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l. Teoría de los instintos y libertad

Señoras y señores:
La discusión de la teoría freudiana desde el
punto de vista de la ciencia y de la filosofía polí-
ticas precisa de justificación -tant<? más, cuanto
que Freud ha subrayado una y otra vez el carác-
ter empírico-científico de su labor. La justificación
tiene que ser por partida doble: en primer lugar,
debe mostrar que la teoría freudiana, por su
propia conceptuación, está abierta y se enfrenta
al planteamiento político -con otras palabras:
que su concepción, al parecer puramente bioló-
gica~ es, en el fondo, sociohistórica. Esto lo de-
berá poner en claro la conferencia misma. 1 En
segundo lugar debe mostrar hasta qué punto la

l. "Teoría de los instintos y libertad" y "La idea dd


progreso a la luz del psicoanálisis" representan concep-
ciones de una problemática desplegada en otro lugar
y bajo diferentes puntos de vista, que aquí son indepen-
dientes y elaborados para los propósitos particulares de
este acto. Véase "Teoría de los instintos y libertad" en:
Sociológica, t. I de los "Frankfurter Beitrage zur Soziolo-
gie", Francfort del Meno, 1955, págs. 47 y ss., y Eros and

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Psicología, por un lado, es actualmente parte esen-
efectivo en todas partes, donde los objetivos Y
cial de la ciencia política y, por otro lado, la teo- propósitos del individuo y los modos de esforzar-
ría freudiana de los instintos - y sólo de ella se para conseguirlos le son dados al individuo
se trata aquí- comporta tendencias decisivas de y él los ejecuta como dados. El poder puede ser
la política actual en su concepto encubierto. practicado por hombres, por la naturaleza, por
Empezamos con este segundo aspecto de la las cosas -incluso puede ser interior, ejercido
justificación. No se trata de introducir concep- por el individuo sobre sí mismo, apareciendo en
tos psicológicos en la ciencia política, de explicar la forma de autonomía. Esta forma juega un pa-
psicológicamente los acontecimientos políticos. pel decisivo en la teoría freudiana de los instin-
Esto significaría explicar lo que fundamenta tos: el Super-Yo reúne en sí mismo los modelos
por lo fundamentado. Por el contrario, la psi- autoritarios -el padre y sus representantes- y
cología en sí misma debe revelarse políticamen- convierte sus órdenes y prohibiciones en sus pro-
te; no solamente de modo que la psique apa- - pias leyes, en su propia conciencia. El dominio
rezca cada vez más inmediatamente como una de los instintos pasa a ser la empresa propia del
porción del todo social -de modo que la in- del individuo: la autonomía.
dividuación sea casi equivalente a no partici- Con ello, empero, la libertad parece conver-
pación, incluso a culpa, pero también al principio . tirse en un concepto imposible, puesto que no
de la negación, de la revolución posible-; hay nada que no le sea prescrito al individuo de
sino también de tal modo que lo general, parte una u otra manera. Y de hecho, la libertad sólo
de lo cual es la psique, sea cada vez m_enQ~ !<1ª puede ser definida dentro del marco del poder, si
socie.druk y cada vez más «la _política», es decir, es que la historia hasta el presente debe propor-
la sociedad caída en manos del poder e identi- cionar el hilo conductor para la definición. La li-
ficada con él. bertad- es una forma de poder: a saber, aquella
Hemos de intentar definir, ahora ya desde el en la cual los medios a disposición del individuo
principio, lo que entendemos por «poder», por- satisfacen sus necesidades con un mínimo de dis-
que el contenido de este concepto es central en gusto y de renuncia. En este sentido, la libertad
la teoría freudiana de los instintos. El poder es está penetrada de historia y su grado es deter-
' minable sólo históricamente: tanto las capacida-
Civilization, Boston, 1955 (en alemán: Triebstruktur und des y necesidades, como el mínimo de renuncia
Gesellschaft, Francfort, 1965). son distintos según el grado de desarrollo cultu•
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raJ y están sometidos a condiciones objetivas. aparecen más y más innecesarias, irracionales. La
Pero precisamente este condicionamiento histó- irracionalidad de La falta de libertad se expresa
rico-objetivo eJeva la diferenciación entre liber- de la manera mús patente en el sometimiento in-
tad y poder por encima de toda valoración mera- tcnsi\'O de los indi\'iduos bajo el monstruoso apa-
mente subjetiva: los medios de satisfacción de rato de producción y distribución, en la despri~
las necesidades elaborados en un determinado vatización del tiempo libre, en la mezcolanza ca 1
nivel cultural son, al igual que las mismas n c- indifcrenciable de trabajo socialm.cn tc con.,tl uc-
sidades y capacidades humanas, h echos dados tivo y de tructivo. Y precisamente esta mezcolan-
socialmente, presentes en las fuerza de produc- za e la condición de la productividad y dominio
ción m aterial y espiritual y en las po ibilidadc de )a naturaleza continuamente ere icntcs, que.
de su aplicació n. Una cultura puede aplicar e - mantiene a los individuos -o al menos a la ma-
tas posibilidades en interés de la at i facción de yoría de ellos en los países más avanzados- en
las necesidades individuales --entonce la cultu- una vida cada vez má confortable. De e te modo,
ra está orien tada hacia la libertad. Bajo condicio- la irra ional idad pa a a ser una forma de la ra-
nes óptimas, el poder se reduce a la distribución zón social. una gencrnl iclad racional. Ps icológica-
raciona] del trabajo y de la e.,cperiencia: libertad m 'nte - s to •s lo único que nos interesa
_ fe licidad convergen. O bien. en cambio, la sa- aquí- d i,minuy la diferencia entre poder y li-
tisfacción individual queda subordinada a una ht•rt nd. "' n lo m ~,s pro(undo de su ser, en u ---s-
necesidad social, que li mita y d fa es rn c; ro 1• l n1 tnra in~lin l iva, el individuo reproduce las va-
bilidades --entonces se separan la necesidad so- l 1 ::i ion •s modos de comportamiento que est" n
cial y la individual: b cultura es una c ultura ni s---rvicio del m rmtcnimicnto del pode r , mientrns
de poder. que ~c;te e cada vez m enos autó nomo , n cnos
Has ta ahora, la cultura ha s ido cultura de «pcr onal», cada vez más obictivo y general. Lo
poder, en la m ed ida en que las necesidades socia- que domina_propiamcntc es el apar:ito e o nó1n icn,
les eran determinadas por el interés de los grupos político y cultural, convertido en w 1idad inJivist-
que detentasen el poder, y este interés definía las ble, aparato que ha sido con struido por el trabajo
ncce idades de los demás y los modos y Jímitcs social.
de su satisfacción . Esta cultura ha desarrollado En todo caso, el individuo si "'m pr~ h á re-pro•
la riqueza social hasta un punto en el que las <lucido el poder a partir d e s( mism . t a r e-
renuncias y cargas impuestas a los individuos producción estaba al scrvi io de la a -1,. 1t o nscr•

