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Historia Moderna, cátedras González, 2019

I.S.P. “Joaquín V. González”


El Diablo en la Edad Moderna. Fuentes escritas.
Cuentos de los Hermanos Grimm.
Los Kinder- und Hausmärchen (Cuentos para la infancia y el hogar) de los hermanos Jacob y Wilhem Grimm se
publicaron originalmente en dos volúmenes, en 1812 y 1815. En 1857 se publica una nueva edición, ampliada, que
incluye nuevas historias y algunas reformulaciones de los primeros cuentos. Escrito en pleno auge del romanticismo
alemán, los hermanos buscaban rescatar el verdadero carácter el “pueblo”, por lo que realizaron su célebre
recopilación de relatos orales a partir de los relatos de una anciana –proveniente de una familia hugonote- de Kassel.

El labrador y el diablo

Érase una vez un labradorzuelo tan listo como astuto, - Para que no haya peleas a la hora de repartir, tú te
de cuyas tretas podrían contarse no pocas historias, quedarás con lo que haya sobre el suelo, y yo, con lo
aunque la más graciosa de todas es la burla y mala que haya debajo.
pasada que le hizo al diablo. Parecióle bien al diablo, sin saber que el astuto
Un día en que el campesino había terminado su labor labrador había sembrado nabos. Cuando llegó el
y se disponía a regresar a su casa a la hora del tiempo de la cosecha presentóse el diablo para
crepúsculo, vio, en medio del campo, un montón de llevarse su parte; pero sólo encontró marchitas hojas
carbones encendidos. Acercóse muy extrañado y vio a amarillas, mientras el labrador, alegre y satisfecho, se
un negro diablillo que estaba sentado encima. quedaba con los nabos.
- ¿Estás sentado sobre un tesoro? - preguntóle el - Esta vez has llevado ventaja - protestó el diablo -,
labrador. pero a la próxima no te valdrá. Será tuyo lo que crezca
- Sí - respondió el diablo -. Sobre un tesoro en el que encima del suelo, y mío lo que haya debajo.
hay más oro y plata que jamás viste en tu vida. - Conforme - dijo el campesino. Pero a la hora de la
- El tesoro está en mi campo, y, por tanto, me siembra no plantó nabos, como la vez anterior, sino
pertenece - dijo el labrador. trigo. Ya maduro el cereal, el hombre se fue al campo
- Tuyo será - replicó el diablo - si durante dos años te y segó los tallos a ras del suelo, y cuando se presentó
comprometes a darme la mitad de lo que produzca tu el diablo, al no encontrar más que rastrojos,
campo. Dinero me sobra, pero me gustan los frutos de enfurecido se precipitó por un despeñadero.
la tierra. - Así se caza a los zorros - dijo el campesino mientras
El campesino aceptó el trato, con una objeción: se llevaba el tesoro.

El diablo y su abuela allí, y mañana se marcha.


Metiéronse, pues, en el trigo; pero la tropa no se
Hubo una gran guerra para la cual el Rey había marchó, contra lo previsto, sino que continuó
reclutado muchas tropas. Pero como les pagaba muy acampada por aquellos alrededores. Los desertores
poco, no podían vivir de ella, y tres hombres se permanecieron ocultos durante dos días con sus
concentraron para desertar. noches; pero, al cabo, sintiéronse a punto de morir de
Dijo el uno a los otros: hambre. Y si salían, su muerte era segura.
-Si nos cogen, nos ahorcarán. ¿Cómo lo haremos? Dijéronse entonces.
Respondió el segundo: -¡De qué nos ha servido desertar, si también
-¿Ven aquel gran campo de trigo? Si nos ocultamos en habremos de morir aquí miserablemente!
él, nadie nos encontrará. El ejército no puede entrar En esto llegó, volando por los aires y escupiendo

