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GUSTAVO U RDA N ET A T R O C O N IS *
IN T R O D U C C IÓ N
I. E L P O D E R J U D IC IA L Y E L S IS T E M A D E JU S T IC IA
está claro en el texto constitucional. A p rim era vista, podría pensarse que
el Poder Judicial, al cual corresponde d en tro del esquem a organizativo
del Estado venezolano la adm inistración de justicia, debería fungir com o
u n a especie de instancia rectora del sistem a de justicia; pero ello deberá
ser tra ta d o con delicadeza, dado que en dicho sistem a se en cu en tran
incluidos órganos y autoridades pertenecientes a otros Poderes. Al legis
lador corresponderá esa delicada tarea de delim itación y precisión co n
ceptual.
Por de p ro n to , cabe resaltar que la diferenciación entre Poder Judicial y
sistem a de justicia habrá de ten er alguna relevancia práctica, y que no se
tra ta de una simple especulación de orden teórico. En efecto, el p ro p io
tex to constitucional contiene u n a disposición cuya aplicación requiere
de esa previa diferenciación conceptual: se tra ta de la norm a referente
al “situado judicial”, com o algunos denom inan el apartado presupuesta
rio m ínim o garantizado com o u n m ecanism o d estinado a asegurar la
au tonom ía del Poder Judicial, al cual se hará referencia m ás adelante.
Pues bien, esa partida presupuestaria, que com o m ínim o debe equivaler
al dos por ciento (2%) del presupuesto general del Estado, no está p re
vista en beneficio del Poder Judicial, com o habría debido establecerse, si
en realidad se trataba de garantizar la autonom ía judicial, sino en bene
ficio del sistema de justicia4, del cual -com o ya ha quedado señalado- el
Poder Judicial, entendido com o el conjunto de los tribunales propiam ente
tales, no es más que una parte. Es obvio, pues, que al cum plir con la
com entada disposición constitucional, los órganos que detentan la facul
tad real de diseñar el presupuesto y distribuir los recursos públicos p o
d ría n asignar efectivam ente al Poder Judicial u n a p ro p o rc ió n m ucho
m enor de ese dos p o r ciento que señala la C onstitución.
Así, pues, que lo que ha de significar esa visión am pliada del sistem a de
justicia y la definición de sus relaciones con el Poder Judicial ten d rán que
ir siendo precisados p o r los textos legales que dicte la Asamblea N acio
nal, así com o po r la práctica de los operadores de la justicia, cabe recor
dar aquí que en las disposiciones transitorias de la C onstitución se enco
m ienda a la Asamblea N acional dictar la legislación referida al sistem a
de justicia, d en tro del prim er año posterior a su instalación.5 Por ahora,
no cabría más que especular sobre posibles tendencias futuras. N o s re
ferirem os, pues, en lo que resta de estas notas, al Poder Judicial p ro p ia
m ente tal, com enzando p o r el análisis de su órgano suprem o.
II. E L T R IB U N A L S U P R E M O D E JU S T IC IA
I . Carácter y atribuciones
* Publicado en Gaceta Oficial N° 36.857 del 27-12-99 y reimpreso “por error material”
en dos oportunidades ulteriores: el 29-12-99, mediante Gaceta Oficial N° 36.879, y tres
meses después, el 28-3-00, mediante Gaceta Oficial N° 36.920.
526 GUSTAVO URCANETATPOCONiS
este Suprem o Tribunal, tan to las de índole adm inistrativo com o las de
naturaleza jurisdiccional.
En efecto, una im portantísim a innovación del nuevo tex to constitucio
nal consiste en la atribución del gobierno y la adm inistración del Poder
Judicial al propio Poder Judicial, tal com o se verá más adelante. Pues bien,
esas funciones de carácter adm inistrativo del Poder Judicial están asig
nadas concretam ente al Tribunal Suprem o de Justicia, con lo cual a éste
le corresponderá ser, adem ás de un tribunal de justicia, un órgano adm i
nistrador, en cuyo ejercicio deberá dictar num erosos actos adm inistrati
vos. Pues bien, la organización que se establezca para el cum plim iento
de estas funciones adm inistrativas deberá ser diseñada de tal m anera que
c o n tra tales decisiones puedan ser intentados los correspondientes re
cursos contencioso-adm inistrativos. C on el régim en anterior, los actos
adm inistrativos correspondientes al gobierno y adm inistración del Poder
Judicial em anaban de un órgano adm inistrativo separado, el Consejo de
la Ju d icatu ra, los cuales eran perfectam ente recurribles ante los trib u
nales de la jurisdicción contencioso-adm inistrativa.7 La asunción de ta
les funciones por parte de un tribunal, así sea el Tribunal Suprem o de
Justicia, no podrá ten er com o consecuencia m odificar el carácter adm i
nistrativo de los actos que se dicten en su ejercicio, actos que, en virtud
del principio de la integralidad del control contencioso-adm inistrativo,
consagrado ahora en el artículo 259 de la C onstitución, no p o d rán q u e
dar excluidos del ám bito de dicho control, pues ello sería contrario a dicho
principio constitucional.