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llllt: t'S s 11lil k 1t11·111c11 tt· l llc L t.: • J ' M.,
d t· 11\la g r ,111 pn r tc• d t· los homhn.•s: t';>nte11iu sit·m- . 1 ,y( r Í'l d~ los· t11 1V l ·
lll'l' la contrndkdón 1:onsigo 111is n10, t·ncurnndn
Y n ·produl'in,e s 111 e1: a·j rm. . ' '•lln Pero 110 t'!-t
dttt)s se dese11vUt: 1ven m e 01 c i1 e ·
t'll f u~r:tns poltt1n 1s y c.•s piritunlt's .¡ue aspir.1l>nn a es to, si no la 111a ncra e n que eJrg•nniz·:t .. y empica
. . . lm,
ot r~, h>1·11rn de· \'ida. Lo qul' t'S pro pio de la prt~sen- fuerzas de pro d ucc1011 •, que c.·stáu a su· <l1s pos 1c 1ó. n ,
ll' tnse es 1n inmovilización dt' esta contradicción: lo que determina su tcnc1encm · h 1s' ·tó J·ka·, • tambié n
la s ujeción de In tt'nsión entre b positividad -In ella fija la sociedad en el nivel nlcanzado, a p cs~r
forma de vida dndn- y su negación - la contra- de todo progreso técnico, también e lla . trabaJ:l
d icción de esta forma de vida en nombre de una contra nuevas formas, his tóricam e nte p os ibles , de
mayor liberta d his tóricamente posible. Donde la libertad. En este sentido, su racionalidad es tam -
inmovilización de esta contradicción ha avanzado bién regresiva, aunque trabaja con medios Y m é-
h oy al m:h imo, lo posible apenas se conoce ni se todos menos dolorosos y mús cómodos. Pe ro que
quie re -justamente por parte de aquellos, de h aga esto no debe hacer perder d e vis ta a la con-
cuyo conocimiento y voluntad parece depender ciencia, que también en este caso se pone en jue-
su realización, los únicos que lo podrían hacer go la libertad contra su propia culminación, la
realmente posible. En los centros técnicamente realidad contra su posibilidad.
avanzados del mundo actual, la sociedad está Cuando una libertad posible se contrapone a
forjada en una unidad como nunca lo había es- la real, o incluso se llega a ver la última a la luz
t a do antes: Jo que es posible viene definido y rea- de la primera, esto presupone que en el presente
lizado por las fuerzas que han llevado a término estadio cultural, gran parte de la fa tiga, de la
esta unidad ; el futuro ha de seguir siendo suyo, renuncia, del control a que están sometidos los
y los individuos han de querer y contribuir «en hombres, ya no está justificada por las neces ida-
libe rtad » a este futuro . . des vitales, la lucha por la existencia, la pobn;za
En libertad »: puesto que la coacción presu-
« y la debilidad. La sociedad se p odría permitir un
pone la contradicción, la cual se puede expresar alto grado de liberación de los instintos , sin p er-
en la resis tencia. El Estado totalitario es solamen- der sus logros o detener su progreso. La oricnta-
te una de las formas -quizás una forma ya anti- c~ón básica de semejante libe ración indicada en

