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1.0. INTRODUCCIÓN…………………………………………………………..…….. 15
1.1. LAS NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES………….…................. 16
1.2. NORMALIZACIÓN, INTEGRACIÓN E INCLUSIÓN…………………………. 19
1.3. N.E.E. Y RESPUESTA EDUCATIVA A LA DIVERSIDAD…………………… 23
1.4. ATENCIÓN A LOS A.C.N.E.E. EN NUESTRO SISTEMA EDUCATIVO….. 25
1.5. PARA SABER MÁS……………………………………………………………….. 40
CAPÍTULO 2
LA RESPUESTA A LAS N,E,E, EN LA ESCUELA ORDINARIA
2.1. INTRODUCCIÓN………………………………………………...................... 49
2.2. RESPUESTAS A NIVEL DE CENTRO…………….……………………….. 49
2.3. RESPUESTAS EN EL NIVEL DE AULA…………..……………………….. 58
2.4. RESPUESTAS INDIVIDUALIZADAS……………………………………….. 63
2.5. PARA SABER MÁS…………………………………………………………….. 67
CAPÍTULO 3
LA RESPUESTA A LAS N,E,E, EN LOS CENTROS ESPECÍFICOS
DE EDUCACIÓN ESPECIAL
3.1. INTRODUCCIÓN……………………..……………………………................ 73
3.2. EL PROYECTO EDUCATIVO DE LOS CENTROS ESPECÍFICOS……. 74
3.3. ESTRUCTURA DEL P.C. EN LOS CENTROS ESPECÍFICOS….…….. 77
3.4. CRITERIOS PARA LA ELABORACIÓN DEL P.C……………..………….. 82
3.5. PARA SABER MÁS……………………………………………………………. 84
CAPÍTULO 4
EVALUACIÓN DE LAS N.E.E., DECISIONES DE ESCOLARIZACIÓN Y
ADAPTACIONES CURRICULARES INDIVIDUALES
4.0. INTRODUCCIÓN………………………………………………………………... 91
4.1. EL PROCESO DE EVALUACIÓN DE LAS N.E.E...………….................. 91
4.2. LAS DECISIONES SOBRE ESCOLARIZACIÓN…………….………....... 103
4.3. LA ELAB ORACIÓN DE LAS A.C.I.s……………………………….............. 109
4.4. PARA SABER MÁS……………………………………………………………. 120
CAPÍTULO 6
LA PROGRAMACIÓN DE AULA EN LAS UNIDADES ESPECÍFICAS DE E.E.
4 EOS
MÓDULO 1
LA RESPUESTA A LAS NECESIDADES EDUCATIVAS
ESPECIALES EN EL SISTEMA EDUCATIVO
1.0. INTRODUCCIÓN.
La concepción actual de la Educación Especial se aleja del viejo modelo de un
sistema asistencial-escolar segregado (físicamente y en el plano curricular y de
los recursos) del sistema educativo ordinario. Frente a este modelo tradicional y
de corte más clínico que educativo, la educación especial se concibe hoy como
el conjunto de recursos y estrategias que el sistema educativo pone en
marcha para responder a las diferentes necesidades de aprendizaje y
desarrollo de todos y cada uno de sus usuarios.
Esta concepción actual se basa en la idea de que todos los alumnos y alumnas
que asisten a la escuela tienen unas necesidades educativas en parte similares y
en parte diferentes, a las que se debe responder de forma adaptada desde el
currículo, la orientación y la tutoría, los recursos humanos y materiales y la
organización escolar. Asume, en consecuencia, que todos estos “ejes” de
respuesta escolar a las necesidades educativas del alumnado deben articularse
de modo que se atienda de forma efectiva a la diversidad inherente a ellas.
Dentro de ese marco general, por otra parte, se asume también que algunos
alumnos y alumnas en particular, por distintas razones (personales, escolares,
sociales, pedagógicas), presentan a lo largo de su escolaridad o en algunos
momentos de ella ciertas necesidades educativas a las que no se puede
responder correctamente sólo con las medidas generales anteriores, de modo
que la escuela debe adaptar para ellos parte del currículo, de las medidas de
orientación, de los materiales didácticos y/o de los espacios físicos, así como
proporcionarles medios humanos y materiales que, en general, no precisa la
mayoría de la población para alcanzar los objetivos educativos.
Sin prejuzgar de antemano cuáles sean las necesidades de cada cual ni cuáles
sean las medidas más adecuadas para ellas, la actual concepción de la
educación especial se traduce en una oferta que prevé desde una respuesta
educativa a esas necesidades “especiales” plenamente integrada, física y
funcionalmente, en los contextos escolares ordinarios, hasta una repuesta más
o menos segregada, pero con un principio claro en la toma de decisiones:
siempre se debe buscar la respuesta más integrada posible a las necesidades
de cualquier alumno o alumna, lo que exige flexibilizar los contextos ordinarios
y dotarlos de recursos para adaptar su oferta a esas necesidades, antes de
adoptar medidas de segregación de cualquier tipo.
A continuación, iremos exponiendo y comentando los fundamentos y matices
de esta perspectiva sobre la educación especial, así como su concreción en el
ordenamiento normativo de nuestro sistema educativo.
8 EOS
1.2. NORMALIZACIÓN, INTEGRACIÓN E INCLUSIÓN
12 EOS
1.3. N.E.E. Y RESPUESTA EDUCATIVA A LA DIVERSIDAD
Aunque parece claro que construir una escuela inclusiva no es una tarea de
hoy para mañana, el modelo que acabamos de caracterizar tiene el enorme
valor de proporcionarnos tanto un horizonte al que dirigirnos, como una
referencia desde la que analizar los pasos a dar, ya que señala con claridad
cuáles son las direcciones que llevan al objetivo perseguido y cuáles no.
Y es que, contra lo que suele pensarse, la utilidad real de ese tipo de recursos
depende de si existen otras medidas con el mismo fin y de cuáles sean éstas.
Así, servirán de algo cuando existe una adecuada coordinación docente entre
el profesorado del centro y cuando eso se traduce en la puesta en marcha de
un currículo ordinario adaptado a la diversidad de necesidades del alumnado,
pero puede ser no ya inoperante, sino totalmente contraproducente en
ausencia de estas últimas.
Ese sistema de medidas, por otra parte, debe articularse a partir dos ejes
complementarios: (a) el de la dimensión de la acción educativa en que se
adoptan las medidas, y (b) el del “nivel de concreción” al que pertenece cada
medida particular, de modo que podremos hablar de medidas de centro, de
aula e individualizadas en relación a cada una con las siguientes dimensiones:
20 EOS
autorizará la escolarización de los alumnos con edades propias del
segundo ciclo de la Educación Infantil.
c) La formación para la transición a la vida adulta tendrá una duración
de dos años, estableciéndose en cualquier caso la edad límite en
un centro específico en los 20 años.
d) La escolaridad obligatoria en estos centros con una duración de 10
años.
e) Los centros específicos deberán coordinar su acción educativa con
los centros ordinarios de su entorno.
Dada la estructura autonómica de nuestro estado, el citado Real decreto ha
sido de aplicación inmediata y directa sólo en el territorio de gestión del
Ministerio de Educación, ya que las Comunidades Autónomas con
competencias plenas en materia educativa han adaptado y desarrollado de
forma propia estos preceptos en su propio ordenamiento.
26 EOS
4. Orden de Evaluación Psicopedagógica y Dictamen de Escolarización,
de Septiembre de 2002, de la Comunidad Autónoma Andaluza. Regula el
procedimiento de realización de las evaluaciones psicopedagógicas y de
los correspondientes dictámenes de escolarización.
5. Orden del Proyecto Curricular y la Programación de los centros y
aulas específicas, de Septiembre de 2002, de la Comunidad Autónoma
Andaluza. Establece la estructura y elementos del Proyecto Curricular en
centros específicos y de la Programación de las aulas específicas.
1.4.4. Modificaciones introducidas por la L.O.C.E. La normativa comentada
en los apartados anteriores está en estos momentos totalmente vigente, pues a
pesar de las modificaciones introducidas con la Ley Orgánica 10/2002, de 23
de diciembre, de Calidad en la Educación, su calendario de aplicación se
encuentra en suspenso por el Real Decreto 1318/2004, de 28 de mayo.
Por otra parte, es más que previsible que estos aspectos de la L.O.C.E. sean
derogados antes de finalizar 2005, puesto que ya se ha iniciado el proceso de
reforma conducente a ese fin, pese a lo cual los incluimos a continuación con
objeto de que sean conocidos por el lector o lectora.
El primer y más llamativo cambio introducido en el texto de la L.O.C.E. es que
en ella se habla de las necesidades educativas especiales como un tipo
particular de necesidades educativas específicas (concretamente, el tipo
particular de necesidades que tendrían los alumnos y alumnos con
discapacidad), aunque no por ser el más llamativo es el más significativo:
28 EOS
2. Con el fin de dar una respuesta educativa más adecuada a estos alumnos,
las Administraciones educativas adoptarán las medidas necesarias para
identificar y evaluar de forma temprana sus necesidades.
3. El Gobierno, previa consulta a las Comunidades Autónomas, establecerá las
normas para flexibilizar la duración de los diversos niveles y etapas del
sistema educativo establecidos en la presente Ley, independientemente de la
edad de estos alumnos.
4. Las Administraciones educativas adoptarán las medidas necesarias para
facilitar la escolarización de estos alumnos en centros que, por sus
condiciones, puedan prestarles una atención adecuada a sus características.
5. Corresponde a las Administraciones educativas promover la realización de
cursos de formación específica relacionados con el tratamiento de estos
alumnos para el profesorado que los atienda. Igualmente adoptarán las
medidas oportunas para que los padres de estos alumnos reciban el
adecuado asesoramiento individualizado, así como la información necesaria
que les ayude en la educación de sus hijos.
Sección 4ª: De los alumnos con necesidades educativas especiales
Artículo 44. Ámbito.
