo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer y, si me sintiera ofendido
en mis sentimientos, procuraré que nadie se entere.

Sólo por hoy me haré un programa detallado. Quizá no cumpliré cabalmente, pero lo
redactaré. Y me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión.

Sólo por hoy creeré firmemente –aunque las circunstancias demuestren lo contrario-
que la buena providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie más existiera en el
mundo.

Sólo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo a gozar de lo
que es bello y de creer en la bondad.

Puedo hacer bien durante doce horas, lo que me descorazonaría si pensara tener que
hacerlo durante toda mi vida.

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2. PPV

Oración

Personalización

Misión: en la familia y en la sociedad

Participación en la vida en los Equipos

-¿Qué he hecho yo hoy o esta semana por mis hermanos de manera desinteresada?
¿Qué podría hacer?

-¿Cómo podemos concretar la misericordia y el sacrificio-ofrenda en nuestra vida?


¿Nos aceptamos el uno al otro desde estas actitudes evangélicas? ¿Aceptamos que
nuestro hermano nos lo recuerde?

-Cuando hago mi oración, ¿soy consciente de pertenecer a la Iglesia que es el Cuerpo


de Cristo? ¿Es para mí, un motivo de acción de gracias?

-Cuando rezo por los otros, ¿pienso que mis hermanos son miembros del mismo
Cuerpo, o llamados a formar parte del mismo? ¿Asumo como propias las intenciones
de la Iglesia?

3. TEMA

La penitencia, reconciliación o confesión es el sacramento mediante el cual recibimos


el perdón de Dios por nuestros pecados. Jesús confió en sus apóstoles, de modo que
les dio la posibilidad de perdonar los pecados en nombre de Dios. Así lo vemos en los
Evangelios:

- “Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan


perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.” Juan 20, 23
- “Pues para que sepáis que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de
perdonar pecados dice entonces al paralítico: «Levántate, toma tu camilla y
vete a tu casa». Él se levantó y se fue a su casa. Y al ver esto, la gente temió y
glorificó a Dios, que había dado tal poder a los hombres.” Mateo 9, 6-7
- “Confesaos, pues, mutuamente vuestros pecados y orad los unos por los otros,
para que seáis curados. La oración ferviente del justo tiene mucho poder.”
Santiago 5, 16

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Todos nosotros quedamos expuestos a caer en el pecado a pesar de haber sido
bautizados, donde quedamos libres de todo pecado. Sin embargo, ninguno de
nosotros está eximido de tener caídas.

Jesús nos enseñó el Padre Nuestro donde decimos: “Perdona nuestras ofensas, como
también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”, y esto es infrecuente, sino que
está presente en nuestro día a día. Podríamos decir que es algo inseparable a los
humanos, de hecho el apóstol S. Juan dice también: «Si decimos: ‘no tenemos pecado’,
nos engañamos y la verdad no está en nosotros» (1 Jn 1,8).

En el catecismo de la iglesia católica encontramos:

- Se le denomina sacramento de conversión porque realiza sacramentalmente la


llamada de Jesús a la conversión (cf Mc 1,15), la vuelta al Padre (cf Lc 15,18) del
que el hombre se había alejado por el pecado.
Se denomina sacramento de la penitencia porque consagra un proceso
personal y eclesial de conversión, de arrepentimiento y de reparación por parte
del cristiano pecador.
- Se le denomina sacramento de la confesión porque la declaración o
manifestación, la confesión de los pecados ante el sacerdote, es un elemento
esencial de este sacramento. En un sentido profundo este sacramento es
también una "confesión", reconocimiento y alabanza de la santidad de Dios y
de su misericordia para con el hombre pecador.
- Se le denomina sacramento del perdón porque, por la absolución sacramental
del sacerdote, Dios concede al penitente "el perdón [...] y la paz" (Ritual de la
Penitencia, 46, 55).
- Se le denomina sacramento de reconciliación porque otorga al pecador el amor
de Dios que reconcilia: "Dejaos reconciliar con Dios" (2 Co 5,20). El que vive del
amor misericordioso de Dios está pronto a responder a la llamada del Señor:
"Ve primero a reconciliarte con tu hermano" (Mt5, 24).

Las partes del sacramento de la penitencia son:

- El examen de conciencia: nos pide examinar cuáles han sido nuestros pecados
de pensamiento, palabra, obra y omisión cometidos desde la última confesión.
- La contrición o arrepentimiento: sale de nuestro corazón, dándonos cuenta que
nos hemos equivocado y salido del camino del Señor, donde también se incluye
el propósito de no volver a pecar.
Se tiene el dolor perfecto o contrición cuando se arrepiente de los propios
pecados porque se ha ofendido a Dios, infinitamente bueno y digno de ser
amado: cuando el dolor nace del amor desinteresado a Dios, es decir, de la
caridad.
- La Confesión: donde nos abrimos ante el Sacerdote.

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- La absolución del sacerdote: nos concede el perdón en nombre de Dios.
- La satisfacción o penitencia: El sacerdote con facultad de absolver, después de
haber indicado la penitencia, y haber dado consejos apropiados si le pareciera
oportuno o si el penitente mismo lo pide. Es decir, cumplimos los actos u
oraciones que el confesor impone al penitente.

“Quienes se acercan al sacramento de la penitencia obtienen de la misericordia de Dios el


perdón de la ofensa hecha a Él y al mismo tiempo se reconcilian con la Iglesia, a la que hirieron
pecando, y que colabora a su conversión con la caridad, con el ejemplo y las oraciones” (Lumen
gentium, 11).

Breve examen de conciencia

A continuación las 30 preguntas propuestas por el papa Francisco para hacer una
buena confesión:

En relación a Dios

1. ¿Solo me dirijo a Dios en caso de necesidad?


2. ¿Participo regularmente en la Misa los domingos y días de fiesta?
3. ¿Comienzo y termino mi jornada con la oración?
4. ¿Blasfemo en vano el nombre de Dios, de la Virgen, de los santos?

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5. ¿Me he avergonzado de manifestarme como católico?
6. ¿Qué hago para crecer espiritualmente, cómo lo hago, cuándo lo hago?
7. ¿Me revelo contra los designios de Dios?
8. ¿Pretendo que Él haga mi voluntad?

En relación al prójimo

9. ¿Sé perdonar, tengo comprensión, ayudo a mi prójimo?


10. ¿Juzgo sin piedad tanto de pensamiento como con palabras?
11. ¿He calumniado, robado, despreciado a los humildes y a los indefensos?
12. ¿Soy envidioso, colérico, o parcial?
13. ¿Me avergüenzo de mis hermanos, me preocupo de los pobres y de los enfermos?
14. ¿Soy honesto y justo con todos o alimento la cultura del descarte?
15. ¿Incito a otros a hacer el mal?
16. ¿Observo la moral conyugal y familiar enseñada por el Evangelio?
17. ¿Cómo cumplo mi responsabilidad en la educación de mis hijos?
18. ¿Honro a mis padres?
19. ¿He rechazado la vida recién concebida?
20. ¿He colaborado a hacerlo?
21. ¿Respeto el medio ambiente?

En relación con nosotros mismos

22. ¿Soy un poco mundano y un poco creyente?


23. ¿Como, bebo, fumo o me divierto en exceso?
24. ¿Me preocupo demasiado de mi salud física, de mis bienes?
25. ¿Cómo utilizo mi tiempo?
26. ¿Soy perezoso?
27. ¿Me gusta ser servido?
28. ¿Amo y cultivo la pureza de corazón, de pensamientos, de acciones?
29. ¿Nutro venganzas, alimento rencores?
30. ¿Soy misericordioso, humilde, y constructor de paz?

“El confesionario es un encuentro con Jesús, que nos espera como somos. Ve otra vez… Él
siempre nos espera.” Papa Francisco

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4. PREGUNTAS:

-¿Por qué hay un sacramento de Reconciliación después del Bautismo? ¿Lo crees
necesario en tu vida como cristiano? ¿Confiesas a menudo? ¿Cumples la penitencia
que se te impone?

-¿Qué pecados crees que deben confesarse?

-¿Realmente sientes la necesidad de confesarte? ¿Te sientes mejor tras la confesión?

-¿Sientes dificultades a la hora de confesar? ¿Cómo las superas?

-¿Has sentido arrepentimiento o has confesado un pecado aun previniendo que antes
o después recaerás?

"Hay gente que tiene miedo de acercarse a la Confesión y olvidan que allí no encontrarán un
juez severo, sino al Padre inmensamente misericordioso" Papa Francisco.

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5. MAGNIFICAT

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi


Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha


hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus
fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del
trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de
bienes y a los ricos despide vacíos.

Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había


prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por
siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y


siempre por los siglos de los siglos.

Amén.

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REUNIÓN DE NOVIEMBRE.
Noviazgo cristiano.

1. ORACIÓN
¡Bendito seas tú, Dios de nuestros padres,
y bendito sea tu Nombre
por todos los siglos de los siglos!
Bendíganse los cielos, y tu creación
entera, por los siglos todos.
Tú creaste a Adán y para él creaste a Eva, su mujer;
para sostén y ayuda y para que de arribos
proviniera la taza de los hombres.
No es bueno que el hombre se halle solo;
hagámosle una ayuda semejante a él.
Yo no tomo a esta mi hermana con deseo impuro,
mas con recta intención.
Ten piedad de mí y de ella
y podamos llegar juntos
a nuestra ancianidad. Amén

2. PPV
Oración
Personalización
Misión: Familia y sociedad
Participación en la vida de los equipos

• ¿He sido capaz de dedicarle a Jesucristo y a la Virgen María, un rato de


oración algún día?, ¿Cuándo rezo, estoy rezando o estoy realmente pensando
en mis preocupaciones del día a día?, ¿He asistido a la adoración del Santísimo
en alguna Iglesia?
• ¿He sido capaz de comerme mi orgullo y rectificar ante un acto que sé
que no he actuado de la mejor manera posible?, ¿Me he tomado en serio el
PPV?
• ¿Valoro cada día a mi familia?, ¿Valoro todo lo que han hecho por mí?,
¿Con mi pareja y mis amistades, he actuado conforme a mis valores cristianos?,
¿Intento trasmitir mi fe a los que me rodean?

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• ¿Intento que el movimiento de los Equipos de Nuestra Señora tenga un
papel protagonista en mi vida cristiana, o lo considero un añadido mensual?
Respecto a los actos comunes, ¿Qué importancia les doy? Los motivos por los
que no asisto, ¿Son verdaderos motivos, o me dejo llevar por la timidez o la
pereza?

3. TEMA DE LA REUNIÓN

Concepto del noviazgo cristiano


El noviazgo es una relación formal de un chico y una chica que, después de un
período en el cual fueron amigos, comprenden que hay algo más que una amistad. El
noviazgo es fruto y expresión de amor, de algo que inició con compañerismo, amistad,
y por el descubrimiento de su compatibilidad en este tiempo, piensan en un
futuro juntos por medio del matrimonio. El noviazgo es el período de preparación para
el matrimonio. En el noviazgo ambos empiezan a comprometerse formalmente para
casarse más adelante. Muchos
adolescentes destruyen etapas de su
vida sin saborear bien lo que es una
auténtica amistad y no dan tiempo
para que la amistad dé frutos. Piensan
que porque se entienden bien con su
nueva amistad inmediatamente
tienen que ser novios.

Características del noviazgo


El noviazgo es un tiempo perfecto para dialogar, conocerse mejor y comprenderse
más. Durante el noviazgo, es maravilloso descubrir quién es la otra persona y para eso
se necesita tiempo. Ambos jóvenes van a intentar conocerse más, vivir más de cerca y
dialogar más para estar bien preparados para el matrimonio. La causa de que muchos
matrimonios fracasan es que hicieron un mal noviazgo. En el período del noviazgo, es
indispensable conocer bien a la pareja para saber bien con quién te vas a casar, porque
es una decisión para toda la vida.
Ser novio de una persona no te concede derecho alguno para que intervengas
demasiado en su vida, porque esa otra persona todavía no te pertenece, no es tuya. En
el período del noviazgo nadie tiene derecho a meterse en la vida de la otra persona y
presionarla a que decida una u otra cosa que tenga que ver con su vida familiar, sus
estudios, sus metas o sus gustos. Debe haber un gran respeto a la privacidad de la otra
persona. Un noviazgo auténtico no debe jamás perjudicar tu vida ni apartarte de Dios,
de tus estudios, tu vida cristiana o tu vida familiar.

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En tu vida cristiana, si tu novio te lleva al pecado o tu novia te aparta de Dios, ese
noviazgo no es del Señor, y por lo tanto no es un noviazgo verdadero. El novio o novia
que haga que el otro se pelee con su familia y destruya su vida familiar, no es bueno. Si
no te permite estudiar, es un egoísta. Son cosas fundamentales que un buen noviazgo
nunca debe afectar ni perjudicar. Los novios no son una sola carne, cosa que la Palabra
de Dios dice claramente con respecto al matrimonio.
Es muy importante que los novios, al entrar en ese período formal de relaciones
humanas, comprendan que el noviazgo no implica pertenencia. En el noviazgo nadie
posee al otro; cada uno es dueño solamente de sí mismo. Por lo tanto, cada uno debe
aceptar que hay fronteras que no deben traspasar. En realidad, lo que existe es un
atropello a la dignidad humana. Entonces no hay una relación de igualdad, sino de
dominio. En el noviazgo cada uno tiene que dar libertad al otro para que desarrolle su
propia personalidad y sea como quiera. Ambos jóvenes están en un proceso de
crecimiento y tienen derecho a decidir por sí mismos.