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47
h• tcoria.. f l·CU l1·rnna
' $•'1·1
.... · ••
.... , ....
.. rcvo ·ó
de los conceptos de la teoría frcudiana de ,los ins-
part e de b energía instint· ,. d ca_c1 n de gran
1 1··..1o1· ·
a.10 a 1·icnado V , 1.b na. , esvind--- '- .. h acta
,· el tintos, pero saliéndonos de dla.
.. . su 1 erac1on para 1 .- En el marco de la cultura, tal como se ha des-
c1 on de bs necesidad . d l . . . ... a sat1sfac.
d '- es e os md1v1duos plegado en cuanto realidad his tórica, la libertad
csarolla r:i autónomamcntc - . '. que se
, E y no manipulada súlo e~ pos ible sobre la l;>ase de la falta de liber-
l11L ntl.' . s to s eria de hecho tamb1· ~ d .
tad, es dec ir, de la r cpn::sión de los instintos.
• ¡· .. \.:D una esu-
v 1111acw11 ; p e ro una desublin1a ,·, Pues según su cstructúra ins tintiva, el organismo
d, i,. . .. .. uon que, en vez
e e c s t1 un las marnt-cstaciones incluso ina' s . cst.1 originariamente orientado hacia el aumento
· 1· d , , «esp1-
ntua iza. as» ,
de la energrn humana e ,
n1as, b 1' en las de placer, dominado por el principio d el placer:
~ osquc.1ana como posibilidades de satisfacción fe- los instintos tienden hacia la supresión placente-
h ~. El_ res ultado sería: no un retroceso a b pre- ra de la tensión, hacia la satisfacción sin dolor
h1s tona de la cultura, sino una modificación fun- de las necesidades. Así, empero, se oponen origi-
d a m en tal en el contenido y el fin de la cultura, nariamente a l aplazamiento de la satisfacción, a
en el principio del progreso. Trataré de explicar la limitación y sublimación del placer, al trabajo
esto en otro lugar; 2 aquí sólo querría indicar que no libidinoso. Pero cultura es sublimación: 1 sa-
- - -, p

la realización de esta posibilidad presupone ins- tisfacción aplazada, dominada metódicamente,


