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SEMINARIO CONCILIAR DE QUERÉTARO

FACULTAD DE FILOSOFÍA

ÉTICA PROFESIONAL DEL SACERDOTE

TERCERO DE FILOSOFÍA

ALUMNO
RAMOS RANGEL JAVIER ALEJANDRO

PROFESORA:
Dra. Zazhill Citlalli Rico Medina

CICLO 2018-2019
Introducción
La mayoría de los seres humanos viven en sociedad, salvo escasas y singulares
excepciones, la naturaleza misma ha enseñado que el orden y la armonía son
necesarias para generar estabilidad en el Universo. El hombre ha comprendido que
la sociedad, como un microcosmos, necesita del orden y la armonía para que no
surja el caos y la inestabilidad.

Las leyes físicas de la naturaleza principian, rigen y mantienen el orden


preestablecido. En la sociedad hay leyes pensadas por el hombre que
análogamente principian, rigen y mantienen el orden en sociedad, son las leyes o
principios éticos y morales. Tales principios regulan el comportamiento del hombre,
para sí y para la sociedad. Cada colectividad, de acuerdo con su cosmovisión,
reflexiona acerca de qué principios son los más fundamentales para ser asumidos
como normas morales y éticas, y que contribuyan a la estabilidad social, de modo
que, no se puede prescindir de ellas, de ser así, una sociedad colapsaría.

Cada individuo, perteneciente a una sociedad, desempeña un papel en la


misma, algo a lo que ha decidido dedicarse, ya sea por convicción o por necesidad,
dependiendo de la circunstancia, tal oficio lo conocemos como profesión. Cada
profesión involucra personas aptas para desempeñar determinada actividad, a
estas personas se les denomina profesionistas, porque son ellos los que pueden
hacer mejor que cualquier otro esa actividad. Aportan algo a la sociedad y esperan
algo de ella. Pero toda profesión posee o debería poseer un código ético o
deontológico que dirija o encamine el accionar del profesionista, de modo que, tal
persona ejerza su profesión con coherencia y honestidad, para que el orden social
no se vea afectado.

Por tal motivo, es necesario analizar y exponer de manera breve pero


sustancial, la ética profesional de un oficio o vocación de gran importancia para la
sociedad: el sacerdote católico. En el presente trabajo se pretende exponer la
deontología del sacerdocio, su principal quehacer, se toca de manera breve los
riesgos de este, se hace mención de la formación inicial y permanente, por último,
se habla de la raíz fundamental de la ética del sacerdote. Sin más, comencemos.
La ética en cuanto al estudio de la moral y del accionar humano debe velar por el
correcto comportamiento del individuo en sociedad, es decir, cómo se espera o
desea que actué. Son ineludibles las máximas éticas que protegen la sana
convivencia entre unos y otros; cada individuo, en base a un juicio moral, reflexiona
y asume estas máximas para sí, en vistas al orden y bien común, es decir, se
adhiere a ellas, las hace suyas y se vuelven eje de su quehacer cotidiano1.

Ahora bien, en las sociedades, los individuos desempeñan diversas


profesiones, a las cuales, se ligan en base a lo que quieren aportar a la sociedad y
desean obtener de la misma. Uno de los fines fundamentales de los oficios o
profesiones es contribuir al bienestar y desarrollo de la sociedad, cada uno desde
su área específica perseguirá este noble objetivo2. Así pues, el médico procurará la
salud física de las personas, el policía velará por la seguridad de éstas, y el
sacerdote acercarlos a Dios y velar por el cuidado de sus almas. Por mencionar
algunos ejemplos.

En el ejercicio de diversas profesiones, cada persona, de acuerdo con la


actividad que desempeña en sociedad, deberá actuar con responsabilidad, es decir,
deberá tener la habilidad para responder prudente y correctamente a las diversas
circunstancias que se le presenten, tanto favorables como adversas, entonces, será
necesario que la persona ponga en práctica sus criterios morales y éticos
personales y profesionales. Por tal motivo, cada profesión tiene o debería tener un
código ético que le sirva de guía, suele llamársele ética profesional. Ésta pretende
regular, guiar y cuidar las acciones y actividades que se realicen en torno a una
profesión específica3. La deontología, que es una parte de la ética, presenta una
serie de principios y reglas de cumplimientos obligatorios para aquellos que son
profesionistas en determinado campo o área de trabajo4, dicho de manera sencilla,
la deontología es la ciencia de los deberes. Algunos afirman que la deontología