Por lo que respecta a las funciones jurisdiccionales del Tribunal Suprem o
de Justicia, se trata prácticam ente de las mismas que tenía atribuida la
extinta Corte Suprem a de Justicia: conocer del antejuicio de m érito con
tra el Presidente de la República y otras altas autoridades, ejercer la juris
dicción constitucional, conocer del recurso de casación, ejercer la función
de m áxim o tribunal de la jurisdicción contencioso-adm inistrativa.
2. Integración en Salas
aparte final del artículo 266 atribuye a la Sala Plena el antejuicio de m érito
co n tra el Presidente de la R epública y otras altas autoridades nacionales
y estadales.
En cuanto al núm ero de m agistrados que integran las salas, cabría p en
sar que la C onstitución de 1999 es m enos rigidizante que la de 1961, pues,
m ientras ésta obligaba al legislador a prever al m enos cinco m agistrados
en cada sala, aquélla no señala ningún núm ero preciso, dejando a la ley
e n tera libertad para hacer tal determ inación. Sin em bargo, conviene se
ñalar algunas puntualizaciones al respecto. Por un lado, es bueno saber
que la Asam blea N acional C onstituyente sí tuvo la intención de precisar
la integración de las salas: en la prim era discusión, fue aprobado que cada
sala estaría integrada p o r tres m agistrados, lo cual se m odificó en la se
gunda discusión en relación con la Sala C onstitucional, llevando este
núm ero a cinco; sin em bargo, com o lo señala Alian BREWER-CARÍAS,
en el texto finalm ente publicado fue elim inada de form a inexplicable toda
precisión al respecto,10 quedando el tem a, com o antes se indicó, p ara ser
regulado en la ley.
3. Los Magistrados
I . La justicia de paz
2. La jurisdicción contencioso-administnativa
20 Artículo 258.
53 6 GUSTAVO URCANETATBOCONIS
3. La justicia indígena
21 SC-TSJ de fecha 14-3-00. Consultada en la página web Badell & Grau fhttp://
www.badellgrau.coml.
22 Es de hacer notar que el criterio no es unánime, pues la sentencia cuenta con un
voto salvado.
23 Artículo 119.
24 Artículo 126.
EL PODERJUDICIAL EN LA CONSTITUCIÓN DE 1999 53 7
25 Artículo 29 .
538 GUSTAVO URCANETATROCONIS
5. La jurisdicción constitucional
Esta jurisdicción está llam ada, sin duda alguna, a adquirir una im p o rtan
cia trascendental en el m arco de la organización y funcionam iento del
Estado venezolano. N o es que bajo la vigencia de la C onstitución de 1961
no existiera una jurisdicción constitucional, pero ciertam ente la misma
no estaba perfectam ente definida en sus contornos propios y en su al
cance, al p u n to de que, p o r m om entos, podía ser confundida con la ju
risdicción contencioso-adm inistrativa; adem ás, a pesar de la gran am pli
tu d con la que estaba consagrada la justicia constitucional venezolana,
la m ás destacada doctrina ha p odido advertir diversas fallas de que ado
lecía, tanto en su efectividad com o en su racionalidad,26 las cuales han
intentado ser corregidas en el nuevo texto constitucional.
R esulta curioso observar que, a pesar de tra tarse de una jurisdicción
especial y, quizá, la m ás im portante de todas ellas, esta jurisdicción cons
titucional no se encuentra consagrada expresam ente en el capítulo de la
C onstitución en donde lo están las jurisdicciones especiales anteriorm ente
exam inadas, dentro de las disposiciones destinadas al Poder Judicial, sino
en el prim ero de los capítulos del título correspondiente a la protección
de la C onstitución.