La sexualidad en el noviazgo
El amor no es sinónimo de sexo. Muchos novios creen que se aman porque se
entienden sexualmente. Entenderse sexualmente no significa amor. Hay que
puntualizar que existe una profunda diferencia entre una cosa y otra. El noviazgo no
concede ningún derecho a tomar posesión del cuerpo de la otra persona, porque él o
ella no te pertenecen. Cada persona es dueña solamente de sí misma. En el período
del noviazgo no existe ningún derecho para traspasar ciertas fronteras. En cambio,
dentro de la unión matrimonial, en cierto sentido los cónyuges sí se pertenecen. En el
matrimonio, los dos son uno solo; carne de su carne. Entonces, ya casados, el sexo es
una de las tantas expresiones de amor pero no la única. El amor está por encima
del sexo y es, en definitiva, lo que debe unir a la pareja. Hay muchas parejas de edad
avanzada en las que no hay nada de intimidad sexual, pero en cambio se aman
muchísimo y viven muy felices.
El problema con los jóvenes es que muchas veces queman etapas y confunden el
sexo con el amor. Cuando en la pareja hay intimidad sexual es porque existe
permanencia matrimonial, fidelidad, convivencia plena, garantía de perseverancia,
madurez y la bendición de Dios en esa unión.
Los jóvenes que han tomado la decisión de no tener una vida sexual activa antes
del matrimonio, reportan mayor felicidad y seguridad en el mismo. ¿Por qué algunos
jóvenes deciden tener, a pesar de los grandes riesgos, una vida sexual activa mientras
que otros prefieren la abstinencia? ¿Qué factores afectan esta elección? La conducta
sexual responde en alto grado a una serie compleja de factores psicológicos y
sociológicos. Entre los factores más importantes que determinan la conducta sexual
juvenil, podemos mencionar los siguientes:

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• -La influencia social. Nuestra sociedad definitivamente modela nuestro
conocimiento y actitudes sexuales, especialmente durante nuestra niñez y
adolescencia. La juventud actual ha crecido y está madurando dentro de
una cultura cargada de estimulación sexual. Casi todos los estudios que
examinan las fuentes de influencia a favor de una vida sexual activa
demuestran que la presión de grupo es la de mayor importancia, seguida
por la influencia de la televisión. Para muchos jóvenes el tener novio o
novia es vital para su estima propia.
Con el incremento continuo de mensajes sexuales en la televisión, los
jóvenes son bombardeados constantemente con mensajes eróticos.
Muchas de las series que atraen a una gran audiencia entre jóvenes, están
saturadas de mensajes sexuales.
• -Falta de educación sexual. Algunos padres temen que la educación
sexual preparará a sus hijos para tener experiencias sexuales prematuras.
Es notable que cuando los padres educan sexualmente a sus hijos, estos
siguen un camino más tradicional en su conducta sexual.
• -Falta de valores morales y religiosos. El problema grave consiste en
que no sólo los jóvenes, sino también sus padres, están confundidos acerca
de los diversos valores sexuales y morales que existen hoy y están
inseguros acerca de lo que desean comunicar a sus hijos. La transmisión de
altos valores morales a los hijos requiere que los padres les den buen
ejemplo. Es la falta de firmes principios morales en los hogares lo que ha
producido la presente generación de jóvenes sexualmente promiscuos y
liberales.

¿Qué pasa si ya se han mantenido relaciones sexuales con la pareja?


Todo pecado sexual puede ser perdonado. La sangre de Cristo es demasiado
poderosa para que sea derrotada por su pecado. Jesús pagó un gran precio en la Cruz
(1 P 2:24). Se debe confesar a Dios su pecado y arrepentirse de éste. Esto significa
dejar de cometerlo. Estamos llamados por Dios para la pureza, no para la inmoralidad
sexual.
Dios es el Juez Supremo de los pecadores. En realidad, todos tenemos que rendirle
cuentas, y sabemos que él siempre actúa con rectitud (Génesis 18:25; Romanos 14:12).
Es Dios quien determina si hemos cometido un pecado imperdonable y es él
quien, como resultado, puede quitarnos su espíritu (Salmo 51:11). Ahora bien,
tengamos presente que si estamos muy afligidos porque hemos cometido un pecado,
es muy probable que nos hayamos arrepentido de verdad.

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El amor en el noviazgo.
El amor es la base de la realización humana plena. El amor cuando es auténtico
implica una entrega de todo el ser a Dios así como a la pareja, e implica una entrega
sin esperar recompensa. El amor se convierte en un amor egoísta cuando solamente se
hacen las cosas esperando una retribución y no se hace nada si no se tiene la seguridad
de obtener algo a cambio. El que no ama "vive medio muerto".
• El amor es buscar el bien del otro. La persona que busca el bien del otro
procura saber qué es lo que éste necesita y le ayuda a obtenerlo. La persona
que ama se preocupa en ayudar al otro a que se sienta bien. En la medida en
que busques desinteresadamente el bien del otro, lo harás más feliz. ¡Eso es
amor! Para procurar el bien de otra persona hay que conocerla.
• El amor es sacrificarse por los demás. La persona que ama de verdad se
sacrifica por los que ama. No se puede creer en el amor de alguien que "dice"
que ama a su pareja y no es capaz de sacrificarse y renunciar a sí mismo por
ésta y por Dios. La prueba del amor consiste en saber sacrificarse por lo que
uno ama. Sin sacrificio no puede haber amor auténtico. El ejemplo de unos
jóvenes:
“una joven tuvo un problema con el que fue su novio y que,
lamentablemente, ocurre muy comúnmente. El muchacho, en un
momento de terrible debilidad, le propuso que si ella lo amaba de
verdad, debía darle una prueba de amor teniendo relaciones
sexuales. Ella, iluminada por Dios, le dijo que no; que si él
verdaderamente la amaba la prueba de amor era que él se sacrificara,
se aguantara y renunciara a sus instintos por ella, hasta que se
casaran. Esa fue una respuesta increíble y de altura de esta muchacha,
producto de un sentimiento de profunda dignidad.”
• El amor es dar lo mejor de ti mismo. Amor no es dar mediocremente de
lo que te sobra, aquello que simplemente no te hace falta. Amor es dar lo mejor
de tu voluntad, inteligencia, corazón y sentimientos. Amor es darse con calidad,
no con mediocridad. ¿Sabes por qué fracasan muchos noviazgos? Fracasan
porque nunca aprenden a darse con calidad. Creen que amar significa
simplemente convivir juntos sin esforzarse cada uno a dar lo mejor de sí mismo.
Amar es dar lo mejor de uno mismo con calidad y fineza. Jesucristo, nuestro
Señor, lo entregó todo por ti. Derramó hasta la última gota de sangre por tu
salvación. Cristo Jesús estableció los parámetros de lo que constituye un buen
cristiano y es el mejor ejemplo de sacrificio, entrega total y amor sin límites.
• El amor es apreciar lo bueno de los demás y expresarlo. La persona que
ama de verdad sabe expresar, sin reserva ni pena, las cosas buenas que observa
en los demás. Esto es clave para mantener un buen noviazgo: decir las cosas
positivas y bonitas de la otra persona. La persona que ama está siempre
buscando y descubriendo las cosas bellas y buenas que tiene su pareja.

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• El amor es comunicarse y dialogar. La persona que ama sabe
comunicarse y dialogar. Para comunicarse hay que aprender a escuchar y
atender lo que la otra persona está diciendo. Un fallo que observamos en
muchos noviazgos es que no saben comunicarse y no han aprendido a
desarrollar el diálogo. El que ama sabe tratar bien a los demás y decir las
palabras adecuadas en el momento apropiado.
• El amor es aceptar que cada persona es diferente. El que ama
respeta la forma de pensar del otro y comprende que es un ser individual,
irrepetible y único; que no le tiene que moldear a su medida. Cada persona
tiene su propia forma de pensar y puede ser diferente a la tuya.
• El amor es vivir en Dios. Dios es la fuente del amor y de la felicidad. No
se puede pretender sentir y cultivar amor de verdad si no se conoce esa fuente
maravillosa de amor y entrega que es Jesucristo, nuestro Señor. Para aprender
a amar de verdad, ama primero al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda
tu alma, con toda tu inteligencia y con todas tus fuerzas. Ama también al
prójimo como a ti mismo. (Mc 12.30-31)

4. PREGUNTAS
• ¿Crees que estás preparado para el noviazgo?
• ¿Tenemos a Jesucristo presente en nuestro noviazgo?
• ¿Has amado alguna vez sin esperar recompensa, o tu amor es egoísta?
• ¿Qué actitud es correcta hacia el sexo en una relación sentimental?
• ¿Por qué crees que hay que esperar a tener relaciones sexuales hasta
el matrimonio? ¿Cuál crees que es la consecuencia de mantener
relaciones sexuales en el noviazgo?

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5. MAGNIFICAT

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi


Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha
hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus
fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del
trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de
bienes y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había
prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por
siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y
siempre por los siglos de los siglos.
Amén.

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REUNIÓN DE DICIEMBRE
El año litúrgico.

1. ORACIÓN
¡Oh Dios! todas las noches vengo feliz a tu lado para darte gracias por todos los
beneficios que me has concedido y para pedirte perdón por las faltas que he
cometido en esta jornada, que acaba de pasar como un sueño...
¡Qué feliz sería, Jesús, si hubiese sido enteramente fiel! Pero, ¡ay!, muchas veces
por la noche estoy triste porque veo que hubiera podido responder mejor a tus
gracias... Si hubiese estado más unida a ti, si hubiera sido más caritativa con mis
hermanas, más humilde y más mortificada, me costaría menos hablar contigo en la
oración.
Sin embargo, Dios mío, lejos de desalentarme a la vista de mis miserias, vengo a ti
confiada, acordándome de que «no tienen necesidad de médico los sanos, sino los
enfermos». Te pido, pues, que me cures, que me perdones, y yo, Señor, recordaré
que «el alma a la que más has perdonado debe amarte también más que las
otras...» Te ofrezco todos los latidos de mi corazón como otros tantos actos de
amor y de reparación, y los uno a tus méritos infinitos.
Y te pido, divino Esposo mío, que seas tú mismo el Reparador de mi alma y que
actúes en mí sin hacer caso de mis resistencias; en una palabra, ya no quiero tener
más voluntad que la tuya. Y mañana, con la ayuda de tu gracia, volveré a comenzar
una vida nueva, cada uno de cuyos instantes será un acto de amor y de renuncia.
Después de haber venido así, cada noche, al pie de tu altar, llegaré por fin a la
última noche de mi vida, y entonces comenzará para mí el día sin ocaso de la
eternidad, en el que descansaré sobre tu divino Corazón de las luchas del
destierro... Amén.
Santa Teresa de Lisieux

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2. PPV
Oración
Personalización
Misión: en la familia y en la sociedad
Participación en la vida en los Equipos

• ¿Participo de forma activa en las actividades que me ofrece el


movimiento? ¿Doy toda la prioridad que podría a los ENSJ?
• ¿Es la oración importante para mí en mi día a día? Si he fallado en este
punto, ¿Qué puedo hacer para mejorar?
• ¿He tenido presente el PPV desde la última reunión? ¿Lo repaso
habitualmente para ver si cumplo mis metas?
• ¿Predico el mensaje de Jesús desde el ejemplo? (En clase, en casa, con
mis amigos...)

3. TEMA
“La celebración del año litúrgico posee una peculiar eficacia sacramental, ya que Cristo
mismo es el que en sus misterios, o en las memorias de los Santos, especialmente de su
Madre, continúa la obra de su inmensa misericordia, de tal modo que los cristianos no
sólo conmemoran y meditan los misterios de la Redención, sino que están en contacto
y comunión con ellos, y por ellos tienen vida.”
Ceremonial de los Obispos, n. 231
¿Qué es el Año Litúrgico?

El Año Litúrgico (o también conocido como Calendario Litúrgico) es un ciclo


basado en la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, nuestro Señor.
Al repetirse cada año, nos ayuda a estar en unión con Él y a crecer en nuestra fe.
En este ciclo también honramos a María, nuestra madre, y a todos los santos. El Año
Litúrgico se divide en cinco tiempos litúrgicos principales. Dentro del mismo,
celebramos cada domingo “El día del Señor”, que es "fiesta primordial" y "el
fundamento y el núcleo de todo el año litúrgico".
Algo interesante sobre el Año Litúrgico es que nunca es igual porque se va
construyendo sobre el anterior de manera nueva y renovada. Es por tanto un
calendario dinámico, no estático, pues cada año se va enriqueciendo y Dios nos sigue
hablando de manera personal y única a cada uno de nosotros.

¿Cuáles son los tiempos litúrgicos?


• Adviento (color morado) – El Adviento es tiempo de espera para el
nacimiento de Dios en el mundo. Es recordar a Cristo que nació en Belén y que
vendrá nuevamente como Rey al final de los tiempos. Es un tiempo de cambio y
de oración para comprometernos con Cristo y esperarlo con alegría. Es

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preparar el camino hacia la Navidad. Este tiempo litúrgico consta de las cuatro
semanas que preceden al 25 de diciembre, abarcando los cuatro domingos de
Adviento.
• Navidad (color blanco) – Al terminar el Adviento, comienza el Tiempo
de Navidad, iniciado con el Nacimiento, que se celebra el 25 de diciembre y nos
recuerda que Dios vino a este mundo para salvarnos.
La http://es.catholic.net/celebraciones/template_articulo.phtml?consecutivo=
1250&seccion=4&pag=0&numImagen=0&categoria=120&tema=301epifanía se
celebra cada 6 de enero y nos recuerda la manifestación pública de Dios a
todos los hombres. Aquí concluye el Tiempo de Navidad.
• Primera etapa del Tiempo Ordinario (color verde) – El Primer tiempo
ordinario es el que va de la fiesta de la Epifanía hasta inicio de Cuaresma. No se
celebra ningún aspecto concreto del misterio de Cristo. Se profundizan los
distintos momentos históricos de la vida de Cristo para adentrarnos en la
historia de la Salvación.
• Cuaresma (color morado) – La Cuaresma comienza con el Miércoles de
Ceniza y se prolonga durante los cuarenta días anteriores al Triduo Pascual. Es
tiempo de preparación para la Pascua o Paso del Señor. Es un tiempo de
oración, penitencia y ayuno. Es tiempo para la conversión del corazón.
• Triduo Pascual (colores rojo y blanco) –El Triduo Pascual es el periodo
de tiempo en el que la liturgia cristiana y católica conmemoran la pasión,
muerte y resurrección de Jesús de Nazaret, y constituye el momento central de
la Semana Santa y del año litúrgico. En la liturgia católica, comprende desde la
tarde del Jueves Santo, cuando concluye la Cuaresma, hasta la madrugada
del Domingo de Pascua, en que empieza el tiempo pascual, y tiene los
siguientes momentos destacados:
o Jueves Santo, desde la Misa de la Cena, en la que se recuerdan
la Última cena de Jesús, la institución de la Eucaristía y del Orden
Sacerdotal, y el mandamiento del amor.
o Viernes Santo, día de meditación sobre la pasión de Jesús, con
la Celebración de la Pasión, que no incluye la Eucaristía.
o Sábado Santo, sin celebraciones litúrgicas en recuerdo de la
muerte de Jesús, hasta la celebración de la Vigilia Pascual ya por la
noche o madrugada del domingo, en la que se conmemora con
solemnidad la resurrección de Jesús, y que es el acto litúrgico católico
más destacado.

La expresión «Triduo Pascual» es relativamente reciente, pues no se remonta


más allá de los años 1930. Pero ya a finales del siglo IV San Ambrosio hablaba
de un Triduum Sacrum para referirse a las etapas históricas del misterio pascual
de Jesús que durante tres días “et passus est, et quievit et resurrexit”. San

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Agustín utilizó una expresión parecida, Sacratissimum Triduum,, para indicar los
tres días de Cristo crucifixi, sepulti, suscitati.

