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MÓD. I - CAP. II: Pag.

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Material preparado para CHACO S.A.

MÓDULO I - CAPITULO II -
YACIMIENTOS DE PETROLEO Y GAS
II-I - FORMACIÓN, MIGRACIÓN Y ACUMULACIÓN

El petróleo (aceite de piedra, del latín petra, piedra, y oleum, aceite) aparece ampliamente en la
tierra en forma gaseosa, líquida, semisólida o sólida, o en más de uno de estos estados en el
mismo sitio.
Los petróleos líquidos, denominados petróleos crudos, que se extraen de los diferentes campos
petrolíferos, son de naturaleza muy variada, incluso en su apariencia externa. Así por ejemplo
existen petróleos calificados de livianos, algunos de ellos prácticamente incoloros, otros de color
amarillento, de gran volatilidad y fluidez; otros de color negro de menor fluidez; otros de color
negro-castaño oscuro, extrapesados y viscosos y de extrema dificultad para fluir; algunos otros
que incluso solidifican a temperatura ambiente, dando lugar a una masa de consistencia semi-
sólida.
A pesar de estas diferencias externas, en algunos casos muy pronunciadas, los petróleos, consi-
derados internamente, desde el punto de vista químico, se asemejan grandemente unos a otros,
ya que todos están constituidos por hidrocarburos , es decir combinaciones de los elementos
químicos Carbono (C) e Hidrógeno (H), átomos que se combinarán entre si para formar las
moléculas de los hidrocarburos. De estas combinaciones, surge una enorme variedad de posibi-
lidades y de formación de compuestos análogos, denominados “familias” de hidrocarburos, que
se van formando según la cantidad de átomos de carbonos combinados con átomos de hidróge-
nos que formen la molécula.
Dentro de esta complejidad se ha podido observar que los hidrocarburos más simples, cuyas
moléculas están formados por uno, dos, tres y cuatro átomos de carbono, no se mantienen
líquidos o sólidos, sino que se pueden considerar gaseosos a temperaturas normales y constitu-
yen buena parte del gas natural que se encuentra en los reservorios de petróleo. Los hidrocarbu-
ros que están compuestos por cinco (5) hasta aproximadamente quince (15) átomos de carbono
se pueden considerar en estado líquido; y los superiores se consideran sólidos, con consistencia
de una cera.

II-I-I - Origen y migración del petróleo

En general las teorías acerca del origen del petróleo aceptan su origen orgánico. Algunos sostie-
nen que todo el petróleo se formó en el mismo lugar en que hoy se encuentra o en un lugar
adyacente; otros sostienen que el petróleo a migrado de áreas de origen a áreas de acumulación
o trampa, donde actualmente se localizan. Para algunas teorías fue transportado por el agua que
circulaba, y para otras emigró, independiente del movimiento del agua. Cada teoría se basa en
ciertas evidencias y razonamientos que la fundamentan, así como también existen otros funda-
mentos que se le oponen, pero lo que todas las teorías aceptan es que el proceso de formación
del petróleo y gas se desarrolló durante millones de años.
El problema es tanto de tipo geológico como químico. El geólogo intentará dar con las causas
que hayan podido motivar la acumulación, así como la influencia de los factores tiempo, tempe-
ratura y presión, a los cuales se vio sometida esta materia original desde el momento de su
formación, mientras que al químico le interesa esclarecer cómo ha podido tener lugar la transfor-
mación de la materia de origen en petróleo, bajo tales condiciones.

La aceptación del origen orgánico se relaciona con la posibilidad de que en los mares antiguos,
millones de minúsculos animales se fueron acumulando en el fondo de los lechos marinos y se
fueron transformando en productos análogos al petróleo, al ser sometidos a alta presión por la
acumulación de distintos estratos de terreno, por lo que se relaciona el origen del petróleo con la
descomposición de peces y otros animales marinos. Además es probable que junto con los
restos animales se hayan descompuesto al mismo tiempo sustancias vegetales arrastradas por
las corrientes de los ríos que desembocaban en los mares, ya que se han encontrado en el
petróleo, derivados de clorofila, idénticos a los que existen en las plantas.

En la figura N° II-1 se muestra una situación como la descripta, donde se esquematizan los
conjuntos vegetales y animales que se van descomponiendo y acumulando en distintas capas de
sedimentos.

Figura II-1

La deposición de restos de vegetales y animales en los lechos marinos, comprimidos al ser


cubiertos por varias capas de sedimentos de entre 2.000 y 5.000 metros de espesor (tales como
arcillas, arenas y calizas ) durante millones de años, en ausencia de aire y sometidos al calor de
la tierra y a presiones elevadas, pudieron generar una transformación de los mismos que diera
origen al petróleo líquido y al gas, que se ubicaron en los minúsculos espacios vacíos entre los
granos de rocas denominados “poros”. Ver Figura II-2
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Figura II-2

Las arenas y arcillas depositadas sobre los lechos se fueron consolidando formando en algunos
casos rocas permeables y en otros impermeables. Sin embargo, los yacimientos petrolíferos
verdaderamente grandes no se hallan en el lugar de su formación ( la materia orgánica finamente
dividida se encontraría tan distribuida que la explotación práctica no sería posible). Solamente
cuando el petróleo se vea arrastrado por una corriente de agua, o emigre por alguna otra causa
y se almacene posteriormente en una capa porosa, de roca arenosa o caliza, donde quede
“entrampado” al alcanzar un estrato de terreno impermeable, tendrá lugar la formación de un
yacimiento petrolífero realmente importante. De esta forma el petróleo queda en el subsuelo, no
almacenado en lagunas o bolsones, sino diseminado en las areniscas, dentro de sus poros, de la
misma manera en que el agua se aloja en los poros de una esponja.
Estas “trampas geológicas” se conformaron producidas por movimiento regionales tectónicos,
tales como un plegamiento, formación de montañas, aumento de calor u otra actividad ígnea que
creara diferentes alojamientos con formas diversas,
como son los anticlinales, geocinclinales,
fallas, intrusiones, domos etc. y hayan
incrementado el movimiento y
entrampamiento de los fluidos
hasta la formación de los ac-
tuales yacimientos o
reservorios.

En las figuras N°II-3 y N°II-4


se esquematizan diferentes es-
tructuras geológicas y estratos
afectados por movimientos de la tie- Figura II-3
rra, que conforman entrampamientos para
las acumulaciones de hidrocarburos.

Figura II-4

En esos lugares se encuentran actualmente alojados el petróleo, el gas y el agua de formación.


