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Manual CTO

de Enfermería

Anatomofisiología
Autor
Julio Ruíz Palomino

Revisión técnica
Saturnino Mezcua Navarro
ÍNDICE

TEMA 1. ESTUDIO DE LA CÉLULA. CITOLOGÍA E HISTOLOGÍA 05


ANATOMOFISIOLOGÍA
1.1. Introducción 05
1.2. Estructura y función celular 06
1.3. Estudio del ADN y síntesis de proteínas 08
1.4. Mecanismos de división celular 09
1.5. Estudio de los tejidos celulares 11

TEMA 2. HEMATOLOGÍA 13
2.1. Introducción 13
2.2. Composición de la sangre 14
2.3. Elementos formes de la sangre 14
2.4. Hemostasia 16

TEMA 3. APARATO LOCOMOTOR 17


3.1. Tejidos esqueléticos 17
3.2. Anatomía macroscópica del esqueleto humano 19
3.3. Tejido muscular 22

TEMA 4. SISTEMA NERVIOSO 28


4.1. Introducción 28
4.2. Estructura del sistema nervioso 28
4.3. Neurohistología 29
4.4. Sistema Nervioso Vegetativo o autónomo (SNV) 32
4.5. Anatomía macroscópica del sistema nervioso 32

TEMA 5. APARATO CARDIOCIRCULATORIO 36


5.1. Anatomía cardíaca 36
5.2. Fisiología cardíaca 37
5.3. Anatomía del sistema circulatorio 41
5.4. Circulación fetal 43
5.5. Estructura de los vasos sanguíneos 44
5.6. Órganos y estructuras vasculares especiales 45
5.7. Mecanismos de regulación de la tensión arterial 46

TEMA 6. ÓRGANOS LINFOIDES. SISTEMA INMUNITARIO 47


6.1. Tejido linfático.Órganos linfoides 47
6.2. Mecanismos de defensa del organismo 47
6.3. Tipos de inmunización 48
6.4. Inmunohematología 49
ANATOMOFISIOLOGÍA

TEMA 7. SISTEMA RESPIRATORIO 50


7.1. Introducción 50
7.2. Componentes del aparato respiratorio 50

ÍNDICE
7.3. Mecánica respiratoria 52
7.4. Control de la respiración 53
7.5. Exploración funcional respiratoria 53
7.6. Valores de las presiones de los gases de intercambio 54

TEMA 8. SISTEMA DIGESTIVO 54


8.1. Introducción 54
8.2. Anatomía topográfica de la región abdominal 54
8.3. Estructura general del tracto digestivo 55
8.4. Formas básicas de la mucosa del tracto digestivo 55
8.5. Componentes del tracto digestivo 55
8.6. Glándulas digestivas anexas: hígado y páncreas 58
8.7. Nutrición 59
8.8. Vascularización del tracto gastrointestinal 59

TEMA 9. APARATO URINARIO (AU) 61


9.1. Introducción 61
9.2. Componentes del aparato urinario 61
9.3. Nefrona 62
9.4. Equilibrio hidroelectrolítico 63

TEMA 10. GLÁNDULAS ENDOCRINAS 64


10.1. Introducción 64
10.2. Hipófisis 64
10.3. Glándula pineal o epífisis 65
10.4. Tiroides 65
10.5. Glándulas paratiroides 66
10.6. Glándulas adrenales o suprarrenales 66
10.7. Páncreas endocrino 67
10.8. Sistema endocrino gastrointestinal 67

TEMA 11. APARATO REPRODUCTOR 68


11.1. Aparato reproductor masculino 68
11.2. Aparato reproductor femenino 69

TEMA 12. ÓRGANOS ESPECIALES DE LOS SENTIDOS 71


12.1. Sentido del gusto 71
12.2. Sentido del olfato 71
12.3. Sentido del oído y del equilibrio 71
12.4. Sentido de la visión 72

- BIBLIOGRAFÍA 76
Anatomofisiología
Aspectos esenciales
1 El núcleo celular se encarga de la transcripción de ADN a ARN en el nucléolo, y de la tra-
ducción de ARNm a proteínas ya en el citoplasma.
2 Las células somáticas se dividen por mitosis, mientras que las germinales lo hacen por
meiosis disminuyendo el número de cromosomas a 23. Estudia las fases.
3 La sangre es un tipo de tejido conjuntivo que se encarga del transporte de sustancias y en

AF
la que circulan proteínas como albúminas, globulinas y fibrinógeno, así como elementos
formes: hematíes, leucocitos y plaquetas. Recordad la desviación izquierda y la coagula-
ción.
4 El tejido óseo se organiza en sustancia esponjosa y en sustancia compacta, con las células
propias osteocitos, osteoblastos y osteoclastos, originando la estructura interna en forma
de osteonas con los conductos de Havers. Repasad sus funciones y los huesos más impor-
tantes.
5 El tejido muscular se diferencia en esquelético o voluntario estriado, liso involuntario no
estriado y cardíaco involuntario estriado, siendo la acetilcolina el neurotransmisor que se
libera en la placa motora.
6 El sistema nervioso central está compuesto por los lóbulos cerebrales y la médula espinal,
mientras que el sistema periférico lo forman los pares craneales, los nervios espinales y el
sistema nervioso autónomo. Son importantes las vías motoras y sensitivas.
7 El corazón se encuentra vascularizado por las arterias coronarias izquierda y derecha e
inervado por el sistema de conducción que comienza en el nodo sinusal. Repasad las
cavidades, las válvulas y los ruidos.
8 La fisiología cardíaca es importante, recordad el gasto cardíaco como la frecuencia cardíaca
por el volumen sistólico. Depende de la precarga, de la contractibilidad y de la postcarga.
9 Los linfocitos se diferencian en B para la respuesta humoral con la producción de anticuer-
pos y en T para la respuesta celular. Repasad la inmunidad activa y pasiva.
10 Respecto al aparato respiratorio, se deben estudiar los músculos que intervienen, la espiro-
metría conociendo los volúmenes y las capacidades y el hioides como hueso libre a nivel
laríngeo cervical superior.
11 El aparato digestivo se compone de mucosa, submucosa, muscular y serosa, pero esta
composición varía según cada órgano. Repasad las funciones del hígado, la vía biliar, el
páncreas y la vascularización por medio de las arterias mesentéricas.
12 Estudiad la anatomía urinaria con sus funciones, sin olvidar la nefrona y las hormonas que
influyen en la reabsorción de agua y sodio.
13 Realizad un esquema de las hormonas que produce la hipófisis y sus funciones corporales.
TrH hipotalámica-TSH hipofisiaria-T3 y T4 tiroides.
14 Repasad la anatomía reproductora masculina y femenina, en especial las zonas de las
trompas y las células de los testículos.
15 Son importantes la organización del órgano del oído y la anatomía ocular, incidiendo en
la zona de máxima visión o mácula, con la fóvea, y el punto ciego donde llega el nervio
óptico que es la papila.

TEMA 1

ESTUDIO DE LA CÉLULA. CITOLOGÍA E HISTOLOGÍA

1.1. INTRODUCCIÓN

El término anatomía (del griego anatomeo: descuartizar) es el estudio de la forma y de la estructura


de los organismos vivos:
• Anatomía macroscópica: estudio de las características topográficas y estructurales de un orga-
nismo.
• Anatomía microscópica: estudio de las características de los elementos ultraestructurales que
componen un organismo, con ayuda de la microscopía y técnicas de tinción.

La fisiología se define como el estudio de las funciones del cuerpo humano normal.
05
Anatomofisiología

La histología (del griego histos: tejido de telar / logos: palabra o aprendizaje) es el estudio de la
estructura y de la interrelación de los diferentes tipos celulares que se agrupan para realizar una
función determinada.

La citología (del griego kytos: espacio hueco o celda) se encarga de analizar la forma y la estructura
de los diferentes tipos celulares.

1.2. ESTRUCTURA Y FUNCIÓN CELULAR

La célula es la unidad funcional mínima que forma los tejidos, capaz de realizar todas las funciones
vitales individualmente.

En una célula eucariota, donde el material genético se encuentra aislado del resto de componentes
intracelulares, se pueden distinguir tres partes bien diferenciadas: la membrana plasmática o citoplas-
mática, el citoplasma y el núcleo celular (lugar de la célula en el que se encuentra el material genético).

1.2.1. Membrana plasmática

La membrana plasmática es la doble capa li-


pídica que limita la célula, evitando la penetra-
ción del agua y a través de la cual se realiza el
intercambio de metabolitos entre la célula y su
entorno.

Su función es mantener en el interior de la


célula unas condiciones ambientales especí-
ficas. Por ello y gracias a la membrana plas-
mática las concentraciones de las diferentes
moléculas a uno y otro lado de la misma son
distintas.

Líquidos del organismo

Figura 1. Componentes de la célula eucariota En su mayoría, el organismo está compuesto


por agua y solventes necesarios para la vida.
El agua se encuentra tanto en el interior de las
células, formando el líquido intracelular que representa el 50% del peso corporal, como en el exte-
rior, formando el líquido intersticial. El líquido intersticial constituye la base sobre la que asientan las
células y donde se realizan las funciones de oxigenación y desecho. El agua también forma parte del
plasma sanguíneo que funciona como un sistema de transporte de sustancias.

En el líquido extracelular la concentración de Na+ es mucho mayor que en el interior de la célula, siendo
el Na+ el ion que se encargará de mantener la osmolaridad del espacio extracelular. Al contrario de lo
que ocurre con el Na+, el K+ se encuentra en concentraciones mucho mayores a nivel intracelular que en
el espacio extracelular. El movimiento de iones y agua se regula basándose en los siguientes principios:
• La membrana capilar que separa el plasma del líquido intersticial es permeable al agua y a los
electrolitos, pero restringe el flujo de las proteínas.
• El agua difunde libremente a través de las membranas celulares por osmosis, mientras que el
movimiento de iones y sustancias neutras se encuentra restringido.
• Los volúmenes de los compartimentos del líquido extracelular e intracelular dependen de la can-
tidad de sustancias osmóticamente activas en cada uno de los espacios.
• En el líquido extracelular la distribución del agua depende de la concentración de proteínas. Esto
es debido a la presión osmótica de las proteínas que tienden a retener el agua. Al ser la albúmina
la proteína más abundante del plasma es la que más contribuye en la distribución del líquido
extracelular.

1.2.2. Citoplasma

El citoplasma es el espacio intracelular donde se realizan la mayoría de procesos metabólicos celulares.


Está separado del núcleo por la membrana nuclear. En este nivel, se encuentran una serie de organe-
las suspendidas en una matriz citoplasmática o citoesqueleto.
06
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

Organelas citoplasmáticas

Las organelas citoplasmáticas son las que se enumeran a continuación:


• Mitocondrias: en su interior se genera la energía necesaria para realizar las funciones celulares,
que se almacena en las distintas células en forma de ATP (trifosfato de adenosina). El número de
mitocondrias varía en función de la necesidad energética de cada tejido celular.
• Retículo endoplasmático rugoso o granular (RER): red anastomosada de túbulos y vesículas
aplanadas que se disponen habitualmente en paralelo. En la superficie de la membrana del RER

AF
se observan unos pequeños gránulos, los ribosomas, que le dan al RER su aspecto rugoso. El
RER participa en la síntesis, el transporte y la secreción de proteínas.
• Ribosomas: elementos formados por dos subunidades, una pesada y otra ligera. Cada una de
ellas se compone de un filamento de ARNr (ácido ribonucléico ribosómico) asociado a pro-
teínas. Los ribosomas que están unidos a la membrana del RER se encargan de la síntesis de
proteínas. Para que la síntesis de proteínas se realice es necesario que las dos subunidades
del ribosoma estén en contacto y que los ribosomas se dispongan en grupos, formando los
polirribosomas.
• Retículo endoplasmático liso o agranular (REL): red irregular de túbulos y vesículas desprovis-
tos de ribosomas. A este nivel se realiza la biosíntesis y el transporte intracelular de lípidos y la
eliminación de algunas toxinas.
• Aparato de Golgi (AG): sistema de cisternas apiladas que se localizan entre el REL y el núcleo ce-
lular. Las proteínas sintetizadas en los ribosomas unidos al RER son transportadas a través del REL
hacia el aparato de Golgi, donde quedan almacenadas en forma de vesículas que posteriormente
serán secretadas, denominándose gránulos secretores.
• Lisosomas: organelas vesiculares rodeadas por una membrana, que en su interior contienen en-
zimas hidrolíticas capaces de degradar casi la totalidad de macromoléculas biológicas (proteínas,
lípidos, glúcidos, ácidos nucleicos). Son liberados por el aparato de Golgi. Su principal función es
la digestión celular.
• Centrosoma y centríolos: en la parte central de la célula se localiza una zona de citoplasma es-
pecializado, el centrosoma o centro celular, que contiene un par de gránulos, los centríolos. Éstos
desempeñan un papel importante en la división celular y en la formación de cilios.

Matriz citoplasmática o citoesqueleto

El citoesqueleto es la estructura constituida por túbulos y filamentos que dan estabilidad a la estruc-
tura celular. Su organización viene regulada por el centrosoma. Se organiza en tres componentes
principales:
• Microfilamentos: moléculas alargadas de actina, asociadas habitualmente a un ATP. En la célula
muscular, las moléculas de actina se entrecruzan con moléculas de miosina, permitiendo la con-
tracción de la fibra muscular.
• Microtúbulos: constituidos por moléculas de tubulina, de mayor diámetro que los microfila-
mentos.
• Filamentos intermedios: forman parte de la matriz del citoesqueleto.

Las funciones básicas del citoesqueleto son las


siguientes:
• Mantener la estructura celular.
• Permitir el movimiento de las organelas
por el citoplasma.
• Proporcionar el movimiento ameboide, ci-
liar y flagelar de la célula.

Es el responsable de la contractilidad de los


tejidos especializados (es decir, del tejido
muscular).

1.2.3. Núcleo celular

En el núcleo se encuentra el material ge-


nético de la célula eucariota, el ácido deso-
xirribonucleico (ADN), donde se almacena
codificada la información que condiciona la
estructura y la función celular.

También está presente ARN mensajero


(ARNm), ARN ribosómico (ARNr) y ARN de
transferencia (ARNt), que dirigirán la sínte- Figura 2. Modelo tridimensional del ADN. En la imagen de la izquierda, cada átomo está representado
sis proteica a nivel citoplasmático. en un color. En la imagen de la derecha, se han marcado las dos cadenas con colores distintos

07
Anatomofisiología

El ADN únicamente se encuentra en el interior del núcleo celular y en pequeñas cantidades a nivel
de las mitocondrias (ADN mitocondrial).

La mayoría de células poseen un único núcleo. Sin embargo, es posible encontrar células multinu-
cleadas, como las siguientes:
• Hepatocitos: dos núcleos.
• Osteoclastos: múltiples núcleos.
• Fibra muscular estriada: múltiples núcleos.

Organelas nucleares

Las organelas nucleares son las que se enumeran a continuación:


• Membrana nuclear, nucleolema o envoltura nuclear: separa el núcleo del citoplasma. Esta
membrana es la que diferencia a las células procariotas de las eucariotas.
• Nucléolo: cuerpo con forma redondeada que participa en la síntesis de los diferentes tipos de ARN.
• Cromatina: formada por una doble cadena enrollada de ADN y unas proteínas, las histonas, que
ayudan a compactar el ADN.

En función de la fase celular en que se observa a la célula, se pueden ver las distintas formas de pre-
sentación de la cromatina:
• Interfase (célula en estado basal): la cromatina aparece en forma de gránulos dispersos por el
núcleo celular.
• Metafase (célula en estado de división celular): la cromatina creará unas estructuras más com-
pactas y organizadas, los cromosomas (Figura 3).

1.3. ESTUDIO DEL ADN


Y SÍNTESIS DE PROTEÍNAS

1.3.1. Bases del estudio


del código genético

El genoma es la dotación fija de ADN que po-


seen las células en su núcleo. El genoma es
idéntico en todas las células de un organismo,
a excepción de las células germinales (produc-
toras de gametos).
Figura 3. Cromosoma en distintos momentos del ciclo celular
Los cromosomas son la manifestación micros-
cópica del genoma que sólo se observan cuan-
do una célula esté en fase de división celular (el ADN se empaqueta en pares de cromosomas gracias
a unas proteínas que se denominan histonas). Están compuestos por dos cromátidas, unidas por el
centrómero, con dos brazos tanto cortos como largos y cuya terminación se denomina telómero.

Cada especie tiene un número fijo de cromosomas en cada una de sus células. En las células somá-
ticas humanas, el número de cromosomas es de 46. Dado que éstos se disponen en pares, la célula
somática humana presentará 23 pares de cromosomas. A esta dotación se la denomina diploide.

Recuerda Las células germinales, productoras de gametos (espermatozoides en el hombre, óvulos en la mujer),
∙ La transcripción se produce en el nú- únicamente poseen 23 cromosomas en cada núcleo celular, llamándose esta dotación haploide.
cleo por medio del nucléolo y es el Cuando los gametos se unen para formar el cigoto, se obtendrán nuevamente células con una dota-
paso de ADN a ARN. ción diploide de 23 pares de cromosomas.
∙ La traducción se realiza en el citoplas-
ma, en los ribosomas, y se refiere al Los cromosomas contienen el ADN y, por tanto, la información genética. Un gen es una cadena de
paso de ARN a proteínas.
ADN que lleva codificada la información de una molécula específica y la mayoria de los genes en los
cromosomas de cada par son idénticos.

El ADN se localiza en el núcleo celular, mientras que el ARN se sintetiza en el núcleo para ser trans-
portado al citoplasma, donde se unirá a la superficie del retículo endoplasmático rugoso (RER) para
poder llevar a cabo la síntesis de proteínas.

El paso de ADN a ARN realizado en el núcleo se denomina transcripción.

El paso de ARN a proteínas que se lleva a cabo en el citoplasma se denomina traducción.


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M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

1.3.2. Composición del ADN y ARN (ácidos nucleicos)

El ADN es un polinucleótido que está formado por una doble cadena helicoidal de ácidos nucleicos.
Cada una de las cadenas de ácido nucleico se compone de una cadena de nucleótidos. Éstos están
compuestos por la unión de:

Ácido fosfórico + pentosa (desoxirribosa) + base nitrogenada (adenina, timina, citosina, guanina).

AF
El ARN está constituido por una cadena de ácido nucleico donde los nucleótidos están formados
por:

Ácido fosfórico + pentosa (ribosa) + base nitrogenada (adenina, uracilo, citosina, guanina).
Recuerda
La unión de la doble hélice en el ADN se realiza mediante las bases nitrogenadas. La interacción El ADN contiene la doble cadena de nu-
siempre se lleva a cabo entre adenina-timina (A-T) y citosina-guanina (C-G). Cuando tiene lugar la cleótidos A-T y C-G, mientras que el ARN
transcripción (formación del ARN a partir del ADN), las bases que interaccionan son adenina-uracilo es una sola cadena de nucleótidos A-U y
(A-U) y citosina-guanina (C-G). C-G en la que no existe la timina.

1.4. MECANISMOS DE DIVISIÓN CELULAR

Para que a partir de una célula pueda llegar a generarse un tejido celular es necesario que exista un
mecanismo de división celular. Hay dos mecanismos de división celular: mitosis y meiosis.

1.4.1. Mitosis o cariocinesis

La mitosis o cariocinesis es el mecanismo de división celular que poseen todas las células del orga-
nismo, a excepción de las células germinales (encargadas de producir los gametos), mediante el cual
la célula se divide en dos nuevas células.

Durante el crecimiento de la célula, y mientras no está en división, se encuentra en estado de in-


terfase, en el cual se realiza la replicación del ADN, mecanismo por el que se duplica la información
genética de manera idéntica. Durante la mitosis el material duplicado se dispondrá formando dos
cromátidas que permanecerán unidas a través del centrómetro, formando los cromosomas.

A partir de una célula con 23 pares de cromosomas, se obtienen dos células idénticas a la madre con
23 pares de cromosomas cada una; es decir, con idéntica dotación genética.

Desde el punto de vista cronológico, la mitosis se divide en cuatro fases (Figura 4):
• Profase: los centríolos, que se han replicado de forma similar a los cromosomas durante la inter-
fase, se dirigen a los polos opuestos de la célula gracias a la formación de microtúbulos; mientras
en el núcleo se empiezan a condensar los cromosomas, la envoltura nuclear se fragmenta. Al mis-
mo tiempo, un nuevo conjunto de microtúbulos se desarrolla desde el centrómero por donde las
dos cromátidas están unidas.
• Metafase: los cromosomas se sitúan en el centro celular o placa ecuatorial del uso mitótico.
• Anafase: las dos cromátidas de cada cromosoma son arrastradas por el centrómero hacia los cen-
tríolos.
• Telofase: los nuevos cromosomas hijos se han separado y comienza una nueva envoltura nuclear
alrededor de cada conjunto de cromosomas, así como la división del citoplasma y la repartición
de las organelas, finalizando con dos células idénticas con la misma dotación genética, cada una
con 46 cromosomas.

1.4.2. Meiosis

También denominada gametogénesis. Es el mecanismo de división celular que utilizan las células
germinales (diploides) para poder obtener células (gametos) con la mitad de la dotación genética
(haploides). Tras la unión de los gametos masculino y femenino, la célula resultante (cigoto) tendrá
de nuevo una dotación diploide.

A partir de una célula madre (diploide) se obtienen cuatro células hijas (haploides). Para ello, es ne-
cesario que se produzcan dos divisiones celulares donde únicamente en la primera división celular
tendrá lugar la duplicación del material genético.
09
Anatomofisiología

Figura 4. Etapas de la mitosis

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M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

La meiosis es un tipo de división reduccional. Para ello es necesario que se produzcan dos secuencias
de división. Los cromosomas se empaquetan por parejas, denominándose cromosomas homólogos,
como los cromosomas sexuales XX para la mujer y XY para el hombre, y al final de esta primera divi-
sión cada célula hija tendrá un solo cromosoma homólogo, es decir únicamente 23 cromosomas y no
46. Además, en esta primera división meiótica, se produce la recombinación genética o entrecruza-
miento de cromosomas, asegurando una diversidad genética para las generaciones posteriores. La
segunda división meiótica es similar a la mitosis, en la cual cada cromátida de un cromosoma se des-
plaza a polos opuestos de la célula en división.

AF
Ciclo celular

Las células poseen un patrón cíclico en vez de


lineal. Cuando la célula no está en fase de divi-
sión o mitosis, se encuentra en estado de inter-
fase. Ésta tiene varias fases denominadas G1, S
y G2 en las cuales se produce la replicación de
los centríolos y del ADN, en preparación de la
división mitótica. Las ciclinas son las proteínas
encargadas de la regulación de estos ciclos,
que están reguladas a su vez por un gen, p53,
que se encarga de inactivarlas. Todo ello tiene
mucha importancia en oncología y en el estu-
dio de la vida celular. El ciclo celular puede ter-
minar mediante apoptosis, que es una muerte
genéticamente programada y ordenada (la
célula disminuye de tamaño y condensa su nú-
cleo). Se debe diferenciar la apoptosis o muerte
celular natural de la muerte patológica por falta
de aporte sanguíneo, denominada necrosis.

Todo ello tiene mucha importancia en oncolo-


gía y en el estudio de la vida celular. Una vez
que una célula entra en una fase de disminu-
ción de tamaño, condensando su núcleo, de
manera ordenada y genéticamente progra-
mada se denomina muerte celular natural o
apoptosis, que hay que diferenciar de la muer-
te patológica por falta de aporte sanguíneo,
denominada necrosis.

Crecimiento celular Figura 5. Meiosis

Existen distintos tipos de crecimiento o proliferación celular que pueden desarrollar los distintos
tejidos del organismo:
• Hiperplasia: se produce un aumento del número de células de un tejido. Aunque se trata de
una respuesta normal a las necesidades fisiológicas, si excede ciertos límites, puede volverse
patológica.
• Metaplasia: es el proceso por el que una célula se transforma en otra como resultado de un estí-
mulo externo que modifica las células madre. Generalmente, la desaparición del estímulo produ-
ce la remisión de la metaplasia, aunque puede evolucionar hasta convertirse en displasia.
• Displasia: crecimiento anómalo que origina células de forma, tamaño y disposición diferente
a otras del mismo tejido. Es un crecimiento benigno aunque puede desembocar en anaplasia.
• Anaplasia: es la formación de células indiferenciadas que presentan un crecimiento y/o disposi-
ción anormal. Son malignas por definición.
• Neoplasia: crecimiento anormal de un tejido, no controlado que sigue desarrollándose incluso
en ausencia de estímulo y cuyo crecimiento suele ser rápido.

1.5. ESTUDIO DE LOS TEJIDOS CELULARES

1.5.1. Tejido celular

El tejido celular es la agrupación de células con la misma función específica. Un grupo de células
formarán un tejido celular. Dos o más tejidos celulares constituirán una unidad funcional u órgano
11
Anatomofisiología

(hígado, bazo, etc.). Varios órganos con funciones relacionadas formarán un sistema de órganos o
aparato específico (respiratorio, digestivo, etc.).

1.5.2. Histogénesis

Desarrollo embrionario (Figura 6)

La fusión del ovocito y del espermatozoide da lugar al cigoto, que comienza a dividirse en lo que se
denomina segmentación. Por tanto, la segmentación es una serie de divisiones mitóticas que provoca
un aumento del número de células, denominadas blastómeras, que se tornan mas pequeñas con cada di-
visión. El tercer día, después de entre tres y cuatro divisiones, el cigoto se parece a una mora, denomi-
nándose mórula (de 12 a 16 células). Posteriormente, hacia el sexto día, aparece una cavidad central
con células en la periferia, conocida como blastocisto o blástula, cuyas células del polo superior se
dividen en internas o embrioblasto y externas o trofoblasto, comenzando su anidación en la mucosa
uterina al final de la primera semana. La fase que sigue a la blástula en la tercera semana posfecun-
dación se denomina gástrula y la gastrulación es el proceso formativo mediante el cual el embrión
adquiere tres capas germinales. Las células del embrioblasto formarán el embrión, dividiéndose en
las tres capas germinativas.

En la etapa embrionaria se distinguen tres capas germinativas con tres tipos celulares diferentes. Es-
tas células sufrirán una diferenciación y migración para poder formar parte de los distintos órganos
del futuro feto:
• Ectodermo: capa más externa. Del mismo derivan la epidermis, incluyendo el pelo y las uñas,
el sistema nervioso, el epitelio sensorial de oído, nariz y ojo y las glándulas hipófisis, mamarias,
sudoríparas y el esmalte de los dientes; así como el tejido nervioso.
• Mesodermo: capa intermedia, de la que se generan los tejidos conjuntivo, muscular, vascular, el
bazo, la corteza suprarrenal, la dermis y el sistema urogenital.
• Endodermo: capa más profunda. De ella derivan el sistema digestivo, el hígado, el páncreas, el
aparato respiratorio, la vejiga urinaria, la paratiroides y la tiroides.

En la segunda semana del desarrollo embrionario, el trofoblasto se divide en dos capas, el citotrofo-
blasto y sincitiotrofoblasto que formarán la placenta, y a su vez se generan dos cavidades, la amnió-
tica y el saco vitelino

1.5.3. Tipos de tejidos celulares

Figura 6. Desarrollo embrionario Existen cuatro tipos fundamentales de tejidos, que son los siguientes:
• Epitelial.
• Conectivo (se incluyen cartílago, tejido óseo y sangre).
• Muscular (se verá en el capítulo Aparato locomotor).
• Nervioso: compuesto de neuronas y células de la neuroglía.

Cabe señalar que las células no son los únicos componentes estructurales del organismo, ya que
el tejido conectivo está compuesto también por sustancias extracelulares, denominadas sustancias
intercelulares. Éstas son las que en definitiva darán forma y dureza al organismo.

Tejido epitelial o epitelio

El epitelio es la capa o capas de células íntimamente unidas entre sí que tapizan o recubren las superficies
del cuerpo, tanto las externas como las internas. El epitelio no contiene vasos, por lo que se nutre del tejido
conectivo subyacente. Su función es la de actuar como barrera selectiva, capaz de facilitar o de dificultar
el paso de sustancias a través de las superficies que cubren. También protegen a los tejidos subyacen-
tes de la deshidratación o de los deterioros químicos y mecánicos; pueden elaborar y secretar mate-
riales en los espacios que limitan. Finalmente, es posible que funcionen como superficies sensoriales.

Todas las células se encuentran unidas mediante una sustancia uniforme denominada membrana
basal. Existen varios tipos de epitelios, simples y compuestos:
• Epitelio simple escamoso: como los alveolos pulmonares o el endotelio de los vasos.
• Epitelio simple cilíndrico: en el aparato digestivo y la mayoría de las glándulas.
• Epitelio simple ciliado: recubriendo los conductos aéreos, trompas y conductos uterinos.
• Epitelio estratificado en la piel: al ser un epitelio compuesto que consta de varias capas celulares.
• Epitelio de transición: en la mayor parte del sistema urinario, también epitelio compuesto.

Un tipo especial de tejido epitelial son las mucosas pues están compuestas de un determinado epitelio
(bien estratificado no queratinizado en el aparato digestivo, o de transición en el urinario) y revisten las
12
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

cavidades que tienen contacto con el exterior, que se debe diferenciar de las serosas, que son capas de
tejido conjuntivo junto con una pequeña capa de tejido epitelial que tapizan las cavidades corporales
y los órganos que se localicen en ellas, como el peritoneo, pericardio o pleura.

La mayor parte de glándulas del cuerpo son de origen epitelial, ya que se generan a partir de divertí-
culos de las superficies corporales, por lo que las glándulas son un tipo especial de epitelio, en el que
las células componentes elaboran una secreción. Existen dos tipos diferentes:
• Exocrinas: liberan su contenido a través de unos conductos que se abren a una superficie exter-

AF
na o interna. En función del mecanismo de secreción, se clasifican en:
- Merocrinas o epicrinas: el producto de secreción se libera solo, sin pérdida de sustancia celular.
La exocitosis pertenece a este tipo de secreción. Se puede observar en el páncreas exocrino.
- Apocrinas: se pierde una parte del citoplasma apical, junto con el producto de secreción.
Este mecanismo sólo se encuentra en las glándulas sudoríparas apocrinas, glándula mamaria
y próstata.
- Holocrinas: se pierden las células enteras junto con el producto de secreción. Sólo se observa
en las glándulas sebáceas de la piel.

