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Estimados compañeros y compañeras:

Ha trascurrido un año y medio desde que saliéramos a las calles a


gritar NO+AFP y a demandar la restitución de un derecho
fundamental, como es la Seguridad Social expropiada por la tiranía
en 1981.

Nos encontramos celebrando nuestro tercer Congreso Nacional a


poco meses de que finalice su mandato el Gobierno de la
presidenta Bachelet, gobierno que prometió en su programa -
presentado en octubre de 2013 previo a su elección-, efectuar
transformaciones sustantivas al sistema de “capitalización
individual” en consideración al descontento de la ciudadanía por el
monto de las pensiones. Cien días se requerirían para “revisar el
sistema de pensiones”, “… para asegurar que podamos aspirar a
una pensión digna y a una adecuada protección frente a la invalidez
y la sobrevivencia”, eran las palabras con las que la presidenta
convocaba en abril de 2014 a la célebre “Comisión Bravo”, que
luego de 18 meses de trabajo concluyó con un informe lapidario:
“…de no producirse cambios importantes en el sistema, las futuras
pensiones en más de un 60% estarían bajo el ingreso mínimo y
más del 40%, bajo la línea de pobreza”.

Y como no hubo cambios, para el dolor de miles de compatriotas,


estos vaticinios macabros se confirman: “el 50% de las personas
que se jubilaron en el mes de noviembre pudieron autofinanciar una
pensión de $44.106.- y para aquellos, que pudieron cotizar por más

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años, entre 30 y 35 años, obtuvieron una pensión menor a los 238
mil pesos, monto inferior al salario mínimo”1.

Datos que se muestran irrefutables ante aquellos que se resisten a


efectuar cambios estructurales.

Tratándose de un Congreso de una organización social, que se


auto convoca y se autofinancia, donde sus delegados fruto de un
proceso democrático sustentado en un debate previo efectuado en
pre congresos a los largo del país, parece necesario tener en
cuenta y no perder de vista el carácter de nuestra organización y la
pequeña historia que le acompaña en su desarrollo, de forma que
el balance que debamos efectuar, tome en consideración todos los
elementos internos de su estructura, así como los elementos
externos que las circundan. Ello en función de corregir los aspectos
deficitarios de la política o de profundizar aquellos que le han sido
exitosos.

Breve reseña

En junio de 2013 dirigentes sindicales de Concepción, Rancagua y


Santiago, pertenecientes al sector público y privado dieron
nacimiento a la Coordinadora Nacional de Sindicatos de
Trabajadores NO+AFP (CNT). Se cristalizaba así un esfuerzo que
por años, diferentes sindicatos venían desarrollando desde la crisis
“suprime” de 2008, crisis que provocó la pérdida de más de un
tercio del ahorro previsional a todos los trabajadores del país.
Durante un año, se desplegaron ingentes esfuerzos humanos y

1 Fundación Sol

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económicos para amplificar la incipiente organización del mundo
sindical a otros sectores de la sociedad. En un primera etapa, la
mayor parte del esfuerzo se concentró en denunciar el deterioro de
las pensiones; en develar el trasfondo del sistema de capitalización
y, por sobre todo, revelar el espurio negocio desarrollado con el
ahorro previsional de los trabajadores para financiar las
operaciones de expansión del capital nacional e internacional.

Nuestra propaganda en la primera etapa, encontraba siempre una


adhesión significativa de la población. La comprensión del
alambicado sistema chileno de ahorro forzoso, resultaba simple de
comprender para millones de chilenos que solo al comparar su
ahorro personal y las perspectivas futuras de sus pensiones,
comprendían inmediatamente que éramos prisioneros de un
sistema de expoliación nunca antes visto en el país.

En mayo de 2014 con la participación de trabajadores de diferentes


ciudades del país, pegábamos un salto en ejercicio democrático,
efectuábamos nuestro Primer Congreso Nacional en la ciudad de
Valdivia. En la ocasión, establecimos los criterios fundantes de lo
que sería nuestra coordinadora, sus principios, su funcionamiento,
sus vocerías y, lo más importante, comprometimos nuestro
esfuerzo para avanzar en la elaboración de una propuesta que
surgiera desde el mundo del trabajo y que confrontará el sistema de
capitalización individual con uno de los principios esenciales de la
Seguridad Social, cual es la solidaridad.