1. Los alumnos con necesidades educativas especiales que requieran, en un
periodo de su escolarización o a lo largo de toda ella, y en particular en lo que
se refiere a la evaluación, determinados apoyos y atenciones educativas,
específicas por padecer discapacidades físicas, psíquicas, sensoriales, o por
manifestar graves trastornos de la personalidad o de conducta, tendrán una
atención especializada, con arreglo a los principios de no discriminación y
normalización educativa, y con la finalidad de conseguir su integración. A tal
efecto, las Administraciones educativas dotarán a estos alumnos del apoyo
preciso desde el momento de su escolarización o de la detección de su
necesidad.
2. El sistema educativo dispondrá de los recursos necesarios para que los
alumnos con necesidades educativas especiales, temporales o
permanentes, puedan alcanzar los objetivos establecidos con carácter
general para todos los alumnos.
Artículo 45. Valoración de necesidades.
1. Los alumnos con necesidades educativas especiales serán escolarizados en
función de sus características, integrándolos en grupos ordinarios, en aulas
especializadas en centros ordinarios, en centros de educación especial o en
escolarización combinada.
2. La identificación y valoración de las necesidades educativas especiales de
estos alumnos se realizará por equipos integrados por profesionales de
distintas cualificaciones. Estos profesionales establecerán en cada caso
planes de actuación en relación con las necesidades educativas de cada
alumno, contando con el parecer de los padres y con el del equipo directivo
y el de los profesores del centro correspondiente.
3. Al finalizar cada curso, el equipo de evaluación valorará el grado de
consecución de los objetivos establecidos al comienzo del mismo para los
alumnos con necesidades educativas especiales. Los resultados de dicha
evaluación permitirán introducir las adaptaciones precisas en el plan de
1.5.2. NORMATIVA LEGAL. La siguiente normativa lega regula la atención a las n.e.e.
en el Estado Español en general, y en Andalucía en particular:
1. LOGSE: Ley 1/1990, Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo,
de 3 de Octubre.
2. LOCE: Ley 10/2002, Orgánica de Calidad de la Educación, de 23 de
Diciembre.
3. Real Decreto 696/1995, regulador de la Educación Especial en el conjunto del
Estado.
4. Ley 9/99, de Solidaridad en la Educación, de la Junta de Andalucía.
5. Decreto 147/2002, que regula la atención educativa de las n.e.e. asociadas a
capacidades personales en Andalucía.
6. Decreto 167/2003, que regula la atención educativa de las n.e.e. asociadas a
condiciones sociales desfavorecidas en Andalucía.
29. Una de las medidas que contempla la L.O.C.E para atender a los alumnos
con necesidades educativas específicas es la promoción de cursos de
formación específica del profesorado. ¿A qué tipo de alumnos está dirigida
esta medida?
a) Alumnos Extranjeros.
b) Alumnos superdotados intelectualmente.
c) Alumnos con discapacidades físicas psíquicas o sensoriales.
d) Alumnos con graves trastornos de la personalidad
e) Alumnos con NEE asociadas a condiciones sociales.
2.1. INTRODUCCION
Tal y como acabamos de plantear en el capítulo precedente, el centro ordinario se
considera en nuestro actual modelo de educación especial el espacio preferente
de respuesta a las n.e.e., dado que constituye el contexto “normal” por excelencia
en que se desarrollan las experiencias educativas en nuestra sociedad.
Por otra parte, hemos visto también que esta decisión implica que nuestros
centros escolares no pueden afrontar el reto de la “inclusión” de las n.e.e. si no
asumen que deben desarrollar un currículo y una organización expresamente
pensados para hacer efectiva esa atención a la diversidad de la que tanto hemos
hablado: no sabemos si todos los alumnos son “integrables”, pero sí está claro
que no todos los centros son igualmente “integradores” o “inclusivos”.
Hablar de la respuesta a las n.e.e. en los centros ordinarios supone, pues,
analizar cuáles son las medidas que éstos pueden (deben) poner en marcha
para ofrecer a su alumnado una experiencia educativa realmente capaz de
ayudarle en su aprendizaje y su desarrollo, con independencia de cuáles sean
las capacidades, intereses, motivaciones, expectativas, hábitos, actitudes,
valores, ritmos de aprendizaje… con que llegan a la escuela, lo que implica
responder a las siguientes cuestiones:
1. Cuáles son las medidas curriculares y organizativas a nivel de centro que
favorecen una educación integrada y eficaz frente a las n.e.e.
2. Cuáles son esas mismas medidas a nivel de aula.
3. Cuáles las medidas individualizadas pertinentes en un modelo de
educación integrador y, en su caso, cuándo y cómo deben introducirse.
42 EOS
equipos docentes y de éstos con los demás profesionales que
intervienen, etc.
-Organizar la adscripción de los alumnos y profesores a los grupos
atendiendo a criterios pedagógicos aun cuando sea en detrimento de
otros de carácter administrativo o de otro signo.
-Definir las interrelaciones y coordinaciones básicas ente los
diferentes grupos de alumnos y profesores.
(c)Relativas a la evaluación:
1. Respecto al qué evaluar:
-Adecuar, contextualizándolos, los criterios de evaluación del DCB a
las propias características y a las n.e.e. existentes en el Centro.
-Introducir criterios de evaluación específicos en función de las n.e.e.
existentes en el propio centro.
-Secuenciar los criterios de evaluación de la etapa por ciclos,
atendiendo a la propia realidad.
-Elaborar los criterios de promoción ciclo a ciclo teniendo en cuenta
las n.e.e. existentes en el centro por lo que se refiere a aspectos
como: el nivel de interacción y adaptación social de los alumnos en
sus grupos; el grado de dominio esperado en los aprendizajes
considerados básicos en cada ciclo y en el conjunto de la etapa; el
grado de significatividad de las adaptaciones curriculares que
precisen nuestros alumnos; etc. En cualquier caso, estos criterios de
promoción han de ser flexibles, pues su papel es sólo la orientación
de la toma de decisiones en cada caso particular, y no el servir como
“límite” o “rasero” de aplicación automática.
2. Respecto al cómo evaluar:
-Seleccionar una variedad de procedimientos e instrumentos
capaces de dar cuenta de la complejidad de los aprendizajes
propuestos en el Proyecto Educativo.
-Decidir acerca de cuáles de ellos resultan útiles para la evaluación
de los alumnos con n.e.e. de nuestro centro y, en su caso, sobre las
adaptaciones que precisan para serlo.
-Definir estrategias y seleccionar instrumentos aptos para la
evaluación del contexto (Clima Escolar del Centro, Estructuras
organizativas, Interacciones en el aula, valor de los Programas
instructivos...).
-En relación con la identificación y valoración de las necesidades
educativas especiales: explicitar claramente las responsabilidades
de los diferentes profesionales implicados; definir explícitamente las
estrategias de recogida y valoración de datos, así como de
intervención, en cada una de las fases del proceso; acordar con los
servicios de apoyo existentes las condiciones de actuación conjunta
en la identificación y valoración de las n.e.e.; etc.
46 EOS
10. Las decisiones sobre la modalidad de apoyo ha de ser siempre flexible,
dependiendo de las peculiares necesidades educativas de cada individuo
y de las características de sus grupos de referencia.
11. Es preciso contar con recursos suficientes en función de la problemática
propia del centro, pero también es preciso tomar las decisiones que
permitan rentabilizarlos adecuadamente.
12. Es necesario establecer una coordinación suficiente con los diferentes
tutores de los grupos apoyados.
13. Del mismo modo, deben preverse los mecanismos de coordinación entre
los diferentes apoyos que actúan en el centro.
14. Finalmente, es preciso también prever la coordinación entre los miembros
del sistema de apoyo del centro escolar y el equipo psicopedagógico
zonal que interviene en él.
Estos criterios destacan suficientemente que el papel de los profesores y otros
agentes especializados en el terreno de las n.e.e. se debe establecer
considerando simultáneamente tres niveles complementarios de actuación
(Gortázar, 1990):
1. El apoyo al centro, concretado en:
-La participación en la elaboración del Proyecto Educativo colectivo.
-La detección de las necesidades de formación existentes en el equipo
docente en materia de atención a las n.e.e. y, más en general, de
respuesta a la diversidad.
-La coordinación de programas de formación en el centro relacionados
con las materias anteriores.
-La elaboración de los planes horarios y de organización de los recursos
que se dirigen a los alumnos con n.e.e.
-La coordinación de la intervención de los distintos profesionales que
actúan en relación con los alumnos con n.e.e.
-La creación, organización y gestión del aula de recursos del centro.
2. El apoyo al tutor de aula, concretado en:
-Colaboración con el tutor en la elaboración de la programación de aula,
con el fin de orientar la respuesta a las n.e.e. en este nivel de concreción.
-Elaboración conjunta con el profesor tutor de las adaptaciones
curriculares para aquellos alumnos que lo precisen.
-Selección, elaboración y adaptación de instrumentos de evaluación de
las necesidades educativas, así como aplicación de los mismos en el aula
y fuera de ella.
-Colaboración con el tutor para establecer la metodología y evaluación
para los alumnos con n.e.e.
3. El apoyo a los alumnos, concretado en:
-Identificación de sus n.e.e. y realización del programa a seguir en cada
caso.
48 EOS
Lo que necesitamos son objetivos que nos muestren con claridad las
capacidades en las que vamos a centrar nuestra atención y los contenidos y
situaciones que utilizaremos para ello, pero pensando en niveles de logro de
diferente nivel e, incluso, en objetivos parcialmente diferentes: la definición de
objetivos debe ser flexible y considerar las diferencias de forma expresa.
Y esa flexibilidad, por cierto, debe presidir también el establecimiento de las
secuencias de objetivos, ya que, salvo en determinadas habilidades y destrezas,
el aprendizaje no suele ser lineal y unidimensional (monocrónico), sino algo
errático y multidimensional (policrónico). Por decirlo de manera coloquial, son
muchos los caminos que llevan a Roma (el desarrollo de determinadas
capacidades) y lo importante es que se llegue, no cómo ni por dónde.
