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1. Contexto histórico en el que se inscribe el personaje.

Características generales de la
época. Centrar el momento histórico, el lugar en el que vive la mujer en cuestión las
características del grupo social al que pertenece el personaje. Es decir colocar al
lector en situación de entender el momento histórico en el que vivió la mujer que
pretendemos mostrar.

Sabemos que en Europa el siglo XIX se


caracterizó por el nacimiento de las democracias
censitarias y el ocaso de las monarquías
absolutas. La Revolución francesa ayudó a
expandir las ideas republicanas y liberales, y
provocó que surgiera la idea de ideología de
izquierda e ideología de derecha. Los monarcas,
en el caso de sobrevivir, se convirtieron en
déspotas ilustrados.

En España nos encontramos recién salidos


de la Guerra de Independencia, la cual ganamos,
aunque atravesábamos baches debido a la
independencia de nuestras colonias en América
del Sur. Poco a poco y durante este siglo se iba
consolidando dentro de nuestras fronteras una
revolución industrial tardía con respecto a otros
países. La industria y los transportes se
desarrollaron lentamente, y la agricultura siguió
siendo la actividad más importante. Los transportes se renovaron muy lentamente, y
esto dificultó el desarrollo de la industria y del comercio.

La sociedad de esta época estaba organizada en clases sociales. La clase


alta estaba formada por los nobles, los grandes, empresarios, los banqueros y los
grandes propietarios de tierras; la clase media estaba compuesta por agricultores,
comerciantes, médicos, abogados, maestros… mientras que la clase baja la
formaban los jornaleros agrícolas, los obreros de las fábricas, los sirvientes
domésticos y muchas personas con oficios que hoy ya no se desempeñan (como
aguadores, que eran vendedores ambulantes de agua; y los faroleros, que
encendían y apagaban las farolas).
Nuestro personaje formaba parte del estrato social más alto: en las clases media y
alta, la mujer siguió desempeñando labores de organización y administración de sus
respectivas casas y familias. También seguía siendo la llave en las cuestiones
matrimoniales de conveniencia. Las mujeres de estas clases altas participaron
activamente en cuestiones de caridad y beneficencia, como por ejemplo el Colegio
de las Niñas de la Paz para las huérfanas.
2. Breve biografía.

María Cristina de Habsburgo-Lorena o María Cristina de Austria, era


conocida como «Doña Virtudes». Nació en Groß Seelowitz (actual República Checa)
el 21 de julio de 1858 y falleció en Madrid el 6 de febrero de 1929.
Fue la segunda esposa del rey Alfonso XII y madre de Alfonso XIII. Por nacimiento
era archiduquesa de Austria y princesa de Hungría, Bohemia, Eslavonia, Croacia y
Dalmacia. Por vía materna guardaba parentesco con las familias reales española y
austriaca, ya que era tataranieta de Carlos III de España y biznieta de Leopoldo II
del Sacro Imperio Romano Germánico.

No se sabe gran cosa de su infancia, pasó


muy desapercibida, estudiando entre libros y era
considerada como una niña muy estudiosa e
inteligente. Siendo una preadolescente todavía,
nuestro personaje ingresó en el Capítulo de Nobles
Canonesas de Praga, un centro en el que las hijas de
las familias nobles y aristocráticas pasaban un tiempo
retiradas y dedicadas al estudio antes de contraer
matrimonio. Fue allí, en Praga, donde María Cristina
recibió la noticia de su elección por parte del rey de
España para convertirla en su esposa. Ella ya había
tenido un breve encuentro con Alfonso XII cuando él
era estudiante del Theresianum de Viena y se había
llevado una muy buena impresión.