• Pascua (color blanco) - Tiempo para celebrar la gloriosa Resurrección


Res de
Jesús. El Tiempo de Pascua es tiempo de paz, alegría y esperanza. Dura
cincuenta días, desde el Domingo de Resurrección hasta Pentecostés que es la
celebración de la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles. En esta fiesta se
trata de abrir el corazón a los dones del Espíritu Santo.
• Segunda etapa del Tiempo Ordinario (color verde) – El segundo tiempo
tiem
ordinario es el que va desde Pentecostés hasta el final del año litúrgico. Al igual
que durante el primer tiempo ordinario, se profundiza en los distintos
momentos históricos de la vida de Cristo para adentrarnos en la historia de la
Salvación.

¿Cuál ess el significado de los colores litúrgicos?


Nuestra Iglesia utiliza actualmente diferentes colores para cada uno de los
tiempos y celebraciones litúrgicas, pero no siempre ha sido así. El Papa Inocencio II
(1130 – 1143), a principios del siglo XIII, fue el que le “añadió significado simbólico” a
esta práctica existente pero que en aquel entonces no tenía ningún “sentido propio”.
Finalmente, el Papa Pío V (1566 – 1572), le otorga “un uso temporal específico”,
formalizando el uso de seis colores:
• Blanco – “para el tiempo de Pascua y Navidad, para las fiestas del Señor,
de María, de los ángeles y de los santos no mártires”, también para la

19
impartición del sacramento del Bautismo, Comunión, Matrimonio y el Orden
Sacerdotal. Simboliza “luz, lo divino, gozo, pureza, gloria, gracia”.
• Rojo – “para el Domingo de Palmas, las fiestas del Espíritu Santo, de los
apóstoles (excepto la de San Juan el 27 de diciembre),… de los mártires y
evangelistas”, Viernes Santo, y la fiesta de la Santa Cruz. Simboliza “martirio,
amor”.
• Verde – “para el tiempo ordinario durante el año (períodos después de
la Epifanía y de Pentecostés)”. Simboliza “esperanza”.
• Morado – “para la Cuaresma, el Adviento, días penitenciales y
de difuntos”, para el sacramento de la Penitencia y la Unción de los
Enfermos. Simboliza “penitencia”.
• Negro – se puede utilizar “para las exequias y misas de difuntos”,
aunque no suele ser frecuente su empleo. Simboliza “luto”. Este se puede
sustituir por el morado.
• Rosa – “para algunos domingos (Gaudete – tercero del
Adviento; Laetare – cuarto de Cuaresma) y algunas fiestas especiales de la
Virgen María.”

Una curiosidad…
La fecha en que se fija la celebración de la Semana Santa depende del cálculo de
una fórmula establecida en la época del emperador romano Constantino el Grande, en
el primer Concilio de Nicea, en el año 325 d.C.
Cualquiera puede, en virtud de esa fórmula conocer con anticipación la fecha de
la Pascua de cada año. En primer lugar debemos hallar el equinoccio vernal o primer
día de primavera en un calendario que incluya las fases lunares. Acto seguido
buscamos a que día le corresponde la primera luna llena después de la entrada de la
primavera (normalmente está indicada en una esquina del calendario). La Semana
Santa caerá justo el domingo siguiente, (hay que tener en cuenta que el principal día
de la Semana Santa para los cristianos es el Domingo de Resurrección).
El motivo del porque tiene que ser el domingo siguiente de la primera luna llena
de la primavera tiene su origen en la Pascua judía, que se celebraba el 14 de Nisán.
Con eso conmemoraban la salida de Egipto, y es lo que hizo Jesús con los apóstoles en
la última cena. El calendario judío era lunar y el 14 de Nisán siempre era la primera
luna llena después del equinoccio de primavera.

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4. PREGUNTAS
• Antes de leer este tema ¿Conocías como estaba dividido el año
litúrgico? ¿Consideras importante la formación en estos aspectos (algo
teóricos) para un cristiano?
• ¿Vives cada tiempo litúrgico sabiendo lo que se celebra realmente y
dándole la importancia que merece?
• ¿Durante la Cuaresma buscas verdaderamente la conversión de corazón
o te limitas a hacer cosas por obligación? (como por ejemplo no comer carne
los viernes)
• La Navidad es una fecha en la que socialmente nos excedemos y
gastamos bastante. ¿Crees que en esta fecha olvidamos (los cristianos) la
humildad con la que el hijo de Dios vino al mundo?
• ¿Cómo vives la Semana Santa? A parte de ver las imágenes en la calle,
¿Celebras los Santos Oficios? ¿Acudes a la Vigilia Pascual?
• ¿Crees que la forma en que está dividido el año litúrgico es buena para
conmemorar la vida de Cristo? ¿Opinas que en algunas celebraciones está algo
anticuado y es poco atractivo para los jóvenes?

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5. MAGNIFICAT
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi
Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha
hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus
fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del
trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de
bienes y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había
prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por
siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y
siempre por los siglos de los siglos.
Amen.

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REUNIÓN DE ENERO.
Tentaciones del joven.

1. ORACIÓN.

Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz .

Donde hay odio, que lleve yo el Amor.


Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón.

Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.

Donde haya duda, que lleve yo la Fe.


Donde haya error, que lleve yo la Verdad.

Donde haya desesperación, que lleve yo la Alegría.


Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.

Oh, Maestro, haz que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar;
ser
comprendido, sino comprender;
ser amado, como amar.

Porque es:
Dando , como se recibe;
Perdonando, como se es perdonado;
Muriendo,


como se resucita a la 
Vida Eterna.

2. PPV

Oración

Personalización

Misión: en la familia y en la sociedad

Participación en la vida en los Equipos

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- ¿Cómo realizo mi oración? ¿realmente presto atención y la hago con devoción?
¿o en ocasiones se convierte en una simple repetición?
- ¿He intentado dar lo mejor de mí? ¿Intento mejorar día a día, o la pereza y el
conformismo me vencen?
- ¿He tenido paciencia con los demás, en especial en casa, con la familia? ¿Estoy
dispuesto a darme a los demás, a ofrecerme, o me encierro en mi mismo?
- ¿Cómo es mi actitud cuando voy a las reuniones? ¿estoy dispuesto a participar
o más bien voy con una actitud pasiva? ¿Participio en la vida comunitaria de los
equipos o simplemente cumplo yendo a las reuniones?

3. TEMA.

Ante esta pregunta, muchos de nosotros , jóvenes de una sociedad acelerada y sin
freno podemos tener una primera respuesta de rechazo, de no querer si quiera
plantearnos eso, como si fuese algo nocivo, venenoso, o incluso matase nuestras
ansias de libertad y de frescura en el día a día.

Pero seguro que después de caer en la cuenta, nos percataríamos de que es necesario
en esta vida tener metas, ideales, preocupaciones, para poder saborear este regalo
que es la vida, para poder decir, misión cumplida, y disfrutar de esa satisfacción
gratuita que da el trabajo bien hecho.

Y es que ciertamente para muchos la única preocupación será el vivir la vida a “tope”,
disfrutar, buscando los días que faltan para el sábado y poder divertirme. Otros,

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buscaran lo último, lo mas “top”: en ropa, en móviles etc. Tener el corazón siempre
ocupado, o más bien transitado, sin que nadie se quede demasiado tiempo es
ciertamente otra preocupación de muchos jóvenes. Para solucionarlo utilizan
relaciones vacías, simples, sin ningún compromiso serio.

Seguro que después de esta pequeña introducción, muchos de vosotros os veis muy
lejos de estas situaciones descritas. Pues bien con este tema queremos que os
analicéis sinceramente y que podamos ser reflejo de Cristo en nuestro ambiente, en
nuestras vidas.

Para ello vamos a desarrollar el tema centrándonos en las preocupaciones que debería
de tener un joven católico del siglo XXI.

Podríamos empezar con el deseo de querer conocer la fe, conocer a Jesucristo vivo
como el único Salvador del mundo y de cada uno de nosotros. Jesucristo es la única
razón de nuestra vida, somos sueño de Dios y creados con libertad, para que usándola
pongamos al Señor en el centro de nuestras metas y en el motor de nuestro día a día .
¿Le damos gracias a Él cada día de la semana? ¿Pensamos que por el nos sucede todo
lo que acontece en nuestra rutina diaria?

Tan importante como la anterior, es querer descubrir y entender qué sentido tiene
nuestra vida, para qué estamos en el mundo y que proyecto tiene soñado Dios para
cada uno de nosotros. Podría parecernos una pregunta retórica, idílica o casi imposible
de resolver, pero deberíamos de sentarnos y pararnos a reflexionar. ¿Qué es lo que
quiere Jesucristo de nosotros? ¿Cuál es nuestro camino para llegar al Reino de Dios?

La respuesta a estas preguntas conlleva tiempo de meditación, de reflexión, pero


sobre todo de oración. La manera de hacer que la respuesta a estas preguntas sea la
idónea es pedirle a Dios que nos ayude. Pedirle a Dios luz y valentía, luz para saber ver
su voluntad en mi vida, y valentía para dar un paso adelante abrazarla y asumirla como
lo mejor que me ha podido pasar en esta vida porque viene de Dios y a Dios me lleva.

Nosotros los jóvenes estamos en el momento de forjar nuestras vidas, ir cimentando el


mañana no solo de nuestro mundo sino nuestro mañana, es preciso ver nuestra vida
con los ojos de Dios e ir corrigiendo el camino ya que por nuestro egoísmo,
independencia, o a causa del pecado nos desviamos con frecuencia o hacemos oídos
sordos. Para esto también necesitamos la ayuda de Dios, su Gracia para que vivíamos
por El, con EL y en El.

Por último otra preocupación que deberían tener los jóvenes es colaborar con una
sociedad más cristiana, siendo cada uno fiel, generoso y justo. Los jóvenes cristianos
vivimos en una época complicada, mucho de lo que nos rodea son cosas que nos alejan
de Dios y nos acercan al pecado. Vivimos en un mundo descristianizado, o que
entiende la realidad de Dios, como una superstición, algo antiguo, rancio y manido.

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Además, siendo sinceros, la mayoría de nosotros vivimos agazapados en nuestro día a
día, con una fe mediocre, porque sabemos que la religión no es “trending toppic” en la
vida de los jóvenes que nos rodean.

Muchos de vosotros quizás, con alguna idea de lo importante en esta vida, dirá yo
quiero rodearme de buenas personas, buenos compañeros de camino en esta vida.
Buenos amigos que me lleven a algo más que al botellón del sábado, siempre tan
monótono y simple.

Mira en el corazón de tantos jóvenes, no te parece que encuentras desesperanza, una


vida si horizontes, una vida aburrida sin futuro, vivida a lo que sale con una perspectiva
incierta y pesimista del mañana.

Mira tu corazón, y mira que hay en él, hay hueco para Dios, o esta tan ocupado que
solo se queda a la puerta, hay sitio para el quipo pero sin embargo no vas más allá en
tu vivencia de Fe, confesión y eucaristía, por ejemplo. Que puedes hacer para cambiar
esto, tu plan de vida se ha quedado en nada, y cada vez que lo revisas te das cuenta de
que faltan ideales en el, pero no haces nada serio para cambiarlo.

4. PREGUNTAS

- ¿Tengo ideales en mi vida? ¿Cuáles son? ¿Estos ideales son iluminados por
Cristo y el Evangelio? ¿Cómo lucho por mi ideal? ¿Intento sumar ideales a la luz
de Evangelio? ¿Tengo a Cristo como el gran ideal de mi vida?
- ¿cuáles son las preocupaciones de mi vida? ¿mis preocupaciones, son solo
mías, o aparece el prójimo? ¿me preocupo de descubrir el que quiere Dios de
mí? ¿Mi preocupación principal es mejorar, acercarme más a la santidad?

5. MAGNIFICAT

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha
mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras
grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en
generación.

El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los
poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los
despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros


padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Amén.

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REUNIÓN DE FEBRERO.
La Santa Misa.

1. ORACIÓN INICIAL
Gracias Señor, porque en la última cena partiste tu pan y vino en infinitos trozos,
para saciar nuestra hambre y nuestra sed...
Gracias Señor, porque en el pan y el vino nos entregas tu vida y nos llenas de tu
presencia.
Gracias Señor, porque nos amaste hasta el final, hasta el extremo que se puede
amar: morir por otro, dar la vida por otro.
Gracias Señor, porque quisiste celebrar tu entrega, en torno a una mesa con tus
amigos, para que fuesen una comunidad de amor.
Gracias Señor, porque en la eucaristía nos haces UNO contigo, nos unes a tu vida,
en la medida en que estamos dispuestos a entregar la nuestra...
Gracias, Señor, porque todo el día puede ser una preparación para celebrar y
compartir la eucaristía...
Gracias, Señor, porque todos los días puedo volver a empezar..., y continuar mi
camino de fraternidad con mis hermanos, y mi camino de transformación en
ti...

2. PPV
• Oración personal
• Personalización
• Participación en la vida de los equipos
• Misión: en casa y en el mundo
• Dirección Espiritual

• -¿Qué he hecho yo hoy o esta semana por mis hermanos de manera


desinteresada? ¿Qué podría hacer?
• -¿Cómo podemos concretar la eucaristía en nuestra vida? ¿Soy
consciente de que en cada celebración de la eucaristía Jesucristo me
habla personalmente a mí? ¿Comulgo con frecuencia? ¿Cómo comulgo?
• -Cuando hago mi oración, ¿soy consciente de pertenecer a la Iglesia que
es el Cuerpo de Cristo? ¿Es para mí, un motivo de acción de gracias?
¿Dónde y cómo llevo a cabo mi vida de oración?

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• -Cuando rezo por los otros, ¿pienso que mis hermanos son miembros del
mismo Cuerpo, o llamados a formar parte del mismo? ¿Asumo como
propias las intenciones de la Iglesia?