Allí, luego de establecer el principio de la inderogabilidad de esta últim a
p o r acto de fuerza o po r cualquier otro m edio diferente a los en ella p re
vistos,27 se definen los dos grandes m ecanism os de control de la consti-
tucionalidad: el denom inado control difuso, atribuido a todos los jueces
de la R epública -m ecanism o de control que por prim era vez ostenta ran
go co n stitu cio n al, ya que trad icio n alm en te estuvo consagrado en el
C ódigo de Procedim iento Civil-,28 y el control concentrado, reservado
en exclusiva a “la Sala C onstitucional del Tribunal Suprem o de Justicia,
com o jurisdicción constitucional”, a los efectos de declarar la nulidad
ante cualquier tribunal que la ley declare com petente p ara ello, que hoy
en día son, por regla de principio, los tribunales de p rim era instancia en
la m ateria afín al derecho cuya violación se denuncia (artículo 7, Ley
O rgánica de A m paro sobre D erechos y G arantías C onstitucionales.32
A hora bien, la innovación im portante introducida en la C onstitución de
1999 estriba en la previsión de diferentes m ecanism os a través de los
cuales puede lograrse im p o n er coherencia, p o r in term ed io de la Sala
C onstitucional, d en tro de nuestro com plejo sistem a de justicia constitu
cional. Así, dicha Sala tiene atribuida la facultad de revisar las senten
cias de am paro y de control de constitucionalidad de leyes y otros actos
norm ativos;33 con ello, adem ás de ya ten er asignado en exclusiva el con
tro l concentrado, se le ha atribuido un poder de revisión -cuyo alcance y
m odalidades deberán ser diseñados p o r la ley orgánica respectiva- sobre
las sentencias que los dem ás tribunales dicten en ejercicio de los otros
dos mecanism os de control de constitucionalidad. De esta m anera se llena
un vacío antes existente, consistente en la falta de articulación entre di
chos m ecanism os, susceptible de generar inseguridad respecto de la in
terp retació n uniform e de las disposiciones constitucionales.34 E llo
se ve reforzado con el carácter vinculante que se o to rg a -frente a los
restantes tribunales de la R epública, incluyendo las otras Salas del Su
prem o Tribunal- a las interpretaciones que establezca la Sala C onstitu
cional sobre el contenido o alcance de las norm as y principios constitu
cionales.35
Tenem os así una jurisdicción constitucional, integrada p o r la Sala C ons
titucional, que no constituye el in térprete único de la C onstitución, pero
sí su intérprete m áxim o, carácter que, unido a su com petencia exclusiva
en m ateria de control concentrado, garantiza la integridad e in te rp re ta
ción coherente del Texto Suprem o.
U n com entario especial m erece la facultad revisora de las sentencias de
am paro y de control de constitucionalidad de leyes y otros actos n o rm a
tivos que la C onstitución atribuye a esta Sala. Por un lado, debe señalar
se que en el texto originalm ente publicado de la C onstitución aprobada
está actuando, p o r lo que no podría o tra Sala del m ism o tribunal volver
sobre las propias decisiones de éste. Al o p tar el constituyente de 1999
p o r la solución de u n a sala especializada d en tro del Tribunal Suprem o
de Justicia, desechando la o tra posible opción, la del Tribunal C onstitu
cional, se in se rtó d e n tro de un esquem a que, al m enos teóricam ente,
im pediría la revisión planteada en la Exposición de M otivos. Era la p ro
pia C onstitución, aprobada p o r el pueblo soberano, el lugar para inser
tar esta anóm ala figura, y no un docum ento elaborado en fecha poste
rior, de carácter no norm ativo sino explicativo, que no som etido a la
consideración del soberano.
En to d o caso, debe señalarse que, aún sin esperar a lo que se supone
tendría que h ab er sido una tarea a realizar p o r la Asam blea N acional,
según la e xhortación hecha en la m encionada E xposición de M otivos, la
Sala C onstitucional ya ha ido creando, tram itando y decidiendo un “re
curso ex trao rd in ario de revisión”, m ediante el cual ha p rocedido a revi
sar e, incluso, anular sentencias de otras Salas del m ism o Tribunal Su
prem o de Justicia.40
40 Ver, entre otras, senten cias N ° 33 y 93 del año 2 0 0 0 ; en esta últim a (caso
CORPOTURISMO), se hace una especie de reseña de los criterios adoptados en relación
con este recurso Extraordinario de revisión.