• Endocrinas: liberan su contenido directamente a la sangre. Los productos de secreción se de-


nominan hormonas, sustancias que regulan el funcionamiento del organismo, actuando en ór-
ganos diana localizados lejos de donde se secretan dichas hormonas. Las glándulas endocrinas
del cuerpo humano son: hipófisis, pineal, tiroides, paratiroides, páncreas endocrino, adrenales,
ovarios, testículos y placenta. Este tipo de glándulas se estudiarán detalladamente en el capítulo
dedicado a Endocrinología.

Tejido conectivo

El tejido conectivo forma el esqueleto que


sostiene a los distintos tejidos y órganos del
cuerpo. Todo intercambio de sustancias en-
tre células y vasos sanguíneos se realiza a tra-
vés del citado tejido, también denominado
medio interno del organismo. Este tejido se
compone de células separadas por sustancia
intercelular, que está formada por fibras den-
tro de una matriz amorfa y líquida, son fibras
de colágeno, reticulares y elásticas. En cuanto
a las células del tejido conectivo, algunas de
ellas pertenecen exclusivamente a este tipo
de tejido, mientras que otras, por el contrario,
son células sanguíneas que pueden migrar
desde la sangre para formar parte del mismo.

En cuanto a las células del tejido conectivo,


algunas de ellas pertenecen exclusivamente a
este tipo de tejido, mientras que otras, por el Figura 7. Tipos de glándula exocrina,
contrario, son células sanguíneas que también con ejemplos de patologías de las mismas
podrán formar parte del mismo:
• Células fijas: fibroblastos (las más abun-
dantes) y adipocitos (acumulan lípidos).
• Células libres o migratorias: macrófagos, monocitos, linfocitos, células plasmáticas, eosinófilos
y mastocitos.

TEMA 2

HEMATOLOGÍA

2.1. INTRODUCCIÓN

La sangre puede considerarse como un tejido conectivo fluido, ya que está compuesta por células
y una sustancia intercelular líquida, el plasma sanguíneo; circula a través de los vasos sanguíneos. El
volumen de sangre de un individuo adulto es de aproximadamente 5 l. La principal función de la san-
gre es la de transporte de sustancias a todo el organismo (gases, nutrientes, productos metabólicos
de desecho, células y hormonas).
13
Anatomofisiología

2.2. COMPOSICIÓN DE LA SANGRE


Recuerda La sangre está constituida, como se ha visto anteriormente, por el plasma sanguíneo y por células. El
Las proteínas plasmáticas son las si- plasma es una solución acuosa con sales inorgánicas que está en continuo intercambio con el líquido
guientes: extracelular. Suspendidas en él se encuentran un conjunto de proteínas, las proteínas plasmáticas,
∙ Albúminas (55%). que se clasifican en tres grupos:
∙ Globulinas (38%). • Albúminas (55%): se unen a metabolitos insolubles, como los ácidos grasos, actuando de proteí-
∙ Fibrinógeno (7%). nas transportadoras.
• Globulinas (38%): grupo diverso de proteínas donde se encuentran los anticuerpos del sistema
inmunitario y las proteínas transportadoras de lípidos y de algunos metales pesados.
• Fibrinógeno (7%): proteína soluble que se polimeriza para formar una proteína insoluble, la fibri-
na, durante la coagulación sanguínea.

En el plasma también se localizan diferentes tipos celulares. Funcionalmente es posible distinguir


tres tipos principales de células sanguíneas:
• Eritrocitos, hematíes o glóbulos rojos: participan en el transporte de O2 y CO2.
• Leucocitos o glóbulos blancos: son una parte importante del sistema inmunitario y de defensa
del organismo.
• Plaquetas o trombocitos: son los componentes esenciales para poder realizar el fenómeno de
la coagulación sanguínea.

Las células sanguíneas se originan en la médula ósea gracias a un proceso denominado hemato-
poyesis a partir de un mismo precursor denominado célula madre hematopoyética pluripotencial
o stem cell, dividiéndose en dos líneas, la serie mieloide que originará la mielopoyesis e incluye la
eritropoyesis, granulopoyesis, monopoyesis y trombopoyesis, y la estirpe linfoide que originará a los
linfocitos. Los eritrocitos y las plaquetas ejercerán su acción en el interior de los vasos sanguíneos,
mientras que los leucocitos actúan principalmente fuera de los vasos, en los tejidos.

2.3. ELEMENTOS FORMES DE LA SANGRE

Los elementos formes de la sangre son: eritrocitos o hematíes, leucocitos y plaquetas.

Recuerda 2.3.1. Eritrocitos o hematíes


La eritropoyesis (médula ósea) está es-
timulada por la eritropoyetina (origen
renal). El eritrocito es el tipo celular más abundante de la sangre (4-5 millones/mm3), está adaptado a su
función que es el transporte de gases, concretamente de O2 y CO2.

La eritropoyesis se define como el proceso de formación de los eritrocitos, que se produce de forma inin-
terrumpida a un ritmo de unos 2,5 millones de glóbulos rojos por segundo, originados en la medula ósea
por la estimulación de una hormona denominada eritropoyetina sintetizada casi en el 90% a nivel renal
y en un 10% en el hígado, aunque no están claros los procesos de activación enzimática de la misma.

Por tanto, el eritrocito tiene su origen en células precursoras de la médula ósea. Durante el proceso
de diferenciación, se sintetizan grandes cantidades del pigmento respiratorio hemoglobina (Hb), que
contiene hierro (el color rojo de la sangre es debido a la presencia de hemoglobina en los eritrocitos).
Antes de salir a la circulación general, el eritrocito pierde el núcleo, puesto que mediante un proceso
de maduración degenerarán todas las organelas citoplasmáticas.

Cuando sale a la circulación general procedente de la médula ósea, el eritrocito aún es una forma
inmadura, que recibe el nombre de reticulocito, que tardará un día en transformarse en una célula
madura. La concentración de reticulocitos entre todos los eritrocitos de la sangre suele ser menor del
1%. En la circulación, los eritrocitos maduros tienen aspecto de disco bicóncavo. Cualquier suceso
que implique un aumento de la síntesis de eritrocitos por la médula ósea provocará un incremento
de la concentración de reticulocitos en sangre.

La vida media de un eritrocito es de 120 días, tras los cuales es eliminado por los fagocitos del bazo,
del hígado y de la médula ósea.

El transporte de gases en el eritrocito está mediado por una enzima, la anhidrasa carbónica, median-
te la reacción: H2O + CO2 = HCO3- + H+.

El oxígeno se transporta unido a la hemoglobina como oxígeno molecular (dos átomos de oxígeno).
Los niveles séricos de hemoglobina en el hombre adulto son de 14-16 g/dl y de 12-14 g/dl en la mujer.
El hematocrito informa acerca del volumen ocupado por la masa eritrocitaria en relación con el volu-
14
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

men total de sangre. Los valores normales en el hombre y en la mujer adultos oscilan entre 42-52%
y 37-47%, respectivamente.

2.3.2. Leucocitos

Sus valores normales se sitúan entre 4.500 y 10.000 leucocitos/mm3. Existen cinco tipos diferentes

AF
de leucocitos que, en función de sus características morfológicas, se pueden dividir en dos clases
principales: granulocitos y agranulocitos.

Granulocitos

Los granulocitos, que también se denominan leucocitos polimorfonucleares, provienen de los mie-
locitos que a su vez derivan de los mieloblastos en el tejido mieloide de la médula ósea roja de los
huesos largos, el esternón, la pelvis, las costillas, las vértebras y de partes del cráneo.

Tienen una vida media corta, que varías desde unas 12 horas a tres días.

Muestran una presencia de gránulos citoplasmáticos y un único núcleo multilobulado. Existen tres
tipos diferentes:
• Neutrófilos: leucocitos más frecuentes en la sangre (40-70%). Tienen un núcleo multilobulado.
Se encargan de proteger al organismo frente a infecciones piógenas.
• Eosinófilos: en su citoplasma poseen gránulos que se tiñen de color naranja. Representan el
1-5% de los leucocitos en sangre. Actúan en ciertas fases de las reacciones de hipersensibilidad
y en la defensa antiparasitaria.
• Basófilos: células redondas con granulaciones basófilas en su citoplasma. Oscilan entre el 0-1%.
Es el equivalente sanguíneo del mastocito o célula cebada de los tejidos.

Agranulocitos

No contienen gránulos visibles en su citoplasma y poseen un único núcleo homogéneo. También se


denominan leucocitos mononucleares. Su vida media oscila entre 100 y 300 días.
• Linfocitos: son las células más pequeñas de la serie blanca y ocupan el segundo lugar en fre-
cuencia de los leucocitos circulantes, entre el 20-45% del recuento leucocitario. Funcionalmente,
se distinguen los linfocitos B, los linfocitos T y las células NK (Natural Killer). La principal función
de los linfocitos es la de mantener y controlar los mecanismos inmunitarios. Su célula precursora
es el linfoblasto que se forma en la médula ósea en la denominada linfopoyesis y madura a lin-
focitos en el tejido linfoide, fuera de la médula ósea, que comprende los ganglios linfáticos, las
amígdalas, el bazo y el timo (véase el Tema 6).
• Monocitos: son las células blancas de mayor tamaño. Representan del 1-2% del recuento leuco-
citario. Poseen un gran núcleo excéntrico y arriñonado. Se originan en la médula ósea (mono-
blastos) y su presencia en sangre es pasajera, pues emigran hacia los tejidos conectivos donde
se denominan histiocitos o macrófagos fijos. Algunos de ellos pueden recibir nombres especí-
ficos en función del tejido en que se encuentren como: las células de Kupffer en el hígado, la
microglía en el sistema nervioso central o las células espumosas que fagocitan el colesterol. Se
encargan de la fagocitosis o digestión de los restos celulares procedentes del recambio celular
de los tejidos. También están relacionados con el sistema de defensa inmunitaria.

Los leucocitos se forman y maduran en la médula ósea a partir de las células mieloides (granuloci-
tos, monocitos y algunos linfocitos) y en los órganos linfáticos fuera de la médula ósea (linfocitos
B, T, NK y células plasmáticas).

Cuando en el recuento de leucocitos existe un aumento del porcentaje de los polimorfonucleares o


granulocitos de tipo neutrófilo, se denomina como desviación a la izquierda y sugiere infecciones
bacterianas agudas, esos polimorfonucleares son células jóvenes e inmaduras con núcleos en forma
de bastón que se conocen como neutrófilos en banda o cayados. Figura 8. Tipos de leucocitos

La expresión desviación a la derecha se utiliza cuando el porcentaje de linfocitos y de monocitos se


encuentra aumentado con respecto al de los polimorfonucleares (neutrófilos, eosinófilos y basófilos)
y se asocia habitualmente a enfermedades víricas.

2.3.3. Plaquetas

Las plaquetas o trombocitos son pequeñas células anucleadas que se forman en la médula ósea por
desprendimiento del citoplasma de células mayores, denominadas megacariocitos. La función de las
15
Anatomofisiología

plaquetas es la de actuar en la hemostasia o detención de la hemorragia. Participan en la coagula-


ción de dos maneras:
• En primer lugar, en los tejidos normales, las plaquetas se agrupan para tapar los pequeños defec-
tos que aparecen en las paredes de los vasos de la microcirculación.
• En segundo lugar, cuando los vasos sanguíneos se dañan, las plaquetas contribuyen al proceso
de formación del coágulo y de la retracción.

Tienen una vida media de ocho a doce días. Se eliminan principalmente por los macrófagos
del bazo. Los valores normales de plaquetas se sitúan en 150.000 - 400.000/mm3. Por debajo de
100.000/mm3 aproximadamente se denomina trombopenia o plaquetopenia (con riesgo de san-
grado).

Recuerda
La hemostasia es la reparación de las le-
siones hemorrágicas cuyo objetivo final
2.4. HEMOSTASIA
es la producción de un coágulo a través
de dos vías de activación de la trombi-
na, donde actúan diversos factores de la Cuando se produce la rotura de un vaso sanguíneo se inicia la hemostasia primaria, de manera que el
coagulación para producir fibrina que citado vaso se contrae inmediatamente para intentar detener la hemorragia y comienza la adhesión
formará la malla del coágulo y una vez plaquetaria. Cuando las plaquetas contactan con las fibras de colágeno de la pared vascular dañada,
reparada la lesión se iniciará la lisis del se unen a ellas y activan otras plaquetas cercanas al daño tisular. Este proceso lleva a la formación de
coágulo mediante la plasmina. una placa, la placa trombótica o tapón plaquetario, que intentará tapar el defecto o la solución de
continuidad de la pared del vaso.

Si de esta forma no es suficiente para detener la hemorragia, se activa otro paso en la hemostasia, la
formación de un coágulo o hemostasia secundaria. Tanto de la pared dañada como de las plaquetas
se liberan sustancias activantes, como la tromboplastina, que en presencia de Ca2+ llevan a la transfor-
mación de la proteína plasmática protrombina en trombina, también se liberan factores dependien-
tes de la vitamina K en el hígado. Todos éstos son los factores de la coagulación que son proteínas
plasmáticas que se activarán para formar el coágulo y se denominan con números romanos: I, II, III
hasta el XII (Figura 9).

La trombina es una enzima que activa la transformación del fibrinógeno plasmático en fibrina.
Actúa formando una red de largos filamentos de fibrina orientados en todas direcciones. Esta red,
junto con las plaquetas, generará el coágulo. Una vez formado, el coágulo se empieza a retraer, lo
que obliga al vaso a contraerse. Al cabo de entre 20 y 60 minutos exuda la mayor parte del líquido
del coágulo, el suero, que no es más que el plasma sin fibrinógeno y sin la mayor parte de los fac-
tores de la coagulación, por lo que no coagula.

Existen dos vías distintas de activación de la transformación de protrombina a trombina, denomina-


das vía intrínseca y extrínseca, ambas interactúan constantemente:
• La vía extrínseca se inicia con la liberación de tromboplastina tisular proveniente de la pared
vascular dañada.
• La vía intrínseca se inicia por la activación de la tromboplastina plasmática por parte de las pla-
quetas.

Una vez reparado el defecto de pared, el plasminógeno se activará para que el producto resultante,
la plasmina o fibrinolisina, enzima proteolítica, inicie la disolución de la fibrina. La activación del plas-
minógeno tiene lugar un día después y una vez que se ha detenido la hemorragia.

2+
Ca

Figura 9. Esquema de la hemostasia

16
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

TEMA 3

APARATO LOCOMOTOR

Dentro de este tema se van a estudiar dos tipos de tejidos, el tejido esquelético y el tejido muscular.

AF
La interrelación entre ambos permite a un organismo desenvolverse en su medio.

3.1. TEJIDOS ESQUELÉTICOS

El sistema esquelético está formado por distintos tejidos conectivos especializados:


• El hueso proporciona una red protectora y de soporte para la mayoría de tejidos blandos del
organismo. También es el lugar de asiento de la médula ósea, donde se producen las células
sanguíneas, y que se estructura en médula ósea roja y amarilla:
- Médula ósea roja: posee más capacidad de hematopoyesis.
- Médula ósea amarilla: tiene mayor desarrollo de tejido adiposo.

• El cartílago constituye un soporte semirrígido, situado en algunas zonas como el árbol respira-
torio y el pabellón auricular.
• Las articulaciones son estructuras compuestas que unen a los huesos del esqueleto. Dependien-
do de su estructura, permitirán diferentes grados de movimiento.
• Los ligamentos son bandas flexibles que estabilizan las articulaciones.
• Los tendones proporcionan conexiones potentes y flexibles entre los músculos y su zona de
unión con el hueso.

Por tanto, las funciones del tejido esquelético son las siguientes:
• Protección y sostén para los tejidos blandos, dando forma al cuerpo humano.
• Protección a órganos internos vitales.
• Almacén de calcio y de otros iones inorgánicos como el fósforo.
• Anclaje a la mayoría de los músculos.
• Contiene la médula ósea y, por consiguiente, se encarga de la producción de células sanguíneas
y del almacenamiento de triglicéridos en la médula ósea amarilla.

3.1.1. Cartílago

El cartílago es una forma semirrígida de tejido conectivo originada por unas células, los condrocitos,
que se encuentran aisladas en pequeños espacios de la matriz extracelular, mucho más abundante. El
cartílago no contiene vasos sanguíneos, nutriéndose sus células por un mecanismo de difusión a
través de la sustancia fundamental.

La célula formadora de cartílago es el condroblasto. A medida que va madurando, queda envuelto


por matriz extracelular, pasando a denominarse condrocito. El pericondrio es una capa de tejido co-
nectivo que envuelve a todo el cartílago, con excepción del cartílago articular.

Existen tres tipos de cartílago:


• Hialino: de aspecto vidrioso y color azulado. Es el más abundante, encontrándose en los cartílagos
de las costillas, parte del esqueleto nasal, laringe, tráquea, bronquios y en las superficies articulares.
• Elástico: se sitúa en la epiglotis, en las paredes del conducto auditivo externo y en la trompa de
Eustaquio.
• Fibroso o fibrocartílago: es una forma de transición entre el tejido conectivo denso y el cartílago
hialino. Constituido por una combinación de fibras de colágeno y de células cartilaginosas ubi-
cadas en lagunas rodeadas de matriz hialina. Se encuentra básicamente en los discos interverte- Recuerda
brales, en la sínfisis púbica, en algunas articulaciones y en los meniscos.
Los tejidos conectivos / especializados del
sistema esquelético son:
∙ Hueso:
3.1.2. Hueso - Médula osea roja.
- Médula osea amarilla.

El hueso es la forma especializada de tejido conectivo donde los componentes extracelulares están mine- ∙ Cartílago.
ralizados, lo que le confiere rigidez y cierta elasticidad. Además de las funciones de soporte y de protec- ∙ Articulaciones.
ción, el hueso constituye un almacén de calcio y de otros iones orgánicos. Cada hueso está modelado ∙ Ligamentos.
para poder soportar niveles máximos de tensión mecánica con la menor masa de hueso posible, de ∙ Tendones.

17
Anatomofisiología

manera que los huesos presentan una fase dinámica de crecimiento y de resorción durante toda la
vida. Los tipos de huesos son los siguientes: largos (fémur), planos (escápula) y cortos (escafoides).

Organización microscópica del tejido óseo

El hueso está compuesto por múltiples cilindros de laminillas con-


céntricas, con espacios entre ellas que contienen las células óseas,
alrededor de un canal central que contiene nervios y vasos sanguí-
neos, junto con canalículos que comunican las lagunas o espacios
con el canal central, constituyendo el sistema de Havers.

Las células formadoras de hueso o matriz ósea se denominan os-


teoblastos. Cuando estas células quedan atrapadas entre la matriz
ósea, se transforman en osteocitos, que son las verdaderas células
óseas y se encargarán del mantenimiento de la matriz ósea. Los
osteoclastos son células multinucleadas que se encargan de la re-
sorción ósea (Figura 10).

Organización macroscópica del tejido óseo

Existen dos tipos de organización del tejido óseo en los huesos:


• Tejido o sustancia esponjosa: formado por una serie de trabé-
culas que al entrecruzarse dejan unos espacios huecos interco-
municados donde se aloja la médula ósea, lugar donde se realiza
la hematopoyesis.
• Tejido o sustancia compacta: masa compacta sin espacios hue-
cos visibles.

Figura 10. Organización microscópica del hueso Todos los huesos están recubiertos por una capa vascularizada de
tejido conectivo, íntimamente adherida al hueso, donde se inser-
tan músculos, tendones y ligamentos, denominada periostio.

Los extremos de los huesos largos se denominan epífisis. El tallo


o parte media se conoce como diáfisis y la parte cartilaginosa,
entre la diáfisis y la epífisis, se llama metáfisis, que es la que per-
mite el crecimiento de los huesos (Figura 11).

3.1.3. Articulaciones

Las articulaciones son la relación de contigüidad entre dos o


más partes esqueléticas, que pueden ser huesos o cartílagos.
La principal función es la de permitir movimientos, aunque hay
articulaciones rígidas sin movimiento.

Existen tres tipos de articulaciones:


• Inmóviles o sinartrosis (fibrosas): mantienen el contacto direc-
to entre las superficies articulares; por ejemplo, las suturas que
unen los huesos del cráneo.
• Semimóviles o anfiartrosis (cartilaginosas): permiten pequeños
movimientos. Es el caso de la sínfisis púbica y de los discos inter-
vertebrales.
• Móviles o diartrosis (sinoviales): posibilitan una amplia variedad
de movimientos.

Figura 11. Organización macroscópica del hueso


Diartrosis

La diartrosis se mantiene estable gracias a la presencia de una cápsula fibrosa y de los ligamentos.
La superficie interna de la cápsula fibrosa está tapizada por la membrana sinovial, menos en las
superficies articulares, que están recubiertas de cartílago hialino, el cartílago articular, de manera
que las superficies articulares no están en contacto. Toda la cavidad articular está rellena de un
líquido que produce la membrana sinovial, el líquido sinovial, encargado de nutrir a las estruc-
turas intraarticulares. La cápsula fibrosa es una capa que rodea las articulaciones por fuera de la
membrana sinovial. Los ligamentos articulares se encargan de reforzar la articulación. La rodilla
y la articulación temporomandibular presentan unas almohadillas cartilaginosas, los meniscos,
encargados de disminuir al máximo la fricción durante el movimiento (Figura 12).
18
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

Dentro de las diartrosis, se distinguen los seis tipos siguientes, or-


ganizados en función de las superficies articulares (Figura 13):
• Artrodias: superficies articulares planas. Por ejemplo, entre los
huesos del carpo o pie, escafoideocuneal.
• Enartrosis: las superficies articulares son segmentos de esfera,
uno cóncavo y otro convexo; por ejemplo coxofemoral, esca-
pulohumeral.
• Condíleas: las superficies articulares son segmentos de elip-

AF
se, por ejemplo radiohumeral, radiocarpal, temporo-mandi-
bular (que en realidad es bicondilea con un menisco en el
interior).
• Gínglimos o trócleas: una de las superficies es una polea pro-
duciendo movimientos de flexo-extensión, por ejemplo cubi-
tohumeral, interfalángicas.
• Trocoide o trochus: las superficies articulares son segmentos
cilíndricos, uno cóncavo y otro convexo, por ejemplo radiocu-
bital proximal que produce movimiento de prono-supinación
del antebrazo.
• Articulación en silla de montar (de encaje recíproco), por ejem-
plo, trapeciometacarpiana del primer dedo, esternoclavicular.

Las articulaciones móviles se clasifican en uniaxiales, biaxiales y


multiaxiales, en función del número de ejes en los que puede rea-
lizar un movimiento.
• Un eje: tróclea/trocoide.
• Dos ejes: condíleas/silla de montar.
• Tres ejes: enartrosis/artrodias.
Figura 12. Esquema de una diartrosis
Conviene tener presente los movimientos de las articulaciones si-
noviales y sus nomenclaturas que se citan a continuación:
• Movimientos angulares: flexión y extensión.
• De acercamiento (adducción) o alejamiento (abducción) de la
línea media.
• La prono-supinación, que combina los movimientos circulares
con los de deslizamiento.
• Algunos movimientos especiales: elevación-depresión, inver-
sión-eversión.

3.2. ANATOMÍA MACROSCÓPICA


DEL ESQUELETO HUMANO

Para el estudio de la anatomía descriptiva del cuerpo humano es


necesario que exista una norma universal para poder referirse a las
diferentes ubicaciones de sus componentes. La posición anató-
mica es la postura estándar en que se dispone al cuerpo humano
para la correcta descripción de sus componentes; se define como
aquella posición en la que el individuo se encuentra de pie en bipe-
destación, frente al observador, mirando al infinito, con los miembros
superiores colgando a ambos lados del cuerpo, con las palmas orien-
tadas al frente y los miembros inferiores juntos.

Como el organismo es una representación tridimensional, se de-


finen una serie de ejes y planos que facilitan su estudio. Hay tres
tipos de planos.
• Plano medio-sagital: que divide al cuerpo en dos partes igua-
les. Se habla de medial cuando se aproxima a la línea media del
cuerpo y de lateral cuando se aleja de ella.
• Plano transversal u horizontal: se habla de craneal hacia la zona
superior o la cabeza y de caudal hacia la zona inferior del plano.
• Plano frontal o coronal: que divide el cuerpo humano en ven-
tral o anterior y dorsal o posterior.

También según la profundidad del cuerpo se habla de profundo o


de superficial, según la luz interna de las cavidades de interno ha-
Figura 13. Tipos de diartrosis
cia la luz o externo hacia fuera, y en las extremidades de proximal
19
Anatomofisiología

cuando se acerca a la raíz de implantación del miembro o distal cuando se aleja de la misma. Todos
los huesos del cuerpo, a excepción de los sesamoideos, gozan de nombre propio (que se deben co-
nocer, así como sus relaciones y características propias).

Los huesos presentan diversos relieves que en algunos casos los hacen únicos. Los nombres genéricos
de los relieves óseos están referidos a su morfología y serán de utilidad para recordar gráficamente su lo-
calización. Los más frecuentes son los siguientes: ángulo, apófisis (zona elevada), cabeza (epífisis al extre-
mo de un cuello), cuello (parte estrecha en la base de una cabeza), cresta, espina (de mayor relieve que
la cresta), cóndilo (protuberancia redondeada destinada a articularse, por ejemplo con el cotilo, consti-
tuido por los huesos ilíacos), epicóndilo (protuberancia superior a un cóndilo), escotadura (depresión en
“V”), foramen (agujero), meato (obertura de un canal), seno (cavidad aérea dentro de un hueso), trocán-
ter (gran prominencia de inserción muscular o tendinosa) y tuberosidad (prominencia más pequeña).

3.2.1. Partes del esqueleto

Huesos del cráneo


Recuerda
El cráneo consta de ocho huesos: occipital, dos parietales, dos temporales, frontal, esfenoides y et-
Los huesos del cráneo que forman la base moides (Figura 14).
del cráneo, en donde se asienta el cerebro,
• Occipital: se encuentra en la parte posterior, atravesado por el agujero magno, que comunica
son: frontal, temporal, esfenoides, occipital
y la zona superior del etmoides.
con el espacio medular, con dos carillas para articularse con el atlas (la primera vértebra cervical)
Los huesos que generan el reborde orbitario y la sutura lamboidea que contacta con los parietales.
son el frontal, malar o cigomático y el maxi- • Parietal: a los lados del cráneo, con surcos para las arterias meníngeas medias, y entre los dos
lar superior, y en su interior el esfenoides, parietales, la sutura sagital.
etmoides y hueso lagrimal. • Temporal: presenta tres porciones: la porción petrosa, que aloja en su interior el órgano del oído;
la escamosa, con la apófisis cigomática para el hueso malar; y la porción mastoidea, donde se
encuentra la apófisis mastoides, con celdillas aéreas en su interior.
• Frontal: el más anterior, con rebordes supraorbitarios y escotadura para los vasos y nervios de la
parte superior del globo ocular, formando la sutura frontal o coronal con los huesos parietales.
• Esfenoides: tiene forma de murciélago en la base del cráneo, destacando sus alas grandes y pe-
queñas y las apófisis pterigoides, presentando la silla turca para la glándula hipófisis, y los senos
esfenoidales en su interior.
• Etmoides: situado en el techo de las fosas nasales, relleno de huecos para los senos etmoidales, de
donde salen los cornetes superior y medio en la zona lateral, con una lámina perpendicular que
forma el tabique nasal y la lámina cribosa para los nervios olfatorios. La lámina cribosa tiene en la
línea media, en su cara superior, una elevación en forma de cresta, la apófisis crista galli.

Cara

La cara está compuesta por 14 huesos, todos


inmóviles, excepto la mandíbula. Son los si-
guientes: dos nasales, dos palatinos, dos la-
grimales, dos cigomáticos o malares, el vómer,
dos cornetes inferiores, dos maxilares superio-
res y uno inferior o mandíbula (Figura 14).

Columna vertebral

Formada por siete vértebras cervicales, 12


torácicas, cinco lumbares, el sacro y el cóccix.
Todas las vértebras poseen características
comunes, como la presencia de las apófisis
articulares, las apófisis espinosas y el agujero
raquídeo, aunque también presentan caracte-
rísticas propias de cada grupo (Figura 15).

Las vértebras cervicales son el grupo más hete-


rogéneo dadas las importantes diferencias que
existen entre ellas. La primera vértebra cervical
(C1) se denomina atlas y la segunda (C2) axis.
El atlas (C1) no tiene cuerpo vertebral, posee
Figura 14. Huesos del cráneo
dos láminas que unen las masas laterales, don-
de se encuentran las carillas articulares supe-
riores para el occipital y en su zona inferior para el axis. En la cara interna de la lámina anterior, posee
además una carilla articular para la apófisis odontoides del axis (C2). Las curvaturas fisiológicas de la
columna son la lordosis cervical, la cifosis dorsal, la lordosis lumbar y la cifosis sacra.
20
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

Cuello

Además de las vértebras cervicales, en su cara anterior encontra-


mos el hueso hioides, que forma la parte superior de la laringe. El
hioides es el único hueso móvil, impar, medio y simétrico en la cara
anterior del cuello no articulado a ningún otro hueso.

AF
Tórax

El tórax está formado por:


• Esternón: en su parte anterior consta de tres porciones: el ma-
nubrio, el cuerpo y la apófisis xifoides.
• Costillas: hay doce pares. De las doce costillas que hay en cada
lado, las siete primeras son verdaderas (se articulan directa-
mente al esternón), las tres siguientes son falsas (no contactan
con el esternón, estando unidas por un cartílago común) y las
dos inferiores son flotantes (son casi residuales).