3. TEMA
¡La Misa es un rollo! Cuántas veces escuchamos esta expresión en boca de algunos
jóvenes (y no tan jóvenes). Evidentemente la Misa no es una discoteca, ni un bar...., en
donde no me exige ningún esfuerzo estar.
Asistir a Misa es participar en una acción sagrada, y eso requiere por nuestra parte
una actitud activa (muy distinta de la actitud pasiva de algunos que asisten a Misa). Un
dato cierto: aquello que se preparan para la Misa participan en ella, porque ven cosas
que los pasivos no llegan a descubrir. Evidentemente podríamos detenernos en este
tema a analizar todas y cada una de las partes de la Misa. Pero faltarían horas y
páginas. Te proponemos hoy varios puntos para la reunión:

A. ESTRUCTURA DE LA EUCARISTÍA
Ya que la Eucaristía es tan importante nos conviene entender los elementos de su
celebración, para vivirla mejor.
Todos se reúnen. Cristo es el actor principal. Él es quien preside. Como
representante y actuando en nombre de Cristo: el sacerdote, quien preside, dirige al
pueblo la palabra, recibe las ofrendas y pronuncia la plegaria eucarística. Todos tienen
parte activa en la celebración: los lectores, los que presentan las ofrendas, y el pueblo
entero cuyo “Amén” manifiesta su participación.
La Liturgia de la Palabra. Comprende el Antiguo Testamento, y las cartas del
Nuevo Testamento y los Evangelios. Sigue luego la homilía, que exhorta a acoger la
Palabra y a ponerla en práctica. Después vienen las intercesiones por todos los
hombres.
La presentación de las ofrendas. Entonces se lleva al altar, el pan y el vino que
serán ofrecidos por el sacerdote, y se convertirán en Cuerpo y Sangre del Señor. Es la
misma acción de Jesús en la última Cena, “tomando pan...”. Junto con el pan y el vino,
los cristianos presentan también sus dones para compartirlos con los más necesitados.
Esta costumbre de la colecta se inspira en el ejemplo de Cristo que “se hizo pobre para
enriquecernos”.
La gran plegaria eucarística (anáfora). Con la oración de acción de gracias y de
consagración llegamos al corazón y a la cumbre de la celebración. Detengámonos:
En el prefacio, se da gracias al Padre, por Cristo, en el Espíritu Santo, por todas
sus obras (creación, redención, santificación). Toda la asamblea se une a la alabanza de
los santos y ángeles con el canto: Santo, santo, santo.

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Se pide luego (epíclesis) para que se conviertan en el Cuerpo y Sangre del Señor y
que los que los reciban formen un solo cuerpo.
En la consagración, la fuerza de las palabras y la acción de Cristo y el poder del
Espíritu Santo hacen sacramentalmente presentes, bajo las especies de pan y de vino,
su Cuerpo y su Sangre.
La Iglesia hace entonces memoria (anamnesis) de la pasión, de la resurrección y
del retorno glorioso de Cristo Jesús.
Siguen luego las intercesiones, con las que se expresa que la Eucaristía se celebra
en comunión con toda la Iglesia del cielo y de la tierra, los vivos y los difuntos, y con el
Papa y el obispo.
La comunión. Recitada la oración del Señor (Padrenuestro) y hecha la fracción
del pan, los fieles reciben el Cuerpo de Cristo que se entregó «para la vida del mundo».
Ritos finales. Termina la celebración con una oración de acción de gracias, la
bendición del sacerdote y la despedida. Y... ha de continuar en la vida, haciendo cada
vida una ofrenda viva a Dios, mediante su transformación a imagen de Cristo y su
testimonio de caridad.

En resumen
CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA
Nos Escuchamos la Palabra Celebramos la Cena de Jesús Despedid
reunimo a
s
Entrada Proclamam Respondem Presentaci Plegaria Comunió Envío
os la os con ón de las Eucarística n
palabra de nuestra ofrendas
Dios oración

Canto Antiguo Preparació Oración de Padre Oración


Testamento Credo n de la acción de nuestro
mesa: pan gracias
Saludo Nuevo y vino La Paz
Testamento Bendició
Consagraci Fracción n
Petición ón del pan
de Evangelio Oración de
perdón los fieles Oración Cordero
Memorial de Dios
Homilía de la Cena Despedid
Oración Comunió a
n

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B. EXPLICACIÓN DE LA SANTA MISA.
De vez en cuando te vendrá bien repasar esta explicación, para recordar el
sentido de la Misa, y vivirla con la actitud correcta.
1. Un hombre pobre y sin trabajo, recogiendo limosnas que a duras penas le dan
para malcomer, va por la calle. Se cruza con una persona rica a la que, no sabe porqué,
le cae bien. Y ese hombre le da de todo: traje, comida, coche, trabajo, un sueldo, e
incluso su casa para compartirla. El pobre no hacía más que decir: ¡gracias, no sé qué
hacer para agradecérselo!
2. Así se ha encontrado el hombre delante de Dios desde el principio de la
creación: un Dios le había dado todo lo que tenía, empezando por la vida y el aire que
respiraba y todo lo creado: todo puesto a su disposición. Por eso, desde las primeras
civilizaciones, el hombre muestra una intuición, como una especie de instinto, que le
llevaba a agradecer a Dios todo lo recibido: ¡gracias, no sé qué hacer para
agradecértelo!
3. ¿Cómo dar gracias? Decir gracias no bastaba. Las palabras solas no son
suficientes. Hacía falta hacer algo para esta divinidad; hacer algo, obras que
respaldasen esas palabras: gracias, y para que veas que es verdad que estoy
agradecido hago esto.
4. ¿Qué hacer? De vez en cuando escogían algo entre todo lo que Dios les había
dado, y se lo devolvían, se lo ofrecían, se lo dedicaban; como diciendo: te dedico y
ofrezco esto para decirte que reconozco que todo es tuyo.
5. Y ¿qué escoger para dar a Dios? Cuanto más valioso fuese, mejor; porque si de
Dios recibían todo, era importante que estuviese contento con ellos. A veces tomaban
parte de la cosecha y la quemaban. O tomaban algún animal y lo mataban. (En alguna
civilización ofrecían incluso la vida de algún ser humano, pero lo más frecuentes era
ofrecer la vida de algún animal). Pero siempre algo de valor.
6. ¿Y por qué la quemaban, o lo mataban? Para privarse de aquello: privándose
de ese bien quedaba dedicado exclusivamente a Dios. Al ofrecérselas a Dios las hacían
sagradas (sagrado quiere decir dedicada a Dios). Y de ahí viene la palabra sacrificio:
coger algo mío y dedicárselo a Dios, porque reconozco que todo es suyo. Así se lo
agradezco.
7. ¿Los sacrificios se hacían sólo para dar gracias con hechos? No sólo; además, el
hombre se daba cuenta de que cometía acciones que no eran del gusto de Dios, que
perjudicaban a Dios o a sus criaturas: eso es el pecado. Y para que Dios no se enfadase
con el hombre por sus pecados, el hombre se veía en la obligación de ofrecerle más
sacrificios, y más valiosos. Así, la realización de sacrificios ha sido algo común a tantas
civilizaciones. Y el pueblo escogido por Dios, el judío, también sacrificaba muchos
animales ofreciéndolos a Dios: bueyes, corderos, tórtolas,...
8. ¿Por qué ahora no sacrificamos bueyes ni corderos, ni ningún otro animal?
Después de muchos siglos, Dios se hizo hombre. Y en cuanto Juan el Bautista vio a

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Jesús dijo: Éste es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, que quiere decir:
Jesucristo es el cordero, la vida que será ofrecida, sacrificada por los hombres a Dios. Y
además, es el único Cordero cuyo sacrificio puede ganarnos el perdón y la vuelta
amistosa del hombre con Dios. Jesucristo hace ese sacrificio en la Cruz, en el Calvario. Y
dice en la Última Cena: Haced esto en conmemoración mía. Que quiere decir: este
sacrificio mío ofrecedlo en mi nombre a lo largo de los siglos.
9. ¿Qué es por tanto la Misa? Es el sacrificio del Cordero de Dios, de Jesucristo,
con el que agradecemos a Dios, le adoramos, y conseguimos el perdón de los pecados
de los hombres.
10. Recapitulando, hemos visto hasta ahora que el hombre, que es naturalmente
religioso al saberse criatura busca tratar a Dios ofreciéndole algo, pidiéndole perdón,
adorándole y pidiéndole su ayuda. Desde el principio lo ha hecho ofreciéndole cosas
que estaban a su alcance, esto es, sacrificándole algo. Y Jesucristo se ofreció él mismo
como víctima para el sacrificio que debía perdonar nuestros pecados. El sacrificio de
Jesucristo, por ser Dios, tiene un valor infinito, y es el único sacrificio del todo
agradable a Dios y capaz de obtener el perdón para el hombre.
11. ¿Y yo qué hago en la Misa? Demos un paso más. Dios revela que lo que le
agrada no es el sacrificio de animales, sino que lo que él desea es el sacrificio de
nuestros corazones, de nuestras personas: que le dediquemos, ofrezcamos y
entreguemos a él lo que tenemos y somos. Ese es el sacrificio que nos pide. Por lo
tanto, en la Misa unimos mi sacrificio y el de Cristo; el sacrificio de dedicación de mi
vida a Dios lo añado al sacrificio de la cruz.
12. ¿Qué quiere decir vivir la Misa? No sólo asistir, sino que a la vez que
ofrecemos la vida y muerte de su Hijo, nos ofrezcamos nosotros con Él en el Altar. Por
eso la Misa es el centro de la vida del cristiano y podemos hablar con propiedad de
nuestra Misa, la de Jesús y la mía. Eso es fundamentalmente participar en la Misa:
ofrecerme con Cristo totalmente a Dios Padre en el Espíritu Santo.

C. DURANTE LA CELEBRACIÓN DE LA MISA: 15 momentos durante la misa


1. BESO EN EL ALTAR: Cuando el sacerdote se acerca y sube al altar, el cielo
entero se abre con la Santísima Trinidad para contemplar el sacrificio que se va a
realizar; puedes ver (en 3-D) que se abre un agujero en el techo y se asoman Dios
Padre, Hijo y Espíritu Santo para escuchar con interés cada palabra que el sacerdote y
tú decís. ¿Por qué besa el altar al llegar? Porque el altar representa a Cristo, y porque
ahí vendrá Jesús dentro de unos minutos; nada más llegar se encontrará ese beso.
Puedes dejar también tú un beso en el altar con el corazón, mientras le dices: ¡Jesús, te
amo!
2. EL SEÑOR ESTÉ CON VOSOTROS: Así saluda el sacerdote, ayudándonos a ver a
Jesucristo vivo. La Misa es memorial de su pasión, muerte y resurrección. Jesús esté
vivo, y es quien ofrece el sacrificio a Dios Padre, y nosotros con él. La Misa es Jesús,
que continúa dándose a los hombres y aplicándonos su Redención.

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3. GOLPES DE PECHO: "Yo confieso... por mi culpa, por mi culpa, por mi gran
culpa". ¿Sabes por qué se golpea el pecho en el lado izquierdo? Porque ahí está el
corazón. Y, así como para despertar a una persona le das golpes o llamas a una puerta
golpeándola puedes ver (en 3-D) que das golpes a tu corazón diciéndole: ¡despierta,
cambia de vida, busca amar a Dios, reacciona, conviértete!
4. SEÑOR, TEN PIEDAD: Gritaba el ciego Bartimeo: ¡Jesús, Hijo de David, ten
piedad de mí! (Mc 10,47); y le curó. El padre de un chaval endemoniado le ruega: ¡Si
algo puedes, ayúdanos, ten piedad de nosotros! (Mc 9,22); y le curó. Sólo Dios les
podía curar. Y como ellos no tienen nada con lo que "comprar" ese favor a Jesucristo,
le piden que se lo haga por compasión, por misericordia, por amor y pena. Con la
misma actitud debes suplicar con voz alta y fuerte: ¡Señor, ten piedad!; y te curará. Y
puedes dirigir los gritos: el primero a Dios Padre, el segundo al Hijo y el tercero al
Espíritu Santo.
5. "OREMOS": El sacerdote deja aquí un breve espacio de tiempo de silencio
para poner alguna(s) intención(es) al ofrecer este sacrificio de la Misa. Tú también
puedes hacerlo. ¿Qué significa ofrecer la Misa por algo? Asómbrate: significa que tú
ofreces a Dios Padre la vida, pasión y muerte de su Hijo Jesucristo; y a la vez que le
ofreces lo más querido para él, le pides a cambio que él te conceda eso.
6. EL EVANGELIO: Es el mismo Jesucristo hecho palabra y escritura. Por eso lo
escuchamos de pie, y el sacerdote lo besa cuando termina de leérnoslo. Que veas a
Jesucristo que te habla, y también tú le beses interiormente.
7. OFERTORIO PAN Y VINO: Nos sentamos, pero es el momento en el que debes
estar más activo. El pan, hecho con la suma de muchos granitos de trigo, es también
un símbolo. ¿Qué es lo que ofrece el sacerdote a Dios? La suma de todas las pequeñas
cosas que los asistentes ponen en la patena: horas de trabajo, pequeñas
mortificaciones, alegrías, dolores, deporte, diversiones del día, lucha por sacar
propósitos, detalles de cariño y servicio... Puedes decir: Señor mío y Dios mío, te
ofrezco todo lo que tenga; mis planes y proyectos, mis sacrificios y alegrías. ¡Quiero ser
todo tuyo! ¡Para ti, para siempre! Como ofreces todo lo tuyo, te ayudará verte
pequeñito sobre la patena: ¿ves (en 3-D) que, en nombre de Cristo, el sacerdote regala
a Dios Padre tu vida, tu persona? (Por eso vale tanto cualquier pequeña cosa de tu
día). Cuando ofrece el vino puedes hacer de nuevo el mismo ofrecimiento.
8. LAVABO: El sacerdote ya tiene las manos limpias; ¿por qué se lava las manos
otra vez? Para decir, con un gesto externo, que igual que el agua va a quitar de sus
manos las pequeñas suciedades, del mismo modo pide a Dios que su gracia y
misericordia limpie su alma de sus suciedades (pecados, amor propio, faltas de amor,
etc.). Pídeselo tú también, con las palabras que en voz baja dice el sacerdote: ¡Señor,
lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado! Puedes pensar que es la
Sangre de Cristo en la Cruz, que ahora estará sobre el altar, la que realmente nos ha
conseguido el lavado y perdón de nuestros pecados.