52 EOS
2. Proponer actividades organizadas para que los alumnos aprendan a
depender de los demás, a conseguir objetivos compartidos y a ayudarse
mutuamente.
-Organizar el espacio de modo que los miembros de cada grupo puedan
verse, compartir los materiales y ayudarse.
-Organizar el espacio de modo que el profesor pueda acceder con
facilidad a cada grupo y a cada alumno en particular.
-Incluir a los alumnos con mayores dificultades con compañeros
especialmente atentos, capaces de comunicarse eficazmente con ellos y
de asegurar su participación en el grupo.
-Organizar los materiales, tareas, etc. de forma que necesariamente
haya que colaborar en el trabajo.
-Tener en cuenta que debe reservarse tiempo y prever estrategias para
que los grupos puedan afrontar y resolver sus conflictos internos.
-Recompensar al grupo por utilizar estrategias de ayuda mutua y por
procurar la participación de todos...
3. Capacitar a los alumnos para que dominen el contenido instructivo.
-Tratar de que la tarea propuesta se pueda realizar tiempos similares y
en el mismo lugar, para poder atender a todos los grupos en forma
razonable
-Prever que cada alumno aprenderá “cantidades” de contenido
diferentes, según su punto de partida y otras variables.
-Recompensar los logros individuales y del grupo.
-Dar ayudas individualizadas frente a los errores, a partir de la
observación del trabajo durante las actividades de grupo.
-Introducir la autoevaluación grupal e individual.
56 EOS
facilitar el uso autónomo de ese espacio y esos objetos por el alumno: la
organización de pupitres, estanterías y demás mobiliario del aula, la
señalización multisensorial de los espacios comunes del centro, la
adaptación del mobiliario... son algunas de las medias en este sentido.
58 EOS
AUTOEVALUACIÓN 2
60 EOS
c) La no participación del profesor de apoyo en la elaboración del
PEC.
d) A y b son correctas.
e) Todas son correctas.
62 EOS
MODULO 3
LA RESPUESTA A LAS NEE EN CENTROS
ESPECÍFICOS DE EDUCACIÓN ESPECIAL
3.1. INTRODUCCIÓN
Los centros específicos se constituyen en un «tercer escalón» de respuesta a
las n.e.e. del alumnado con discapacidad, tras la modalidad de
escolarización integrada en aula ordinaria y la escolarización en aula de E.E.
de centro ordinario, reservándose exclusivamente para aquellas alumnas y
alumnos cuyas necesidades educativas (asociadas a discapacidad) no puedan
ser, razonablemente, atendidas de forma satisfactoria en esos contextos.
Nuestro sistema educativo asume de este modo el conocido como principio de
normalización, propuesto a finales de los cincuenta por Bank-Mikkelsen y que
fuera introducido en el ordenamiento legal español con la Ley de Integración
Social del Minusválido (LISMI). Tal y como lo define Wolfensberger, dicho
principio implica que se debe proporcionar los servicios a las personas que los
necesitan con los medios menos extraordinarios posibles y en los entornos más
ordinarios posibles, ya que ello es la condición para normalizar las actitudes
sociales hacia estas personas y para normalizar su propio desarrollo.
Evidentemente, la traducción de este principio a la educación es lo que
conocemos como integración escolar, es decir, un modelo en el que se trata de
encontrar el equilibrio idóneo entre inclusión de la persona en entornos
escolares ordinarios e individualización de la enseñanza (adaptación de la
enseñanza a sus necesidades educativas concretas).
Un equilibrio siempre difícil, dada la variabilidad de las necesidades educativas
cuando la educación se extiende al conjunto de toda la población, y que se ha
tratado de alcanzar en los sistema educativos de nuestro entorno cultural,
social y económico mediante lo que a principio de los años setenta Deno llamó
«modelo en cascada de provisión de servicios», que no consiste en otra
cosa que en establecer un sistema de situaciones de escolarización diferentes
que se extienden desde la integración plena y sin ningún tipo de apoyos en un
aula ordinaria hasta la atención educativa en medios no escolares (el propio
hogar o los hospitales, por ejemplo), pasando por opciones de escolarización
como el aula ordinaria con apoyos a tiempo parcial, el aula de E.E. en un
centro ordinario con tiempos compartidos en aula ordinaria, en aula de E.E. en
un centro ordinario a tiempo lectivo completo, el centro de E.E. con momentos
de asistencia a centro ordinario o el centro específico a tiempo completo.
64 EOS
número de oportunidades y experiencias de diversa naturaleza para aproximar
al máximo al alumnado a esa finalidad.
Como consecuencia de ello, el Proyecto Educativo de los centros de E.E. ha de
estar pensado desde la perspectiva de convertir la escuela en una plataforma
de ayuda global a las necesidades de desarrollo integral y equilibrado de sus
alumnos y alumnas, teniendo en cuenta que las posibilidades de desarrollo y
aprendizaje de éstos no depende sólo de sus características personales, sino
de las experiencias y ayudas que el entorno en que vive le proporcione.
66 EOS
c) Las normas y el estilo de convivencia a impulsar, de manera que se
favorezcan las relaciones entre los distintos sectores de la
comunidad educativa.
d) El funcionamiento de la Comisión económica a que se refiere el
artículo 30 del mencionado Decreto 486/1996, de 5 de noviembre.
e) El funcionamiento, en su caso, de otras comisiones del Consejo
Escolar para asuntos específicos.
f) Los cauces de colaboración entre los distintos órganos de gobierno
y los de coordinación docente del Centro.
g) La organización de los espacios, instalaciones y recursos
materiales del Centro, así como las normas para su uso correcto.
h) La organización y distribución del tiempo escolar que incluirán, en
todo caso, el destinado a impulsar las relaciones del Centro con las
Instituciones de su entorno, así como con los padres y madres de
alumnos y alumnas.
i) Las condiciones en las que podrá estar representado el alumnado
con voz, pero sin voto, en el Consejo Escolar del Centro.
j) En general, todos aquellos aspectos relativos a la organización y
funcionamiento del Centro no contemplados en la normativa vigente
a la que, en todo caso, deberá supeditarse.
70 EOS
- Analizar la información en relación con las ofertas de productos,
bienes y servicios y optar por aquellos que den respuesta a
necesidades e intereses de forma racional y controlada.
- Valorar los aspectos vinculados a la salud, la seguridad y el equilibrio
afectivo y sexual, necesarios para llevar una vida con la mayor
calidad y autonomía posible.
- Comprender y expresar mensajes para manifestar informaciones
sobre sí mismo y sus necesidades, utilizando cualquier sistema
alternativo, así como interpretar el entorno e influir en el
comportamiento de los demás.
(b) Ámbito de Integración social y comunitaria:
- Identificar los lugares existentes en el entorno próximo, las
necesidades que permiten cubrir y los medios para acceder a ellos,
desarrollando actitudes de curiosidad y de adecuada información.
- Conocer y utilizar los recursos, los equipamientos y los servicios
existentes en la comunidad para cubrir las necesidades propias, así
como los requisitos necesarios para su uso, adecuando su
comportamiento a las normas establecidas y apreciando los valores
que las rigen.
- Participar en relaciones interpersonales propias de los entornos en
los que se desenvuelva su vida, discriminando el tipo de relaciones
que le vincula y adoptando actitudes de participación,
responsabilidad y de aceptación de las diferencias interpersonales.
- Utilizar los medios de comunicación de la información, desarrollando
estrategias de búsqueda, de diferenciación de contenidos en función
del propósito que se persigue a través de la comunicación,
formándose opinión personal y discriminando el sentido y el
significado de la información recibida o transmitida.
- Utilizar distintos medios de transporte de uso público interpretando
códigos y desarrollando estrategias de orientación espacial y
temporal para acceder a diferentes lugares con garantía suficiente
de seguridad.
- Conocer y poner en práctica normas básicas de educación vial,
valorando la importancia que tiene el respetarlas e identificando las
principales causas de accidentabilidad.
- Comprender y expresar mensajes verbales, y no verbales en
distintas situaciones, relacionándose e integrándose en diferentes
grupos de manera activa.
- Organizar y utilizar el tiempo libre como medio de desarrollo y de
disfrute personal, seleccionando, de acuerdo con sus gustos
personales y con su juicio crítico entre las diferentes opciones que
se le ofertan.
(c) Ámbito de Habilidades y destrezas laborales:
- Identificar y utilizar adecuadamente los diferentes materiales, útiles,
herramientas y máquinas, mostrando respeto hacia el medio
72 EOS
- Equilibrar los niveles de exigencia que implica el desarrollo y
consecución de las capacidades y contenidos con las limitaciones y
posibilidades de los alumnos. Dado que en muchas ocasiones el
resultado permanece abierto, conviene introducir en la formulación de los
objetivos expresiones tales como: progresivamente, paulatinamente,
según posibilidades..., que les dan un carácter de tendencia. Este criterio
puede llevar también a la explicitación de las capacidades en los procesos
más básicos que contribuyen a su desarrollo.
- Tener en cuenta el tipo y grado de ayuda y mediación que estos
alumnos requieren. Introducir expresiones como «con ayuda de», «por
medio de» así como introducir enunciados que impliquen diversas
modalidades de recepción de la información y de respuesta.
- Considerar que los procesos psicológicos de estos alumnos están
fuertemente vinculados a lo concreto. La referencia a objetos,
personas y situaciones próximas será un recurso de primer orden a la
hora de matizar las intenciones educativas.
- Establecer continuas relaciones entre los objetivos y contenidos y el
tiempo a invertir para su adecuado desarrollo y aprendizaje. Estos
alumnos requieren de períodos temporales más extensos para alcanzar
determinados objetivos y contenidos relevantes para su desarrollo, siendo
necesario retomar algunos de ellos de forma cíclica a lo largo de todo el
período de escolaridad.