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fuego, un dragón que se posó junto a ellos y les apuro!
preguntó por qué se habían ocultado allí. Dijéronle entonces que habían sido criados del diablo
Respondiéronle ellos: por espacio de casi siete años, recibiendo de él dinero
-Somos soldados, y hemos desertado por lo escaso de a chorros; mas para ello habían debido firmar que le
la paga. Pero si continuamos aquí, moriremos de pertenecían y se le entregarían si, transcurridos los
hambre; y si salimos, nos ahorcarán. siete años, no lograban descifrar un enigma que él les
-Si están dispuestos a servirme por espacio de siete propondría.
años -dijo el dragón-, los conduciré a través del Dijo entonces la vieja:
ejército de manera que no sean vistos por nadie. -Si quieren que los ayude, uno de ustedes debe irse al
-No tenemos otra alternativa. Fuerza será que bosque. Llegará a un muro de rocas derruido, que
aceptemos respondieron; y entonces el dragón los tiene el aspecto de una casita. Que entre allí y hallará
cogió con sus garras y, elevándolos en el aire, por el remedio.
encima del ejército, fue a depositarlos en el suelo, a Los dos pesimistas pensaron: "Esto no nos ha de
gran distancia. Pero aquel dragón era el diablo en salvar," y siguieron sentados. Pero el tercero, siempre
persona. Dioles un latiguillo y les dijo: animoso, se puso en camino, bosque adentro, hasta
-Háganlo restallar, y caerá tanto dinero como pidan. que llegó a la choza de piedras. En su interior había
Podrán vivir como grandes señores, sostener caballos una mujer más vieja que Matusalén, que era la abuela
e ir en coche. Pero cuando hayan pasado los siete del diablo, y le preguntó de dónde venía y qué quería.
años, serán míos. Explicole el joven todo lo que le había ocurrido, y,
Y, sacando un libro y abriéndolo, los obligó a firmar en como le fue simpático a la vieja, ésta se compadeció
él. de él y le dijo que estaba dispuesta a ayudarlo.
-De todos modos -les dijo-, antes les plantearé un Apartando una gran piedra que cerraba la entrada de
acertijo, y si son capaces de descifrarlo, quedarán una bodega:
libres, y ya ningún poder tendré sobre ustedes. -Escóndete aquí -le ordenó-; podrás oír todo lo que
El dragón se alejó volando, y ellos, haciendo restallar hablemos; tú permaneces quieto, sin moverte ni
el látigo, enseguida tuvieron dinero en abundancia. chistar. Cuando llegue el dragón, le preguntaré por el
Encargaron lujosos vestidos y se fueron a correr enigma y me lo dirá todo. Fíjate tú en sus respuestas.
mundo. En todas partes vivían en buena paz y alegría, A las doce de la noche llegó el dragón volando y pidió
tenían caballos y coches, comían y bebían, pero sin la cena. La abuela puso la mesa y sirvió las viandas y
hacer nunca nada malo. Pasó el tiempo rápidamente, bebidas, procurando satisfacerlo. Sentose ella
y cuando ya los sietes años llegaban a su fin, dos de también, y comieron y bebieron juntos. Durante la
ellos empezaron a sentirse angustiados y temerosos. conversación, la abuela le preguntó cómo había
El tercero, en cambio, se lo tomaba a broma, pasado el día y cuántas almas había conquistado.
diciendo: -Hoy he tenido mala pata -respondió el diablo-; pero
-No teman, hermanos; yo no soy tonto y adivinaré el hay tres soldados que no se me escaparán.
acertijo. -¡Ah, tres soldados! -replicó la vieja-. Esos no son
Salieron al campo y sentáronse, aquellos dos, siempre tontos, aún se te pueden escapar.
tan tristes y cariacontecidos. Llegó entonces una vieja Pero el diablo dijo, irónico:
y les preguntó el motivo de su tristeza. -Son míos. Les plantearé un acertijo que jamás serán
-¡Bah! ¿Para qué contárselo? Tampoco podrá arreglar capaces de descifrar.
nada. -¿Y qué acertijo es? -preguntó ella.
-¿Quién sabe? -respondió la vieja-. ¡Ea, cuéntenme su -Te lo diré. En el Mar del Norte hay un caballo marino