Extremidad superior

Está consituida por los siguientes huesos (Figura 16):


• Omóplato o escápula: con tres relieves importantes, que son:
la cavidad glenoidea, para articularse con el húmero; la apófi-
sis coracoides y el acromion (prolongación de la espina de la
escápula), para articularse con la clavícula. Figura 15. Estructura de una vértebra tipo
• Clavícula: está articulada con el acromion y el esternón.
• Húmero: a nivel proximal consta de cabeza, cuello quirúrgico,
troquíter y troquín, y en la epífisis distal se encuentra el cóndi-
lo (externo) y la tróclea (interna), el epicóndilo y la epitróclea
(o epicóndilo medial).
• Radio: está situado en la parte externa del antebrazo. Se dis-
tingue su cabeza, que se articula, proximalmente, con el cóndi-
lo humeral y distalmente con la apófisis estiloides y las carillas
articulares para los huesos escafoides y semilunar.
• Cúbito: se articula con la tróclea humeral en su parte ante-
rior, y presentan en su cara posterior el olécranon, que forma
el relieve del codo. Junto con el radio presenta la articulación
radiocubital proximal a nivel del codo y la articulación radiocu-
bital distal en la muñeca, encontrándose entre los dos huesos
la membrana interósea.
• Carpo: formado por ocho huesos cortos en dos hileras: la
proximal, con escafoides, semilunar, piramidal y pisiforme; y la
más distal, con los huesos trapecio, trapezoide, grande y gan-
choso.
• Metacarpianos: hasta un total de cinco por mano, y falanges,
un conjunto de catorce, tres en cada dedo, excepto en el pri-
mero, que sólo tiene dos.

Extremidad inferior

Que se compone de (Figura 17):


• Pelvis: constituida por los huesos ilíaco, sacro y coxis con for-
ma de embudo , posee una gran importancia en los diámetros
internos para el paso de la cabeza fetal. La configuración inter-
na está dividida por el estrecho superior de la pelvis en pelvis
mayor o falsa y pelvis menor verdadera cuyos límites son, por
la zona posterior, el promontorio del sacro, los bordes laterales
por las líneas innominadas del hueso ilíaco y la sínfisis del pu-
bis en su límite anterior.
• Hueso ilíaco: forma la cintura pélvica, articulándose con el
sacro y con el otro ilíaco mediante la sínfisis pubiana; presen-
ta el acetábulo para la articulación coxofemoral y el agujero
obturador. Está formado por el ilion, isquion y pubis (Figura
18).
• Fémur: es el hueso más largo del cuerpo humano, con la
cabeza alojada en el acetábulo, con ayuda del ligamento
redondo dentro de la articulación, cuello, trocánter mayor Figura 16. Huesos de la extremidad superior

21
Anatomofisiología

y menor y los cóndilos femorales a nivel de la rodilla. En su cara


posterior presenta un relieve óseo denominado línea áspera.
• Rótula: es un hueso redondeado y aplanado que participa en la
articulación de la rodilla, situándose en un plano anterior, articu-
lándose con el fémur con la articulación femoropatelar. En ella se
inserta el tendón cuadricipital y rotuliano o patelar, por lo que in-
terviene en el movimiento de flexión y de extensión de la rodilla.
• Tibia: se articula con el fémur a través de su meseta tibial, con
dos relieves para los ligamentos cruzados anterior y posterior
de la rodilla, y a nivel distal, la articulación tibioperonea y su
carilla articular para el astrágalo.
• Peroné: situada en la parte externa de la pierna, no participa
en la articulación de la rodilla, pero sí en la del tobillo, forman-
do el maleolo externo.
• Tarso: compuesto por siete huesos cortos: el astrágalo, proximal-
mente articulado con la tibia y el peroné, distalmente con el calcá-
neo y hacia delante con el escafoides tarsiano; el calcáneo, que for-
ma el talón del pie, que centralmente se articula con el cuboides; el
escafoides tarsiano, localizado entre el astrágalo y las cuñas; los tres
huesos cuneiformes (o cuñas), que articulan, al igual que el cuboi-
des, con las bases de los metatarsianos; y finalmente el cuboides.
• Metatarsianos y falanges: con una distribución similar a los de
la mano.

3.3. TEJIDO MUSCULAR

El tejido muscular es el responsable de los movimientos corpo-


rales. Este tejido está constituido por unas células alargadas es-
pecializadas en la contracción. Por tanto, la contractilidad es una
propiedad fundamental de todas las células, necesaria para poder
realizar funciones básicas.

En los seres multicelulares, algunas células se especializan para


realizar el movimiento de órganos o tejidos, estas células pueden
funcionar como una sola unidad contráctil o es posible que estén
reunidas para formar músculos que realizan el movimiento de es-
Figura 17. Huesos de la extremidad inferior tructuras más grandes.

3.3.1. Ultraestructura del músculo esquelético

Los músculos constan de vientre muscular recubierto de una lámi-


na de tejido conectivo, tendones que son los extremos de tejido
conectivo fibroso y de elementos auxiliares como las bolsas sero-
sas y las vainas sinoviales llenas de líquido para evitar el roce del
tendón con el hueso.

Los músculos se dividen en los siguientes tipos:


• Simples: largos, cortos y anchos.
• Compuestos: digástrico con dos vientres, poligástrico, etc.

La unidad mínima funcional y estructural del músculo esquelético es


la fibra muscular que es una célula larga multinucleada. Las fibras
musculares forman parte de los haces o fascículos que constituirán
los distintos tipos musculares. La fibra muscular contiene fibrillas
finas, paralelas, con estrías transversales, denominadas miofibrillas.
Las estrías que se observan en las miofibrillas permiten describir una
serie de bandas y líneas, como por ejemplo las líneas Z. El segmento
entre dos líneas Z sucesivas se denomina sarcómero y es la unidad
estructural y funcional de la miofibrilla (Figura 19). En el sarcómero
se encuentran los miofilamentos actina y miosina, ambas son las
proteínas que realizan la contracción, mientras que la tropomiosina
y la troponina son las proteínas moduladoras de la contracción; és-
tas tienen importancia en la detección de proteínas específicas del
Figura 18. Hueso ilíaco músculo cardíaco cuando se produce necrosis miocárdica.
22
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

El sarcómero es una estructura que se acorta con la contracción muscular y vuelve al estado basal
con la relajación muscular. Este fenómeno dependerá de los diferentes estados de interacción entre
los miofilamentos de actina y de miosina (Figura 19).

3.3.2. Tipos de tejido muscular

AF
Los tipos de tejido muscular son los que se citan a continuación:
• Músculo esquelético: es el responsable del movimiento del
esqueleto y de los órganos (como, por ejemplo, el ojo o la len-
gua). El músculo esquelético también se denomina músculo
voluntario, ya que se puede controlar voluntariamente. Está
inervado por el sistema nervioso somático. La disposición de
las proteínas contráctiles, actina y miosina, da lugar a la apari-
ción de estriaciones transversales cuando se miran las prepa-
raciones histológicas, de aquí el nombre de músculo estriado.
Los diferentes músculos esqueléticos poseen una gran varie-
dad de morfologías y formas de acción; sin embargo, todos
tienen la misma estructura básica compuesta por células mul-
tinucleadas muy largas, las fibras musculares. La contracción
del músculo esquelético se encuentra controlada por los gran-
des nervios motores (motoneuronas), cuyas fibras nerviosas
se ramifican en el interior del músculo para inervar un grupo
de fibras musculares, denominándose colectivamente unidad
motora. La excitación de un nervio motor produce la contrac-
ción simultánea de todas las fibras musculares de la unidad
motora correspondiente.
• Músculo liso o visceral: es el componente muscular de las pa-
redes de diversas estructuras viscerales tales como los vasos
sanguíneos, el aparato digestivo, el útero y la vejiga urinaria.
Está controlado por el sistema nervioso vegetativo y hormo-
nal, recibiendo el nombre de musculatura involuntaria. Este
músculo no presenta estriaciones por lo que también se de-
nomina músculo liso.
• Músculo cardíaco: es un tipo especial de tejido muscular que
tiene características funcionales y estructurales de los dos ti-
pos de tejido muscular descritos. De aspecto estriado, es el
encargado de realizar la contracción cardíaca.

Recuerda
El músculo se diferencia en esquelético voluntario y estriado, liso que es
Figura 19. Histología del músculo esquelético
involuntario y no estriado y el músculo cardíaco, involuntario y estriado.

3.3.3. Contracción muscular

La contractilidad, que es la propiedad fundamental que define al


tejido muscular, es un fenómeno reversible. Para poder realizarse,
es necesario el consumo de grandes cantidades de energía, que
aportará el ATP.

Para explicar el fenómeno de la contracción muscular, se utiliza el


ejemplo del músculo esquelético. Cuando una motoneurona en-
vía una orden para realizar una contracción en un grupo de fibras
musculares, el impulso nervioso viaja a través de las fibras nervio-
sas hasta llegar a la unión neuromuscular, que se denomina placa
motora, y que no es más que un tipo específico de sinapsis. Al lle-
gar el impulso nervioso a la terminación nerviosa, se liberan una
serie de mediadores químicos, los neurotransmisores, que tendrán
que unirse a unos receptores específicos, localizados en la mem-
brana de la célula muscular. Cuando se produzca la unión del neu- Figura 20. Contracción muscular
rotransmisor con su receptor, la membrana celular sufre una des-
polarización, permitiendo un flujo de iones de Na+ hacia el interior de la célula; esta despolarización
hace que se activen una serie de mecanismos intracelulares que permitirán la interacción de actina
y de miosina, produciéndose la contracción de los sarcómeros, con el consecuente acortamiento de
la fibra muscular (Figura 20).
23
Anatomofisiología

El neurotransmisor que se libera en la placa


motora es la acetilcolina (Ach). Para que se pro-
duzca la contracción es necesaria la liberación
de Ca2+ en el citoplasma celular o sarcoplasma,
que se produce al ser estimulada la membra-
na muscular o sarcolema por la Ach, así como
grandes cantidades de ATP. Ese continuo tras-
lado del ion Ca2+ precisa una importante orga-
nización de cisternas celulares, por lo que las
fibras musculares están repletas de retículo
endoplasmático liso o retículo sarcoplásmico y
de unas extensiones del sarcolema, denomina-
dos túbulos T. Para que se pueda relajar la fibra
muscular, es preciso que el neurotransmisor se
libere del receptor y se elimine del espacio si-
náptico. La degradación de la Ach en el espacio
sináptico la realiza una enzima llamada acetil-
colinesterasa.

Tipos de contracción muscular


Figura 21. Placa motora

Existen dos formas por las que una fibra mus-


cular puede contraerse. Aunque para enten-
derlas conceptualmente se explican por separado, cabe recordar que el movimiento que produce
un músculo concreto es el producto de la combinación de ambos tipos de contracción.
• Contracción isométrica: el músculo no se acorta mientras dura la contracción, el sarcómero no
cambia de tamaño. Este tipo de contracción mantiene el músculo en tensión sin producir movi-
miento. Un ejemplo sería el de un bíceps que intenta superar una resistencia sin poder vencerla.
• Contracción isotónica: el músculo se acorta manteniéndose constante la tensión muscular. Los
sarcómeros se contraen. En el mismo ejemplo anterior, un bíceps que supera sin esfuerzo una
resistencia se moverá sin tener que modificar la tonicidad o la intensidad de la fuerza que realiza.

Para el trabajo muscular en equipo, los músculos se clasifican en agonistas o responsables del movimien-
to, antagonistas que se oponen al movimiento y sinergistas, que colaboran al mismo.

Tipos de fibras musculares

Existen varios tipos de fibras dependiendo de la composición y de la función de las mismas, que son
los siguientes:
• Las fibras de resistencia se denominan fibras rojas o de tipo I: poseen abundante irrigación en el
endomisio, gran contenido de la proteína mioglobina en su interior y poca acumulación de glicó-
geno. Se denominan rojas ya que la mioglobina es una proteína intracelular que capta oxígeno y
proporciona una coloración rojiza. El oxígeno es fundamental en este tipo de fibras puesto que
realizan un metabolismo de tipo aeróbico mediante el ciclo de Krebs y de la fosforilación oxida-
tiva. Son fibras de contracción lenta pero que no se fatigan.
• Las fibras de potencia se denominan fibras blancas o de tipo II: tienen menor irrigación que las
rojas, menos mioglobina, mayor acumulación de glicógeno, se fatigan rápidamente, son de con-
tracción rápida y ocupan una vía metabólica anaerobia (glicólisis) por lo que se acumula ácido
láctico. Existen dos variedades, las del subtipo II A, que se requieren en ejercicios o actividades
motrices de duración breve o rápida, mientras que las II B son demandadas en actividades o ejer-
cicios muy intensos y rápidos con muy poco acúmulo de glicógeno y de lípidos.

Las articulaciones van a permitir la interacción de los huesos del esqueleto con los músculos correspon-
dientes para poder realizar todo tipo de movimientos. Conociendo los movimientos que se realizan
en una articulación determinada y sabiendo localizar anatómicamente el lugar donde se produce el
movimiento, es posible deducir en la mayoría de ocasiones el nombre de un músculo determinado.

3.3.4. Espacios anatómicos

Hay unas zonas bien delimitadas en la anatomía que se deben resaltar por las relaciones y patologías que
sobre ellas se asientan, conocidas como espacios anatómicos, que son las que se enumeran a continuación:
• Triángulo de los escalenos: por debajo del músculo esternocleidomastoideo, donde asienta el
plexo braquial y la arteria subclavia.
• Triángulos del cuello: uno anterior, delimitado por el músculo esternocleidomastoideo en su
parte posterior (Figura 22), anteriormente por una línea central imaginaria, y en su parte superior
por la mandíbula. Este triángulo, a su vez, se divide en otros tres:
24
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

- El triángulo submandibular, que con-


tiene la glándula submandibular y las es-
tructuras de la zona superior del cuello.
- El triángulo carotídeo, donde se en-
cuentra la arteria carótida y la vena yu-
gular así como las estructuras nerviosas
cervicales.
- El triángulo muscular, que compren-

AF
de los músculos flexores de la zona
ventral del cuello.

Y otro posterior, con base inferior en la cla-


vícula, que se delimita por el músculo tra-
pecio en su zona posterior y por el ester-
nocleidomastoideo en su parte anterior.
• Axila: entre el brazo y la pared del tórax,
conteniendo los vasos axilares, nervios y
ganglios.
• Fosa cubital: en el pliegue de flexión del
codo, delimitada por el supinador largo por
fuera y el pronador redondo medialmente, Figura 22. Triángulos anatómicos del cuello
y que contiene la arteria humeral (para la
pulsación a la hora de tomar la tensión arterial), el nervio mediano y el tendón del músculo bíceps.
• La región lumbar: es un área anatómica comprendida entre el borde de la 12.ª costilla por arriba
y la cresta ilíaca por debajo, medialmente por el músculo dorsal ancho y lateralmente por el
borde posterior del oblicuo externo. En ella se localizan dos triángulos anatómicos, el inferior de
Petit y el superior de Grynfelt, y al ser una zona más débil pueden aparecer hernias.
• El triángulo femoral o de Scarpa: cuya base es el ligamento inguinal, por fuera el músculo sar-
torio y medialmente los aductores del muslo, engloba a los vasos femorales, al nervio crural y a
los ganglios (Figura 23).
• El conducto de Hunter de los aductores: por donde discurren los vasos femorales.
• El hueco poplíteo: en la parte posterior de la rodilla en forma de rombo, por el que pasan los va-
sos de la pierna y el nervio ciático. Formado por los músculos semimembranosos, bíceps femoral
y los dos gastrocnemios (gemelos).

3.3.5. Principales músculos del esqueleto

Cabeza

• M. temporal: inserción en mandíbula. Músculo elevador de la


mandíbula.
• M. buccinador: inserción en comisura bucal. Deglución. Mími-
ca facial (sonrisa).
• M. cigomático. Mímica facial (músculo de la risa).
• M. masetero. Inserción en mandíbula. Elevador mandibular.
• M. orbiculares de los párpados y la boca. Esfínteres de pár-
pados y boca.
• M. frontal. Tensor de aponeurosis epicraneal.
• M. elevador del labio superior.
• M. risorio, antagonista del zigomático.

Cuello

• M. digástrico. Descenso de la mandíbula.


• M. esternohioideo. Descenso del hioides, laringe y lengua.
• M. omohioideo. Tensor de las fascias cervicales.
• M. esternocleidomastoideo. Rota la cabeza hacia el lado
opuesto, con inclinación de la misma al lado del músculo que
se contrae.
• M. trapecio. Abducción y elevación del brazo.
• M. escaleno anterior, medio y posterior. Músculos profundos
en cara lateral que elevan la primera costilla. Contracción bila-
teral que provoca la flexión de la columna cervical.
• M. cutáneo del cuello, depresión inferior del mentón y labio
inferior.
• M. recto lateral que fija o flexiona el cuello a nivel cervical.
• M. suprahioideos, relacionados con el hueso hioides. Figura 23. Triángulo femoral

25
Anatomofisiología

Tórax

• M. pectoral mayor, aproxima el brazo y levanta el tórax.


• M. pectoral menor, baja el hombro y eleva las costillas.
• M. intercostales internos relacionados con la espiración forzada.
• M. intercostales externos para inspiración.
• M. diafragma, inserciones y movimientos complejos, aumenta el diámetro del tórax, separa el
tórax del abdomen e interviene en la mecánica respiratoria.
• M. dorsal ancho, músculo de la espalda que aproxima el hombro y lo lleva hacia atrás (retropropulsión).
• M. romboides, dorsal profundo al trapecio que retrae la escápula y rota la cavidad glenoidea.
• M. subclavio que baja la clavícula.
• M. serrato, movimientos costales y lleva la escápula hacia delante.

Abdomen

• M. recto abdominal para la flexión del tronco.


• M. oblicuo mayor, el más superficial.
• M. oblicuo menor, también para flexión lateral.
• M. oblicuo transverso, el más profundo.
• M. piramidal del abdomen, músculo pequeño por encima del pubis y delante del recto mayor.
• M. cuadrado de los lomos, o extensión de la columna. Inserción en cresta ilíaca.
• M. psoas ilíaco, músculo que se encarga de flexión de la cadera y rotación externa, pero está
situado a nivel profundo en el abdomen y se encarga de la estabilización de la columna lumbar.

Extremidad superior

• Hombro:
- Abducción: m. supraespinoso y m. deltoides.
- Aducción: m. pectoral mayor y m. dorsal ancho.
- Anteversión o antepulsión: m. pectoral mayor y m. deltoides.
- Retropulsión: m. redondo mayor, m. dorsal ancho, m. deltoides y m. de la escápula.
- Rotación interna y externa por la mayor parte de los anteriores y el manguito de los rotado-
res formado por los músculos supraespinoso, infraespinoso, subescapular y redondo menor.

• Codo:
- Flexión: m. bíceps, m. braquial anterior y m. flexores del antebrazo.
- Extensión: m. tríceps y m. ancóneo.
- Pronación: m. pronador redondo, m. pronador cuadrado y m. palmar mayor.
- Supinación: m. bíceps, m. supinadores y m. extensor del pulgar.

• Muñeca:
- Flexión: m. palmar mayor y m. cubital anterior.
- Extensión: músculos que cruzan la parte dorsal de la muñeca.
- Aducción: flexores y extensores radiales.

Extremidad inferior

• Cadera:
- Flexión (cara anterior): m. psoasilíaco, m. recto anterior y sartorio. Como al sentarse en una
silla o el movimiento final al pegar una patada a un balón.
- Extensión (cara posterior): m. glúteo mayor, el cual se inserta en la cara posterior del fémur y
otros en menor medida como el m. glúteo medio, m. piramidal y m. bíceps femoral.
- Abducción: m. glúteo mediano y m. glúteo menor.
- Aducción: músculos aductores de la parte interna del muslo.
- Rotación interna: m. tensor de la fascia lata y m. glúteos menor y medio.
- Rotación externa: m. glúteo mayor, m. psoas y m. sartorio.
- M. sartorio: este músculo merece una mención especial y es necesario conocerlo con mayor
profundidad. Se origina en la espina ilíaca anterosuperior, adoptando una trayectoria curvi-
línea por encima del m. cuádriceps, insertándose en la cara interna de la tibia junto con el
m. recto interno y el m. semitendinoso, formando la pata de ganso superficial. Es el músculo
más largo del organismo y sus funciones son la flexión, la abducción y la rotación externa de
la cadera y la flexión de la rodilla.

• Rodilla:
- Flexión (cara posterior): m. bíceps femoral, m. semimembranoso, m. semitendinoso, m. ge-
melos, sartorio y poplíteo.
- Extensión (cara anterior): m. cuádriceps femoral.
26
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

M. temporal M. frontal

M. orbicular ojo

M. cigomático menor

M. buccinador M. cigomático mayor


M. esternocleidomastoideo

AF
M. orbicular boca
M. trapecio
M. masetero
M. deltoides

M. pectoral mayor

M. serrato anterior M. recto anterior o abdominal

M. bíceps braquial M. oblicuo mayor

M. tensor de la fascia lata


M. recto anterior o femoral
M. psoasilíaco

M. pectíneo M. grácil o recto interno

M. aductor largo (mediano) M. sartorio

M. vasto externo M. vasto interno

M. gastrocnemio o gemelos
M. tibial anterior

M. soleo M. extensor largo de los dedos

M. bíceps femoral
M. esplenio M. digástrico M. aductor mayor

M. semitendinoso
M. elevador escápula
M. omohioideo
M. escaleno anterior
M. esternohioideo M. tracto iliotibial
M. escaleno medio
M. gracilis
M. escaleno posterior
M. semimembranoso M. plantar
M. esternocleidomastoideo
M. omohioideo inferior
M. trapecio
M. deltoides
M. gemelos

M. esplenio
M. trapecio
M. infraespinoso
M. deltoides
M. redondo menor
M. dorsal ancho
M. redondo mayor

M. gastrocnemio M. gastrocnemio
M. tríceps braquial
M. oblícuo esterno del abdomen M. peroneo largo

M. glúteo mayor M. soleo


Tracto t.
iliotibial 1.
Tendón
de aquiles

Figura 24. Localización de los principales músculos del organismo

27
Anatomofisiología

- Rotación interna: m. poplíteo.


- Rotación externa: m. tensor de la fascia lata y bíceps femoral.

• Tobillo:
- Flexión dorsal: m. tibial anterior, m. extensores de los dedos de la cara anterior de la pier-
na.
- Flexión plantar: m. gastrocnemios, m. soleo y flexores de los dedos de la cara posterior de la
pierna.

TEMA 4

SISTEMA NERVIOSO

4.1. INTRODUCCIÓN

Para que un organismo vivo pueda reaccionar ante un estímulo es necesario que exista un sis-
tema que regule y coordine una respuesta frente a dicho estímulo. En el cuerpo humano se en-
cargan el sistema endocrino y el sistema nervioso. El sistema endocrino interviene en reacciones
relativamente lentas, difusas y duraderas, mientras que el sistema nervioso actúa de manera más
rápida y precisa.

Así pues, el sistema nervioso recibe un estímulo externo o interno, lo analiza y emite órdenes para
poder ejecutar una respuesta específica. Para ello, se compone de una compleja red intercomunican-
te formada por células especializadas, las neuronas, las cuales poseen una propiedad específica que
las hace especiales: la excitabilidad o capacidad de transmitir un impulso nervioso.

El paso de información de neurona a neurona se realiza en un espacio denominado sinapsis. Es a este


nivel donde la neurona presináptica liberará una serie de mediadores químicos, los neurotransmiso-
res, que una vez unidos a receptores específicos de la neurona postsináptica, desencadenarán una
despolarización de la membrana, transmitiendo el impulso nervioso.

4.2. ESTRUCTURA DEL SISTEMA NERVIOSO

Desde el punto de vista anatómico, el sistema nervioso se divide en Sistema Nervioso Central (SNC) y
en Sistema Nervioso Periférico (SNP):
• El SNC está formado por el encéfalo, contenido en el cráneo, y la médula espinal, que discurre a
través del canal raquídeo. En el SNC, los cuerpos neuronales se encuentran agrupados formando
núcleos, láminas o columnas. Las prolongaciones citoplasmáticas (axones) se denominan fibras
nerviosas. Un conjunto de fibras nerviosas que transcurren unidas de una parte a otra del sistema
nervioso se llaman fascículos o haces de fibras.
• El SNP está constituido por todo el tejido nervioso fuera del encéfalo y de la médula espinal. Sus
principales componentes son los ganglios (grupos de células nerviosas), los plexos nerviosos
(entrecruzamiento de fibras nerviosas) y los nervios o raíces nerviosas (grupos de fibras nerviosas
que corren en paralelo).

Los nervios parten a pares del SNC, uno para cada lado del cuerpo. Los que salen del encéfalo se
denominan pares craneales (PC) (son un total de 12 pares craneales). Los que lo hacen de la médula
espinal se llaman nervios espinales.

Las fibras nerviosas que llevan la información que integra el SNC se denominan eferentes o motoras.
Las formadas por las prolongaciones de las neuronas de los ganglios del SNP se conocen como afe-
rentes o sensitivas, ya que son portadoras de la información desde la periferia hacia el SNC. Ambos
grupos de fibras discurren entremezcladas en los nervios.

A medida que un nervio se dirige hacia la periferia, se va ramificando, hasta acabar libremente
en forma de terminaciones nerviosas o finalizar relacionándose con órganos terminales especia-
lizados.
28
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

En el sistema nervioso también se encuentran células de sostén y tejido conectivo:


• Células de sostén o neuroglia:
- Neuroglia del SNC.
- Células ependimarias, que recubren los espacios huecos del cerebro y de la médula espinal.
- Células de Schwann en los nervios periféricos.
- Células satélite de los ganglios nerviosos periféricos.

• Tejido conectivo:

AF
- Meninges.
- Membranas cerebrales que rodean el SNC.
- Vasos sanguíneos.

Si el sistema nervioso se analiza desde el punto de vista funcional, se organiza en sistema nervioso
voluntario, que participará en las funciones voluntarias, y Sistema Nervioso Vegetativo (SNV), que será
el responsable del control de las acciones involuntarias.

4.3. NEUROHISTOLOGÍA

4.3.1. Neurona

La neurona es la célula nerviosa capaz de transmitir un impulso


nervioso. En ella se distinguen tres partes principales (Figura 25):
• Cuerpo celular o soma: donde se encuentran las diferentes
organelas citoplasmáticas y el núcleo celular. En el citoplasma
se localizan numerosas inclusiones fuertemente basófilas, que
son los cuerpos o gránulos de Nissl.
• Dendritas: son múltiples prolongaciones citoplasmáticas cor-
tas, recogen el estímulo de otras neuronas.
• Axón: es una prolongación citoplasmática única, mucho más
larga que las dendritas. A través de él discurrirá el impulso ner-
vioso hasta llegar a la parte final del axón o botón terminal.
La mayoría de axones están rodeados de una vaina de mielina
que no forma parte de la neurona.

En el sistema nerviosos se puede diferenciar entre sustancia blan-


ca y sustancia gris. La mielina que cubre los axones es la sustancia
que le da color blanco al tejido nervioso. La sustancia gris está for-
mada básicamente por los cuerpos neuronales.
Figura 25. Neurona

4.3.2. Sinapsis

La transmisión del impulso nervioso sólo se produce de una neurona a otra o efector como la
unión neuromuscular) en una única dirección. El lugar donde se transmite la información entre
neuronas se denomina sinapsis, y está compuesta por una membrana presináptica, un espacio
o hendidura sináptica y una membrana postsináptica. Los neurotransmisores (NT) son las bio-
moléculas que se liberan en el espacio sináptico. Fue don Santiago Ramón y Cajal quien planteo
que el sistema nervioso estaba constituido por neuronas individuales que se comunicaban por
contactos funcionales llamados sinapsis en contra de los científicos que concebían el sistema
nervioso conectado en la amplia red de forma continua.

En el botón terminal se encuentra un gran número de mitocondrias y de vesículas sinápticas en cuyo


interior se almacenan los mediadores químicos o neurotransmisores (acetilcolina, histamina, serotoni-
na, etc.) que serán liberados al espacio sináptico una vez llegue el impulso nervioso a través del axón.
Ya en el espacio sináptico, los neurotransmisores tendrán que contactar con receptores específicos
de la membrana postsináptica. Esta unión producirá un cambio de permeabilidad de la membrana
postsináptica, permitiendo el paso brusco de Na+ del espacio extracelular al interior de la célula. Como
consecuencia, se liberará K+ hacia el exterior celular. Este rápido flujo de iones producirá la despolari-
zación de la membrana postsináptica, hecho que permitirá que el impulso nervioso sea transmitido
a la neurona siguiente. Es importante remarcar que el impulso nervioso podrá excitar o inhibir a la
siguiente neurona, dependiendo de la respuesta que se pretenda obtener para que una sustancia sea
denominada neurotransmisor debe tener la siguiente serie de características:
• Ha de estar presente en la terminación nerviosa, presináptica.
• Debe sintetizarse a ese nivel y normalmente almacenarse en vesículas.
29
Anatomofisiología

Recuerda • Ha de liberarse por un potencial de acción calcio dependiente mediante exocitosis para una ac-
tividad específica de esa neurona.
Las vainas de mielina envuelven los ner- • Activará a un receptor en la terminación postsináptica produciendo siempre el mismo efecto,
vios y son producidas por las células de
aunque algunos receptores están localizados a nivel presináptico.
Schwann en el sistema nervioso periférico,
mientras que en el SNC son los oligodendro- • La inactivación del neurotransmisor se produce bien por reabsorción o bien por degradación
citos los responsables. química mediante enzimas.

Existen muy diferentes neurotransmisores como el glutamato y el aspartato, principales excitadores


cerebrales, el GABA inhibidor, la glicina, la serotonina, la dopamina, la noradrenalina, las βendorfinas
y otros péptidos como la metencefalina, la leuencefalina o las dinorfinas que cumplen estas caracte-
rísticas.

4.3.3. Neuroglia

La neuroglia está formada por un grupo de células de sostén que no es capaz de generar poten-
ciales de acción ni de transmitir el impulso nervioso. Sus principales funciones son las de producir
la vaina de mielina que envuelve a los axones mielínicos, aislar grupos neuronales y dar sostén
a la estructura nerviosa. Como ya se dijo, la forman las células de la neuroglia del SNC, las células
ependimarias, las células de Schwann en los nervios periféricos y las células satélite de los ganglios
nerviosos periféricos.