- Tomar en consideración la relevancia psicológica y social de los
contenidos. Seleccionar y explicitar los contenidos y objetivos atendiendo
tanto a las posibilidades de los alumnos como a su edad cronológica y a
los aprendizajes y funciones a desempeñar en los diferentes entornos en
los que transcurre o transcurrirá su existencia.
- Compatibilizar el equilibrio entre las distintas capacidades a
desarrollar con la priorización de algunas de ellas. Este sería el caso
en que el no desarrollo de alguna de ellas afectara notablemente el
bienestar físico y emocional o la participación en la comunidad de estos
alumnos.
- Partir del carácter experiencial de los aprendizajes que realizan estos
alumnos. La selección de objetivos y contenidos se verá matizada por la
necesidad de referirse a experiencias educativas directas y personales.
- Tener en cuenta las necesidades y características de todos los
alumnos a la hora de seleccionar y explicitar los objetivos y
contenidos. La formulación que se realice debe tener un carácter
comprensivo que permita, al mismo tiempo, una matización más
específica cuando sea preciso diversificar la respuesta educativa para
ajustarse en mayor medida a determinados alumnos.
74 EOS
AUTOEVALUACIÓN 3
En el siguiente cuestionario encontrará preguntas de opción múltiple y de
Verdadero o Falso. Responda en primer lugar, leyendo atentamente cada
pregunta y todas las respuestas posibles, debiendo saber que sólo existe una
respuesta correcta, a continuación compruebe con el texto si la respuesta
proporcionada es correcta.
1. Los centros específicos están destinados todos los alumnos y alumnas con
necesidades educativas especiales (asociadas a discapacidad).
(V)
(F)
76 EOS
c) La Autonomía personal en la vida diaria, Integración social y comunitaria
y Habilidades y destrezas laborales.
d) Ámbito socio-lingüístico, Integración social y comunitaria y Autonomía
personal en la vida diaria.
e) Ámbito científico tecnológico, Habilidades y destrezas laborales y
Autonomía personal en la vida diaria.
13. ¿Cuál de las siguientes finalidades pertenece al tercer ciclo del Período
de Formación Básica?
a) La formación de la propia imagen.
b) El establecimiento de los hábitos básicos de comportamiento necesarios
para establecer una relación comunicativa con el entorno.
c) La adquisición de habilidades sociales que permitan un
desenvolvimiento autónomo.
d) La adquisición de habilidades funcionales que permitan un
desenvolvimiento autónomo.
e) El logro de su autonomía personal en los ámbitos doméstico y
comunitario.
16. Uno de los ámbitos del Período de Formación para la Transición a la Vida
Adulta es el de Integración social y comunitaria, ¿ Cuál de los siguientes
objetivos no pertenecen a dicho ámbito?
a) Identificar los lugares existentes en el entorno próximo, las necesidades
que permiten cubrir y los medios para acceder a ellos, desarrollando
actitudes de curiosidad y de adecuada información.
b) Analizar la información en relación con las ofertas de productos, bienes y
servicios y optar por aquellos que den respuesta a necesidades e
intereses de forma racional y controlada.
c) Conocer y utilizar los recursos, los equipamientos y los servicios
existentes en la comunidad para cubrir las necesidades propias, así
como los requisitos necesarios para su uso, adecuando su
comportamiento a las normas establecidas y apreciando los valores que
las rigen.
d) Conocer y poner en práctica normas básicas de educación vial,
valorando la importancia que tiene el respetarlas e identificando las
principales causas de accidentabilidad.
e) Comprender y expresar mensajes verbales, y no verbales en distintas
situaciones, relacionándose e integrándose en diferentes grupos de
manera activa.
4.0. INTRODUCCIÓN.
82 EOS
4.1.2. LA EVALUACIÓN DE N.E.E. COMO UN PROCESO. Una de las
principales consecuencias prácticas de esta manera de concebir las cosas es
la superación de la anterior separación entre una evaluación educativa
ordinaria, centrada en la adquisición de las competencias curriculares, y una
evaluación “especial”, llamada evaluación psicopedagógica o evaluación
multidisciplinar, que tendría un carácter más clínico que educativo, sería
responsabilidad de profesionales no docentes y estaría centrada en el
desarrollo bio-psico-social del alumno.
Por otra parte, aunque podría pensarse que existe una gran controversia a la
hora de definir qué entendemos por información suficiente y relevante, lo cierto
es que existe un amplio consenso en este sentido entre quienes se han
ocupado de la cuestión, lo que ha hecho posible que la mayor parte de las
Más concretamente:
Etc. Etc.
86 EOS
Como puede verse, cuando analizamos así los objetivos generales de la etapa
y ciclo donde el alumno cursa su escolaridad, obtenemos fácilmente una visión
completa de cuáles son sus competencias curriculares, además de poder
compararlas con la de grupos de niños y niñas con los cuales comparte la
enseñanza.
No obstante, esa evaluación nos informa sólo del nivel de competencia
curricular actual del alumno (en siglas, NACC) y antes dijimos que la
evaluación ha de ser dinámica: debe captar no sólo el aprendizaje actual del
alumno, sino también su potencial de aprendizaje. Para poder conocer la
competencia curricular “potencial”, de lo que se trata es de modificar las ayudas
pedagógicas que el alumno recibe (las condiciones de la enseñanza) y ver a
continuación si, con estas modificaciones, su competencia sigue igual o, por el
contrario, varía.
Por ejemplo, se ha podido constatar en un alumno que su NACC respecto a la
solución de problemas de cálculo no incluye la capacidad de resolver estos
problemas cuando trabaja en solitario; modificamos algunos aspectos de la
enseñanza (cómo darle una plantilla en donde están los pasos a seguir en el
problema para que él lo siga y vaya anotando los resultados, leerle los
problemas en voz alta, darle material manipulativo para que solucione el
problema haciendo las cosas antes de escribirlas, etc.) y luego vemos qué
ocurre: ¿Ha mejorado su competencia en solución de problemas de cálculo?
¿Sigue igual? ¿Ha mejorado, pero sólo en algunos aspectos?...
Como puede verse, la evaluación de la competencia curricular la hace el propio
profesor que enseña la materia en donde el alumno tiene problemas, aunque
también puede recibir asesoramiento para hacerlo (evaluación asistida) e
incluso colaboración (evaluación compartida) del profesor de apoyo o del
orientador. Es una evaluación propia del período que Reed y Schachter llaman
de “pre-referral” y, aunque aparte del alumno, es a la vez una evaluación del
contexto escolar del aula, ya que para valorar la competencia potencial
debemos revisar las condiciones en que estamos enseñando y modificarlas, de
modo que si algunas de estas modificaciones “funciona bien” habrá que
incluirlas definitivamente en nuestra estrategia docente.
b. El Estilo de Aprendizaje: La segunda variable del alumno que debemos
examinar se refiere al “cómo aprende”, a cuáles son sus preferencias respecto
a agrupamientos y materiales, cuál es su curva de atención, cuáles son las
estrategias de aprendizaje que emplea, etc; evidentemente, ello se debe a que
los niveles de competencia similares en realidad encierran maneras de
aprender distintas; cuanto mejor conozcamos cómo aprende alguien, más fácil
será adaptar el cómo se puede enseñar con efectividad.
El concepto de estilo de aprendizaje no está demasiado bien definido y,
seguramente, se deberá ir perfilando más con el tiempo, pero si está claro que
es una variable esencial al valorar n.e.e. Como afirman Glez. Manjón y otros
(1993:120), “los estilos de aprendizaje implican variables que van más allá de
lo cognitivo, variables de tipo afectivo y emocional, y son un condicionante
esencial del grado de aprendizaje de los sujetos, en cuanto que condicionan la
medida en que cada cual puede aprovecharse de unos u otros modos de
enseñanza, de acuerdo con todas las evidencias y modelos de aprendizaje
aportados pos la psicología cognitiva más reciente”.
94 EOS
3. Centro específico.
Cuando las necesidades y posibilidades del alumno impidan su escolarización
en alguno de los dos modelos anteriores será preciso recurrir a tomar como
referencia básica de su emplazamiento escolar un centro especializado en
tratamiento de su minusvalía, sin excluir su asistencia, cuando sea posible, a
un centro ordinario, bien para participar en actividades curriculares o
extraescolares.
Aunque las dificultades de coordinación entre centros ordinarios y específicos
son grandes, existe la posibilidad de que un alumno comparta ambos entornos
cuando sus necesidades educativas lo precisen. De esta manera podemos
diferenciar dos fórmulas de escolarización:
a) En centro específico a tiempo parcial.
b) En centro específico al 100%.
4. Otros emplazamientos.
Y en los casos extremos en que las características y posibilidades del alumno
impiden su escolarización en un centro educativo será preciso plantearse su
atención en otros emplazamientos como son: hospitales, residencias,
domicilios, etc.
Hablando, pues, en general, cabe decir que en la mayor parte del estado la
escolarización del alumnado con n.e.e. está regulada en primer lugar a través
de los decretos generales de escolarización, que determinan los criterios de
admisión de alumnos y alumnas en los Centros docentes sostenidos con
fondos públicos (es decir, centros públicos y concertados).
Teniendo en cuenta esta situación y subrayando que las decisiones han de ser
en todo caso individualizadas, dependiendo de las necesidades del alumno y
de las prioridades establecidas entre ellas, así como de las condiciones
concretas de los contextos educativos en los que, eventualmente, podría
participar, podríamos enunciar algunos criterios generales, con un carácter
meramente orientativo:
100 EOS
objetivos y contenidos, a los criterios metodológicos, de evaluación o de
promoción, etc.).
-¿Sería necesario reorganizarnos en lo que se refiere a agrupamientos
de alumnos y profesores, horarios, espacios, reparto del tiempo del
profesor de apoyo... a nivel de ciclo o etapa?
-¿Sería necesario o conveniente modificar algún aspecto del Plan de
Orientación Educativa previsto?
