Вы находитесь на странице: 1из 1

Me uno más a los pensamientos de fin de año que a los de la navidad, ya que esto último está imbuido de

cuestiones religiosas. No digo que esto sea malo, sino que, pienso, no se reflexiona verdaderamente en el
“Amor de Cristo”, porque para ello debe existir un cambio en cada uno de nosotros, ser como Él, dar un cambio
interior, en nuestra forma de pensar y actuar. No es tratar de encontrar un mundo diferente a partir del 25
de diciembre, sino un corazón y pensamiento diferente.
Pero esto, depende de nosotros, de nadie más y es aquí cuando reflexiono en el año que está concluyendo
para dar paso a uno nuevo. No es que el último momento del año, que da paso al nuevo nos redimensione en
lo futuro a otros lugares o cambie nuestros sentimientos y actitudes para ser personas renovadas
automáticamente, sino que nos lleva hacia una reflexión en retrospectiva. ¿Cuánto hemos ayudado a otros?
¿Qué hemos hecho para perdonar y ser perdonados? ¿Cuánto nos hemos esforzado para disfrutar de lo que
hoy tenemos? ¿Hemos sido justos al actuar o tomar alguna decisión? ¿Hemos sido humildes? ¿Hemos
reconocido nuestros errores? ¿Desafiamos nuestros egos y apegos? ¿Qué hemos hecho durante todo el año
que está concluyendo? ¿Cuánto hemos aprendido de todo ello?
A cada uno de nosotros se le han presentado un sinnúmero de retos, algunos pensarán que son pruebas que
Dios les pone, otros, son piedras que no les permiten avanzar, y tal vez algunos más, son experiencias que
enriquecen su vida; yo lo llamo aprendizaje. En lo personal, este año ha sido de mucho aprendizaje, he
enriquecido mi vida aún con los desafíos más tremendos. Mi vida va fortaleciéndose cada vez más, y aunque
parezca que desfallezco, redoblo mis esfuerzos y continúo. ¿Cuántos pensamos así? No debemos temerle al
sufrimiento ni al “fracaso” – considerando que para mí el fracaso es resultado de lo que nunca te esforzaste
por alcanzar, pero que cuando así lo hiciste y no alcanzaste tus metas, son experiencias -, son aprendizajes.
“Nos cuesta mucho entender que la vida y el cómo vivirla depende de nosotros, el cómo enganchamos con
las cosas que no queremos, depende sólo del cultivo de la voluntad. Si no me gusta la vida que tengo, deberé
desarrollar las estrategias para cambiarla, pero está en mi voluntad el poder hacerlo” (Menap, 2012). Ser feliz
es una decisión personal.
Siempre he pensado que en esta vida debemos ser felices. No iré más allá de lo que no veo y no creo (espero
no ofender a nadie). Para ser feliz debo aprender a amarme y a amar. Amar tu trabajo, amar tu hogar, amar a
tu familia, amar a tu prójimo, amar lo que haces, amarte como eres, sin caer en el egocentrismo, pero siempre
buscando un crecimiento de tu persona en todos los aspectos, dejando huella en cada una de las personas
con las que convives diariamente, momentánea o continuamente, pero con toda libertad; libre de pensar y
hacer lo que debas hacer – no lo que quieras hacer -.
Nuestros actos también hacen feliz a muchas personas. Tal vez para ello requerimos de fuerza de voluntad y
paciencia, comenzando desde las cosas minúsculas, como dar el saludo al vecino que me es insoportable, dar
las gracias a quien me cedió el asiento en el transporte público y/o sonreír de manera continua. Especialistas
afirman que cuando sonreímos activamos determinados músculos de la cara que están involucrados en la
liberación de endorfinas, relacionadas con el placer, el bienestar personal y la mitigación del dolor, por lo que
eso hace que nos sintamos mejor física y emocionalmente.
En estos tiempos es difícil conciliar un hogar perfecto, ya que vivimos en un mundo en constante cambio, un
mundo que se digitaliza cada vez más y donde los recursos tecnológicos, muchas veces enajenantes, nos alejan
de las cosas trascendentales de la vida: la intimidad, el calor y el amor de la familia. Trabajemos en ello, seguro
al concluir el próximo año, veremos mejores resultados. Y no es que enfrentemos menos problemas, más bien
tendremos la fuerza para afrontarlos con otra actitud. Dicen que las alegrías, cuando se comparten, se
agrandan. Y que en cambio, con las penas pasa al revés, se achican.

Les deseo felices reflexiones de fin de año y nuevos pensamientos y actitudes


en el venidero.

Вам также может понравиться