Células de la neuroglia del SNC

Se diferencian cuatro tipos distintos:


• Astrocitos: células de forma estrellada. Algunas de sus prolongaciones están en contacto con un
vaso sanguíneo, formando los procesos o pies perivasculares.
• Oligodendrocitos: encargados de la producción de mielina en el SNC.
• Microglia: se transforman en macrófagos si hay daño tisular.
• Células ependimarias: son células que recubren el epéndimo, canal de disposición central que
recorre toda la médula espinal y los ventrículos cerebrales.

Células de Schwann

Las células de Schwann son las que producen


las vainas de mielina que envuelven a los ner-
vios periféricos mielínicos. En un mismo axón
es posible encontrar varias células de Schwann.
Entre éstas se pueden observar unos espacios
o soluciones de continuidad denominados nó-
dulos de Ranvier. La función de la mielina es la
de aislar el axón para que el impulso nervioso
pueda transmitirse a mayor velocidad. Es im-
portante destacar que existen fibras nerviosas
amielínicas.

4.3.4. Meninges, ventrículos


cerebrales y LCR

Meninges

Las meninges son tres capas de tejido co-


Figura 26. Célula de Schwann nectivo que recubren el cerebro y la médula
espinal (SNC). Estas capas son las siguientes
(Figura 27):
• Piamadre: capa más interna que recubre la superficie del tejido nervioso, estando íntimamente
unida a este último.
• Aracnoides: capa intermedia. Entre la piamadre y la aracnoides se encuentra un espacio trabecu-
lado, el espacio subaracnoideo, por donde circula el líquido cefalorraquídeo (LCR). La aracnoides
no contiene vasos.
• Duramadre: es la capa más externa, íntimamente pegada a la aracnoides, aunque existe un es-
pacio entre ambas, el espacio subdural, que contiene una pequeña cantidad de líquido. En el
cráneo, la duramadre está adherida al periostio interno, mientras que a nivel del canal raquídeo
no lo está, razón por la que se observa el espacio epidural, que contiene plexos vasculares y tejido
adiposo.
30
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

Ventrículos cerebrales

El SNC se desarrolla a partir del tubo neural. En


la médula espinal, persiste el espacio central en
forma de estrecho tubo, el canal ependimario. A
nivel del encéfalo, la cavidad se ensancha, for-
mando cuatro cavidades, denominadas ventrí-
culos. Se describen dos ventrículos laterales en

AF
los hemisferios cerebrales, el tercer ventrículo
en el diencéfalo y el cuarto ventrículo en la pro-
tuberancia y el bulbo. Todos ellos están ocupa-
dos por el líquido cefalorraquídeo.

Líquido Cefalorraquídeo (LCR)

El líquido cefalorraquídeo es un líquido claro


y transparente que baña el SNC. Sus principa-
les funciones son la de alimentar a las células
nerviosas y amortiguar los golpes que pueda
sufrir el SNC.
Figura 27. Corte coronal de las meninges

La mayor parte de su producción se lleva a cabo


a partir de la sangre de los plexos coroideos lo-
calizados en los ventrículos cerebrales. Desde
ellos, el LCR se distribuye hacia el epéndimo y
el espacio subaracnoideo. Es en el cuarto ven-
trículo, y a través de los agujeros de Luschka y
Magendie, donde el LCR pasa al espacio suba-
racnoideo, rellenándolo completamente. El LCR
vuelve al torrente circulatorio a través de las ve-
llosidades aracnoideas, que son prolongaciones
de la aracnoides que atraviesan la duramadre
para poder contactar con los senos venosos ce-
rebrales. Con la edad se depositan sales de cal-
cio en las vellosidades aracnoideas, formando
las granulaciones de Pacchioni (Figura 28).

4.3.5. Receptores sensoriales

Los receptores sensoriales son terminaciones


nerviosas o células especializadas que con-
vierten los estímulos procedentes del medio
externo o interno en impulsos nerviosos que
llegarán al SNC, donde se producirá una res-
puesta adecuada, ya sea voluntaria o involun-
taria. Funcionalmente se dividen en:
• Exteroceptores: se sitúan en la superfí-
cie corporal o cerca de ella y responden a
estímulos externos, como presión, dolor,
temperatura cutánea, visión, audición,
gusto y olfato. Entre los órganos sensitivos
cutáneos se encuentran los corpúsculos Figura 28. Circulación del líquido cefalorraquídeo
táctiles de Meissner y los corpúsculos la-
minados de Vater-Pacini, las terminacio-
nes de Merkel o meniscos táctiles y las terminaciones de Ruffini (estos dos últimos son mecano-
rreceptores).
• Propioceptores: responden a estímulos producidos en los tejidos más profundos, como son las
articulaciones, los tendones y los músculos. Están relacionados con el movimiento y con la posi-
ción. Entre ellos cabe destacar los órganos neurotendinosos de Golgi, los husos neuromuscula-
res, los corpúsculos profundos de Paccini, etc.
• Interoceptores: obedecen a estímulos de vísceras e incluyen a los quimiorreceptores sanguí-
neos, los barorreceptores vasculares, los receptores del estado de distensión de vísceras huecas y
los receptores para sensaciones más subjetivas, como el dolor visceral, el hambre, la sed, el placer
y la enfermedad.

Respecto al dolor como estímulo, es preciso recordar que el dolor se produce por la activación de los
diferentes receptores en distintas zonas del cuerpo. Los tipos de dolor son los siguientes:
31
Anatomofisiología

• El dolor visceral: es el que se produce en las vísceras de origen en los plexos habitualmente del
intestino (Meissner y Auerbach) y que intenta ser localizado, pero puede ser difuso también; se
acompaña de reacción autonómica y aunque se localiza en la zona donde suele estar la víscera,
puede ser reflejo en otra localización. Por ejemplo, un dolor visceral de vesícula biliar duele en
hipocondrio derecho pero también en el hombro derecho posterior por usar la misma área cutá-
nea en cuanto a la inervación.
• El dolor somático: es el que tiene lugar en el resto del cuerpo salvo nervios o SNC; habitualmente
se refiere como profundo si se produce en los músculos y en las articulaciones, y superficial, si
lo hace en la piel. Es localizado en un área específica; en el caso del superficial se acompaña de
quemazón y en el profundo de reacción autónoma.
• El dolor neuropático: es el resultante de lesiones en vías nerviosas, como por ejemplo la neural-
gia del trigémino o las alteraciones sensitivas de miembro fantasma. Normalmente es más difuso
y sin estímulo evidente. Aunque a veces puede haber detonantes gatillo que lo reproduzcan,
como puede ser un estornudo o un estímulo táctil en una zona determinada (zona gatillo).
• El dolor psicógeno: que si bien el daño existe o existió en un momento, aparece amplificado y
distorsionado acompañado de problemas psicológicos como ansiedad o depresión.

4.4. SISTEMA NERVIOSO VEGETATIVO


O AUTÓNOMO SNV

El Sistema Nervioso Vegetativo (SNV) inerva al músculo liso, al corazón y a las células glandulares,
representando un mecanismo nervioso de regulación del estado de actividad de los órganos.

Está formado por dos tipos de fibras nerviosas: simpáticas y parasimpáticas. La mayor parte de órganos
están inervados por ambos tipos, siendo el efecto que producen antagónico. Cuando el organismo
se prepara para una agresión o está en peligro, se activa el sistema simpático; así, es posible obser-
var cómo reaccionarán los diferentes órganos: dilatación pupilar, aumento de la frecuencia cardíaca,
broncodilatación, vasoconstricción periférica, disminución de la secreción salivar. Todo ello está en-
caminado a permitir al organismo la huida o la lucha frente a la agresión. Si se manifiesta el sistema
parasimpático, se producirán los efectos contrarios a los descritos, como la miosis, la bronconstricción,
bradicardia, el aumento de la motilidad intestinal, la vasodilatación y el aumento de secrecciones.

El nervio que lleva la información parasimpática de la mayoría de vísceras huecas es el X par craneal
o nervio vago o neumogástrico.

4.5. ANATOMÍA MACROSCÓPICA


DEL SISTEMA NERVIOSO

El sistema nervioso está dividido, como ya se ha explicado antes, en dos partes: sistema nervioso
central (SNC), formado por el encéfalo y la médula espinal, y el sistema nervioso periférico (SNP).

4.5.1. Sistema nervioso central (SNC)

En el sistema nerviosos central, macroscópicamente, se observan dos tipos de tejidos diferenciados


(Figura 29): la sustancia gris, que contiene los cuerpos celulares, y la sustancia blanca, que incluye los
axones cubiertos de mielina.

Al hacer cortes del SNC, se observa que en el encéfalo la sustancia gris se encuentra en la capa más
externa (córtex o corteza cerebral donde residen los cuerpos neuronales) y en algunos núcleos basa-
les en zonas profundas de la sustancia blanca como el cuerpo estriado importante para el control de
los movimientos voluntarios, mientras que en la médula espinal, la sustancia gris se puede apreciar
en el interior del parénquima nervioso, rodeando al epéndimo. En cortes axiales medulares, la sus-
tancia gris adopta una forma de mariposa.

Encéfalo

El encéfalo es la parte del SNC que se encuentra en el interior del cráneo. Tiene tres partes principales:
• Encéfalo anterior:
- Telencéfalo: formado por los dos hemisferios cerebrales o cerebro.
32
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

- Diencéfalo: porción situada en el in-


terior del encéfalo donde se localizan
dos áreas importantes: el tálamo y el
hipotálamo. A nivel de este último,
y unida al mismo por un tallo, se en-
cuentra la glándula hipófisis, que está
alojada en la silla turca del esfenoides.

AF
• Encéfalo medio: constituido por el mesen-
céfalo, donde se encuentran los cuerpos
cuadrigéminos.
• Encéfalo posterior:
- Cerebelo: encargado de la coordina-
ción del movimiento y del equilibrio.
- Protuberancia: contiene los núcleos de
algunos pares craneales. Sus funciones
son las de regulación y control del orga-
nismo.
- Bulbo raquídeo: es la parte terminal
del encéfalo que acaba dando origen a
la médula espinal, a nivel del foramen
magno occipital. Como funciones de-
sarrolla las de regulación y control del
organismo.

• La formación reticular: es una red cerebral


de neuronas interconectadas con núcleos a Figura 29. Anatomía macroscópica del encéfalo
nivel del tronco del encéfalo y sus conexio-
nes, como el sistema reticular activador as-
cendente (SRAA) que es un conjunto de neuronas que mantiene el estado de alerta y vigilia en el
tronco del encéfalo mandando conexiones a diferentes zonas de la corteza cerebral y produciendo
la habituación de los estímulos sensoriales tanto auditivos, olfatorios, gustativos o táctiles, así como
funciones de mantenimiento postural, control de sensibilidad somática y visceral del dolor, mante-
nimiento endocrino y del sistema nervioso autónomo.

Anatomía descriptiva del encéfalo

El cerebro, constituido por dos hemisferios cerebrales, es la parte


más voluminosa del encéfalo. En la superficie externa del cerebro
se observan una serie de repliegues, las circunvoluciones cerebra-
les, separadas entre ellas por unos surcos o cisuras. Cada hemis-
ferio cerebral está formado por cuatro lóbulos: frontal, temporal,
parietal y occipital. La unión entre los dos hemisferios se realiza
a nivel del cuerpo calloso, estructura que se puede observar en
profundidad si se separan los hemisferios cerebrales. Existen tres
cisuras importantes: la cisura interhemisférica, que separa ambos
hemisferios cerebrales; la cisura de Rolando, que distingue el ló-
bulo frontal del parietal; y la cisura de Silvio, que separa el lóbulo
temporal de los lóbulos frontal y parietal.

En el lóbulo frontal reside la motricidad y las funciones de pensa-


miento, impulso, comportamiento sexual, sociabilidad y las funcio-
nes cognitivas superiores, así como la producción del lenguaje. El
lóbulo parietal es principalmente sensitivo, mientras que el lóbulo
temporal se especializa en la memoria y el lóbulo occipital, en la
visión. De todas formas el cerebro no funciona de modo zonal es-
pecífico, sino que para procesar una imagen o recuperar una infor-
mación de la memoria se activan varias zonas de un modo mucho
más complejo que todavía no se ha comprendido con profundidad.

El sistema límbico está formado por un anillo alrededor del tronco


cerebral compuesto por estructuras como el bulbo olfatorio, la cir-
cunvolución del cíngulo, la amígdala cerebral, el hipocampo y los nú-
cleos septales que se encarga de las bases nerviosas de los estados
de ánimo como la emoción, motivación, miedo e impulso sexual.

La vascularización del encéfalo proviene de la anastomosis de


una doble afluencia de sangre que acaba formando lo que se
denomina polígono arterial de Willis. La sangre procede, por una Figura 30. Vascularización del tronco del encéfalo y polígono de Willis
33
Anatomofisiología

parte, de las arterias carótidas internas y, por otra, de la arteria basilar, constituida por la unión de
las dos arterias vertebrales (Figura 30).

Médula espinal

La médula espinal es la parte del SNC que se encuentra en el interior del canal raquídeo. En su sec-
ción transversal se observa un surco anterior y otro posterior, el epéndimo, en el medio del corte
y la sustancia gris envolviendo al epéndimo, adoptando la forma de mariposa. La médula espinal
desciende por el canal medular hasta la altura de la segunda vértebra lumbar a partir de la cual dis-
minuye mucho el tamaño formando un cordón fibroso llamado filum terminal.

Al igual que el cerebro, está rodeada por capas de tejido conectivo que se encargan de nutrirla y
de protegerla. Pegada a ella en su parte más interna está la piamadre, lateralmente se encuentra la
aracnoides (también conocida junto con la piamadre como leptomenige) y en la capa más externa,
la duramadre o paquimeninge. El espacio subaracnoideo quedaría interno a la aracnoides. El espacio
por debajo de la duramadre o subdural es más externo y el espacio epidural se sitúa por fuera de la
duramadre con plexos vasculares y tejido adiposo.

De la médula espinal parten, a pares, los nervios espinales. A lo largo de la médula discurren una
serie de cordones nerviosos que llevarán los diferentes tipos de información (estímulo-respuesta)
para que el organismo pueda desenvolverse en su entorno. Las vías descendentes o motoras son las
siguientes (Figura 31):
• Fascículo geniculado: las órdenes motoras por él vehiculizadas dirigen la motilidad de la
cabeza.
• Vía piramidal o vía corticoespinal: las órdenes motoras por él vehiculizadas dirigen la motilidad
voluntaria de las extremidades superiores e inferiores contralaterales (Figura 31).
• Vía extrapiramidal: es un sistema que nace
de la formación reticular en el tronco del
encéfalo y se dirigen a neuronas de la mé-
dula para el control involuntario del tono
postural, modulación de los movimientos
voluntarios de la vía piramidal, reflejos,
equilibrio, movimientos complejos y loco-
moción. Compuesto por las vías rubroespi-
nal, tectoespinal, vestibuloespinal y reticu-
loespinal.

Las vías ascendentes de la sensibilidad son las


que se citan a continuación:
• Fascículo espinotalámico que se divide en:
- Fascículo espinotalámico lateral: con-
duce la sensibilidad térmica y dolorosa
contralateral.
- Fascículo espinotalámico anterior: lle-
va la sensibilidad protopática contrala-
teral (tacto grosero).

• Fascículos espinobulbares o de Goll y Bur-


dach: conducen la sensibilidad táctil epicrí-
tica y la propioceptiva consciente, ambas
homolaterales. Sus fibras se decusan a nivel
bulbar.
• Fascículos espinocerebelosos: canalizan la
sensibilidad propioceptiva inconsciente.

4.5.2. Sistema Nervioso Periférico (SNP)

El sistema nervioso periférico está formado


por los pares craneales y los nervios espinales.

Pares craneales

Son nervios que salen a pares directamente


del encéfalo, llegando al exterior mediante
diferentes agujeros del cráneo (Figura 32).
Figura 31. Esquema de las vías motoras de la médula espinal
Pueden transportar información motora,
34
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

sensitiva o ambas a la vez. Algunos de ellos


están muy relacionados con el sistema vege-
tativo. Existen 12 pares craneales, que son los
siguientes:
• I PC. Nervio olfatorio: nervio sensorial que
recoge la información olfativa recibida en
la nariz.
• II PC. Nervio óptico: nervio sensorial que

AF
reúne toda la información visual que capta
la retina.
• III PC. Nervio Motor Ocular Común
(MOC): nervio motor que inerva todos los
músculos extrínsecos del ojo, menos el
recto externo y el oblicuo mayor.
• IV PC. Nervio patético o troclear: nervio
motor que inerva el músculo oblicuo ma-
yor del ojo.
• V PC. Nervio trigémino: nervio motor
y sensitivo, está formado por tres raíces
nerviosas (Va, Vb, Vc) que transmiten la
información sensitiva de la cara, el cue-
ro cabelludo, la boca, los dientes y la
nariz. Es el responsable de la inervación
motora de los músculos de la mastica-
ción.
• VI PC. Nervio Motor Ocular Externo
(MOE): nervio motor que inerva el múscu- Figura 32. Base del cráneo con los orificios de salida de los pares craneales
lo recto externo del ojo.
• VII PC. Nervio facial: nervio motor y sen-
sitivo que inerva la musculatura facial y
transporta la sensibilidad gustativa de los
2/3 anteriores de la lengua.
• VIII PC. Nervio auditivo o estatoacústico:
nervio exclusivamente sensitivo. Trans-
mite la información auditiva que se ge-
nera en el órgano de la audición (órgano
de Corti) y la información del órgano del
equilibrio.
• IX PC. Nervio glosofaríngeo: nervio mo-
tor y sensitivo que inerva al músculo
estilofaríngeo, transmite la sensibilidad
gustativa del tercio posterior de la lengua
y transporta la información sensitiva de la
faringe y de las amígdalas.
• X PC. Nervio vago o neumogástrico: ner-
vio motor y sensitivo (sensibilidad vegeta-
tiva). Inerva la mayoría de los músculos de
la laringe y la musculatura lisa (sistema ve-
getativo) de la mayoría de vísceras huecas,
vasos, bronquios y corazón.
• XI PC. Nervio espinal: nervio motor que
inerva al músculo trapecio y parte del es-
ternocleidomastoideo.
• XII PC. Nervio hipogloso: nervio motor.
Inerva la musculatura de la lengua.
Figura 33. Corte transversal de la médula espinal

Nervios espinales

En los espacios intervertebrales posteriores, a nivel del agujero de conjunción que se observa entre
dos vértebras contiguas, es donde se localiza la salida de los nervios espinales. Estos nervios están
formados por raíces anteriores o motoras que llevan la información eferente y por raíces posteriores
sensitivas de fibras aferentes, con su ganglio sensitivo dorsal situadas en el espacio subaracnoideo
del canal medular (Figura 33).

Los nervios salen en todas las vértebras, formando plexos a nivel cervical, braquial, lumbar y
sacro, y los últimos pares espinales forman la denominada cola de caballo que discurre hasta
el cóccix sin ya presencia de médula. Existen un total de 31 pares de nervios espinales que se
distribuyen de la siguiente forma: ocho cervicales, doce torácicos, cinco lumbares, cinco sacros
y un coccígeo.
35
Anatomofisiología

El plexo espinal, formado por los primeros


cuatro nervios espinales, dan ramas para los
músculos del cuello, y el nervio frénico, que
inerva al diafragma. El plexo braquial, situa-
do en el triángulo de los escalenos, formado
por las cinco raíces de C5 a D1, de donde van
a salir los nervios que inervan la extremidad
superior que son:
• N. axilar o circunflejo: para los músculos
del hombro.
• N. musculocutáneo: inerva a los músculos
de la cara anterior del brazo.
• N. radial: inerva toda la cara dorsal del bra-
zo y del antebrazo.
• N. mediano: para los músculos de la cara
ventral del antebrazo.
• N. cubital: músculos del borde cubital
del antebrazo y tercer y cuarto dedos.
También inerva todos los músculos lum-
bricales.

El plexo lumbar, formado por las cuatro prime-


ras raíces lumbares, del que salen los siguien-
tes nervios:
• N. crural o femoral: para inervar el músculo
psoas y el cuádriceps femoral.
• N. obturador: que sale por el agujero obtu-
rador e inerva los músculos aductores.

El plexo sacro, de las últimas dos raíces lumba-


res y todas las ramas sacras, de las cuales se
va a formar:
• N. ciático: que se dividirá en dos para dar
raíces motoras y sensitivas al resto de la
pierna y del pie.
• N. pudendo: que proporciona las ramas
que forman los nervios rectales inferiores,
y dos ramas terminales: el nervio perineal,
y el nervio dorsal del clítoris (en las mu-
Figura 34. Vías sensitivas de la médula espinal jeres) o el nervio dorsal del pene en los
varones.

TEMA 5

APARATO CARDIOCIRCULATORIO

5.1. ANATOMÍA CARDÍACA

El corazón es la bomba muscular que impulsa sangre mediante contracciones rítmicas a través del
aparato circulatorio. Se localiza a nivel torácico, en una cavidad comprendida entre los pulmones,
la columna vertebral y el esternón, denominada mediastino. El corazón está envuelto por un saco
fibroseroso, el pericardio.

El mediastino es el espacio extrapleural situado en el nivel medio en la caja torácica delimitado por
el diafragma en su cara inferior, los pulmones a los lados, la columna vertebral en su cara dorsal
posterior, el esternón en su cara anterior y por la primera costilla y el istmo cervical en su límite
superior.

En él se incluyen estructuras como el corazón y los grandes vasos, el timo, los ganglios linfáticos,
la traquea y los bronquios principales, el esófago y algunos nervios, como el vago. A su vez está
dividido en cuatro regiones topográficas que son: el mediastino superior, anterior, medio y pos-
terior.
36
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

5.1.1. Organización general del corazón

El corazón está formado por cuatro cavidades, dos superiores, las


aurículas derecha e izquierda, por donde le llegará la sangre, y dos
inferiores, los ventrículos derecho e izquierdo, desde los que se en-
viará la sangre a la circulación general.

AF
La sangre venosa procedente de las venas cavas superior e infe-
rior entra al corazón por la aurícula derecha, donde pasará al ven-
trículo derecho a través de la válvula auriculoventricular derecha
o válvula tricúspide, formada por tres valvas. Sale del ventrículo
derecho hacia la arteria pulmonar a través de la válvula semilu-
nar derecha o válvula pulmonar, formada por tres valvas. De aquí,
la sangre se dirige hacia los pulmones para ser oxigenada a nivel
alveolar. A través de las venas pulmonares, dos derechas y dos
izquierdas, regresa de nuevo al corazón, entrando en la aurícula
izquierda y completando el ciclo de la circulación menor. Atra-
viesa la válvula auriculoventricular izquierda o válvula mitral,
constituida por dos valvas, para llegar al ventrículo izquierdo.
Finalmente abandonará el ventrículo izquierdo, pasando por la
válvula semilunar izquierda o válvula aórtica, de tres valvas, en-
trando a la circulación general a través de la arteria aorta, que
llevará la sangre oxigenada por todo el organismo hasta volver
a la aurícula derecha de nuevo (Figura 35). A este recorrido se le
denomina circulación mayor.
Figura 35. Cavidades cardíacas
En el interior de los ventrículos existen unos músculos, los mús-
culos papilares, que se unen a los bordes de las válvulas mitral y
tricúspide a través de las cuerdas tendinosas, de forma que evitan que las válvulas auriculoventricu-
lares se vayan hacia las aurículas durante la contracción ventricular tirando de los extremos de las
hojuelas hacia el ventrículo.

La pared del corazón, al igual que el resto de componentes del sistema circulatorio, está formada
por tres capas:
• Endocardio: recubre la superficie interna de las cavidades cardíacas.
• Miocardio: capa media de músculo estriado involuntario. Es la capa más gruesa.
• Epicardio: corresponde a la capa visceral del pericardio y recubre la superficie externa del cora-
zón, formando una delgada membrana serosa. La capa parietal del pericardio es también una
membrana serosa. Dado que se trata de superficies lisas y húmedas, el epicardio y el pericardio
parietal se deslizan entre sí casi sin fricción durante los movimientos cardíacos.

La oxigenación y la nutrición de los tejidos cardíacos se realiza a expensas de las arterias coronarias
Recuerda
derecha e izquierda, que nacen de la aorta ascendente a la altura de los senos aórticos derecho e Las arterias coronarias salen de los senos
izquierdo (senos de Valsalva), localizados a nivel de las valvas de la válvula aórtica. En su trayecto por de Valsalva de la válvula aórtica. La coro-
la superficie del corazón, discurren a nivel subepicárdico, es decir, por debajo del pericardio visceral. naria derecha da la rama interventricular
La arteria coronaria izquierda, que irriga predominantemente el ventrículo izquierdo, consta de un posterior en la mayoría de los casos deno-
minándose dominancia derecha; la coro-
tronco, que se divide en dos grandes ramas, la descendente anterior (se dirige hacia el ápex a lo largo
naria izquierda se divide en dos ramas, la
del surco interventricular anterior) y la circunfleja (que en el 45% de los casos origina la arteria del descendente anterior y la circunfleja que
nodo sinusal). De la arteria coronaria derecha, que irriga el ventrículo derecho, nace la arteria corona- en un 15-20% de los casos dará la rama
ria descendente posterior o interventricular posterior en el 80% de los casos (dominancia derecha); posterior y se denominará dominancia
de ella nace la arteria para el nodo A-V. La irrigación por las arterias coronarias es relativamente izquierda.
constante durante la diástole ventricular.

El drenaje venoso puede hacerse a través del seno coronario (las venas coronarias que en él desem-
bocan se disponen junto a las arterias coronarias), que lo hace en la aurícula derecha, o por drenaje
venoso directo a las cámaras cardíacas.

5.2. FISIOLOGÍA CARDÍACA

5.2.1. Sistema de conducción cardíaca

El corazón contiene fibras musculares especializadas que regulan la contracción de las aurículas y de
los ventrículos en una secuencia adecuada, cuyo resultado es la eyección de una cantidad constante
de sangre.
37
Anatomofisiología

En la aurícula derecha, existe un grupo de células capaces de ge-


nerar una onda de despolarización sin influencias externas. Es el
nódulo sinusal de Keith y Flack, llamado a menudo marcapasos del
corazón, y que se localiza en la zona anterior de la desemboca-
dura de la vena cava superior. El ritmo que en él se origina puede
ser modificado por el sistema nervioso vegetativo; la estimulación
simpática aumenta la frecuencia cardíaca, mientras que la para-
simpática (nervio vago), la disminuye.

El impulso nervioso originado en el nódulo sinusal es llevado por


fibras musculares auriculares hasta el nódulo auriculoventricular de
Aschoff-Tawara, que se localiza en el surco interauricular, próximo
al septo membranoso interventricular. A partir de aquí discurre
por el fascículo auriculoventricular o haz de His, que se divide en
dos ramas, derecha e izquierda (una para cada ventrículo). Estas
ramas acabarán formando una red subendocárdica terminal, las
fibras de Purkinje.

La frecuencia de despolarización del nodo sinusal supera los 60 la-


tidos por minuto (lpm), la del nódulo A-V suele estar entre 40 y 60
lpm, mientras que la del sistema de Purkinje es inferior a 40 lpm.

5.2.2. Excitabilidad y conducción cardíaca

El interior de las células cardíacas es electronegativo, mientras que el


exterior es positivo, de tal manera que se establece un potencial de
membrana de reposo de -80 a -100 mV. Este potencial negativo es
mantenido por la acción de una bomba sodio ATPasa-dependiente:
del interior celular saca tres iones Na+ e introduce dos iones K+, del
tal modo que el Na+ está muy concentrado en el exterior celular y
poco en el interior, mientras que al K+ le sucede lo contrario, posee
alta concentración intracelular y escasa extracelular.

Para que las células musculares cardíacas se contraigan necesitan


de un impulso eléctrico que es originado en unas células especiali-
zadas, las células marcapaso, en las que existe una despolarización
espontánea. Además, estas células musculares cardíacas poseen
la propiedad de ritmicidad que comparten con neuronas y células
musculares lisas tomando como base la actuación de las bombas
Na+/K+, en especial de esa entrada espontánea de Na+ que co-
Figura 36. Anatomía del corazón mienza la despolarización. Dentro de este proceso de despolariza-
ción, existen unas fases que son las que se detallan seguidamente
(Figura 38):
• Cuando el potencial de membrana disminuye hasta un “poten-
cial umbral” de unos –60 mV, en las células marcapasos se abren
unos canales rápidos de sodio, que por difusión facilitada permi-
ten la entrada de grandes cantidades de sodio, invirtiéndose el
potencial de membrana (se hace positivo). Ésta es la fase 0 del
potencial de acción o fase de despolarización rápida.
• Las fases 1 y 2, también llamadas de meseta, se caracterizan
por una salida de K+ del interior celular y una entrada lenta de
Ca2+ al interior celular, manteniéndose así ligeramente positivo
el potencial de membrana.
• La fase 3, o de repolarización, se caracteriza por la salida de K+,
que conduce al restablecimiento del potencial de membrana
de reposo, de aproximadamente-90 mV.
• Por último, en las células marcapaso, tras la fase 3 se produ-
ce una entrada lenta de K+, que produce una despolarización
lenta del potencial de membrana (fase 4 o de despolarización
lenta), hasta alcanzar el potencial umbral, apareciendo una
nueva despolarización rápida.

5.2.3. Bases celulares de la contracción cardíaca

El tejido miocárdico está constituido por células de músculo es-


Figura 37. Sistema de conducción cardíaca triado, formado por fibrillas de disposición en paralelo. Cada fi-
38
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

brilla tiene estructuras que se repiten en serie, las sarcómeras,


consideradas la unidad de contracción muscular. Estas sarcómeras
contienen filamentos finos y gruesos:
• Filamentos finos: formados principalmente por dos molécu-
las de actina. También contienen tropomiosina y troponina.
En reposo, la tropomiosina impide la interacción de actina y
miosina.
• Filamentos gruesos: compuestos principalmente por molécu-

AF
las de miosina.