(d) En relación con las medidas de adecuación específica del currículo:
-¿Qué objetivos y contenidos, teniendo en cuenta las decisiones
adoptadas a nivel normalizado, deberían abordarse en situaciones de
enseñanza segregada?
-¿Qué aspectos de ese “programa” segregado no supondrán
modificaciones significativas de los objetivos generales, contenidos
básicos y criterios de evaluación del ciclo de referencia? ¿Quién, en qué
condiciones (metodología, materiales, horarios...) y hasta cuándo se
hará cargo de esta parte de la ACI?
-¿Es preciso eliminar objetivos generales, contenidos básicos y criterios
de evaluación del currículo del ciclo? ¿Cuáles, en su caso?
-¿Es preciso introducir objetivos, contenidos y criterios de evaluación
específicos para el alumno? ¿Cuáles y por qué? ¿Cómo y cuándo se
trabajarán? ¿Quién se hará cargo de esta parte de la ACI? ¿Hasta
cuándo se trabajarán?
-¿Es necesario modificar los criterios de promoción de ciclo previstos
para el grupo clase? En caso afirmativo, ¿cuáles serán los criterios de
promoción que se seguirán con el alumno?
Aunque esta serie de cuestiones no pretende ser exhaustiva, representa el
conjunto de decisiones básicas que debemos adoptar al enfrentarnos a la
elaboración de una adaptación curricular individualizada, lo que supone volver
a revisar las medidas normalizadas que ya se han expuesto con anterioridad,
como habrá podido observarse.
4.3.3. DECISIONES QUE DEBE ADOPTAR UNA ACI.
En la medida en que luego la estructura de la ACI, entendida como documento
de planificación educativa, deberá recoger el conjunto de decisiones tomadas,
a partir de esa serie de preguntas básicas surge como estructura de dicho
documento la siguiente:
el aula ordinaria
Refuerzo educativo en
Medidas de tipo El alumno cursa El alumno trabaja
estructural de mismos objetivos obj. y contenidos
atención a la y contenidos del diferentes al resto,
diversidad, tanto grupo-clase, pero “hechos a medida”
de centro como de en situación en función de
aula (“enseñanza segregada, con algunas de sus
inclusiva”) método y prof. n.e.e.
Diferentes
En primer lugar, aquí la última palabra no la tienen “los expertos” (cuyo papel
en este modelo es el de asesores psicopedagógicos), sino el equipo educativo
que atiende al alumno, coordinado por el tutor o tutora del grupo en que éste
esté escolarizado. Eso sí, en caso de decidirse por una ACI de las
consideradas significativas por la Administración, el equipo lo que hará será
una propuesta que deberá ser autorizada por la correspondiente Inspección de
Educación.
En segundo lugar, la evaluación inicial, previa a la toma de decisiones, no se
reduce a una evaluación del alumno, sino que incluye la valoración del modo
en que el contexto socio-familiar y, sobre todo, el contexto escolar influyen en
la situación problemática detectada. Para ser más exactos, puesto que el
objetivo de la evaluación es llegar a especificar con precisión las n.e.e. del
alumno y a explicar cómo influyen en ellas las variables personales, escolares y
socio-familiares, de lo que se trata es de evaluar las interacciones entre esos
tres elementos. Sólo si llegamos a tener una cierta idea de estas influencias
podremos decidir cuáles son las decisiones más adecuadas al caso.
En lo que atañe específicamente a la evaluación del alumno, ésta debe incluir
de manera central su “competencia curricular actual”, es decir, debe establecer
con precisión en qué situación se encuentra en este momento el conjunto de
capacidades que, en relación con los objetivos, contenidos y criterios de
evaluación de las diferentes áreas, se pretende desarrollar: sin este aspecto,
será imposible tomar decisiones curriculares.
Por ejemplo, nos será de gran utilidad contar con un listado previo en donde
estén explicitadas diversas variables que podamos considerar claves, tanto en
el nivel de Centro como en el de aula, desde el punto de vista del grado en que
facilitan o dificultan una atención educativa realmente personalizada en los
contextos ordinarios de enseñanza y aprendizaje (ver Listas de Control
anexas); no obstante, en lo que se refiere específicamente al trabajo en las
aulas, la experiencia indica que es preferible complementar esa evaluación, un
tanto genérica, con algo tan sencillo y tan concreto como es ir probando a
introducir diferentes modificaciones en la dinámica que venimos siguiendo
hasta el momento: si estamos siguiendo métodos deductivos, probar a
introducir en la siguiente Unidad Didáctica un método inductivo; introducir
nuevas modalidades de presentación de las tareas en clase; modificar el tipo
de agrupamientos empleados hasta ahora; adaptar siguiendo pautas
determinadas los materiales didácticos y las tareas de clase; etc.
108 EOS
2. Tras lo anterior, y antes de que comiencen la lectura, llamaremos su
atención acerca de ciertas palabras nuevas y/o especialmente difíciles
que encontrarán en el texto: las escribiremos con letras grandes en la
pizarra, las diremos en voz alta un par de veces enfatizando cada
fonema mientras lo señalamos en la pizarra, la diremos un par de veces
más, ahora sin énfasis en los segmentos, y le pediremos a los alumnos
que las digan en voz alta. Explicaremos su significado o lo
preguntaremos a la clase (tiempo de la actividad: entre 2 y 4 minutos).
Tras haber procedido así con dos o tres textos de áreas diferentes,
examinaremos si la estrategia empleada ha logrado disminuir el problema del
alumno y en qué grado (¿lee en estos casos más rápido y con menos errores?
¿logra comprender mejor el texto?). Y si vamos probando de este modo, poco
a poco, diferentes estrategias de ayuda, podremos obtener una visión más
completa y realista de hasta qué punto, en relación con cada tipo de
aprendizaje, nuestra acción docente está siendo un factor que contribuya a las
n.e.e. inicialmente detectadas.
No cabe duda de que este modo de proceder supone que la evaluación inicial
previa a una ACI ha de ser un proceso prolongado en el tiempo, pero debe
llamarse la atención sobre el hecho de que ello es así, sobre todo, la primera
vez que nos planteamos esta posible medida para un alumno: a partir de ese
momento, la información deberá irse acumulando paulatinamente en el proceso
de seguimiento al que antes hice referencia. Pero es que incluso en el caso de
esa “primera vez” (salvo si el alumno procede de otro Centro y carecemos de
referencias sobre su historia escolar allí), no partimos de cero, ya que cada
compañero y compañera que han trabajo con él poseen un conocimiento sobre
el alumno que, necesariamente, ha de ser lo primero que se recoja.
Dicho de otro modo, el primer paso en la evaluación no es otra cosa que (tras
haber examinado detenidamente los Informes Individuales de Evaluación
finales de cada ciclo cursado) sentarnos a hablar, contando con una guía
semiestructurada, para ir anotando los datos más relevantes que cada profesor
y profesora han ido obteniendo a partir de su experiencia con el alumno acerca
de las variables que hemos apuntado como más relevantes para la toma de
decisiones: ¡sorprende constatar hasta qué punto podemos llegar a datos de
sumo interés con esta simple actividad, que no somete al alumno a ninguna
situación anómala para él y que tan poco nos cuesta en tiempo y dinero!
110 EOS
– GONZÁLEZ MANJÓN, D. (2002): Las dificultades de aprendizaje en el aula;
Málaga: Aljibe.
– HEWARD, W. (2000): Ten contemporary notions about teaching and learning
that hinder the effectiveness of special education. En M. Marchena y C. Alcalde
(coord.): La perspectiva de la educación en el siglo que comienza. Actas de IX
Congreso INFAD 2000, Infancia y Adolescencia, volumen I; Cádiz: Servicio de
Publicaciones de la Universidad de Cádiz.
– LOZANO, J. Y GARCÍA, R. (1999): Adaptaciones curriculares para la
diversidad; Murcia: KR.
- M.E.C. (1989): Adaptaciones curriculares y organización escolar. Conferencias
del seminario hispano-británico. Serie Documentos. Madrid: MEC.
– MOLINA GARCÍA, S. (1996): La pedagogía interactiva, una respuesta
socialmente necesaria de educación para la diversidad; SIGLO CERO, 27
(6),33-38.
– PUIGDELLÍVOL, I. (1993): Programación de aula y adecuación curricular;
Barcelona: Graó.
8. ¿ Qué quiere decir que el proceso de valoración de n.e.e debe plantearse como un
proceso multimétodo y multitarea?
a) Que tiene por finalidad aportar la mayor cantidad posible de respuestas a las
n.e.e.
b) Que utiliza gran cantidad de instrumentos y métodos de evaluación.
c) Que tiene como finalidad aportar la mayor cantidad posible de datos relevantes
para la toma de decisiones.
d) A y b son correctas.
e) B y c son correctas.
9. Una de las técnicas más utilizadas para evaluar las n.e.e es aquella que permite
enfocar la situación la situación de manera global o centrándose en aspectos
puntuales, en función de la visión del problema que va emergiendo sobre la marcha.
Dicha técnica se denomina…
a) La observación formalizada.
b) Las entrevistas en profundidad.
c) El análisis de documentos.
d) La observación participante.
e) Las pruebas de rendimiento.
114 EOS
12. Aunque un alumno/a esté escolarizado en un Centro específico, si tiene
posibilidades puede participar en actividades curriculares o extraescolares de un
centro ordinario. (V)……………(F).
17. Las medidas normalizadas de atención a la diversidad tienen como finalidad hacer
posible el aprendizaje del alumno en contextos ordinarios y se concretan siempre en
dos tipos de situaciones educativas básicas: experiencias educativas “sin adaptación”
y adaptaciones y”inespecíficas”. (V)…………..(F).
19. Las adaptaciones específicas tienen que ver con lo que nuestras Administraciones
suelen considerar AC no significativas, ya que supondrán alteraciones en las medidas
estructurales de centro y/o aula, tanto curriculares como organizativas. (V)………(F).