1
Cfr. PORTE PÉREZ Julián, “Ética profesional” en, https://definicion.de/etica-profesional/., (09/10/18).
2
Cfr. PORTE PÉREZ Julián, “Ética profesional” en, https://definicion.de/etica-profesional/., (09/10/18).
3
Cfr. PORTE PÉREZ Julián, “Ética profesional” en, https://definicion.de/etica-profesional/., (09/10/18).
4
Cfr. PORTE PÉREZ Julián, “Ética profesional” en, https://definicion.de/etica-profesional/., (09/10/18).
profesional es un fenómeno contemporáneo que denota la complejidad y calidad
exigida a los profesionistas actualmente5.

El sacerdote, como ejemplo particular y cuya función en la sociedad es vital,


también actúa basándose en principios y reglas que debe cumplir, tiene una
responsabilidad ética y moral, considero que aún mayor que la de cualquier otra
profesión. La razón por la que expreso esto es lo siguiente: se cree que el sacerdote
católico, quien antes fue un joven aspirante, postulante o seminarista, recibió el
llamado de Dios, fue elegido de entre muchos hombres para consagrar su vida a Él,
sintió el llamado divino, él lo cree, nosotros lo creemos y le creemos, por tal motivo,
la confianza está depositada en él desde su formación, sin embargo, al recibir el
sacramento del Orden, se entra a formar parte del cuerpo eclesial, mediante la
Ordenación o consagración, que no es más que un don singular del Espíritu Santo.
Con tal don, se le permite al hombre ejercer potestad sagrada al servicio del Pueblo
de Dios en nombre y autoridad de Cristo6. ¡Qué maravilla y qué responsabilidad!
Para quienes somos católicos, esta es considerada una gran misión, vocación o, si
gusta llamarle así, profesión.

El fenómeno que se da es muy interesante, porque ¿qué persona de fe, en


este caso fe en Cristo, dudaría de sus ministros? Nadie que crea firmemente espera
que el hombre que Dios mismo eligió actué de manera contraria a su Maestro, no
se espera menos de él y sucede que, precisamente el modelo al que debe
asemejarse es el mismo Hijo de Dios. Se crea o no en la divinidad de Jesús, se
espera que se efectúen los principios cristianos más fundamentales en el hombre
sacerdote, en todo lugar y en todo momento, principalmente al predicar el Evangelio,
celebrar el culto divino, sobre todo la Eucaristía, y ser pastor de todos los fieles 7,
que son sus quehaceres fundamentales. El fenómeno de la plena confianza en lo
que el sacerdote representa y a quien representa, y no por ser quien es.

5
Cfr. TREVIZO PORTILLO Daniel, Como hombres de Dios. Reflexiones sobre la formación presbiteral en el
mundo actual, Buena Prensa, México 2018, p.178.
6
Cfr. CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA. NO 1562-1563.
7
Cfr. CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA, n° 1565, 1566, 1567.
Ahora bien, el servicio, a mi juicio, es el eje de acción característico del
sacerdote, sin duda, desempeña muchos servicios eclesiales, por ejemplo:
aconsejar, promover la pastoral, acompañar enfermos, reconfortar en los duelos,
enseñar en colegios, administrar los bienes económicos, construir o mantener los
templos, y más, es decir, servir como fiel administrador de la Iglesia. Por tanto, la
función del sacerdote no se reduce a un solo campo y ambiente de trabajo, el suyo
es demasiado amplio y, su amplitud lo vuelve riesgoso, porque mientras mayor sea
el campo de trabajo mayor será el campo de riesgo en el que camine, lo que hace
que sea más propenso a errar. En una jornada puede estar dando Misa por la maña,
en otro momento escuchando los pecados de una considerable fila de penitentes,
seguido de una comida con miembros de la alta sociedad, por la tarde un coloquio
con jóvenes y jovencitas, en fin, ha de convivir con todos los sectores de la sociedad,
sin excepción. Por lo que es necesaria una sólida ética y rigor moral, además de
criterio y plasticidad8.