tituciones sociales de la cultura esencialmente mo- que presupone disgusto. La « lucha por la existen-
dificadas. Así aparece como una catástrofe en la cia », las «necesidades vitales», la cooperación fuer-
cultura presente y la lucha contra ella como una zan b renuncia y la represión en interés de la
necesidad; y así es como se paralizan las fuer- seguridad, el orden, la convivencia. El progreso
cultural consiste en la pr<ütlucción cada vez ma-
zas que tienden hacia esa posibilidad.
yor y más consciente de las condicioµes técnicas,
Tal inmovilización de la dinámica de la liber-
materiales e intelectuales del progreso -en el
tad ha sido revelada por la teoría freudiana de
trabajo _que se satisface a sí m ismo hecho para
los instintos, desde el punto de vista de la psico-
los medios de satisfacción. La libertad en la cul-
logía : Frcud ha :ticcho visibles su necesidad, sus
tura tiene sus limitaciones internas en la necesi-
consecu encias para el individuo y sus límite_s.
dad de obtener y conservar en el organismo fuerza
Aquí la vamos a formular como tesis, por medio
de trabajo -transformarlo de sujeto.objeto del
placer en sujeto-obj eto del trabajo. Este es el
2. V éa se H . M ,\RCL'S E : La l'tiea del progreso a la luz contenido social de la superación del principio del
del psicoandlis is.
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48 NCI 1 . 4
-·- --
placer por el principiu de reCllidacl, que desde Jo predominanteme nte Eros) y cJ instinto de 1:1uerte
nu'\s temprana infancia es el principio rcclor <le 0
destruc tivo. Mientras que lo s pdmcros t~cndc n
los procesos psíquicos. Onicamcnte esta trnns for- · v1va
u la composí ión de la su!>tanc1a · e ~ unidades
. .
mación, que de ja en los hombres una herida incu- cadu vez mayores y más duraderas , e l 1~s t1nto d ~
rable, les hace aptos socialmente, y por ta nto, muerte quiere la regres ión a J es tado s m ncccs 1-
vitalmente, pues sin una cooperación asegurada, cfodcs ni d o lor, anterior a) n acimient o : tiende a
es imposible la supervivencia en un m edio am- la aniquilación de la vida, a l retroceso hacia Ja
bie nte escaso y hostil. únicamente esta transfor- materia inorgánica. E l organ is mo, con s tituido con
mación traumática, que es en sentido propio unn semejante estruc tura instintiva antagónic a, se
«enajenación» de l h ombre respecto de la n atura• encuentra en un medio ambiente que es demasia-
leza, hace al hombre también apto para el goce: do pobre y hostil para la satisfacción inmediata
únicamente el impulso dirigido y controlado ele- de los instintos vitales. Eros quiere la vida b ajo
va la pura satisfacción de las necesidades natu- eJ principio del p lacer, mientras que e l medio am-
rales a placer experimentado y comprendido -a b iente se opone a éste. Por lo t anto, e l medio
felicida d . ambiente, tan pronto como los instintos vitales
Pero de aquí resulta también que toda felici- se han sometido a l instinto de muerte (un some-
dad es sólo felicidad socialmente apta, y la liber- timiento que coexis te con el comienzo y la dura-
tad del hombre crece en el terreno de la falta de ción de la vida), obliga a una modificación decisiva
libe rtad. Este entrelazamiento es, según la teoría de los instintos : en p arte son d esviados de s u ob-
de Freud, inevitable e insoluble. Para entender jeti~o _originnrio o fre na dos en s u camino, e n par-
esto hemos de seguir un poco aún su teoría de te lim1t~dos e n s u c ampo in stintivo y modificada
11
los ínstintos; en esto partimos de su última con- su dirccción . E l resultado d e esta modifica 'ó
• f · · Cl n
cepc:.ón, ta l como fue desarrol.lada .desp~és de es snt.1s :1cc16 n frenada, diferida, s u stituid a -pero
1920. Es la concepción m e taps1cológ1ca, incluso tamb1é~ sc~ra, útil y d e relativa duración.
m e tafísica , p e ro quizá precisamente por esto, tam- La dmá m1ca psíquica aparece así como la cons-
bié n aquella que contiene e l ,núcleo ?1ás profun-
do y revolucionario de la teona freudiana. 3. Ln "ela sticidad" de los ins tint
El organismo se desarrolla bajo ~l e~ecto d~ en es ta con~cpción contradeciría os que ~e prcs u~one
de Qué los ins tintos son u por ~í nu.s ma In idea
dos instintos básicos originarios: los m stmtos vid cable: sólo la "energía" d n i5us~rat? b1ológ1co inmodifi-
tales (sexualidad, denominada ahora por Freu bts·1camente mmodificadas.
su "localización" s iguen os m s tm.tos y --en parte-

50 51
-···- , ~- ·

tnntc lu. cha de tres fuerms básicas·· Ia d e E·ro . » que Jes es común,
Ia del .mst .mto d~ muerte y In del
..
mundo t . '
h «nnturnlczo conserva d o1a