Son lugares donde se cumplen una serie de factores que permiten establecer una especie de
“marco geológico” que deberá respetar cualquier teoría referente a la formación y migración del
petróleo. Los límites de este marco se pueden establecer a partir de reconocer que casi todos
los yacimientos se dan dentro de un ámbito acuoso, lo que significa que la migración está muy
relacionada al movimiento del agua. Además las rocas reservorios que contienen petróleo se
diferencian unas de otras de diversas formas, varían en su edad geológica, en su composición y
en sus características.
El petróleo, al ser más liviano que el agua, flota sobre esta y se difunde hacia arriba hasta que se
encuentra con una barrera que le impida continuar. Debido a que, en el transcurso de los diver-
sos períodos geológicos, pueden haberse formado continuamente nuevas capas de limo orgáni-
co cubiertas por sedimentos arcillosos procedentes de ríos, los campos petrolíferos se compo-
nen a menudo de varios horizontes o capas de petróleo situadas unas encima de otras, pero
separadas entre sí por zonas impermeables.
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II-II - EXPLORACIÓN

La exploración consiste en la aplicación de técnicas de busqueda de yacimientos de petróleo y/


o gas que deberían culminar con el descubrimiento de dichos yacimientos. En principio, se trata
de localizar el lugar donde se considera que vale la pena perforar un pozo explorador y luego se
debe perforar dicho pozo con el objeto de confirmar o no la existencia de un reservorio.

Como ya hemos visto al desarrollar los temas anteriores, los estratos sedimentarios se localizan
en grandes extensiones regionales con particularidades y características semejantes y se han
formado tanto en el fondo de lechos marinos por la acumulación de los materiales en suspensión
como en la superficie de la tierra debido al arrastre de partículas sólidas por el viento, el agua o
alguna otra fuente externa.

Estas grandes masas de sedimentos acumuladas en depresiones naturales de la corteza terrestre


constituyen las denominadas CUENCAS SEDIMENTARIAS, que pueden presentar dimen-
siones de varios miles de kilómetros cuadrados y en las que tambien se acumulan materiales
erosionados procedentes de otros lugares.

Dentro de estas cuencas sedimentarias se dan las condiciones apropiadas para la acumulación
de hidrocarburos y pueden localizarse los distintos yacimientos productivos.

El problema es que no se cuenta con ningún método que permita en forma directa la localización
desde la superficie de los yacimientos de hidrocarburos y tampoco se conoce ninguna propie-
dad física o química del petróleo o gas subterráneo que pueda ser medida desde la superficie
del terreno y que permita asegurar la presencia en el subsuelo de dichos hidrocarburos. Por lo
tanto, la búsqueda del petróleo y/o gas se realiza en forma indirecta, es decir que en vez de
intentar desde la superficie detectar los hidrocarburos, primero se localizan las estructuras
geológicas que sean aptas para contener los hidrocarburos para luego proceder a la perfora-
ción de pozos exploratorios que confirmen o no la existencia de los yacimientos. Tal como se ha
visto, éstos se encuentran alojados y entrampados en estratos que han sedimentado y acumu-
lado a lo largo de millones de años. Estos estratos deben tener características especiales para
que puedan contener los fluidos, deben ser porosos y permeables y fundamentalmente consti-
tuir en su estructura geológica alguna forma de «trampa» impermeable para evitar que los hidro-
carburos sigan migrando una vez que se han formado.

El geólogo petrolero es una pieza clave en los fundamentos de la industria del petróleo, ya que
ésta depende totalmente del continuo descubrimiento de nuevos pozos y de la prolongación de
la vida productiva de los pozos existentes.

Es así como la búsqueda del petróleo y/o gas comienza con diversas etapas de reconocimiento
de la superficie y de la estructura de la corteza terrestre, es decir que en un principio constituye
un objetivo de la ciencia denominada GEOLOGÍA, que buscará en primer lugar localizar y
dimensionar las cuencas sedimentarias y dentro de ellas, los posibles yacimientos.
La detección puede comenzar desde la superficie, considerando que generalmente el subsuelo
es parecido a la topografía superficial. Frecuentemente, favorecidos por la conformación de la
superficie, se pueden apreciar en los cortes de terrenos, montañas y cerros y en las elevaciones
erosionadas, los distintos “estratos” que se han ido sedimentando, lo que sumado a un análisis
geológico de superficie, podrán identificar los primeros indicios de una cuenca sedimentaria.

En la figura N°II-5 se puede observar un afloramiento superficial de estratos plegados, que han
quedado descubiertos debido a la erosión de la superficie.

Figura N°II-5

Ya hemos mencionado que los factores geológicos que intervienen en una exploración son esen-
cialmente los que corresponden al reservorio, a la roca reservorio, a su espacio poral, a su
permeabilidad y fundamentalmente a la trampa geológica. Una trampa es el resultado de diver-
sas combinaciones de deformación de la corteza terrestre, (ya sea por plegamientos, vulcanismo
o fallas) o el resultado de cambios en las características petrofísicas de las rocas.

Todos estos elementos se deberán tener en cuenta en la exploración y en la búsqueda de las


zonas que estructuralmente sean aptas para contener reservorios de hidrocarburos. Es una eta-
pa de alto riesgo económico, ya que probablemente muchas trampas que se cree que existen
antes de perforar, no se verificarán luego con la perforación, así como varias que efectivamente
se confirmen con la perforación de los pozos, pueden terminar siendo improductivas, es decir,
sin contenido de hidrocarburos en cantidades comerciales. Asimismo, el simple descubrimiento
de un pequeño yacimiento de petróleo y/o gas puede no ser suficiente; tiene que haber suficiente
petróleo y gas recuperable para justificar los costos de exploración, perforación de pozos im-
productivos y explotación de los campos, además de arrojar las ganancias esperadas por los
inversionistas.
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II-II-I - Ubicación de yacimientos

Si bien los hidrocarburos se encuentran en general en las cuencas sedimentarias, debido a la


extensión de las mismas y a la complejidad geológica que implican, conocer la ubicación de una
cuenca no es suficiente para asegurar la presencia de petróleo y/o gas en la misma; es necesario
efectuar otros tipos de estudios y determinaciones muy específicos para delimitar dentro de la
cuenca, un área con estructura y condiciones favorables para contener uno o varios yacimientos.
A pesar de la moderna tecnología aplicada y al desarrollo permanente de nuevas formas de
estudio de la corteza terrestre, es imposible anticipar el lugar exacto y la profundidad a la que se
encuentra una acumulación de petróleo que sea comercialmente explotable. Sólo perforando
uno o varios pozos de exploración se podrán verificar los estudios indirectos y localizar
definitivamente los reservorios.

Un geólogo petrolero no ve físicamente un yacimiento; usa líneas de contornos y mapas para


expresar sus ideas acerca de una posible localización de acuerdo a sus estudios, a fin de
considerar que las rocas y la estructura son favorables para la existencia de depósitos de petró-
leo en determinada área. Pero hasta que no haya perforado un pozo no sabe si ese área es un
yacimiento que contiene petróleo o no.

La ubicación correcta del pozo para investigar una trampa es un problema totalmente geológico.
Constituye la esencia de la geología petrolera donde confluyen aspectos tan diversos como
estratigrafía, sedimentación, paleontología, historia geológica, flujo de fluidos, geología estructu-
ral, petrografía, geofísica, geoquímica etc. de manera de determinar las características de un área
a partir de datos recogidos en superficie, de información geofísica disponible y de la suministrada
por la perforación de otros pozos. Esta información se vuelca en mapas y cortes transversales,
se la interpreta y se la traduce en una decisión acerca de cuál es el mejor lugar para perforar un
pozo que penetre una trampa y descubra petróleo y/o gas.

