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EL PENSAMIENTO CRÍTICO

1. Definición.
El término crítico proviene del griego Kritike, que significa el “arte del juicio”. Es decir,
la aplicación o uso de nuestro propio juicio en la toma de acción de aceptación o
rechazo de la información.
El pensamiento crítico es una actitud intelectual que se propone analizar o evaluar la
estructura y consistencia de los razonamientos, particularmente las opiniones o
afirmaciones que la gente acepta como verdaderas en el contexto de la vida cotidiana.
Tal evaluación puede basarse en la observación, en la experiencia, en el
razonamiento o en el método científico. El pensamiento crítico se basa en valores
intelectuales que tratan de ir más allá de las impresiones y opiniones particulares, por
lo que requiere claridad, exactitud, precisión, evidencia y equidad. Tiene por tanto una
vertiente analítica y otra evaluativa. Aunque emplea la lógica, intenta superar el
aspecto formal de esta para poder entender y evaluar los argumentos en su contexto
y dotar de herramientas intelectuales para distinguir lo razonable de lo no razonable,
lo verdadero de lo falso.
“El pensamiento crítico es el pensar claro y racional que favorece el desarrollo del
pensamiento reflexivo e independiente que permite a toda persona realizar juicios
confiables sobre la credibilidad de una afirmación o la conveniencia de una
determinada acción. Es un proceso mental disciplinado que hace uso de estrategias
y formas de razonamiento que usa la persona para evaluar argumentos o
proposiciones, tomar decisiones y aprender nuevos conceptos”. (Campos, 2007, p.19)
El pensamiento crítico es ese modo de pensar, sobre cualquier tema, contenido o
problema, en el cual el pensante mejora la calidad de su pensamiento al apoderarse
de las estructuras inherentes del acto de pensar y al someterlas a estándares
intelectuales (Paul y Elder, 2003, p.04)
Richard Paul (2003) manifiesta que el pensamiento crítico consiste en:
a. El proceso intelectualmente disciplinado de conceptualizar, aplicar, analizar,
sintetizar y/o evaluar información recopilada o generada por observación, experiencia,
reflexión, razonamiento o comunicación, de manera activa y hábil, como una guía
hacia la creencia y la acción.
b. El arte del escepticismo constructivo, es decir la desconfianza o duda de la verdad
que nos presentan como tal. (El escéptico es aquel que no cree a ciegas en
determinadas cosas y, por tanto, tiene que seguir indagando, encontrando otros
caminos, investigando, verificando, etc.)
c. El arte de identificar y quitar prejuicios, así como la unilateralidad del pensamiento.
d. El arte del aprendizaje autodirigido, a profundidad realizando racionalmente.
e. El pensar que la racionalidad debe certificar lo que uno sabe y aclarar lo que uno
ignora.
Paúl provee de una definición que conduce al análisis de tres dimensiones cruciales:
 Las perfecciones del pensamiento,
 Los elementos del pensamiento y
 Los dominios.
Así, el pensamiento crítico es un pensamiento disciplinado, autodirigido, que
ejemplifica las perfecciones del pensamiento apropiado a un modo particular (en una
disciplina por ejemplo) o un dominio del mismo.

2. Historia del pensamiento crítico.


A) Edad antigua.
En esta etapa destacan los pensadores griegos.
A Sócrates se le considera como el pionero del uso del pensamiento crítico por dos
motivos:
 Desafió las ideas y pensamientos de los hombres de su época.
 Creó su método de raciocinio y análisis (hacer preguntas que requieran una
respuesta racional).
El ser crítico era peligroso en esa época en que Atenas había perdido una gran guerra
con Esparta.
Sócrates era un pensador público y enfatizaba la necesidad de pensar claramente y
ser lógico y consistente. Mencionaba la importancia de buscar evidencia, examinar
con cuidado el razonamiento y las premisas, analizar los conceptos básicos y
desagregar las implicaciones de lo que se dice y hace. Para muchas personas el
método Socrático ha devenido en sinónimo de manera de favorecer el pensamiento
crítico. Sócrates a través de sus preguntas cuestionaba a la sociedad y a sus
contemporáneos. Por ello, no es extraño darse cuenta por qué se "metió" en
problemas con las autoridades. Platón, alumno de Sócrates, registró y difundió las
ideas de su maestro.
A su vez, Aristóteles, discípulo de Platón, extendió las ideas de los dos anteriores.
Más aún, escribió un libro sobre "Lógica", un dogma central del pensamiento crítico.
De acuerdo con Sócrates, Platón y Aristóteles, sólo la mente entrenada está
preparada para ver debajo de las apariencias de la vida. "La vida no examinada no
vale ser vivida" (Sócrates) y "el obrar debe ser juzgado según lo verdadero"
(Aristóteles).

