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Tres modelos de enseñanza en el taller.

- en general se puede decir que existen al menos tres


estilos de enseñanza en talleres de arquitectura que obedecerían a tres modelos o concepciones
de lo que debe ser la relación en la triada “profesor-estudiante-tema de ejercicio”

a) En primer lugar estaría el que llamamos “aplicativo” y que es encontrar en los niveles
iniciales el cual consiste en entregar un conocimiento una teoría, un concepto, un
método, etc., y esperar del estudiante una correcta aplicación, se asegura la
comprensión del contenido a través de un ejercicio muy acotado generalmente, el
ejercicio solo pretende ser un medio verificador y el profesor un guía con dominio del
conocimiento.
b) El segundo estilo, que podríamos llamar “paradigmático”, es el que pretende desarrollar
en el estudiante modos de respuestas, habilidades y técnicas, similares a las que emplea
el docente u otro “modelo” imperante. Este enseña el modo en el que él lo haría o
“como se hace”. Se podría decir que es un estilo “conservador”, puesto que tiende a
traspasar y mantener modos anteriores. Se parte por solicitar un edificio con nombre
preciso y quizás hasta programa de recintos y hay un producto esperado bien definido
que se juzga de acuerdo a los criterios del profesor, que pasa a ser corrector, guía y
modelo (juez y parte).
c) Un tercer estilo llamado “problematizador”, concibe el ejercicio como una ocasión de
presentar al estudiante un “problema-estimulo”, del cual no se anticipa respuesta (ni un
nombre de edificio), esperando que el tema genere necesidades de nueva información
en el alumno, en la filosofía de que lo que es buscado bajo esa tensión del problema no
se olvida. El profesor está abierto a diversas formas de solución y no necesariamente
edificios representando para el estudiante un regulador de la información y un crítico
constructivo.

Vemos entonces que por una parte, la creatividad y la innovación no florecerán con la misma
facilidad en los tres modelos y por otra que las dificultades a que se enfrenta el docente, son
de distinto grado y naturaleza.

Los dos primeros tipos son de modo cerrado

Respecto de las tradiciones


Nuestros talleres son similares a los que podemos encontrar en Rosario, Mar del Plata o La Plata,
incluso la FARQ en Montevideo, por así decirlo una educación de tradición rioplatense.
La compleja y rica relación que se establece entre los más de 8.000 estudiantes regulares que
en 3 turnos pueden elegir entre los 28 talleres de arquitectura que hoy ofrece la FADU es el
proceso natural que ha intervenido en la gran calidad de nuestros proyectistas por décadas.

El título que se otorga es el de Arquitecto con la aprobación de todas las materias que componen
la currícula y es habilitante para todo el territorio nacional. Hoy día egresan unos 1.050
arquitectos por año y los graduados poseen la escuela de posgrado especialidades, Maestrías y
Doctorados con
la mayor oferta del País.

Los talleres hoy en FADU se ubican en un contexto de Universidad moderna, pública, masiva y
cogobernada. Queda claro que heredamos de las míticas escuelas de vanguardia el ingreso
común, la investigación, la convivencia entre carreras de diseño, métodos de aprendizaje y el
espíritu del diseñador liberal.
Nuestra casa tiene una fuerte cultura del anteproyecto que se contrapone a la obsesión por la
técnica y la precisión que moldearon la Bauhaus sobre todo a partir de Dessauy la escuela en
Ulm. De ambas escuelas hemos recibido la herencia de los profesores invitados, cimiento en el
desarrollo de la escuela de posgrado e investigación.

Nuestra formación concibe profesionales anteproyectistas, más alejados de la investigación, la


tesis y la precisión constructiva, pero más cerca del pensamiento, la crítica y la teoría. Tenemos
una firme tradición educativa Europea generalista y en apariencia no hemos recibido mayor
influencia de sistemas universitarios de América del Norte debido a procesos históricos
diferentes.