Los pozos que se perforan en un yacimiento se pueden clasificar en diferentes grupos:

• Pozos exploratorios: son justamente los que se ubican donde se considera que es posible
que haya una trampa subterránea capaz de encerrar un yacimiento de petróleo y/o de gas, de
acuerdo con los datos geológicos con los que pueda contarse.

• Pozos de avanzada: generalmente tienen por objeto conocer los límites del yacimiento ya
descubierto, de manera de ir cuantificando las reservas y conociendo la extensión e impor-
tancia de los reservorios.

• Pozos de desarrollo: son los realizados en el mismo yacimiento a fin de explotar sus reser-
vas.
II-II-II - Estudios geofísicos

La GEOFÍSICA es la ciencia que se encarga del estudio de la estructura y composición del


globo terráqueo así como de los cambios que se producen en el mismo. Se divide en varias
ramas, cada una de las cuales constituye una ciencia por sí misma: la geodesia, referente al
tamaño y forma de la Tierra; la sismología, encargada del estudio de los terremotos; la tectónica,
que estudia la estructura de la corteza terrestre; la oceanografía; la hidrografía; la glaciología y la
meteorología. El gran número de problemas abordados por esta ciencia hace que los métodos
empleados sean asimismo múltiples y estén en función del problema a analizar. Los estudios
realizados en el ámbito de la geofísica han llevado a un conocimiento más profundo sobre el
comportamiento de la Tierra, lo que ha servido también de ayuda en la búsqueda de depósitos
minerales, de petróleo y de gas natural.

Las investigaciones para la búsqueda de reservorios de combustibles están destinadas a locali-


zar los lugares donde existen deformaciones o algún tipo de discontinuidad en la sedimentación,
que indique la ubicación de lugares favorables para que en el pasado se haya producido una
acumulación de fluidos.

Para el estudio y monitoreo de la forma en que se ha dado la sedimentación, serán aprovecha-


das las propiedades eléctricas, gravitatorias, magnéticas, sísmicas, térmicas y radioactivas que
tienen las rocas.

El área de trabajo será determinada por la geología de superficie en base a la topografía e


información obtenida de fotografías aéreas y con la moderna incorporación de imágenes satelitales.
Casi siempre los primeros pasos consisten en el sobrevuelo de centenares de kilómetros cua-
drados para la toma de fotografías de superficie, de manera de construir mapas regionales y
estudios de superficie con los que los geólogos pueden seleccionar las áreas más probables
para investigar directamente sobre el terreno. En dichas áreas se aplicará todo el desarrollo de
la investigación, a fin de obtener mapas detallados mostrando posibles estructuras de los estra-
tos del subsuelo donde se estime posible la existencia de formaciones porosas y estructuras
geológicas aptas para constituir los entrampamientos.

Antes de la perforación de los primeros pozos de exploración se realizan también investigacio-


nes con el aporte de los geofísicos, especialistas en obtener información de la naturaleza y
conformación de las rocas del subsuelo.

Existen una gran cantidad de recursos auxiliares de alta tecnología que están a disposición de la
geología, de la geofísica y de la exploración, constituyendo verdaderas especializaciones.
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Algunos de ellos son:

II-II-III - Gravimetría

La medición de la fuerza gravitacional tiene por fundamento el hecho de que la atracción debida
a la gravedad puede ser diferente en cada punto de la tierra, debido a que la misma depende de
la masa de la corteza situada inmediatamente por debajo. Permite interpretar las diferencias
según las ubicaciones de las lecturas y con las diferencias se puede aproximar la confección de
un corte del lugar, asumiendo la distinta conformación de los diferentes puntos analizados. Es
decir que con la información recogida se puede elaborar con alguna aproximación, un mapa del
subsuelo.

II-II-IV - Magnetometría

Al igual que la gravedad, la tierra genera un campo magnético que atraviesa en mayor o menor
medida, a todos los elementos. Este campo magnético se ve influido en la superficie por las
masas rocosas que yacen debajo, en la corteza. Los geofísicos podrán medir este campo en los
puntos geográficos que se estén analizando y reunir mayor información para conformar una
buena aproximación de las condiciones del terreno en la sub-superficie y perfeccionar un mapa.
Estas descripciones se utilizaban en zonas de nuevas exploraciones, aunque algunos métodos
han sido superados por equipamiento electrónico, información satelital y mediciones aéreas.

II-II-V - Sismografía

Las señales de sonido propagadas en ondas varían, por su frecuencia, en un espectro muy
grande; pero con la finalidad de dar un ejemplo práctico, se puede pensar en la propagación de
una onda sonora que “rebota” sobre una pared o una montaña y se escucha con posterioridad el
eco del sonido emitido.

La emisión de una señal en la tierra (ondas de impacto) se propagará según el tipo de terreno que
atraviese, de tal forma que cada vez que esas ondas chocan contra diferentes estratos rocosos,
serán reflejadas o devueltas a la superficie. Cada uno de estos reflejos se podrá detectar en
micrófonos especiales, llamados geófonos, distribuidos sobre la tierra según una distribución
determinada en líneas rectas. El registro del rebote se toma en cada geófono en función del
tiempo de llegada a los mismos, y cada uno de éstos trasmiten por cable hacia cintas especiales,
donde se graban los impulsos recibidos en un camión registrador. Estos impulsos se convierten
mediante computadoras en mapas sísmicos, y en función del tiempo que tardan en propagarse
las ondas producidas a través de los diferentes estratos, se podrá estimar la forma de la sedimen-
tación y sus deformaciones del subsuelo, profundidades de las capas reflectoras, fallas etc.

Para emitir la señal que luego será registrada en los geófonos, se pueden utilizar dos métodos
diferentes:
Perforar un pequeño pozo, muy poco profundo y detonar en el fondo una determinada
carga explosiva, cuyas ondas serán recogidas por los geófonos.

Golpear la superficie del terreno con fuerte potencia mediante unos equipos hidráulicos
produciendo altas vibraciones, con determinada frecuencia, generando de esta manera la
señal necesaria para registrar
su respuesta mediante los
geófonos.

En la figura N°II-6 se pue-


de visualizar un ejemplo de
obtención de un dato
sísmico y en la figura Nº II-
7 un equipo vibrador.
Este sistema unidireccional
ha permitido por mucho
tiempo determinar con muy
buena aproximación, los lu-
gares donde puede haber un
entrampamiento permitiendo
de tal manera, ubicar el lu-
gar para la perforación de un
pozo.

El avance tecnológico a per-


feccionado el método, intro-
duciendo una señal adicio-
nal que se interpreta con una
tercera dimensión, pudiendo
interpretar los resultados no
solo en forma plana como
con la Sismografía
anterior, sino con la
incorporación de la Figura N° II-7
tercera dimensión,
permitiendo una ex-
celente ubicación
espacial del punto
analizado. Este sis-
tema es el que se
identifica como es-
tudios sismográficos
3D
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II-II-VI - Topografía, ubicación de pozos, locaciones.