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9. PREFACIO: ¿Cuántos estáis en Misa? No cuentes la gente, porque fallarás.
¡Increíble! ¿Cuántos? Toda la humanidad. Mira (en 3-D): ahora llamamos a toda la
creación para que estén. con nosotros en la Consagración, en la Cruz. Te explico: EL
SEÑOR ESTÉ CON VOSOTROS: ese "vosotros" hace referencia a todos los hombres del
mundo, no sólo a los presentes. LEVANTEMOS EL CORAZÓN: levantarlo hasta el cielo,
para unirnos a todos los que están allí. DEMOS GRACIAS A DIOS: y a continuación se
dan argumentos, motivos por los que damos gracias (primero por darnos a Jesucristo y
luego se dan otros distintos según los días: estate atento para descubrirlos). POR ESO
CON LOS ÁNGELES...: pedimos también a los ángeles que adoren a Dios con nosotros.
Ya ves ¡Está toda da creación en la Misa, aunque la Iglesia esté vacía! Todos los
hombres, todos los que están en el Cielo, y todos los ángeles.
10. SANTO, SANTO, SANTO: "Llevaron el borrico a Jesús (...) Muchos extendían
sus mantos sobre el camino, otros cortaban ramas de los campos, y los que iban
delante y detrás de Él, gritaban: ¡Hosanna! ¡Bendito el reino que viene de David!
¡Hosanna en las alturas!" (Mc 11, 7-10). Ahora que Cristo ya va a venir, grita con toda
la creación: Santo, Santo, Santo... Bendito el que viene en nombre del Señor. ¡Hosanna
en el Cielo!
11. CONSAGRACIÓN: El sacerdote "presta" ahora su voz y sus manos a
Jesucristo. Y Jesús es Dios. Un día dijo: hágase la luz, y se hizo; que haya lumbreras en
el firmamento del cielo, y se hicieron las estrellas (Ex 1, 1-15). Ahora dice: esto es mi
Cuerpo y ese trozo de pan se convierte en su cuerpo. Puedes decirle mientras alza la
Hostia lo que le dijo Santo Tomás: ¡Señor mío y Dios mío! Este es el Cáliz de mi Sangre
y el vino se convierte en su Sangre. Puedes decirle: ¡Sangre de Cristo, embriágame,
empápame!
12. BIENVENIDO A TU ALTAR, SEÑOR: Ya se ha realizado el milagro. Acaba de
llegar Jesucristo, otra vez, a la tierra. Cuando vino Jesucristo por primera vez, en el
portal de Belén, sólo unos pastores le dieron la bienvenida. ¡Qué brutos somos los
hombres! ¡Cuántas veces le hacemos vacío, porque no le vemos! En cuanto acabe la
consagración, date prisa para agradecer en bajito: ¡Bienvenido a tu altar, Señor!
13. PADRENUESTRO: ¡Fíjate qué suerte! Dios Padre está especialmente
pendiente y atento a todo lo que le decimos. Y rezas ahora, con Jesucristo, el
Padrenuestro; como los apóstoles. Que lo pronuncies en voz alta; y fíjate en las 7
peticiones que contiene esa oración.
14. COMUNIÓN: Tres cosas. EN LA COLA: ve rezando comuniones espirituales y
el "Señor mío Jesucristo", preparando su llegada. EL CUERPO DE CRISTO, ¡AMÉN!: El
Amén significa: así sea, así creo que es, sé que a quien tiene usted en sus manos es
Cristo (aunque mis ojos vean un simple trozo de pan). El Amén es un gran acto de fe:
dilo fuerte. TOCÓ SU LENGUA (Mc 7,33): cuenta el evangelio que un día le presentaron
a Jesús un sordomudo, y Jesús para curarle le toca la lengua, y lo curó. También ahora
te toca a ti la lengua; en cuanto te toque: gracias, Señor, muchas gracias; ¡cúrame
también a mí!

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15. ELEVACIONES: en cuatro ocasiones se levanta la patena y el cáliz. Saber
porqué te ayudará.
• EN EL OFERTORIO: se levanta el pan y el vino ofreciéndole a Dios todo lo
nuestro. Como tiene poco valor, se elevan a poca altura sobre el altar.
• EN LA CONSAGRACIÓN: en ese momento se hace presente Jesucristo con
su Cuerpo y con su Sangre. Enseguida se elevan para que todos lo vean y
le puedan adorar. Se eleva lo suficiente para que lo vean todos. Clava tus
ojos en él.
• POR CRISTO, CON ÉL Y EN ÉL: al final de la plegaria eucarística, se eleva el
Cuerpo y Sangre para ofrecerlo a Dios Padre. Se elevan a más altura, pues
es Cristo, el sacrificio de mayor valor. Al responder todos Amén estamos
diciendo que sí, que nos sumamos nosotros al sacrificio de Cristo con
nuestra entrega personal.
• ÉSTE ES EL CORDERO DE DIOS: antes de la comunión nos lo muestra el
sacerdote para que nos dirijamos a él preparándonos ya para recibirle.
Clava tus ojos en él.

D. DESPUÉS DE LA CELEBRACIÓN DE LA MISA: Un guión de conversación.


a. Gracias: - por haber venido a tu alma. - por haberte creado, redimido, hecho
cristiano y conservado la vida. - por lo que te ha dado, desde que naciste (vete
diciéndole: familia, salud o enfermedad, amigos, cualidades, talentos...). - por dones
que te ha concedido Dios últimamente, que conoces. - por dones que desconoces. -
porque siempre perdona, a ti tantas veces. - por haberte dado a su Madre la Virgen.
b. Petición: - que te aumente la fe, la esperanza, la caridad y la humildad. - dolor
de amor; un corazón grande; verdadera vida interior. - que seas santo, viviendo con
generosidad tu vocación. - por la Iglesia y el Papa; por la diócesis y el obispo; por los
sacerdotes: que sean santos y nunca falten; por la unidad de los cristianos. - por tu
familia: (dile nombres y cosas en concreto). - por tus amigos, por tus compañeros, tu
apostolado (dile nombres y cosas en concreto). - por la paz en el mundo; que se
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acaben las guerras y el terrorismo; que nadie pase hambre. - que nadie aborte; que las
leyes y la ciencia estén al servicio del bien de la humanidad. - por la humanidad; que
cada vez le conozca más gente, reconociendo en Jesús al Salvador.
c. Adoración: - hacer actos de amor: lo que le quieres y quisieras quererle;
amarle por los que no le aman. - actos de entrega: que eres todo suyo, que sólo
quieres vivir para él, que le entregas toda tu vida, tus posibilidades, tu futuro, etc.
d. Desagravio: - pedirle perdón por los pecados de todos los hombres de todos
los tiempos. - por tus pecados, faltas de amor y entrega, olvidos, rutina, indiferencia... -
no hay mayor desprecio que no hacer aprecio, y cuántas veces los hombres -y tú en
concreto- no han apreciado lo que él hace por nosotros.

E. UNA ORACIÓN QUE TE AYUDE PARA ANTES DE LA CELEBRACIÓN DE CADA


MISA: Oración preparando la Santa Misa.
Dios mío, tú has creado este maravilloso mundo que disfrutamos: tierra y mar,
cielo y firmamento, animales con todas sus especies... Todo lo bueno que tengo,
empezando por la vida, lo he recibido de ti. Gracias: quiero agradecértelo. A la vez,
Señor, cuando miro el comportamiento de los hombres -empezando por el mío- observo
que hay maldad en nuestros corazones: te devolvemos mal por bien, estropeamos lo
bueno que tú nos das. Siento, Dios mío, el dolor que te causamos. Perdónanos: quiero
pedirte perdón. ¿Qué quieres que haga por ti, Señor? Por mi parte, te dedico y ofrezco
todo lo que tengo y todo lo que soy. Y también todo lo bueno de todos los hombres de
todos los tiempos. Y... sobre todo... la vida del primero de los hombres, Jesús, tu Hijo
primogénito. El es el Cordero de Dios, que con el sacrificio de su vida, quita y borra el
pecado del mundo. Por eso estoy aquí en Misa: para ofrecerte hoy, en nombre de todos
tus hijos, el único sacrificio de Jesucristo, y con él, ofrecerte el sacrificio de todo lo que
tengo, hago y soy. Gracias, y recibe con gusto esta Misa que es de Cristo y mía: te
ofrecemos los dos nuestras vidas. Quiero vivirla con verdadero amor, agradecimiento,
adoración y dolor. Madre mía, tú que estuviste en la primera Misa, enséñame a vivirla
con tus mismos sentimientos. Amén.

4. PREGUNTAS.

-¿Me preparo para la celebración de la Eucaristía? ¿Llego un poquito antes para hacer
parón del estrés diario y hacer conciencia de la celebración? ¿O llego con el tiempo
justo o incluso tarde?
- ¿Escucho con atención y participo de la Santa Misa? ¿O simplemente estoy presente,
repitiendo sin ser consciente muy bien de qué?
- ¿Crees que influye el hecho de conocer las partes de la Santa Misa para vivirla de
verdad?

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5. MAFNIFICAT

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi


Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha


hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus
fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del
trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de
bienes y a los ricos despide vacíos.

Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había


prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por
siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y


siempre por los siglos de los siglos.

Amen.

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REUNIÓN DE MARZO.
La vocación.

1. ORACIÓN

Señor, no tienes manos, tienes sólo


nuestras manos para construir un
mundo nuevo donde habite la
justicia. Concédenos, Señor, fortaleza
y entrega.

Señor, no tienes pies, tienes sólo


nuestros pies para poner en marcha a
los hombres por el camino de la
libertad. Concédenos, Señor,
comprensión y estima.

Señor, no tienes labios, tienes sólo


nuestros labios para proclamar al
mundo la Buena Noticia de tu
Evangelio. Concédenos, Señor,
sabiduría y consejo.

Señor, no tienes medios, tienes sólo


nuestra acción para lograr que todos
los hombres sean hermanos.
Concédenos, Señor, ser testigos de tu
Evangelio.

Amén.

Mateo 4, 18-20 “Y andando junto al mar de Galilea, vio a dos hombres, Simón,
llamado Pedro, y Andrés su hermano, echando la red en el lago, porque eran
pescadores. Y les dijo: Seguidme, y yo os haré pescadores de hombres. Entonces ellos,
dejando al instante las redes, le siguieron”

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2. PPV

Oración
Personalización
Misión: Familia y sociedad
Participación en la vida de los equipos

En un ambiente de oración y meditación, reflexionamos sobre cómo ha sido nuestra


vida desde la última reunión, y cómo de presente ha estado el Señor en ella. Podemos
ayudarnos de las siguientes preguntas:

• ¿He sido constante en mi oración? A la hora de rezar, ¿He sabido apartar el


resto de cosas y centrarme en mi relación con Jesús? ¿Soy capaz de vencer a la
pereza y el aburrimiento y dedicar parte de mi día a día a Dios?
• ¿He hecho un esfuerzo real por corregir las actitudes que me apartan de una
vida verdaderamente cristiana? ¿Soy capaz de descubrir aquello en lo que fallo,
o me justifico fácilmente?
• ¿Qué tiempo de mi vida dedico a mi familia? ¿Soy consciente de su importancia
como apoyo y motor de mi desarrollo como persona y como cristiano? Fuera
de mi casa, ¿Intento vivir los valores cristianos, o me olvido fácilmente de ellos,
haciendo de la fe un simple paréntesis de mi vida cotidiana? ¿Qué propuestas
concretas puedo hacerme para acercarme a los que me rodean?
• ¿Intento que el movimiento de los Equipos de Nuestra Señora tenga un papel
protagonista en mi vida cristiana, o lo considero un añadido mensual? Respecto
a los actos comunes, ¿Qué importancia les doy? Los motivos por los que no
asisto, ¿Son verdaderos motivos, o me dejo llevar por la timidez o la pereza?

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3. TEMA DE LA REUNIÓN

La vocación es un concepto que integra tres aspectos:


• una llamada por parte de Dios a vivir de una determinada manera,
• la respuesta que se da a esa llamada
• y la forma concreta en que hacemos realidad en nuestra vida esa
respuesta.
No es ni la llamada, ni la respuesta por sí solas, sino la realización existencial que
resulta de ambas. Es preciso verla, pues, como una voz amiga e invitadora que provoca
un cambio en la persona, un cambio dirigido a acoger y responder a una determinada
forma de vida; aquello a lo que Dios nos llama y para lo cual nos capacita.

“Ven, sígueme”
En el Evangelio vemos cómo Cristo pasa junto a personas normales y les llama:
“Al salir de allí, Jesús vio a un hombre, llamado Mateo, sentado en la oficina de los
impuestos, y le dijo: Sígueme. Él se levantó y lo siguió.” (Mt 9,9). Invita a seguirle a
quienes luego serán discípulos suyos. La iniciativa parte de Él, del Maestro, y por eso la
vocación no es una predisposición natural o una inclinación de la persona solamente,
no responde a méritos especiales sino a un proyecto, a un plan que Dios tiene para
cada uno. “El Señor me dijo: Antes de formarte en el vientre de tu madre te conocí;
antes de que salieras del seno te consagré; como profeta de las gentes te constituí.”
(Jer 1,4-5)

Una historia personal


La vocación no puede ser vista solamente en el sentido restrictivo de una
espiritualidad sacerdotal o religiosa, sino en su acepción más amplia y profunda: como
aquello que nos lleva a ser lo que hemos de ser para realizarnos plenamente como
personas, en un tiempo y en un contexto determinados, construyendo nuestra propia
historia personal en relación a Dios y a esa llamada.
En la Biblia encontramos muchos ejemplos de distintas llamadas. En el Antiguo
Testamento se encuentran vocaciones de muy diferentes tipos: Abrahán, Moisés, los
Profetas, los Jueces, los Reyes… Llamadas especiales a personas escogidas para realizar
ciertas misiones en orden a la salvación. Del mismo modo, el Nuevo Testamento
presenta múltiples y diversas misiones, conferidas a diferentes tipos de personas
elegidas, llamadas y dotadas para realizarlas. Destacamos aquí, por su importancia, la
vocación de María de Nazaret.

“Cada vida es vocación”

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Dios dirige su llamada a cada persona, ya que quiere establecer con cada uno
una relación personal, y lo hace de forma original e individualizada. Podríamos decir
que en Dios hay tantas vocaciones como personas.
En palabras de Pablo VI, “cada vida es vocación”. Cada uno realiza la vocación a
su modo, haciendo de su vida una propuesta abierta al bien de todos. La novedad
constante de Dios siempre es capaz de hacer surgir nuevas y sorprendentes maneras
de vivir la propuesta cristiana.

No existe un “vocacionómetro”
Toda vocación conlleva un ejercicio de discernimiento: la persona tiene que
descubrir cuál es el proyecto concreto que Dios tiene para ella. Este discernimiento
puede no ser tarea fácil, y en ocasiones necesita de un acompañante espiritual que
ayude a distinguir adecuadamente. Sin embargo, Dios va llevando a cada uno,
suavemente, sin grandes estridencias, por caminos ordinarios y hasta casuales a veces,
hasta situarlo en condiciones de entender la llamada y responder a ella.
En nuestra historia personal, en nuestro encuentro con las personas y dentro de
cada uno se oye la voz de Dios que despierta inquietudes que se hacen realidad en
opciones distintas; laborales, familiares…
La vocación no es una respuesta o una afirmación de un momento, sino que
habrá momentos de clarificar opciones, de indefinición acerca de lo que sentimos o
debemos hacer… Se realiza durante toda la vida, en un camino que hay que ir
reafirmando, rectificando y reconduciendo cuando sea necesario.