América Anglosajona

El sistema es heredado de las Universidades o College Británicas. En cuanto al prestigio en el


Grado de la carrera de Arquitectura se pueden mencionar a Princeton fund. 1746 y 6500
estudiantes, Cornellarquitectura se funda en 1871 y 800 est., Southern California
Institute f. 1972 y 500 est., Rice f. 1912 y 200 est., Syracuse f. arq. 1873 y 600 estudiantes
y California Polytechnic State f. 1948 y 1400 est. Para el caso de los graduados el orden es
diferente y serían relevantes Harvard f. 1636 y 21.000 estudiantes totales, Columbia f. 1754 y
20.000 est. totales, Yale f. 1701 y 12.000 est. totales, MIT f. 1861 y 10.000 est. totales y Cornell
f. 1865 y 20.000 est. totales.
Las Escuelas de élite como Harvard que conforman la American Ivy League o “liga de la hiedra”
debido a las características hiedras que cubren los edificios en los campus, son más populares
para el posgrado. En el grado se entregan títulos de Bachelor B. Arch. En el caso de los
graduados se suele otorgar Masters M. Arch. o Doctorados Ph. D. El costo de estudiar en grado
en estas Universidades es de 50 mil dólares aproximadamente.

En el grado no surgen diferencias sustanciales con la currícula de estudios de la FADU. El curso


se completa con 5 años. La materias introductorias involucran Diseño, escritura académica y
comunicación oral. En los últimos 4 niveles, diseño arquitectónico, historia optativa los últimos 3
años,
teoría, estructuras, construcciones. En los últimos 2 años varias materias orientan el perfil del
egresado como ser medioambiente, práctica, arte, diseño informático, etc. el curso finaliza con
una defensa de Tesis.

Pese a la buena fama internacional de los Escuelas en América, cómo saber si en verdad son
mejores establecimientos educativos que los nuestros o cuán diferentes somos en el momento
de enseñar, aprender y de producir conocimiento se trata…?

Prestigio. ¿Cuánto se aprende? ¿Qué calidad posee lo que se enseña?

Pareciera que existe una obligación de cuantificar el producto del conocimiento estableciendo
parámetros al respecto.
Si bien esto es una problemática tan vieja como las primeras universidades medievales. Desde
latinoamérica se mira con distancia los índices o rankings que se elaboran para determinar
prestigio y/o nivel académico, que ciertamente son de más utilidad al sistema Anglosajón de
Campus privados donde el prestigio generalmente queda también vinculado a una mayor
demanda de ingreso de estudiantes de mayor nivel adquisitivo.

Incluso en nuestra región la Universidad estatal de San Pablo (UNESP) f. 1976 y 48.000
estudiantes, muy prestigiosa en el contexto internacional o la USP fund. 1934 y 60.000
estudiantesmanejan parámetros de excelencia más parecidos a sistemas internacionales y de
difícil comparación con nuestros índices.

Los más difundidos son el QS Top World University (elaborado en USA) UBA 198/800, QS Top
Universidades Latinoamericanas (USA) UBA 19/300, el Ranking de Universidades dentro de
cada país (elaborado en USA) UBA 1/30, el ranking académico de Universidades (China) UBA
151/500. Lo que suele contemplarse en estas mediciones es en mayor o menor medida premios
nobel egresados, investigadores más citados, artículos citados en revistas científicas
internacionales, trabajos académicos registrados identificación ISBN, índices bibliométricos,
desarrollo en el territorio, número de estudiantes por profesor, cantidad de profesores con
doctorados, posgrados o Masters, etc. La UBA cuenta con más de 6500 estudiantes extranjeros
de los cuales solo el 50% proviene de latinoamérica, esto no llama la atención si tomamos el
índice QS (USA) de mejores ciudades para estudiar en la Universidad en el mundo, Buenos Aires
quedó 24 sobre 60 y como 1ra en Latinoamérica.
Las mediciones están adaptadas a formatos del norte del hemisferio y desde acá se los suele
ver arbitrarios y/o no representativos de nuestros sistemas de educación más aún cuando se
trata de disciplinas del diseño como las nuestras.