Con el soporte técnico de toda la información generada por los análisis geofísicos, volcados en
mapas geológicos y/o estructurales, se ubica el lugar donde se perforará el pozo exploratorio,
teniendo en cuenta el lugar más favorable en función del tipo de explotación que se pretende.

Con la información de las coordenadas que ubicarán físicamente el lugar para perforar el pozo,
se inicia la labor del topógrafo quien, partiendo de puntos trigonométricos conocidos o bien de
referencias del Instituto Geográfico Militar, (están en esas pequeñas torres instaladas en los
campos) o con la lectura de coordenadas satelitales de extraordinaria exactitud, ubica el pozo y
señala perímetros y área de operaciones de los equipos, es decir la locación del pozo y el
camino de acceso correspondiente.

El topógrafo considera además la situación topográfica de la superficie para la construcción de la


locación y el camino, dado que en lugares montañosos y quebrados se pueden presentar serias
dificultades que se solucionan desplazando algunos metros la ubicación original. Además se
indican los volúmenes de tierra a mover teniendo en cuenta la orientación, pendiente del terreno,
cortes y curvas, instalaciones y caminos existentes, guardaganados y alambrados, etc. Es muy
importante conocer la legislación vigente con referencia a las autorizaciones necesarias para
realizar cualquier actividad en terrenos que son privados, donde nada se puede hacer sin la
autorización del propietario. Por lo tanto será tan necesario tener en cuenta las autorizaciones
correspondientes, como extremar las medidas para realizar el menor daño posible al medio
ambiente y a la vegetación.

Generalmente se planifica la construcción de la locación en función del tamaño del equipo que
perforará el pozo, y la construcción del camino considerando hacer el menor daño posible al
entorno y al medio ambiente y estudiando la posibilidad de que la línea de conducción se pueda
tender en las proximidades de la traza del camino.

Otro elemento necesario para la perforación es la pileta de tierra, lugar donde se depositan los
restos de terreno que van siendo perforados y la “inyección” o lodo de perforación que se utiliza
para establecer el circuito hidráulico por dentro del pozo y traer a superficie los mencionados
restos de terreno. En la actualidad, en muchos casos se reemplazan estas piletas de tierra por
contenedores portátiles encargados de recibir esos residuos, a fin de evitar la construcción de las
piletas sobre el terreno natural y disminuir el impacto sobre el medio ambiente.
II-III - MOVIMIENTOS DE FLUIDOS

Si bien el Operador de Producción y Plantas, generalmente es destinado a una zona que


ya ha sido desarrollada o que está en pleno desarrollo, es de fundamental importancia en
todos los casos la interacción con el personal de reservorios, (reservoristas y geólogos), y
con los ingenieros y técnicos de producción, a los fines de participar activamente en la
determinación de importantes parámetros a los que los Operadores deberán ajustarse du-
rante la operación, como por ejemplo: las producciones potenciales que podrán esperar
de los pozos. Asimismo, será de vital importancia para Reservorios contar con informa-
ción directa y confiable de producción a fin de monitorear la evolución económica de los
proyectos y de las reservas , de los que son responsables.

Por lo tanto, vemos como la interacción debe ser permanente y continua, no solo en la
etapa de desarrollo sino durante la vida productiva del yacimiento, en la que los
reservoristas, los geólogos, los ingenieros y técnicos de producción ayudarán a optimizar,
a diseñar y a buscar nuevos proyectos de incrementos de producción y de recuperación y
entre todos lograr la exelencia operativa y consecuentemente, la máxima rentabilidad
del yacimiento.

II-III-I - Clasificación de yacimientos

Se denomina genéricamente Yacimiento Petrolífero a toda clase de reservorio natural que en el


momento de su descubrimiento, y en las condiciones originales de presión y temperatura, con-
tenga una mezcla de hidrocarburos líquidos.

Serán Yacimientos de Gas o Gasíferos, aquellos en los que las mezclas presenten una
relación de líquido a gas no superior a 13.21 galones de hidrocarburos líquidos por cada
0.03 MMCF de gas, medidos en condiciones «estándar» (o de referencia) de 14,7 PSI y 59 ºF
de temperatura.

Dentro de los Yacimientos de Petróleo, se pueden distinguir:

· Yacimientos sub-saturados: serán aquellos donde el sistema se encuentra en el reservorio


en una sola fase líquida, es decir no presenta fase gaseosa. De este modo todos los hidrocar-
buros, que en condiciones de superficie puedan ser gaseosos, en el yacimiento se encuentran
disueltos en la fase líquida. En estos yacimientos, la presión original debe ser superior o igual
a la llamada Presión de Burbuja.

Se denominan sub-saturados porque la cantidad de gases disueltos en el sistema no es sufi-


ciente para saturarlos en las condiciones originales de presión y temperatura y pueden per-
manecer en fase líquida. Implica que no existe gas libre en contacto con el petróleo, es decir
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no hay capa de gas.

• Yacimientos saturados: serán aquellos que en las condiciones de presión y temperatura


originales contengan como sistema hidrocarburos en ambas fases, líquida y gaseosa. Se dice
que un petróleo crudo está saturado con gas a cualquier presión y temperatura si al reducir
ligeramente la presión se libera gas de la solución.

Existen otros tipos de yacimientos (en estado crítico, de condensado, alta presión, condensados
saturados, etc.) pero no es el objeto de este curso entrar en el detalle de los mismos.

Los dos que fueron enunciados, sub-saturados y saturados, son de relevancia porque re-
presentan en buena medida los yacimientos más comunes, y su comportamiento está ínti-
mamente ligado a la evolución de la presión con el tiempo.

Todos conocemos los efectos negativos de la liberación de gas en el fondo sobre los
sistemas de extracción artificiales, efecto que se produce justamente porque la presión
evoluciona por debajo del punto de burbuja (liberación de gas) a condiciones de reservorio.

II-III-II - Mantenimiento de presión

Una regla básica recomendada para la explotación racional de un yacimiento, es que debe
permitir la extracción del mayor volumen de hidrocarburos existente en cada reservorio.
Idealmente, un reservorio continuo debería ser explotado manteniendo tanto como sea
factible sus condiciones de presión originales, por lo que el mantenimiento de presiones
desde el principio debería considerarse en todos los casos.

Pueden existir reservorios discontinuos y/o lenticulares que no estén cubiertos por esta
regla, salvo que por su magnitud cada lente constituya un verdadero reservorio separado.

El conocimiento temprano de nuestros yacimientos es importante para establecer algunas


reglas básicas que hacen a su desarrollo, vinculadas: a la ubicación de los pozos; al distan-
ciamiento entre los mismos; a la apertura o no de capas gasíferas que puedan modificar
las condiciones; a la aplicación de técnicas de estimulación; a la inyección de fluidos (gas
o agua)en época temprana; etc.
Pero también, de un buen conocimiento previo se han de determinar algunas reglas bási-
cas para detectar condiciones operativas desfavorables que deberán ser evitadas durante la
vida productiva del mismo, relacionadas con los regímenes.
Por lo tanto, es seguro que todos estas cuestiones se han de desarrollar armónicamente en la
medida que se practique un serio trabajo en equipo e interactuado entre el personal afectado a
la operación de campo, el de ingeniería de producción y el de reservorios.