“Entregó talentos según la capacidad de cada uno”


Dios no llama a un imposible, aunque a veces pueda parecer así al que recibe la
vocación. Algo así vemos en la vocación de Jeremías: “La palabra de Yahveh ha sido
para mí oprobio y befa cotidiana. Yo decía: No volveré a recordarlo, ni hablaré más en
su Nombre. Pero había en mi corazón algo así como fuego ardiente, prendido en mis
huesos, y aunque yo trabajaba por ahogarlo, no podía” (Jer 20,8-9). El profeta se
queja; quiere una vida más simple y sin riesgos, pero desde dentro de él mismo surge
el imperativo de la misión.
“Será como un hombre que iba a salir de viaje a tierras lejanas; llamó a sus
servidores de confianza y les encargó sus bienes. A uno le dio cinco talentos; a otro,
dos; y a un tercero, uno, según la capacidad de cada uno, y luego se fue.” (Mt 25, 14-
30). Dios no llama a una persona sin dotarlo de los elementos que le hacen apto para
seguir su camino. Dones, habilidades, capacidades personales… son en realidad un
regalo que Dios da por amor, haciendo capaz de amar de una manera particular, y
dando así la capacidad de responder con la confianza necesaria para hacerlo
plenamente.

40
El éxodo, experiencia fundamental de la vocación

La respuesta vocacional, aun siendo lo mejor para cada persona, exige un


compromiso e implica renuncias a ciertas cosas. Citamos al Papa Francisco: “En la raíz
de toda vocación cristiana se encuentra este movimiento fundamental de la
experiencia de la fe: creer quiere decir renunciar a uno mismo, salir de la comodidad y
rigidez del propio yo para centrar nuestra vida en Jesucristo; abandonar, como
Abrahán, la propia tierra poniéndose en camino con confianza, sabiendo que Dios
indicará el camino hacia la tierra nueva”.

La respuesta depende en gran medida de la generosidad personal y del amor


maduro hacia el Señor. Hay que recordar que el primer interesado en que nuestra vida
sea plena y alcancemos la felicidad… es Dios. Es con su ayuda con la que cumplimos la
misión que nos confía, Él está siempre de nuestra parte y es el primero en creer y
apostar por nosotros. “El que por mí deje casa, hermanos o hermanas, padre o madre,
hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna” (Mt 19,29).

Llamados a ser santos

El Papa Francisco comenta que el Concilio Vaticano II “nos ha ayudado a


comprender mejor que todos los cristianos, en cuanto bautizados, tienen igual dignidad
ante el Señor y los une la misma vocación, que es la santidad”.
La santidad es un don que nos da Dios, y no debe entenderse como algo
reservado a quienes dejan las ocupaciones ordinarias para dedicarse exclusivamente a
la oración (religiosos, sacerdotes, obispos…). Estamos llamados a ser santos
precisamente viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio cristiano en las
ocupaciones de cada día. Y cada uno en las condiciones y en el estado de vida en el
que se encuentra. “Los caminos de la santidad son múltiples y adecuados a la vocación
de cada uno” (Juan Pablo II).
Dentro de las distintas formas de vivir la llamada, y en orden a una necesaria
sistematización, el Vaticano II propone tres formas fundamentales: laicos (destacando
dentro de esta la vida matrimonial), clérigos y religiosos.

La vocación laical
El Concilio Vaticano II supuso una nueva conciencia del papel del laicado en la
Iglesia; es cierto que aún perdura la imagen del laico como alguien que “no es” ni
sacerdote ni religioso, y por tanto, no tiene una misión o un papel bien definido en la
Iglesia. Y, lógicamente, esa imagen no se corresponde con un sentido de llamada, de
envío, de vocación.
El papel del laico es el de ser portador de la misión evangelizadora de la Iglesia
en la vida de cada día: la familia, el trabajo, la política, la cultura, la lucha por la justicia
social... Es su tarea específica; estar instalados en la frontera entre el mundo de la fe y
el de la increencia, es lo que se espera de ellos.

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A los laicos corresponde decir una palabra nueva sobre los quehaceres de la vida.
Eso es hacer venir el Reino de Dios. Vivir y construir el Reino ha sido, es y será, el
sentido más profundo y auténtico de la tarea de los laicos.

La vocación matrimonial
El matrimonio, desde el planteamiento cristiano, es una llamada de Dios,
personal, singular, que confiere una misión concreta e implica todo un proyecto de
vida. Es una auténtica vocación, tan necesaria y valiosa para la Iglesia como las otras
vocaciones (sacerdocio y vida consagrada).

El matrimonio expresa el amor de Dios por su pueblo, que es la Iglesia. En el


matrimonio, el hombre y la mujer encuentran un camino particular para crecer en el
amor y crecer en santidad, precisamente en el amor compartido en la pareja, en la
vida en común, en la construcción de una familia, en la implicación como familia en la
construcción de un mundo mejor. Los esposos cristianos están llamados a amarse de
tal manera que la gente que les conozca pueda entender qué significa el amor que
predica la Iglesia, el amor de Dios.

La vocación al matrimonio lleva consigo una llamada a la santidad individual y al


mismo tiempo a procurar la santidad de la pareja. La vida en común implica compartir
los frutos y dificultades de la relación personal con Dios, siendo conscientes de que
teniendo cada uno de los cónyuges ritmos, horarios, necesidades y sensibilidades
distintas deben preocuparse y ocuparse del otro, basándose en un mismo proyecto y
estilo de vida en la familia guiada por el Espíritu Santo.

La vocación sacerdotal
La figura del sacerdote es la del pastor de la comunidad cristiana, dotado, por su
ordenación con la capacidad de celebrar los sacramentos, y llamado a orientar y a
servir a esa comunidad. Este sacramento del orden, sin embargo, no tiene un valor
meramente funcional; el hombre llamado para este ministerio adopta una opción
fundamental de vida que le otorga una nueva identidad. Esta opción se entronca con la
de los Apóstoles, llamados por Jesús con una autoridad y mandato específicos.
El sentido y la razón de ser del sacerdote están, precisamente, en relación a la
comunidad de creyentes. Es la comunidad cristiana la que marca la regla de vida al
sacerdote. En eso se diferencia del laico, que tiene pluralidad de centros de interés
(dentro del único centro que es Jesucristo), y se desmarca de la vida eminentemente
contemplativa.
En relación a la comunidad, el sacerdote ejerce una triple función: la profética
(sobre la Palabra), la de culto (sobre la Eucaristía) y la pastoral (sobre el Pueblo de
Dios). Todas estas funciones no como poder, sino como servicio.

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Hoy en día necesitamos descubrir en el sacerdote la transparencia del hombre de
Dios, del hombre santo que, desde su fe, nos confirme en nuestra propia fe.
Necesitamos sentirlo cerca, al lado, como el hermano mayor que nos precede y nos
remite al único maestro Jesucristo, como uno más entre nosotros; disponible, vacío de
sí mismo para dar cabida a los demás.

La vocación a la vida consagrada


La vocación religiosa supone una llamada que hace de los “consejos evangélicos”
su condición de vida: la virginidad, la pobreza y la obediencia son vividas no como algo
ocasional, sino de un modo estable, como forma de vida; como testimonio de que, en
un mundo en el que prima la idolatría del placer, de la posesión y del poder, Dios
existe y su amor puede llenar una vida.

La vida religiosa tiene un núcleo común, pero también multitud de expresiones


distintas, que le han ido dando los santos fundadores con sus respectivos carismas;
cada opción se centra en un aspecto de la vida de Jesús.

Los religiosos juegan un papel importante en la misión evangelizadora de la


Iglesia, mediante una vida bien contemplativa (centrada fundamentalmente en la
oración, junto con el estudio y el trabajo manual) o bien activa (prestando servicios, se-
gún los distintos carismas, al pueblo de Dios en diversos ámbitos: la educación, la
cultura, la sanidad, la predicación, el servicio a los pobres…).

Se puede decir que los religiosos están llamados por el Señor en la Iglesia y en el
mundo para ser “especialistas de la vida comunitaria”: su forma de vivir en comunidad
es un signo para que todos los cristianos reconozcamos la comunión y la unidad a la
que todos estamos llamados.

4. PREGUNTAS
• ¿Crees que Dios hace una llamada a cada uno, o la llamada es sólo a
determinadas personas con cualidades especiales?
• ¿Cómo puedes advertir esa llamada de Dios en tu vida?
• ¿Eres consciente de que, además de sacerdotes y religiosos, existen otras
maneras de vivir la vocación? ¿Qué relevancia crees que tienen?
• ¿A qué crees que Dios te llama en este momento?
• ¿Qué dificultades tenemos para seguir la llamada que Dios nos hace?

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5. MAGNIFICAT

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador,


porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de
generación en generación.
Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono
a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y
a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido
a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre
por los siglos de los siglos.
Amén.

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REUNIÓN DE ABRIL.
El Espíritu Santo.

1. ORACIÓN INICIAL
VEN, ESPÍRITU CREADOR
Ven, Espíritu Creador, visita las almas de tus fíeles y llena de la divina gracia los
corazones, que Tú mismo creaste.
Tú eres nuestro Consolador, don de Dios Altísimo, fuente viva, fuego, caridad y
espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los siete dones; Tú, el dedo de la mano de Dios; Tú,
el prometido del Padre; Tú, que pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra.
Enciende con tu luz nuestros sentidos; infunde tu amor en nuestros corazones; y,
con tu perpetuo auxilio, fortalece nuestra débil carne, Aleja de nosotros al enemigo,
danos pronto la paz, sé Tú mismo nuestro guía, y puestos bajo tu dirección, evitaremos
todo lo nocivo.
Por Ti conozcamos al Padre, y también al Hijo; y que en Ti, Espíritu de entrambos,
creamos en todo tiempo.,
Gloria a Dios Padre, y al Hijo que resucitó, y al Espíritu Consolador, por los siglos
infinitos. Amén.
V. Envía tu Espíritu y serán creados.
R. Y renovarás la faz de la tierra.
Oremos.
Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu
Santo; haznos dóciles a tu Espíritu para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo.

Por Jesucristo Nuestro Señor.


R. Amén.

*Rezada a diario por el Papa JPII.


En Enero de 1980, Juan Pablo II, hablando a un grupo de la renovación
carismática dijo:
Yo desde pequeño aprendí a rezarle al Espíritu Santo. Cuando tenía 11 años, me
entristecía porque se me dificultaban mucho las matemáticas. Mi padre, me mostró en
un librito el Himno '"VEN CREADOR ESPIRITU"', y me dijo: Rézalo y verás que El te
ayuda a comprender. Llevo más de 40 años rezando este himno todos los días y he
sabido lo mucho que ayuda el Divino Espíritu.

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2. PPV
Oración
Personalización
Misión: en la familia y en la sociedad
Participación en la vida en los Equipos

- ¿Cómo realizo mi oración? ¿realmente presto atención y la hago con devoción?


¿o en ocasiones se convierte en una simple repetición?
- ¿He intentado dar lo mejor de mí? ¿Intento mejorar día a día, o la pereza y el
conformismo me vencen?
- ¿He tenido paciencia con los demás, en especial en casa, con la familia? ¿Estoy
dispuesto a darme a los demás, a ofrecerme, o me encierro en mi mismo?
- ¿Cómo es mi actitud cuando voy a las reuniones? ¿estoy dispuesto a participar
o más bien voy con una actitud pasiva? ¿Participio en la vida comunitaria de los
equipos o simplemente cumplo yendo a las reuniones?

3. TEMA

La fe en el Espíritu Santo
La Iglesia profesa su fe en el Espíritu Santo que es «Señor y dador de vida». Según
el Evangelio de Juan, el Espíritu Santo nos es dado con la nueva vida, como anuncia y
promete Jesús el día grande de la fiesta de los Tabernáculos: « " Si alguno tiene sed,
venga a mí, y beba el que cree en mí ">>, como dice la Escritura: De su seno correrán
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ríos de agua viva ». Y el evangelista explica: «Esto decía refiriéndose al Espíritu que
iban a recibir los que creyeran en él ». Es el mismo símil del agua usado por Jesús en su
coloquio con la Samaritana, cuando habla de una « fuente de agua que brota para la
vida eterna », y en el coloquio con Nicodemo, cuando anuncia la necesidad de un
nuevo nacimiento «de agua y de Espíritu» para «entrar en el Reino de Dios ».
El Espíritu Santo, como proclamamos en el Credo, procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria: él es una Persona
divina que está en el centro de la fe cristiana y es la fuente y fuerza dinámica de la
renovación de la Iglesia.
La Iglesia, por tanto, instruida por la palabra de Cristo, partiendo de la
experiencia de Pentecostés y de su historia apostólica, proclama desde el principio su
fe en el Espíritu Santo, como aquél que es dador de vida, aquél en el que el
inescrutable Dios uno y trino se comunica a los hombres, constituyendo en ellos la
fuente de vida eterna.
Esta fe, profesada ininterrumpidamente por la Iglesia, debe ser siempre
fortalecida y profundizada en la conciencia del Pueblo de Dios. En nuestra época, pues,
estamos de nuevo llamados, por la fe siempre antigua y siempre nueva de la Iglesia, a
acercarnos al Espíritu Santo.

Los dones y frutos del Espíritu Santo


Según el Catecismo de la Iglesia Católica, los dones del Espíritu Santo son:
• Don de Ciencia, es el don del Espíritu Santo que nos permite acceder al
conocimiento. Es la luz invocada por el cristiano para sostener la fe del
bautismo.
• Don de Consejo, saber decidir con acierto, aconsejar a los otros
fácilmente y en el momento necesario conforme a la voluntad de Dios.
• Don de Fortaleza, es el don que el Espíritu Santo concede al fiel, ayuda en
la perseverancia, es una fuerza sobrenatural.
• Don de Inteligencia, es el del Espíritu Santo que nos lleva al camino de la
contemplación, camino para acercarse a Dios.
• Don de Piedad, el corazón del cristiano no debe ser ni frío ni indiferente.
El calor en la fe y el cumplimiento del bien es el don de la piedad, que el
Espíritu Santo derrama en las almas.
• Don de Sabiduría, es concedido por el Espíritu Santo que nos permite
apreciar lo que vemos, lo que presentimos de la obra divina.
• Don de Temor, es el don que nos salva del orgullo, sabiendo que lo
debemos todo a la misericordia divina.

Los frutos del Espíritu Santo son perfecciones que forma en nosotros el Espíritu
Santo como primicias de la gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera doce:
• Caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad,
mansedumbre, fe, modestia, continencia y castidad.

