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riesgos laborales en la minería

Las minas es uno de los lugares de trabajo, sin ningún género de dudas, más peligrosos
conocidos por el hombre. La Federación Internacional de Trabajadores de Química,
Energía, Minas e Industria estima que 12.000 mineros fallecen cada año, la mitad en
China.
25 Julio 2014
Seguridad

En este artículo se revisan los riesgos físicos, químicos, biológicos, ergonómicos y


psicosociales asociados al sector de la industria de la minería, todavía muy importante
en muchas partes del mundo, y en donde existe todavía un margen importante para
reducir los riesgos, sobre todo de accidentes, problemas relacionados con la ergonomía,
el ruido y el control sobre el polvo de carbón y sílice.
Este es un resumen de dichos riesgos.

Riesgos físicos
Las lesiones traumáticas representan el principal problema y su rango oscila desde los
triviales hasta accidentes mortales (caída de rocas, incendios, explosiones,
inundaciones, derrumbamiento y electrocución). La aplicación sistemática de técnicas
de gestión del riesgo en países desarrollados ha contribuido a reducir de
forma sustancial la frecuencia de este tipo de accidentes, aunque son necesarias
importantes mejoras para alcanzar los límites tolerables a nivel general.

El ruido, y la sordera subsecuente, han estado de forma omnipresente en la minería. Es


generado por las perforadoras, dinamita, corte de materiales, equipos de ventilación,
trituradoras, cadena de transporte de los minerales y, finalmente, el
procesado. Controlar el ruido ha sido siempre ha sido una tarea muy difícil en este
sector.

El calor y la humedad es un importante problema ya que la temperatura del aire


aumenta con la profundidad (debido principalmente al gradiente geotérmico y a la
mayor presión barométrica). Así, en las profundas minas de oro de Sudáfrica, los golpes
de calor de consecuencias fatales han sido siempre un problema importante.

La presión barométrica es elevada en minas profundas (en estos casos se genera un


incremento de la temperatura del aire y se reduce la sudoración, lo que genera golpes de
calor) y reducida en minas de alta altitud, especialmente en Sudamérica (en estos
casos una hipoxia crónica intermitente induce adaptaciones fisiológicas y genera
síntomas agudos benignos del mal de la montaña).

La vibración transmitida por martillos neumáticos es la causa o exacerbación de


trastornos vertebrales preexistentes.

La exposición solar a la radiación ultravioleta en trabajadores que operan en minas de


superficie contribuye a la presencia de cáncer de células escamosas y cáncer de células
basales.

Finalmente, la exposición a radón en minas profundas ha incrementado el riesgo de


cáncer de pulmón, aunque, afortunadamente, gracias al empleo de poderosos equipos
de ventilación puede ser controlado.

Riesgos químicos
La sílice cristalina ha sido durante mucho tiempo un serio problema en la minería a
causa del riesgo de silicosis que conlleva. La prolongada exposición a dicho polvo
origina un patrón obstructivo (tos, expectoración, disnea), que
evoluciona posteriormente a fibrosis pulmonar con un patrón restrictivo severo, además
de un incremento de la artritis reumatoide, enfermedad renal y riesgo de cáncer de
pulmón.

El polvo de carbón ha sido otro serio problema de las minas, causante de


neumoconiosis o pulmones negros, que conduce a una enfermedad pulmonar
obstructiva crónica que evoluciona posteriormente a fibrosis pulmonar con un patrón
restrictivo severo.

El asbesto ha causado un inmenso legado de enfermedades relacionadas (fibrosis


pulmonar, mesotelioma pleural y cáncer de pulmón).

En naciones desarrolladas el riesgo a estos polvos minerales ha sido en gran parte


controlado con medidas destinadas a suprimir o disminuir el polvo (uso de equipos de
perforación con proyección de agua sobre las rocas, manejo de cabinas cerradas,
sistemas de ventilación adecuados y, finalmente, empleo de máscaras de protección
respiratoria apropiadas).