II-III-III - Movimiento de los fluidos

La condición para que un fluido se mueva de un lugar a otro es que exista una diferencia de
presiones entre ambos lugares. Dicha diferencia debe ser superior a la resistencia que
ofrece ese fluido para moverse. El sentido del movimiento será en la misma dirección en que
la presión disminuye.

En una cañería tal diferencia de presión puede darse por condiciones naturales (efectos de
la gravedad por diferencias de altura)o bien, creadas artificialmente, como el incremento
de presión por el trabajo de una bomba. Tal como se ha descripto es posible decir que
bombear es crear una presión mayor a la disponible, mediante una herramienta adecuada
para ello (bomba). En la actualidad, se ofrecen en el mercado, tal cantidad de tipos de
bombas que se puede decir que se cubren todas las necesidades que existen de movimien-
tos de fluidos. Es indudable que para crear una presión, necesitaremos una fuerza y la
aplicación de ésta fuerza a la bomba podrá ser desde una simple palanca de mano hasta un
poderoso motor impulsado por cualquier tipo de energía.
El concepto explicado es aplicable a instalaciones en superficie, en subsuperficie, sumer-
gidas y, a todo lugar donde sea necesario transferir un fluido y para lograrlo, elevar la
presión.

Considerando el fluido dentro del yacimiento, existen varias fuentes de energía en los
reservorios que permiten el movimiento hacia el pozo de los fluidos contenidos, al produ-
cirse la perforación y consecuentemente la comunicación con las formaciones de petróleo
y/o gas.

Algunas de estas fuentes de energía pueden ser:


• Expansión monofásica de petróleo o de gas.
• Expansión del gas disuelto.
• Expansión del casquete de gas, en caso que existiera ese tipo de yacimiento.
• Expansión del agua de la acuífera (empuje de agua)
• Por gravedad, que debido a las diferencias de densidades entre los fluidos se produce
la segregación de los mismos.

Según el tipo de drenaje, es decir estas fuentes de energía de que disponen los fluidos para
moverse, será el comportamiento del yacimiento en el tiempo y la recuperación final o
acumulada, por lo que resulta altamente conveniente identificar cuanto antes el tipo o los
tipos de drenaje que gobiernan los reservorios, como para prever la recuperación prima-
ria, la evolución de la producción y la aplicación de métodos de recuperación secundaria.

Si bien es menos probable que exista un solo factor que gobierne el drenaje y más probable que
el resultado sea una combinación de varios de ellos con empujes simultáneos, se puede indicar
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un orden de magnitud de la recuperación primaria de petróleo, (expresado como porcentaje o


fracción del volumen originalmente presente que puede producirse por método de explotación
primaria solamente) en función de cuál es el tipo de drenaje que domine a ese reservorio.

Si el efecto dominante es el drenaje por expansión monofásica, la recuperación primaria


de petróleo será generalmente muy baja, del orden del 5%, considerando solamente este
factor.
Si existe además una expansión por gas disuelto, la recuperación puede llegar a un 25%, y
en aquellos yacimientos que cuentan con gas-cap, la recuperación puede ser del orden del
40% como máximo.
Los mayores índices de recuperación primaria se obtienen en los yacimientos cuyo drena-
je es por empuje de agua, donde se pueden obtener valores máximos de 60/65%.

Como vemos, se pueden dar una gama de valores muy amplios que impactarán notable-
mente sobre la rentabilidad de los proyectos. Por lo tanto es imprescindible que los
reservoristas y los geólogos trabajen en el conocimiento de los criterios de identificación
de los diferentes tipos de drenaje, en los métodos de previsión del comportamiento de los
reservorios y en aprovechar las condiciones favorables de cada uno durante la vida pro-
ductiva de manera de recomendar las mejores prácticas para una explotación racional.

La Figura II-8 muestra esquemáticamente las distintas fases que se pueden encontrar en un
reservorio, entre las zonas de gas-petróleo y agua.

Figura II-8
II-III-IV Propiedades de la roca y de los fluidos

Las propiedades esenciales de un yacimiento petrolífero son: porosidad, permeabilidad, co-


nexión con rocas madres y un cierre estructural sellado por una roca impermeable que forme una
trampa.

El petróleo se origina en rocas madres sedimentarias. Migra y se acumula casi exclusivamente en


rocas sedimentarias que forman un reservorio. Por eso los geólogos se ocupan especialmente de
conocer secuencias de sedimentación, de localizar e interpretar el medio ambiente en que ocu-
rrió la sedimentación y los cambios que ha habido en la cuenca sedimentaria, especialmente de
aquellas rocas que cumplan con la condición de ser porosa y permeable, tales como areniscas,
calizas o dolomitas, aptas para la acumulación de hidrocarburos.
Una roca reservorio es aquella que contiene un fluido y el rasgo principal de un reservorio es su
porosidad: la roca debe tener huecos, espacios libres o poros, de determinados tamaños y
naturaleza, para permitir en que en los mismos se almacene el fluido (agua, petróleo y/o gas).
Resulta muy importante para el geólogo y para el ingeniero, el estudio del espacio poral de las
rocas y de sus características, ciencia que se denomina Petrofísica. A veces es posible observar
a simple vista el tamaño y forma de algunos poros en recortes del terreno y testigos, pero la
mayoría de ellos deben observarse con un microscopio.

El petróleo y el gas que llegan desde la roca madre a las rocas reservorios, al ser más livianos
que el agua, migrarán hacia arriba hasta encontrar una zona impermeable, (trampa) que permitirá
su acumulación hasta constituir un reservorio explotable económicamente. Sin embargo la poro-
sidad sola no es suficiente; los poros deben estar interconectados para permitir el paso del
petróleo y del gas a través de la roca. Es decir que la roca debe ser permeable (debe tener
permeabilidad) caso contrario no sería posible extraer el petróleo o gas acumulado.

La porosidad y la permeabilidad son dos de las principales propiedades de las rocas, que están
íntimamente vinculadas a la producción de fluidos. (Ver Figura II-9)

La porosidad es el volumen libre de la formación, no ocupado por roca. Se la expresa como un


porcentaje o fracción del volumen total de la formación. Por ejemplo una porosidad del 15%
significa que el 15% del volumen total, está libre de roca y podrá ser ocupado por los fluidos. En
la mayor parte de los yaci-
mientos varía entre 5 y 30%
y frecuentemente está entre
10 y 20%. Generalmente se
considera que una roca que
tiene una porosidad inferior
al 5% es descartable para
una explotación comercial.

Fig. II-9
MÓD. I - CAP. II: Pag. 17
Material preparado para CHACO S.A.