En el microscopio se alternan bandas oscuras (A) y bandas claras


(I). En las bandas A hay filamentos finos y gruesos, mientras que en
las bandas I sólo hay filamentos finos. En el centro de cada banda
I hay una línea oscura, la línea Z, zona de unión de los filamentos
finos de una sarcómera y otra. Por tanto, una sarcómera estará li-
mitada por dos líneas Z. En el centro de la banda A hay una línea, la
línea M, hacia la que se orientan las partes globulares de la miosina
(véase Figura 20).

Durante la contracción, la longitud de los filamentos no varía. Los


filamentos de actina se deslizan hacia el centro de la banda A, de
Figura 38. Fases del potencial de acción cardíaco
tal modo que ésta no se modifica durante la contracción, mientras
que la banda I se acorta, aproximándose de este modo las líneas Z
(lo que supone el acortamiento de las sarcómeras).

Para la interacción de actina y miosina es imprescindible la participación del calcio y del ATP. El calcio
se une a la troponina C, cambiando la configuración de la tropomiosina y permitiendo la interacción
actina-miosina. El ATP es necesario no sólo para dicha interacción, sino también para la disociación
de actina y miosina (relajación muscular).

5.2.4. Mecanismos de contracción cardíaca

Para comprender la contracción cardíaca es importante tener claros los siguientes conceptos:
Recuerda
• Volumen telediastólico (VTD): es el volumen ventricular al final de la diástole, justo antes de la En la fase 0 entra Na+ rápido y se despo-
contracción ventricular (aproximadamente 110-120 ml). Depende de la precarga, del tiempo de lariza; en la fase 1 y 2 de meseta entra
diástole (si se acorta la diástole, disminuye el VTD) y de la compliance ventricular. Ca2+; en la 3 sale K+ de la célula repolari-
• Volumen de eyección, sistólico o volumen latido (VS): es el volumen que bombea el ventrículo zándose y al final vuelve a la normalidad
entrando de nuevo el K+.
en cada latido (aproximadamente 70 ml).
• Volumen telesistólico (VTS): se define como el volumen que queda en cada ventrículo al final de
la sístole, tras la eyección ventricular (VTS = VTD – VS) (aproximadamente entre 40-50 ml).

También es necesario conocer la ley de Frank-Starling: la tensión


desarrollada por una fibra muscular al contraerse está en relación
directa con la longitud inicial de la fibra (determinada por el VTD,
es decir, cuanto más lleno esté el ventrículo, con más fuerza se
contraerá), hasta llegar a un límite a partir del cual aumentos de
la longitud inicial de la fibra no conseguirán incrementar la fuerza
contráctil de la misma, sino disminuirla. Esta ley relaciona la pre-
carga (longitud) con el volumen sistólico de eyección (Figura 39).

Por tanto, el volumen sistólico de eyección dependerá de:


• La precarga (o longitud del músculo al inicio de la contrac-
ción): este término puede equipararse al VTD. La precarga, a su
vez, se verá regulada por:
- Volemia total (disminuida en hemorragias, deshidratacio-
nes, etc.).
- Retorno venoso (dificultado por la venodilatación, la bi-
Figura 39. Ley de Frank-Starling
pedestación, el aumento de presiones intratorácicas e
intrapericárdicas; facilitado por el decúbito, la actividad
muscular, el aumento del tono venoso que se produce, por
ejemplo, con las respiraciones profundas, etc.).
- Contracción auricular: como se verá en el ciclo cardíaco, la contracción auricular colabora
en el llenado ventricular. Situaciones que disminuyen dicha colaboración son la fibrilación
auricular, la disociación AV, etc.

• La contractilidad miocárdica: es la capacidad intrínseca del corazón para contraerse y bombear


la sangre independientemente del VTD. Ésta aumenta con la acción de los inotrópicos positivos
(catecolaminas, simpaticomiméticos, digitálicos) y disminuye con la acción de los inotrópicos
39
Anatomofisiología

negativos (antagonistas del calcio, β-bloqueantes, etc.) y en situaciones como la hipoxia, la aci-
Recuerda dosis, la hipercapnia...
La precarga se relaciona con el VTD y la • La postcarga cardíaca: equivale a la tensión de la pared del ventrículo izquierdo durante la
tensión de la fibra muscular a través de eyección. Según la ley de Laplace, la tensión de la pared es directamente proporcional a la
la ley de Frank-Starling, mientras que la presión intraventricular y al radio de la cavidad, e inversamente proporcional al grosor de la
postcarga equivale a la presión sistólica y pared. La presión intraventricular está directamente relacionada con la presión aórtica y las re-
se rige por la ley de Laplace. sistencias arteriales periféricas (el ventrículo izquierdo debe vencer la presión aórtica durante
la eyección).

5.2.5. Hemodinámica

Para que todos los componentes del organismo tengan un apor-


GC = VS x FC
te adecuado de sangre, es necesario que existan mecanismos de
VS: volumen sistólico regulación del flujo sanguíneo. Como el sistema vascular es un
FC: frecuencia cardíaca circuito cerrado con un volumen de sangre constante, cuando un
órgano necesite más aporte de sangre, será necesario disminuir
el flujo en otros compartimentos.

Se denomina gasto cardíaco (GC) al volumen de sangre que


bombea el corazón en un minuto. En un adulto sano es de aproxi-
madamente 5 l/min. El gasto cardíaco variará en función del nivel
Retorno Resistencias de metabolismo que realice el organismo. En situaciones de es-
venoso periféricas fuerzo intenso y prolongado se puede llegar a un gasto cardíaco
de hasta 30 l/min.

El gasto cardíaco depende directamente del volumen de sangre


que llega al corazón, el retorno venoso, así como de la presión que
ejerce la circulación vascular sistémica y pulmonar, las resistencias
periféricas. Cualquier patología que produzca una disminución en
5l el retorno venoso provocará una reducción del gasto cardíaco,
momento en el cual se pondrán en marcha los mecanismos de
Figura 40. Esquema del gasto cardíaco
regulación.

Existen dos factores que permiten modificar el gasto cardíaco:


• Sistema nervioso vegetativo: la estimulación simpática provocará un incremento del gasto car-
díaco mediante el aumento de la frecuencia cardíaca (taquicardia), mientras que el influjo del pa-
rasimpático (nervio vago) ocasionará una disminución del gasto cardíaco al reducir la frecuencia
cardíaca (bradicardia).
• Grado de contracción miocárdica: el gasto cardíaco máximo que puede ofrecer el miocardio
sin estar estimulado por el sistema nervioso vegetativo es de unos 10 a 13 l/min. Se ha definido
que el gasto cardíaco basal es de unos 5 l/min, lo que significa que el miocardio no utiliza todo
su poder de contracción en condiciones basales e indica que la cantidad citada anteriormente
corresponde en realidad al retorno venoso basal.

El gasto cardíaco se calcula multiplicando el volumen sistólico por la frecuencia cardíaca. El índice
cardíaco es el gasto cardíaco por cada metro de superficie corporal, oscilando sus valores entre 2,5
y 3,5 l/min/m2 aproximadamente. Este parámetro permite determinar de forma fiable si el gasto es
adecuado para las necesidades corporales (por ejemplo, en los niños).

5.2.6. Ciclo cardíaco

Para que la sangre pueda distribuirse correctamente por la circulación sistémica y pulmonar, es nece-
sario que exista una sincronización en la contracción-relajación de las diferentes cámaras cardíacas.
Se denomina sístole a la contracción del músculo cardíaco, y diástole, a la relajación de éste, mo-
mento en el cual el corazón se llena de sangre.

La sístole ventricular es el periodo del ciclo cardíaco que va desde el cierre de las válvulas auriculo-
ventriculares, hasta el de las válvulas sigmoideas, incluyéndose dentro de este periodo la eyección
ventricular. Tras el cierre de las válvulas AV, y antes de la apertura de las válvulas sigmoideas, se pro-
duce un aumento de presión intraventricular sin modificación del volumen de sangre intraventricu-
lar (periodo de contracción isovolumétrica o isométrica). Cuando la presión intraventricular supera
la presión de la aorta y de la arteria pulmonar, se produce la apertura de las válvulas sigmoideas y
comienza el periodo de eyección ventricular, inicialmente rápido (el 70% del vaciamiento tiene lugar
en el primer tercio del periodo de expulsión) y después lento (el 30% restante). La válvula aórtica se
abre después y se cierra antes que la válvula pulmonar.

40
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

Tras la eyección ventricular, cuando la presión de la aorta y de la arteria pulmonar supera la ven-
tricular, tiene lugar el cierre de las válvulas sigmoideas, poniendo fin al periodo de sístole y dando
comienzo al de diástole. Desde que se cierran las válvulas sigmoideas hasta que se abren las válvulas
AV, el volumen de sangre en el ventrículo no varía (periodo de relajación isovolumétrica). Cuando la
presión en los ventrículos se hace inferior a la de las aurículas, se produce la apertura de las válvulas
tricúspide y mitral, comenzando la fase de llenado ventricular, que consta de una fase de llenado rápi-
do, seguida de una de llenado lento, y terminando con la fase de llenado por contracción auricular. En
el momento en el que la presión intraventricular supera la auricular, se cierran las válvulas AV y da

AF
comienzo un nuevo ciclo (Figura 41).

Es importante señalar que, con el aumento de la frecuencia cardíaca, existe una mayor disminución
del tiempo de diástole que del de sístole.

Ruidos o tonos cardíacos

Al auscultar el corazón, se pueden oír dos ruidos que se producen durante el ciclo cardíaco. El primer
ruido es sistólico y el segundo es diastólico.
• Primer ruido (S1): aparece durante la sístole. Corresponde al cierre violento de las válvulas auri-
culoventriculares.
• Segundo ruido (S2): se escucha durante la diástole. Corresponde al cierre de las válvulas semilu-
nares.

Aparte de los ruidos cardíacos normales, pueden auscultarse otros en situaciones patológicas. Tam-
bién es posible auscultar soplos sistólicos o diastólicos producidos por la vibración secundaria a un
flujo sanguíneo turbulento. Éstos pueden ser fisiológicos (juventud, etc.) o patológicos.

5.3. ANATOMÍA DEL SISTEMA CIRCULATORIO

El aparato circulatorio se encarga básicamen-


te del transporte de oxígeno y de nutrientes a
los tejidos y del transporte de CO2 y diferentes
desechos metabólicos celulares para su poste-
rior eliminación. También participa en la regu-
lación de la temperatura corporal, así como en
la distribución de moléculas, como por ejem-
plo, las hormonas o los diferentes componen-
tes del sistema inmunitario. Está formado por
dos sistemas: el sistema vascular sanguíneo y el
sistema vascular linfático.
El sistema vascular sanguíneo está constitui-
do por un doble circuito cerrado, a través del
cual discurre la sangre bombeada por el co-
razón. El sistema arterial distribuye la sangre
procedente del corazón hasta llegar a nivel de
los capilares, donde se produce el intercambio
de sustancias entre la célula y la sangre, y de
los alveolos pulmonares, punto en el que se Figura 41. Esquema del ciclo cardíaco
realiza el intercambio de gases con el exterior.
A partir de aquí, el sistema venoso se encarga-
rá del retorno de la sangre al corazón.

El circuito por el que la sangre pasa del corazón a los pulmones, a través de las arterias pulmonares,
para ser oxigenada, y de los pulmones al corazón, por medio de las venas pulmonares, se denomina
circulación menor o circulación pulmonar. Se trata de un circuito de baja presión. El circuito por el
que la sangre oxigenada sale del corazón, a través de la arteria aorta, para distribuirse a los diferentes
tejidos, y la sangre pobre en oxígeno que retorna al corazón, desde los tejidos periféricos (a través de
las venas cavas), se conoce como circulación mayor. Se trata de un circuito de alta presión.

5.3.1. Sistema arterial

La arteria aorta se divide en tres porciones: ascendente, transversa y descendente. Como se ha ex-
plicado, de la porción ascendente de la aorta nacen las arterias coronarias. Del cayado de la aorta
surgen el tronco braquiocefálico (que posteriormente se divide en arteria carótida común derecha
y arteria subclavia derecha), arteria carótida común izquierda y arteria subclavia izquierda. Así, estas
41
Anatomofisiología

arterias son responsables de la vascularización de la cabeza y del


cuello.

Las arterias carótidas comunes se dividen en sus dos ramas, inter-


na y externa a nivel del triángulo carotídeo del cuello. La carótida
interna no da ramas para el cuello, introduciéndose en el cráneo
por el agujero carotídeo, por lo que sus ramas más importantes
son la artería oftálmica, la cerebral anterior y la cerebral media. La
carótida externa proporciona ramas para el cuello y la cara, siendo
extracraneal (con la excepción de la arteria meníngea media, que
se introduce en el cráneo por el agujero redondo menor). Entre
las ramas de la carótida externa se encuentran la arteria facial, la
temporal superficial y la arteria maxilar.

Las arterias subclavias dan tres arterias importantes para la vas-


cularización del cuello y de la cara: la arteria vertebral (penetra
en el cráneo por el agujero magno y se une a la arteria vertebral
contralateral para dar lugar a la arteria basilar), el tronco tirocer-
vical (con la arteria tiroidea) y el tronco costocervical. La arteria
subclavia también da origen a la arteria mamaria interna y a la
arteria dorsal de la escápula. La subclavia se continúa por la arte-
ria axilar para vascularizar el miembro superior, arteria de la que
parte la arteria humeral, que se dividirá en arteria radial y cubital
(Figura 42).

La aorta descendente, en su porción torácica, da lugar a las ar-


Figura 42. Relaciones de la arteria aorta terias bronquiales, las esofágicas, las pericárdicas, las medias-
tínicas y las diafragmáticas. En su porción abdominal, la aorta
tiene como ramas principales el tronco celíaco, la mesentérica
superior e inferior y las arterias renales y suprarrenales medias
(Figura 43).
• Tronco celíaco: éste a su vez tiene como principales ramas las
arterias gástrica izquierda, hepática y esplénica.
• Arteria mesentérica superior: irriga la totalidad del intestino
delgado si se exceptúa la porción alta del duodeno. También
irriga el ciego, el colon ascendente y una parte importante del
transverso. En su origen, puede salir de la aorta junto con el
tronco celíaco.
• Arteria mesentérica inferior: riega aproximadamente la mi-
tad izquierda del colon transverso, la totalidad del colon des-
cendente, el colon sigmoide y el recto. Se origina 3 o 4 cm por
encima de la bifurcación de la aorta abdominal en las arterias
ilíacas primitivas.

La aorta abdominal se divide en las arterias ilíacas primitivas, de-


recha e izquierda, a la altura de la cuarta vértebra lumbar, que a su
vez lo hacen en las ilíacas internas y externas.
• Las arterias ilíacas internas o hipogástricas dan lugar, entre
otras, a la arteria pudenda interna, las arterias glúteas (inferior
y superior), la arteria vaginal, la arteria urinaria, la arteria obtu-
ratriz, las arterias profunda y dorsal del pene, etc.
• Las arterias ilíacas externas van a continuarse con la arteria
femoral para dar la vascularización a los miembros inferiores.
Esta arteria femoral se relaciona con la arteria poplítea, que
posteriormente se dividirá en las arterias tibial anterior y pos-
terior.

5.3.2. Sistema venoso

Es posible distinguir tres grandes grupos de venas: pulmonar, sis-


témico y portal (Figura 44):
• Las venas pulmonares llevan la sangre oxigenada desde los
pulmones hasta el corazón.
• Dentro de las venas sistémicas se pueden diferenciar a su vez:
- Las venas que desembocan y drenan en el corazón (seno
coronario, venas cardíacas anteriores y venas cardíacas mí-
nimas o de Thebesio).
Figura 43. Anatomía de la arteria aorta y sus ramas - Las venas que recogen la sangre de las extremidades supe-
42
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

riores, bien del sistema venoso profundo acompañando a


las arterias y con nomenclatura según el hueso por el que
pasan (vena radial, vena humeral y vena axilar) como del
sistema venoso superficial con la vena mediana a nivel del
codo en su cara ventral, la vena basílica por la zona interna
del brazo y la vena cefálica anterior y superior a la basílica
drenan en vena subclavia y ésta junto con la vena yugular
interna forma el tronco braquiocefálico venoso que acaba

AF
desembocando en la vena cava superior. Las venas torá-
cicas también desembocan en la vena cava superior. De
entre las torácicas destacan la vena hemiácigos y la ácigos.
La primera se inicia a la izquierda y suele acabar desem-
bocando en la vena ácigos; la segunda nace en el lado de-
recho del tórax y termina desembocando en la vena cava
superior.
- Las venas que recogen la sangre de las extremidades infe-
riores, del abdomen y de la pelvis acaban drenando en la
vena cava inferior. A la misma llegan las venas ilíacas pri-
mitivas, la femoral, la safena mayor o interna y la menor o
externa que recoge el retorno venoso de las extremidades
inferiores), las venas renales, las suprarrenales, las hepáti-
cas, etc.

• Sistema portal hepático (véase el Apartado 8.6.1).

5.3.3. Sistema vascular linfático

El sistema vascular linfático drena de forma pasiva el exceso de


líquidos que se encuentra en el espacio extracelular y lo devuelve
al sistema vascular sanguíneo mediante el sistema venoso (Figura
45). El fluido que contienen los vasos linfáticos se denomina linfa.
Los colectores linfáticos acaban drenando la linfa al sistema veno-
so a través del conducto torácico (en el lado izquierdo del tórax) y
del conducto linfático derecho. Ambos desembocan, a nivel cervi-
cal, en las venas subclavias.

A lo largo del trayecto de los vasos linfáticos mayores se localizan


unos cúmulos de tejido linfático, los ganglios linfáticos, donde
se vierten a la circulación las células del sistema inmunitario y los Figura 44. Anatomía del sistema venoso
anticuerpos. Se encuentran vasos linfáticos en todos los tejidos,
excepto en el SNC, el cartílago, el hueso, la médula ósea, el bazo, el
timo, la placenta y los dientes.

5.4. CIRCULACIÓN FETAL


Durante el embarazo, el sistema circulatorio fetal no funciona
como lo hace después del nacimiento. Las grandes diferencias en-
tre la circulación fetal y la del adulto vienen condicionadas por el
hecho de que en el feto el intercambio gaseoso se realiza en la
placenta y no en el pulmón, existiendo además una serie de corto-
circuitos fisiológicos que aseguran un mayor aporte sanguíneo a
los órganos vitales para el feto (placenta, corazón, cerebro, supra-
rrenales) (Figura 46):
• El feto se encuentra conectado por el cordón umbilical a la
placenta, órgano que se desarrolla e implanta en el útero de la
madre durante el embarazo.
• A través de los vasos sanguíneos del cordón umbilical, el feto
recibe de la madre la nutrición, el oxígeno y las funciones vi-
tales indispensables para su desarrollo mediante la placenta.
• Los productos de desecho y el dióxido de carbono del feto se
envían al sistema circulatorio de la madre mediante el cordón
umbilical y la placenta para su eliminación.
• La sangre de la madre ingresa al feto a través de la vena um-
bilical, que desemboca en el hígado pero un 50% de su flujo Figura 45. Circulación linfática

43
Anatomofisiología

se desvía a la vena cava inferior a través del conducto venoso de


Arancio, desde el que llega a la cava inferior, una vena principal
conectada al corazón.

Dentro del corazón fetal:


• La sangre ingresa a la aurícula (también llamada “atrio”) dere-
cha, la cavidad superior derecha del corazón. La mayor parte
de la sangre fluye al lado izquierdo a través de una abertura
fetal especial entre las aurículas izquierda y derecha, denomi-
nada foramen oval.
• La sangre pasa luego al ventrículo izquierdo (cavidad inferior
del corazón) y a la aorta (la gran arteria que viene del corazón).
• Desde la aorta, la sangre se envía a la cabeza y a las extremi-
dades superiores. Después de circular allí, regresa a la aurícula
derecha del corazón a través de la vena cava superior.
• Aproximadamente un tercio de la sangre que ingresa a la au-
rícula derecha no fluye a través del foramen oval sino que per-
manece en el lado derecho del corazón, pasando finalmente a
la arteria pulmonar.

Además del foramen oval y del conducto venoso de Arancio,


existe otro cortocircuito fisiológico en el feto, el ductus arteriosus.
Éste deriva la sangre de la arteria pulmonar a la aorta a través del
ductus, que no es más que un vaso sanguíneo que las conecta.
Debido a que la placenta cumple la tarea de intercambiar oxígeno
(O2) y dióxido de carbono (CO2) a través del sistema circulatorio
de la madre, los pulmones del feto no se utilizan para respirar. En
lugar de permitir que la sangre fluya a los pulmones para recoger
oxígeno, pasando luego al resto del cuerpo, la circulación fetal de-
riva (pasa por alto) la mayor parte de la sangre lejos de los mismos.

El recorrido de la circulación fetal es como sigue: del ventrículo


derecho (VD) la sangre pasa a la arteria pulmonar (AP) y desde ésta
a través del conducto arterioso (PCA) llega a la aorta descenden-
te (Ao) y a través de las arterias umbilicales (Au) va a la placenta,
donde se oxigena. Desde la placenta, por medio de las venas um-
bilicales (VU), la sangre llega a la cava inferior del feto (VCI) y a la
aurícula derecha (AD), lugar en el que existe un flujo preferencial
hacia la aurícula izquierda (AI) a través del foramen oval permea-
ble (FO). De la AI pasa al ventrículo izquierdo (VI) y a la aorta ascen-
Figura 46. Circulación fetal dente (Ao Asc), llegando de esta manera la sangre más oxigenada
al cerebro. La vena cava superior (VCS) retorna la sangre hacia la
AD y la VD con lo que se cierra el circuito.

5.4.1. Circulación de la sangre despúes del nacimiento

Las primeras aspiraciones de aire del recién nacido al momento de nacer cambian la circulación fetal.
Se envía una mayor cantidad de sangre a los pulmones para recoger oxígeno.
• Al dejar de utilizarse, el ductus arteriosus (la conexión normal entre la aorta y la válvula pulmonar)
comienza a secarse y a cerrarse.
• La circulación en los pulmones aumenta y una mayor cantidad de sangre fluye dentro de la au-
rícula izquierda del corazón, aumentando la presión. Esta mayor presión produce el cierre del
foramen oval y se inicia la normal circulación de la sangre.

5.5. ESTRUCTURA DE LOS VASOS SANGUÍNEOS

Todo el sistema circulatorio tiene una estructura básica común: las capas que componen las paredes
de los vasos. Así, se distinguen tres capas (Figura 47):
• Endotelio o túnica íntima: capa más interna, en contacto con los fluidos.
• Capa muscular media o túnica media: formada por capas concéntricas de músculo liso de gro-
sor variable. Inexistente a nivel capilar. La capa media de mayor grosor se encuentra en el mio-
cardio. El flujo sanguíneo estará altamente influenciado por las variaciones de actividad de esta
capa.
• Capa externa o túnica adventicia: revestimiento de tejido conectivo que envuelve a la túnica
44
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

media. A este nivel se localiza la microcirculación que nutre a la pared de los vasos, denominada
vasa vasorum.

Se puede dividir el aparato circulatorio en un sistema macrovascular, compuesto por el cora-


zón, las arterias y las venas visibles, y un sistema microvascular,
formado por arteriolas, capilares y vénulas. El sistema arterial
se denomina de altas presiones (120-180 mmHg) y el sistema
venoso de bajas presiones (40-45 mmHg).

AF
Las arterias son estructuras que tienen que soportar mucha pre-
sión en sus paredes, por ello poseen una capa muscular gruesa
y, sobre todo, una capa elástica. A medida que va disminuyen-
do el calibre de las arterias, llega un momento en que la capa
media arterial es capaz de regular el flujo sanguíneo mediante
mecanismos de contracción-relajación, lo que sucede a nivel de
las arteriolas. En los capilares, la capa llega a ser unicelular, de-
jando algunos espacios por donde se produce el intercambio
de diferentes sustancias; a este nivel, el flujo sanguíneo es ex-
tremadamente lento y es aquí, en los capilares distales, donde
se observa la capacidad del sistema cardiovascular para rellenar
la sangre que se ha extraído, valorando la perfusión del lecho
capilar, lo que se denomina tiempo de llenado capilar y que
es normal cuando se encuentra entre dos segundos o menos,
siendo patológico si al presionar sobre el lecho ungeal de un
dedo y vaciar la sangre de los capilares, al soltar se tarda más de
dos segundos en rellenarse. Ejemplos de patologías a las que
se asocia el retraso en el llenado capilar serían la disminución
del gasto cardíaco por hipovolemia que conlleva disminución
de la presión capilar, la hipoxia, los aumentos de las resistencias
vasculares periféricas y cualquier alteración en el flujo arterial Figura 47. Capas histológicas de un vaso
de la extremidad.

La sangre retorna por las vénulas, que carecen de capa muscular. Las venas más grandes poseen
alguna célula muscular en su capa media, pero esto no les permite realizar una contracción de
la pared vascular. Algunas venas de mayor diámetro, sobre todo las que circulan en sentido
antigravitatorio, poseen en su luz una serie de valvas para evitar el flujo retrógrado de la sangre.
El diámetro de los vasos venosos es mayor que el de las arterias, si se los compara a un mismo
nivel de flujo.

5.6. ÓRGANOS Y ESTRUCTURAS


VASCULARES ESPECIALES

5.6.1. Sistema de vasos porta

Existen ciertas regiones del organismo donde la estructura microvascular normal, la red capilar que
comunica las arteriolas con las vénulas, está modificada como resultado de la adaptación a las ne-
cesidades funcionales especiales de la zona en cuestión. Los sistemas de vasos porta se caracterizan
por ser un conjunto de vasos incluido entre los dominios capilares. Un sistema porta puede estar
formado por venas y arterias.
Recuerda
Un ejemplo de sistema porta venoso lo constituye la vena porta. Esta vena está formada por la unión Un sistema de vasos porta se caracteriza
de la vena mesentérica superior y la vena esplénica de manera constante. Esta unión de vasos está por ser un conjunto de vasos incluido en-
sometida a numerosas variables, sobre todo en lo que a la desembocadura de la vena mesentérica tre los dominios capilares.
inferior se refiere: en algunos casos puede drenar en la vena mesentérica superior, en la vena es-
plénica (formando el tronco esplenomesentérico o esplenomesalaico), en la zona de unión de la
mesentérica superior y de la esplénica o directamente en la vena porta. Así, y a modo de síntesis, es
posible afirmar que la vena porta está constituida por la unión de dos venas constantes, la mesenté-
rica superior y la esplénica, y de dos venas variables en su terminación, la vena mesentérica inferior
y la vena gástrica izquierda (o coronaria estomáquica). La vena porta lleva la sangre proveniente del
tubo digestivo hasta el hígado, donde se ramifica en un sistema de sinusoides (lagunas venosas),
que forman otra red capilar. Desde los sinusoides hepáticos, la sangre es llevada mediante sistemas
venosos hacia la vena cava y de ahí al corazón. Como consecuencia de ello, los nutrientes absorbidos
en el tubo digestivo entran en contacto directo con las células hepáticas antes de ser distribuidos
por el organismo mediante la circulación general. En la glándula hipófisis se encuentra otro sistema
45
Anatomofisiología

porta venoso.
Recuerda
Ejemplos de sistema porta:
Un ejemplo de sistema porta arterial se localiza en los riñones, donde los corpúsculos renales contie-
∙ Arterial: en los riñones. nen un ovillo de capilares enrollados y anastomosados, denominado glomérulo.
∙ Venoso: vena porta.

5.6.2. Anastomosis arteriovenosas

Además de existir la red capilar normal, se encuentran uniones arteriovenosas de mayor calibre, que
permiten el paso directo de la sangre de arteria a vena, que poseen una gran capa de músculo liso.
La estimulación por el sistema simpático produce una fuerte contracción de la arteriola, llegando a
cerrar la luz completamente; entonces la sangre pasará por los capilares. Si se requiere más sangre
en otras partes del organismo, la arteriola se relajará, permitiendo el paso directo de sangre hacia
el sistema venoso. Estos sistemas arteriovenosos son de gran utilidad para la regulación del flujo
sanguíneo.

5.6.3. Glomus carotídeo

El glomus carotídeo es una pequeña estructura ubicada en la división de la arteria carótida primitiva;
se trata de un quimiorreceptor que se estimula ante la falta de oxígeno. Una disminución en la con-
centración de O2 desencadena, por reflejo, una hiperventilación. El glomus también reacciona ante
aumentos de la concentración de CO2 y disminución del pH sanguíneo. El estímulo del glomus es
transmitido al SNC mediante el IX par craneal.

5.7. MECANISMOS DE REGULACIÓN


DE LA TENSIÓN ARTERIAL

Para que la sangre se distribuya homogéneamente por todas las partes del organismo es necesario
que exista un gradiente de presiones. El sistema arterial es un circuito de altas presiones. El sistema
venoso trabaja a bajas presiones.

El control de la presión arterial en los vasos sanguíneos está localizado a nivel de las arteriolas (vaso
de mediano calibre), lo que es debido a la gran capacidad de contracción-relajación que tiene su
pared muscular. Teniendo en cuenta que las arteriolas pueden modificar el volumen de sangre que
pasa por ellas, contrayéndose o dilatándose, no es difícil comprender que pequeños cambios de
presión a nivel de un grupo concreto de arteriolas provocarán modificaciones significativas de la
presión arterial.

La presión arterial se mide en mmHg. El término presión sanguínea significa la fuerza ejercida por la
sangre contra cualquier unidad de área de la pared del vaso. El valor de presión arterial media en el
adulto joven y sano oscila entre los 90 y 100 mmHg.

La presión de pulso o diferencial (diferencia entre presión sistólica y diastólica) refleja el vo-
lumen sistólico, la velocidad de expulsión y la resistencia vascular sistémica. Es un indicador
útil para determinar de forma no invasiva la capacidad del organismo para mantener el gasto
cardíaco.

Se denomina hipotensión arterial cuando el valor de la presión arterial sistólica es menor de 80


mmHg, y se conoce como hipertensión arterial los valores que se encuentran por encima de
140 mmHg (sistólica) y/o 90 mmHg (diastólica) (aunque esto puede variar en función de la edad
y el sexo).