Hay que decir lo siguiente, la formación inicial impartida en el seminario es


fundamental, pero no se reduce a ella, porque si bien, hacen consciente al candidato
de la grandeza teológica que posee el sacerdocio, de su dimensionalidad humana,
afectiva, intelectual, espiritual y pastoral, no se puede dar por supuesto que el
candidato o nuevo sacerdote sea consciente, a profundidad, de las
responsabilidades morales y éticas que por ser ciudadano ya tenía, pero como
representante eclesial se potencian y adquieren más y mayores, por lo que, no se
debe suponer que el candidato o nuevo sacerdote las ha asumido y, mucho menos
se puede dar por sentado que sea capaz de ponerlas en práctica cuando se le
presenten situaciones de riesgo9.

¿Entonces, cuál es la ética profesional del sacerdote? A mi juicio y en base


a lo anterior expuesto, la ética profesional del sacerdote debe estar estrechamente
ligada a su código ético personal, que él ha asumido en base a una reflexión previa

8
Cfr. NORIEGA Roberto, La responsabilidad ética en el ministerio sacerdotal, Desclée De Brouwer, en
https://www.edesclee.com/img/cms/pdfs/9788433028266.pdf.
9
Cfr. NORIEGA Roberto, La responsabilidad ética en el ministerio sacerdotal, Desclée De Brouwer, en
https://www.edesclee.com/img/cms/pdfs/9788433028266.pdf.
de todo lo que comprende su ministerio teológico y, en base al análisis y reflexión
de su persona, de su crecimiento integral y sus deficiencias, necesita conocerse a
sí mismo. El sacerdote como ministro de Dios no debe perder jamás de vista su
fragilidad humana, la orden sacerdotal no anula esta naturaleza, sin embargo, si
debe supeditarla, necesita ser dueño de sí, porque de entre todas las vocaciones
y/o profesiones, el cura tiene un margen de error nulo, la sociedad así lo demanda,
no puede equivocarse, exige sea testimonio de lo que cree y predica, ¿en dónde?,
en todas partes, en una casa humilde o en un restaurante de prestigio, ¿con quién?,
con todas las personas, de cualquier clase social, género, Credo, edad, en fin,
todos. Debe reflejar el rostro de Cristo y custodiar las verdades de la Iglesia.

Su ética, por necesidad debe ser firme y constante, porque sabe que no es a
él sino a quien representa lo que los fieles ven o esperan ver. El sacerdote ha
renunciado a sí mismo para ser de todos. Se dice que para ser un buen sacerdote
hay que ser antes un buen hombre, sus ejes de acción son los principios cristianos,
amar y servir, esto es hacer del servicio un arte, una práctica sublime que refleje el
rostro de Cristo y sirva de puente con él. Sin olvidar que ha prometido obediencia,
castidad y pobreza, las tres exigencias cristianas.

Como puntos clave, el sacerdote debe defender la verdad, estar a favor de


ella, de lo correcto, de lo justo, debe denunciar y anunciar, escuchar y guardar sigilo,
debe tener contacto con todos, pero sin sobrepasarse con alguien, ni en lo más
minino, ha de procurar astucia cual serpiente, pero nobleza como la paloma, en fin,
la ética profesional de un sacerdote necesita ser tan grande y fuerte como amplio
es su campo de trabajo. En todas estas acciones pastorales, es de gran importancia
que el clérigo cumpla con algunas exigencias pastorales, a saber: El sacerdote a
respetar la dignidad de la persona, “es el imperativo principal y transversal de la
acción pastoral”10. Es respetar a cada persona por su condición de ser humano y,
quién mejor que el sacerdote para promover el respeto a la dignidad humana, no

10
TREVIZO PORTILLO Daniel, Como hombres de Dios. Reflexiones sobre la formación…, p.181.
obstante, tristemente se han dado casos de atropellos y falta de respeto a la
dignidad de las personas11.

