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Efecto de las drogas en el sistema nervioso

Tercero medio - Actividad Nº 27

1- ¿Qué son las drogas?

Las drogas corresponden a sustancias químicas que al ser incorporadas en el organismo, tienen efectos sobre el individuo, que
involucran la modificación de la conciencia, el estado de ánimo o los procesos de pensamiento, lo que inclusive, cuando son
suministradas por largos períodos de tiempo, generan alteraciones en las funciones corporales. Es por esta razón, que estas
sustancias se denominan psicoactivas, ya que, sin importar su origen, es decir, si son naturales o artificiales, cuando ingresan al
organismo producen cambios a nivel del sistema nervioso central.

Las drogas se pueden clasificar de diferentes maneras, sin embargo, la clasificación más utilizada se basa en si está o no permitida
por la ley. También, es posible clasificarlas, según el efecto que tienen sobre el sistema nervioso central.

Según la legalidad o prohibición que exista para las drogas, se clasifican en legales o lícitas, que son aquellas de libre consumo; y
en ilegales o ilícitas, si su consumo está prohibido por las leyes del país o solo si se venden con prescripción médica. Por ejemplo, el
alcohol, el tabaco y la cafeína corresponden a drogas lícitas, mientras que la cocaína, las anfetaminas, la heroína y la cocaína, son
drogas ilícitas, por lo que su consumo está penado por la ley.

Por otro lado, según el efecto que las drogas tienen sobre el sistema nervioso central, se distinguen las estimulantes,
las depresoras y las alucinógenas.

a- Las drogas estimulantes son sustancias que como su nombre lo dice, aceleran y aumentan la actividad funcional de cerebro. Por
ejemplo, las anfetaminas, la cocaína y la cafeína, que estimulan el funcionamiento del organismo.

b- Las drogas depresoras corresponden a sustancias que se encargan de suprimir la acción del sistema nervioso central, es decir,
disminuyen la actividad corporal. Por lo general estas drogas producen sueño, relajo, e incluso, en casos extremos, coma. Son
depresoras la morfina, las benzodiacepinas, el alcohol y la marihuana.

c- Finalmente, las drogas alucinógenas corresponden a sustancias que causan alteraciones profundas en la percepción de la
realidad, ya que se producen delirios, alucinaciones y estados de confusión. Corresponden a drogas alucinógenas el LSD, el éxtasis y
el tolueno.

2- ¿Qué efectos tienen las drogas sobre las neuronas?

El consumo de drogas afecta principalmente en las diferentes etapas de la sinapsis, es decir, las alteraciones se ven a nivel de la
liberación de neurotransmisores y en la trasmisión de señales intracelulares.

Las sustancias psicoactivas actúan principalmente sobre los receptores de membrana de las neuronas, por lo que el uso continuo de
estas especies genera daño a corto o largo plazo, en la actividad cerebral del individuo.

Los efectos pueden variar además, considerando el tipo de sustancia que se esté consumiendo.

- El etanol o alcohol etílico es el componente principal de las bebidas alcohólicas, y al tener una baja masa molecular, no requiere
ser digerido, pasando rápidamente al torrente sanguíneo al ser consumido, pues, es muy soluble en agua. El principal mecanismo de
acción del etanol es inhibir el efecto excitador del neurotransmisor glutamato, por ende, principalmente su efecto es sedante. También,
tiene efectos en la toma de decisiones y en el control de impulsos, ya que provoca alteraciones en el área cerebral que involucra estos
procesos, además de la formación de la memoria.
- La nicotina es una sustancia que se encuentra en las plantas de tabaco, cuyo consumo es principalmente a través de los cigarrillos o
por masticación. Es una droga que llega rápidamente al sistema nervioso, ya que, se absorbe fácilmente a través de la inhalación.
Genera la liberación de neurotransmisor dopamina en algunas zonas cerebrales, por lo cual, es una sustancia muy adictiva. También
provoca la liberación de acetilcolina y norepinefrina, por lo cual, genera un estado de alerta y atención en el individuo que lo
consume.