Decía San Juan Pablo II, en su encíclica Dominum et vivificantem, que el auténtico
don del Espíritu Santo es "el don de la verdad de la conciencia y el don de la certeza de
la redención". Así pues, en la raíz del pecado está la mentira, el rechazo de la verdad.
"La "desobediencia", como dimensión originaria del pecado, significa rechazo de esta

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fuente por la pretensión del hombre de llegar a ser fuente autónoma y exclusiva en
decidir sobre el bien y el mal". El Espíritu Santo convence, por tanto, al mundo en lo
referente al pecado constantemente guiando hacia la «justicia» que ha sido revelada
al hombre junto con la Cruz de Cristo, mediante « la obediencia hasta la muerte ».
Así mismo, dice que el Espíritu Santo no sólo es el testigo directo del mutuo amor
entre Dios Padre y Dios Hijo, del que deriva la creación, sino que él mismo es este
amor. El mismo, como amor, es el eterno don increado. En ese amor se encuentra la
fuente y el principio de todo obsequio a las criaturas. Crear quiere decir llamar a la
existencia desde la nada; por tanto, crear quiere decir dar la existencia. Y si el mundo
visible es creado para el hombre, por consiguiente el mundo es dado al hombre. Y
contemporáneamente el mismo hombre en su propia humanidad recibe como don una
especial «imagen y semejanza» de Dios. Esto significa no sólo racionalidad y libertad
como propiedades constitutivas de la naturaleza humana, sino además, desde el
principio, capacidad de una relación personal con Dios, como « yo » y « tú » y, por
consiguiente, capacidad de alianza que tendrá lugar con la comunicación salvífica de
Dios al hombre. En el marco de la «imagen y semejanza» de Dios, «el don del Espíritu»
significa, finalmente, una llamada a la amistad, en la que las trascendentales
«profundidades de Dios» están abiertas, en cierto modo, a la participación del hombre.

Vocación a la Santidad
Ser santos significa estar unidos en Cristo a Dios, perfecto y santo. “Sean por
tanto perfectos como es perfecto su Padre celestial” (Mt 5, 48), nos ordena Jesucristo.
“Sí, lo que Dios quiere es su santificación”.
Dios quiere nuestra santidad porque nos ha creado “a su imagen y semejanza”, y
de ahí que Él mismo nos diga: “Sed Santos, porque yo soy santo” (Lv 11, 44). La
santidad de Dios es el principio, la fuente de toda santidad. Y aun mas, en el Bautismo,
Él nos hace participes de su naturaleza divina, adoptándonos como hijos suyos, y por
tanto quiere que sus hijos sean santos como Él es santo.
Todo ser humano está llamado a la santidad, que “es plenitud de la vida cristiana
y perfección de la caridad, y se realiza en la unión íntima con Cristo y, en Él, con la
Santísima Trinidad. El camino de santificación del cristiano, que pasa por la cruz,
tendrá su cumplimiento en la resurrección final de los justos, cuando Dios sea todo en
todos”
Pero, ¿y cómo podemos llegar a ser santos? El cristiano ya es santo en virtud del
Bautismo, la santidad esta inseparablemente ligada a la dignidad bautismal de cada
cristiano. En el agua del Bautismo de hecho hemos sido “lavados, santificados,
justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu Santo”; hemos sido
hechos verdaderamente hijos de Dios y coparticipes de la naturaleza divina, y por eso
realmente santos.
Y porque somos santos sacramentalmente (ontológicamente - en el plano de
nuestro ser cristianos), es necesario que lleguemos a ser santos también moralmente,
es decir en nuestro pensar, hablar y actuar de cada día, en cada momento de nuestra
vida. Nos invita el Apóstol Pablo a vivir “como conviene a los santos” (Ef 5, 3), a
revestirnos “como conviene a los elegidos de Dios, santos y predilectos, de
sentimientos de misericordia, de bondad, de humildad, de dulzura y de paciencia” (Col
3, 12).

48
Debemos con la ayuda de Dios, mantener, manifestar y perfeccionar con nuestra
vida la santidad que hemos recibido en el Bautismo: Llega a ser lo que eres, he aquí el
compromiso de cada uno.
Este compromiso se puede realizar, imitando a Jesucristo: camino, verdad y vida;
modelo, autor y perfeccionador de toda santidad. Él es el camino de la santidad.
Estamos por tanto llamados a seguir su ejemplo y a ser conformes a Su imagen, en
todo obedientes, como Él, a la voluntad del Padre; a tener los mismos sentimientos
que tuvo Cristo Jesús, el cual “se despojó de su rango, tomando la condición de siervo
(…) haciéndose obediente hasta la muerte” (Fil 2, 7-8), y por nosotros “de rico que era
se hizo pobre” (2 Cor 8, 9).
La imitación de Cristo, y por lo tanto el llegar a ser santos, se hace posible por la
presencia en nosotros del Espíritu Santo, quien es el alma de la multiforme santidad de
la Iglesia y de cada cristiano. Es de hecho el Espíritu Santo quien nos mueve
interiormente a amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente,
con todas las fuerzas (cfr. Mc 12, 30), y a amarnos los unos a los otros como Cristo nos
ha amado (cfr. Jn 13, 34).

4. PREGUNTAS
• ¿Cómo y cuándo recibimos el Espíritu Santo?
• ¿Tengo conciencia de quien es el Espíritu Santo? ¿Lo tenía presente? ¿Se
buscarle un hueco en mi vida?
• ¿Me acuerdo de Él en mi Oración? ¿Se rezarle al Espíritu Santo?
• “(…) Ahora, nosotros tenemos el pensamiento de Cristo, es decir el Espíritu
de Cristo. Esta es la identidad cristiana. No tener el espíritu del mundo,
ese modo de pensar, ese modo de juzgar… Puedes tener cinco títulos en
teología ¡pero no tener el Espíritu de Dios! Quizás serás un gran teólogo,
pero no eres un cristiano porque no tienes el Espíritu de Dios. Lo que da
autoridad, lo que te da la identidad es el Espíritu Santo, la unción del
Espíritu Santo (…)” Papa Francisco. A colación, nos podríamos preguntar,
¿Tenemos nosotros identidad de cristiano? ¿Tenemos el Espíritu Santo?

5. MAGNIFICAT
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi
Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de
generación en generación.
Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del
trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había
prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre
por los siglos de los siglos.
Amén.

49
REUNIÓN DE MAYO.
María.

1. ORACIÓN
Si se levantan los vientos de las tentaciones,
si tropiezas en los escollos de las tribulaciones,
mira a la estrella, llama a María.
Si eres agitado de las ondas de la soberbia,
si de la detracción, si de la ambición, si de la emulación,
mira a la estrella, llama a María.
Si la ira, o la avaricia, o el deleite carnal impele violentamente la navecilla de tu alma,
mira a María.
Si, turbado a la memoria de la enormidad de tus crímenes,
confuso a vista de la fealdad de tu conciencia,
aterrado a la idea del horror del juicio,
comienzas a ser sumido en la sima sin suelo de la tristeza,
en el abismo de la desesperación, piensa en María.
En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María.
No se aparte María de tu boca, no se aparte de tu corazón;
y para conseguir los sufragios de su intercesión,
no te desvíes de los ejemplos de su virtud.
No te descaminarás si la sigues, no desesperarás si la ruegas,
no te perderás si en ella piensas.
Si ella te tiene de su mano, no caerás;
si te protege, nada tendrás que temer;
no te fatigarás, si es tu guía;
llegarás felizmente al puerto, si ella te ampara.

(San Bernardo, Sobre la excelencias de la Virgen Madre, 2, 17)

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2. PPV.
Oración

Personalización

Misión: en la familia y en la sociedad

Participación en la vida en los Equipos

• ¿Qué he hecho yo hoy o esta semana por mis hermanos de manera


desinteresada? ¿Qué podría hacer? ¿Cómo ha sido mi vida de oración? ¿Qué
medios empleo y qué dificultades encuentro para mi vida de oración?
• ¿Cómo me tomo mi vida de personalización? ¿Qué defectos y qué virtudes veo
que voy trabajando más en mi vida?
• ¿Dónde llevo a cabo la Misión para la que el Señor me llama? ¿Cómo vivo mi
ser cristiano en mi familia? ¿Cómo vivo mi fe en medio del mundo?
• ¿Cómo es mi participación en la vida de los Equipos? ¿Me tomo en serio mi
vivir la vida cristiana formando parte de este movimiento?

3. TEMA
En mayo, mes de las flores, los católicos lo dedicamos a venerar a Nuestra
Señora, Nuestra Madre: La Virgen María.

“El mes de mayo nos estimula a pensar y a hablar de modo particular de Ella…
invita a nuestros corazones a abrirse de manera singular a María”. (Juan Pablo II,
Audiencia General, 2 mayo de 1979).

Desde lo más sencillo, analicemos el nombre de María, que en hembreo es


Myriam, y significa: Doncella, Señora, Princesa.

Conozcamos mejor a La Virgen a través de sus actos:

María, apenas siendo una niña, una criatura humilde y débil como nosotros, fue
escogida por Dios para ser la Madre de Nuestro Señor Jesucristo y Madre Nuestra.
Ante el anuncio del Ángel, no oculta su asombro al verse elegida, precisamente Ella.
Una sencilla muchacha de Nazaret, que no vive en palacios de poder y de la riqueza,
que no ha hecho cosas extraordinarias, pero que cree y confía en Él ciegamente. Dice
un generoso “sí” a Dios, aunque no lo comprenda del todo: “He aquí la esclava del
Señor, hágase en mi según tu palabra” (Lc 1,38). María que ya estaba prometida, que
tenía proyectos para el futuro, que tenía planes para su vida… no pone inconvenientes,
no piensa en sí misma (si está preparada, si tiene capacidades…) todo lo abandona, sin

51
calcular, sin medir la entrega… para hacer la voluntad de Dios. Según San Bernardo:
“María acogió primero a Cristo en su corazón y después en su vientre”

El Señor siempre nos sorprende, rompe nuestros esquemas, pone en crisis


nuestros proyectos, y nos dice: Fíate de mí, no tengas miedo, déjate sorprender, sal de
ti mismo y sígueme.

Preguntémonos hoy todos nosotros si tenemos miedo de lo que el señor pudiera


pedirnos o de lo que nos está pidiendo.

• ¿Me dejo sorprender por Dios, como hizo María, o me cierro en


mis seguridades (materiales, intelectuales, ideológicas o de mis proyectos)?
¿Dejo entrar a Dios verdaderamente en mi vida?

La Virgen, inspirada por el Espíritu Santo, visitó a su prima Isabel para servirle, ya
que había concebido un hijo a su vejez. María recorrió 150 Km desde Nazaret hasta
Ain-Karim (Judea), ciudad de montaña a 3Km de Jerusalén. El recorrido duró 4 o 5 días.
Santa Isabel recibió a Nuestra Señora con estas palabras: “Bendita tú eres entre todas
las mujeres y bendito el fruto de tu vientre […] ¡Oh bienaventurada tú, que has creído!
Porque se cumplirán las cosas que han dicho, de parte del Señor” (Lc 1, 42-45). Y
María le contestó: “Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en
Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me
llamarán dichosa todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes
por mí. Su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en
generación” (Lc 1, 46-50).

La Virgen María nos enseña de un modo especial la Visitación, las virtudes de


humanidad, caridad, generosidad, así como el deseo de servir con prontitud.

• ¿Estoy atento a qué necesitan los demás? ¿Le dedico tiempo


suficiente a mi familia?

La presencia de María es constante y a la vez discreta, y esto se percibe durante


toda la vida de su hijo. Ella sabía que en su vida pública debía retirarse para dejar que
naciera la nueva familia de Jesús, sus discípulos: “¿Quién es mi madre y quiénes son
mis hermanos?...El que cumple la voluntad de mi padre del cielo, ese es mi hermano,
mi hermana y mi madre” (Mt 12, 48-50). Y esto muestra que Ella es la Madre de Jesús
no solamente en cuerpo sino también en corazón.

La primera intervención de Nuestra Señora en la vida pública de Jesús fue


durante las bodas de Cana en Galilea, a las que fueron invitados Jesús, su Santísima
Madre y los Apóstoles. La Virgen observó que faltaba vino, para evitar que pasaran

52
vergüenza, se lo dijo a su hijo. Después María dijo a los sirvientes: “Haced lo que Él os
diga” (Jn 2,3-5).

Gracias a la mediación de la Virgen, Jesucristo realizó su primer milagro, el de


convertir el agua en vino. Nuestra Madre, en sus palabras nos revela a cada uno de
nosotros el secreto para alcanzar la Salvación.

“María es siempre el camino que conduce a Cristo” (Pablo VI).

• ¿Y de lo que Él nos dice, solo hacemos lo que nos agrada?

La Virgen estuvo junto a la Cruz de Jesús, llena de dolor pero serena. Todos los
demás huían, cuando todos los apóstoles, excepto Juan, decían estar dispuestos a dar
la vida por Él lo abandonaron. Y sin embargo, allí estaba su Madre, siempre unida a
Jesús, fiel a Él. “Junto a la Cruz estaba su Madre” (Jn 19,25). Cristo al ver a su lado a
María y a Juan, dijo: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Luego dijo al discípulo amado: “Ahí
tienes a tu madre” (Jn 19, 26-27). La Santísima Virgen nos enseña a sufrir con paciencia
y fortaleza las penas y aflicciones de esta vida, aceptando con amor los designios de la
Divina Providencia. Con estas palabras Jesucristo quiere decir a su Madre que no se
queda sola, y la encomienda a San Juan. A partir de ese momento, la Virgen se
convierte en la Madre espiritual del apóstol y de todos los cristianos, ya que Juan nos
representa a todos nosotros.

• ¿Cómo nos comportamos cuando nos encontramos con


contrariedades? ¿Cómo vencemos nuestra cobardía para seguir a Jesús? ¿En
qué se traduce en nuestra vida el hecho de ser hijos de María?

María es nuestro ejemplo, nuestro modelo a seguir de como una persona se


debe comportar ante el amor del Padre. Con Ella aprendemos a orar, a confiar en Dios
y a aceptar el sufrimiento gracias al amor. Porque Cristo es nuestra fuerza, que nace
desde lo más profundo de nuestros corazones, y así nos lo muestra Nuestra Madre.

“Los fieles aún se esfuerzan por crecer en santidad venciendo al pecado; por eso
levantan sus ojos hacia María, que brilla ante toda su comunidad de los elogios como
modelo de virtudes” (Concilio Vaticano II, Const. Dogmática Lumen Gentiun, n 65).

• ¿Cómo oramos a María, Nuestra Señora?

“La fe es el corazón de toda la historia de María” (Papa Francisco).

53
4. PREGUNTAS.
-¿Valoro el “Sí” de María? ¿Soy consciente de las circunstancias en las que Ella dijo
“hágase tu voluntad” y se entregó totalmente a Dios?

-Y yo, ¿Soy capaz de dar ese “Sí” a Dios como lo hizo María? ¿Igualmente, soy capaz en
circunstancias adversas de decir “hágase tu voluntad” como lo hizo nuestra Madre?

- ¿Tomo a María de ejemplo en mi vida? ¿Me acuerdo de ella con frecuencia?

5. MAGNIFICAT.
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi
Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho
obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de
generación en generación.
Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del
trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había
prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre
por los siglos de los siglos.
Amén.