Otro imperativo es el deber de ser leal, leal a Cristo, al Obispo, a sus


superiores, es la obligación que tiene todo profesionista con respecto a sus
superiores, le rinde obediencia12. También ha de ser coherente con lo que hace y
predica, debe ser ejemplo para los demás, en sus palabras, gestos, gustos,
etcétera, con el fin de dar credibilidad a la Institución que representa, testimoniar lo
que cree y defiende13. Tiene también la obligación de dignidad, no se habla de
respetar la dignidad de la persona, eso ya se mencionó, sino que se hace referencia
a la vida privada de quien la ejerce, el sacerdote ha de tener cuidado de nunca
utilizar los medios pastorales para satisfacer sus necesidades afectivas de todo
tipo14. Concierne también el imperativo de formarse permanentemente, que
actualiza al ministro para que desempeñe mejor y de manera actual su ministerio15.
El siguiente imperativo no es menos importante, el sacerdote debe educar y dejarse
educar, porque a donde se presente, se le considera como persona culta y, nunca
se deja de aprender, la humildad para dejarse guiar por el otro es vital, también para
saber dejarse educar16.

Pues bien, la ética profesional en el sacerdote es una imperante y, se podrán


dar y dar ejemplos acerca de lo que debe y no hacer, sin embargo, cada uno sabrá
que algo no es ético cuando lo que haga le aleje de cumplir su misión: ser cura de
almas, sanarlas, salvarlas y cuidarlas, en resumen, amarlas y servirlas a modo de
Cristo. Su ética ha de ser auténticamente cristiana, no hay más.

11
Cfr. TREVIZO PORTILLO Daniel, Como hombres de Dios. Reflexiones sobre la formación.., p.178.
12
Cfr. TREVIZO PORTILLO Daniel, Como hombres de Dios. Reflexiones sobre la formación…, p.182.
13
Cfr. TREVIZO PORTILLO Daniel, Como hombres de Dios. Reflexiones sobre la formación…, p.182-183.
14
Cfr. TREVIZO PORTILLO Daniel, Como hombres de Dios. Reflexiones sobre la formación…, p.183.
15
Cfr. TREVIZO PORTILLO Daniel, Como hombres de Dios. Reflexiones sobre la formación…, p.184.
16
Cfr. TREVIZO PORTILLO Daniel, Como hombres de Dios. Reflexiones sobre la formación…, p.185-186.
Conclusión
Concluyo a partir de tres puntos. Primero, el sacerdote fundamentalmente es
hombre, un hombre de Dios, que por el hecho natural de ser hombre adquiere
derechos y obligaciones, lo rige un código civil, de modo que su actuar o quehacer
cotidiano sigue esta línea, tiene deberes claros. Segundo, al ser bautizado en la
Iglesia Católica, todo hombre y mujer adquiere también, además de los derechos y
obligaciones de y para la Iglesia. De entre todos los bautizados, suelen salir algunos
para dedicar su vida al servicio de Dios y de la Iglesia, propiamente los sacerdotes,
los profesionales en Dios, éstos se adhieren a otro código, el código de Derecho
Canónico, que expresa lo que les está permitido y lo que no, con sus respectivas
sanciones, digamos que ya es una carga mayor. Tercero, los sacerdotes llevaron
una formación integral, sin embargo, tal formación no basta, es necesaria la
formación permanente, no se puede dar por supuesto que el sacerdote ha asumido
profundamente su formación inicial y sabrá actuar con ética y moral correcta ante
situaciones de riesgo.

Dicho esto, concluyo, la ética profesional del sacerdote es tan amplia como
el campo en que ejerce su profesión, debe ser proporcional, por ello, su formación
es dimensional, es decir, abarca las diversas dimensiones de su humanidad, lo
humano, espiritual, intelectual, vocacional, pastoral, afectiva, psicológica, etcétera.
Pienso que el código de deberes que ha de seguir ya fue dado por el mismo
Jesucristo, no hay más, si se es representante de él, tal cual debe comportarse, ¿de
qué depende? De él mismo, la Iglesia a de custodiar que esto se cumpla y que no
se dañe al Pueblo de Dios desde sus ministros.
Bibliografía
 CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA
 PORTE PÉREZ Julián, “Ética profesional” en, https://definicion.de/etica-
profesional/., (09/10/18).
 NORIEGA Roberto, La responsabilidad ética en el ministerio sacerdotal,
Desclée De Brouwer, en
https://www.edesclee.com/img/cms/pdfs/9788433028266.pdf.
 TREVIZO PORTILLO Daniel, Como hombres de Dios. Reflexiones sobre la
formación presbiteral en el mundo actual, Buena Prensa, México 2018.

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