- La cafeína es una sustancia presente en distintos tipos de café, en el té, en bebidas azucaradas y en chocolates, por lo tanto, es la
droga más consumida en el mundo. Se absorbe fácilmente a nivel gastrointestinal y es metabolizada en el hígado. Generalmente, sus
efectos son la pérdida de sueño y trastornos ansiosos, como crisis de pánico o síntomas de trastornos obsesivos compulsivos, dado
que es una droga estimulante.
- La marihuana se extrae de la Cannabis sativa, una planta, en la cual, hay presente compuestos denominados cannabinoides, entre
los cuales está el tetrahidrocannabinol (THC), que es el principal químico activo. Los cannabinoides pueden quedar en el cuerpo por
períodos prolongados, por lo que pueden detectarse en pruebas de drogas, luego de varios días de su consumo. Los receptores para
cannabinoides, principamente actúan bloqueando la inhibición del neurotransmisor dopamina.

Para ello, cuando los cannabinoides llegan a las neuronas, se unen a los receptores que en ellas están presentes, bloqueando la
liberación del neurotransmisor denominado GABA, y potenciando la liberación de dopamina, inhibiéndose el impulso nervioso. Como
efectos, se ven la disminución de la cognición y la memoria, además se alteran las funciones motoras.

- La cocaína es una sustancia psicoactiva, que se obtiene del procesamiento químico de las hojas del arbusto de coca, presente en
Bolivia y Perú. Actúa bloqueando los transportadores que estimulan la reabsorción de la dopamina. Esto genera que la neurona
postsináptica se sobreestimule, lo que produce un incremento en la lucidez, una sensación constante de bienestar y euforia, y un
aumento de la energía y la actividad motora del individuo.

- Las anfetaminas corresponden a un grupo de drogas sintéticas, como la metanfetaminas y las semi-sintéticas como la catinona, ya
que son sintetizadas a partir de distintas sustancias químicas. Su principal mecanismo de acción, genera la liberación del
neurotransmisor dopamina, desde las vesículas presinápticas, hacia el espacio sináptico. También, inhibe la recaptación de dopamina
y noradrelina, lo que aumenta la frecuencia de transmisión del impulso nervioso, por parte de la neurona presináptica. Esto provoca
cambios en la conducta, como un aumento en el estado de lucidez, mayor energía, aumento de la capacidad de concentración e
inhibición del apetito.

Las características que definen la intoxicación por drogas y la drogadicción se pueden atribuir a alteraciones en el
envio de señales de una neurona a otra. Lea este artículo en inglés
Las drogas pueden alterar la manera de pensar, sentir y comportarse de las personas debido a que afectan la
neurotransmisión, que es el proceso que usan las neuronas (células nerviosas) en el cerebro para comunicarse entre
ellas. Muchos estudios científicos realizados por décadas han establecido que la dependencia y la adicción a las drogas
son características de un trastorno cerebral orgánico causado por el efecto acumulativo de las drogas sobre la
neurotransmisión. Los científicos se basan en esta comprensión esencial para seguir diseñando experimentos dirigidos
a aclarar aún más los factores fisiológicos que hacen que una persona esté predispuesta a consumir drogas, así como
la magnitud total y la evolución del trastorno. Los hallazgos ofrecen importantes indicios que conducen al desarrollo
de nuevos medicamentos y tratamientos de modificación de la conducta.
Este artículo explica la importancia fundamental del estudio de los efectos de las drogas sobre la neurotransmisión y
describe algunos de los métodos experimentales más comunes utilizados en esta investigación. A lo largo del articulo,
ofrecemos referencias ilustrativas de artículos publicados en NIDA Notes.1
¿Qué es la neurotransmisión?

Una persona lee. Las palabras escritas llegan al cerebro a través de los ojos y se convierten en información que se
transmite de una neurona a otra hasta llegar a las regiones que procesan la información visual y fijan el significado y
el recuerdo. Dentro de las neuronas, la información adopta la forma de una señal eléctrica. Al cruzar el pequeño
espacio llamado sinapsis que separa una neurona de otra, la información adopta la forma de una señal química. Las
moléculas especializadas que transportan las señales a través de las sinapsis se llaman neurotransmisores.