22. Las decisiones que se tomen para la realización de una A.C.I tienen que
adoptarlas el tutor y el maestro de apoyo.(V)……….(F)
116 EOS
MÓDULO 5
LA INTERVENCIÓN DEL MAESTRO DE APOYO A LA
INTEGRACIÓN EN EL CENTRO ORDINARIO
118 EOS
• Cohesión, colaboración, consenso, comunicación y trabajo en equipo del
profesorado.
• Participación del profesorado en la toma de decisiones.
• Reconocimiento de los logros y esfuerzos.
2. Criterios relativos a las oportunidades de aprendizaje del alumnado:
• Aprovechamiento máximo del tiempo.
• Énfasis en el dominio de los aprendizajes básicos.
• Seguimiento adecuado del progreso de los alumnos.
3. Formación de los docentes en la escuela orientada a la práctica.
4. Criterios relativos a la dirección:
• Mecanismos para la solución de conflictos.
• Seguimiento de las actividades escolares por el equipo directivo.
• Apoyo al profesorado.
• Liderazgo docente.
• Utilización eficaz del personal de apoyo.
5. Participación destacada de los padres.
6. Acuerdo sobre y puesta en práctica de estrategias de enseñanza eficaces:
• Acuerdos sobre agrupamientos y organización.
• Aprendizaje activo.
• Énfasis en prácticas docentes eficaces.
• Énfasis en el aprendizaje de estrategias.
• Coordinación entre currículo planificado y enseñanza real.
• Disponibilidad de materiales docentes adecuados y suficientes.
• Adaptación de la enseñanza al aula.
• Dedicar tiempo extra a los aprendizajes básicos.
7. Expectativas y exigencias altas y claramente especificadas a los alumnos.
8. Otros criterios:
• Educación y sensibilización hacia la diversidad.
• Énfasis en el desarrollo personal del alumnado.
El maestro y la maestra de apoyo a la integración deben realizar un esfuerzo
sistemático para incidir en estos factores, asumiendo como principales
funciones en este sentido las siguientes:
– Participar en la elaboración y revisión del proyecto educativo, con el fin de
aportar los elementos necesarios para que en él se adopten medidas
concretas de atención a la diversidad, en general, y de respuesta
integradora a las n.e.e., en particular.
120 EOS
e) Elaborar la propuesta de criterios y procedimientos previstos para
realizar las adaptaciones curriculares adecuadas al alumnado con
necesidades educativas especiales.
f) Proponer al Claustro de Profesores el Proyecto Curricular de Centro
para su aprobación.
g) Velar por el cumplimiento y posterior evaluación del Proyecto
Curricular de Centro.
h) Proponer al Claustro de Profesores la planificación general de las
sesiones de evaluación de acuerdo con la jefatura de estudios.
i) Proponer al Claustro de Profesores el plan para evaluar el Proyecto
Curricular de Centro, los aspectos docentes del Proyecto de Centro y del
Plan Anual del mismo, la evolución del aprendizaje y el proceso de
enseñanza.
j) Fomentar la evaluación de todas las actividades y proyectos que el
Centro realice, colaborar con las evaluaciones que se lleven a cabo a
iniciativa de los órganos de gobierno o de la Administración Educativa e
impulsar planes de mejora en caso de que se estime necesario, como
resultado de dichas evaluaciones.
124 EOS
El marco de trabajo es, por tanto, el de un plan con:
– 20 horas semanales, aproximadamente, de atención directa a alumnos, ya
sea en forma de apoyo en aula ordinaria o de atención individual o en
pequeño grupo en aula especial (aula “de apoyo”), incluyendo las
actividades de evaluación y seguimiento de las ACIs, y
– 10 horas más a la semana que se deberían distribuir entre el resto de
funciones, con clara preeminencia de la coordinación general de las tareas
de apoyo a los alumnos con n.e.e y del asesoramiento a profesorado y
padres de alumnos con n.e.e.
De todo ello podemos derivar una estructura de Plan de Actuación para el
maestro o la maestra de apoyo a la integración con la siguiente estructura
general y distribución a lo largo del curso:
3. APOYO AL PROFESORADO
3.1. Apoyo a profesorado con alumnos con n.e.e. (3 h./sem.).
3.2. Asesoramiento al claustro en temas de atención a la
diversidad y estrategias para alumnos con n.e.e. (variable durante
el curso)
6. OTRAS ACTIVIDADES
6.3. Elaboración y adaptación de materiales (2 h./sem.).
6.2. Otras actividades (según planificación anual y necesidades)
126 EOS
5.3. ACTUACIONES A NIVEL DE CENTRO
5.3.1. PLAN DE ATENCIÓN A LA DIVERSIDAD. El Plan de atención a la
diversidad es el conjunto de acciones coordinadas que un centro educativo
pone en marcha para tratar de responder a las diferencias individuales del
alumnado en relación con el proceso de enseñanza y aprendizaje y, en
particular, a las n.e.e.
Lógicamente, teniendo en cuenta que las medidas de atención a la diversidad
se deben tomar a nivel de centro, de aula e individual, el Plan de AD ha de
especificar cuáles son esas medidas en todos ellos, en relación con las
diferentes dimensiones a través de las cuales podemos dar una respuesta a las
necesidades educativas en la escuela: el currículo, la orientación y la tutoría, la
dotación de recursos y la organización de personas, tiempos, espacios, etc.
El Plan de AD, por tanto, respondería a un esquema como el siguiente:
Medidas de Medidas
Medidas de Aula
Centro Individuales
Medidas
curriculares
Medidas de
orientación y
tutoriales
Recursos
personales
Recursos
materiales
Organización
escolar
En cada uno de los apartados de esta tabla se incluirían las medidas que el
centro realmente adoptará para atender a la diversidad y, en especial, a las
n.e.e., teniendo en cuenta las diferentes estrategias de cada nivel de
concreción que se han ido comentando en apartados anteriores.
Entre dichas medidas, desde nuestro punto de vista, se debe prestar especial
atención a la adquisición y organización de recursos didácticos de otra índole,
en función de las necesidades del alumnado del centro, a las medidas de
coordinación entre el profesorado del centro (con especial atención a la
creación de un sistema de apoyos mutuos) y a las que tienen que ver con los
agrupamientos (del alumnado y del profesorado) y con la organización del
tiempo, ya que constituyen la infraestructura de las demás.
Del mismo modo, es esencial que un Plan de AD establezca de forma expresa
y consensuada un “manual de procedimiento” para el profesorado en el
proceso de identificación de n.e.e., es decir, una guía clara de los pasos a
seguir desde el momento en que se detecta una dificultad de aprendizaje hasta
que se le da una respuesta definitiva, incluyendo los procedimientos e
instrumentos de evaluación a utilizar.
128 EOS
Hecho lo anterior, se deberían especificar las prioridades de los apoyos encada
ciclo y proponer los programas concretos de refuerzo intergrupal que se
seguirían, especificar los criterios de asignación de alumnos a cada grupo,
seleccionar los materiales, etc.
Como puede suponerse, la organización de los horarios del MAI depende
estrechamente de si se toma este tipo de medidas y de las decisiones
concretas que se adoptan en este sentido.
5.3.3. FORMACIÓN Y ASSORAMIENTO DEL PROFESORADO EN MATERIA
DE N.E.E. De acuerdo con la normativa vigente, todos los centros deben tener
un plan propio de formación en el propio centro, de carácter colectivo y
orientado al desarrollo de las competencias necesarias para afrontar las
necesidades detectadas por el claustro para un mejor servicio educativo.
Siendo así y dada la situación general en relación con la atención a la
diversidad y las n.e.e., parece claro que uno de los componentes básicos de
dicho plan habría de ser la formación en materia de respuesta a las n.e.e. en
situaciones normalizadas, siendo el MAI (a través del ETCP) el elemento más
indicado para hacerse cargo de la coordinación de este aspecto de la
formación y para proporcionar parte de esa formación al resto del claustro.
Complementariamente, el MAI debe ejercer diferentes tareas de asesoramiento
general en materia de n.e.e. y atención a la diversidad en el centro,
entendiendo tales tareas no como actividades de formación permanente, sino
como actuaciones indirectas con respecto al alumnado con n.e.e. que se
plantean en forma de procesos de análisis y resolución de problemas.
Por ejemplo, la tutora de un grupo de 3º puede plantearle al MAI que en su aula
hay varios alumnos con dificultades de aprendizaje de lectura y escritura. El
MAI actúa como asesor en este caso cuando ayuda a su compañera a precisar
el problema, mediante entrevista y facilitación de pruebas pedagógicas de
lectura y escritura, así como colaborando con ella en el análisis y valoración de
los datos recabados y cuando, a partir de esos datos sobre los alumnos, la
orienta sobre las líneas que debería seguir para responder a tales dificultades
y, si es el caso, le facilita materiales de trabajo para poner en práctica esas
orientaciones.
Como se deduce de este ejemplo, un aspecto importante en este proceso es
crear, dotar y organizar el funcionamiento de una especie de “centro de
recursos” para las n.e.e., que debería incluir desde folletos, guías breves y
bibliografía sobre las n.e.e más habituales en el centro, para padres y
profesores, hasta materiales didácticos y otros medios de facilitación del
acceso al currículo de uso puntual en las aulas, pasando por materiales de
evaluación pedagógica de las dificultades en lectura, cálculo, lenguaje…
130 EOS
En relación con los dos primeros elementos citados cabe, por otra parte,
distinguir entre dos posibles estrategias de actuación, tanto en la atención
directa al alumnado como en el apoyo al profesor: la de adaptación no
significativa del currículo del aula y la de refuerzo.