La exposición a las partículas de diésel sucede en minas subterráneas a causa de los


equipos que se alimentan del mismo, sobre todo en equipos de perforación y transporte.
Las partículas de diésel se encuentran clasificadas por la IARC en el grupo 2A
como probable carcinógeno humano, especialmente cáncer de pulmón.

Gases como el metano (riesgo de explosiones), dióxido de carbono, monóxido de


carbono y dióxido de azufre, todavía permanecen como un serio problema que requiere
monitorización.

Riesgos biológicos
El bacilo tuberculoso es un agente concomitante en muchos trabajadores con silicosis,
especialmente en África, donde la alta prevalencia de la infección por HIV incrementa
el riesgo de tuberculosis por la inmunosupresión que conlleva.
Otro agente infeccioso a tener en cuenta es la legionella, a causa de las torres de
refrigeración que son encontradas frecuentemente dentro de las minas (se deben realizar
periódicos análisis microbiológicos del agua para detectar dicha contaminación).

El resto de enfermedades infecciosas han disminuido con las mejoras sanitarias y el


consiguiente incremento de las medidas de prevención (malaria, dengue, leptospirosis y
anquilostomiasis eran, en otro tiempo, comunes).

Riesgos ergonómicos
Si bien la minería se ha vuelto cada vez más mecanizada, existen todavía una
considerable cantidad de procesos manuales que son fuente de movimientos traumáticos
repetitivos y sobrecargas musculares, especialmente en el área del hombro (y que
conducen en numerosas ocasiones a discapacidades laborales prolongadas). La mayoría
de las minas operan las 24 horas del día, 7 días a la semana, por lo que el turno de
trabajo alternante es muy común. La falta de sueño y la fatiga subsiguiente ha sido
objeto de una considerable investigación en la industria, especialmente por los daños
cognitivos que ocasiona en los trabajadores -motivo de accidentes- y por el mayor
riesgo de cáncer, a causa de la disminución de uno de los más poderosos antioxidantes
del organismo, la melatonina.

Riesgos psicosociales
El abuso de drogas y alcohol ha sido un tema difícil de abordar en la minería, aunque
ya, en muchos sitios, se realizan análisis de drogas en orina antes de ser contratado el
trabajador y tras los accidentes.

Contaminación minera en Perú: informe


médico reveló presencia de metales
pesados en menores
Un reciente informe médico independiente analizó la presencia de metales pesados en el

organismo de menores de edad en los Andes del Perú y comprobó la existencia en sus

cuerpos de cuatro de los metales más tóxicos para la salud humana como el cadmio, el

arsénico, el plomo y el mercurio. La contaminación se debe por la exposición de los

cuerpos de los menores a la actividad minera.

La investigación además examinó los pasivos ambientales asociados a la minería en los

Andes del Perú, en donde se incluye a La Oroya, ciudad categorizada por el Instituto

Blacksmith de Estados Unidos en 2013 como una de las diez ciudades más contaminadas

del mundo, ranking que comparte junto a Chernobyl, Hiroshima y Nagasaki, ciudades

afectadas por desastres nucleares.

El estudio de la ONG Red Muqui consistió en el análisis de los cuatro metales pesados

señalados en sangre, orina y cabello en menores cuyas edades oscilan entre los tres a 15

años. El estudio fue realizado por el médico especializado en temas ambientales,

Fernando Osores Plenge. El examen médico se desarrolló entre setiembre y octubre del

2016, pero los resultados se hicieron públicos en octubre del presente año. El laboratorio

del Centro de Toxicología del Instituto de Salud Pública de Québec en Canadá fue el

lugar donde se analizaron las muestras.