A raíz de esos criterios generales, se conformó el primer equipo


técnico con voluntarios de Rancagua, Concepción y Santiago,
3
quienes se dieron a la tarea de estudiar alternativas y echar las
primeras bases, de lo que finalmente sería la propuesta de la
coordinadora nacional de trabajadores NO+AFP.

Tratándose de un movimiento cuya composición estaría


determinada por la libre decisión de adherir de cada organización
sindical, establecimos como principio rector, so pena de quedar
marginado de esta instancia, defender y mantener en lo alto la
“independencia” y “autonomía política y económica” como pilares
fundantes y determinantes de esta Coordinadora, cuyos objetivos
estarían determinados desde su nacimiento, por restituir la
Seguridad Social como un derecho inalienable.

Desde los primeros años, establecimos el carácter transversal de


nuestro movimiento. Entendíamos que la Seguridad Social, en
tanto reivindicación del mundo del trabajo se confronta para su
consecución con el mundo empresarial. De allí, que desde un
comienzo admitiéramos que quienes adherían a este movimiento,
comprendían y compartían que la batalla en la que fijaba su eje
estratégico la Coordinadora, requería del máximo de voluntades
para alcanzar dicho objetivo. Reconocíamos, como el propio Piñera
lo señalara: que ésta disputa era la “Madre de todas las batallas” 2.
Era y es, la Madre de todas las Batallas, en tanto el ahorro
previsional, que aumenta sostenidamente año tras año y que hoy
supera los 210 mil millones de dólares, es la base esencial en la
que se ha sustentado el modelo económico chileno. Lo que José
Piñera es a la previsión y al Plan Laboral, Jaime Guzmán lo es a la

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El Cascabel al gato” José Piñera Echeñique

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Constitución Política, vale decir, ambas instituciones fueron creadas
bajo la tiranía para garantizar y perpetuar el dominio de un sector
social contra otro, solo puede entenderse en que una es, y ha sido
funcional para garantizar la existencia de la otra.

El conformar una Coordinadora de Trabajadores NO+AFP a nivel


nacional era y fue un episodio importante, en especial porque el
mundo de los trabajadores ha padecido de una orfandad extrema
en estos últimos 45 años; con un sindicalismo que ha perdido
absolutamente la brújula y su independencia, careciendo, además,
de una dirección nacional con estatura, capaz de enfrentar el
modelo y el sistema político, social y económico que se ha
desatado contra el movimiento social en esta última mitad del siglo.
Por ello, la fundación de la CNT NO+AFP, parecía una epopeya.
Imaginarse conformar una organización de carácter nacional con
apoyo territorial, cuyo único norte fuera acabar con la matriz
ideológica que le da sustento al modelo político y económico
chileno era, en sí, toda una hazaña.

Durante el primer periodo concentramos nuestros esfuerzos en


organizar las coordinadoras en las diferentes regiones del país,
difundimos en diferentes espacios públicos la necesidad de restituir
la Seguridad Social y definimos los días 10 de cada mes, como
fecha de agitación y propaganda de nuestra CNT. En el norte
grande, Arica y Antofagasta, se desplegaban esfuerzo por
organizarse tras la demanda que comenzaba a tomar forma, surgía
así una forma concreta de coordinarnos a nivel de prácticamente
todo el territorio. Se incorporaban importantes gremios vinculados a

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la metalurgia, salud y comercio, con lo que la CNT adquiría un
mayor tonelaje para dar un salto, ya no solo en propaganda, sino
que comenzar a pensar formas superiores de organización y de
lucha. Expandimos nuestros lazos de fraternidad con
organizaciones sociales, con los estudiantes y pobladores,
intentando constituir un polo social dirigido por los trabajadores, que
reivindicara ciertos derechos como fundamentales, así,
enfatizamos en la demanda estudiantil y nos hicimos parte de la
demanda por el derecho a la “educación gratuita y de calidad”
traducida en la defensa de la Educación Pública. Ese fue, es, y ha
sido, nuestro hilo rector para desarrollar nuestra estrategia y para
sumar nuevos esfuerzos a esta lucha que calificamos como
estructural e histórica.

