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formación profesional, la capacitación permanente y la manutención de los mejores niveles
académicos.

Mejorar la calidad de vida del ser humano, por medio de nuestras prácticas integradas,

El objetivo central es el abordaje, diagnóstico, tratamiento, asistencia especializada, prevención,


rehabilitación, docencia e investigación de los diversos trastornos mentales, de forma
interdisciplinaria, con trabajo en equipo y una concepción dinámica.

Este servicio está especialmente pensado y diseñado para intervenir en lo referido a salud integral
del paciente, trastornos de la conducta, abuso de sustancias, trastornos cognitivos, y trastornos del
ánimo.

Nuestra misión es promover la investigación científica en neurociencias, la


formación académica de profesionales y la educación y concientización en
la comunidad acerca del funcionamiento cerebral y las enfermedades
neurológicas y psiquiátricas

La neurociencia aplicada es una disciplina que utiliza el conocimiento científico sobre el


cerebro para potenciar la salud y el bienestar de las personas. La creación de sociedades
de neurociencia aplicada es reciente (Society of Applied Neuroscience – 2006; Applied
Neuroscience Foundation – 2007), aunque sus orígenes se remontan al siglo XIX, cuando
neurólogos como el francés Paul Broca (1824-1880) y el inglés John Hughlings
Jackson (1835-1911) trataban a pacientes con lesión cerebral o que sufrían ataques
epilépticos.
La neurociencia aplicada tiene un carácter multidisciplinar, pues se basa en disciplinas como
la psicología clínica, ciencia
cognitiva, neurofisiología, ergonomía, física, ingeniería, robótica, inteligencia artificial o
la bioinformática. La expansión de la neurociencia aplicada da lugar a nuevos campos, como
la neuroeconomía, el neuromarketing y la neuroeducación, aunque los principales ámbitos de
aplicación comprenden la clínica y el trabajo (Correa, 2008).
sus orígenes se remontan al siglo XIX, La neurociencia aplicada tiene un carácter
multidisciplinar, pues se basa en disciplinas como la psicología clínica, ciencia
cognitiva, neurofisiología, ergonomía, física, ingeniería, robótica, inteligencia artificial o
la bioinformática, es una disciplina que utiliza el conocimiento científico sobre el cerebro para
potenciar la salud y el bienestar de las personas.

Durante los últimos años, los avances en el estudio del cerebro han permitido una comprensión
mucho más precisa de su funcionamiento y de su impacto en el comportamiento humano. Esto
ha favorecido la aparición de nuevas aplicaciones destinadas a mejorar la calidad de vida de
todas aquellas personas interesadas en su crecimiento personal.

Es importante mencionar al cognitivismo porque la gran parte de las neurociencias


se basan en la cognición humana (aprendizaje, memoria, percepción, etcétera.)
hecho que da pie a la aparición de la neurociencia cognitiva, que explicaré más
adelante.

En palabras de Philip J. Corr, "el Proyecto del Genoma Humano ha abierto una
nueva perspectiva totalmente nueva acerca del papel de la genética en la
psicología". Y no sólo de la psicología sino de todas las ciencias que interactúan y
trabajan con el cerebro, porque tal y como lo mencionó alguna vez el profesor de
ciencias biológicas y neurología en la Universidad de Stanford Robert Sapolsky,
no podemos hablar de conducta (y agrego, de cerebro) sin tener en cuenta a la
biología.

A manera de definición formal (basándome en diferentes lecturas), definiría las


neurociencias como el estudio de las bases biológicas de la conducta humana.
Quiero, ahora, agregar otra definición más, la de Neurociencia cognitiva;
definida por Carles como "la disciplina que busca entender cómo la función
cerebral da lugar a las actividades mentales, tales como la percepción, la
memoria, el lenguaje e incluso la conciencia". A pesar de sus pocos años de
existencia, esta disciplina ha experimentado la multiplicación en sus estudios
que, entre sus ejemplos, incluyen la atención visual, la visión, la memoria, y la
conciencia.
A raíz de la llamada "década del cerebro" (aunque tal vez lo más apropiado va a
ser llamarle "la veintena o el siglo del cerebro"), la Neurociencia Cognitiva y las
neurociencias en general han visto florecer sus ramas de investigación,
extendiéndose así a campos como el derecho, la economía, la psicología, la
gastronomía, etcétera. La rica variedad de aplicaciones de las neurociencias son
un síntoma de la presencia de estas investigaciones en todos los ámbitos de
nuestras vidas.
conducta.
Nuestro cerebro pesa un kilo doscientos gramos y está compuesto por dos
tipos de células: las neuronas y el glía. Todas las personas albergan cientos de
miles de millones de estos cuerpos microscópicos. Y, tal y como dice Eagleman,
“cada una de estas células es tan complicada como una ciudad. Y cada una de
ellas contiene todo el genoma humano y hace circular miles de millones de
moléculas en intrincadas economías".
Desde la consolidación de las neurociencias, los psicólogos han emprendido el
reto de elaborar una psicología con base en datos biológicos concretos y
aislables.

Conclusiones y contextualización
Las neurociencias han tenido un largo recorrido a través de la historia de la
comprensión del cerebro. Durante la mayor parte de la historia de la humanidad
hemos sido incapaces de entender cómo es que funciona el cerebro y la mente,
Los antiguos egipcios consideraban al cerebro un órgano inútil, Aristóteles creía
que el alma habitaba en el corazón y otros, como Descartes creían que el alma
entraba en el cuerpo a través de la pequeñísima glándula pineal. Después de la
"década del cerebro" todo cambió y empezamos por fin, gracias a las nuevas
tecnologías y descubrimientos, a conocer el cerebro realmente. Lo que no
aprendimos en toda la historia de la humanidad, después de la década de los
noventa, empezamos a descubrir y a aprender, pero apenas lo estamos
comprendiendo y asimilando.
Existen múltiples disciplinas como la neuroanatomía, neurofisiología,
neurofarmacología, neuroquímica… etc. Es por ello que la neurociencia debe ser
estudiada de manera integrada y complementaria con el fin de comprender la
complejidad del cerebro. En la actualidad se ha demostrado científicamente que, ya sea
en las aulas o en la vida, no se consigue un conocimiento al memorizar, ni al repetirlo
una y otra vez, sino al hacer, experimentar y, sobre todo, emocionarnos.
Las emociones, el aprendizaje y la memoria están estrechamente relacionadas.

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