B) Edad media y el renacimiento.


En la Edad Media dos pensadores franciscanos tuvieron gran influencia, John Duns
Scotus (1270 -1308) y William de Ockham (1280 -1349). Ambos fueron docentes en
la Escuela Merlo de la Universidad de Oxford. Desde ese entonces existe una máxima
como expresión del pensamiento crítico atribuida a Ockham que dice "la solución más
simple es comúnmente la mejor solución".
Santo Tomás de Aquino, teólogo y filósofo de la Edad Media (1225 - 1274), desarrolló
sus ideas acerca de su teoría del pensamiento en la "Suma Teológica" y en otros
escritos. La técnica usada consistía en enunciar, considerar y responder
sistemáticamente todas las críticas a sus propias ideas antes de empezar a escribir.
De esta manera se anticipaba a las inquietudes del lector y le daba respuesta. Este
enfoque del pensamiento crítico representó un avance importante.
C) Edad moderna.
Durante los siglos XV y XVI, los que mantuvieron la tradición del pensamiento crítico
fueron Thomas Moro (1478 -1535) y Francis Bacon (1551 -1626), ambos de Inglaterra,
y Renee Descartes (15% -1650) de Francia. Se atribuye a Bacon sentar las bases de
la ciencia moderna con énfasis en el enfoque empírico de las ciencias; esto es, ciencia
basada en observaciones cuidadosas en lugar de modelos propuestos y no validados
desde los griegos.
Sir Thomas Moro (1478 -1535) introduce una manera muy particular de aplicar el
pensamiento crítico. Escribió una novela, "Utopía", que critica la política inglesa de
esa época y propone una nueva sociedad.
Descartes (1596 -1650) escribió lo que podría llamarse un texto para el pensamiento
crítico, "Reglas para la dirección de la mente". Desarrolló un método de pensamiento
crítico basado en el principio de la duda sistemática. Cada parte del pensar, debería
ser cuestionada, puesta en duda y verificada.
D) Edad contemporánea.
Mucho después, se ubica John Dewey (1859 -1952); educador, psicólogo y filósofo.
Escribió varios libros importantes, entre ellos, "Cómo pensamos" (1911) y "Búsqueda
de Certeza" en los cuales sigue la ruta iniciada por Platón y Aristóteles. Enfatiza las
consecuencias del pensar humano y considera que el pensamiento crítico es el
enfocar los problemas del mundo real. Se mencionan a otros difusores del
pensamiento crítico, tales como el educador Benjamín Bloom (1913 -1999) que
desarrolló una taxonomía de habilidades cognitivas de gran influencia en el campo
educacional en los últimos 50 años. Igualmente a los más recientes; entre ellos, Robert
Ennis quien en un artículo publicado en el "Harvard Educational Review" (1964)
despierta, nuevamente, el interés en el Pensamiento Crítico. Desde los inicios de la
década de los ochenta, Richard Paul ha difundido, en todo escenario, la necesidad de
desarrollar este pensamiento. Finalmente, Matthew Lipman, el creador de la filosofía
para niños, ha desarrollado propuestas para niños y jóvenes, programas educativos
para promover el uso de esta actividad mental, la lógica y el cultivo de la filosofía.
Aunque hay aportes de otras partes del mundo, estos no se han difundido lo suficiente
y en otros casos se han ignorado. Debe, sin embargo, mencionarse los aportes de
Lao - Tzu, Confucio y Ashoka.
También, debe destacarse; tal como lo afirma Capossela, que John Dewey es quien
introduce el término pensamiento crítico como sinónimo de solución de problemas,
indagación y reflexión. Asimismo, que Dewey prefiere el término pensamiento reflexivo
que lo define como una "consideración activa, persistente y cuidadosa de una creencia
o forma supuesta de conocimiento a la luz de las bases que la sustenta y a las
conclusiones que implica"
El gran interés, académico y práctico, en Estados Unidos, se da en las décadas de los
ochenta y los noventa. Se afirma que a finales de los noventa había una gran cantidad
de publicaciones sobre pensamiento crítico. Los más antiguos tenían como autores a
filósofos y en los tiempos más recientes a psicólogos y educadores. De allí el énfasis
de las definiciones que ofrecen. Además, existen propuestas innovadoras y audaces
para promover el desarrollo del pensamiento crítico. Mathew Lipman, antes
mencionado, es el creador del programa "Filosofía para niños". Para él los niños son
filósofos naturales interesados en el porqué de las cosas. Esta actitud permanente de
curiosidad los lleva a seguir cuestionando. Este es el inicio, según el autor, del pensar
filosófico de los niños.
El cultivo del pensamiento crítico en la sociedad de la información deviene no sólo
como un propósito, sino también como una exigencia social.