544 GUSTAVO URCWMETATROCONS
42 Artículo 270.
43 Eduardo GARCÍA DE ENTERRÍA y Tomás-Ramón FERNÁNDEZ: Curso de Derecho
Adm inistrativo II, -Editorial Civitas, S.A., Madrid, 1995, pp. 166 y ss.
54 6 GUSTAVO URQANETATROCONIS
44 Extracto consultado en Caterina BALASSO TEJERA: Jurisprudencia sobre los actos ad
ministrativos (1980-1993) Edit. Jurídica Vzlana. Caracas, 1998, pp. 63-66.
45 Ibidem, p. 66.
44 CSJ-SPA, 26-3-85. Ibidem, pp. 67 a 102. En sentencias anteriores, de 1969 1974, ha
bía declarado inadmisibles recursos contra actos del Consejo de la Judicatura, por con
siderarlos fallos o sentencias y que la materia disciplinaria es un ejercicio de la función
jurisdiccional (Cfr. José ARAUJO JUAREZ: Principios Generales del Derecho Procesal A d
ministrativo. Vadell Hnos. Caracas, 1996, p. 155)
EL PODERJUDICIAL EN LA CONSTÍTUCIÓN DE 1999 547
47 CSJ-SPA, 6-8-91, en el caso Iván Hernández Gutiérrez. Ibidem, pp. 104 a 112.
48 CSJ-SPA, del 30-6-86, en el caso Maritza Josefina Alvarado. Ibidem, pp. 100-102.
49José ARAUJO JUAREZ: O puscit., pp. 204-205.
548 GUSTAVO URCANETATROCONIS
7- La jurisdicción contencioso-electoral
54 Artículo 292.
5i Artículo 293.
550 GUSTAVO URCANETATROCONIS
son o tra cosa que órganos adm inistrativos, cuyos co m p o rtam ien to s y
actuaciones habrían de quedar som etidos a esta últim a jurisdicción.
N o obstante, el constituyente optó p o r crear una nueva jurisdicción es
pecial. Ya no se trata, pues, de acuerdo con el diseño constitucional, de
un contencioso-adm inistrativo especial, com o hasta ahora ha sido el caso,
con una atribución especial de com petencias (a la Sala Político-Adm inis
trativa de la C orte Suprem a de Justicia y a la C orte Prim era de lo C on-
tencioso-A dm inistrativo, según los tip o s de elecciones con las cuales
estuvieran relacionados los actos y conductas im pugnados, en am bos
casos en única instancia), sino de una nueva jurisdicción especial, p ara
lela a la contencioso-adm inistrativa, lo que am eritará la prom ulgación
de una ley que la diseñe especialmente. Ello no obsta a que, desde el punto
de vista de la m ateria tratada, sea im posible diferenciar una de otra. En
realidad, a pesar de lo que aparentem ente surge de la letra del texto cons
titucional, conceptualm ente hablando no puede sostenerse que el c o n
tencioso electoral sea algo diferente del contencioso-adm inistrativo. Ya
habrá o p o rtu n id ad de ver cóm o, en los hechos, el régim en contencioso-
adm inistrativo ten d rá carácter supletorio para el contencioso-electoral,
que no p o d rá dejar de ser, en el fondo, más que un contencioso-adm inis
trativo especial.