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muerto, que será su asado; y el costillaje de una asado que se les servirá, quedarán libres, y, además,
ballena será su cuchara de plata; y un viejo casco de podrán quedarse con el látigo.
caballo hueco será su copa de vino. Respondió el primer soldado:
Cuando el diablo se acostó, quitó la abuela la piedra, -En el Mar del Norte hay un caballo marino muerto.
dejando salir al soldado. Éste será el asado.
-¿Tomaste buena nota de todo? Irritose el diablo y, refunfuñando, "¡jum, jum!,"
-Sí -respondió él-. Sé lo bastante, y ya saldré de preguntó al segundo:
apuros. -¿Y cuál será vuestra cuchara?
Y marchó por la ventana y fue a reunirse con sus -El costillaje de una ballena, ésa será nuestra cuchara
amigos por un camino distinto, a toda prisa. Contoles de plata.
cómo el diablo había sido engañado por su abuela y Torció el diablo el gesto y, volviendo a refunfuñar
cómo había oído, de sus propios labios, la solución del "¡jum, jum, jum!," dirigiose al tercero:
acertijo. Pusiéronse los tres más contentos que unas -¿Saben también cuál ha de ser vuestra copa de vino?
Pascuas y, haciendo restallar el látigo, acumularon -Un viejo casco de caballo, ésa será nuestra copa de
tanto dinero que se les saltaba por el suelo. En el vino.
momento en que terminaban los siete años, Al oír esto, el diablo soltó una palabrota y salió a
presentose el diablo con su libro y, mostrándoles sus escape, perdido todo poder sobre ellos. Los soldados
firmas, les dijo: se quedaron con el látigo, con el cual tuvieron el
-Voy a llevarlos al infierno conmigo, donde se dinero a manos llenas, y vivieron felices el resto de sus
celebrará un banquete. Si son capaces de adivinar el días.