La permeabilidad es una medida de la capacidad de la roca para permitir el flujo. Da idea de la


comunicación existente entre los poros, que gobernará la facilidad o no conque los fluidos pue-
dan moverse a través del espacio poroso. La permeabilidad se expresa mediante la ley de Darcy
y sus unidades son el darcy o el milidarcy.
Entre las propiedades de los fluidos que afectan directamente al movimiento de los mismos, está
la viscosidad, que da idea de la facilidad o dificultad para su flujo, de la resistencia del mismo a
moverse. Se mide en varias unidades, según el sistema seleccionado, pero es frecuente que la
viscosidad del petróleo se exprese en poise o centipoise y en segundos
Saybolt Universales o Furol).

La movilidad combina los conceptos de permeabilidad y viscosidad, para describir la


facilidad que tiene un fluido para moverse dentro de un yacimiento. Es la razón entre la per-
meabilidad y la viscosidad.

Cuando se perforan pozos en yacimientos de gas y de petróleo, se produce gas, petróleo y


frecuentemente agua, lo que reduce con el tiempo la presión original del yacimiento permitiendo
que el petróleo y el gas restante se expandan y ocupen el espacio vacante dejado por los fluidos
producidos. Si las formaciones están en contacto con estratos acuíferos, a medida que la presión
disminuye debido a la producción, el agua de esos estratos invade el reservorio y hace disminuir
la expansión del gas y del petróleo y por consiguiente también disminuye la caída de presión.

En el momento en que un pozo es puesto en producción la energía comienza a


liberarse y se transforma en trabajo.
Se comienza a formar una zona de menor presión alrededor del pozo; se establece
un gradiente de presión y el fluido comienza a migrar hacia las paredes del pozo (Figura II-10).

Figura II-10

Si denominamos Pe a la presión estática medida frente a la formación después de un período


suficientemente largo de cierre y Pf a la presión de fluencia medida en la misma profundidad
luego que el pozo haya producido a caudal constante por un tiempo determinado, denominamos
caída de presión, o diferencial de presión a la diferencia de Pe - Pf.
Si la cantidad de energía disponible en un reservorio es reducida, la presión del mismo declina
rápidamente por cada metro cúbico que se produce. Si la energía del reservorio es grande, se
producirán grandes cantidades antes de que haya una reducción apreciable de la presión. Natu-
ralmente en la práctica se dan todos los matices intermedios.

Como resumen de estos conceptos, tengamos claro que los parámetros que en mayor medida
gobiernan la cantidad de fluido son la porosidad, como propiedad de la roca, y la presión a la
que están sometidos, mientras que los que regularán los caudales a extraer son: la permeabilidad
de la roca, los gradientes de presión que se establezcan, la viscosidad de los fluidos y las
saturaciones de agua a la que se encuentren.

Si medimos Pf a diferentes regímenes de producción y al mismo tiempo medimos los caudales


producidos en superficie, podemos realizar gráficos (Caudal vs Presión) que ilustran el compor-
tamiento de los caudales frente a una variación determinada de la presión. La forma de la curva
que puede obtenerse puede ser del tipo de la Figura II-11.

Figura II-11
MÓD. I - CAP. II: Pag. 19
Material preparado para CHACO S.A.

II-III-V - Indice de productividad

A menudo se utiliza un índice, denominado Índice de Productividad, para indicar la “perfor-


mance” de un reservorio, ya que se expresa como el número de barriles/día o m3/día (caudal
diario producido en condiciones de tanque en superficie), por cada unidad de caída de presión
(libras/plg2 o kg/cm2) entre la presión estática Pe y la de fluencia Pf.

Índice de productividad = IP = Q/(Pe-Pf)

Este índice es una propiedad de los pozos, una medida del potencial o de su capacidad de
producir; de responder a una disminución de la presión de fluencia. Puede variar y depen-
de de factores como permeabilidad de la roca, saturaciones, regímenes de producción,
estado de agotamiento del yacimiento, viscosidad de los fluidos, resistencias al flujo etc.
Para determinarlo es necesario conocer la presión estática de la formación y medir, a
distintos regímenes de producción, el caudal producido en superficie y la presión de fluencia
frente al punzado productor. Generalmente se toma una presión de fluencia calculada a
partir del nivel dinámico estabilizado al que trabaja el pozo, por lo que los valores no
corresponden a una sola formación, sino en conjunto a todo el pozo.
Al registrar estos datos para determinar el índice de productividad, es muy importante que
se tomen luego de un período de estabilidad largo, como para asegurar que esa condición
es de suficiente equilibrio como para que sea representativa del régimen establecido.

El petróleo en sí mismo carece de energía que le permita auto-producirse. Esa energía disponi-
ble la entrega la energía potencial de la presión del reservorio que se encuentra almacenada en
los fluidos comprimidos.
Al producirse un gradiente hacia el pozo, para que se produzca el movimiento de los
fluidos es necesario vencer dos resistencias principales:

a) Las fuerzas internas, llamadas interfaciales, que mantienen a los fluidos dentro de los
poros.

b) La resistencia al movimiento, por viscosidad del gas y del petróleo.

En un gráfico presión vs caudal podemos obtener una curva como la de la Figura 1.4.
Figura I-4

En esta figura cuando la presión de fluencia iguala a la presión estática, el movimiento no se


produce, no hay diferencia de presiones y por lo tanto Q = cero. (es el punto sobre la ordenada
para Pf = Pe).
En el otro extremo, cuando la presión de fluencia es cero (el gradiente de presión es máximo)
nuestro caudal será también el máximo posible, y obtenemos Qt.
Este valor teórico para Pf = 0 es impracticable, y por lo tanto para nuestro análisis tomamos un
valor Pf1 y obtenemos un valor de caudal Qo.

Hemos supuesto que la diferencia Pe - Pf1 es suficiente para vencer las fuerzas internas interfaciales
y las resistencias al movimiento por la viscosidad. Pero en los alrededores del pozo, concentra-
das en las cercanías de las paredes, se producen resistencias adicionales al movimiento (no
originales al yacimiento) debido a prácticas de perforación y de terminación de los pozos y de
los fluidos utilizados durante estas operaciones. Estas resistencias adicionales son denominadas
efecto pelicular o daño de formación.
Estas nuevas resistencias tienen el efecto de cambiar la respuesta del caudal frente a la presión
de fluencia, cambiar la forma o pendiente de la curva y disminuir el caudal potencial a producir
para la Pf1 dada, por ejemplo al valor Q1 (menor de Qo).

II-IV - COMPORTAMIENTO EN EL RESERVORIO


II-IV-I - Características de la roca reservorio
Los fluidos contenido en los reservorios son el gas, el petróleo y el agua.
En las trampas los fluidos se distribuyen en estratos de acuerdo al peso específico de cada
fluido.
Agua intersticial es la que se considera que ha permanecido en la roca desde la deposición de
la misma y que se ha adherido con tanta fuerza a las superficies que no resultó desplazada en el
MÓD. I - CAP. II: Pag. 21
Material preparado para CHACO S.A.

período de acumulación del gas y del


petróleo y tampoco durante la produc-
ción. (A menudo es denominada agua
fósil o agua singenética).
Agua libre constituye también agua con-
finada, pero lista para fluir hacia el lugar
donde disminuya la presión. Es el agua
que ha sido desplazada por la llegada
del gas y del petróleo y que será tam-
bién movilizada durante la producción de
los fluidos.
Figura II-12

En la Figura II-12 se puede apreciar un esquema de un poro en una arenisca que muestra los
granos de arena tapizados por una película de agua y al petróleo con su gas disuelto ocupando
los espacios internos dentro de los poros más grandes.