. d .d
d 1 . e 1. ia » d e to a va a.
A ll ex cnor del peso intcn10 » Y e n «m • • • d ·í
e ~as corresponden los tres prin i¡1ios, t·Unl1~ .- E u - i<leas las npnrtó de sí ma!-1110, t.:asi r o •1~
mento l ·s que, s gún Fr ·ud determinan I r
. , ns u11- . d n tuvo en In duo 1-
dcc irsc, hon o n za o , Y e m.. . . . d ,J
c1oncs del npnrnto p s íquico: el principio drl ¡ • dnd de Eros e im,t into de muerte, de pnnc 1p10 ~
. . . d I Pa
c_c r, e 1 prmctpro e Nin,a,,a y e l principio de , ea. plac •r , p1 indpio del Nirvana. - a pc_sor de ~u ~ 1~
lu/nd. As í como e l principio del placer promueve ti ·ult ad r~pl.'titla11u:ntc sclinlndn por ·l. d e a"-w,.u
e l dcsplit:gu ' ilimitado de los instintos vitales, y en el organismo otros instintos que no fuesen los
e l principio del Nirvnnn, In regresión ni c~ta<lo origin ..triamL·ntc libidinosos. Es la «mezcla efec-
sin dolor nntcrior al nn imiento, el principio de tivo di: :.u nbo ~ instinto b'" s ico~ lo qtt\.! d e fine In
1~calidad significa la totalidad de las modificacio- vida: e l ins1111to de mu ·rtl-, aunque e ~t.\ o bligado
n s de aquellos instinto forzadas por el mundo n sen ·ir n Eros, con ervn ln energía que le es
exterior. la «razón» como la realidad misma. propia. olo que ' ~ta c ncrgin <lc::. tructiva e · c.ll!S-
Parece que detrtts de e tn tripartición. se es- vinda por el propio orgnnismo y dirig ida con10
conde una bipartición : i el in tinto de muerte ngre::.iün socialme nte útil ontt·n e l mundo cxtc-
ti ~nd' a fa aniquil:ic i6 n de La vida, porque la vida ri r - la n. tura lcz.. y los enemigo p rmiti<lo - ,
es predominio de disgu to, ten ión, necesidad, en- o b, 'n se utili , a como concicn b , omo moralidac..l
ton es el principio del Nirvana también serla unn del upcr-Yo pnrn la dominación socialmente útH
f o rma del prin ipio del placer , el instinto <le de lo · propios instintos.
1nu~rtc se ncercaría peligrosamente a Eros. Por o~ c~1n fonnn, los in tintos destructivos son
otra part~. pare e que el propio Eros participa útiles n lo instintos vitnlcs - p e ro únicamente
de la naturalez..'\ del in tinto de muerte: In tendcn· ni t r.rn,fot tn.lt'sc de is i, amente estos tnmbi<.·n.
io h acia la inmovilización, hncia la ctcrni7.nci6n 1 l.'t1d ho el ·di a<lo la mn) o r parte d e s u o bro a\
del placer indica también en Eros uno re is- nn.His is de la trnn f ormacioncs de Ero ; aquí
tencia instintiva contra la aparició n <le tensiones St\lo , e pondro de 1·dicvc lo que e dctcrminn nl,
siempre nuevas, contra el abandono de un cstn<lo r_nra l'I dc-;tino de la lib rtnd. E r os en c uanto ins-
placentero de equilibrio ya nlcnnzado_. el cual, t1111 0 de_ iJa es sexualidad, y la sexualidad e e n
aun cuando no es antivitnl , sí es est:\t1co y, po_r su funció n originaria «aumento de placer d, zo-
tanto, «antiprogrcsi\·oJI. Freud vio la unidad, on· na <lc l cu 'rpo» - ni más ni menos. Freud a11a d c
ginaria de ambos instintos antitcSticos: hnblo de e. prcsamentc: aumento de placer que sólo «ul te-