María Cristina se casó con el rey Alfonso XII en noviembre de 1879 en la


basílica de Atocha en Madrid, convirtiéndose en su segunda esposa, tras enviudar
Alfonso de María de las Mercedes de Orleans. No hizo muy buenas migas con el
extrovertido monarca a causa de su carácter tímido y tranquilo, aunque terminó
sintiendo su pérdida cuando murió. Durante sus primeros años en la corte, soportó
las continuas infidelidades de su marido, que desde la muerte de su primera y
amada esposa se había entregado a un frenesí sexual continuado. Sólo cuando la
situación se había vuelto incómoda e insostenible, dicen que María Cristina
recriminó a su marido. También tuvo que hacer frente al rechazo generalizado que
sufría de la mayor parte de la población por ser de apariencia lejana, y recibía
lecciones de protocolo de mano de su suegra, Isabel II. Tuvo que lidiar con la
presión de engendrar un varón (María de las Mercedes no había dejado ningún
heredero al trono) y la indiferencia de Alfonso XII hacia ella. Parece ser que sólo en
sus últimos años de convivencia, la pareja real vivió sus momentos de mayor
acercamiento. Así fue, el rey nunca supo que su esposa llevaba en su seno al
ansiado heredero ya que falleció seis meses antes del nacimiento de su hijo,
Alfonso, el 17 de mayo de 1886.

Empezaba en aquel tiempo una nueva y dura etapa en la vida de la reina


ahora ya viuda. Durante diecisiete años, María Cristina ejerció la regencia con la
sabiduría y el rigor que ya la caracterizaban. Estuvo asesorada en esta etapa por
Mateo Sagasta, que la ayudó a dirigir los asuntos de España hasta que en 1902 su
hijo era considerado mayor de edad y pasó a reinar como Alfonso XIII.

En la primera foto, la Reina


Madre con su hijo Alfonso
XIII.
En la segunda, aparece con
Desde entoncessus tressuhijos:
y hasta muerteAlfonso XII,
el 6 de febrero de 1929 tuvo una vida
María de las Mercedes y
tranquila, dedicada a obras de caridad, su verdadera pasión.

María
Así se recoge el testimonio Teresa
del día de su muerte:

“El 5 de febrero de 1929 asistió por última vez al Teatro de la Zarzuela con la reina
Victoria Eugenia y sus hijas. La familia real cenó como de costumbre en el Palacio
Real de Madrid, a las nueve de la noche, mostrándose la reina María Cristina muy
contenta durante la cena, sin que nada hiciera presumir anormalidad alguna en su
salud. A continuación de la cena, la familia real se trasladó al salón, donde todas las
noches se celebraba una sesión de cine. La función terminó a las 12.30 de la noche,
ya día 6 de febrero, y los Reyes, sus hijos y la reina María Cristina se despidieron
del conde del Vados y demás personas de séquito, retirándose a sus habitaciones
particulares. La reina doña María Cristina, al pasar por la galería, explicó a la reina
doña Victoria un tapiz que estaba en la parte que da al camón, y allí se separaron.
Tras llegar a su habitación y meterse en la cama, experimentó un fuerte dolor en el
pecho, que casi le impedía respirar. Su doncella, al ver la angustia, le preguntó si
deseaba llamar a Su Majestad Alfonso XIII, y la Reina Madre respondió que no. Al
poco rato, la Reina sufrió otro fortísimo dolor, que la dejó privada de sentido y se
desplomó pesadamente en la almohada”
3. Breve reflexión de la aportación o valor que tiene este personaje.
enlaces a la información obtenida el curso pasado, redes sociales, diarios,
entrevistas

Personalmente, me ha llamado la atención María Cristina por la sensibilidad


que sentía hacia las obras de caridad y todo lo que ellas involucran. Anteriormente
habíamos estudiado como las reinas consortes no reparaban en despilfarros y
gestos de indiferencia hacia el pueblo que gobernaban, y este personaje es
totalmente lo contrario. Hizo absolutamente todo lo que se esperaba de ella,
pasando momentos muy duros como su llegada a España, donde fue rechazada por
la mayor parte de la población e incluso su marido, y reinó en solitario aún sin saber
cómo dirigir un país que encima ni era el suyo por nacimiento. Le debemos decretos
y leyes como la Ley de Sufragio Universal o la Ley de Asociaciones, y considero que
aportó a España gran modernidad para aquella época.

4. Bibliografía

https://cadiznoticias.es/la-mujer-espanola-en-el-siglo-xix/
https://es.wikipedia.org/wiki/Siglo_XIX#Pol%C3%ADtica
https://www.mujeresenlahistoria.com/2014/08/la-segunda-reina-maria-cristina-
de.html

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