En la Figura II-13 se muestra una relación típica entre el gas, el petróleo y el agua en una roca
reservorio; en este caso se presume que los fluidos del reservorio son gas libre, petróleo con
gas disuelto, petróleo y agua intersticial y libre.

Figura II-13
Desde el punto de vista de la producción de los fluidos, las propiedades físicas influyentes son la
viscosidad, la densidad y la tensión superficial. Las dos primeras gobiernan fundamentalmente el
movimiento, tanto dentro de los reservorios como en las cañerías de producción y de superficie,
mientras que la tercera, influye preponderantemente sobre la recuperación.

Estas propiedades físicas varían con la temperatura y la presión, a pesar de que los fluidos
puedan ser semejantes desde el punto de vista químico; son muy diferentes las propiedades a
elevadas temperaturas y presiones que prevalecen en las capas más profundas, de las que ca-
racterizan en zonas menos profundas o en fluidos recuperados en la superficie.

II-IV-II - Composición química del petróleo

“Petróleo”: mezcla fluida de hidrocarburos y de pequeñas cantidades de azufre, nitrógeno,


oxígeno y otros elementos. Pueden encontrarse tanto en estado líquido como gaseoso, y duran-
te su explotación cambian continuamente la relación entre ambas fases, pudiendo pasar una
parte del petróleo líquido al estado gaseoso. Un hidrocarburo se puede definir como una sus-
tancia orgánica binaria, exclusivamente compuesta por dos elementos, carbono e hidrógeno.
Son tan amplias las distintas posibilidades de combinación posible, alterando la cantidad de
átomos presentes y la forma de combinarse, que se conocen innumerables hidrocarburos dife-
rentes.

Hidrocarburos normales o parafinas

Las uniones se presenta en líneas formando cadenas abiertas. El más elemental es el metano
(CH4). A este grupo le corresponde la fórmula abreviada CnH2n + 2 y se los denomina hidrocar-
buros normales o parafinas.
Las propiedades físicas varían siempre más o menos uniformemente a medida que aumenta el
número de átomos de carbono.
Los cuatro primeros componentes de esta serie, metano (CH4), etano (C2H6), propano (C3H8)
y butano (C4H10), son gaseosos en condiciones estándar de presión y temperatura (1 atm y 15
ºC) , a pesar de que en los yacimientos pueden permanecer algunos de ellos como líquidos.
Debido a la temperatura crítica de estos cuatro elementos (recordando que para el metano es de
–85,7ºC; para el etano +33ºC; para el propano +99,7ºC y para el butano +133,9ºC), se com-
prende que debido a las condiciones que rigen en los reservorios nunca se encontrará al metano
y al etano en estado líquido, mientras que es probable que estén como líquidos el propano y el
butano. Desde el pentano (C5) hasta el hexadecano (C16) inclusive son líquidos y los hidrocar-
buros parafínicos superiores son cuerpos sólidos en las mencionadas condiciones.
No solamente existen cadenas lineales (normales) sino también cadenas ramificadas, que son
llamadas isoparafinas. A medida que aumenta el número de carbonos, crece rápidamente el
número de isómeros posibles, que es justamente la razón por la que existe tal cantidad de
hidrocarburos diferentes.
MÓD. I - CAP. II: Pag. 23
Material preparado para CHACO S.A.

En las tablas siguientes se pueden observar diversas características de algunos hidrocarburos


parafínicos.
En las tablas siguientes se pueden observar diversas características de algunos hidrocarburos
parafínicos.
MÓD. I - CAP. II: Pag. 25
Material preparado para CHACO S.A.

Cicloparafinas o naftenos

Otro grupo importante es el constituido por los llamados hidrocarburos en anillo o cíclico
(pueden tener uno o más anillos) en cuya fórmula estructural los átomos de carbono están
ligados entre sí formando un circuito cerrado. Se los llama hidrocarburos de cadena cerrada o
cíclicos, cuya variedad saturada se conoce con el nombre de cicloparafinas o naftenos.

En el petróleo crudo se encuentran predominando los ciclos penta y hexagonales, derivados


del ciclopentano (C5 H10) y ciclohexano (C6 H12) y les corresponde la fórmula abreviada
CnH2n. El ciclopentano se encuentra como gas en el reservorio y todos los demás
mononafténicos conocidos son líquidos.

Hidrocarburos aromáticos

Finalmente, otro grupo de hidrocarburos lo constituyen los aromáticos, que se representan


ordinariamente por un anillo hexagonal con tres dobles enlaces alternantes o conjugados. Estos
aromáticos se derivan del benceno, cuya fórmula abreviada es C6H6 y un derivado del mismo es
el conocido como tolueno (C6H5 – CH3). Se corresponden a la fórmula CnH2n – 2 .
No existe ningún hidrocarburo aromático que sea gas a presión y temperatura atmosféri-
ca; además el compuesto más simple, el benceno, tiene un punto de ebullición de 80ºC.

II-IV-III - Relaciones de fases en el reservorio

Las diferentes sustancias del reservorio petrolífero, que están en un estado de equilibrio cuando
se descubre un yacimiento son la roca reservorio, el agua, el gas natural y el petróleo crudo.
Una fase incluye todas las partes de un sistema que tienen las mismas propiedades y la
misma composición.
En la Figura II-13 puede observarse un diagrama del sistema bajo dos variables, temperatura y
presión. El diagrama muestra las tres posibles fases simples (hielo, líquido y vapor), los tres
equilibrios de dos fases (hielo-vapor a lo largo de la linea AO, hielo-líquido a lo largo de la línea
OC y vapor-líquido a lo largo de OB, que culmina en la temperatura crítica Tc) y el punto O,
donde las tres fases están en equilibrio.

El punto O es denominado punto triple.


Figura II-13

En el caso del petróleo (mezcla de sustancias) la fase en las que cada una de esas sustancias
aparece en un momento determinado, está dada comúnmente por la presión y la temperatura y
por otras variables tales como concentración, densidad y volumen, por lo que concretamente
éstas deben especificarse para poder definir las fases.