Segundo Congreso 28 de abril de 2016

Nuestro segundo Congreso Nacional lo efectuamos en Santiago el


28 de abril de 2016, habíamos crecido en cantidad y calidad. La
expresión de ese crecimiento lo reflejó el primer llamado a protesta
nacional que efectuáramos el 10 de diciembre de 2015.
Movilización que por primera vez logró convocar a comunas de
distintas regiones del país durante el día y que en algunas
localidades se manifestó por la noche en plazas públicas a través
de caceroleos. Y aunque esta movilización solo logró
movilizaciones en Valdivia, Concepción, Santiago, Rancagua,
Valparaíso, Arica y Antofagasta no alcanzando el carácter nacional,
anunciaba el preludio de lo que serían las grandes movilizaciones
en los siguientes meses del año que se avecinaba.

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En el segundo congreso, logramos consensuar importantes
acuerdos, había que superar la sola estrategia de difusión y
propaganda para dar paso a formas de organización superior y,
también, a formas superiores de movilización. En ese sentido, se
concibieron las primeras ideas de cómo organizarnos. Los atisbos
de lo que podría ser una organización de carácter territorial cobraba
sentido, en especial, cuando los sindicatos que han liderado la
lucha contra las AFP, son representativos de no más del 10% de la
fuerza de trabajo y muchos trabajadores, por la actual normativa,
creada justamente para impedir el ejercicio de sus derechos, tanto
jurídicos como políticos, encuentran demasiados obstáculos para la
organización tradicional del sindicato. Se precisaba
entonces, vincular esa debilidad estructural de la organización
sindical -consecuencia del golpe de Estado de 1973-, con el
espacio que los mismos trabajadores desestructurados pueden
desarrollar en su territorio, en su comuna.

Así, surgió la idea de extender la organización hacia estructuras


tradicionales de la sociedad civil, juntas de vecinos, organizaciones
juveniles, etc., que de paso hay que decirlo, también han sido
víctimas del proceso estratégico del sistema por diezmar todo lo
que huela a organización social.

Fijábamos la fecha para convocar a un paro nacional para el 4 de


noviembre. Suponía ello doblegar los esfuerzos para organizar una
tarea tan compleja y difícil, en especial, cuando el terror
empresarial contra el empleo se utiliza permanentemente como
herramienta de inhibición para el ejercicio de derechos de los

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trabajadores. El esfuerzo que se requería, al mismo tiempo
aceleraba la necesidad de constituir organización territorial, que
concretamente se expresa en la organización comunal, precaria por
cierto.

Ese salto en organización fue alimentado por las grandes


movilizaciones desarrolladas durante el segundo semestre del 2016
y fueron, en definitiva el ingrediente perfecto para que la
paralización del 4 de noviembre, que si bien no logra paralizar
completamente el aparato productivo del país, generó por su
impacto, una convulsión importante en el país.

24 de julio de 2016

El 24 de julio de 2016 quedará grabado como el domingo en que


Chile despertó a lo largo del territorio para expresar su repudio al
sistema de AFP. Y marca el despertar de nuestro pueblo, fueron
millones que se decidieron romper el inmovilismo desarrollando
movilizaciones sólo comparables con las del movimiento estudiantil
de 1996 y del 2011.

La gran marcha de julio de 2016, replicada en todo el país cuando


solo contábamos con una incipiente organización comunal, fue el
ensayo de lo que sería el salto en organización y participación en
los meses sucesivos. No debemos perder de vista, que una
característica distintiva de este movimiento ha sido y es, la absoluta
independencia de los partidos políticos, lo cual le otorga a la
convocatoria, a la organización y a la movilización un valor
significativo, que además, rompe con las formas tradicionales de

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organización que el movimiento social por décadas desarrolló en
nuestro país. Nuestra lucha no es apolítica, así como nuestra CNT
no es enemiga de las organizaciones partidarias, lo que
defendemos y a lo que nos oponemos, es a la instrumentalización y
oportunismo de algunos.