3. Pensamiento crítico y pensamiento reflexivo.


Al revisar la definición de pensamiento crítico, encontramos que para la mayoría de
autores, pensamiento crítico es equivalente a pensamiento reflexivo, o que por lo
menos es una forma de nombrarlo.
El pedagogo y filósofo John Dewey define el pensamiento reflexivo en los siguientes
términos: es “la consideración activa, persistente y cuidadosa de una creencia o forma
supuesta de conocimiento a la luz de los fundamentos que la apoyan y de las
conclusiones hacia las que tiende” (Dewey, 1906, en Fisher, 2001, Hawes, 2003, p. 7
Hawes (2003) analiza esta definición en los siguientes términos:
Es activo, pues el pensamiento reflexivo o crítico se opone a la pasividad receptora
de una mente que se deja moldear y modelar por las influencias del entorno; implica
la autonomía del sujeto, superando la heteronomía propia de la escolaridad
tradicional.
Es persistente, pues se trata de una actividad que es constante, indeclinable e
indeclinada en el sujeto; esto requiere un grado de alerta para estar constantemente
desafiando las “verdades” de las proposiciones o la “justicia” de los valores que se nos
proponen.
Cuidadoso, por oposición al habitual y cotidiano estilo de pensamiento que salta
rápidamente a conclusiones sin revisar apropiadamente la evidencia, o sin establecer
si han una relación apropiada entre las premisas y las conclusiones.
Es una forma supuesta de conocimiento, pues lo que es el objeto del pensamiento
crítico o reflexivo son expresiones de pensamiento, creencias o formas de
conocimiento abarcando con ello el conjunto de la producción intelectual humana,
pero en particular el conocimiento organizado o con cierta sistematicidad, el saber
teórico o teorizado. No son objeto de pensamiento reflexivo aquí las personas en
cuanto tales sino que los productos de su razonamiento, sea éste filosófico, científico,
moral, estético.
Se analizan a la luz de los fundamentos que lo sustentan, pues esta y la siguiente
expresión son los dos focos de la atención del pensamiento reflexivo. Primero que
nada, se examinan los fundamentos que apoyan alguna creencia o forma de
conocimiento.
El examen de las bases sustentadoras dará pie para una evaluación de la solidez de
los argumentos. En otras palabras, se atacan aquí las significaciones, los conceptos
de fondo, los constructos sustentadores; en términos lakatosianos, las hipótesis de
fondo de la construcción.
Conecta cuidadosamente argumentos y conclusiones. El examen de las creencias y
formas de conocimiento a la luz de las conclusiones hace referencia al análisis
“cuidadoso” del rigor con que se conectan entre sí las proposiciones, tal de (a) llevar
a conclusiones que se sustenten auténticamente en las premisas (fundamentos), y (b)
generar propuestas de acción o consecuencias prácticas a partir de dichos
fundamentos. La “gramática” o sintaxis del pensamiento es aquí el foco de la atención.
Lo que no es el pensamiento crítico.
Teniendo en cuenta las definiciones presentadas en el primer punto, y con el fin de no
confundir el pensamiento crítico con otros procesos mentales o cognitivos, es preciso
señalar que no es el pensamiento crítico.
 El pensamiento crítico no es emocionalidad, sino que se resuelve en la esfera del
conocimiento: tiene que ver con la razón –ya sea como racionalidad, o como
razonabilidad, aunque no exime la emocionalidad. Por el contrario, un buen pensador
crítico tiene conciencia de cómo está siendo afectado su juicio por su emocionalidad
y hasta qué punto está dispuesto a aceptarlo.
 El pensamiento crítico involucra actividad, por lo que se opone a la pereza, a la
comodidad, al conformismo intelectual; con mayor razón, se opone al sometimiento
acrítico a la opinión de la autoridad basada ya sea en el prestigio académico, la cuota
de poder detentado, la apelación a la religión.
 Pensamiento crítico se opone necesariamente al fanatismo, la obcecación intelectual,
el egoísmo y el autoritarismo; el pensamiento crítico suele ser una práctica peligrosa
en cualquier régimen dictatorial.

