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LECTURA # 1

“El arte de la guerra”

Objetivo:
Identificar los lineamientos y directrices del libro de lectura.

Instrucciones:
1. Leer y reflexionar detenidamente sobre el libro propuesto de forma crítica, reflexiva
y cuestionamiento.
2. Realizar un ensayo con el aprendizaje de la lectura del libro según estructura que se
indica a continuación (mínimo 2 y máximo 4 páginas).

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ENSAYO

“El arte de la guerra”

Introducción

Sun Tzu escribió El arte de la guerra como un libro de práctica militar, pues él era general y la guerra
era su vida, es un libro que fue escrito hace muchos años, pero sus conceptos siguen vigentes en la
actualidad, este libro es considerado como uno de los mejores de estrategia militar, pero sus
aplicaciones no son solo para la guerra, en la actualidad sus conceptos son empleados por muchas
organizaciones para tener una ventaja competitiva sobre sus rivales, sus técnicas son incluso
empleadas en la vida cotidiana, se verá a continuación ideas que pueden ser aplicadas a nuestras
circunstancias. En la actualidad es importante saber los conceptos de este libro es que en el mundo
en el que vivimos es cada vez más competitivos, las personas compiten desde que nacen hasta que
mueren.

Desarrollo

La guerra es el asunto más importante para el Estado. Es el terreno de la vida y de la muerte, la vía
que conduce a la supervivencia o a la aniquilación. No puede ser ignorada. La guerra se estructura
en cinco factores que deben ser calculados y comparados con el fin de precisar el estado de fuerzas.

• La virtud es lo que permite la cohesión entre los superiores y el pueblo, de modo que éste
acude a la vida como a la muerte sin temer el peligro.
• El clima abarca la alternancia de la oscuridad y de la claridad, del calor y del frío, y la rotación
de las estaciones.
• El terreno comprende la cercanía o lejanía del terreno, su accesibilidad o inaccesibilidad, su
amplitud o estrechez, su naturaleza propicia o mortal.
• El mando es una cuestión de conocimiento, de credibilidad, de humanidad, de resolución y
de severidad.
• La disciplina requiere la efectividad de la organización, de la jerarquía de mandos y de la
logística.

La guerra es el arte de engañar. Así, si eres capaz, finge incapacidad; si estás preparado para entrar
en combate, finge no estarlo; si te encuentras cerca, finge estar lejos; si te encuentras lejos, finge
estar cerca, etc.

El buen estratega somete las fuerzas enemigas sin combatirlas, toma las fortificaciones enemigas sin
atacarlas, desmembra los Estados rivales sin permitir que las acciones militares se prolonguen.
Resultará vencedor quien sepa dirigir tanto un grupo reducido de hombres como un gran número
de ellos. Resultará vencedor quien sea capaz de unificar la voluntad de superiores e inferiores.
Resultará vencedor quien afronte preparado un enemigo que no lo esté. Resultará vencedor quien
disponga de un estratega competente y de un soberano que no interfiera en los asuntos militares.
En estos cinco principios reside el método del saber vencer. Por todo ello se dice: Quien conoce al
enemigo y se conoce a sí mismo disputa cien combates sin peligro. Quien conoce al enemigo pero
no se conoce a sí mismo vence una vez y pierde otra. Quien no conoce al enemigo ni se conoce a sí
mismo es derrotado en todas las ocasiones.

La ausencia de incertidumbre se debe a que tomaban las medidas necesarias para que la victoria
resultara siempre inevitable al enfrentarse a un enemigo derrotado de antemano.

El buen estratega ocupa el terreno donde no puede ser derrotado sin dejar escapar la ocasión de
vencer a su adversario. Un ejército victorioso vence primero y trata de luchar después; un ejército
derrotado lucha primero y trata de vencer después.

Hacer que el enemigo se desplace por sí mismo al lugar que uno desea es cuestión de favorecérselo;
hacer que el enemigo no pueda desplazarse al lugar que él desea es cuestión de dificultárselo. Si el
enemigo está descansado, fatígalo; si está bien alimentado, hazle pasar hambre; si está en reposo,
oblígalo a actuar. Por tanto, el estratega diestro en el ataque lo es porque logra que el enemigo no
sepa dónde defender; el estratega diestro en la defensa lo es porque logra que el enemigo no sepa
dónde atacar, aquel capaz de obtener la victoria adaptándose a las variaciones y transformaciones
del adversario es designado «inescrutable».

La guerra utiliza el engaño para establecerte en una posición, muévete siguiendo el beneficio y
transfórmate por medio de divisiones y reagrupamientos. Veloz como el viento; majestuoso como
el bosque; devastador como el fuego.

El estratega experto evita al enemigo cuando su aliento moral es intenso y lo ataca cuando declina
o está agotado. Este es el modo de controlar el aliento moral. Espera en orden el desorden del
enemigo, aguarda en calma su agitación.