Muchos creyeron que nuestro movimiento al poco andar, se


eclipsaría o sería presa fácil de la cooptación por organismos
externos a la CNT. Incluso, al interior de nuestra propia
organización, surgieron fundadas dudas respecto de lo que sería el
rumbo de la organización, en especial, a medida que se
aproximaba un año electoral. No ha sido así, seguimos en pie
masivamente en todo el país. Multitudinarias marchas, paralización,
protestas, jornada de difusión y un plebiscito son las tareas
realizadas desde nuestro segundo congreso a la fecha, y es eso lo
que debemos, con el máximo de rigor someter a balance.

Los sondeos de opinión dicen que somos la institución que recoge


los niveles de confianza más altos de la gente. Hemos mostrado
consecuencia, capacidad técnica y honestidad, y eso nuestro
pueblo lo valora. Por el contrario, las AFP aparecen entre las
instituciones más desprestigiadas del país.

Luego de un intenso esfuerzo y con la concurrencia de varios


profesionales y sindicalistas logramos arribar a lo que es la
propuesta de Sistema de Reparto con Fondo de Reservas Técnicas
que nuestra CNT diera a conocer en un acto público en la casa
Central de la Universidad de Chile en noviembre de 2016,
propuesta que en más de un año de ser sometida a diversas
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contrastaciones ha demostrado tener la suficiente solidez técnica,
política y económica que la ha hecho invulnerable a las críticas de
nuestros enemigos y, por el contrario, se ha convertido en la
herramienta más eficaz para salir a combatir a los agoreros del
modelo que sin argumentos y prisioneros del dogma monetarista
defienden este sistema.

Son millones de pesos, sino de dólares los que se gastan


diariamente para mantener la campaña de descredito contra
nuestro movimiento por parte de las AFP. No hay programa en la
televisión abierta que no cuente con avisajes de parte de ellas. Son
las caras visibles de la TV, sus rostros más emblemáticos y caros
los que se suman a la campaña de desinformación y manipulación
de la información.

Lo anterior es señal de que avanzamos, nuestras campañas han


logrado impactar severamente a los dueños del país. Han cerrado
filas todos los sectores empresariales, que se resisten a imaginar
un país, una economía sin un “mercado de capitales” cuyos
recursos los dispongamos nosotros y que pudiese dejar de ser la
base en la que financian sus operaciones de expansión y de
acumulación. De allí la magnitud e importancia de nuestra batalla.
Quizá para muchos, cueste dimensionar el impacto que tiene para
nuestro país y para la política la lucha que hemos dado.

Nuestras campañas, especialmente la de abandonar las AFP


Provida y Cuprum han impactado generándoles daño, al punto que
luego de ser la primera y más grande, AFP Provida hubo de ceder
ese lugar a otra AFP como consecuencia de la fuga masiva -aún
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insuficiente-, de afiliados siguiendo el llamado de la CNT y que ha
provocado grandes dificultades que podemos agudizar si somos
capaces de continuar con ciertas campañas.

Nuestra campaña de refugiarse en el Fondo E tuvo un impacto


significativo, especialmente para los parásitos Fondos de Inversión.
Fueron cientos de miles los que en una primera fase asumieron el
llamado. Sin embargo, como parte de la campaña de las AFP no
logramos mantenerla lo que disminuyó el impacto inicial. Cuando
en 2008 lanzamos esta ofensiva, lo hacíamos convencidos de que
era la mejor forma de protegerse ante la volatilidad del mercado
bursátil. Además, el solo argumento de la rentabilidad nunca ha
sido suficiente para aceptarlo como legitimo en un sistema
previsional. Nuestros objetivos transitan en direcciones opuestas a
quienes pretenden defender el sistema argumentando que una
parte del ahorro está determinada por la rentabilidad que han
obtenido las AFP. Si se desentrañara completamente el alambicado
sistema, descubriríamos que una parte importante de nuestro
ahorro, ha sido confiscado de manera fraudulenta a través de las
comisiones de intermediación –conocidas por nuestras denuncias
como comisiones fantasmas-, y, que de paso, financian a una
industria parasitaria como son los “fondos de inversión” en claro
detrimento de los trabajadores.