4. Características del pensamiento crítico.


A) Agudeza perceptiva.
Es la potencialidad que permite observar los mínimos detalles de un objeto o tema y
que posibilita una postura adecuada frente a los demás. Es encontrar dónde están las
ideas claves que refuerzan nuestros argumentos, es leer el mensaje denotativo y
connotativo, es decir, leer entre líneas el mensaje subliminal y encontrar el ejemplo o
el dato que otorgue consistencia a nuestros planteamientos.
B) Cuestionamiento permanente.
Es la disposición para enjuiciar las diversas situaciones que se presentan. También
es la búsqueda permanente del porqué de las cosas; consiguiendo explicaciones,
indagando y poniendo en tela de enjuicio nuestro comportamiento o el de los demás.
Es dejar de lado el conformismo para empezar a actuar.
C) Construcción y reconstrucción del saber.
Es la capacidad de estar en alerta permanente frente a los nuevos descubrimientos,
para construir y reconstruir nuestros saberes, poniendo en juego todas las habilidades
y relacionando dialécticamente la teoría y la práctica. No sólo es poseer conocimientos
sólidos basados sus fundamentos técnicos y científicos, sino saber aplicarlos a la
realidad en acciones concretas que posibiliten la transformación del entorno familiar y
social.
D) Mente abierta.
Es el talento o disposición para aceptar las ideas y concepciones de los
demás, aunque estén equivocadas o sean contrarias a las nuestras. Es reconocer que
los demás pueden tener la razón y que, en cambio, nosotros podemos estar
equivocados, y que, por lo tanto necesitamos cambiar nuestra forma de pensar y
actuar. Es también reconocer el valor de los aportes de los demás.