Los menores de edad que fueron parte del análisis médico pertenecen a dos ciudades

caracterizadas por su tradicional producción minera, además de la histórica exposición de

su población a metales pesados. Se seleccionaron a 15 menores del Centro Poblado de

Quiulacocha en la ciudad de Cerro de Pasco, región de Pasco; y a nueve niños localizados

en La Oroya (entre la Antigua y la Nueva), en la región de Junín. Además, en el estudio

médico también se analizó la situación de los pasivos ambientales mineros en la ciudad

de San Mateo, ubicada en la provincia de Huarochiri, zona andina de la región de Lima.


Foto: Andina

En la investigación médica se señala que mientras en La Oroya es el Complejo

Metalúrgico de La Oroya (CMLO) una de las fuentes principales de emisión de los

metales pesados, pese a encontrarse en inactividad, también existen algunas otras

pequeñas minas de menor dimensión. Respecto a Cerro de Pasco las fuentes de emanación

de los metales pesados provienen de depósitos de relaves mineros sin algún tipo de

protección entre los que destaca el de Quiulacocha de una extensión de 115 hectáreas,

además de existir una laguna ácida del mismo nombre de la relavera Ocroyoc en el distrito

de Simón Bolívar.

La ciudad de San Mateo así como otros centros poblados de los alrededores son afectados

por varios pasivos ambientales mineros entre los que destaca el Depósito de Relaves del

Cerro Tamboraque, que forma parte de la Unidad Minera Coricancha.


“En los tres lugares analizados existen evidencias científicas de daño a la salud humana

por la presencia en el organismo de arsénico, cadmio, mercurio y plomo por la exposición

sin protección alguna de la actividad minera”, dijo en entrevista el autor del estudio, el

médico ambientalista Fernando Osores Plenge.

José De Echave, exviceministro de Gestión Ambiental y actual subdirector de

Cooperacción, ONG especializada en minería dijo que muchos de los pasivos ambientales

del Perú, que incluyen a los tres casos del estudio médico, datan de hace décadas y algunas

empresas ya no están presentes en el lugar. “En ese caso es el Estado el que se debe

responsabilizarse, sin embargo, también hay la realidad de empresas que ya han sido

sancionadas, pero no han acatado las órdenes del Estado”, manifestó.

La contaminación en La Oroya y Cerro de Pasco

Todos los niños de Cerro de Pasco y La Oroya presentaron exposición puntual positiva

(detectable) para arsénico, plomo, mercurio y cadmio, se concluye en el estudio del

médico referido.

Dicha exposición sostenida en el tiempo genera daños en los menores examinados de

Cerro de Pasco y en La Oroya. “La presencia de los metales pesados pueden desde

incrementar el riesgo de la diabetes, la aparición de hipertensión arterial y la aparición de

cáncer. Con respecto a la presencia de cadmio y arsénico en el cuerpo humano no hay

duda que generan cáncer, así lo ha confirmado la Organización Mundial de la Salud

(OMS)”, enfatizó el autor de la investigación.


Pasivos de las relaveras de Cerro de Pasco

Además, detalló que en los análisis de orina se consideró una variable que el Ministerio

de Salud peruano no toma en cuenta hasta el momento, que es la creatinina. “Es una

sustancia que segrega el ser humano. La creatinina se diluye con el metal pesado en la

orina que se examina y puede tergiversar el análisis, así que también lo consideramos en

el análisis para que los resultados sean lo más cercanos a la realidad”, señaló.

Existen, por otro lado, estándares en los que se basó el estudio a nivel internacional porque

el Ministerio de Salud no los ha establecido hasta el momento, agregó el médico

ambientalista.

¿Cuáles son los resultados más alarmantes?

El arsénico es un metaloide que fue analizado en la orina de los menores de Cerro de

Pasco y La Oroya y el resultado arrojó que ocho de nueve niños de La Oroya y 10 de 15

niños de Cerro de Pasco superaron el estándar de medición para arsénico, de acuerdo al


estándar del Ministerio de Salud (Minsa) de 20ug/L (microgramo de arsénico por litro de

orina). En ambas ciudades se alcanzó el nivel de más de 60ug/L.