De hecho, un dato no menor, si se observa el comportamiento de


los multifondos en los últimos diez años, se apreciará que la
diferencia en rentabilidad entre uno y otro es prácticamente
marginal, importando poco el Fondo en el cual estar. Lo que sí

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parece necesario tener presente, es que si hubiésemos logrado
trasladar un porcentaje mayor de los que logramos traspasar el
segundo semestre del año 2016 quizá habríamos generado lo que
en un momento denominamos, colapsar el sistema. Lo que queda
absolutamente claro, es que no será con mayor rentabilidad que las
pensiones de millones de compatriotas mejorarán. Solo será
posible acabando con las AFP y pasar a un sistema de Seguridad
Social.

El Plebiscito

Cuando discutíamos a principios de 2017 sobre el qué hacer, lo


hacíamos teniendo presente que ese año estaría marcado por la
lucha electoral, la cual siempre genera tensiones, disputas y
controversias en los movimientos sociales. Asumíamos, que una
parte importante de la población y los trabajadores tienen ilusiones
democráticas, que se traducen en confiar que mediante el voto se
producen los cambios importantes de sus demandas. Esa postura,
absolutamente legitima, se contrapone a quienes creen que la
lucha electoral no tiene sentido en un Estado absolutamente
configurado para negar derechos. Es evidente que al movimiento
social y por cierto a esta coordinadora, no le corresponde zanjar
una polémica que trasciende a nuestra propia capacidad y, que
además, es objeto de debates desde hace muchos años en el
acontecer político. Mantener la unidad de nuestro movimiento exige
y exigirá no imponer posturas al margen de nuestra demanda. Lo
que nos une es la lucha por Seguridad Social.

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Pues bien, decidimos luego de muchos debates llevar adelante una
tarea gigantesca: realizar un plebiscito autoconvocado, que tendría
como fin legitimar nuestra propuesta y demanda y, por otro lado,
desarrollar mayor capacidad orgánica para hacer frente al tremendo
desafío que se traduciría en que al final de ese proceso nos
quedaríamos con un importante activo de colaboradores para pasar
a una nueva fase de desarrollo, superior y planteándonos mayores
desafíos. Ese objetivo se cumplió plenamente. Logramos hacer
partícipes a más de un millón de personas y, lo más importante,
contamos con más de nueve mil colaboradores que son la base
orgánica fundamental para cualquier iniciativa que nos
propongamos llevar adelante. No existe en el país una organización
política capaz de llevar adelante una tarea de la envergadura de la
que nuestra Coordinadora desarrolló y por la cual todos debemos
sentirnos orgullosos, pues fue gracias a todos y cada de nosotros,
la concreción de este acto participativo.

Aunque con el Plebiscito nos propusimos tensionar la


institucionalidad, poner en juego el poder, o dicho de otro modo,
validar la legitimidad de nuestros actos y reconocer a quien o
quienes deben y pueden dirigir el Estado, la verdad que el Poder, el
establishment comprendió nuestra estrategia y optó por el silencio;
por no hablar del tema; era peligroso hacerlo. Depende ahora de
nosotros, retomar ese despliegue efectuado por nuestra
organización para llevarla a dimensiones superiores que permitan
este año redoblar en cantidad y calidad las movilizaciones de la
CNT.

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Por tanto, debemos tener presente que en marzo se abren mayores
y más complejos desafíos. La batalla que emprendiéramos hace
años no ha terminado. Debemos enfrentar mayores dificultades de
un poder que sin duda se pertrechara para seguir desoyendo la voz
del pueblo.

Nadie dijo que esta batalla sería fácil.