E) Coraje intelectual.
Es la destreza para afrontar con entereza y decisión las situaciones difíciles y
exponer con altura nuestros planteamientos. Es mantenerse firme ante las críticas de
los demás por más antojadizas que estas sean. Es no doblegarse ante la injuria ni
caer en la tentación de reaccionar en forma negativa. Es decir las cosas “por su
nombre», con objetividad y altura, sin amedrentarse por los prejuicios.
G) Autorregulación.
Es la capacidad para controlar nuestra forma de pensar y actuar; es tomar conciencia
de nuestras fortalezas y limitaciones, es reconocer la debilidad de nuestros
planteamientos para mejorarlos. Es reflexionar sobre nuestras acciones y tornar en
positivo lo negativo. Es volver sobre lo andado para retomar el camino correcto.
2.1.6- Modalidades del pensamiento crítico.
La filósofa y pedagoga canadiense Marie France Daniel (2002) propone una estructura
conceptual de cuatro modalidades que puede asumir el pensamiento crítico: lógico,
creativo, responsable, metacognitivo (Hawes, 2003).
Si bien se refiere fundamentalmente a niños entre 10 y 12 años, su planteamiento es
perfectamente expandible a sujetos mayores (Hawes, 2003).
A) Pensamiento lógico.
El pensamiento lógico no sólo hace referencia a la lógica tradicional sino más bien a
la lógica informal que está implícita en la coherencia en el lenguaje y la acción. El
producto del pensamiento lógico es la conceptualización, que es donde se da la
principal complejidad, es decir, la capacidad de pasar de lo concreto a lo abstracto.