Los tres pelos de oro del diablo

Érase una vez una mujer muy pobre que dio a luz un por su bien" y, al fin, aceptaron y le entregaron el
niño. Como el pequeño vino al mundo envuelto en la niño.
tela de la suerte, predijéronle que al cumplir los El Rey lo metió en una cajita y prosiguió con él su
catorce años se casaría con la hija del Rey. Ocurrió camino, hasta que llegó al borde de un profundo río.
que unos días después el Rey pasó por el pueblo, sin Arrojó al agua la caja, y pensó: "Así he librado a mi
darse a conocer, y al preguntar qué novedades había, hija de un pretendiente bien inesperado." Pero la caja,
le respondieron: en lugar de irse al fondo, se puso a flotar como un
- Uno de estos días ha nacido un niño con una tela de barquito, sin que entrara en ella ni una gota de agua.
la suerte. A quien esto sucede, la fortuna lo protege. Y así continuó, corriente abajo, hasta cosa de dos
También le han pronosticado que a los catorce años millas de la capital del reino, donde quedó detenida
se casará con la hija del Rey. en la presa de un molino. Uno de los mozos, que por
El Rey, que era hombre de corazón duro, se irritó al fortuna se encontraba presente y la vio, sacó la caja
oír aquella profecía, y, yendo a encontrar a los padres, con un gancho, creyendo encontrar en ella algún
les dijo con tono muy amable: tesoro. Al abrirla ofrecióse a su vista un hermoso
- Vosotros sois muy pobres; dejadme, pues, a vuestro chiquillo, alegre y vivaracho. Llevólo el mozo al
hijo, que yo lo cuidaré. molinero Y su mujer, que, como no tenían hijos,
Al principio, el matrimonio se negaba, pero al exclamaron: - ¡Es Dios que nos lo envía!
ofrecerles el forastero un buen bolso de oro, Y cuidaron con todo cariño al niño abandonado, el
pensaron: "Ha nacido con buena estrella; será, pues, cual creció en edad, salud y buenas cualidades.
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He aquí que un día el Rey, sorprendido por una diera muerte al mozo en cuanto llegara. A pesar de su
tempestad, entró a guarecerse en el molino y endurecido corazón, los ladrones se apiadaron, y el
preguntó a los molineros si aquel guapo muchacho capitán rompió la carta y la cambió por otra en la que
era hijo suyo. ordenaba que al llegar el muchacho lo casasen con la
- No -respondieron ellos-, es un niño expósito; hace hija del Rey. Dejáronlo luego descansar
catorce años que lo encontramos en una caja, en la tranquilamente en su banco hasta la mañana, y,
presa del molino. cuando se despertó, le dieron la carta y le mostraron
Comprendió el Rey que no podía ser otro sino aquel el camino. La Reina, al recibir y leer la misiva, se
niño de la suerte que había arrojado al río, y dijo. apresuró a cumplir lo que en ella se le mandaba:
- Buena gente, ¿dejaríais que el chico llevara una carta Organizó una boda magnífica, y la princesa fue unida
mía a la Señora Reina? Le daré en pago dos monedas en matrimonio al favorito de la fortuna. Y como el
de oro. muchacho era guapo y apuesto, su esposa vivía feliz y
- ¡Como mande el Señor Rey! -respondieron los dos satisfecha con él. Transcurrido algún tiempo, regresó
viejos, y mandaron al mozo que se preparase. El Rey el Rey a palacio y vio que se había cumplido el
escribió entonces una carta a la Reina, en los vaticinio: el niño de la suerte se había casado con su
siguientes términos: "En cuanto se presente el hija.
muchacho con esta carta, lo mandarás matar y - ¿Cómo pudo ser eso? -preguntó-. En mi carta daba
enterrar, y esta orden debe cumplirse antes de mi yo una orden muy distinta.
regreso." Entonces la Reina le presentó el escrito, para que
Púsose el muchacho en camino con la carta, pero se leyera él mismo lo que allí decía. Leyó el Rey la carta y
extravió, y al anochecer llegó a un gran bosque. Vio se dio cuenta de que había sido cambiada por otra.
una lucecita en la oscuridad y se dirigió allí, resultando Preguntó entonces al joven qué había sucedido con el
ser una casita muy pequeña. Al entrar sólo había una mensaje que le confiara, y por qué lo había sustituido
anciana sentada junto al fuego, la cual asustóse al ver por otro.
al mozo y le dijo: - No sé nada -respondió el muchacho-. Debieron
- ¿De dónde vienes y adónde vas? cambiármela durante la noche, mientras dormía en la
- Vengo del molino -respondió él- y voy a llevar una casa del bosque.
carta a la Señora Reina. Pero como me extravié, me - Esto no puede quedar así -dijo el Rey encolerizado-.
gustaría pasar aquí la noche. Quien quiera conseguir a mi hija debe ir antes al
- ¡Pobre chico! -replicó la mujer-. Has venido a dar en infierno y traerme tres pelos de oro de la cabeza del
una guarida de bandidos, y si vienen te matarán. diablo. Si lo haces, conservarás a mi hija.
- Venga quien venga, no tengo miedo -contestó el Esperaba el Rey librarse de él para siempre con aquel
muchacho-. Estoy tan cansado que no puedo dar un encargo; pero el afortunado muchacho respondió:
paso más - y, tendiéndose sobre un banco, se quedó - Traeré los tres cabellos de oro. El diablo no me da
dormido en el acto. miedo-. Se despidió de su esposa y emprendió su
A poco llegaron los bandidos y preguntaron, peregrinación.
enfurecidos, quién era el forastero que allí dormía. Condújolo su camino a una gran ciudad; el centinela
- ¡Ay! -dijo la anciana-, es un chiquillo inocente que se de la puerta le preguntó cuál era su oficio y qué cosas
extravió en el bosque; lo he acogido por compasión. sabía.
Parece que lleva una carta para la Reina. - Yo lo sé todo -contestó el muchacho.
Los bandoleros abrieron el sobre y leyeron el - En este caso podrás prestarnos un servicio -dijo el
contenido de la carta, es decir, la orden de que se guarda-. Explícanos por qué la fuente de la plaza, de la