El mismo metaloide fue analizado en la sangre de los niños señalados y superaban el

1ug/L (microgramo por litro de sangre), estándar establecido por Los Centros para el

Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por su sigla en inglés).

El nivel máximo alcanzado fue sobre 3ug/L. “Con respecto al arsénico existe una

condición especial. Existen dos tipos: el orgánico que no tiene efecto nocivo sobre la

salud humana y el inorgánico que sí es tóxico. Los resultados arrojaron que los niños de

la muestra tienen el inorgánico. El asunto es que el Minsa no tiene estándar de arsénico

en sangre y mucho menos distingue entre el orgánico y el inorgánico”, señaló el autor del

estudio.

El cadmio es un metal pesado cancerígeno y sí tiene un estándar establecido por el

Ministerio de Salud respecto a su presencia en orina, el cual señala que para los no

fumadores el promedio debe de ser de 1ug/L (microgramo de cadmio por litro de orina),

sin embargo, un niño en Pasco lo superó hasta en 6ug/L. “Al cadmio se le conoce como

la sustancia que destruye los huesos, los riñones. Además que se sabe que sí o sí hay

riesgo de contraer cáncer”, dijo el médico Osores.

En el caso del plomo en orina no existe un estándar en el Ministerio de Salud, de acuerdo

a la investigación médica, por ello se estableció el estándar de 3ug/dl (microgramos de

plomo por decilitro de orina) del mismo Instituto de Salud Pública de Québec. El nivel

más alto alcanzado fue de un menor de Pasco al que se le halló más de 60 ug/dl, de acuerdo

al estudio.
Respecto al nivel de plomo en la sangre sí existe un estándar establecido por el

Ministerio de Salud que es de 10ug/dl (microgramos de plomo por decilitro de sangre),

sin embargo, tanto los niños de Cerro de Pasco como uno de La Oroya lo superaron y el

nivel máximo lo alcanzo un niño en Pasco con más de 70ug/dl. “Hay un debate respecto

al estándar de plomo en la sangre. Ya se han hecho dosajes de plomo en sangre por el

Estado en especial con la población afectada de La Oroya, pero siempre con el estándar

de 10ug/dl cuando la CDC de Estados Unidos señala que es de 5ug/dl”, precisó el médico

Osores.

El mercurio fue un metal que se analizó en sangre, orina y pelo en el estudio médico. El

autor de la investigación explicó que fue necesario el examen en cabello porque ahí se

encuentra el mercurio “más letal”, el inorgánico, aunque el orgánico también es dañino

para la salud humana. Además, el médico agregó que “el impacto es irreversible. Al

mercurio se le conoce como el metal que destruye el cerebro porque va deteriorándolo y

por eso sus principales efectos atentan contra el sistema nervioso”.

Según el estándar de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el estándar de mercurio

en pelo es entre 1 a 2 ug/g (microgramo por gramo), mientras que el Instituto Carnegie

afirma que debe ser menor a 1ug/g bajo el consumo de pescado (mejor estándar). “No

olvidemos que el pescado de los ríos es parte de la dieta diaria de la población andina en

Perú. Todos los niños analizados tuvieron presencia de mercurio en su cabello, aunque

no superaron el estándar dispuesto por la OMS, pero no olvidemos que los estándares son

solo eso, estándares, no son límites permisibles. Lo que dice un estándar es que por sobre

el nivel indicado el daño es grave, pero no indica que por debaje este daño desaparezca,

simplemente que hasta el momento no se ha identificado un efecto concreto”, manifestó

el médico.
Pasivos del Complejo Metalúrgico de la Oroya

El estándar del mercurio en orina sí es establecido por el Minsa y es de 5ug/dl

(microgramo de mercurio por decilitro de orina), sin embargo, el análisis de las muestras

en el Instituto de Salud Pública de Québec mostraron que la presencia de mercurio supera

los 20ug/dl en Cerro de Pasco y La Oroya. Por último, la última variable analizada fue

de mercurio en sangre. Con respecto a esta variable no existe el estándar en el Minsa,

según la investigación, pero la CDC indica que el nivel debe estar por debajo de los 2ug/L

(microgramo por litro de sangre). En Cerro de Pasco los niños superaron el estándar de la

CDC y uno alcanzo casi los 10 ug/L.