B) Pensamiento creativo.
El pensamiento creativo se expresa en una búsqueda que, partiendo de la convergencia,
finalmente llega a la divergencia. El pensamiento creativo se expresa en la transformación.
C) Pensamiento responsable.
El pensamiento responsable que encuentra su aplicación en la relación entre las
conductas y las reglas morales (categorización de los actos particulares) y los principios
éticos (reflexión sobre los fundamentos de las categorías), en una perspectiva de
mejoramiento de la experiencia personal y social. La categorización es el producto del
pensamiento responsable.
D) Pensamiento metacognitivo.
El pensamiento metacognitivo implica pensar a propósito del propio pensamiento,
creencias, perspectivas, ejerciendo un cierto control sobre ellas, en lugar de simplemente
padecerlas. “La complejificación del pensamiento metacognitivo se manifiesta en el paso
del control sobre sí mismo a la corrección y al reconocimiento del enriquecimiento por la
comunidad de investigación”
2.1.7- El pensamiento crítico en la taxonomía de Bloom.
Algunos autores consideran que el Dominio Cognitivo de la Taxonomía de Bloom puede
usarse para establecer acciones didácticas orientadas a favorecer el pensamiento crítico.
Los niveles de la taxonomía de Bloom son los siguientes: conocimiento, comprensión,
aplicación, análisis, síntesis y evaluación.
El pensamiento crítico está asociado con los dos últimos niveles del dominio cognitivo de
esta taxonomía: síntesis y evaluación. Sin embargo, se considera que son diferentes por
cuanto la evaluación (que podría ser equivalente al pensamiento crítico) se centra en hacer
una valoración o juicio basado en un análisis del enunciado de una proposición. En
cambio, la síntesis (que podría ser equivalente al pensamiento creativo) requiere de un
individuo mirar las partes y relaciones (análisis) y luego poner eso junto en una forma
nueva y original (Campos, 2007, p 50, 51).
La relación entre crítico/evaluativo y creativo/sintético parece ser correcta, Huitt (1992),
clasifica las técnicas de toma de decisiones haciendo uso de la dicotomía crítico/creativo.
Las técnicas asociadas al pensamiento crítico tienden a ser más lineales y seriales, más
estructurales, más racionales y analíticas y más orientadas a metas. Mientras que las
técnicas asociadas al pensamiento creativo tienden a ser más holísticas y paralelas, más
emocionales e intuitivas, más visuales y más táctiles/kinestésicas. Otros usan como
referente de esta dicotomía al pensamiento realizado por el hemisferio izquierdo del
cerebro (analítico, serial, lógico, objetivo) y al pensamiento realizado por el hemisferio
derecho (global, paralelo/ emocional, emotivo). Un pensamiento "bueno" es aquel que
requiere el uso de técnicas asociadas con la razón y la lógica, así como con la creatividad
y divergencia, porque será más exitoso en la solución de problemas (Campos, 2007, p 50,
51).
El mismo autor ante citado, presenta un conjunto de verbos asociados a la taxonomía de
Bloom, extraídos de un reporte de la Universidad de Toledo, y que pueden ser usados
para su identificación o el trabajo didáctico:
 Confirma, niega evidencia.
 Afirma, concluye, deriva, examina.
 Alega, detecta, explica,
 Analiza, determina, explora.
 Considera, estima.
 Aprecia, construye, contempla.
 Contradice, contraviene, hipotetiza.
 Asume, implica.
 Corrobora, cree, decide.
 Calcula, declara, duda, interpreta.
 Deduce, intuye.
 Define, investiga.
2.1.8- Estándares.
Hawes, Gustavo. (2003), señala que los estándares que permiten medir el pensamiento
crítico, son los siguintes:
A) Claridad.
La claridad es clave para todo razonamiento. Claridad implica definiciones bien hechas,
con límites de clase definidos, expresada en términos no ambiguos, y con una significación
no ambigua de la propia definición.
Preguntas para evaluar o mejorar claridad: ¿Puede desarrollar más este punto? ¿Puede
expresarlo en otras palabras? ¿Podría dar un ejemplo apropiado de lo que quiere decir?
B) Exactitud.
Este estándar tiene que ver con la calidad de la información utilizada.
Básicamente, se relaciona con los referentes empíricos que se tienen para afirmar algo.
La exactitud colabora a mejorar la claridad conceptual.
Preguntas asociadas: ¿Cuál es la evidencia disponible? ¿Es realmente verdadero lo que
se afirma? ¿Cómo comprobar la verdad de un enunciado?
C) Precisión.
La precisión es una característica del juicio o enunciado que establece los detalles
necesarios para mejorar su comprensión. No siempre la precisión es deseable o
necesaria. Pero cuando es necesaria, entonces debe lograrse o bien aportarse los
recursos metodológicos para encontrar los datos precisos.
Entre las preguntas relativas a precisión se tienen ¿Es posible tener más detalles? ¿Bajo
qué circunstancias específicas se produce ese fenómeno? ¿Podría ser más específico?
D) Relevancia.
El criterio de la relevancia se aplica tanto a un argumento como a una comunicación.
Tratándose de un argumento, la relevancia tiene que ver con el grado en que el argumento
colabora a lograr la propuesta general.
Similarmente con relación a una comunicación: cuánto contribuye la comunicación a hacer
más clara, razonable, fluida, convincente, una situación que se discute en un momento
dado (aunque sea un trabajo dado por un profesor).
E) Amplitud.
La amplitud de la mirada desde una perspectiva crítica requiere examinar a lo menos dos
posiciones o perspectivas en el desarrollo de un argumento.
Este criterio introduce el componente de divergencia y, eventualmente, colaborará a hacer
más firme (o a debilitar) la posición sostenida inicialmente.
Preguntas asociadas: ¿Existe alguna perspectiva diferente sobre el tema?
¿Es necesario evaluar una aproximación alternativa? ¿Cómo se modificará nuestro/mi
posición desde la visión alterna? ¿Cuánto estoy dispuesto a arriesgar en la comparación
evaluativa de dos o más enfoques sobre un mismo tópico?
F) Lógica.
El criterio lógico significa aquí propiamente los aspectos formales del razonamiento y el
grado en que la propia argumentación se ajusta a los mismos.
Preguntas: ¿Son compatibles los conceptos o definiciones que utilizo; no son
contradictorios o contrarios? ¿La conclusión planteada se sigue lógicamente de las
premisas ofrecidas? ¿Cuáles son las consecuencias lógicas que se derivan de los
planteamientos iniciales? ¿La conclusión es consistente con la propuesta inicial, con el
objetivo o propósito?
2.1.9- Habilidades intelectuales esenciales.
Paul Richard y Elder Linda consideran el desarrollo del pensamiento crítico exige del
individuo, la práctica de las siguientes habilidades intelectuales:
A) Humildad intelectual.
Estar consciente de los límites de su conocimiento, incluyendo especial susceptibilidad
ante circunstancias en las cuales el egocentrismo propio puede resultar engañoso;
sensibilidad hacia el prejuicio, las tendencias y las limitaciones de su punto de vista. La
humildad intelectual radica en reconocer que uno no debe pretender que sabe más de lo
que realmente sabe. No significa sumisión ni debilidad. Es la carencia de pretensiones,
jactancia o engreimiento y el reconocimiento de los fundamentos lógicos o de la falta de
ellos en las creencias propias.
B) Entereza intelectual.
Estar consciente de la necesidad de enfrentar y atender con justicia, ideas, creencias o
visiones hacia las que no nos sentimos atraídos y a las que no hemos prestado atención.
Este valor intelectual reconoce que hay ideas que aunque las consideramos peligrosas o
absurdas pueden estar justificadas racionalmente (en todo o en parte) y que hay
conclusiones y creencias que nos han sido inculcadas que pueden ser falsas o
equivocadas. Para poder determinar cuáles lo son, no podemos aceptar pasivamente lo
que hemos aprendido. Aquí entra en juego la valentía intelectual ya que, sin lugar a dudas,
nos daremos cuenta que hay ideas que creímos peligrosas y absurdas que son ciertas y
que hay falsedad o distorsión en algunas ideas muy afianzadas en nuestro grupo social.
Necesitamos la entereza para ser verticales ante estas situaciones. Hay que reconocer
que puede haber serias consecuencias para aquel que no se conforma.
C) Empatía intelectual.
Estar consciente que uno necesita ponerse en el lugar del otro para entenderlo. Esta
característica se relaciona con la habilidad de construir con precisión los puntos de vista
y el razonamiento de los demás y el poder razonar a partir de premisas, supuestos e ideas
que no son los nuestros.
También se relaciona con el deseo consciente de recordar las veces en las que estuvimos
errados aun cuando creíamos estar en lo correcto y con la capacidad de imaginarnos el
volver a estar equivocados.
D) Autonomía intelectual.
Dominar de forma racional los valores y las creencias que uno tiene y las inferencias que
uno hace. Dentro del concepto del pensamiento crítico, lo ideal es que uno aprenda a
pensar por sí mismo, a dominar su proceso mental de razonamiento. Implica un
compromiso de analizar y evaluar las creencias tomando como punto de partida la razón
y la evidencia; significa cuestionar cuando la razón dice que hay que cuestionar, creer
cuando la razón dice que hay que creer y conformarse cuando así lo dicte la razón.
E) Integridad intelectual.
Reconocer la necesidad de ser honesto en su pensar; ser consistente en los estándares
intelectuales que aplica; someterse al mismo rigor de evidencia y prueba que exige de los
demás; practicar lo que se predica con otros y admitir con humildad las inconsistencias de
pensamiento y acción en las que uno incurre.