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REUNIÓN JUNIO.
Reunión balance.

1. ORACIÓN.
Queremos ser mensajeros de tu Palabra; danos valentía para llevarla por todos los
rincones de nuestra sociedad, Señor.

Queremos ser sembradores de tu Esperanza; danos perseverancia para no bajar los


brazos y empezar cada día como si fuera el primer día de labranza.

Queremos ser anunciadores de Buenas Nuevas; danos alegría para contagiar a otros la
gratuidad de tu amor.

Queremos ser una mano tendida al otro; danos compasión para sentir tu espíritu y
actuar con compromiso.

Queremos ser constructores de comunidad; danos comprensión para escuchar, para


fortalecer las relaciones, para unir a las personas.

Queremos ser peregrinos de tus caminos; estar siempre en movimiento; sin


instalarnos, sedientos siempre de búsqueda y de encuentro. Muéstranos el horizonte,
mantén vivas las utopías, ayúdanos a seguir adelante.

Queremos ser tus testigos, Señor de la Historia; queremos mostrar con nuestra vida
que Tú estás en medio de nosotros.

Danos la fe de tantos que, a diario y sin primeras planas, hacen santo tu nombre
porque hacen presente en este mundo al Dios-con-nosotros, con vida, testimonio y
ejemplo de hermanos de todos.

Del santo Evangelio según san Juan 15, 1-8

«Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da


fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Vosotros estáis
ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado. Permaneced en mí, como yo en
vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no
permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid;
vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto;
porque separados de mí no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mí, es

55
arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y
arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que
queráis y lo conseguiréis. La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis
mis discípulos.

2. PLAN PERSONAL DE VIDA (PPV)


Hoy acaba nuestro curso de los ENSJ pero este tiempo que ahora comienza no
debe ser un tiempo de desconexión en cuanto a nuestro PPV, ya que para Dios no
existen las vacaciones. Reflexionemos sobre nuestro PPV y vamos a plantearnos cómo
llevarlo a cabo estos meses en los que el cambio de rutina nos puede hacer descuidar
un poco la oración, personalización, misión y vida en los equipos.

• Oración:
- ¿En qué momento del día y durante cuánto tiempo voy a realizar mi rato de
oración en los meses de verano?
- ¿Cómo la voy a realizar? Con el Evangelio, algún libro espiritual, etc.

• Personalización:
- Ahora que tenemos más tiempo es el momento de reflexionar sobre cómo
somos, cuáles son nuestras virtudes y nuestros defectos y cómo podemos
potenciar las primeras y corregir los segundos.

• Misión: en la familia y en la sociedad.


- ¿Qué voy a hacer de manera desinteresada por mis hermanos en estas
fechas en las que seguramente tenga más tiempo libre?
- ¿Voy a intentar estar pendiente de lo que necesite mi familia?

• Vida en el movimiento ENSJ.


- ¿Voy a estar pendiente de los miembros de mi equipo durante estos meses
en los que a lo mejor no nos veremos?
- ¿Voy a participar en el Encuentro Internacional que tendremos en julio?
- ¿Me voy a ofrecer a los miembros de la local para que cuenten conmigo en
cualquier cosa que necesiten?

56
3. BALANCE DEL CURSO
El objetivo de esta reunión es hacer una revisión de lo que ha sido el año en el
equipo base y en el movimiento, viendo cuál ha sido nuestra “evolución” en la fe y en
el amor a Jesús.

De esta reunión deben salir los propósitos que vamos a intentar aplicar el curso
que viene para limar los defectos que hayamos podido tener en la vida de los equipos.

Algunas preguntas para reflexionar previas a la reunión:

- A lo largo de este curso, ¿he profundizado en mi fe?


- ¿He mejorado en la forma de vivir el PPV?
- ¿Participo en la Eucaristía al menos los domingos y los días de precepto?
- ¿Me he preocupado por mi formación espiritual?

Respecto a mi equipo base:

- ¿Me preparo las reuniones o voy sin leerme el tema y sin reflexionar
previamente?
- ¿Voy a todas las reuniones?
- ¿Soy puntual o hago perder el tiempo a matri, consiliario y demás
miembros del equipo?
- ¿Cómo es mi participación en el equipo?
- ¿Qué me han aportado los demás miembros de mi equipo a lo largo de este
curso?

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Respecto a la vida en el movimiento:

- ¿He ido a los actos comunes que hemos tenido a lo largo del curso?
Apertura, acto de Navidad, Eucaristías, retiro de cuaresma, clausura, etc.
- ¿Estoy comprometido con el movimiento? ¿Tengo disponibilidad para
ayudar en alguna labor? ¿Soy generoso con mi tiempo?

A continuación todos los miembros del equipo comparten todo aquello que
quieran para que mejore el equipo de cara al curso que viene. Aspectos a mejorar y
también comentar aquello que ha ido bien.

¿Qué temario le gustaría tener a los miembros del equipo base de cara al curso
que viene? Apuntar en un papel temas que sean de vuestro interés y hacerlo
llegar a algún miembro de la local para que lo tengan en cuenta a la hora de la
elaboración.

58
4. MAGNIFICAT

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;


porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras
grandes por mí; su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación
en generación.

El hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a
los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los
ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a


nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre.

59
ANEXO
Plan personal de vida.

Quiero en estas líneas recordarte algo que es fundamental en nuestra vida de


pertenencia a los ENS Jóvenes. Se trata del Plan Personal de Vida. Comprometerse en
los Equipos de Nuestra Señora es dar respuesta a la llamada que el Señor nos hace de
seguirlo personal y comunitariamente. Dios se ha fijado en ti. Te ha mirado. Te ha
llamado por tu nombre y te dice: "Ven y sígueme". Nuestra respuesta al Señor pasa
por el modo generoso y radical de asumir con el PPV una nueva forma de vida. Un Plan
de Vida exigente para mantener el tono de nuestra ofrenda, y a la vez adaptado a las
posibilidades de cada uno. Un plan de vida que adopto después de haber hecho un
discernimiento, personal y comunitario. El plan de vida no es un fin. No nos reunimos
en equipos para llevar un plan de vida. Es un medio para ayudarnos. El fin es dar una
respuesta a la llamada de Dios.

Creo que es fundamental en nuestra vida de seguimiento personal a Cristo el


tomarnos muy en serio nuestro PPV. En la vida cristiana no jugamos, nos entregamos
como jóvenes al camino de la santidad y para eso te ayudará mucho ser fiel al PPV.
Varias son las facetas de nuestra vida como equipista que debemos de cuidar con
esmero. Ellos son nuestros puntos de esfuerzo personales: La Oración; La
Personalización; La Misión; La Participación y, lo que llamamos El Complemento.

1. ORACIÓN

Debemos dedicar cada día un tiempo a la oración personal. Procuramos


encontrar cada semana, la posibilidad de un espacio más prolongado de oración. En un
día más tranquilo. En los Equipos de Nuestra Señora damos mucha importancia a la
oración personal. Sin ella no podemos ser: Hombres de fe ni Hombres de misión, etc.

La ORACIÓN es un tiempo de intimidad, un tiempo para Dios. Le abrimos


nuestras puertas para dejarle ser lo que quiere ser para nosotros. Sabemos que es así
en el conjunto de los días, aunque en cada día concreto no siempre nos resulte fácil.
Pero nuestra fidelidad es la medida de nuestra fe.

Dedicar un tiempo a una cosa, significa dejar cualquier cosa, significa dejar
cualquier otra preocupación o actividad, dándole la exclusiva a lo verdaderamente
importante. Dar la exclusiva significa, que, responsablemente, elegimos un momento
en que sabemos no se nos va a molestar, en un lugar en que podamos estar tranquilos.

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Pretendemos ser sólo para Él. Y aunque nos puedan traicionar nuestros pensamientos,
preocupaciones, etc... nuestra intención desde el primer momento es clara: Dios es lo
más importante de mi vida.

Dicho esto, entendemos que se trata de vivir un tiempo dedicado en exclusiva a


la relación personal con Dios, y que puede hacerse lo mismo participando
comunitariamente en la Eucaristía (la oración de las oraciones), que saboreando en
soledad unas palabras del Evangelio. La oración personal despertará progresivamente
en nosotros el don de la oración continua por el que hacemos presente a Dios en todo
quehacer convirtiéndolo también en oración. Nuestros trabajos y diversiones, todo
adquiere así su dimensión de ofrenda y alabanza.

2. PERSONALIZACIÓN

Los hombres somos seres racionales y sabemos que hay aspectos de nuestra vida
individual o de relación que siempre se pueden mejorar. Para ello, y a la luz del
discernimiento propio y del comunitario, centro mi esfuerzo de trabajo personal en
algún punto – “lo que tú”-sabes que no va bien en tu vida. De ahí que llamamos
“personalización” o “integración de la personalidad”, al hábito del trabajo personal por
el que intentemos vivir desde la verdad de lo que somos. Es un hábito que se adquiere
o no y es un trabajo para toda la vida. Es todo esfuerzo por no vivir engañándonos,
justificándonos falsamente en cada fracaso, culpabilizando por sistema a los otros o a
la suerte, resignándonos a decir “es que yo soy así...”, es que todo esfuerzo por no
dejar crecer y encallecerse lo que es irreal en nosotros.

Esta personalización debe ser real y verdadera. Este trabajo debe llevarnos a un
conocimiento más verdadero de nosotros mismos, simultáneamente a una aceptación
de lo que somos (todos somos +-, todos somos luces y sombras), y a construir
partiendo de la realidad una personalidad conforme al Evangelio.

Todo progreso hacia una conciencia más personal, hacia una interioridad más
rica, una autoestima más alta, una creatividad más diversa, una vida más abierta, un
amor más vivo, más dinámico, sirve al proyecto de Dios sobre nosotros, en nuestros
tiempos. En la medida en que se hace más humano, por la calidad de sus actos, de sus
relaciones, de toda su vida, el hombre se va haciendo más “divino”. Jesucristo nos
llama a la perfección: “sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto”. “Como
Él lo es”, “del modo en que Él lo es”. La perfección de Dios Padre, es la perfección del
amor que se da. Tender a la perfección, hacer de nuestras vidas un amor que se da, es

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un trabajo de desarraigo y de construcción. Desarraigar lo que nos impide amar,
construir el amor y hacerlo posible, eso es personalizar. De ahí que en nuestro PPV la
personalización es un elemento o medio clave para crecer en nuestro camino personal
de santidad.

3. MISIÓN

Los cristianos vivimos en un estado permanente de misión. “Todos sois


misioneros”. El encuentro con Dios en la oración, el trabajo de personalización que
hace posible una ofrenda cada vez más pura, nos llevan por sí mismos al compromiso y
a la solidaridad con los hermanos. El sentido de la misión, un compromiso cada vez
mayor con los otros, son el signo de nuestra verdad. ENTENDEMOS la misión en el
espíritu en que la vivió María. Ella no fue por la vida dando lecciones a nadie, sino que
viviendo en su respuesta cotidiana a Dios cada día se decidió a entregarse por entero a
servirlo en los demás.

Como equipistas debemos vivir en estado de misión en una doble coordenada:


en la familia (ad intra) y en la sociedad y en el mundo (ad extra). Tener espíritu de
familia, podría resumirse en cuatro conceptos: acogida, reconciliación, crear unión, dar
el tiempo libre. El primer campo de nuestra misión se concreta en nuestra propia vida
familiar. El otro campo de misión es la sociedad que nos rodea y en la que vivimos.
Progresivamente debemos insertarnos comprometidamente en la comunidad de los
hombres, en la sociedad. Nuestra solidaridad con ellos debe expresarse en algún
compromiso concreto, por pequeño que sea. Hay que hacer algo por alguien,
gratuitamente. Cada uno lo debe decidir, encontrar y comprometerse con fidelidad en
ese campo al que Dios nos llama. Recuerda que Dios te ha creado para que hagas algo
grande en este mundo y si tú no lo haces, lamentablemente, se quedará sin hacer.

4. PARTICIPACIÓN EN LA VIDA DE LOS EQUIPOS.

Con este punto del plan de vida nos comprometemos a participar activamente
en las reuniones de nuestros equipos y en los que a nivel local o provincial se
promuevan. En cualquier contexto en que se reúnan los equipos se celebra un
encuentro. Todos formamos parte activa e importante de los ENS jóvenes, de ahí que
todos nos tenemos que tomar muy en serio nuestra participación en las reuniones de
grupo, en las reuniones de amistad, en los retiros, en los ejercicios espirituales, en las
convocatorias, etc. La vida de los equipos no se cierra únicamente a la relación con
nuestro equipo; eso nos empobrece a todos. Formamos parte de un movimiento a
nivel internacional en el seno de la Iglesia. De ahí que urge que nos tomemos en serio
nuestra participación activa en la vida de los equipos. No se puede asistir a una

62
reunión en una actitud pasiva, de mero espectador, esperando sólo recibir, como
observando “desde fuera”. Si uno no se entrega, si no se toman en serio las cosas no se
puede saborear la experiencia formidable de la vida en equipo.

5. EL COMPLEMENTO: ¿POR QUÉ NO TENGO UN ACOMPAÑANTE ESPIRITUAL?

Hay un punto que te puede ayudar mucho en tu PPV. Es la figura de un


acompañante espiritual. Recuerda que cada miembro de los equipos debe tener una
persona de su confianza a la que acudir, y señalarse la periodicidad de las entrevistas
con esta persona a la que llamamos acompañante espiritual, con un mínimo de una
vez al trimestre o dos veces al año, pero siempre con la posibilidad de acudir en
cualquier momento. Esa persona, que es muy conveniente que sea el sacerdote con el
que te confiesas, será tu mejor aliado en tu camino de santidad.

PD. Querido equipista: ¡no temas nunca!. Por duro que te parezca es Dios quien
te ha llamado a formar parte de los equipos. Nadie le gana en generosidad al Señor.
Confía en él ciegamente y pon en práctica estos pequeños medios del PPV. No temas
ser uno de los grandes santos de este nuevo milenio.

La Local de Córdoba de los ENS Jóvenes

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CALENDARIO DEL CURSO 2015-2016

Actos comunes:

25 SEPTIEMBRE  Acto de apertura e información

9-13 OCTUBRE Peregrinación Fátima

23-26 OCTUBRE  Peregrinación Guadalupe

11 DICIEMBRE  Retiro adviento

4-6 MARZO  Retiro ENSJ

15 MAYO  Ofrenda floral jóvenes y matrimonios.

24 JUNIO  Clausura del curso

Misas mensuales:

18 OCTUBRE  Santa Isabel de Hungría

22 NOVIEMBRE  Cristo Rey

31 ENERO La Compañía

14 FEBRERO  Cañero

17 ABRIL  Perol pascua matrimonios

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