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que antes manaba vino, se ha secado y ni siquiera da manzanas de oro no tiene ahora ni hojas, y por qué un
agua. barquero ha de estar bogando sin parar de una a otra
- Lo sabréis -afirmó-, pero os lo diré cuando vuelva. orilla, sin que nunca lo releven.
Siguió adelante y llegó a una segunda ciudad, donde el - Son preguntas muy difíciles de contestar -dijo la
guarda de la muralla le preguntó, a su vez, cuál era su vieja-, pero tú quédate aquí tranquilo y callado y
oficio y qué cosas sabía. presta atento oído a lo que diga el diablo cuando yo le
- Yo lo sé todo -repitió el muchacho. arranque los tres cabellos de oro.
- Entonces puedes hacernos un favor. Dinos por qué Al anochecer llegó el diablo a casa, y ya al entrar notó
un árbol que tenemos en la ciudad, que antes daba que el aire no era puro:
manzanas de oro, ahora no tiene ni hojas siquiera. - ¡Huelo, huelo a carne humana! -dijo-; aquí pasa algo
- Lo sabréis -respondió él-, pero os lo diré cuando extraño.
vuelva. Y registró todos los rincones, buscando y rebuscando,
Prosiguiendo su ruta, llegó a la orilla de un ancho y pero no encontró nada. El ama le increpó:
profundo río que había de cruzar. Preguntóle el - Yo venga barrer y arreglar; pero apenas llegas tú, lo
barquero qué oficio tenía y cuáles eran sus revuelves todo. Siempre tienes la carne humana
conocimientos. pegada en las narices. ¡Siéntate y cena, vamos!
- Lo sé todo -respondió él. Comió y bebió, y, como estaba cansado, puso la
- Siendo así, puedes hacerme un favor -prosiguió el cabeza en el regazo del ama, pidiéndole que lo
barquero-. Dime por qué tengo que estar bogando despiojara un poco.
eternamente de una a otra orilla, sin que nadie venga A los pocos minutos dormía profundamente,
a relevarme. resoplando y roncando. Entonces, la vieja le agarró un
- Lo sabrás -replicó el joven-, pero te lo diré cuando cabello de oro y, arrancándoselo, lo puso a un lado. -
vuelva. ¡Uy! -gritó el diablo-, ¿qué estás haciendo?
Cuando hubo cruzado el río, encontró la entrada del - He tenido un mal sueño -respondió la mujer- y te he
infierno. Todo estaba lleno de hollín; el diablo había tirado de los pelos.
salido, pero su ama se hallaba sentada en un ancho - ¿Y qué has soñado? -preguntó el diablo.
sillón. - He soñado que una fuente de una plaza de la que
- ¿Qué quieres? -preguntó al mozo; y no parecía manaba vino, se había secado y ni siquiera salía agua
enfadada. de ella. ¿Quién tiene la culpa?
- Quisiera tres cabellos de oro de la cabeza del diablo - - ¡Oh, si lo supiesen! -contestó el diablo-. Hay un sapo
respondióle él-, pues sin ellos no podré conservar a mi debajo de una piedra de la fuente; si lo matasen
esposa. volvería a manar vino.
- Mucho pides -respondió la mujer-. Si viene el diablo La vieja se puso a despiojar al diablo, hasta que lo vio
y te encuentra aquí, mal lo vas a pasar. Pero me das nuevamente dormido, y roncando de un modo que
lástima; veré de ayudarte. hacía vibrar los cristales de las ventanas. Arrancóle
Y, transformándolo en hormiga, le dijo: entonces el segundo cabello.
- Disimúlate entre los pliegues de mi falda; aquí - ¡Uy!, ¿qué haces? -gritó el diablo, montando en
estarás seguro. cólera.
- Bueno -respondió él-, no está mal para empezar; - No lo tomes a mal -excusóse la vieja- es que estaba
pero es que, además, quisiera saber tres cosas: por soñando.
qué una fuente que antes manaba vino se ha secado y - ¿Y qué has soñado ahora?
no da ni siquiera agua; por qué un árbol que daba - He soñado que en un cierto reino crecía un manzano