En o tro o rd en de ideas, es de señalar que, a pesar de que la C onstitución
prevé el carácter pluriorgánico de esta jurisdicción, puesto que la m ism a
será ejercida no sólo p o r la Sala Electoral del Suprem o Tribunal, sino
tam bién po r otros tribunales que determ ine la ley, p o r ah o ra dicha Sala
ha asum ido la com petencia única en la m ateria. En efecto, el E statuto
Electoral del Poder Público decretado p o r la Asam blea N acional C onsti
tuyente5*5 -de carácter tem poral, pues fue dictado exclusivam ente para
regir los subsiguientes procesos comiciales, denom inados coloquialm ente
“m egaelecciones”- atribuyó en form a exclusiva a la referida Sala E lecto
ral la com petencia para conocer de los recursos de nulidad, de los recur
sos p o r abstención y de los recursos de interpretación que pudieran ser
inten tad o s con ocasión de esos próxim os procesos electorales;57 es de
hacer n o tar que tam bién le atribuye com petencia para cuando se trate
de actuaciones u om isiones relacionadas con la organización, adm inis
tración y funcionam iento del Consejo N acional Electoral, lo cual es difí
cilm ente entendible com o una com petencia tem poral. En to d o caso, se
ñala el E statuto Electoral que la Sala Constitucional será com petente para
conocer de las acciones autónom as de am paro co n tra el Consejo N acio
nal Electoral y de las colisiones entre leyes electorales.58
Por su parte, la p ro p ia Sala Electoral, en p osterior sentencia,59 d eterm i
nó que, m ientras se dicten las Leyes O rgánicas del Tribunal Suprem o y
del Poder Electoral, adem ás de las com petencias que le atribuye el Esta
tu to Electoral, le corresponder conocer de:
a- Los recursos, p o r inconstitucionalidad o ilegalidad, c o n tra actos u
om isiones:
1- De los órganos del Poder Electoral, sea que estén relacionados o no
con procesos com iciales;
2- De sindicatos, organizaciones grem iales o colegios profesionales, o r
ganizaciones co n fines políticos, universidades nacionales y de otras
organizaciones de la sociedad civil, cuando dichos actos sean de n a tu ra
leza electoral;
3- R elacionados co n los m edios de particip ació n y pro tag o n ism o del
pueblo en ejercicio de la soberanía en lo político.
b- Los recursos de interpretación sobre disposiciones contenidas en le
yes electorales y sobre organizaciones políticas
8. La jurisdicción laboral
IV LA DIRECCIÓN, EL GOBIERNO
Y LA ADMINISTRACIÓN DEL PODER JUDICIAL
U na de las más significativas innovaciones in tro d u cid as con la nueva
C onstitución en esta m ateria la constituye, sin lugar a dudas, el haber
asignado al Tribunal Suprem o de Justicia las funciones co rrespondien
tes a la dirección, gobierno y adm inistración del Poder Judicial. Es bue
no reco rd ar que en el derecho com parado existen dos m odelos paradig
m áticos de adm inistración de los tribunales: p o r un lado, aquél en el cual
tal función está atribuida al p ro p io Poder Judicial, norm alm ente p o r ó r
gano del suprem o tribunal, el cual generalm ente se ve auxiliado en esas
tareas por un órgano adm inistrativo especializado, integrado d e n tro de
la organización de dicho suprem o tribunal, tal com o ocurre en M éxico
o Perú; y, por o tro lado, el m odelo bastante extendido conform e al cual
la adm inistración de los tribunales corresponde al Poder Ejecutivo, po r
órgano de un m inistro, en el entendido de que sólo se tra ta de la realiza
ción de tareas puram ente adm inistrativas, conservando los tribunales, al
m enos teóricam ente, to d a su au to n o m ía en el ejercicio de su función
jurisdiccional, com o es el caso em blem ático de Francia, donde el Garde
des Sceaux (título tradicionalm ente dado al M inistro de Justicia) presi
de, así sea nom inalm ente, las instituciones encargadas de la adm inistra
ción y gestión de los tribunales de justicia. En las décadas más recientes,
se ha ido ad o p tan d o un m odelo interm edio, en el cual estas tareas adm i
nistrativas son encom endadas a un Consejo de la M agistratura o de la
Judicatura, órgano adm inistrativo autónom o no perteneciente a ningu
no de los Poderes clásicos del E stado, com o una fórm ula ideada para
alejar los tribunales de la sujeción m aterial al Poder Ejecutivo, sin tam
poco llegar hasta el autogobierno, a veces criticado p o r distintas razo
nes teóricas y prácticas.