Existen dos tipos de mecanismos de regulación de la presión arterial:


• Regulación rápida: mediada por el sistema nervioso vegetativo.
Recuerda - Barorreceptores aórticos y carotídeos: detectan el aumento de presión.
Los mecanismos de regulación de la pre- - Quimiorreceptores carotídeos: localizan la disminución de los niveles de O2.
sión arterial son: - Quimiorreceptores centrales: situados en el bulbo raquídeo.
∙ Rápido: mediado por el SNV.
∙ A largo plazo: se realiza fundamental- • Regulación a largo plazo: se realiza fundamentalmente en el riñón mediante el sistema renina-
mente por el riñón. angiotensina-aldosterona, mecanismo que se explicará en el Tema 9. Aparato urinario.

46
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

TEMA 6

ÓRGANOS LINFOIDES. SISTEMA INMUNITARIO

AF
6.1. TEJIDO LINFÁTICO. ÓRGANOS LINFOIDES

Las células del sistema inmunitario, especialmente los linfocitos, se encuentran en la sangre y en
la linfa (además del tejido conectivo y los epitelios) en forma aislada, aunque pueden aparecer
como masas densas en el tejido conectivo, formando el tejido linfoide o linfático. Algunos órganos,
los órganos linfoides, están formados básicamente por tejido linfático. Los principales órganos
linfoides son:
• Timo: órgano situado a nivel retroesternal. Es el primer órgano linfoide que aparece, aumen-
tando a lo largo de la vida fetal hasta la pubertad, momento a partir del cual empieza a involu-
cionar. En su interior maduran los linfocitos T (timodependientes) que participan en el control
de la inmunidad celular. Participan directamente en los mecanismos de rechazo de órganos
trasplantados.
• Ganglios linfáticos: dispuestos a lo largo de los grandes vasos regionales del sistema linfático
con aspecto similar a pequeños riñones de 0,5 a 1 cm, que histológicamente presentan una cor-
teza, médula y unos folículos donde se encuentran los linfocitos. Se encargan del almacenamien-
to y de la producción de linfocitos B, T y de anticuerpos.
• Bazo: órgano linfoide localizado a nivel abdominal alto, bajo el diafragma izquierdo. Al no dis-
poner de vasos linfáticos, los linfocitos que se encuentran en su pulpa, en la mayoría linfocitos B,
sólo pueden entrar por la circulación sanguínea mediante la arteria esplénica. Su función es la de
limpiar la sangre de células sanguíneas dañadas y de partículas extrañas.

Se pueden localizar acúmulos de tejido linfoide parcialmente encapsulados fuera de los órganos
linfoides, tales como las amígdalas, las placas de Peyer del intestino delgado, los cúmulos nodulares
del apéndice vermiforme y numerosos nódulos solitarios del tubo digestivo.

6.2. MECANISMOS DE DEFENSA DEL ORGANISMO

Ante la amenaza de una invasión por agentes patógenos, el organismo posee las siguientes tres
Recuerda
formas de defenderse: fenómenos de protección de superficies, la respuesta celular inespecífica y la res- Los órganos linfoides son:
puesta inmunitaria específica. ∙ Timo: maduración de linfocitos T.
∙ Ganglios linfáticos: almacenamiento y
producción de linfocitos B, T y anticuer-
pos.
6.2.1. Fenómenos de protección de superficies ∙ Bazo: retira células sanguíneas dañadas
y partículas extrañas.

Constituyen la primera línea de defensa. La piel es una barrera relativamente impermeable para la
mayoría de gérmenes, exceptuando aquellas situaciones en las que se produce una solución de con-
tinuidad. Las superficies serosas y mucosas del organismo, como la conjuntiva y la cavidad oral, están
protegidas por diversas sustancias antibacterianas, como la lisozima, enzima contenida en la saliva y
en las lágrimas. El árbol respiratorio está protegido por una capa de moco que se renueva constan-
temente. Como en la mayoría de superficies mucosas del organismo, el moco lo secretan las células
caliciformes. La existencia de un medio ambiente ácido en el estómago, en la vagina y, en menor
grado, en la piel, inhibe el crecimiento de las bacterias.

Cuando estos mecanismos no son capaces de evitar la entrada de los gérmenes a los tejidos, se acti-
van los otros dos mecanismos defensivos.

6.2.2. Respuesta celular inespecífica

Las células encargadas de fagocitar a los patógenos que han traspasado una superficie epitelial son
los macrófagos y los neutrófilos. Las infecciones virales inducen, en diversas células del cuerpo, la se-
creción de una sustancia antivírica, el interferón, que bloquea la reproducción de los virus dentro de
las células. El contacto de los patógenos con los tejidos provoca una respuesta tisular denominada
inflamación aguda, de manera que producirá un aumento del flujo sanguíneo en la zona dañada y la
llegada de células fagocíticas desde la sangre.
47
Anatomofisiología

El sistema del complemento es un sistema funcional de unas 30 proteínas del suero, que se activan
frente a inmunocomplejos (reacciones antígeno-anticuerpo) interaccionando entre sí de modo re-
gulado, formando una cascada enzimática, de manera que permite una amplificación de la respuesta
humoral y consigue la lisis celular de los microorganismos o células patógenas, constituyendo un im-
portantísimo mecanismo efector del sistema inmune, puesto que facilita la eliminación del antígeno
y genera una respuesta inflamatoria.

Si esta respuesta celular no logra detener la invasión, se activarán una serie de mecanismos específi-
cos conocidos globalmente como la respuesta inmunitaria.

6.2.3. Respuesta inmunitaria específica

Recuerda La principal función del sistema inmunitario es la producción de respuestas específicas para
Los linfocitos B se forman a partir de los lin- cada tipo de patógeno. La activación del sistema inmunitario incluye el reconocimiento de ca-
foblastos en la médula ósea y maduran en racterísticas propias de los distintos patógenos, generalmente estas características peculiares
el hígado y en el bazo fetales y en la propia de cada patógeno son macromoléculas de superficie específicas, que se denominan antígenos
médula del adulto, almacenándose en los (Ag).
ganglios linfáticos y generan la respuesta
inmune humoral.
Los linfocitos son las unidades funcionales del sistema inmunitario y expresan su actividad específica
Los linfocitos T, formados también a tra- de dos formas. En primer lugar, al activarse los linfocitos B, se transforman en células plasmáticas que
vés de esa célula precursora linfoide en producen una serie de moléculas proteicas específicas, los anticuerpos (Ac) o inmunoglobulinas (Ig),
médula ósea, tienen la maduración en como respuesta al reconocimiento de un antígeno específico. Estos Ac se unirán a los Ag específicos
el timo y activarán la respuesta inmune para tratar de destruirlos mediante distintos mecanismos. El mecanismo defensivo debido a la ac-
celular. ción de los anticuerpos producidos por los linfocitos B se denomina respuesta inmunitaria humoral.
Existen cinco tipos de inmunoglobulinas: IgG, IgA, IgM, IgE e IgD (ordenadas cuantitativamente de
mayor a menor concentración).

En segundo lugar, los linfocitos T son activados por los antígenos para producir una respuesta en la
que no se forman Ac, sino que son los mismos linfocitos T, asociados con los macrófagos, los que
actuarán directamente sobre el patógeno en cuestión. Este mecanismo de defensa, mediado por los
linfocitos T y los macrófagos, se denomina respuesta inmunitaria celular. Existen linfocitos T regulado-
res, colaboradores o helper y citotóxicos.

Aunque las dos respuestas inmunitarias pueden producirse por separado, un mismo patógeno suele
activarlas ambas.
Recuerda
Regla nemotécnica de las cinco clases Para activar a los linfocitos T se necesita entregar el Ag mediante unas células presentadoras de Ag
básicas de Ig: GAMDE: IgG, IgA, IgM, IgD, que llevan unas moléculas en su superficie que los linfocitos reconocen. Estas glucoproteínas son las
IgE. moléculas del complejo principal de histocompatibilidad (CPH o HLA) y tienen mucha importancia
en la compatibilidad de transplantes.

6.3. TIPOS DE INMUNIZACIÓN

Existen dos tipos de inmunización: la inmunización pasiva y la inmunización activa:


• Inmunización pasiva: es la transferencia a un individuo de anticuerpos formados en otro.
Proporciona una protección bastante rápida, lográndose unos niveles plasmáticos signifi-
cativos del Ac transferido a las 24-48 horas (vía intramuscular) o a los pocos minutos (vía
intravenosa). La duración del efecto protector contra una enfermedad infecciosa está entre
cuatro y seis meses. Como ejemplos de inmunización pasiva se tienen la inmunoglobulina
humana normal, recomendada en la prevención del sarampión y de la hepatitis A, y las glo-
binas hiperinmunes, utilizadas para la prevención del tétanos, la hepatitis B, la rabia y la va-
ricela.
• Inmunización activa: este tipo de inmunización implica la estimulación del propio sistema in-
munitario de un individuo mediante la administración de microorganismos muertos o vivos
atenuados, sus componentes o sus productos inactivos (toxoides). La protección inducida por
la vacuna tarda en establecerse (entre dos y cuatro semanas postvacunación), pero es de larga
duración (varios años). Cada cierto tiempo se administra una dosis de refuerzo. Como ejemplos
de inmunización activa están la administración de toxoides (preparados acelulares de toxinas
tratadas con formaldehído) en las vacunas de la difteria y el tétanos, las vacunas bacterianas (tos
ferina, cólera, tifoidea, tuberculosis) y las vacunas víricas (polio, sarampión, rubéola, parotiditis,
fiebre amarilla, hepatitis B, rabia).

En algunas ocasiones, la profilaxis más eficaz contra la enfermedad infecciosa será la combinación de
ambos tipos de inmunización.
48
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

La inmunidad también se puede clasificar en natural si los Ac son administrados de forma biológi- Recuerda
ca y natural, o si están creados por el propio ser humano tras padecer enfermedades, y en artificial
si se producen y administran por el ingenio humano. Como ejemplos es necesario recordar los Tipos de inmunidad:
siguientes: ∙ Natural:
• Inmunidad natural pasiva: los Ac recibidos por nuestra madre a través de la placenta o de la - Activa.
- Pasiva.
leche materna.
• Inmunidad natural activa: la inmunidad que nos confiere el padecer enfermedades. ∙ Artificial:
• Inmunidad artificial pasiva: la administración de gammaglobulinas ya creadas para una protec-

AF
- Activa.
ción rápida. - Pasiva.
• Inmunidad artificial activa: el tratamiento con vacunas para la creación de inmunidad frente a
posibles enfermedades.

6.4. INMUNOHEMATOLOGÍA

Las células y las proteínas de la sangre llevan determinantes antigénicos, producto de genes
polimórficos, lo que significa que algunos antígenos están presentes en unos individuos y no
en otros.

Una transfusión de sangre puede inmunizar al receptor frente a los antígenos del donante de
los que carece el paciente. Este fenómeno se conoce como aloinmunización. La misma situación
se da en el paso transplacentario de células sanguíneas fetales durante el embarazo, producién-
dose una aloinmunización de la madre contra antígenos fetales incompatibles heredados del
padre.

6.4.1. Sistemas de grupo sanguíneo

Los antígenos eritrocitarios se distribuyen en sistemas de grupo sanguíneo. Los más importantes son
los sistemas AB0 y Rh.

Sistema AB0

Formado por cuatro fenotipos distintos: A, B, 0 y AB. Ordenados de mayor a menor frecuencia,
están el fenotipo 0, el A, el B y el AB. La sangre del grupo 0 no tiene antígenos eritrocitarios,
pudiendo ser transfundida al resto de los grupos; en cambio, los sujetos del grupo 0 únicamen-
te pueden recibir sangre de su mismo grupo, ya que contiene anticuerpos (anti A y B) para los
antígenos A y B.

Las personas con el grupo AB (poseen antígenos A y B) sólo pueden dar sangre a individuos del
mismo grupo AB (Tabla 1).

RECEPTOR

0 A B AB

0 OK OK OK OK

A X OK X OK
DONANTE
B X X OK OK

AB X X X OK

OK (compatible) X (incompatible)

Tabla 1. Compatibilidad de sistema ABO

Sistema Rh

Este sistema es muy complejo. Los individuos se clasifican en Rh positivos o negativos dependiendo
Recuerda
de la presencia del antígeno D. Los antígenos Rh se encuentran en los eritrocitos. La incompatibilidad del grupo ABO puede
afectar a primogénitos. La isoinmunización
anti-D nunca se da en el primer embarazo.
Los anticuerpos Rh se deben a aloinmunización por transfusión previa o por inmunización en el
embarazo, como ocurre en la enfermedad hemolítica del recién nacido (EHRN) o en la eritroblastosis
fetal cuando una madre Rh negativa tiene un feto Rh positivo.
49
Anatomofisiología

TEMA 7

SISTEMA RESPIRATORIO

7.1. INTRODUCCIÓN

La función del sistema respiratorio es la de mantener un constante intercambio de gases del todo
necesario para la vida. En el mismo se produce el aporte de O2 a los tejidos y la eliminación del CO2
producido por el organismo.

Es posible diferenciar dos tipos de respiración: la respiración externa, que es el intercambio de aire
con el exterior, y la respiración interna, donde el intercambio de gases se realiza entre las células y
el espacio extracelular.

El aparato respiratorio se compone de una serie de conductos por los que el aire tendrá que pasar
desde el exterior hasta las pequeñas cavidades pulmonares, lugar en el que el gas será capaz de di-
fundir y entrar en el torrente sanguíneo. Estas cavidades son los alveolos pulmonares. En condiciones
normales, el aire se intercambia entre 12 y 15 veces por minuto (frecuencia respiratoria).

Anatómicamente, el tracto respiratorio se divide en tracto respiratorio superior y tracto respiratorio


inferior (que comienza a nivel del cartílago cricoides, por debajo de la laringe). El tracto respiratorio
superior se compone de nariz o fosas nasales, boca, faringe y laringe. El tracto respiratorio inferior lo
forman tráquea, bronquios y pulmones.

7.2. COMPONENTES DEL APARATO RESPIRATORIO

7.2.1. Tracto respiratorio superior

Fosas nasales

Las fosas nasales estén constituidas por una estructura osteocartilaginosa cuya función principal es
la de calentar, humedecer y filtrar el aire que respiramos para que llegue a los pulmones en óptimas
condiciones.

El vestíbulo nasal es la entrada a las fosas nasales (Figura 48). A este nivel se localiza el primer
mecanismo de filtro aéreo, las vibrisas o pelos. En las paredes
laterales de las fosas nasales existen unas eminencias óseas, los
cornetes (inferior, medio y superior), recubiertos de una gruesa
capa mucosa que calentará y humedecerá el aire inspirado. El
hueso que da forma a la estructura nasal es el etmoides. En sus
paredes laterales se encuentran los cornetes superior y medio,
que forman parte de dicho hueso. El cornete inferior es un hue-
so que se ancla a las paredes laterales. La zona más posterior
de las paredes laterales y parte del suelo de la cavidad nasal lo
constituye el hueso palatino. El tabique nasal o pared medial
está originada por la lámina perpendicular del etmoides, el hue-
so vómer y el cartílago septal en la parte más anterior. El suelo
de las fosas nasales está formado por el maxilar superior (apó-
fisis palatinas) y el palatino, que, a su vez, sirven de techo de la
boca o paladar duro.

En la parte superior de las fosas se encuentra la lámina cribosa del


etmoides, lugar por el que aparecen los filetes nerviosos del ner-
vio olfatorio. La zona posterior del techo la forma el cuerpo del
esfenoides.

Las aberturas nasales posteriores o coanas, que comunican la


cavidad nasal con la porción nasal de la faringe, están separadas
Figura 48. Anatomía de los senos paranasales entre sí por el vómer, encontrándose limitadas por abajo y a cada
50
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

lado por el borde posterior de la lámina horizontal del palatino;


por arriba, por la base del cráneo, y lateralmente a cada lado por
la lámina pterigoidea medial; por tanto, las apófisis pterigoideas
del hueso esfenoides conforman la pared externa posterior de la
fosa nasal.

En las fosas nasales se va a drenar el moco producido en unas ca-


vidades huecas, los senos paranasales a través de los meatos entre

AF
los cornetes. Existen ocho senos paranasales: dos frontales, dos
maxilares, dos etmoidales y dos esfenoidales. Entre las funciones
que se les atribuyen destacan la disminución del peso del cráneo,
hacer de caja de resonancia para el habla, y sobre todo, la secre-
ción de moco para lubricar las fosas nasales.

Recuerda
Los límites de las fosas nasales son: el techo, la lámina cribosa del etmoides;
el suelo, el paladar duro formado por el maxilar superior y el palatino; el
límite medial es el tabique nasal que lo forman la lámina perpendicular del
etmoides y el vómer, y la pared lateral las celdillas etmoidales con los corne-
tes, los meatos y las apófisis pterigoideas del esfenoides en la zona posterior.

Faringe

La faringe se divide en tres partes: nasofaringe, orofaringe e hipo-


Figura 49. División de la faringe
faringe. En la faringe se encuentra el anillo linfático de Waldeyer,
los acúmulos de tejido linfático encargados de detectar agentes
patógenos y de activar el sistema inmunitario. Estos acúmulos se
denominan amígdalas. Hay dos amígdalas palatinas, dos tubáricas (en la desembocadura de la trom-
pa de Eustaquio), una rinofaríngea (adenoides) y una lingual.

El hueso hioides situado en la parte superior al cartílago tiroides es impar, medio y simétrico y se encuen-
tra en el plano anterior del cuello como se ha estudiado en el capítulo de aparato locomotor (Figura 49).

Laringe

La laringe es el órgano fibrocartilaginoso suspendido en la línea media del cuello, por detrás de la
glándula tiroides y por delante del esófago. Está formada por una serie de cartílagos que se unen
mediante membranas (Figura 50). Hay cartílagos pares e impares:
• Impares:
- Epiglotis: cartílago que cierra la vía aérea, a nivel laríngeo,
cuando tragamos.
- Tiroides: tiene forma de libro semiabierto. A este nivel se
localizan las cuerdas vocales.
- Cricoides: por debajo del cartílago tiroides. A nivel de su
borde inferior (a la altura de C6) se origina la tráquea.

• Pares:
- Aritenoides: en situación superior a la placa del cartílago
cricoideo (parte posterior del cricoides). A cada uno de
ellos se le une una cuerda vocal verdadera en su parte pos-
terior, llamadas ligamentos tiroaritenoideos mediales. Las
cuerdas vocales se encuentran abiertas durante la respira-
ción y cerradas cuando se produce la voz

7.2.2. Tracto respiratorio inferior

Tráquea

La tráquea es una estructura mediastínica tubular formada por


una serie de anillos cartilaginosos incompletos (en forma de he-
rradura). En su parte inferior se divide en dos bronquios principales,
uno para cada pulmón, siendo el derecho más vertical y largo que
el izquierdo. Cada bronquio se irá ramificando hasta formar los
bronquiolos que terminarán en los conductos alveolares, en cuyas
paredes se encuentran los alveolos. Figura 50. Esquema de la laringe

51
Anatomofisiología

Pulmones

El pulmón derecho es más grande que el iz-


quierdo, al quedar éste desplazado por el co-
razón. El derecho está dividido en tres lóbulos,
superior, medio e inferior. El izquierdo posee
dos lóbulos, superior e inferior.
Los pulmones están protegidos por una doble
capa serosa denominada pleura. Entre las dos
capas de la misma (visceral y parietal) existe
un espacio virtual, ocupado por una pequeña
cantidad de líquido que disminuye la fricción
de las citadas capas. La pleura mantiene una
presión negativa que impide el colapso pul-
monar en la espiración. Si ésta se perfora, el
pulmón se colapsa, dando lugar a la aparición
de un neumotórax.

La función de los pulmones es la de permitir el


intercambio de gases a través de la membrana
respiratoria de los alveolos.

7.3. MECÁNICA
RESPIRATORIA

El proceso de mecánica respiratoria consta


de inspiración, entrada de aire a los pulmo-
nes y espiración, expulsión de aire al exterior.
La inspiración es un proceso activo, facilita-
do por los músculos inspiratorios. El músculo
principal de la inspiración es el diafragma,
que con su contracción distiende el tórax,
permitiendo la expansión de los pulmones.
Existen una serie de músculos accesorios de
la inspiración, como los intercostales externos,
Figura 51. Esquema del tracto respiratorio
el esternocleidomastoideo, el serrato anterior y
los pectorales.

La espiración es generalmente un proceso pasivo, gracias a la elasticidad pulmonar que permite


retornar a su estado de reposo sin necesidad de que participen los músculos. Sólo en la espiración
forzada actuará un conjunto de músculos, como los intercostales internos, el triangular del esternón,
los rectos abdominales, los oblicuos abdominales, el transverso abdominal y el cuadrado lumbar. La ven-
tilación depende de la elasticidad del pulmón, es decir de la capacidad de volver a su estado original
después de una deformación por una fuerza externa. Esa elasticidad o distensibilidad pulmonar es
lo que se conoce como compliance pulmonar y se define como los cambios de volumen producidos
por los cambios de presión. Cuanto mayor sea la distensibilidad, más alto será el volumen por unidad
de presión.

Para que el aparato respiratorio realice bien su función (el intercambio de gases en el alveolo) es
necesaria la integridad de tres mecanismos:
• La ventilación de los espacios aéreos: según el volumen de aire que se moviliza en la
respiración normal, recordando que no todo el aire inspirado interviene en el intercambio,
pues habrá que descontar el espacio muerto anatómico (150 ml), ocupando la tráquea
y los bronquios que no se emplean en el intercambio de gases, que debido a su menor
concentración de O2 y ya que es el primero en entrar en los alveolos disminuye la cantidad
de aire fresco que alcanza los alveolos. Cualquier dispositivo conectado a las vías respira-
torias, como las tubuladuras de los ventiladores o mascarillas aumentará el espacio muerto
anatómico. El espacio muerto fisiológico es la combinación del espacio muerto anatómico
y de los alveolos que por mala perfusión o ventilación no intervienen en el intercambio
gaseoso.
• La difusión: a través de la membrana alveolocapilar se debe permitir el intercambio de los gases,
mediante la difusión de CO2 y O2. Esta membrana incluye la pared alveolar con los neumocitos, el
intersticio, el endotelio de los vasos y finalmente la membrana del hematíe.
• La perfusión: el sistema vascular pulmonar está formado por vasos diferentes a la circulación
sistémica, con paredes mucho más finas que ofrecen menor resistencia, por lo que las presio-
52
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

nes son sensiblemente más bajas. Las arterias bronquiales, ramas de la arteria aorta, irrigan las
estructuras de sostén y drenan en las venas pulmonares que llegan a la aurícula izquierda. La
perfusión sanguínea del pulmón no es igual en todas las partes, ya que las bases están mejor
perfundidas.

Una adecuada relación entre la ventilación/perfusión determinará las presiones parciales de


O2 y CO2 que abandonan cada unidad alveolocapilar, mecanismo que se puede comprobar
mediante la gasometría arterial y la pulsioximetría (grado de saturación de la hemoglobina

AF
por el O2).

7.4. CONTROL DE LA RESPIRACIÓN


La respiración es un fenómeno que se puede llevar a cabo mediante control voluntario e involun-
tario. En la protuberancia y en el bulbo raquídeo se localizan los centros encargados de controlar
la respiración de manera automática. Estos centros detectan los cambios de PCO2, PO2, pH y ten-
sión arterial del sistema circulatorio, activando los mecanismos de compensación para restablecer
el equilibrio gaseoso en sangre. En la bifurcación de las arterias carótidas se encuentra otro sistema
de regulación, el glomus carotídeo, que se estimula principalmente con los descensos de la PO2 igual
que los cuerpos aórticos situados a lo largo del arco aórtico.

7.5. EXPLORACIÓN
FUNCIONAL RESPIRATORIA

La espirometría es una prueba que consta de una serie de ma-


niobras que se realizan para poder calcular los diferentes volú-
menes pulmonares. Se lleva a cabo con un espirómetro. Para
obtener los volúmenes estáticos o no forzados se le pide al
paciente que respire sin forzar. Los principales volúmenes son
los siguientes:
• Volumen corriente (VT): volumen de aire que movilizamos en
una respiración normal, unos 500 ml.
• Volumen de reserva inspiratoria (VRI): diferencia de volumen
entre una inspiración normal y una inspiración forzada, unos
3.000 ml.
• Volumen de reserva espiratoria (VRE): diferencia de volumen
entre una espiración normal y una espiración forzada, unos
1.000 a 1.200 ml.
• Volumen residual (VR): volumen que queda en el aparato res- Figura 52. Volúmenes respiratorios
piratorio después de una espiración forzada, unos 1.200 ml.
Para medir el volumen residual, en casos de EPOC por ejemplo,
se puede utilizar el pletismógrafo.
• Capacidad vital (CV): volumen que se moviliza durante un ciclo ventilatorio máximo. Corres-
ponde a la cantidad de aire que es posible expulsar de los pulmones después de una inspiración
máxima, el volumen total que movilizan los pulmones siendo la suma de VT, VRI y VRE, unos
4.500 a 5.000 ml.
• Capacidad residual funcional (CRF): corresponde a la suma de VR + VRE. Cantidad de
aire que queda en los pulmones tras una espiración normal. Aproximadamente 2.300 ml.
• Capacidad inspiratoria (CI): suma de VT +VRI. Unos 3.500 ml.
• Capacidad pulmonar total (CPT): CV + VR. Tiene un valor cercano a 5.800 ml.

Todos los volúmenes y capacidades pulmonares son un 20-25% menores en mujeres que en hom-
bres. Por lo general, para el cálculo de los volúmenes estáticos se emplea la espirometría, pero para
hallar el VR y, por tanto, la CRF y la CPT, es necesario emplear la pletismografía corporal o la técnica
de dilución de helio.

En cuanto a los volúmenes dinámicos o forzados, se miden en una espirometría forzada. Tras una
inspiración forzada, se espira lo más rápido posible. Estos volúmenes son los siguientes:
• Capacidad vital forzada (CVF): volumen total expulsado en una espiración forzada, tras una ins-
piración forzada inicial en el menor tiempo posible.
• Ventilación espiratoria máxima por segundo (VEMS o FEV1): volumen espirado durante el pri-
mer segundo de una espiración forzada.
53
Anatomofisiología

7.6. VALORES DE LAS PRESIONES


DE LOS GASES DE INTERCAMBIO

Los valores de la Tabla 2 corresponden a las presiones parciales de PO2 y PCO2 y se expresan en
mmHg.

ATMÓSFERA ALVÉOLO ARTERIAL VENOSO


PO2 160 100 100 40
PCO2 0,2 40 40 45

Tabla 2. Presiones parciales

La cantidad de O2 que difunde a la sangre dependerá de las siguientes variables:


• Del gradiente entre PO2 alveolar y PO2 en sangre.
• De la superficie total de membrana respiratoria.
• Del volumen respiratorio/minuto (frecuencia respiratoria).
• De la ventilación alveolar.

TEMA 8

SISTEMA DIGESTIVO

8.1. INTRODUCCIÓN

El sistema digestivo realiza la función de suministrar al organismo un aporte continuo de agua, elec-
trolitos y nutrientes. El sistema digestivo es un tubo muscular revestido por una membrana mucosa
que presenta diferencias estructurales regionales que reflejan las diferentes funciones que en él se
realizan. Está formado por el tracto digestivo y unas glándulas digestivas anexas:
• El tracto digestivo es una estructura tubular que se extiende
desde los labios hasta el ano. Está formado por la boca, la fa-
ringe, el esófago, el estómago, el intestino delgado y el grueso.
• Las glándulas digestivas anexas están ubicadas fuera de la
pared del tracto digestivo. Comprenden las glándulas saliva-
res de la boca (parótidas, submaxilares y sublinguales) y dos
glándulas grandes relacionadas con el intestino: el hígado y el
páncreas.

8.2. ANATOMÍA TOPOGRÁFICA


DE LA REGIÓN ABDOMINAL

Para el estudio de los componentes de la cavidad abdominal es


necesario definir los espacios topográficos o regiones en las que
está dividida, que son las que están representadas en la Figura 53.

La cavidad abdominal está recubierta por una capa doble de te-


jido conectivo, el peritoneo. La capa externa parietal del mismo
está adherida a las fascias de los músculos de la pared abdominal.
La capa interna o visceral es una membrana serosa que recubre a
la mayoría de órganos del tracto digestivo abdominal.

Del peritoneo se desprenden unas estructuras de contenido


Figura 53. Regiones abdominales graso que protegen las diferentes estructuras abdominales,
54
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

los epiplones (mayor y menor). Debido a la gran movilidad que tiene el intestino, existe una
estructura que lo contiene, evitando así posibles estrangulaciones del intestino, llamada el me-
senterio.

8.3. ESTRUCTURA GENERAL DEL TRACTO DIGESTIVO

AF
El tracto digestivo es, esencialmente, un tubo
muscular revestido por una mucosa. La dispo-
sición del componente muscular permanece
relativamente constante a través de todo el
tubo, mientras que la mucosa presenta impor-
tantes variaciones en las diferentes regiones
del tracto.

El tracto digestivo (TD) posee cuatro capas


funcionales: mucosa, submucosa, muscular y
adventicia (Figura 54).
• Mucosa: capa en contacto con la luz del
tracto digestivo.
• Submucosa: capa de tejido conectivo con
vasos y nervios.
• Muscular propia: formada por músculo
liso, dispuesto generalmente en dos ca-
pas histológicas: una circular interna y
otra longitudinal externa. La contracción
combinada y sincrónica de ambas capas
permite los movimientos peristálticos del
tubo digestivo. Figura 54. Capas del tracto digestivo
• Adventicia: capa externa de tejido conec-
tivo que lleva vasos de mayor calibre y nervios. En la cavidad abdominal, se continúa con el tejido
conectivo de los mesenterios. En los lugares en los que la adventicia está expuesta a la cavidad
abdominal, se la denomina serosa o peritoneo visceral. También está presente el peritoneo parie-
tal en relación con los músculos del abdomen, que dejarán los órganos internos como órganos
peritoneales, posteriormente órganos retroperitoneales y otros extraperitoneales como los ór-
ganos pélvicos.