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que antes producía manzanas de oro, y, en cambio, primero que venga a pedirte que lo pases, ponle el
ahora ni hojas echa. ¿A qué se deberá esto? remo en la mano.
- ¡Ah, si lo supiesen! -respondió el diablo-. En la raíz Siguió su camino y llegó a la ciudad del árbol estéril,
vive una rata que lo roe; si la matasen, el árbol donde le salió al encuentro el guarda, a quien había
volvería a dar manzanas de oro; pero si no la matan, el prometido una respuesta. Repitióle las palabras del
árbol se secará del todo. Mas déjame tranquilo con diablo: - Matad la rata que roe la raíz y volverá a dar
tus sueños; si vuelves a molestarme te daré un manzanas de oro.
sopapo. Agradecióselo el guarda y le ofreció, en recompensa,
La mujer lo tranquilizó y siguió despiojándolo, hasta dos asnos cargados de oro. Finalmente, se presentó a
que lo vio otra vez dormido y lo oyó roncar. las puertas de la otra ciudad, aquella en que se había
Cogiéndole el tercer cabello, se lo arrancó de un tirón. secado la fuente, y dijo al guarda lo que oyera al
El diablo se levantó de un salto, vociferando y diablo:
dispuesto a arrearle a la vieja; pero ésta logró - Hay un sapo bajo una piedra de la fuente. Buscadlo y
apaciguarlo por tercera vez, diciéndole: matadlo y volveréis a tener vino en abundancia.
- ¿Y qué puedo hacerle, si tengo pesadillas? Dióle las gracias el guarda, y, con ellas, otros dos
- ¿Qué has soñado, pues? -volvió a preguntar. asnos cargados de oro.
- He visto un barquero que se quejaba de tener que Al cabo, el afortunado mozo estuvo de regreso a
estar siempre bogando de una a otra orilla, sin que palacio, junto a su esposa, que sintió una gran alegría
nadie vaya a relevarlo. ¿Quién tiene la culpa? al verlo de nuevo, y a la que contó sus aventuras.
- ¡Bah, el muy bobo! -respondió el diablo-. Si cuando Entregó al Rey los tres cabellos de oro del diablo, y al
le llegue alguien a pedirle que lo pase le pone el remo reparar el monarca en los cuatro asnos con sus cargas
en la mano, el otro tendrá que bogar y él quedará de oro, díjole, muy contento:
libre. Teniendo ya el ama los tres cabellos de oro y - Ya que has cumplido todas las condiciones, puedes
habiéndole sonsacado la respuesta a las tres quedarte con mi hija. Pero, querido yerno, dime de
preguntas, dejó descansar en paz al viejo ogro, que no dónde has sacado tanto oro. ¡Es un tesoro inmenso! -
se despertó hasta la madrugada. He cruzado un río -respondióle el mozo- y lo he cogido
Marchado que se hubo el diablo, la vieja sacó la de la orilla opuesta, donde hay oro en vez de arena.
hormiga del pliegue de su falda y devolvió al hijo de la - ¿Y no podría yo ir a buscar un poco? -preguntó el
suerte su figura humana. Rey, que era muy codicioso.
- Ahí tienes los tres cabellos de oro -díjole-; y supongo - Todo el que queráis -dijo el joven-. En el río hay un
que oirías lo que el diablo respondió a tus tres barquero que os pasará, y en la otra margen podréis
preguntas. llenar los sacos.
- Sí -replicó el mozo-, lo he oído y no lo olvidaré. El avaro rey se puso en camino sin perder tiempo, y al
- Ya tienes, pues, lo que querías, y puedes volverte. llegar al río hizo seña al barquero de que lo pasara. El
Dando las gracias a la vieja por su ayuda, salió el barquero le hizo montar en la barca, y, antes de llegar
muchacho del infierno, muy contento del éxito de su a la orilla opuesta. poniéndole en la mano la pértiga,
empresa. Al llegar al lugar donde estaba el barquero, saltó a tierra. Desde aquel día, el Rey tiene que estar
pidióle éste la prometida respuesta. bogando; es el castigo por sus pecados.
- Primero pásame -dijo el muchacho-, y te diré de qué - ¿Y está bogando todavía?
manera puedes librarte-. Cuando estuvieron en la - ¡Claro que sí! Nadie ha ido a quitarle la pértiga de la
orilla opuesta, le transmitió el consejo del diablo: - Al mano.

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