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ara la reactivación del consumo habrá que esperar hasta 2017. Según la proyección de
la consultora especializada Kantar Worldpanel, este año cerrará con una caída del 3%
en unidades en las ventas de artículos de la canasta básica, en línea con el retroceso que se
registró en el primer trimestre. La reactivación de la demanda sólo llegará el año próximo (y
no en el segundo semestre, como declama el Gobierno), cuando se espera que el consumo
crezca un 3% y alcance un nivel de actividad similar al de fines de 2015.
"El mejor escenario que vemos es un 2017 en el que se recupera la caída de este año y así se
completaría un ciclo de cinco años, que comenzó en 2013 con un estancamiento", afirmó
Juan Manuel Primbas, director general de Kantar Worldpanel.
Los datos están en línea con otros relevamientos que se conocieron en las últimas semanas,
que dan cuenta de una baja pronunciada en las ventas de la canasta básica. CCR informó que
con abril se completó un primer cuatrimestre con una caída del 2,3% en volumen, mientras
que la consultora W advirtió que la baja en algunos rubros de consumo masivo ya supera el
5%. Además, según la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra), el consumo
de carne vacuna en lo que va del año retrocedió un 5,2%, hasta tocar el nivel más bajo de los
últimos cuatro años.
La caída en las ventas es acompañada por cambios en los hábitos de los consumidores. Una
de las transformaciones más sensibles es la pérdida de terreno de las marcas líderes, en un
fenómeno con puntos similares a lo que ocurrió en 2002. "Las marcas A ya venían para atrás
en 2015, pero en el primer trimestre del año retrocedieron un 5% en sus ventas. Las
ganadoras fueron las marcas B y las propias de los supermercados, que avanzaron 7%, y las
de precio más bajo, que subieron 6,8%", señaló Federico Filipponi, director comercial de
Kantar.
La consultora también alerta sobre un cambio en los formatos y envases, con un crecimiento
sostenido en la oferta de presentaciones más pequeñas de galletitas, golosinas y postres, y
una demanda en alza de productos sueltos, especialmente en artículos de limpieza. "Hay un
33% de las familias que dejaron de comprar una determinada categoría y otro 19% que
modificó su lugar de compras", explicaron.
Por rubros, los más afectados por la recesión son los electrodomésticos y la indumentaria.
Según el estudio de Kantar -que trabaja con un panel de 3500 hogares de todos los niveles
socioeconómicos-, el 71,7% de las familias admitieron que están recortando sus compras de
electrodomésticos y un 67,4% ajustó en la compra de ropa. Otro 64,8% afirmó que redujo sus
visitas a las grandes superficies (supermercados y shopping centers). Como contrapartida, lo
que crece son las compras en cuotas, con una suba del 9,2%.
Primbas además destacó que la baja en la demanda es acompañada por cierta desorientación
del consumidor como producto del impacto de la inflación en los precios relativos. "Hoy
vemos situaciones llamativas, como que un kilo de naranjas en el supermercado cuesta más
caro que un litro de jugo de naranja puro, o que en una cadena de comida rápida ofrezcan 10
nuggets a un precio que es la mitad de lo que cuestan congelados en un supermercado",
explicaron en Kantar.