Este proceso de entrada y salida de los neurotransmisores en las sinapsis se conoce como neurotransmisión y es una
característica fundamental de la respuesta del cerebro a las experiencias y al entorno. Para captar la idea básica de lo
que es la neurotransmisión, pensemos en una computadora. Una computadora se compone de unas unidades básicas,
los semiconductores, que están organizadas en circuitos. La computadora procesa la información transmitiendo una
corriente eléctrica de una unidad a otra; la cantidad de corriente y su trayectoria a través de los circuitos determinan
el resultado final. Las unidades básicas correspondientes en el cerebro son las neuronas (tenemos 86 mil millones de
ellas). El cerebro transmite la información de neurona a neurona por medio de impulsos eléctricos y
neurotransmisores. La cantidad de estas señales y su trayectoria en el cerebro determinan lo que percibimos,
pensamos, sentimos y hacemos.

Por supuesto, el cerebro, que es un órgano vivo, es mucho más complejo y capaz que cualquier máquina. Las
neuronas responden con mayor versatilidad a más tipos de estímulos que cualquier semiconductor. Además, pueden
cambiar, ampliar y reconfigurar sus propios circuitos.

Cómo se trasmite el mensaje

La función de la neurotransmisión es transportar una señal desde una neurona emisora hasta una neurona receptora a
través de un espacio abierto conocido como sinapsis o espacio sináptico. Todas las neuronas cumplen con esta tarea
aproximadamente de la misma forma.

La neurona emisora fabrica moléculas neurotransmisoras y las almacena en paquetes llamados vesículas. Cuando la
neurona recibe suficiente estimulación, genera una señal eléctrica y hace que algunas vesículas migren hacia la
membrana de la neurona, se fusionen con ella, se abran y liberen su contenido en la sinapsis. Algunas de las
moléculas liberadas se desplazan a través de la sinapsis y se conectan, tal como una llave con la cerradura, con
moléculas llamadas receptores en la superficie de la neurona receptora. Si el neurotransmisor es un estimulador
(p.ej., el glutamato), su interacción con el receptor elevará el nivel de la actividad eléctrica de la neurona receptora
aumentando así la probabilidad de que esta neurona receptora, a su vez, movilice sus vesículas y emita su propio
neurotransmisor. Si el neurotransmisor es un inhibidor (p.ej., el ácido gamma-aminobutírico [GABA]), disminuirá la
actividad eléctrica de la neurona receptora y reducirá así la probabilidad de que libere su neurotransmisor.

De esta manera, los neurotransmisores transmiten la información sobre el entorno y nuestro estado interno de una
neurona a otra a través de los circuitos del cerebro y, finalmente, dan forma a cómo respondemos. Las interacciones
de los neurotransmisores con los receptores también pueden poner en marcha procesos que pueden alterar la
estructura de las neuronas receptoras, o aumentar (potenciar) o reducir (deprimir) la respuesta de las neuronas
cuando los neurotransmisores se unan a sus receptores en el futuro.

Una vez que un neurotransmisor ha interactuado con su receptor en la neurona receptora, concluye la comunicación
entre una neurona y otra. Las moléculas neurotransmisoras se desprenden de los receptores. Una vez libres de nuevo
en la sinapsis, encuentran uno de tres destinos:

 Algunas se unen a otro receptor.

 Otras se encuentran con una enzima, una sustancia química que las desintegra.

 Otras vuelven a entrar a la neurona emisora por medio de un transportador, una estructura especial que
atraviesa la membrana neuronal. Una vez que han regresado al interior de la neurona, están disponibles para
volver a ser liberadas en futuras neurotransmisiones.

Lo normal es que, cuando no hay drogas presentes, el ciclo de liberación, desintegración y reingreso a la neurona
emisora mantiene la cantidad de neurotransmisores en la sinapsis—y, por lo tanto, la neurotransmisión—dentro de
ciertos límites. En la mayoría de los casos, cuando una droga adictiva ingresa al cerebro, hace que la
neurotransmisión aumente o disminuya drásticamente más allá de estos límites.