8.4. FORMAS BÁSICAS DE LA MUCOSA


DEL TRACTO DIGESTIVO

Existen cuatro tipos básicos de mucosa del tubo digestivo, que se clasifican de acuerdo con su fun-
ción principal:
• Protectora: se encuentra en la cavidad bucal, faringe, esófago y canal anal.
• Secretora: secretan enzimas digestivas y moco para la lubricación del tubo digestivo.
• De absorción: forma típica de todo el intestino delgado. La mucosa forma unos repliegues, las
vellosidades, que permiten aumentar la superficie de absorción.
• De absorción/protección: es típica del intestino grueso. Está constituida por mucosa compuesta
por células que absorben agua y células caliciformes secretoras de moco.

8.5. COMPONENTES DEL TRACTO DIGESTIVO

8.5.1. Boca

La boca es el primer tramo del tracto digestivo. Se define como la cavidad donde se tritura el ali-
mento y se inicia la digestión, que se divide en digestión mecánica y química. El bolo es triturado y
amasado gracias a la masticación y a los movimientos de la lengua. Ésta desplazará el alimento hacia
la orofaringe.
55
Anatomofisiología

Los dientes se encargan de desmenuzar el bolo. La capa superficial de los mismos está cubierta por el
esmalte, que es el tejido más resistente del organismo. A lo largo de la vida se tienen dos tipos de denti-
ción: una primera dentición (de leche) o decidual, compuesta por 20 dientes y una segunda dentición
en la edad adulta, conocida como dentición definitiva o permanente, compuesta por 32 dientes cuya
distribución es: ocho incisivos, cuatro caninos, ocho premolares, ocho molares y cuatro muelas del juicio.

La digestión química se inicia en la boca gra-


cias al efecto que provoca sobre el bolo la sali-
va secretada por las glándulas salivales mayo-
res y menores (Figura 55). La secreción diaria
de saliva oscila entre 800 y 1.500 ml.
• Glándulas salivales mayores: son pares.
- Parótidas: situadas por delante y un
poco debajo, del pabellón auricular. La
saliva llega a la boca a través del con-
ducto de Stenon, a nivel del segundo
molar superior.
- Submandibulares o submaxilares: lo-
calizadas por debajo del canto inferior
de la mandíbula. Drenan la saliva a tra-
vés del conducto de Wharton, a nivel
del frenillo lingual.
- Sublinguales: situadas en el suelo de la
boca. Secretan la saliva a través del con-
ducto de Rivinus.

• Glándulas salivales menores: diseminadas


por toda la mucosa oral, secretan moco.

En la lengua se localizan las terminales del sen-


tido del gusto, los botones gustativos, que se
encuentran en las papilas gustativas, que están
ordenadas geográficamente para detectar los
distintos sabores. Existen cuatro tipos de sabo-
res puros: ácido, dulce, salado y amargo.
Figura 55. Esquema de las glándulas salivales

8.5.2. Faringe

La faringe se extiende desde la base del cráneo hasta el esófago. Se divide en rino, oro e hipofaringe.
En la rinofaringe y en la orofaringe se encuentran acúmulos de tejido linfático: las amígdalas farín-
geas (adenoides) y las amígdalas palatinas.

8.5.3. Esófago

El esófago es un tubo de unos 25 cm de longi-


tud que transporta el alimento desde la farin-
ge hasta el estómago; su luz es pequeña e irre-
gular. La unión con el estómago se hace por
debajo del diafragma. Es en esta unión donde
se encuentra un refuerzo muscular a modo de
válvula, el cardias, que evita la regurgitación
del contenido gástrico.

8.5.4. Estómago

El estómago es la parte más ensanchada del


tubo digestivo. La capa muscular de la pared
del estómago está formada por tres capas su-
perpuestas de músculo liso, a diferencia del
resto de los componentes del tubo digestivo,
que tienen dos capas. En su vertiente interior
se distinguen tres partes: fundus, cuerpo y an-
tro pilórico. La unión del estómago y la prime-
Figura 56. Estómago, duodeno y vías biliares ra porción del duodeno se denomina píloro.
56
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

El alimento que llega al estómago sufre una acción mecánica y química que lo transforma en un
líquido espeso, el quimo. La mucosa gástrica es rugosa y contiene las glándulas gástricas que produ-
cen el jugo gástrico, secreción que contiene ácido clorhídrico y pepsina, enzima digestiva que hidroli-
za las proteínas. La mucosa del estómago está protegida por una gruesa capa de moco.

Las glándulas gástricas están constituidas por diversos tipos celulares:


• Células mucosecretoras: secretan moco para proteger del ácido la mucosa del estómago y gas-
trina, hormona que interviene en el control de la secreción gástrica.

AF
• Células parietales: generan el ácido clorhídrico y el factor intrínseco necesario para la absorción
de la vitamina B12 a nivel del íleon.
• Células principales: secretan el pepsinógeno que, en presencia de ácido clorhídrico, se transfor-
ma en pepsina, enzima que hidroliza las proteínas.
- Células G: producen la hormona gastrina.

8.5.5. Intestino Delgado (ID)

El intestino delgado está cosntituido por el duodeno, el yeyuno y


el íleon. Es la parte del tubo digestivo donde se realiza la absorción
de los productos de la digestión. El intestino delgado tiene una
gran longitud (4-6 m) para ofrecer una amplia superficie de absor-
ción. Para aumentar la citada superficie, la mucosa del intestino
delgado forma una serie de pliegues, proyecciones digitiformes,
denominadas vellosidades, y unas invaginaciones en la base de
las vellosidades, las criptas de Lieberkühn. Las células que tapizan la
mucosa de las vellosidades, denominados enterocitos, presentan
en su superficie unas microvellosidades que incrementan aún más
la superficie de absorción (Figura 57).

A lo largo de la pared del intestino delgado se encuentran una


serie de acúmulos linfoides de tamaño variable; los de mayor ta-
maño reciben el nombre de placas de Peyer, localizadas en mayor
número a nivel del íleon terminal. Se puede dividir el intestino del-
gado en tres porciones:
• Duodeno: se inicia a la salida del estómago y describe un
trayecto curvilíneo de unos 25 cm de longitud. Se divide en
cuatro porciones. A nivel de la segunda porción se localiza el
orificio de salida de las secreciones del páncreas y de la vesí-
cula biliar, la ampolla de Váter, punto en el que se unen el con-
ducto que lleva las sales biliares, el colédoco, con el conducto
pancreático principal. La ampolla de Váter está regulada por el
esfínter de Oddi. La principal función del duodeno es la de neu-
tralizar el ácido gástrico y la pepsina. Figura 57. Estructura del intestino delgado
• Yeyuno: su función es básicamente absortiva, donde se absor-
ben la mayoría de los hidratos de carbono, proteínas y grasas.
• Íleon: es la parte final del intestino delgado y posee una función de absorción, incluyendo a
las sales biliares y la vitamina B12. En su trayecto final se encuentra la mayor parte de acúmu-
los de tejido linfoide, las placas de Peyer. La unión del intestino delgado con el intestino grue-
so (IG) se realiza mediante la válvula ileocecal (que mantiene separadas ambas estructuras).

8.5.6. Intestino grueso (IG)

Las funciones del intestino grueso son la recuperación de agua a partir del residuo líquido del intes-
tino delgado y la propulsión de la heces hacia el recto, antes de la defecación. Para evitar la lesión
de la mucosa por el contacto con las heces y facilitar el deslizamiento, las células caliciformes de la
mucosa secretan moco.

De pared muscular gruesa, es capaz de producir ondas peristálticas potentes. Como en el resto del
tracto gastrointestinal, la muscular propia del intestino grueso está formada por una capa circular
interna y una capa longitudinal externa, que presenta una característica especial (con la excepción
del recto): la citada capa longitudinal no rodea completamente el tracto sino que forma tres bandas
separadas, denominadas tenias cólicas o cintas del colon.

El intestino grueso comprende la última porción del tubo digestivo; en él se pueden diferenciar unas
contracciones segmentarias de la musculatura circular que se denominan haustras. Estas contrac-
ciones favorecen los movimientos de mezcla y de propulsión o de masa. Desde el punto de vista
macroscópico se divide en tres partes: colon, recto y conducto anal.
57
Anatomofisiología

• Colon: dividido en cinco porciones.


- Ciego: primer tramo de unos 6-8 cm, localizado a nivel de la fosa ilíaca derecha. A este nivel
se encuentra un pequeño fondo de saco, el apéndice vermicular, con alto contenido de tejido
linfoide.
- Colon ascendente, transverso y descendente: en conjunto, describe un marco que as-
ciende por el lado derecho de la cavidad abdominal (colon ascendente), que se curva a ni-
vel del hipocondrio derecho (ángulo hepático del colon), denominándose entonces colon
transverso, que llega hasta el hipocondrio izquierdo (ángulo esplénico del colon), donde
vuelve a curvarse para descender por el lado izquierdo de la cavidad abdominal (colon
descendente).
- Colon sigmoide o sigma: cuando el colon descendente llega a nivel de la fosa ilíaca iz-
quierda, sufre una nueva incurvación, dirigiéndose hacia la parta baja y central del abdo-
men, el hipogastrio. Este trayecto describe la forma de una “S itálica”, de ahí el nombre de
sigma.

• Recto: porción terminal, corta (18-20 cm) y dilatada del intestino grueso, cuya función es la de
almacenar las heces semisólidas antes de la defecación.
• Conducto anal: son los últimos 2-3 cm del tubo digestivo. Está rodeado por una masa externa de
musculatura esquelética que forma el esfínter anal.

8.6. GLÁNDULAS
DIGESTIVAS ANEXAS:
HÍGADO Y PÁNCREAS

8.6.1. Hígado

El hígado es la glándula de mayor tamaño del


organismo. Está situado en el hipocondrio
derecho. Sus principales funciones son las si-
guientes:
• Destoxificación del organismo, mediante
la eliminación de los productos metabóli-
cos de desecho.
• Destrucción de los hematíes defectuosos
y recuperación de sus componentes (con-
juntamente con el bazo).
• Síntesis y secreción de bilis hacia el duo-
deno por el sistema biliar: entre 600 y
Figura 58. Estructura hepática donde se aprecian los espacios porta
1.000 ml/día.
• Síntesis de las proteínas plasmáticas, in-
cluyendo los factores de la coagulación.
• Síntesis de las lipoproteínas plasmáticas.
• Funciones metabólicas, como la síntesis de
glucógeno y la gluconeogénesis.

Con excepción de los lípidos, todos los pro-


ductos procedentes de la digestión pasan
directamente a la sangre venosa, recorriendo
el trayecto que va desde el intestino delgado
al hígado a través del sistema porta hepático,
antes de entrar a la circulación general.

Las células hepáticas o hepatocitos se dis-


ponen formando lobulillos, que tienen for-
ma hexagonal y presentan en el centro la
vena central. Las ramas de la arteria hepá-
tica y de la vena porta discurren entre los
lobulillos (espacios porta). Desde los espa-
cios interlobulillares se filtra la sangre hacia
la vena central a través de los sinusoides
hepáticos. Las venas centrales drenan hacia
la vena hepática y de aquí a la circulación
Figura 59. Vías biliares general (Figura 58).
58
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

La secreción biliar se recoge en dos colectores, los conductos hepáticos derecho e izquierdo, que
formarán el conducto hepático común. Éste se une con el conducto cístico proveniente de la vesí-
cula biliar (reservorio extrahepático de bilis) para formar el colédoco. Una vez llega al final de su
trayecto, a nivel de la segunda porción del duodeno, el colédoco se une al conducto pancreático
en la ampolla de Vater. El control de la secreción pancreática y biliar lo realiza, a este nivel, el es-
fínter de Oddi.

AF
8.6.2. Páncreas exocrino

El páncreas es una glándula retroperitoneal con secreción endocrina y exocrina. El páncreas exocrino Recuerda
representa la mayor parte del parénquima glandular. Su secreción, formada por enzimas digestivas y Por el conducto pancreático sólo circulan
bicarbonato sódico, llega al intestino delgado mediane el conducto pancreático, que desemboca en las enzimas del páncreas exocrino ya que
la ampolla de Vater a nivel de la segunda porción del duodeno. Las enzimas pancreáticas se encargan las hormonas pancreáticas son liberadas
de la digestión de proteínas, lípidos y glúcidos, y son las siguientes: directamente a la sangre.
• Tripsina y quimiotripsina: digestión de proteínas.
• Amilasas pancreáticas: digestión de glúcidos.
• Lipasa pancreática: digestión de lípidos.

8.7. NUTRICIÓN
Los diferentes alimentos necesarios para el cuerpo humano tienen que ser digeridos para convertir-
se en moléculas más pequeñas, fáciles de absorber y transportar.
• Las proteínas provienen de fuentes animales y vegetales, compuestas de aminoácidos, que se
convierten en peptonas en el estómago y son digeridas mediante las enzimas pancreáticas trip-
sina y quimiotripsina para absorberse a nivel yeyunal.
• Las grasas compuestas de oxígeno, hidrógeno y carbono se almacenan en forma de ácidos gra-
sos y glicerina, producen calor y energía, y son digeridas a nivel gástrico a través de la lipasa
gástrica, continuándose esta digestión en el duodeno por acción de las sales biliares que ayudan
a la lipasa pancreática, para ser absorbidas a nivel del intestino medio.
• Los hidratos de carbono (azúcares y almidones), cuyo origen es vegetal, excepto la lactosa, que
deriva de la leche, se ingieren como almidón, sacarosa y lactosa y se hidrolizan por medio de la
amilasa salival y pancreática, para absorberse a nivel medio, al igual que todos los otros nutrien-
tes, exceptuando las sales biliares y la vitamina B12 o cobalamina, que se absorben exclusivamen-
te a nivel del íleon terminal.
• La reabsorción de agua en el tracto digestivo es un papel fundamental del equilibrio hidro-
salino del cuerpo. Normalmente se ingiere al día una cantidad de agua de unos 1,5-2 l. Pero
al duodeno le llegan en 24 horas unos 9 l de agua que corresponden al resto de secreciones
de los jugos intestinales. El intestino delgado, en especial el íleon, absorbe la mayor parte de
este volumen, dejando solamente 1,5-2 l que pasan al intestino grueso. El colon es el que se
encarga de absorber el 90% de lo que queda, dejando tan sólo unos 200 ml que se excretan
con las heces.

8.8. VASCULARIZACIÓN
DEL TRACTO GASTROINTESTINAL

La vascularización arterial del tracto gastrointestinal la aportan los siguientes tres troncos arteriales:
Recuerda
• Tronco celíaco: irriga el estómago, el bazo, el hígado, la primera porción del duodeno y la parte La vena porta esta formada por la unión
abdominal del esófago (Figura 60). de la vena mesentérica superior y el tron-
• Mesentérica superior: riega el hemicolon derecho y la mayoría del intestino delgado, ex- co esplenomesalaico, y éste a su vez, de
cluyendo la primera porción de duodeno (incluyendo la mitad derecha del transverso) (Fi- la vena mesentérica inferior y la vena es-
plénica. Las venas más importantes de la
gura 61).
formación son la mesentérica superior y
• Mesentérica inferior: irriga al hemicolon izquierdo (incluyendo la mitad izquierda del transver- la esplénica.
so), además del sigmoide y del tercio superior del recto.

El sistema vascular venoso del aparato digestivo es recogido por la vena porta, que se forma
de la unión de la vena mesentérica superior con la vena esplénica de manera constante. En
ocasiones, la vena esplénica se puede unir a la vena mesentérica inferior para formar el tronco
esplenomesalaico. La vena porta drena en el hígado y aporta la mayor parte del flujo sanguíneo
hepático (70%) mientras que la arteria hepática, rama del tronco celíaco, se encarga del resto.
59
Anatomofisiología

Después de dividirse en el hígado, sus ramas recorren los espacios porta junto con ramas de la
arteria hepática y los conductillos biliares, para acabar drenando en las venas centrolobulillares,
que a su vez desembocan en las venas suprahepaticas para drenar en la vena cava inferior.

A nivel del recto inferior, la sangre se recoge por el sistema venoso sistémico, drenando en
las venas hipogástricas que se continúan con la cava inferior, saltándose el paso metabólico
hepático (Figura 62). Esto último se debe tener en cuenta al administrar medicamentos por vía
rectal.

Figura 60. Tronco celíaco Figura 61. Arterias mesentéricas

Figura 62. Formación de la vena porta

60
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

TEMA 9

APARATO URINARIO (AU)

AF
9.1. INTRODUCCIÓN

El aparato urinario es el responsable de regular el equilibrio hidroelectrolítico del organismo, además


de permitir la excreción de sustancias tóxicas a través de la orina. La unidad funcional del aparato
urinario es la nefrona, localizada a nivel renal. En las nefronas se realizará el filtrado del plasma y la
reabsorción de agua y algunas moléculas.

9.2. COMPONENTES DEL APARATO URINARIO

El aparato urinario está formado por dos riñones, dos uréteres, la vejiga urinaria y la uretra.

9.2.1. Riñones

Los riñones son órganos retroperitoneales localizados a nivel lumbar. En la cara medial del riñón se
localiza el hilio renal, lugar por el que discurren los vasos renales (arteria y vena) y la pelvis renal, que
a modo de embudo acabará en el uréter.
En la descripción macroscópica de la estructura renal, se observa una zona externa, la corteza renal,
y una interna, la médula renal. La zona medular está compartimentada por tabiques que salen de
la zona cortical, formando las pirámides medulares que tienen una serie de conductos por los que
circula la orina, los cuales irán convergiendo en dirección hacia la pelvis renal. De aquí, la orina des-
cenderá por el uréter hasta llegar a la vejiga urinaria (Figura 63).

La nefrona es la unidad funcional del riñón, tiene una parte localizada en la cortical y otra en la
medular.

Las funciones renales son la filtración glomerular de las sustancias a través de la cápsula de Bowman,
la reabsorción de las mismas a nivel de los túbulos renales, la se-
crecion de hormonas y otras sustancias y la excreción de la orina,
con el consiguiente aclaramiento plasmático renal o limpieza de
una sustancia del plasma.

Además del filtrado, el riñón participa en mecanismos de regulación


mediados por hormonas sintetizadas en algunas de sus células:
• Secreción de renina: segregada por las células yuxtaglomeru-
lares. Participa en el control de la presión arterial mediante el
sistema renina-angiotensina-aldosterona. Ante una hipoten-
sión detectada por el riñón, se activa la secreción de renina,
que activa el angiotensinógeno (sintetizado en el hígado),
dando lugar a la angiotensina I. Cuando ésta llegue al pulmón,
una enzima la transforma en angiotensina II, produciendo va-
soconstricción arterial y estimulando la secreción de aldoste-
rona por parte de la corteza suprarrenal. Esta última estimula
la reabsorción de Na+ y agua en el túbulo distal, provocando el
incremento de la presión arterial. La angiotensina II provoca la
secreción de ADH en el hipotálamo.
• Secreción de eritropoyetina: activa la eritropoyesis que se
realiza en la médula ósea. La hipoxia es un estímulo importan-
te para la secreción de eritropoyetina renal.
• Existe otra hormona secretada a nivel cardíaco que es el Pép-
tido Natriurético Atrial (PNA o ANP), que se libera cuando
existe un incremento de la presión a nivel de las aurículas car-
díacas y estimula la pérdida de Na+ y de agua para disminuir
la presión. Por tanto, a nivel renal produce una vasodilatación
arteriolar aferente que aumenta el filtrado glomerular e inhibe
a la renina y a la aldosterona. Figura 63. Corte sagital del riñón

61
Anatomofisiología

9.2.2. Uréteres

Los uréteres son tubos musculares por donde la orina pasa del riñón a la vejiga urinaria. La capa mus-
cular de la pared produce movimientos peristálticos para facilitar el transporte de la misma. Los uré-
teres penetran en la región del trígono de la vejiga a través del músculo detrusor.

9.2.3. Vejiga urinaria

La vejiga urinaria es el lugar en el que se almacena la orina vehiculizada por los dos uréteres. La pa-
red vesical está compuesta por tres capas musculares que forman el músculo detrusor, el cual se
contrae durante la micción. Para evitar que la orina pase a la uretra, existe un esfínter a nivel de la
unión vesículo-uretral. Este esfínter se relaja gracias al reflejo de la micción regulado por el centro
reflejo a nivel del sacro. Dicho centro activa neuronas parasimpáticas que contraen el músculo
detrusor de la vejiga y provocan la relajación del esfínter uretral interno facilitando la micción. El
esfínter vesical externo está formado por músculo esquelético voluntario y es activado mediante
el nervio pudendo.

9.2.4. Uretra

La estructura de la uretra es diferente en el hombre y la mujer.


• Uretra femenina: es muy corta (3-4 cm). La parte final está rodeada por un esfínter de músculo
estriado (voluntario).
• Uretra masculina: se divide en tres partes anatómicas:
- Prostática: atraviesa la próstata. Es en este nivel donde se le unen los conductos eyaculado-
res que transportan el semen.
- Membranosa: se extiende desde la salida de la próstata hasta llegar al bulbo del cuerpo
esponjoso del pene.
- Esponjosa: atraviesa el pene hasta llegar a la parte final del trayecto, donde se ensancha
formando la fosa navicular.

9.3. NEFRONA

La unidad funcional renal está formada por dos partes: corpúsculo


renal y túbulo renal (Figura 64).

9.3.1. Corpúsculo renal

El corpúsculo renal está constituido por la cápsula de Bowman y


el glomérulo renal. Es el lugar en el que se realiza la filtración del
plasma, obteniéndose el filtrado glomerular, que pone en marcha
la formación de la orina y que luego pasará hacia el túbulo renal
proximal y el resto de la nefrona.

En la cápsula de Bowman se encuentran unas células llamadas


podocitos que forman la barrera que debe atravesar el filtrado
glomerular a través de los poros que quedan entre las células. A
este nivel se localizan las arteriolas aferente y eferente: la arteriola
aferente tiene un grupo celular especial, las células yuxtaglomeru-
lares, que forman el aparato yuxtaglomerular que son las encarga-
das de la síntesis y de la secreción de renina.

El impulso para la filtración del plasma desde los capilares glo-


merulares al espacio de Bowman se lleva a cabo por las fuerzas de
Starling, que es la ley que regula las fuerzas necesarias para inter-
cambiar el agua y los solutos de un espacio a otro compartimento,
según la ecuación siguiente:

PEF = (PH(sangre) + PO(orina)) – (PH(orina) + PO(sangre))


Figura 64. Nefrona

62
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

• PEF: presión efectiva de filtración.


• PH: presión hidrostática: es la presión del agua dentro de un
compartimento y determina el paso lento o rápido de forma
pasiva según tenga más o menos presión.
• PO: presión osmótica: es la fuerza que provoca la difusión del
agua debido a las diferencias de concentración de los solutos,
éstos son principalmente glucosa, urea, sodio y cloro , y según
el número de partículas que determina la osmolalidad siem-

AF
pre pasará el agua a donde exista una mayor concentración
de solutos.

Es decir, la filtración glomerular, de igual manera que ocurre en el


resto de capilares, se produce a expensas de las fuerzas de Star-
ling, que determinan el intercambio de agua y solutos entre los
capilares y el espacio intersticial (determinado por las presiones
hidrostática y osmótica en los capilares y en el intersticio).

9.3.2. Túbulo renal

Figura 65. Esquema de la reabsorción tubular


La orina es un ultrafiltrado del plasma que carece de proteínas. El
riñón recibe el 20% del gasto cardíaco (aproximadamente 1 l de
sangre/minuto), por lo que al día se filtran 180 l de agua y 1 kg de
ClNa, eliminando un 1% de lo filtrado. Dentro de los túbulos, el filtrado sufre unos cambios hasta Recuerda
formar la orina definitiva.
En el corpúsculo de Bowman es donde
El túbulo renal está formado por una serie de canalículos (túbulo contorneado proximal, asa se produce la filtración glomerular, en
de Henle, túbulo contorneado distal y tubo colector) que se encargarán de la reabsorción de el túbulo contorneado proximal tiene
lugar la reabsorción de la mayor parte
agua, de iones inorgánicos y de algunas moléculas del filtrado (glucosa, aminoácidos y urea)
del filtrado, después en el asa de Henle la
(Figura 65). orina se va concentrando reabsorbiendo
agua y al subir, la porción ascendente es
En el túbulo contorneado proximal se reabsorbe el 88% del filtrado, dando lugar a una orina similar impermeable al agua pudiendo regular
al plasma en osmolaridad, para después, en el asa de Henle, en la porción ascendente, que es im- las moléculas e iones. Por fin en el túbulo
permeable al agua, diluir las moléculas e iones. A nivel terminal actúan dos hormonas: la hormona distal se produce el último reajuste absor-
antidiurética (ADH), sintetizada en el hipotálamo, que estimulará la reabsorción de agua en el túbulo biendo agua y Na+.
colector, y la aldosterona, sintetizada en la corteza adrenal, que activará la reabsorción de Na+ y, con-
secuentemente, de agua a nivel del túbulo contorneado distal.

9.4. EQUILIBRIO HIDROELECTROLÍTICO

Una de las funciones principales del riñón es la de mantener el equilibrio de los electrólitos de los
líquidos en el cuerpo, controlando la pérdida de agua, el Na+ y el K+. Entre la célula y el espacio extra-
celular se produce un continuo intercambio de iones según los compartimentos del cuerpo.

Para mantener el equilibrio iónico, debe existir una coordinación entre las funciones del riñón (reab-
sorción/secreción de agua e iones), del pulmón (eliminando vapor de agua con la respiración), de la
piel (mediante evaporación del agua en forma de sudor) y del sistema digestivo (eliminando agua
en las heces).

El riñón también colabora en el equilibrio del pH sanguíneo, eliminando más o menos H+ según las
necesidades ya que constituye el órgano responsable de regenerar el HCO3–, utilizado en la amorti-
guación inmediata de los ácidos endógenos producidos. El riñón, por tanto, enfrenta la gran respon-
sabilidad en la regulación del equilibrio ácido-básico en:
• Recuperar la mayor proporción posible de bicarbonato filtrado.
• Excretar hidrogeniones.

La reabsorción de HCO3– se efectúa en el túbulo contorneado proximal, mientras que en el túbulo


contorneado distal se induce la formación de acidez titulable en orina a partir de fosfatos y se excre-
tan otros ácidos no titulables mediante la síntesis de amoníaco.

La acidosis y la alcalosis se refieren a todas las situaciones que tienden a disminuir o aumentar el pH,
respectivamente. Estos cambios en el pH pueden ser inducidos en las concentraciones plasmáticas
de la pCO2 o del bicarbonato. Las alteraciones primarias de la pCO2 se denominan acidosis respirato-
ria (pCO2 alta) y alcalosis respiratoria (pCO2 baja). Cuando lo primario son los cambios en la concen-
tración de HCO3– se denominan acidosis metabólica (HCO3– bajo) y alcalosis metabólica (HCO3– alto).
63
Anatomofisiología

TEMA 10

GLÁNDULAS ENDOCRINAS

10.1. INTRODUCCIÓN

Las glándulas endocrinas son los órganos de síntesis y secreción de hormonas que se verterán
a la circulación sanguínea para poder actuar específicamente sobre sus órganos diana. Junto
con el sistema nervioso, las hormonas coordinan e integran las funciones de todos los sistemas
fisiológicos.

Las glándulas endocrinas son estructuras ricamente vascularizadas que, a diferencia de las glándulas
exocrinas, no poseen conductos excretores; por eso se denominan glándulas sin conductos. Las glán-
dulas endocrinas propiamente dichas incluyen la hipófisis, la glándula pineal, el tiroides, las glándu-
las paratiroides, el páncreas, las glándulas adrenales, los ovarios y los testículos.

10.2. HIPÓFISIS

También conocida como glándula pituitaria, se encuentra ubicada dentro del cráneo, en la silla turca
del esfenoides, manteniendo contacto con el hipotálamo a través de un pedículo. Funcionalmente,
se divide en adenohipófisis y neurohipófisis (Figura 66).

10.2.1. Adenohipófisis

La adenohipófisis es la hipófisis anterior, y es el lugar de síntesis de las siguientes hormonas:


• Hormona del crecimiento o somatotrofina (GH): estimula el crecimiento de todos los tejidos del
organismo, especialmente el cartílago de crecimiento de los huesos largos.
• Prolactina o luteotrofina (PL): hormona que induce la secreción de leche y el desarrollo de las
glándulas mamarias.
• Hormona tirotrófica o tirotrofina (TSH):
estimula la glándula tiroides.
• Hormona foliculoestimulante (FSH): en la
mujer induce el crecimiento de los folículos
de los ovarios; en el hombre estimula el epi-
telio seminífero del testículo.
• Hormona luteinizante (LH): en la mujer,
produce la maduración total del folículo,
la secreción de estrógenos, la ovulación
y la formación del cuerpo lúteo; en el
hombre, induce las células de Leydig del
testículo, productoras de testosterona. La
LH y la FSH también se denominan gona-
dotrofinas.
• Hormona adrenocorticotrófica o cortico-
trofina (ACTH): estimula las zonas fascicu-
lada y reticular de la corteza adrenal para la
síntesis de glucocorticoides.
• Hormona estimuladora de los melanoci-
tos (MSH): esta hormona se encuentra en
una zona entre la adeno y la neurohipó-
fisis. Activa la síntesis de melanina en la
piel.