Por tanto, el arte de la guerra exige no hacer frente a un enemigo que ocupa una posición elevada;
no ir al encuentro de un rival que tiene una colina a sus espaldas; no seguirlo en su huida; no atacar
a sus soldados de elite; no morder su señuelo; no obstruir su retirada; no asediarlo sin dejarle una
vía de fuga; no forzarlo si está apurado. Éstas son las reglas del uso de las tropas.

Por lo general, la norma en el uso de las tropas requiere que el general reciba las órdenes del
soberano, que reúna las tropas y que movilice las masas. No debe acampar en terreno peligroso;

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debe firmar alianzas cuando se trate de un terreno de convergencia; no debe permanecer en un
terreno de aislamiento; en terreno cercado, debe recurrir a los planes; en terreno mortal, debe
luchar.

El general tiene cinco peligros: si desprecia la muerte, puede ser asesinado; si desea vivir a toda
costa, puede ser capturado; si tiene un temperamento colérico, puede ser provocado; si es íntegro
e incorruptible, puede ser humillado; si ama a su pueblo, puede ser atormentado. Habitualmente,
estos cinco son los defectos del general, la catástrofe en el uso de las tropas.

Si castigas a unas tropas cuya devoción no te has ganado aún, no obedecerán, y si no obedecen,
difícilmente te podrán ser útiles. Pero si una vez que las tropas te son devotas no refuerzas la
disciplina, tampoco podrás servirte de ellas. Por tanto, moldea a tus hombres mediante las
instituciones civiles y unifícalos mediante la disciplina militar". Es así como podrás hacerte con ellos.

Atendiendo a su configuración, el terreno puede ser accesible, escabroso, neutralizador, estrecho,


accidentado o lejano.

Si el general es débil y nada severo, si sus órdenes no son claras, si ni soldados ni oficiales disponen
de reglas constantes y si sus formaciones se dispersan en todas las direcciones, habrá desorden. Si
el general, incapaz de calibrar al adversario, enfrenta un ejército de escasos efectivos a uno
numeroso, ataca con un ejército débil uno poderoso y no cuenta con operativos seleccionados, será
derrotado.

Los que conocen la guerra se ponen en movimiento sin cometer errores y son inagotables cuando
pasan a la acción. Por esta razón se dice: quien conoce al enemigo y se conoce a sí mismo vencerá
sin ser derrotado; quien conoce las condiciones climáticas y las topográficas obtendrá una victoria
total.

Atendiendo al arte del uso de las tropas hay terrenos de dispersión, terrenos Si no tienen otra
alternativa que la muerte, oficiales y soldados se entregarán al combate con todas sus fuerzas. Si
éstos caen en una trampa, ya nada temerán; si no hay escapatoria, actuarán con firmeza; si se
encuentran en territorio hostil, permanecerán más unidos; sin otra solución, se lanzarán al
combates.

La propia psicología de los soldados hace que resistan cuando están rodeados, que luchen cuando
no tienen otra alternativa y que obedezcan cuando están en peligro.

Apodérate de lo que desee antes que él ocultándole el momento elegido para atacar. Revisa tu
estrategia de acuerdo con los movimientos del adversario para decidir el desencadenamiento del
combate. Por lo tanto, preséntate primero tímido como una virgen y, en cuanto el enemigo te abra
su puerta, actúa rápido como una liebre sin dejarle opción a que se resista.

Por lo general, hay cinco modos de ataque incendiario: el primero consiste en quemar a los hombres;
el segundo, en quemar las reservas; el tercero, en quemar los equipos pesados; el cuarto, en quemar
los arsenales; y el quinto, en quemar las instalaciones.

El soberano no debe movilizar las tropas movido por la cólera, ni el general acudir al combate movido
por los resentimientos. Sólo se ponen en acción si la situación responde a sus intereses y se detienen
en el caso de que no sea así. Si bien a la cólera le puede seguir la alegría y al resentimiento la
felicidad, el Estado que ha sido aniquilado no recobra la existencia ni los muertos la vida. Por esta

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razón el soberano inteligente actúa con prudencia y el buen general lo hace con precaución. Ésta es
la vía que permite llevar la tranquilidad al Estado y preservar el ejército.

La capacidad de previsión no se obtiene ni de los dioses ni de los espíritus, ni por analogía con
eventos pasados, ni por conjeturas. Proviene únicamente de las informaciones de quienes conocen
el estado real del enemigo. Cinco son las clases de espías que pueden emplearse: los agentes
indígenas, los agentes interiores, los agentes dobles, los agentes sacrificables y los agentes a
preservar

Conclusiones

Utilizar el conflicto como último medio de llegar al objetivo, tenemos que conocernos a nosotros y
nuestras debilidades para asumir una batalla, la guerra no se trata de ganar batallas si no se trata de
conseguir el objetivo de ganar la guerra, esto es muy importante ya que si tenemos en claro el
objetivo que queremos obtener debemos realizar una estrategia adecuada dependiendo del terreno
en el que nos encontremos y a las fortalezas de nuestros enemigos, solo así podremos vencer.

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