Preguntas básicas de investigación

Los neurocientíficos que buscan entender por qué la gente consume drogas y las consecuencias de este consumo se
concentran en dos puntos básicos:

 ¿A cuál neurotransmisor o neurotransmisores afecta cada droga?

 ¿Cómo altera cada droga la neurotransmisión?

¿A cuál neurotransmisor o neurotransmisores afecta cada droga?

Lo que una persona experimenta cuando utiliza una droga refleja los roles funcionales del neurotransmisor o
neurotransmisores específicos que altera. Cada neurona individual produce uno o más neurotransmisores: dopamina,
glutamato, serotonina, acetilcolina, o docenas de otros que los científicos han identificado hasta la fecha. Cada
neurotransmisor se asocia a efectos particulares dependiendo de su distribución en las diversas áreas funcionales del
cerebro (véase cuadro). La dopamina, por ejemplo, se encuentra en concentraciones muy altas en las regiones del
cerebro que regulan la motivación y los sentimientos de satisfacción. Esto la convierte en un fuerte motivador para el
consumo de drogas. El impacto de un neurotransmisor también depende de si estimula o inhibe la actividad de sus
neuronas destinatarias.
Efectos de las drogas sobre la neurotransmisión
Haga clic para ver la tabla

Algunas drogas afectan principalmente un neurotransmisor o una clase de neurotransmisores. Por ejemplo, los
opioides de venta con receta y la heroína producen efectos similares —si bien más pronunciados— a los producidos
por los neurotransmisores endorfina y encefalina. Estos incluyen el aumento en la analgesia, la disminución en el
estado de alerta y la reducción de la frecuencia respiratoria. Otras drogas alteran más de un tipo de neurotransmisor.
La cocaína, por ejemplo, se une a estructuras que regulan la dopamina, lo cual causa aumentos de la actividad de
este neurotransmisor y produce euforia. También produce cambios en los sistemas de la norepinefrina y el glutamato,
que causan efectos estimulantes.

Dado que un neurotransmisor puede estimular o inhibir neuronas que producen neurotransmisores diferentes, si una
droga altera un neurotransmisor, puede tener impactos secundarios en otros. Por ejemplo, la nicotina estimula las
células directamente mediante la activación de sus receptores de acetilcolina, e indirectamente al provocar niveles
más altos de glutamato, un neurotransmisor que actúa como un acelerador de la actividad de las neuronas en el
cerebro. De hecho, un efecto clave que todas las drogas que causan dependencia y adicción parecen tener en común
—el aumento drástico de las señales de dopamina en una zona del cerebro llamada núcleo accumbens, lo que causa
euforia y el deseo de repetir la experiencia— es, en muchos casos, un efecto indirecto.
¿Cómo altera cada droga la neurotransmisión?

Como se describió anteriormente, la neurotransmisión es un proceso cíclico que ocurre en varias etapas utilizando
componentes especializados de las neuronas emisoras y receptoras. Identificar cuál es la etapa exacta que la droga
afecta y cómo lo hace ofrece una perspectiva esencial del impacto que tiene sobre el usuario y es clave para
desarrollar las intervenciones médicas y de modificación de la conducta para inhibir, contrarrestar o revertir la
alteración.

Algunas drogas imitan a los neurotransmisores. Por ejemplo, la heroína y los opioides de venta con receta se
asemejan químicamente a los opioides naturales del cerebro (endorfinas y encefalinas) lo suficiente como para activar
y estimular sus receptores especializados. Como la heroína estimula muchos más receptores y en forma más intensa
que los opioides naturales, el resultado es una amplificación masiva de la actividad de los receptores opioides. La
marihuana imita a los neurotransmisores cannabinoides, el más importante de los cuales es la anandamida. La
nicotina se une a los receptores de acetilcolina, el neurotransmisor del sistema colinérgico.

