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TEMA:

Peronospora destructor
Phoma terrestris

CURSO:
FITOPATOLOGIA AGRICOLA

AREQUIPA – 2018
INTRODUCCIÓN

El estudio de la enfermedades de las plantas es de vital importancia para el


mundo actual, con una población humana en aumento, esto acompañado de
cada vez menos espacio para llevar a cabo las actividades productivas primarias
indispensables para la vida, como la agricultura, base del sustento alimenticio.

El desarrollo de esta actividad se ve frecuentemente afectado por el ataque de


agentes que no se ven a simple vista, tales como los hongos, las bacterias, los
virus y nematodos, los que causan reducciones considerables en los
rendimientos de las cosechas, en casos extremos llegando hasta la pérdida total
de la producción.
MARCO TEORICO

1. Peronospora destructor.-
El Mildiu de la cebolla (P. destructor) es la enfermedad más importante en
este cultivo, tanto por su incidencia sistemática como por la capacidad
destructiva del parásito cuando se dan las condiciones climáticas óptimas
para su desarrollo. Los tejidos del bulbo, en especial los del cuello se
reblandecen y el bulbo pierde sus cualidades de almacenamiento.
Las plantas más desarrolladas suelen ser más susceptibles que las recién
trasplantadas, dado que la densidad de plantación influye decisivamente
en la mayor o menor diseminación del hongo por el cultivo.
Por lo general, el primer síntoma visible es la esporulación color café-
morado-tinto del patógeno en las hojas verdes sanas.
Al progresar la enfermedad, las lesiones, que son un poco más pálidas
que el color normal de la hoja, crecen y pueden rodearla.
Estas lesiones pasan de un color amarillo a una necrosis más oscura y,
finalmente, el tejido de la hoja colapsa. Los tallos de las plantas infectadas
a menudo son invadidas por otros hongos, generalmente de las especies
Stemphylium o Alternaria. Las infecciones en el campo comienzan como
pequeños focos que progresan rápidamente a partir de éstos. Los bulbos
pueden infectarse y, ya sea que se pudran en el almacén o aún plantados,
originan un nuevo foco de infección.
1.1. CONDICIONES DE INFECCIÓN.-
El mildiu lanoso puede mantenerse tanto en los cultivos de cebolla
establecidos como en los residuos de cosecha.
Las esporas sexuales (oosporas) pueden sobrevivir en el suelo
siendo capaces de infectar las plántulas de cebollas de las futuras
plantaciones.
Las esporas se producen durante las noches con humedad relativa
alta y temperaturas moderadas (4° a 25°C); la temperatura óptima
de esporulación es de 13°C. Maduran temprano por la mañana y
se dispersan durante el día, pudiendo sobrevivir unos 4 días. Para
su germinación requieren la presencia de agua y temperaturas
óptimas entre 7° a 16°C.
Para la infección de nuevas hojas, las esporas no necesitan lluvia
si hay rocío en las hojas durante la noche y la mañana. Una vez
que el hongo se establece, éste completa su ciclo de vida en 11 a
15 días. Las nuevas esporas producidas pueden infectar nuevas
hojas y plantas repitiendo el ciclo. Una vez que la enfermedad mata
la parte superior de las hojas, ésta se puede establecer en partes
más bajas de las hojas. La hoja entera puede ser atacada y morir.
Si las condiciones ambientales son propicias puede resultar
afectada toda la plantación. Durante la época seca, las esporas
generalmente se inactivan y el número de lesiones baja, pero si
vuelven períodos de humedad alta y temperaturas bajas, la
enfermedad puede resurgir.
La mejor manera de controlar esta enfermedad es mediante una
estrategia preventiva. Se recomienda revisar las puntas y zonas
intermedias de las hojas viejas de cebolla semanalmente buscando
plantas con los síntomas de la enfermedad antes de iniciar
cualquier aplicación de fungicidas. Peronospora destructor produce
esporas en períodos sin lluvias, con temperaturas moderadas en la
noche (< 24°C) y humedad relativa del 95% entre las 2:00 y 6:00
de la mañana.
La infección puede ocurrir la siguiente noche después de la esporulación si la
temperatura está entre 6 a 22°C y hay rocío presente en las hojas en las primeras
cinco horas de la noche y éste perdura por lo menos tres horas.
1.2. PRÁCTICAS CULTURALES PARA REDUCIR LA PRESENCIA
DEL HONGO
Plantación
En los casos que sea posible, las filas deben orientarse en la
dirección de los vientos dominantes, para favorecer la aireación de
la parcela y reducir la condensación de agua sobre las plantas. Es
mejor no tener siembras escalonadas de cebolla en la misma
parcela, porque los cultivos viejos pueden servir de inóculo del
patógeno para los cultivos nuevos. Evitar densidades elevadas de
plantación para mejorar la ventilación del cultivo, así como
optimizar la cubrición y efecto fungicida de los tratamientos
químicos.
Asegurarse de utilizar semilla certificada libre de enfermedades y
que ésta viene en el envase original.
Cuando se utilizan bulbos de cebolla como semilla, éstos deben
tratarse con calor para eliminar los propágulos del patógeno.
Bulbos procedentes de parcelas afectadas no deben ser usados
como fuente de semilla.
A la hora de regar
Evitar usar riego por aspersión. Si se utiliza este tipo de riego,
deberá hacerse muy temprano, siempre que no haya rocío para
que el cultivo pueda secarse correctamente en las horas
posteriores. Peronospora destructor esporula en la noche cuando
las hojas están húmedas. Evitar encharcamientos y mantener una
correcta nivelación del suelo así como unos buenos drenajes y
escorrentías.
Resistencia varietal
Aún no existen variedades resistentes a este patógeno, aunque
diversos estudios alrededor del mundo coinciden en que la variable
genética es un factor más a tener en cuenta en el control efectivo
de la enfermedad.
Se ha encontrado relación entre el ciclo fenológico y la resistencia.
El grupo de variedades de día largo suele presentar mayor
resistencia que los grupos de día intermedio y de día corto. Ésto
puede puede ser el resultado de factores de resistencia específicos
presentes en el germoplasma de las cebollas de día largo, o de
diferencias fisiológicas relacionadas al estado de desarrollo y las
condiciones climáticas que condicionan la susceptibilidad al
patógeno. La diversidad observada en la respuesta a P. destructor
confirma el potencial del germoplasma local para ser usado como
fuente de resistencia en el mejoramiento de cebolla.