2. Presentación.
3. Práctica guiada.
5. Práctica independiente.
– Práctica suficiente
– Práctica relevante directamente para el contenido o habilidad enseñado
– Práctica hasta el sobreaprendizaje
– Práctica hasta lograr respuestas seguras, rápidas y automáticas
– Práctica independiente hasta obtener un 95% de aciertos
– Advertencia a los alumnos de que el trabajo independiente será controlado
– Los alumnos serán responsables del trabajo independiente
– Supervisión activa de los alumnos cuando sea posible
132 EOS
6. Revisiones.
134 EOS
(a) Adaptaciones relacionadas con el contenido. Teniendo en cuenta los
factores relativos al contenido que inciden en la dificultad de una tarea, para
unos alumnos, algunas de las adaptaciones relacionadas con el contenido de
las tareas ordinarias de aula, podrían ser las siguientes:
1) Activación del conocimiento previo pertinente / disponible. Sabemos
que la adquisición de una nueva información depende en gran medida de
la existencia del conocimiento previo pertinente en el aprendiz; así, activar
el conocimiento previo que resulta pertinente para la resolución de una
tarea escolar, o al menos activar los que están disponibles en la Memoria
a Largo Plazo, constituye una estrategia de facilitación que debería
realizarse en todas y cada una de las actividades escolares. Resulta fácil
y rápida de llevar a cabo, pudiendo hacerse mediante actividades como
las siguientes:
- «Echar un vistazo» al nuevo tema o tarea en el grupo-clase,
comentando aspectos relevantes del mismo.
- Relacionar el nuevo tema/tarea con otros que se han trabajado con
anterioridad.
- Hacer preguntas que dirijan la atención de la clase hacia contenidos
anteriores relacionados.
- Proponer temas de conversación que susciten esa búsqueda de
relaciones. Etc.
2) Dar una mayor estructuración a los contenidos conceptuales.
Cuando las tareas escolares pretenden el aprendizaje, de alguna manera,
de contenidos conceptuales, una de las estrategias más rentables resulta
proveer al alumno de estructuras conceptuales organizadas que faciliten
el uso de dichos contenidos. En este sentido, algunas de las adaptaciones
de las tareas ordinarias de clase podrían consistir en:
- Introducir organizadores previos de los contenidos
conceptuales. Estos organizadores, derivados de la teoría del
aprendizaje significativo de Ausubel, pueden definirse como «un
material introductorio de mayor nivel de abstracción, generalidad e
inclusividad que el nuevo material que se va a aprender» (García
Madruga, 1990:87), que persigue ofrecer a los alumnos una idea
explícita de cuáles son los conceptos clave que pueden emplear
como marco en donde integrar lo que van a estudiar, basados en la
hipótesis de que el conocimiento significativo se almacena en
nuestra memoria de manera organizada e interrelacionada.
Podemos utilizar diferentes organizadores previos de los contenidos
conceptuales, como son:
1) Organizadores expositivos, que se emplean cuando el tema
es muy nuevo y sirven como esquema previo para ir
«depositando» los nuevos conocimientos;
2) Organizadores comparativos, en los que se presentan los
nuevos conceptos generales relacionándolos con otros ya
adquiridos.
- Presentar organizadores gráficos de los conceptos implicados.
Esta técnica, ampliamente investigada con alumnos con dificultades
142 EOS
efectiva sobre los contenidos de aprendizaje, que depende en parte de ese
factor, pero mucho más aún de las condiciones en que la práctica en cuestión
se lleva a cabo. Dicho de otro modo, el refuerzo no puede reducirse, como a
veces se cree erróneamente, a un machaca machaca, a la reiteración pura y
simple de determinados ejercicios, sino que precisa de ciertas condiciones para
rendir resultados.
Transfere Capitaliza
+
Alto ncia a ción del
índice nuevas conocimi
y Alto respuesta ento
exactit índice y s
ÍNDICES ud exactitu
DE
PROGR
65% - d
ESO 80%
Sin o 0% -
con 25%
baja
- frecuen
cia
exactitud (90% a fluidez Retención expansión extensión
OBJETI 100% (índice
VO: deseado
)
Las etapas del aprendizaje según Deutsch-Smith, 1981: Teaching the learning
disabled (Tomado de Mercer, 1987; P.262)
148 EOS
5.5. ATENCIÓN INDIVIDUALIZADA AL ALUMNADO CON A.C.
SIGNIFICATIVAS
Como ya indicamos, las funciones del MAI en el centro ordinario implican
también la atención directa e individualizada al alumnado con n.e.e. cuyo
programa educativo sigue una adaptación curricular significativa, no en
sustitución de las atenciones que implica su intervención en los niveles de
centro y aula, que acabamos de comentar, sino como un complemento a éstas,
que se proporciona cuando las medidas normalizadas de los apartados
anteriores no son suficientes para atender a las n.e.e. del alumno.
152 EOS
– Finalmente, el MAI puede proporcionar al alumno que sigue una ACI
tratamiento directo e individual (o en grupo muy reducido) en el aula
de apoyo para desarrollar un programa “específico”, es decir, ajeno al
currículo del grupo de referencia y que se ha introducido en función de
determinadas n.e.e. muy concretas.
Un ejemplo típico de este tipo de tratamientos serían un programa de
control de la atención en un alumno de 4º curso de Primaria, un programa
de iniciación en la lectura y la escritura para un alumno de 6º, un programa
de orientación y movilidad en un alumno con deficiencia visual grave, etc.
154 EOS
AUTOEVALUACIÓN 5
En el siguiente cuestionario encontrará preguntas de opción múltiple y de
Verdadero o Falso. Responda en primer lugar, leyendo atentamente cada
pregunta y todas las respuestas posibles, debiendo saber que sólo existe
una respuesta correcta, a continuación compruebe con el texto si la
respuesta proporcionada es correcta.
2. Una gran parte de estudios han dejado claro que existe una serie de
factores “de Centro” que son determinantes para los resultados que
luego se pueden obtener en cada aula, con cada grupo de alumnos y
alumnas. Dicho factores se pueden agrupar en criterios como…
a) Criterios relativos a las oportunidades de aprendizaje del
alumno/a.
b) Criterios relativos a la dirección.
c) Participación destacada de los padres.
d) Acuerdo sobre y puesta en práctica de estrategias de enseñanza
eficaces.
e) Todas las respuestas son correctas.
156 EOS
c) Incitar y reforzar siempre con la mayor precisión y exactitud
posibles.
d) Emplear preguntas perspicaces como un instrumento cotidiano.
e) Anticipar las posibles dificultades de cada “lección “ antes de
iniciarla.
13. Feuerstein señala que las preguntas perspicaces entre otras, es una pauta
de actuación docente que mejor promueven el desarrollo de la capacidad de
aprender. ¿ Cuál de las siguientes preguntas conducen al razonamiento?.
a) ¿Qué estrategias has usado para resolverlo?.
b) ¿Por qué has hecho eso así y no de otra manera?
c) Tu respuesta está muy bien, pero ¿ por qué?
d) ¿Qué pasos ten han sido necesarios para analizar la tarea?
e) ¿Qué funciones mentales hemos ejercitado con este ejercicio?
158 EOS
24. La normativa vigente que regula el refuerzo, recomienda como fórmula
preferente de apoyo, sólo sustituible por otra cuando haya razones de mucho
peso…
a) Los refuerzos intergrupales.
b) Apoyo personalizado dentro del aula ordinaria.
c) Tratamiento directo e individual en el aula de apoyo para desarrollar un
programa específico.
d) Tratamiento directo o en grupo reducido en el aula de apoyo para
desarrollar un programa “específico”.
e) Clases particulares.
6.0. INTRODUCCIÓN.
Frente a la variedad de tareas y funciones propias del MAI en un centro
ordinario, la planificación de la actividad del maestro o la maestra especialistas
en EE en un centro específico y un aula específica resulta menos compleja, al
ejercer en ambas situaciones como tutor o tutora de un grupo de alumnos
concreto… Aunque no por ello es más fácil, claro.
Como para cualquier otro docente de otra especialidad que ejerce como tutor
de un grupo, para el maestro de EE en un CEE o un aula de EE la planificación
de su actividad consiste en la elaboración de la pertinente programación
didáctica anual y en el desarrollo de la misma a través de las oportunas
Unidades Didácticas
162 EOS
– Los criterios de evaluación del aprendizaje y del propio proceso docente (de
la enseñanza) que se tendrán en cuenta y los procedimientos de evaluación
de la enseñanza y del aprendizaje que se emplearán.
– Las “unidades” en que se organizarán los objetivos, contenidos y criterios
de evaluación.
– La secuencia concreta en que se irán desarrollando esas unidades a lo
largo del tiempo disponible y el tiempo que se asignará al desarrollo de
cada una de ellas (temporalización).
– Los métodos de enseñanza y aprendizaje que se emplearán, incluyendo las
técnicas docentes, los tipos de actividades y experiencias de aprendizaje,
los recursos materiales y personales, etc.
– La forma en que se agruparán los alumnos y en que se organizarán el
espacio y los recursos disponibles para llevar a cabo el plan docente
previsto.
Objetivo general
Conocer el propio cuerpo y el valor de la higiene y las prácticas de vida saludables para el
desarrollo personal.
Contenidos que lo desarrollan
Conocimiento y cuidado del cuerpo. Los alimentos.
Cambios corporales a lo largo de la vida. Alimentación saludable y no saludable.
Diferencias y semejanzas entre niños y niñas. Valoración de la importancia de una dieta
Aceptación y aprecio de uno mismo y de los equilibrada para nuestra salud.
demás. Influencia de la alimentación en el desarrollo.
Expresión corporal de sentimientos. Salud, enfermedades e higiene.
Los sentidos y la relación con el mundo. Importancia del aseo personal.
Las personas que carecen de algún sentido y Actividades de ocio y salud: importancia de
con discapacidad motriz. las actividades deportivas y de juego.
Criterios de evaluación
- Reconocer las partes del cuerpo humano. - Valorar los hábitos de alimentación
- Reconocer los cambios físicos que se saludables
producen a lo largo de la vida. - Apreciar el valor de la higiene.