Otras drogas alteran la neurotransmisión al interactuar con los componentes moleculares de los procesos de emisión y
recepción en lugar de con los receptores. La cocaína, por ejemplo, se une al transportador de dopamina, el conducto
molecular que arrastra la dopamina que está flotando libremente en la sinapsis y la lleva de regreso a la neurona
emisora. Mientras la cocaína está ocupando el transportador, la dopamina no puede volver a ingresar a la neurona. Se
acumula en la sinapsis, estimula más copiosamente los receptores de las neuronas receptoras y el impacto que
produce en las neuronas receptoras es mucho más intenso que el que ocurre naturalmente. En la sección "Cómo
motiva la cocaína el consumo de la droga y causa adicción" (más adelante) se enumeran algunas de las interacciones
de la cocaína con los mecanismos de transmisión de señales de la dopamina y otros neurotransmisores, y cómo esto
motiva el consumo de esta droga y contribuye a la dependencia y la adicción.

Por último, algunas drogas alteran la neurotransmisión por medios que no tienen que ver con el aumento o la
disminución de la cantidad de receptores estimulados. Por ejemplo, las benzodiacepinas, como el diazepam o el
lorazepam, producen relajación al intensificar las respuestas de las neuronas receptoras cuando el neurotransmisor
inhibitorio GABA se une a sus receptores.
¿Qué cambios se producen con el consumo crónico de drogas?

Cuando una persona está en la fase inicial de la experimentación con las drogas, la neurotransmisión se normaliza a
medida que desaparece la intoxicación y la droga abandona el cerebro. Sin embargo, con el tiempo, el consumo
continuo de drogas produce cambios en la estructura y la función neuronal que causan anomalías de larga duración o
permanentes en la neurotransmisión. Estas alteraciones son la causa básica de la tolerancia a las drogas (se necesitan
dosis más altas de la droga para producir el mismo efecto), la abstinencia, la adicción y otras consecuencias
persistentes.

Algunos cambios de más larga duración comienzan como ajustes para compensar los aumentos en la intensidad de las
señales de los neurotransmisores inducidos por las drogas. Por ejemplo, el cerebro responde a las repetidas oleadas
masivas de dopamina inducidas por las drogas en parte reduciendo su complemento de receptores de dopamina. Esto
alivia la sobreestimulación del sistema de la dopamina causada por las drogas, pero también contribuye a las
características de la dependencia de las drogas (p. ej., susceptibilidad a la abstinencia) y de la drogadicción (p. ej.,
afectación de la capacidad para responder a las fluctuaciones normales de la dopamina producidas por satisfacciones
naturales). De manera parecida, la metadona y algunos otros opioides inducen a las neuronas a retraer una parte de
sus receptores opioides mu, haciéndolos inaccesibles para la estimulación adicional. La retracción es de corta
duración, y al concluir los receptores vuelven a la superficie de la neurona, restaurando la receptividad normal a la
estimulación subsecuente. Esta dinámica de reducir y luego restaurar la disponibilidad del receptor puede impedir el
desarrollo de la tolerancia a estas drogas. (La morfina, por el contrario, no hace que los receptores se retraigan, y la
sobreestimulación resultante de los opioides desencadena ajustes intracelulares que parecen promover la tolerancia a
los opioides.)
En ocasiones, los mecanismos relacionados con las drogas que producen cambios acumulativos en la
neurotransmisión son de naturaleza epigenética. Aunque una droga no puede cambiar los genes de una persona, sí
puede estimular algunos genes para que aumenten o disminuyan su producción de proteínas, lo que puede generar
cambios en la función neuronal o incluso causar la reestructuración física de las neuronas. Por ejemplo, en los
ratones, la cocaína altera factores importantes de transcripción genética y la expresión de cientos de genes. Algunos
de los cambios que se advierten en el complemento de proteínas del cerebro se han asociado con una mayor
frecuencia de comportamientos similares a los de la búsqueda de drogas y la drogadicción en los animales. Otros
cambios, como la proliferación de nuevas dendritas (estructuras ramificadas en las neuronas que disponen de
receptores de neurotransmisores en su superficie) pueden ser compensatorios. Algunos cambios epigenéticos pueden
transmitirse a la generación siguiente. En un estudio se encontró que la descendencia de ratas expuestas al THC, el
principal componente psicotrópico de la marihuana, sufren alteraciones en la formación de los receptores de
glutamato y cannabinoides que afectan sus respuestas a la heroína.
Algunas drogas son tóxicas para las neuronas, y su efecto es acumulativo con exposiciones repetidas. Por ejemplo, la
droga metilenedioximetanfetamina o MDMA (también conocida como éxtasis o Molly) daña los axones (las ramas de
una neurona que liberan su neurotransmisor en la sinapsis) que liberan serotonina; el resultado es la alteración de la
neurotransmisión de la serotonina que probablemente es la causa de base de los problemas de memoria que
experimentan los consumidores asiduos. De forma parecida, el daño causado por la metanfetamina a las neuronas
liberadoras de dopamina puede causar defectos significativos en el pensamiento y las habilidades motrices; la función
de la dopamina puede recuperarse parcialmente con la abstinencia, pero aún no está claro hasta qué punto se pueden
recuperar las capacidades cognitivas y motrices.