Destrucción de restos de cosechas anteriores


Lo mejor es incorporar los restos de cosecha inmediatamente al
suelo, mediante una labor. Si se ha detectado presencia del
patógeno, se evitará sembrar o plantar algún cultivo susceptible de
ser atacado por este oomiceto, y, sobre todo, no se repetirá el
cultivo de cebolla en dos o tres años.
Fertilización
La cebolla es un cultivo con elevadas necesidades nutricionales.
No obstante, el exceso de nitrógeno puede afectar negativamente
a la resistencia de la planta frente a la entrada de enfermedades
como el mildiu. Además, puede provocar que otros
macroelementos como el potasio vean afectada su absorción por
parte de la planta.
Este exceso de nitrógeno puede inducir también que las plantas
tengan un mayor porte y vigorosidad, lo cual dificultará la aireación
de la parcela, favoreciendo la condensación de agua sobre las
plantas y, con ello, las infecciones de P. destructor. El abonado de
fondo es el más recomendable y a él deben ir dirigidas la mayor
parte de las necesidades nutricionales.
Rotación
Utilice rotación de cultivos evitando sembrar cebolla o sus familias
(liliáceas) por dos o tres años.

Técnicas de aplicación de fungicidas


Se debe aplicar suficiente fungicida para cubrir la planta, pero sin
llegar a producir escurrimiento debido a las características
especiales de las hojas de las cebollas. Es recomendable utilizar
adherentes o mojantes que eviten en lo posible el escurrimiento del
producto y mejoren la cubrición de la hoja. De este modo, toda la
superficie foliar del cultivo se encontrará protegida, especialmente
en tratamientos preventivos.
2. Phoma terrestris.-
El hongo fitopatógeno Pyrenocaheta terrestris o Phoma terrestris se
encuentra en todo el mundo. Está adaptado a climas templados y
tropicales debido a su capacidad para sobrevivir bien en suelos de
distintos, tipos, temperaturas y grados de acidez (pH). No obstante, para
desarrollar sus hifas este hongo necesita temperaturas relativamente
altas del suelo.