En la fase gaseosa podemos encontrar:


1) el cuerpo gaseoso (metano y etano) que no pueden condensarse en el subsuelo por elevada
que sea la presión, debido a que su temperatura crítica queda por debajo de la temperatura
mínima que puede encontrarse en el reservorio y
2) vapores de hidrocarburos – propano, butano y más pesados – que tienen temperaturas
críticas muy superiores a las que rigen en el subsuelo y que por lo tanto también puede encon-
trarse como líquidos cuando la presión es suficientemente alta. En los yacimientos en que se
encuentra solamente la fase gaseosa, la proporción de vapores suele ser muy pequeña, como
ocurre en reservorios de gas seco

En la fase líquida del petróleo, se puede considerar:


1) el cuerpo líquido formado por una muy numerosa cantidad de hidrocarburos que se encuen-
tran íntimamente disueltos entre si;
2) un adicional gaseoso, constituido en su mayoría por metano y etano. Otros elementos que
pueden estar incluidos son absorbidos e incorporados a la fase líquida y dejan de manifestarse
como productos gaseosos, siempre que ambas fases estén en contacto, por lo que para cada
presión y temperatura regirá un determinado estado de saturación en el proceso de absorción.
3) un adicional sólido formado por una cantidad mas o menos numerosa de hidrocarburos,
algunos saturados y puros (parafinas) y otros no saturados, y con compuestos de azufre, como
el caso de los asfaltos que por su punto de fusión superior a la temperatura reinante deberían
encontrarse en estado sólido en forma separada, pero se encuentran disueltos en el cuerpo
líquido y han tomado este ultimo estado.
MÓD. I - CAP. II: Pag. 27
Material preparado para CHACO S.A.

II-IV-IV - Tensión de vapor

Se ha adoptado una medida estándar llamada pre-


sión o tensión de vapor REID (RVP) que es fre-
cuentemente determinada para el líquido utilizando
técnicas del ASTM a 100ºF.
Un aparato utilizado para la determinación de la RVP
(Reid Vapor Pressure) comprende un recipiente para
la muestra, una cámara de aire de aproximadamente
cuatro veces el volumen del recipiente, un baño ter-
mostático a 100 ºF y un manómetro.
En la Figura I-18 se observa un equipo de estas ca-
racterísticas.
Se llena el recipiente con el producto a analizar, por
ejemplo una gasolina, y se la conecta con la cámara
de aire. El conjunto se agita periódicamente mientras
se lo coloca en el baño termostático. El manómetro
da una indicación de presión que se estabiliza al al-
Figura I-18
canzar el equilibrio. Este valor límite de presión mide
la tensión de vapor Reid, que se expresa por ejemplo en PSI o en gr/cm2.
El ensayo de tensión de vapor es muy importante pues indica, de una manera indirecta, el con-
tenido en productos muy ligeros que condicionan la seguridad durante el transporte, las pérdidas
en el almacenamiento y la volatilidad del producto.
Existen numerosos diagramas que representan las curvas de tensión de vapor de los hidrocarbu-
ros puros, que se utilizan en todos los problemas relativos al resto de hidrocarburos ligeros, no
así a los más pesados o complejos.

La Figura II-14 muestra una correlación aproximada de la cual se puede determinar la presión
de vapor a distintas temperaturas y presiones.
Figura II-14

Se puede observar que para una temperatura de 60ºF el líquido tendrá que tener una presión de
vapor de 29 psi RVP si se lo quiere almacenar. La máxima temperatura que podrá tenerse será
de 100ºF para tener 14 psi, para no tener pérdidas.
MÓD. I - CAP. II: Pag. 29
Material preparado para CHACO S.A.

II-V - CARACTERÍSTICAS DE LOS FLUIDOS EN EL TUBING

En el fondo de pozo se acepta la existencia, en términos generales, de gas libre, gas


disuelto en el petróleo, petróleo y agua.
Cuando los fluidos ascienden en la columna de tubing, una vez alcanzada la presión de
saturación, se produce un desprendimiento de gas a medida que disminuye la presión, lo que se
traduce en un incremento en la relación gas-petróleo y en una disminución en la densidad de la
columna.
El desprendimiento de gas da lugar a la formación de espuma, que en sentido ascendente
se convierte en flujo a borbotones, como resultado del encuentro del petróleo que escurre por
las paredes del tubing, (llamado flujo anular) y el gas liberado de la espuma, para transformarse
finalmente en una verdadera niebla, por aumento gradual de la relación gas-petróleo, al acelerar-
se la velocidad de la columna.
La energía disponible en un pozo, se consume de distintas maneras conforme a los facto-
res que intervienen:
• Energía consumida para elevar el fluido desde el fondo del pozo hasta el tanque colector.
Este valor depende fundamentalmente de la densidad del fluido y de la altura de elevación.
• Energía consumida en conferir velocidad al fluido, es decir, en acelerarlo desde la velo-
cidad mínima que tiene en el fondo a la máxima que tiene normalmente en la boca.
• Energía consumida en el cambio de estado de ciertas fracciones livianas de líquido a gas,
con pérdida de presión.
• Energía consumida en la liberación del gas disuelto, como consecuencia de la disminu-
ción de presión.
• Energía consumida por fricción con las paredes de las cañerías, codos, tes, etcétera.
• Energía consumida por frotamiento interno del fluido y sus partículas, a medida que
ascienden.
• Pérdida de energía por resbalamiento del gas respecto del petróleo.
• Pérdidas imputables a torbellinos que se producen en válvulas, codos, etcétera.

• Comportamiento en el fondo del pozo


Cabe hacer especial mención a los siguientes parámetros: a) presión estática de fondo;
b) índice de productividad; c)relación gas-líquido y d) relación agua-petróleo.
a) La presión estática de fondo es un índice de la energía que posee el pozo.

b) El índice de productividad es el caudal capaz de ser producido por el pozo en m3/día (barri-
les/día) por cada Kg/cm2 (lbs/pulg2) que desciende la presión dinámica respecto de la estática.
Si el petróleo se encuentra en estado líquido en formación y la presión se mantiene por encima de
la presión de saturación; el IP se mantiene aproximadamente constante. Cuando la presión des-
ciende por debajo de dicho punto, la capa presenta saturaciones de gas y por tanto el IP varía.
La curva representativa de las producciones en función de la presión (IPR) se mantiene lineal
hasta llegar a la saturación, por debajo de ésta deja de ser una recta.
c) La relación gas-líquido, mientras la presión dinámica está por encima de la presión de satura-
ción y el caudal de agua no varía, mantiene las condiciones de elevación en forma uniforme. Pero
a medida que prosigue la explotación una vez que la presión de formación ha descendido por
debajo de la presión de saturación, dicha relación cambia, aunque se mantengan óptimas las
condiciones de operación.
d) La relación agua–petróleo. Lo expresado anteriormente muestra claramente que si varía la
proporción de agua respecto al petróleo, cambia la relación gas-líquido, y aumenta la densidad
del líquido y por consiguiente, la capacidad de elevación hacia la superficie disminuye.

Comportamiento en la columna de producción

La surgencia vertical es más favorable cuando mayor es la presión en el fondo. Por otra parte,
para una determinada producción es necesaria, en cuanto a la circulación del fluido desde la
formación hacia el pozo, una determinada presión en la entrada del «tubing». Cuanto menor sea
esta última, mayor será la velocidad con que entra el fluido al pozo y por consiguiente el caudal,
pero contrariamente, si dicha presión en la entrada del «tubing» es reducida, la capacidad para
elevar el fluido a la superficie en flujo vertical se reduce. Por consiguiente, en cuanto a los
caudales, ambos flujos son antagónicos en lo que se refiere a como actúa sobre ellos la presión
en la entrada del «tubing».

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