Producir Conocimiento
Aquí es importante destacar que es muy difícil comparar el sistema educativo estatal con el
privado. Si bien la currícula puede ser parecida, en verdad no se parecen mucho y buscan cosas
diferentes. Los Anglosajones aparentemente buscan un saber y/o un conocimiento para una élite
que estudia full timeentre sus claustros con hiedra. La pretensión de verdad objetiva que se
cultiva fuera de las interferencias políticas es sin duda su fuerte y sirve a un modelo de
conocimiento de desarrollo global de acuerdo a necesidades; pero también es algo que al menos
desde acá hemos pretendido con diferentes niveles de éxito. Nuestro modelo genera
conocimiento universal de excelencia pero con la mirada en el desarrollo regional.
Nuestros profesores no son de tiempo completo desarrollan sus actividades profesionales en la
ciudad, la mayoría da clases en nuestros talleres pero existe poca investigación. Tampoco hay
gran tradición en la publicación de libros y/o de artículos en revistas de especialización. Tenemos
la pasión por la objetividad del conocimiento pero también existen diferentes prioridades
escasamente rankeables como las actividades de transmisión y extensión hacia la sociedad
derramada a través de diversos programas. Nuestra Carta Magna define claramente que “La
Universidad de Buenos Aires guarda íntimas relaciones de solidaridad con la sociedad de la cual
forma parte” Título III del capítulo III del Estatuto Universitario UBA.

La historia de la FADU es la historia del esfuerzo de generaciones que compartimos una historia
maravillosa, la de ser el principal motor que impulsó la transversalidad social y proyecto político
de un país destinado a educar al soberano en el más alto nivel.

Tal vez los vaivenes políticoeconómicos a través de 200 años de inestabilidad han hecho de LA
PÚBLICA su mayor fortaleza. La escala monumental de nuestra estructura institucional y la
composición cada vez más importante de estudiantes que provienen de colegios privados torna
a veces difusa la idea de autogobierno y autogestión debido a la falta de costumbre en la
participación de los asuntos públicosentre quienes no la ejercieron en las instancias del colegio
secundario principalmente. Acá solo podemos preguntarnos qué podemos hacer por la FADU y
no esperar nada a cambio y asumir con responsabilidad la carga pública de tener que gobernar
nuestros destinos y de buscar la excelencia en nuestros talleres.
Podemos pensar en grande y actuar con entusiasmo ante tantos desafíos como el acceso masivo
y la inclusión, la calidad en el contexto de la masificación, el perfil de nuestros docentes, alumnos
e investigadores. Indagar en los procesos proyectuales, promover la carrera docente. Devolver
a los talleres el espacio de trabajo multicultural en los horarios de cursada. Pensar entre todos
los contenidos para la actualización de los planes de estudio.

Finalizar el proceso de acreditación en la La Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación


Universitaria, organismo descentralizado que funciona en jurisdicción del Ministerio de
Educación de la Nación. Promover la investigación.

Nivelar las calidades y diferencias entre las cátedras de la mañana y de la noche, en Ciudad
Universitaria no hay hiedra. Bajar el costo de las entregas sin perder calidad. Mejorar la
integración entre las carreras. Promover la participación e integración regional a través
de eventos como la BIENAL FADU o ARQUISUR, en fin hacia un espacio de proyecto y diseño
integrador, social y con más participación de graduados.
En mi primer día en el CBC, una profesora nos dijo …“lean, vayan al cine, y miren las revistas, pero
lo más importante es que acá vienen a aprender a ser personas en sociedad ”…
El camino de la educación pública es muy frágil, debemos aferrarnos a él como a la vida misma,
si lo logramos será nuestra más importante tradición.

Gaston Rebagliati es arquitecto y docente de la FADU-UBA en el taller SOLSONA- Ledesma

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