2.1. CARACTERISTICAS BIOLOGICAS.-


En ausencia de plantas huéspedes, se presume que este patógeno
pasa el invierno en forma de microesclerocios en el suelo,
sobreviviendo así durante muchos años. Estas estructuras del
hongo sirven también inóculo primario. La importancia de la etapa
en picnidios no se ha investigado a fondo y no se le ha descubierto
aún fase sexual. La infección de las hifas se produce más
vigorosamente cuando el suelo está relativamente caliente, entre a
24º y 28º. Las hifas invaden los tejidos epidérmicos y corticales de
las raíces de las plantas liberando enzimas que descomponen esos
tejidos. El hongo produce cuerpos negros diminutos, casi
globulares (picnidios) en las células huésped epidérmicas y
corticales. La enfermedad la facilitan y la agravan otros patógenos
fúngicos que atacan la planta primero y debilitan las raíces, por lo
que es más fácil para P. terrestris invadirlas.
2.2. PARTES DE LA PLANTA QUE SON AFECTADAS.-
El síntoma más característico de esta enfermedad es que las raíces
toman un color entre rosa pálido y amarillo-marrón. Las raíces
invadidas pasan de su color natural al rosa claro, rosa oscuro, rojo,
y finalmente púrpura, marrón o negro, a medida que avanza la
enfermedad. Las raíces enfermas se marchitan, se vuelven frágiles
y finalmente mueren. Aunque las plantas intentar compensar la
pérdida de unas raíces produciendo otras, por desgracia estas
nuevas raíces también se infectan y mueren. Este patógeno no
infecta la base de los bulbos de cebolla, sin embargo es frecuente
ver raíces rosadas junto con un ataque a la base del bulbo por otro
patógeno, Fusarium oxysporum.
Las plantas infectadas crecen más despacio, sus hojas que
mueren desde la punta a la base, y producen bulbos pequeños.
Además las hojas, debilitados, a menudo se infectan con otros
patógenos oportunistas como Alternaria porri, que produce
manchas purpúreas. Se producen pérdidas importantes de
rendimiento cuando coincide tiempo cálido y seco a la vez que se
infectan las raíces temprano en la temporada de cultivo, en esta
situación las raíces debilitadas no pueden absorber toda el agua
que demanda el resto de la planta.
2.3. PERIODO DE ATAQUE Y DE DAÑOS.-
La Raíz rosada se encuentra principalmente en climas calurosos y
áridos. Cuando la temperatura del suelo está entre 24 y 28°C, P.
terrestris sobrevive a 45 centímetros de profundidad. Aunque las
infecciones pueden disminuir entre 16-20°C, el patógeno todavía
puede estar presente en el suelo, así que es recomendable hacer
pruebas de suelo antes del inicio de la temporada de producción.

2.4. COMO DETECTAR LA PLAGA.-


A veces este hongo se confunde con Fusarium oxysporum o con
Sclerotium cepivorum, pero estos dos hongos no dan el
característico color rosado a las raíces. S. cepivorum sí que
produce esclerocios de color marrón oscuro a negro (2-5 mm de
largo) y F. oxysporum pudre la base del bulbo y sus hifas son
blancas. P. terrestris sólo infecta las raíces, no el tallo (la base del
bulbo). Tras una infección de P. terrestris aumenta la probabilidad
de adquirir infecciones secundarias por otros patógenos edáficos.
P. terrestris puede descubrirse y diagnosticarse en el campo.
Préstese especial atención cuando el tiempo atmosférico es el
ideal para este hongo, es decir, cuando la temperatura del suelo
alcanza los 26 ºC. Las raíces de las plantas afectadas por lo
general se vuelven de color rosa. Las raíces enfermas pronto se
arrugan y se oscurecen como se ha dicho más arriba. Las raíces
nuevas comúnmente también enferman y mueren.
Una vez que el hongo ha infectado a la planta de cebolla, si las
condiciones meteorológicas siguen siendo favorables, este
proceso se repite hasta la cosecha.
Si la infección es severa, las hojas de las plantas enfermas se
vuelven blancas, amarillas o marrones por las puntas y mueren,
como si hubiesen sido dañadas por sequía. Entonces las hojas
pueden ser atacadas por otros parásitos foliares. Las plantas
afectadas no suelen morir, pero a menudo se atrofian y producen
bulbos blandos y demasiado pequeños para la venta, por la poca
funcionalidad de las raíces. Este hongo rosado también ataca la
epidermis del bulbo y de las hojas, pero no afecta a las hojas
carnosas del bulbo ni al tallo.

2.5. METODOS DE CONTROL.-


No existen tratamientos químicos que limiten o prevengan
eficazmente las infecciones por P. terrestris. Los métodos de
control eficaces son: rotar cultivos (cultivar otra planta al menos 1
vez cada 5 años), detectar y eliminar las plantas infectadas, y
sembrar o plantar cebolletas de variedades resistentes a este
hongo.
BIBLIOGRAFIA

 https://www.cebollas-papas.com/agricultura/plagas/pyrenochaeta.php
 http://www.agroes.es/cultivos-agricultura/cultivos-huerta-
horticultura/ajo/439-raiz-rosa-de-ajos-enfermedad
 https://www.hortalizas.com/miscelaneos/manejo-integrado-de-raiz-
rosada/
 http://web.entomology.cornell.edu/shelton/veg-insects-
global/spanish/dmildew.html
 http://www.agroambient.gva.es/documents/163214705/163899378/Peron
ospora+destructor+%28Mildiu%29.pdf/1e043124-9d11-4938-88ad-
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