-.,
:,_
53
rionnente s d
n 1 onifiesto los
pone nl servicio de! la reprod .
Con ' t ~,~ ~ n1u~' l m e 1 carñ tt>r « UC'Ctó n » 4 Aqtú sólo poden1~s p o ner , - " ro -eso dt!
· •
Yerso» de ln se.~unlidnd: los inst. tp~J~morfo-per. dos momentos mós i~nport~n~:,: u!~l ;rimero, Ju
• d.f d~scxu~li7_adón <.k c nto po . . l . "~
ObJ. t:" t1· YO, m . t ~rentes fre nte al tn os . son ' por su . d ~ «instintos p~ 1- ~10 e ».
nl :.\je.no· sobre t 0 d 0 propio cuerpo }' d m sur \ c.h: los ll nm ..1 o~ . 1'
• · no estñn localizad i d~ci; de In sexualidnd prcgcnitnl y no gen1tn ,
terminadas partes, ni limitados " f . os ,m e l:l'-
.·n ~ l . u lUlCJOnes espe- que ;1~rti..; Jd cuerp con10 zona crógcna to tal.
~l . ~:s. E p1~1mndo de ln se.x unlidad gcnitnl Y de f.stos dcjnu d~ scr autóno m os, apnrc e~ <:o_m o es·
a l~~roducc16n -que luego se convierte en ~pro- todios prcliminurcs nl st·rv icio de la gen1tnhd~d Y,
d~1c:c1ón e~ el n1atrin1onio monógamo- es en ~on cll , de 1n reproducd n , o b ien son subhmn-
c1~rt~ r~1cd1da, secundnrio: resultado posterio; del d os y, t!n cnso de resistencia, rcprin1idos y h ech os
P_nncip10 de renlidnd, es decir, resultado histó- tabú omo pcrv~rsiones; en segundo lugar, l~ de-
n co de la sociedad humana en su lucha necesnria sensibilizació n d e las xualidad y del o bjeto sexual
co.1 ~t~ e~ princip;)io de plncer socialmente inepto. en el «amor» -In su jeción y cncauzan1icnt o éti-
Ongmnrmn1ente, el organismo, en su totnlidad cos dd Eros . Esto es uno de los n1ayorcs r sul-
Y en todas sus acciones y relaciones, es campo t ados d e la. soci~dnd cultural -y uno de los más
potencial de la se.xualidad, dominado por el prin• tardíos. Sólo esto h ace de ln ftunilia patr iarc nl-
cipio del placer. Y precisan1ente por esto debe ser monógamn h1 «célula gern1inal» sana de la socie-
desex.u alizado, para poderse dedicar a trabajos dad.
desplacenteros, incluso para poder vivir en ellos. Ln superación dd complejo de Edipo es la pre-
misa. En este proceso, Eros, que originarian'le nte
4. S. FRnuo: Abriss der Psychoanalyse, Werke, lo nbnrcabn todo, quedn reducido a ln función s-
t. XVII, pág. 75. pccial de ln sexualidad -genital- y a sus inciden-
5. El concepto "originario" tiene, en el sen tido en cias. El erotismo es limitado a l mínimo socinl-
que Freud lo u s a, una significación a la vez estnicturnl
-funcional- y temporal, ontogcné tica y fiJogenética. m ~nte _toler~blc. Eros ya no es ahora propiame nte
La estructura de los instintos "originaria" era In domi- el m t1~to vital que traspas a el organismo entero,
nan te en la Prehistoria de la especie. Se modifica con la
His toria, aueda como fondo, preconsciente e inconscien-
que _quiere ser e l principio de configuración d e l
te, actuando sobre la Historia d el individuo y de la es- m cd10 huma~o y natural: se ha convertido en
p ecie -de la manera más visible en la primern infancia. un asunto privado, para el cual no h ay . .
La idea d e que la Humanidad, e n sus individuos y en s~ · t· 1 n1 espacio
generalidad, está domina da todavía por fuerzas "arca1- n1 iempo _en as relaci~nes sociales necesarias de
cas", es una de las intuiciones rr_ás profundas de Freud. los homb1es, las relaciones laborales Y ól
, . que s o
54
SS
es «ge neral» como función reproductora. La repre- Pero la estructuración de los instintos que ha
sión d e los ins tintos - pues también ]a sublima- destronado el principio del placer p os~bilita t~-
ción es represión- p asa a ser condición bá~ica bién la' é tica, que ha sido cada vez ma_s dete rmi-
de ]a vida en la sociedad cultural. nante en la evolución de la cultura occide ntal. El
Esta transformación biológico-psico]ógica de- individuo re produce instintivamente la negación
termina la experiencia fundamental de ]a existen- cultural del principio del placer, la renunc ia Y ~l
cia humana y el fin de la vida humana. La vida se entusiasmo por e l trabajo: en los ins tintos modi-
experimenta como lucha consigo mismo y con el ficado~ represi,·amente, la legislación social se
medio ambiente, se s ufre y se conquista. El des- convierte en legislación propia del individuo; la
placer, y no e l placer, es su s ustancia; la f e lici<lad necesaria falta de libertad aparece como acto de
e s premio, a livio, azar , instante --en todo caso, su propia autonomía y, por tan to, como libertad .
no es e l fin de la existencia . .E.ste es más bien el Si la teoría freudiana de los ins tintos se hubie ra
trabajo. Y el trabajo es esencialmente trabajo de tenido aquí, habría sido poco m e nos que la fun-
alienado. 'Solamente en situaciones privilegiadas damentación psicológica del concepto idealista de
trabaja e l h ombre en s u oficio «para s í mismo», libertad, que, a su vez, había fundamentado filo-
satisface en su oficio sus propias necesidades, su- sóficamente los hech os de la d ominación cultura l.
blimadas o no sublimadas; en el caso normal, está E ste concepto filosófico define la libertad p or opo-
comple tamente ocupado en la ejecución de una sición a l placer, de mane ra que la dominación,
función social que se le ha asignado, mientras que incluso la opresión de los obje tivos se n s ibles de
su a uto rrealización - si es que es posible- está los instintos, aparece como condición d e la posi-
limitada a l escaso tiempo libr~. 1La configuración bilidad de la libertad. Para Kant la libertad es
social del tiempo sigue estructuralmente a la es- esencialmente libertad moral -inte rna, inteligi-
truc turación de los instintos concluida en la in- ble- y , como tal, es coacción: «Cuanto m e nos for-
fancia: únicamente la limitac ión de Eros posi- zado esté el hombre físicamente, cuanto m ás lo
bilita la limitación de l tiempo libre, es decir, pla- pueda estar, por el contrario, m oralmente (a tra-
centero, a un mínimo puesto por el trabajo ab- vés de la pura representación del debe r), t a nto
sorbente. Y la división del tiempo es la d istribu- m ás libre será.» 11 El paso d el reino de la nccesi-
ció n de la existencia mis ma en un contenido cen-
tra l de «traba jo alienado» y un contenido secun-
6. I. KA!IIT: Die Metaplt ysik der Sitt en, 2a. parte:
dario de «no trabajo». "Mctaphysische anfangsgründe der Tugendlehrc ", "Intro-