Seguirán cerrando filas para arremeter sin argumentos, solo con la


mentira y la manipulación atacarán los sistemas de reparto. En eso,
han sido coherentes, defienden el “individualismo” por sobre la
solidaridad, pues saben que lo único que da identidad y sentido al
pueblo trabajador es sentirse protagonista de su presente y futuro.
Por tanto, está en pugna como nunca, esta visión irreconciliable de
aquellos que sustentan la política del “ráscate por tus propias
uñas”, con aquellos que seguimos creyendo en la solidaridad. Ese
enfrentamiento conceptual es al mismo tiempo, una disputa
material, práctica y concreta.

Nuestra lucha por restablecer un derecho fundamental como la


Seguridad Social y rechazar el discurso predominante de quienes
se han hecho del poder en estos años, es y será determinante en
los próximos meses.

Es y será la disputa que deberemos librar este año, así de simple: o


se restituye para los chilenos un sistema que garantice derechos
esenciales que ya habíamos logrado en las décadas pasadas, y
que fueron expropiadas por la fuerza bajo la tiranía y consolidadas
por los gobiernos seudo democráticos al servicio del gran capital en

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estos últimos años, o, desarrollamos a partir de esta convicción, un
plan de concientización, de organización y de lucha, que haga
posible acabar con este sistema impuesto.

Estamos frente a un Estado corrupto. Prácticamente no existe


institución que no haya sido contaminada por conductas espurias.
Mientras observamos diariamente actos de corrupción, las
mayorías, los que viven de un salario precario, con una pensión
indigna, los que no tienen empleo y deben sobrevivir en
condiciones inhumanas, quedamos indefensos ante un sistema
construido y perfeccionado en 45 años para servir los intereses de
las minorías.

Agrava esta situación, pues el empleo informal aumenta y no


contamos con Seguridad Social.

Otra ironía más de este sistema

La guerra está planteada, ellos la declararon. Un estado que niega


a su pueblo derechos esenciales, abre el legítimo derecho para que
éste tome en sus manos el camino que considere más justo, más
adecuado y más posible para impedir la continuación de esta
ofensiva contra una mayoría que pide, que exige respeto a
cuestiones básicas que ya como sociedad habíamos logrado en
décadas anteriores.

En este contexto, de lucha y no de pasividad, celebramos este


tercer Congreso, con la convicción más profunda que nunca, que
no será de los gobiernos de turno desde donde provendrán los
cambios. Éstos deben ser consecuencia de la lucha de los

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trabajadores. La Seguridad Social fue consecuencia de desafíos,
de movilizaciones, de peligros que el poder sentía ante la amenaza
del movimiento obrero europeo y termino cediendo, no como
dadiva, sino que como respuesta al peligro de que los trabajadores
comprendieran que en su lucha podían arrancar mucho más.

Eso es lo que está en juego, la capacidad de multiplicar nuestras


luchas. Sepan ustedes que en este Tercer Congreso tenemos más
de 135 delegados acreditados. Que para llevar adelante este
evento, tuvimos que realizar muchos pre congresos en todo el país,
desde Arica a Magallanes, lo que implicó involucrar a más de mil
personas que son quienes conforman el activo de nuestra
organización y que dan absoluta legitimidad a quienes se
encuentran representándolos en este importante acontecimiento,
pero nos exigen al mismo tiempo, tener la inteligencia, la capacidad
de responder con un plan eficaz y eficiente, que permita que este
año lo enfrentemos con mayor capacidad organizativa, con mayor
unidad y, por sobre todo, con mayor capacidad y compromiso de
lucha de todos quienes estamos presente en este magno evento.

Los invito a que se sientan parte de la historia. No de aquella


construida por El Mercurio, no esa historia construida solo por
los historiadores. Seamos protagonistas de esta historia, de
sus cambios, de sus transformaciones; para que mañana, el
testimonio que entreguemos a las futuras generaciones, sea
absolutamente legítimo pues será de aquellos que lucharon
para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores.

Ese es el desafío. Chile ya despertó y no podrán detenernos.


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Luis Mesina M.
Vocero de la Coordinadora Nacional NO+AFP

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