En Venezuela hem os pasado en relativam ente pocos años p o r los tres
m odelos. H asta cuando duró la vigencia de la C onstitución de 1953, regía
el sistem a de adm inistración del Poder Judicial p o r parte del Poder Eje
cutivo, p o r órgano del M inistro de Justicia. Las críticas co n tra la falta
de autonom ía que ese m odelo generaba condujeron a que en la C onsti
tución de 1961 se ad o p tara la fórm ula del Consejo de la Judicatura, el
cual no fue creado directam ente en el texto constitucional, pues tal crea
ción se dejó encom endada al legislador.60 Fue la Ley O rgánica del Poder
60 Artículo 217.
EL PODERJUDICIAL EN LA CONSTITUCIÓN DE 1999 553
61 Artículo 254.
EL PODERJUDICIAL EN LA CONSTITUCIÓN DE 1999 555
67 Artículo 1 de la Normativa.
68 Artículo 3 de la Normativa.
69 Artículo 4 ejusdetn.
70 Artículo 5 ejusdetn.
71 Artículo 7 ejusdetn.
72 Artículo 2 67 de la Constitución.
558 GUSTAVO URDANETATROCONIS
d- La C o m isió n Judicial
tre los tres D irectores designados por la Sala Plena. Finalm ente, cum ple
funciones de control respecto de la D irección Ejecutiva de la M agistra
tu ra , así com o de las tres unidades au tó n o m as previstas en la m ism a
N orm ativa.
N o puede dejar de señalarse que hay q u ien ha arg u m en tad o que se tra
ta de u n a figura inconstitucional, pues n o está prevista en la C o n stitu
ción, la cual asigna tales funciones directam en te al Tribunal Suprem o
de Justicia.
79 Artículo 22 ejusdem.
80 Artículo 2 67 de la Constitución de 1999.
560 GUSTAVO URCANETATROCONIS
m ám ente conveniente, para tra tar de a p o rta r algo más de certeza ju rídi
ca en tan delicada m ateria.
El Servicio de la D efensa Pública está previsto en la N orm ativa sobre la
D irección, G o b ierno y A dm inistración del Poder Judicial81 com o u n a
unidad autónom a adscrita a la C om isión Judicial, del cual form an parte
todos los D efensores Públicos, en las distintas áreas de la actividad judi
cial. De esta m anera, el Tribunal Suprem o de Justicia asum ió la direc
ción y adm inistración de este servicio, tal com o lo tiene asignado según
la letra del artículo 267 de la C onstitución, con lo cual dicho servicio fue
retirad o de la adscripción a la C om isión de R eestructuración y Funcio
nam iento del Sistema Judicial, que había efectuado el D ecreto de Régi
m en T ransitorio del Poder Público.
Es de señalar, sin em bargo, que, según el te n o r literal de la propia C ons
titución de 1999,82 tal adscripción hubiera debido prolongarse hasta tanto
se dicte la ley orgánica sobre la defensa pública; en efecto, está previsto
en el artículo 268 de la C onstitución que la ley ha de establecer “la a u to
nom ía y organización, funcionam iento, disciplina e idoneidad del servi
cio de defensa pública, con el objeto de asegurar la eficacia del servicio
y de garantizar los beneficios de la carrera del d efen so r”. De m anera
que, de m anera paradójica, dicha Com isión habrá de seguir a cargo de
u n a función que no le fue atribuida en la C onstitución (la disciplina judi
cial), m ientras que ya no se ocupará del servicio de defensa pública, que
sí le fue constitucionalm ente asignado, claro está, en form a provisional.
Este Servicio se encuentra a cargo de un D irector, designado -y, even
tualm ente, rem ovido- p o r la Sala Plena del Tribunal Suprem o de Ju sti
cia, a propuesta de la Com isión Judicial
La E scuela Ju d icial es la tercera u n idad incluida d e n tro del C apítulo
destinado a las U nidades A utónom as, aun cuando en la disposición co
rrespondiente no se le asigne expresam ente este carácter.83 En cam bio,
se deja ver la im portancia que se le asigna, cuando en form a expresa se
establece que su organización, funcionam iento y orientaciones académ i
cas serán objeto de especial atención p o r parte de la Com isión Judicial.
A esta Escuela -que se encuentra igualm ente asignada a un D irector d e
signado p o r la Sala Plena, a propuesta de dicha Com isión Judicial- se le
encom ienda particularm ente la tarea de co ordinar to d o lo relativo a los
81 Artículo 23 de la Normativa.
82 Disposición Transitoria Cuarta, numeral 5, aparte único.
83 Artículo 25 de la Normativa.
EL PODERJUDICIAL EN LA CONSTITUCIÓN DE 1999 561
CONCLUSIONES
Lo reciente de la C onstitución no aconseja o no perm ite llegar a conclu
siones m uy precisas. Sólo puede afirm arse que el articulado del nuevo
tex to in ten ta p o n er rem edio a m uchos de los m ales que fueron señala
dos, con m ayor o m enor razón, com o los p ropios del Poder Judicial del
régim en precedente. A nuestro entender, el m ejor de los logros a que