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dad al reino de la libertad es aquí el progreso de la necesidad de la represión de los instintos: la
la coacción física a la moral -pero el objeto de pretensión integral del principio del placer, es de-
la coacción permanece el mismo: el hombre como cir, la orientación constitutiva del organismo ha-
miembro del «mundo sensible». Y la coacción mo- cia la tranquilidad en la realización, la satisfac-
ral no es solamente moral: tiene sus instituciones ción, la paz. La «naturaleza conservadora» de loe;
muy físicas; desde la familia hasta la fábrica y el J instintos los hace improductivos en el sentido
Ejército, rodean al individuo bajo la forma de más profundo -improductivos para la produc-
encarnaciones efectivas del principio de realidad. tividad alienada, que impulsa el progreso cultu-
Sobre esta doble base de la coacción moral se de- ral: tan improductivos que ni siquiera la auto-
sarrolla la libertad política: arrancada al abso- conservación del organismo es un fin originario
lutismo a través de sangrientas luchas callejeras de los instintos, hasta tanto la autoconservación
y batallas, queda organizada, asegurada -e inmo- signifique predominio de disgusto. /En la última
vilizada en la autodisciplina y autorrenunci? de teoría de los instintos de Freud ya no hay ningún
los individuos. Han aprendido que su libertad in- instinto de autoconservación autónomo: éste es,
vendible se halla bajo obligaciones, de las cuales o bien manifestación de Eros, o de la agresión.
la represión de los instintos no es la menor. 1Coac- Por esto deben ser superados la improductividad
ción moral y física tienen un denominador co- y el conservadurismo, si es que la especie tiene
mún: poder. que desarrollarse en la convivencia cultural: tran-
:Ésta es la razón general del desarrollo cultural. quilidad y paz, el principio del placer, no valen
En su reconocimiento, Freud está de acuerdo con nada en la lucha por la existencia: «No hay que
la ética idealista y la política liberal-burguesa. La llevar a término el programa que nos impone el
libertad debe contener la coacción: las necesida- principio del placer para ser felices.» 7
des vitales, la lucha por la existencia y la natura- La transformación represiva de los instintos
leza amoral de los instintos hacen imprescindible pasa a ser la constitución biológica del organis-
la represión de los instintos; progreso o barba- mo: la Historia reina sobre la propia estructura
rie es la alternativa. De nuevo hay que señalar instintiva; la cultura pasa a ser naturaleza, tan
lo que es para Freud el motivo más profundo de pronto como el individuo ha aprendido a aprobar ,.,

ducción". En: Gesammelte Schriften, t. VI, Berlín, 1907, 7. S. FREUD: Das Unbehagen in der Kultur, Werke,
pág. 382, nota. t. XIV, pág. 442.