Para profundizar acerca de la atención médica a la población expuesta a metales pesados

en Cerro de Pasco y en La Oroya, nos comunicamos con la responsable de la Adjuntía

para el Medio Ambiente, Servicios Públicos y Pueblos Indígenas de la Defensoría del

Pueblo del Perú, Alicia Abanto, quien señaló que “se ha avanzado muy poco en la

atención a los afectados por contaminación minera. Incluso existen dosajes en sangre de

ambos casos realizados por el propio Estado y la intervención médica es insuficiente”.


Alicia Abanto sostuvo que la respuesta limitada del Ministerio de Salud se debe a un tema

estructural. “No se da abasto porque son tantos los problemas que arrastra el Ministerio

que tiene que aplazar otros, entre ellos, la atención médica eficaz a las personas expuestas

a metales pesados”, aseguró.

¿Qué medidas deben efectuarse?

Para José De Echave son tres los principales pasos que debe ejecutar el Estado para

atender pronto la crisis de la exposición por metales pesados. “Primero debe establecer

como política de Estado la remediación de los cientos de pasivos que existen a nivel

nacional; segundo se debe crear un fondo de inversión para solucionar la contaminación

con prioridad en las cabeceras de cuenca de los ríos porque así peligra las fuentes de agua;

y tercero se debe atender a las poblaciones afectadas por la exposición de los metales”,

manifestó.

No es coincidencia, agrega De Echave, que los casos referidos de exposición a metales

pesados se localicen en dos de las cuatro regiones con más pasivos ambientales en el Perú:

Junín y Pasco. “Las otras dos son Áncash y alguna provincias ubicadas en la región de

Cajamarca”, apuntó.

Alicia Abanto de la Defensoría del Pueblo comentó que aparte de la crisis por

contaminación minera en la población vecina a pasivos mineros y minas sin algún tipo de

regulación, se suma la condición de pobreza de las familias y la lejanía de sus hogares a

los hospitales que podrían darles una atención médica especializada. “Es absolutamente

comprensible la preocupación de la sociedad civil y la población afectada respecto. Desde

la Defensoría del Pueblo hemos solicitado al Ejecutivo que revise la normativa ambiental

para que se supervise con mayor rigurosidad los pasivos ambientales como el de
Tamboraque y otros que están alrededor de San Mateo, Cerro de Pasco y La Oroya”,

advirtió.

De acuerdo a la investigación del médico Fernando Osores entre las recomendaciones

que se detallan para que el Estado pueda atender la problemática ambiental en La Oroya,

Cerro de Pasco y San Mateo están la realización oficial por parte del Estado de censos

hemáticos en la población para saber la situación de salud de la población en la actualidad;

la elaboración de un protocolo de atención médica de personas expuestas a metales

pesados así como de un programa para la remediación de pasivos ambientales mineros.

No obstante, la principal medida para que la población no continúe expuesta a los metales

pesados, según el doctor Osores, es la reubicación de la gente a otros lugares no afectados

por la contaminación. “No es solo un tema de una exposición a metales pesados producto

de algunas mineras que están funcionando ahora, sino también de pasivos ambientales

que forman parte del ecosistema. Los cerros, los suelos, el aire y el agua están con los

metales pesados y cambiar esa situación costará mucho dinero y tomará bastante tiempo.

Debe reubicarse a la población como una primera medida de protección”, finalizó.

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