- Distinguir los estados de salud y - Reconocer actividades de ocio saludables y
enfermedad. no saludables
- Relacionar alimentación y salud - ...
1
A todos los efectos, lo que se indica a continuación es válido para los Talleres, que sólo se diferenciarían
por su peculiar metodología y por tener una temporalización diferente: se desarrollan en períodos de
tiempo de máximo una hora diaria y durante varias semanas, en paralelo a las UD propiamente dichas.
3º. Síntesis y transferencia. Al igual que ocurre con la primera fase, ésta
suele ser olvidada en la mayoría de los desarrollos didácticos que se realizan
en nuestras aulas, lo que tiene como consecuencia un aprendizaje superficial
que, a menudo, impide que el esfuerzo llevado a cabo se traduzca en nuevas
competencias del alumnado. Es una fase fundamental, a lo largo de la cual
debe llevarse a cabo actividades que permitan a los alumnos recapitular,
aplicar y generalizar los aprendizajes a problemas, situaciones, fenómenos y
contextos no trabajados directamente. Se caracterizan porque:
- Son actividades comunes para todos los alumnos.
- Hacen referencia a la aplicación de los contenidos trabajados.
- Suelen realizarse en grupo medio y/o en equipos de trabajo.
- Ayudan a generalizar los aprendizajes a otras situaciones.
Las actividades en cada una de estas fases han de ser, por tanto, diferentes,
ya que cumplen misiones distintas dentro del proceso de enseñanza y
aprendizaje, aunque podemos considerar requisitos comunes para todas, al
menos, los siguientes:
- Ser va riadas para un mismo objetivo o contenido: Un criterio de gran
importancia al planificar las actividades de una UD es que debemos
pensar en actividades variadas (por los materiales que emplean, por el
modo en que se presentan, por el tipo de acciones que requieren del
alumno…) para trabajar cada uno de los objetivos y contenidos básicos.
Es algo fundamental, en primer lugar, porque es la única manera de evitar
aprendizajes meramente memorísticos de contenidos y, en segundo
lugar, porque cada alumno y alumna tiene su propio estilo de aprendizaje,
de manera que cuando sólo hay un tipo de actividad siempre hay alumnos
que se ven perjudicados por ello, al no ajustarse la actividad a su modo
de aprender. Una razón adicional para este criterio es que podemos
organizar las actividades en obligatorias y optativas, logrando una mayor
implicación y motivación del alumnado al hacerle partícipe de las
decisiones acerca de cómo trabajar en clase.
- Ser suficientes para las metas perseguidas: Otro criterio de gran
importancia es planificar las actividades de cada UD de manera que sean
176 EOS
capacidades y en procesos, sin embargo, la tarea adquiere un grado de
complejidad algo mayor, comenzando por lo relativo a qué es lo que se precisa
evaluar: ¿objetivos o contenidos? .
Se trata de un problema que, en la práctica actual, no se presenta por la
sencilla razón de que los contenidos tienen tal papel central, que los objetivos
se formulan directamente sobre ellos: nombrar el 70 % de las características
básicas de un ecosistema; identificar recursos literarios empleados en un texto
literario del modernismo; plantear y hallar la solución a un problema de
ecuaciones de 2º grado, etc. Sin embargo, cuando la referencia esencial son
las capacidades definidas en los objetivos generales y los contenidos deben
ser entendidos como instrumentos para conseguirlos, el problema es diferente:
no es del todo raro, cuando analizamos la práctica evaluadora de los Centros
de Reforma, encontrarnos con que la evaluación se convierte en una
calificación múltiple de aspectos diferenciados. Se llega al extremo de calificar
objetivos generales de etapa, de área, contenidos conceptuales, contenidos de
procedimiento y actitudes como si fueran cosas distintas, en lugar de diferentes
aproximaciones al mismo fenómeno.
Desde nuestro punto de vista, este proceder es incoherente con un modelo
curricular orientado al desarrollo de capacidades y competencias, que exige
que nos tomemos la molestia de realizar una definición precisa y clara de los
criterios de evaluación en cada UD, inmediatamente tras la formulación de
objetivos didácticos, que corre pareja con la selección de los contenidos
propios de la unidad. Una tarea que requiere considerar al mismo tiempo
objetivos y contenidos seleccionados para la UD.
Como puede apreciarse en el ejemplo anexo que proponemos, los criterios de
evaluación actúan como referentes para la función de control de los objetivos
didácticos, con los que deben guardar relación de “validez”, pudiendo afirmarse
que ellos mismos poseen una función orientadora respecto al cómo evaluar
esos objetivos, atendiendo a qué aspectos. En este sentido, es posible hablar
de los criterios de evaluación de una UD como de “indicadores de logro” en
relación con los objetivos generales del proyecto curricular global.
Es necesario advertir que la definición de indicadores de capacidad no puede
ser, en lo más mínimo, una repetición de la formulación de objetivos operativos:
mientras éstos indican conductas cuyo logro es el criterio de evaluación, los
indicadores constituyen una constelación de conductas observables, pero que
deben valorarse globalmente, no como si fueran cosas separadas, y de una
manera flexible para determinar el grado de logro de los objetivos.
Por ello los indicadores que formulemos deben ser claros (para permitir una
correcta recogida de la información) y han de abarcar una muestra
representativa (validez) de la gama de comportamientos en que la capacidad
en cuestión puede manifestarse. Podemos observar el ejemplo de la página
siguiente
2º) Instrumentos de evaluación.
Una vez definidos los criterios de evaluación a partir de estos indicadores, la
planificación de la unidad didáctica finaliza con la selección y/o elaboración de
los instrumentos de evaluación, los cuales deberán permitir:
a) Valorar las diferentes capacidades propuestas en los objetivos.
178 EOS
La sumativa, o final no tiene porque existir en el nivel de evaluación de la
unidad didáctica, ya que la misma es propia del final de un proceso educativo y
por tanto situable, al menos, al término de cada “período de evaluación”.
4º) Evaluación de la enseñanza.
Aunque necesariamente breve, no podemos dejar de realizar al finalizar este
capítulo un comentario sobre la absoluta necesidad de ir introduciendo en la
práctica educativa una evaluación sistemática de los propios procesos de
enseñanza, en la línea de lo comentado al hablar de la evaluación de
programas, ya que todos los indicios apuntan en la dirección de que es una de
las variables esenciales que determinan la calidad de un proyecto educativo.
Además de la autocrítica, más o menos explícita, que todos efectuamos a
nuestra práctica cotidiana, parece conveniente introducir elementos capaces de
enriquecer, sistematizar y objetivizar esta parcela de la evaluación; elementos
que, en lo relativo al nivel aula podrían ser del siguiente estilo:
a) Cuestionarios a alumnos y padres de alumnos. Bien construidos, de
acuerdo con criterios claros y precisos sobre lo que consideramos
relevantes (claridad de nuestras exposiciones, valor motivacional de las
actividades propuestas, suficiencia o insuficiencia del tiempo dedicado,
variedad y adecuación de los materiales empleados, percepción de
nuestra actitud, propuestas de mejora, ...) resultan uno de los
instrumentos más fácilmente utilizables y también de los más prácticos
cuando nos interesan apreciaciones de conjunto.
b) Entrevistas individuales con padres y alumnos. Herramienta
insustituible en la acción tutorial inherente a nuestro quehacer, la
entrevista personal es uno de los recursos más valiosos para la
profundización en el conocimiento de las características individuales
que afectan al proceso de cada alumno: intereses, tipos de motivación
dominantes, autopercepción, vivencia afectiva del centro... son
variables sin duda fundamentales que difícilmente pueden conocerse
de otro modo a fondo.
c) Debates, asambleas y reuniones. Si el “clima” afectivo dominante en la
institución y en los grupos que lo componen resulta adecuado para su
práctica, más allá del uso de instrumentos estandarizados de medida,
parece que este tipo de procedimientos resulta insustituible para un
conocimiento directo del problema, conocimiento que tiene, lo
queramos o no, una fuerte dosis de intuición, de vivencia intransferible.
d) Observación externa. Compleja en muchos sentidos, la presencia de
un observador externo resulta insustituible para llegar a tomar
conciencia de buena parte de los procesos de interacción (variable
clave en el proceso de e/a, no lo olvidemos) que tienen lugar en el aula,
ya que como alguien dijo el pez sería el último ser vivo en apreciar la
naturaleza del agua. Un complemento de gran interés es la utilización
de medios mecánicos de grabación (preferentemente, video con lente
gran angular) ya que permite tanto la observación externa del aula,
como nuestra propia auto-observación: dos requisitos indispensables
para tomar conciencia de lo que en dinámica de grupos se conoce
como nuestro “punto ciego”, es decir, aquello que los demás conocen
de nosotros mismos que nosotros no conocemos.
7. Algunos aprendizajes deben tratarse “en espiral “ pero otros en forma lineal
y acumulativo, decir, volviendo a ellos una y otra vez a lo largo de todas las
unidades didácticas del curso para “profundizar” en su conocimiento y dominio.
(V)……….(F).
182 EOS
8. En el marco de la Educación Especial parece conveniente que el
Currículum se lleve a cabo combinando 3 tipos de estrategias: unidades
didácticas, talleres y programas de refuerzo individualizados. ¿ Cuál de estas
medidas son idóneas para el aprendizaje de habilidades y destrezas que
exigen, por una parte, seguir una secuencia de pasos sucesivos a medio y
largo plazo y, por otra, necesitan de una cantidad de práctica personal y
diferenciar en cada paso para consolidar los aprendido.
a) Las Unidades Didácticas.
b) Programas de refuerzo individualizados.
c) Talleres.
d) A y c son correctas.
e) Rincones.
16. La Unidad Didáctica debe seguir una serie de fases bien definidas, cada
una de las cuales juega su propio papel en el desarrollo didáctico del tema.
Dichas fases son: presentación de los contenidos, desarrollo de los contenidos
y síntesis y transferencia. (V)……(F).
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