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y reproducir el principio de realidad sacado de sí te a la viplencia arbitrarta y frente a la anarquía
mismo . Mediante la limitación de Eros a la fun- de la lucha por la ex.istencia: libertad en la sacie-.,
ción parcial de la sexualidad y mediante el apro- dad de la división del trabajo, con derechos Y de-
vechamiento del impulso de destrucción, el indi- beres legales -liber tad política-; y, tercero, li-
viduo, por su. propia naturaleza, se convierte en bertad frente a las fuerzas naturales: dominio de
sujeto-objeto del trabajo socialmente útil, de la la naturaleza, libertad para la transformación d el
dominación de la naturaleza y de los hombres. mundo por medio de la razón humana -libertad
También la técnica ha nacido de la represión; intelectual.
aun los logros más altos para facilitar la existen- La sustancia psíquica común a esta triple li-
cia humana dan testimonio de su origen en la bertad es la falta de libertad: el poder sobre los
naturaleza violenta y en el ser humano embota- propios instintos, el cual, convertido en naturaleza
do. «La libertad individual no es un bien cultu- por la sociedad, eterniza las instituciones del po-
ral.» ª der. Pero la falta de libertad cultural es una o p r e-
La transformación represiva de los instintos sión de tipo especial: es una falta de liber tad ra-
es la base psicológica de un triple poder, tan pron- cional, un poder racional. Es racional en la medi-
to como se ha consolidado la sociedad cultural: en da en que hace posible el paso del animal hom-
primer lugar, un poder sobre sí mismo, sobre la bre al se r humano, de la naturaleza a la cultura.
propia naturaleza, sobre los impulsos sensibles, ¿Pero sigue siendo racional cuando la cultura
que sólo quieren goce y satisfacción; en segun- se ha desarrollado plenamente?
do lugar, un poder sobre el trabajo efectuado por Aquí yace el punto en que la teoría freudiana
los indivi'duos así disciplinados y dominados; y, de los instintos pone en duda la evolución cultu-
en tercer lugar, un poder sobre la naturaleza ex- ral. La cuestión surgió en el curso de la praxis
terior: ciencia y técnica. Y al poder así articulado psicoanalítica, de la experiencia clínica, que le
le corresponde la triple libertad que le es propia; abrió a Freud la entrada a la teoría. La cultura es,
primero, la libertad de la pura necesidad de la pues, puesta en duda en el individuo y por el in-
satisfacción de los instintos: libertad para la re- dividuo -y justamente por parte del individuo
nuncia y, por tanto, para el goce socialmente to- enfermo, neurótico. La enfermedad es un azar
lerable -libertad moral-; segundo, libertad fren- individual, una historia privada; pero en el p si-
co~álisis se revela lo privado como particulari-
8. Jbid., pág. 455. dad del destino universal, de la herida traumá tica,

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que la transformación represiva de los instintos ha afirmada por freud de estos hechos con la diná~
causado al h ombre. Si Freud pregunta entonces mica de los instintos no es obvia en absoluto, ~1
¿ qué ha hecho del hombre la cultura?, es que con~ consideramos la mayor liberalidad de la moral pri-
t rasta la cultura, no con la idea de un determinado vada y pública. Pero la situación act~al aparece
es tado «natural», sino con las necesidades de los bajo una luz distinta si le aplicamos mas concreta-
individ~o_s _que se desarrollan históricamente y con mente las categorías freudianas.
Ias pos1b1hda des de su realización.
La respuesta de Freud ya se ha indicado en lo
que precede. Cuanto más progresa la cultura II
cuanto más violento es su aparato para el <lesa~
rroIIo y satisfacción de las necesidades sociales Señoras y señores:
tanto más opresivos son los sacrificios que tie~ Habíamos dicho que, cuanto más progresa la
ne que imponer a los individuos para mantener cultura, tanto más opresivos son los sacrificios
la estructura instintiva necesaria. que la cultura tiene que imponer a los individuos.
La tesis contenida en la concepción freudiana Esto parece, no obstante, estar en contradicción
afirma que la represión aumenta con el progreso con la mayor liberalidad de la situación actual
cultural, porque aumenta la agresión que ha de de la sociedad. Ahora bien, vamos a tratar de ver
ser reprimida. La afirmación parece más que du- esta situación actual bajo el aspecto de la teoría
dosa, si comparamos las libertades presentes con freudiana de los instintos. Esto lo vamos a indi-
las pasadas. Sin duda, la moral sexual se ha re- car aquí sólo muy brevemente en dos direcciones,
lajado ahora más de lo que lo estaba en el si- primero con respecto a la cosificación y automati-
glo x1x; sin duda, se ha debilitado mucho la es- zación del Yo. Según la teoría freudiana de los
tructura patriarcal de la autoridad y, con ella, instintos, el principio de realidad se impone prin-
la familia como agente de la educación, de la cipalmente en los procesos, que tienen lugar en-
«socialización » del individuo; sin duda, las liber- tre Ello, Yo y Super-Yo, entre inconsciente, con-
tades políticas en el mundo occidental se han ex- ciencia y mundo exterior. El Yo, o m ejor dicho,
tendido mucho más de Jo que estaban antes, aun la parte consciente del Yo, lucha en una guerra
cuando la sustancia del período fascista revive de dos frentes contra el Ello y el mundo exterior,
en ellas y ya no es necesario demostrar el aumento en alianzas y uniones que cambian con frecuen-
de agresión. En todo caso, la conexión esencial cia. En esta lucha se trata esencialmente de la

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