F) Perseverancia intelectual.
Estar consciente que es necesario usar la perspicacia intelectual y la verdad aun cuando
se enfrente a dificultades, obstáculos y frustraciones. Adhesión a los principios racionales
a pesar de la oposición irracional de otros y una necesidad de enfrentarse por más tiempo
con la confusión y con los asuntos irresolutos para lograr un entendimiento o una
comprensión más profunda.
G) Confianza en la razón.
Confiar que los intereses propios y de la humanidad estarán mejor atendidos si damos
rienda suelta a la razón; si fomentamos que la gente llegue a sus conclusiones al
desarrollar sus facultades para razonar. Tener fe que la gente puede aprender a pensar
por sí mismos, a construir visiones racionales, a llegar a conclusiones razonables, a
pensar de forma coherente y lógica, a persuadirse por medio de argumentos lógicos y a
ser seres razonables si se les anima y provoca a ello y a pesar de la sociedad y de los
obstáculos inherentes al carácter y a la condición humana.
H) Imparcialidad.
Estar consciente de que hay que tratar todos los puntos de vista de la misma forma a
pesar de los sentimientos o intereses personales que uno, sus amigos, su comunidad o
su nación tenga. Implica adhesión a los estándares intelectuales sin importar las ventajas
que uno mismo o su grupo pueda obtener.

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