La secreción de todas las hormonas hipofisa-


rias está regulada directamente por el hipo-
tálamo, que se encarga también de regular la
temperatura corporal, la ingesta de alimientos
y agua y los patrones emocionales. La activi-
Figura 66. Hipófisis dad hipotalámica está bajo la influencia de los
64
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

estímulos nerviosos procedentes del SNC, también está controlada por los mecanismos de retroali-
mentación (feed-back) ejercidos por los niveles circulantes de hormonas producidas por las glándu-
las que dependen de la hipófisis.
Recuerda
Tejidos del organismo, Crecimiento
GH (somatotrofina) La sección de todas las hormonas hipo-
cartílago, huesos  glucemia
fisarias está regulada por el hipotálamo.
LTH, PRL (prolactina) Mama Secreción leche

AF
Hormonas tiroides
TSH (tirotrofina) Tiroides
T3-T4 metabolismo

FSH Ovario Crecimiento de folículos


(foliculoestimulante) Testículo Epitelio seminífero

ADENOHIPÓFISIS Maduración de folículos,


Ovario
ovulación y cuerpo lúteo
LH (luteinizante)
Células Leyding que
Testículo
producen testosterona
ACTH Síntesis glucocorticoides
Corteza adrenal
(adenocorticotrofina)  glucemia
MSH (estimuladora
Melanocitos de la piel Producción de melanina
de melanocitos)
ADH (vasopresina) Túbulo colector Reabsorción de agua
Mama Eyección láctea
NEUROHIPÓFISIS Oxitocina
Útero Contracciones uterinas

Tabla 3. Hormonas hipofisarias

10.2.2. Neurohipófisis

La neurohipófisis es la hipófisis posterior. Se origina a partir de una evaginación del tejido nervioso
hipotalámico, permaneciendo unido a través del tallo hipofisario. Realiza la función de reservorio de
dos hormonas sintetizadas en el hipotálamo:
• Hormona antidiurética o vasopresina (ADH): actúa a nivel renal estimulando la reabsor-
ción de agua en la parte distal de la nefrona, lo que provoca la aparición de una orina con-
centrada .
Recuerda
• Oxitocina: es capaz de provocar contracciones en el útero grávido, especialmente en el mo- Aunque se almacenen en la neurohipófi-
mento del parto. También produce el reflejo de eyección de la leche cuando se estimula el sis, la oxitocina y la vasopresina se sinte-
tizan en el hipotálamo.
pezón.

10.3. GLÁNDULA PINEAL O EPÍFISIS

La epífisis es una pequeña glándula localizada en el techo del tercer ventrículo del encéfalo. Sintetiza
y secreta la melatonina, cuyo efecto es la inhibición de la adenohipófisis (en concreto, de las gona-
dotropinas). La función de la glándula pineal es estimulada por la oscuridad e inhibida por la luz
mediante impulsos nerviosos emitidos desde la retina.

10.4. TIROIDES

La tiroides es una glándula bilobulada ubicada en la zona cervical, por delante del cartílago tiroides,
de la laringe y de la tráquea. Produce hormonas de dos tipos:
• Hormonas que contienen yodo: triyodotironina (T3) y la tiroxina o tetrayodotironina (T4). La T4
se convierte en T3 en la circulación general (a nivel periférico). La T3 es mucho más potente, se
encarga de regular la velocidad del metabolismo basal. La secreción de ambas hormonas está
regulada por la TSH.
• Calcitonina: sintetizada por las células parafoliculares o células C, regula los niveles plasmáticos
de calcio junto con la hormona paratiroidea (PTH). Disminuye los niveles de calcio en plasma,
inhibiendo la decalcificación ósea, producida por la resorción osteoclástica, estimulando la acti-
vación osteoblástica.
65
Anatomofisiología

10.5. GLÁNDULAS PARATIROIDES

Las glándulas paratiroides son cuatro pequeñas glándulas íntimamente asociadas al tiroides, loca-
lizadas en su cara posterior. Regulan los niveles séricos de calcio y de fosfato mediante la hormona
paratiroidea o parathormona (PTH).

Aumenta los niveles de calcio plasmático estimulando la resorción ósea, actuando también a nivel
renal, donde incrementa la reabsorción tubular de iones Ca2+, y estimulando la absorción de calcio
por el intestino delgado. En esta acción también participa la vitamina D.

HORMONA PTH VITAMINA D CALCITONINA


• Se activa por la
disminución del calcio,
la adrenalina
Se activa por la actividad de Estimulada por el calcio,
y los agonistas β
Regulación la 1-25 hidroxilasa, activada la gastrina, catecolaminas,
• Se inhibe por la
por la PTH glucagón y CCK
hipercalcemia y por una
gran disminución del Mg
intracelular
Aumenta la resorción Aumenta la resorción ósea
Acciones
ósea produciendo a dosis altas. Si no, activa los Inhibe la reabsorción ósea
óseas
hipercalcemia osteoblastos
Aumenta la reabsorción
Acciones de calcio y disminuye la Favorece la reabsorción Aumenta la excreción
renales reabsorción del fosfato, de calcio y fósforo de calcio y fósforo
produciendo hipoP
Aumenta la absorción
• No directamente
Acciones de calcio y fosfatos, pro-
• De forma indirecta ???
intestinales duciendo hipercalcemia e
al estimular la vitamina D
hiperfosfatemia
Tabla 4. Metabolismo del calcio

La vitamina D proviene de la piel, bajo la acción de la luz solar, y de la dieta, metabolizándose en el


hígado y posteriormente en el riñón a calcitriol que es el metabolito más activo. Estrechamente re-
gulada por la PTH, se encarga, a nivel intestinal, de absorber calcio y fósforo, a nivel óseo de facilitar
la resorción, y a nivel renal también favorece la reabsorción de calcio y fósforo.

10.6. GLÁNDULAS
ADRENALES
O SUPRARRENALES

Las glándulas suprarrenales están localizadas


en el polo superior de cada riñón. Funcional-
mente se diferencian dos tipos de tejido endo-
crino: la corteza y la médula suprarrenal (Figura
68).

10.6.1. Corteza suprarrenal

Con origen embriológico similar al de las góna-


das, actúa secretando diversas hormonas este-
roideas que tienen como precursor común el
colesterol. En la corteza adrenal se distinguen
tres capas histológicas superpuestas que se-
gregan diferentes tipos de hormonas:
• Capa glomerular: capa más externa. Pro-
duce hormonas mineralcorticoides, siendo
la aldosterona la más importante. Ésta se
encarga de la regulación de los niveles de
Figura 67. Hormonas que intervienen en el metabolismo mineral y sus interacciones Na+ y K+ del organismo, reabsorbiendo Na+
66
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

y eliminando K+ mediante la bomba de


Na+-K+, principalmente a nivel del túbulo
renal. También participa en la regulación
de la presión arterial mediante el sistema
renina-angiotensina, controlado por el
aparato yuxtaglomerular del riñón.
• Capa fascicular: capa intermedia. Se-
grega hormonas glucocorticoides, prin-

AF
cipalmente cortisol, que realizan gran
número de funciones metabólicas. Se
encarga de aumentar los niveles plas-
máticos de glucosa y de la síntesis de
glucógeno. Activa la degradación de las
proteínas y la liberación de lípidos desde
los depósitos tisulares. El control de la
secreción de cortisol lo realiza el hipotá-
lamo por medio de la CRH que activa el
ACTH hipofisario.
• Capa reticular: capa más interna. Secreta
pequeñas cantidades de andrógenos, es-
trógenos y progesterona.

10.6.2. Médula suprarrenal

La médula suprarrenal es de origen embrioló-


gico similar al del sistema nervioso simpático Figura 68. Glándula suprarrenal
(ectodermo). Produce las catecolaminas adre-
nalina (epinefrina) y noradrenalina (norepinefri-
na). En el adulto, el 80% de la secreción de catecolaminas a este nivel lo constituye la adrenalina. La
excreción de la médula suprarrenal está controlada directamente por el sistema nervioso simpático.
La función de la médula suprarrenal es la de reforzar la acción del sistema nervioso simpático bajo
condiciones de tensión.

10.7. PÁNCREAS ENDOCRINO

Tal como ya se ha visto, el páncreas es una glándula con secreción exocrina y endocrina. Los grupos
celulares endocrinos se denominan islotes de Langerhans, producen principalmente dos hormonas
polipeptídicas, la insulina y el glucagón, de gran importancia en el metabolismo de los hidratos de
carbono. La insulina, segregada por las células β, facilita la absorción de glucosa por la mayoría de
células, descendiendo así la concentración de glucosa en sangre.

El glucagón, segregado por las células α, ejerce, en general, efectos metabólicos opuestos a los de
la insulina, como el aumento de la glucemia al igual que las hormonas GH, cortisol y adrenalina.
La liberación de insulina y de glucagón dependerá de los niveles de glucosa en sangre.

La somatostatina es una hormona polipeptídica producida por las células δdel páncreas endo-
crino. Actúa en los islotes de Langerhans deprimiendo la secreción de insulina y glucagón, dis-
minuye la motilidad del estómago, del duodeno y de la vesícula biliar, retrayendo la absorción y
la secreción intestinal. Además, se encarga de inhibir a la hormona de crecimiento a nivel hipo-
talámico.

10.8. SISTEMA ENDOCRINO GASTROINTESTINAL

Distribuidas en la mucosa del tracto digestivo se encuentran diversas células endocrinas que se-
gregan aminas y hormonas como la gastrina, la secretina, la colecistoquinina (CCK), la serotonina,
etcétera.

Estas hormonas constituyen un equilibrado sistema de agonistas y antagonistas que, junto con el
sistema nervioso vegetativo, regulan y coordinan colectivamente la mayor parte de la actividad gas-
trointestinal.
67
Anatomofisiología

Figura 69. Glándulas endocrinas

TEMA 11

APARATO REPRODUCTOR

11.1. APARATO REPRODUCTOR MASCULINO

El aparato reproductor masculino se divide en cuatro partes: testículos, sistema de conductos, glán-
dulas y pene.

11.1.1. Testículos

Son las gónadas masculinas, responsables de la producción de espermatozoides y de la secreción de


las hormonas sexuales masculinas. Se encuentran en el interior de la bolsa escrotal.

Durante la fase embrionaria, los testículos migran desde el abdomen hacia su localización extracorporal
a través del conducto inguinal. Al nacer, este trayecto queda sellado. Si no se cierra totalmente, puede
acumularse cierta cantidad de líquido, formando una bolsa quística que se denomina hidrocele. El inte-
rior del testículo se encuentra compartimentado en forma de lobulillos donde se localizan los túbulos
seminíferos, que albergan las células germinales productoras de espermatozoides, las espermatogonias.
Estos túbulos convergen en un entramado reticular, la rete testis, desde donde salen los conductillos
eferentes para desembocar a la primera porción del conducto deferente, denominada epidídimo.

En contacto con los túbulos seminíferos encontramos un tipo celular, las células de Sertoli, que se encar-
gan de proteger y de nutrir a las células que aparecen durante la espermatogénesis.

La espermatogénesis es el proceso mediante el cual a partir de una célula madre o espermatogonia


con dotación diploide, aparecen cuatro células hijas o gametos masculinos espermatocitos o esper-
68
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

mátides con dotación haploide. Esta reducción


del material genético es posible gracias a que
en la gametogénesis se produce una meiosis,
ya explicada en el primer capítulo.

La espermiogénesis ocurre después, se trata


de un proceso mediante el cual las espermá-
tides evolucionan a espermatozoides ya com-

AF
pletos, con la formación de acrosoma y orde-
nación citoplasmática. La espermiogénesis
tiene lugar en el epidídimo.

En el tejido que circunda a los túbulos semi-


níferos se encuentran las células de Leydig o
intersticiales, productoras de testosterona.
El control de la secreción de testosterona se
efectúa mediante una hormona adenohipo-
fisaria, la hormona estimulante de las células
intersticiales (ICSH), que es el equivalente en el
hombre de la LH de la mujer. Las principales
funciones de la testosterona son el control del
desarrollo de los caracteres masculinos secun-
darios y un importante efecto anabolizante.

11.1.2. Sistema de conductos Figura 70. Aparato genital masculino

El sistema de conductos es el camino por el cual pasarán los espermatozoides hasta llegar a la uretra.
También actúan como reservorio de los mismos. Estos conductos comprenden los conductillos efe-
rentes, el epidídimo, el conducto deferente y los conductos eyaculadores.

11.1.3. Glándulas

Está constituida por:


• Vesículas seminales: se encargan de nutrir y de lubrificar a los espermatozoides
• Próstata: colabora en la nutrición y lubrificación de los espermatozoides. El líquido que sale de la
próstata, que contiene espermatozoides, líquido seminal y células descamadas, recibe el nombre
de semen.

11.1.4. Pene

Es el órgano de la copulación que posee capacidad eréctil gracias a la presencia de un entramado


venoso, los cuerpos cavernosos. Su interior es recorrido por la uretra que está rodeada del cuerpo
esponjoso del pene.

11.2. APARATO REPRODUCTOR FEMENINO

En la mujer, el aparato reproductor femenino tiene las siguientes funciones:


• Producción de los gametos femeninos, los óvulos.
• Recepción de los espermatozoides.
• Adecuación del ambiente para facilitar la fecundación.
• Facilitar el desarrollo del feto y su expulsión cuando ya es maduro.
• Nutrición fetal.

El aparato reproductor femenino se divide en tres partes:

11.2.1. Ovarios

Órgano par, con forma ovoide, situado en la cavidad abdominal (en la pelvis menor). El peritoneo se
detiene a nivel del hilio ovárico, por lo que el ovario es un órgano intraperitoneal no recubierto de
69
Anatomofisiología

peritoneo. Se encargan de la producción de óvulos a partir de los


folículos ováricos maduros o de De Graaf. Este óvulo será captado
por las fimbrias de la trompa para ser conducido posteriormente al
útero. El ovario también tiene una función de síntesis de hormonas
sexuales que son las responsables de la aparición de los caracteres
sexuales secundarios en la mujer.

11.2.2. Aparato genital

El aparato genital está formado por las trompas de Falopio, el úte-


ro, la vagina y la vulva.

Trompa de Falopio

La trompa de Falopio es un conducto par cuyo trayecto va desde el


ovario hasta el ángulo superior del útero. En la misma se describen
distintas porciones:
• Infundibular (o pabellón de la trompa): porción que termina
en las fimbrias y que pone en contacto la trompa con el ovario.
Pone en contacto la cavidad uterina con la cavidad abdominal.
• Ampular (o ístmica): segmento que se encuentra entre la por-
Figura 71. Aparato genital femenino
ción infundibular y la intersticial.
• Intersticial o intramural (también llamada porción uterina): esta porción atraviesa la musculatu-
ra del útero para abrirse a nivel de la cavidad uterina.

Su principal función es el transporte del óvulo hacia la cavidad uterina. En su trayecto se produce, en
condiciones normales, la fecundación.

Útero

El útero es un órgano hueco cuya principal misión es albergar el feto durante la gestación. Al igual
que la trompa, se puede dividir en:
• Cuerpo uterino: es la parte superior del útero, que representa la mayor parte de este órgano, se
mantiene en su posición gracias al ligamento suspensorio del útero o ligamento redondo.
• Istmo: porción intermedia entre el cuerpo y el cuello uterino.
• Cuello uterino: parte inferior del útero. A nivel del cuello uterino se produce la inserción de la
vagina. Las paredes de la vagina están separadas del cuello uterino por el fórnix o fondos de saco
vaginales.

Histológicamente, el útero está compuesto por las siguientes tres capas:


• Endometrio (mucosa uterina): tejido epitelial que contiene glándulas y que está sometido a los
cambios hormonales que se producen durante el ciclo menstrual. Es la capa en la que se produce
la inserción placentaria en la gestación.
• Miometrio (músculo uterino): músculo liso compuesto de tres capas concéntricas:
- Capa externa o de fibras longitudinales.
- Capa media, con entrecruzamiento de fibras, que representa la capa de mayor grosor.
- Capa interna o de fibras circulares.

• Peritoneo (capa serosa): tapiza la cara anterior y posterior del cuerpo del útero, pero es conside-
rado un órgano extraperitoneal.

Vagina

La vagina es un órgano impar situado en la pelvis, que, como se ha visto anteriormente, a nivel supe-
rior se relaciona con el cuello uterino y a nivel inferior lo hace con la vulva. Su longitud, aunque varia-
ble, suele estar entre 8 y 12 cm. Al igual que el útero, tiene tres capas: interna o mucosa (epitelio plano
poliestratificado), media o muscular y externa o fascia vaginal. El pH ácido que evita la aparición de
infecciones es mantenido por gérmenes saprófitos, los bacilos de Döderlein (producen ácido láctico).

Vulva

La vulva es el conjunto de órganos genitales externos femeninos, que incluye el monte de Venus, los
labios mayores y menores, el himen, el clítoris y las glándulas anexas (glándulas uretrales y periure-
trales y glándulas vestibulares o de Bartholino).
70
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

11.2.3. Mamas

Las mamas son glándulas sudoríparas apocrinas,


localizadas sobre los pectorales, que en la mujer
sufren cambios para poder producir leche. Du-
rante el embarazo se irán preparando para per-
mitir la lactancia (acción de la prolactina).

AF
Comienzan a desarrollarse en la pubertad por
los estrógenos, que favorecen el depósito de
grasa y el crecimiento de conductos, fomen-
tado también por la acción de la prolactina,
de glucocorticoides suprarrenales, de la in-
sulina y de la hormona del crecimiento, que
aumentan el tamaño de las mamas durante
el embarazo. La progesterona se encarga del
desarrollo de los lobulillos. Es la prolactina
la responsable de producir la leche, una vez
desaparece el efecto inhibidor que tienen
los estrógenos y los progestágenos durante
el embarazo, con una secreción intermitente
en las fases de alimentación del niño e incluso
después. Por otra parte, es la oxitocina la que
se encarga de contraer las células mioepitelia-
les de los alveolos mamarios, favoreciendo la
eyección láctea como respuesta al estímulo de Figura 72. Mama
succión por parte del lactante.

TEMA 12

ÓRGANOS ESPECIALES DE LOS SENTIDOS

12.1. SENTIDO DEL GUSTO

Los quimiorreceptores del gusto se hallan en las papilas gustativas, localizadas en la lengua (Figura
73). Las denominadas sensaciones primarias del gusto son: agrio, salado, dulce, amargo y umami. Los
quimiorreceptores sensibles al sabor dulce se hallan en la zona más anterior de la lengua, los sensi-
bles al sabor salado por detrás, los sensibles al sabor amargo en la parte más posterior, los sensibles
al sabor ácido en los márgenes laterales y al umami en la zona central de la lengua y en menor medi-
da en paladar y orofaringe. La información sensorial del gusto es vehiculizada al SNC mediante dos
pares craneales: el nervio facial (VII PC), que recoge la citada información de los dos tercios anteriores
de la lengua, y el nervio glosofaríngeo (IX PC) que lo hace del tercio posterior. Ambos nervios con-
ducen sus estímulos a los núcleos específicos del bulbo raquídeo, los cuales envían la información al
córtex, donde se realizará la interpretación del gusto.

12.2. SENTIDO DEL OLFATO

Las células sensoriales o neuronas olfatorias se encuentran agrupadas en una estructura llamada
bulbo olfatorio, que se localiza por encima de las cavidades nasales. Estas células emiten unos
cilios olfatorios que atraviesan el hueso etmoides y penetran en la mucosa superior de la cavidad
nasal. Una vez captado el estímulo oloroso, estas neuronas informarán al SNC mediante el I par
craneal.

12.3. SENTIDO DEL OÍDO Y DEL EQUILIBRIO

En el interior del hueso temporal se encuentran los órganos de la audición y del equilibrio. El oído se Figura 73. Distribución geográfica
divide en tres partes: oído externo, medio e interno. de las papilas gustativas

71
Anatomofisiología

• Oído externo: formado por el pabellón au-


ricular y el conducto auditivo externo (por-
ción externa cartilaginosa y porción interna
ósea), éste finaliza en una membrana que
lo separa del oído medio, la membrana tim-
pánica. En el tercio externo del conducto
auditivo se encuentran pelos y glándulas
sudoríparas (apocrinas) que segregan cera
para evitar la entrada de cuerpos extraños.
• Oído medio: consta de una caja ósea, la
caja timpánica, que contiene tres huesos
articulados entre sí. El martillo se apoya en
el tímpano y se articula con el yunque, que
a su vez lo hace con el estribo (hueso más
pequeño del cuerpo humano). En la pared
interna de la caja se encuentran dos venta-
nas, la ventana redonda, cubierta por una
membrana, y la ventana oval, en contacto
con el estribo. En la pared anterior de la caja
se localiza la trompa de Eustaquio, conduc-
to que desemboca en la rinofaringe, per-
mitiendo la ventilación del oído medio. La
pared posterior comunica con una cámara
aérea trabeculada, las celdas mastoideas.
• Oído interno: se divide en laberinto ante-
rior y laberinto posterior, manteniendo en
el interior a la endolinfa y por fuera, en el
laberinto óseo, la perilinfa (Figura 75).
Figura 74. Estructura del oído - En el laberinto anterior se encuentra
el órgano de la audición, el órgano de
Corti, instalado en el caracol óseo de-
nominado cóclea. Existen tres cámaras
que son la rampa vestibular más arriba,
el conducto coclear y la rampa timpá-
nica inferior, separadas por dos mem-
branas: la vestibular y la basilar. El con-
ducto coclear medio está bañado por
endolinfa y en su interior se encuentra
la membrana tectoria que al vibrar ac-
tiva las células sensoriales auditivas,
denominadas células ciliadas internas
y externas del órgano de Corti, produ-
ciendo la despolarización y trasmisión
química de la señal auditiva. La perilinfa
se encuentra en el interior de las ram-
pas vestibular y timpánica.
- En el laberinto posterior se aloja el ór-
gano del equilibrio, que está formado
por los tres conductos semicirculares
que se encargan de registrar el movi-
miento circular gracias al movimiento
de los otolitos en la endolinfa y el vestí-
bulo, en el interior del cual es posible lo-
Figura 75. Oído interno calizar dos estructuras bien diferencia-
das: el utrículo y el sáculo, que perciben
el movimiento estático y lineal.

La información recibida en las células sensoriales llegará al córtex auditivo cerebral a través del VIII
par craneal, pasando previamente por núcleos subcorticales.

12.4. SENTIDO DE LA VISIÓN

Los ojos son una prolongación especializada hacia el exterior del sistema nervioso central. Su fun-
ción es captar las imágenes del mundo exterior, que serán procesadas en el córtex visual, donde se
producirá el fenómeno de la visión. Para facilitar el estudio de la anatomía y de la fisiología general
del sistema visual, se va a estructurar en tres partes: globo ocular, vías ópticas y anejos.
72
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

12.4.1. Globo ocular

Está constituido por tres capas, dos cámaras y


una cavidad (Figura 76).
• Capa externa (córnea y esclerótica): tú-
nica fibrosa, de la que 5/6 partes están
representadas por la esclerótica, de color

AF
blanco, y que en su porción anterior (1/6
restante) está constituida por la córnea,
que es transparente.
• Capa media o úvea (coroides, cuerpo
ciliar e iris): eminentemente vascular. La
coroides cubre y nutre la retina. El cuerpo
ciliar posee un músculo, el músculo ciliar,
encargado de la acomodación y unas pro-
longaciones (procesos ciliares) que segre-
gan el humor acuoso. El iris actúa como
un diafragma que da color al ojo. Tiene un
orificio denominado pupila cuyo diámetro
varía en función de la acción de unos mús-
culos lisos contenidos en el iris. Estos mús-
culos son: el músculo esfínter o constrictor
de la pupila, inervado por fibras de origen
parasimpático (que produce miosis) y el
músculo dilatador de la pupila, inervado
por fibras de origen simpático (que produ- Figura 76. Anatomía del globo ocular
ce midriasis).
• Capa interna (retina): túnica nerviosa
cuya función es transformar la luz en impulsos nerviosos. En el centro está la mácula lútea, que
contiene la zona de máxima visión (fóvea). Consta de diez capas. Entre otras, contiene las células
especializadas para la visión, los fotorreceptores, de las que hay dos tipos: los conos, responsa-
bles de la visión del color, y los bastones, encargados de la visión nocturna. Existe otra estructura
que es la zona donde se localiza el nervio óptico en la cual no existen fotorreceptores y se deno-
mina papila o mancha ciega.
• Cámaras y cavidad: representan el contenido del globo ocular. Se incluyen aquí tres medios
transparentes, el humor acuoso, el humor vítreo y el cristalino.
- Humor acuoso: líquido compuesto, en su mayoría por agua, que ocupa las cámaras anterior
y posterior del ojo. Es sintetizado en los procesos ciliares y se drena a nivel del ángulo irido-
corneal, donde se halla la malla trabecular.
- Humor vítreo: ocupa la cavidad vítrea, íntimamente relacionada con la retina y que tiene
consistencia gelatinosa.
- Cristalino: lente biconvexa o convergente carente de vasos, situada en la cámara posterior,
que a nivel de su ecuador está sujeta a los procesos ciliares mediante unas fibras denomina-
das zónula de Zinn. Esta lente puede variar su radio de curvatura, dado que es deformable,
por acción del músculo ciliar, fenómeno llamado acomodación. La acomodación permite en-
focar objetos (proyectarlos sobre la retina) a distintas distancias

CÁMARA ANTERIOR CÁMARA POSTERIOR CAVIDAD VÍTREA


Anterior Córnea Iris Cristalino
Posterior Iris Cristalino Retina
Periferia Ángulo iridocorneal Cuerpo ciliar Retina

Tabla 5. Topografia del globo ocular

12.4.2. Vías ópticas

Las vías ópticas llevan los estímulos recibidos por los fotorreceptores retinianos hacia el córtex occi-
pital (Figura 77). Están constituidas por:
• Nervio óptico: formado por los axones de las células ganglionares de la retina. Abandona la
cavidad orbitaria a través del foramen óptico para entrar en la cavidad craneal y terminar en el
quiasma.
• Quiasma: se relaciona lateralmente con la arteria carótida interna y por debajo con la glándula
hipofisaria. A este nivel se produce la decusación de las fibras procedentes de la retina nasal,
mientras que las fibras de la retina temporal siguen por el mismo lado a través de las cintillas
ópticas hasta llegar al cuerpo geniculado externo.
73
Anatomofisiología

• Radiaciones ópticas: fibras que establecen


las conexiones desde el cuerpo geniculado
hacia el área visual. Se diferencian en superio-
res que viajan por el lóbulo parietal, y en in-
feriores que lo hacen por el lóbulo temporal.
• Áreas visuales del córtex occipital (área 17).

12.4.3. Anejos

Dentro de los anejos es posible el sistema de


alojamiento y protección y el sistema oculo-
motor.

Sistema de alojamiento y protección

Formado por los siguientes componentes:


• Órbita: cavidad ósea, con forma de pirá-
mide truncada, donde se alojan el globo
ocular y los músculos oculomotores, todos
ellos rodeados de grasa orbitaria con fun-
ción de almohadilla formado por los hue-
sos frontal, esfenoides, cigomático, maxilar
superior, etmoides y lagrimal (o unguis).
• Cejas, párpados y conjuntiva: las cejas,
situadas en la parte superior del reborde
orbitario, tienen función protectora. Los
párpados son una protección cutánea, fi-
bromuscular y mucosa, que se cierran a vo-
luntad propia o por mecanismo reflejo de
defensa. En el borde libre de los párpados
se encuentran las pestañas, las glándulas
sebáceas de Zeiss, las sudoríparas de Moll y
las glándulas de Meibomio, encargadas de
la secreción lipídica de la película lagrimal.
Desde la superficie hasta la zona más pro-
funda, el párpado está constituido por las
siguientes estructuras (Figura 78):
Figura 77. Esquema de la via óptica - Piel.
- Músculo orbicular, inervado por el VII
par craneal, cuya acción es la de cierre
palpebral.
- Músculo elevador del párpado supe-
rior, inervado por el III par craneal.
- Tarso: capa fibrocartilaginosa que aloja
a las glándulas de Meibomio.
- Conjuntiva tarsal.

La conjuntiva es una mucosa delgada y


transparente. Tapiza la superficie interna de
los párpados (conjuntiva palpebral o tarsal)
y la cara anterior del globo ocular (conjunti-
va bulbar). Entre ambas existe un fondo de
saco o fórnix. En su espesor, entre otras, se
encuentran glándulas mucosas (encarga-
das de la secreción mucosa de la película
lagrimal) y células linfoides.
• Sistema lagrimal: formado por una porción
secretora y una excretora (Figura 79).
La porción secretora está constituida por la
glándula lagrimal principal (localizada en la
porción anterolateral del techo de la órbi-
ta) y por las glándulas lagrimales accesorias
(situadas en el espesor de la conjuntiva). La
glándula principal se encuentra alojada en
la porción superoexterna de la órbita y es
la encargada de la secreción acuosa de la
Figura 78. Esquema del párpado película lagrimal.
74
M a n u a l C TO d e E n fe r m e r í a

La película lagrimal o lágrima, tal y como


se ha visto hasta ahora, está formada por
una porción lipídica, una mucosa y una
acuosa (la más abundante).
La porción excretora está constituida por:
- Puntos lagrimales: son dos, uno su-
perior y uno inferior, y están situados
en el tercio interno del borde libre pal-

AF
pebral. A través de ellos se drenan las
lágrimas.
- Canalículos: son dos estructuras que
unen los puntos lagrimales con el ca-
nalículo común.
- Canalículo común: estructura resul-
tante de la unión de ambos canalícu-
los, que desemboca en el saco lagri-
mal.
- Saco lagrimal: se comunica caudal-
mente con el conducto lacrimonasal.
- Conducto lacrimonasal: desemboca
en el meato inferior de la cavidad na-
sal.

Sistema oculomotor

Está formado por seis pequeños músculos Figura 79. Anatomía del aparato lagrimal
estriados: recto superior, recto inferior, recto
interno, recto externo, oblicuo superior o ma-
yor y oblicuo inferior o menor. Estos músculos tienen su origen en el vértice orbitario y se insertan
en la esclerótica. Estos músculos son los responsables del movimiento de los globos oculares en las
distintas posiciones de la mirada. Casi todos ellos están inervados por el tercer par craneal, con la
excepción del recto lateral (que lo está por el sexto par) y el oblicuo superior (inervado por el cuarto
par o nervio patético o troclear).

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Bibliografía

Bibliografía
• Gray. Anatomía para estudiantes. Elsevier. 1.ª ed. 2007.
• Guyton C., Hall E. Fisiología médica. Elsevier.11.ª ed. 2006.
• Harrison. Principios de medicina interna. McGraw-Hill. 17.ª ed. 2009.
• Sadler T.W. Embriología médica con orientación clínica. Langman. Panamericana. 8.ª ed. 2002.
• Sobotta. Atlas de anatomía humana. Panamericana. 22.ª ed. 2006.
• Stuart Ira Fox. Fisiología Humana. McGraw-Hill. 7.ª ed. 2003.

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