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Elasticidad
El estrés, el cansancio, las sobrecargas por esfuerzo o por trabajo habitual
ocasionan rigidez muscular y dolor. El músculo se contrae por la acumulación de
toxinas que dificultan la circulación. A través del estiramiento conseguimos
recuperar el tono normal del músculo, liberar toxinas y dejar fluir la circulación. Los
estiramientos reducen la fatiga y nos proporcionan una sensación de bienestar y
alivio.
Algunos estiramientos relajantes
De rodillas, llevar los brazos adelante tocando el suelo con las manos e
inclinando el tronco y la cabeza. Experimentamos la relación entre los brazos y la
espalda. Favorece la concentración y relaja nuestra mente.
Estiramiento lateral. Un brazo por encima de la cabeza y las piernas las llevamos hacia
ese mismo lado estirando todo el costado.
Nos sentamos pegados a la pared, las piernas se apoyan en la pared estiradas y los
brazos se despegan del cuerpo. Produce un gran estiramiento de los músculos de la parte
posterior de nuestro cuerpo y del tórax. Favorece una gran liberación de fatiga.
En posición tendido supino, estiramos un brazo y la pierna del mismo lado; giramos y nos
colocamos sobre ese costado. Juntamos piernas y brazos y mantenemos la posición.
Armoniza energías físicas y mentales.
Fuerza
Es prolongada, regular, lenta. A través de esta podemos influir en nuestras emociones. Si
estamos estresados se tensan nuestros músculos respiratorios, gastamos más energía.
Capacidad de generar tensión intramuscular frente a una resistencia, independientemente
de que se genere o no movilidad.
Puños
Cerramos los puños todo lo fuerte que podamos durante cinco segundos para sentir la
tensión que esto nos produce. Después, relajamos por completo e intentamos notar la
diferencia entre lo que era tensión y lo que es relajación. Intentamos concentrar toda
nuestra atención en desplegar los músculos durante aproximadamente un minuto.
Resistencia
La resistencia física es una de las 4 capacidades físicas básicas, particularmente aquella
que nos permite llevar a cabo una actividad o esfuerzo durante el mayor tiempo posible.
La meditación estimula las ondas cerebrales alfa asociadas con la relajación de todo el
sistema nervioso; puedes experimentar con la concentración en la respiración, vaciar la
mente o mediante la meditación con imágenes.
1.- Piernas en la pared. Acuéstate boca arriba con las piernas flexionadas, cerca de una
pared. Estira las piernas para que queden paralelas al muro. Coloca las manos encima
del vientre o a los lados.
2.- Manos arriba. Ponte de pie con los pies paralelos y un poco separados. Inhala
mientras elevas los brazos hacia los lados sin flexionarlos, tienen que quedar por encima
de tu cabeza. Exhala para bajar los brazos a la altura de los hombros. Repite nueve veces
y en la última exhalación baja los brazos completamente.
3.- Corazón abierto. Inhala mientras estiras los brazos y los abres hacia los lados, como
si fueras a dar un gran abrazo. Exhala al tiempo que cierras los brazos y juntas tus manos
para que queden estiradas a la altura de tu cabeza, puedes inclinar un poco tu cabeza
para que se estiren tus músculos. Haz nueve repeticiones.
4.- Estira la columna. Ponte de pie y entrelaza los dedos de las manos. Sube los brazos
lentamente y deja que tus manos queden encima de tu cabeza. Gira las manos al revés e
inhala para estirar todos los músculos. Abre tus manos y baja lentamente tus brazos.
Inhala y entrelaza tus manos detrás de tu cadera. Exhala mientras eleva los brazos y
flexionas hacia el frente tu tronco como si quisieras tocar tu frente con las rodillas. Repite
nueve veces.
5.- Manos sobre el cuerpo. Párate derecha. Coloca tu mano izquierda a la altura donde
se encuentra tu corazón y la derecha sobre el vientre. Siente cómo tu respiración recorre
tu cuerpo.