Cómo motiva la cocaína el consumo de la droga y causa adicción

La investigación sobre la cocaína ilustra cómo una droga puede alterar de diversas maneras la neurotransmisión para
promover el consumo intensificado, la dependencia y la adicción a las drogas. Al igual que todas las drogas que
causan dependencia y adicción, la cocaína altera la trasmisión de señales de dopamina. Se han realizado estudios, la
mayoría con animales, que indican que las interacciones de la cocaína con la dopamina y otros sistemas de
neurotransmisores influyen en el riesgo del consumo de la droga, la evolución a la adicción y la recaída después de la
abstinencia a través de varias vías.

Satisfacción

 La cocaína causa sensaciones placenteras que motivan el consumo de la droga al elevar marcadamente las
concentraciones de dopamina en las sinapsis del sistema de satisfacción.

 La cocaína eleva los niveles de dopamina en la sinapsis impidiendo que los transportadores de dopamina la
eliminen del espacio sináptico y estimulando las neuronas liberadoras de dopamina para que liberen la dopamina
que normalmente mantienen en reserva.
 El incremento en la transmisión de señales de dopamina inducido por la cocaína estimula el consumo
repetitivo de la droga porque aumenta la actividad de los receptores de dopamina tipo D1 en un circuito que
estimula la conversión de impulsos a acciones, a la vez que suprime la actividad de los receptores de dopamina
tipo D2 en un circuito opuesto y aumenta la actividad de los receptores de dopamina tipo D3.
 En un animal, tener una jerarquía social superior o estar expuesto a ambientes estimulantes podría limitar el
poder que tiene la cocaína para motivar el consumo repetido porque aumenta la actividad de los receptores de
dopamina tipo D2.

Transición hacia la adicción

 La cocaína sensibiliza las neuronas liberadoras de dopamina en el sistema de satisfacción de tal forma que las
exposiciones repetidas activan la liberación de cantidades de dopamina cada vez mayores, y aumentan
potencialmente la necesidad de volver a consumir la droga.
 El aumento de la capacidad de respuesta de las neuronas liberadoras de dopamina a la cocaína comienza con
la primera exposición a la droga y ocurre incluso con sólo pequeñas dosis.
 La intensificación del impulso por consumir la droga que aparece brevemente después del consumo de cocaína
y va acompañada de la disminución del control sobre el impulso, puede convertirse en un estado duradero. Esto
ocurre porque la exposición repetida a la droga prolonga el desequilibrio de la actividad a favor de las neuronas
de dopamina tipo 1 que promueven el impulso sobre las neuronas inhibidoras de dopamina tipo 2 (véase
también aquí).
 Con la exposición repetida a la cocaína, algunos receptores de glutamato presentes en el sistema de
satisfacción se tornan sensibles a los estímulos relacionados con el consumo de cocaína, programando al cerebro
para que asigne importancia prioritaria a la reacción a estos estímulos.
 La cocaína parece limitar la capacidad que tiene el cerebro de alterar las vías de neurotransmisión en
respuesta a nuevas experiencias, lo que potencialmente limita la capacidad del usuario de desarrollar nuevas
alternativas de comportamiento al consumo de la droga.

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